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La fascinante historia de las palabras –53–

RELIGIÓN
Cuando en alguna sociedad surge un grupo con un conjunto organizado
de creencias que van más allá del orden natural hablamos de religión. En
el caso de tratarse de creencias dispersas y sin estructura, hablamos de
superstición.
Gonzalo de Berceo, el poeta de los Mester de Clerecía (1220-1250), fue
el primero que usó en español la palabra religión, proveniente del latín
‘religio’, -onis, que significaba “lealtad al deber, obligación moral, culto
religioso”.
Cicerón afirmaba que ‘religio’ provenía del verbo latino relegere (releer,
retomar lo que se había abandonado), pero los estudiosos modernos
prefieren la etimología propuesta por san Agustín (siglo IV), que vincula
‘religio’ al verbo religare (atar, apretar, relacionar), ya que la palabra
latina religio en muchos casos significa ‘acción de vincularse, de asumir
una obligación’. La religión es un vínculo con la divinidad. La palabra
latina ‘religare’ procede del indoeuropeo leig-, con idéntico significado,
de donde también se han derivado voces como liga, liana, obligar.

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