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2021-1

LA PORNOGRAFÍA EN JÓVENES EFECTO EN LAS RELACIONES


INTERPERSONALES Y EN EL ASPECTO PSICOLÓGICO

En la actualidad el consumo de pornografía se encuentra en crecimiento dado al consumo


masivo de internet y las facilidades que este brinda para encontrar cualquier tipo de contenido.
Debido a las carencias de una educación adecuada sobre la sexualidad, los jóvenes acuden a la
pornografía para conocer sobre esos temas sin saber las consecuencias que esto podría
causarles.

Según estudios realizados (Ballester, Orte y Pozo, 2019), la edad promedio en que los jóvenes
se inician en el consumo de la pornografía son a partir de los 14 años de edad en caso de los
hombres y de los 16 años de edad en caso de las mujeres; aun así, por lo menos uno de cada
cuatro jóvenes ha comenzado a ver este tipo de contenido antes de los 13 años de edad y se
puede observar que la edad en que se comienza a visualizar el consumo de pornografía se ha
adelantado a los 8 años de edad. Esto por el crecimiento del internet y la facilidad para
proporcionar encontrar cualquier tipo de contenido.

La cual es una de las más alarmantes conclusiones del estudio sobre el libro Nueva pornografía
y cambios en las relaciones interpersonales, el cual fue realizado por el Grupo de Investigación
y Formación Educativa y Social (GIFES) de la Universidad de las Islas Baleares y la Red de
Jóvenes e Inclusión, con el objetivo de estudiar hasta donde la “nueva pornografía” está
relacionada con el cambio observado en los últimos años en los hábitos sexuales y como es la
forma de relacionarse de los adolescentes.

Como señalan en el estudio realizado, es evidente el impacto que tiene sobre las conductas
sexuales, como sobre las relaciones de género, “la nueva pornografía” que es distribuida por
internet, es un fenómeno de particular relevancia para la compresión de las relaciones
interpersonales. El impacto que este tiene es grave sobre los consumidores adolescentes y sus
relaciones interpersonales.

Según algunos informes (Jiménez, De Ayala López, García, 2013), los adolescentes son
grandes consumidores de internet, con prácticas más complejas de lo que suele afirmar; entre
otras cosas más del 50% de los adolescentes españoles de entre 14 y 17 años suele ver
regularmente pornografía en internet. Según los estudios de Bryant Paul y Matthew Kobach
(Paul y Kobach, 2014), de la facultad de comunicación de la universidad de indiana, los chicos
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ven pornografía por primera vez a los 13 años, mientras que las chicas lo hacen a los 14 años.
Estos estudios han detectado que la primera interacción con la nueva pornografía se da cada
vez en edades más tempranas.

Esto implica que, ya no se consulte a los adultos sobre el tema en cuestión, debido que, para los
adolescentes, el internet brinda respuestas confortables a las inquietudes que puedan surgir. La
pornografía confirma los roles sexuales convencionales (Ballester, Orte y Pozo, 2019),
mostrando una imagen estereotipada de hombres y mujeres, lo cual puede influir en las
expectativas y actitudes hacia la practicas sexual de los adolescentes.

Una de las actitudes que se modifica claramente es la relativa a las prácticas de alto riesgo, es
decir, aquellas que pueden tener un impacto negativo sobre la salud. (Mercer y Perkins, 2014).
Hoy en día, el consumo de este contenido es muy común en los jóvenes, esto ha hecho cambiar
su percepción de ver las cosas. La nueva pornografía muestra e impone un modelo de relación
desigual: no solo muestran situaciones de alto riesgo y violencia de diversos tipos, sino que,
como señalábamos con anterioridad, se generalizan estereotipos de género, y erróneos y
deplorables. (Ballester, Orte y Pozo, 2019)

Dado a esto, las experiencias de los jóvenes se ven influenciadas de manera negativa por la
nueva pornografía siendo una consecuencia a mediano y largo plazo. Una de las consecuencias
que puede producir la visualización de este contenido es que los jóvenes crean que deben
realizar dichas prácticas, lo cual puede ser perjudicial cuando estas actividades que se esperan
desarrollar, incluyan conductas como sexo sin consentimiento o actividades violentas.

Según los estudios realizados (A. Villena Moya, 2020), el consumo de nueva pornografía
puede afectar al rendimiento escolar, favorecer el consumo de sustancias de sustancias y
conductas delictivas, fomentar un estilo de vida menos saludable y sintomatología depresiva y
psicosomática, pero tambien se muestra que puede tener efectos positivos en los jóvenes, como
aumentar su conocimiento sexual, elevar sy autestima, aliviar el estrés y disminuir el
aburrimiento.

Según (Ballester, Orte y Pozo, 2019) sobre los resultados obtenidos sobre el estudio de
pornografía y cambios en las relaciones interpersonales realizado a 2500 jóvenes de España de
entre 16 y 29 años, muestra los siguientes resultados. Los resultados muestran que la
“búsqueda activa” de este contenido es más frecuente en hombres (el 33,1% busca pornografía
y el 62.4% se deja ayudar por los amigos). En caso de las mujeres, el 34,7% manifiesta que lo
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encuentra sin querer y 17,4% la encuentra de forma activa. Los jóvenes conocen del sexo a
través del consumo de videos de pocos segundos, imágenes en las que no se transmite
comunicación, afectividad o intimidad y que usan para masturbarse (43,9% de los casos), por
curiosidad (40%) y para aprender (25,4%).

Se muestra que el impacto es mayor entre la población masculina, tanto por los efetos que
causa, como las consecuencias negativas sobre las relaciones interpersonales y de pareja.
También muestra que influye en el consumo de prácticas sexuales de alto riesgo, esto quiere
decir, aquellas que pueden tener un impacto de forma negativa sobre la salud: sexo sin
precauciones, con diferentes parejas, con uso de la violencia, el 50% de los jóvenes reconoce
haber aumentado estas prácticas luego de consumir pornografía.
La nueva pornografía distorsiona la imagen que hombres y mujeres tienen de su género y el
opuesto: muestra de cada 4 personas encuestadas manifiesta el cambio de percepción de los
hombres y mujeres.
Ante lo expuesto, se evidencia que cada vez los jóvenes consumen contenido pornográfico a
menor edad, dado que en la actualidad es de fácil acceso sin ninguna restricción de por medio.
Esto no significa que la prohibición de acceso a internet a menores de edad va ser la solución
para evitar el consumo de dicho contenido, sino mediante un uso correcto a temprana edad de
como conectarse, asesorándolos en un proceso de educación sexual y afectiva; no omitiendo
dicho contenido, sino creando en ellos la capacidad crítica para comprender que es la
pornografía sin que pueda afectarlo en sus relaciones interpersonales evitando así los cambios
en su conducta, relaciones de pareja, afecciones sexuales.
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Bibliografía
Ballester Brage, L., & Carmen, O. S. (2019). Nueva pornografía y cambios en las relaciones
interpersonales. Barcelona.

Mercer, D., & Perkins, L. (2013). Theorising sexual media and sexual violence in a forensic setting:
Men’s talk about pornography and offending.

Paul, B., & Kobach, M. J. (2014). Male-female reactions to variations in sexual explicitness in
pornography: An empirical test of predictions of intra-and inter-gender differences.

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