árbol de mi vida, Y ahora mi oxigeno se agota, el gas carbónico asfixia mis pulmones y mi alma loca.
Mi corazón llora de tristeza y mis
lagrimas mojan el suelo, perdiéndose en lo profundo, porque ya no hay árbol que las consuma, como el árbol de mi vida, ese que tu cortaste con tu partida, y que ahora también acaba, con mi vida loca.
Mi pluma garabatera
Garabatos ¡que diablos!, por lo visto es
mi destino escribir con mano torpe, pero; ¿Qué hacer?, si a cada suspiro tomo pluma y tintero, y sobre un papel trazo lo que mi alma inspira, sin detenerme a analizar las razones por la que mi corazón delira. La letra es confusa y los renglones torcidos, he de confesarlo, pero; ¿a quien le importa?, ¿Quién lee o que escribo?