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Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

1.8.16

INTRODUCCIÓN
C O N T R ATO S R E A L E S
1. Mutuo
2. Depósito
3. Comodato

C O N T R AT O S A C C E S O R I O S
Son conocidos también como garantías o cauciones.

La caución puede ser real o personal: en las personales queda sujeto a la caución todo el patrimonio de la
persona en cambio, en la real, es sólo un bien específico. Las cauciones personales son la solidaridad
pasiva, indivisibilidad, cláusula penal y la fianza, en cambio, las reales son la hipoteca, prenda y
anticresis.

1. Fianza. Un tercero distinto del deudor se obliga subsidiariamente a responder de una obligación;
el fiador tiene dos beneficios: el de excusión y el de división. Está definida en el artículo 2335.

2. Hipoteca. Hay que distinguir el contrato de hipoteca y el derecho real de hipoteca. Del contrato,
sólo nacen derechos personales que son aquellos que permiten exigir que se haga la tradición del
derecho real de hipoteca, que se hace por inscripción en el registro. La hipoteca está definida en
el art. 2407. Es un contrato solemne cuya solemnidad es la escritura pública, que puede estar
contenido en el contrato principal o bien, en uno diferente.

3. Prenda. Existe la civil o clásica que es con desplazamiento porque se perfecciona con la entrega
y hay otras especiales que son sin desplazamiento y no se perfeccionan con la entrega por lo tanto
son solemnes. Su definición está en el art. 2384.

RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
La responsabilidad en derecho civil se clasifica de manera clásica en contractual y extracontractual, pero
si se es más específico se puede distinguir entre la responsabilidad pre contractual, contractual,
extracontractual y legal.

Es relevante distinguir entre la responsabilidad contractual y la extracontractual, por diferentes razones a


saber:

Se distinguen en términos de prescripción, en la responsabilidad contractual, si es pura y simple es


inmediatamente exigible y si tiene plazo, modo o condición son 5 años desde que se hizo exigible la
obligación, ya que sino nacería prescrita la obligación. En el caso de la responsabilidad extracontractual,
son 4 años que se cuentan desde la comisión de hecho ilícito según manda la ley, pero ¿qué ocurre si se
fabrica un rifle defectuoso el cual es vendido y guardado para ser usado luego de 5 años de su compra,

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descubriendo recién en ese entonces que las balas salían mal de rifle? Su producción y venta ocurrió hace
más de 4 años y según lo señalado por la ley, entonces, estaría prescrita la responsabilidad, por eso
algunos dicen que se debe contar desde que se produjo el daño que no estaría prescrito mientras que otros,
en cambio, dicen que deben estar todos los elementos del delito civil y que uno de estos es el daño para
empezar a correr, hay otras posturas que dicen que debería contarse desde que la víctima estuvo en
posición de hacer valer la responsabilidad, que es desde que tuvo conocimiento, porque si ej. había una
planta procesadora de agua que le incorpora elementos nocivos y es acumulativo el daño, algunos dirían
que ya se produjo el daño y estaría prescrito, pero si recién tomó conocimiento, algunos dicen que se
contaría desde ahí.

Otra diferencia es en relación a la culpa, en la contractual se gradúa en leve, levísima o grave; en cambio
en la responsabilidad extracontractual no se gradúa, y al hablar de culpa sin otra calificación es leve, por
eso se debe actuar como buen padre de familia.

En caso de perjuicios, en la contractual se responde de los directos previstos, salvo que haya dolo, y en la
extracontractual se responde de todo perjuicio.

Si se deja de cumplir un contrato, la culpa se presume, y el deudor deberá acreditar que no hubo culpa, y
solo así podrá eximirse de la indemnización de perjuicios, en cambio la extracontractual no se presume la
culpa, debe ser probada por la víctima la culpa del victimario hechor del delito.

En materia de capacidad, en la contractual la plena capacidad es a los 18 años, en la extracontractual es a


los 16 años, y si el juez determina que entre los 7 y 16 años obró con discernimiento, se puede castigar.

En materia de solidaridad, en la contractual no hay solidaridad si hay varios que cometan el ilícito, debe
pactarse; en la extracontractual, todos responden solidariamente si son varios quienes cometieron un
delito.

Una cosa es la opción de responsabilidad que es donde puedo elegir la contractual (la mayoría en Chile
dice que no procede la opción, donde si un mismo hecho sirve tanto para lo contractual como
extracontractual, no se podría elegir, se debe ir por el régimen contractual que es la regla general) y otra
es el cúmulo de responsabilidad que no pueden ser acumulables (se dice que no se pueden acumular, pero
sí se pueden aplicar subsidiariamente).

El sistema chileno viene del sistema francés y para que haya responsabilidad en Chile debe haber culpa o
dolo, es un régimen subjetivo, debe haber imputabilidad a título de dolo o culpa. El sistema opuesto al
chileno, es el de responsabilidad objetiva, donde si se causó un daño se debe responder, y si no fue
negligente igual responde, porque se basa en el riesgo y no en la subjetividad. Ej. caso del agua y cianuro
deberá probar que hubo negligencia de parte de la empresa sanitaria y debe acreditar causalidad, ej. murió
por cáncer. Es muy difícil probarlo, por eso para subsanar esto se establecen regímenes objetivos donde se
acredita el daño y automáticamente responde aquel a quien se le pude imputar, habiendo una causalidad
mínima, pero sin probar la culpa. Muchos consideran que USA tiene un régimen objetivo, pero no es así,
lo que ocurre es que ellos tienen más casos de responsabilidad objetiva, donde no se debe probar dolo o

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culpa, ya que, producido el daño, se responde. Uno es el caso aeronáutico que es objetivo en Chile,
porque es difícil probar la caída de un avión y su culpa o daño.

Dado la facultad de probar la culpa, existen presunciones de ésta, cuando ocurren ciertos hechos. Esto
sería un sistema híbrido, porque se requiere imputabilidad se presume la culpa y aquí se invierte la carga
de la prueba. Ej. es director de un colegio, lanzan piedras y rompen ventanas, aquí el alumno es incapaz y
se presume la culpa del director por no haberlo controlado, puede excusarse, pero la culpa se invirtió.

Hay tres presunciones de culpa por el hecho ajeno, propio o el hecho de las cosas, ej. cae un macetero de
un edificio. Las acciones que emanan son distintas.

3.8.16

CONTRATOS ACCESORIOS
LA FIANZA
GENERALIDADES
Existen diversas garantías personales tales como la solidaridad, la indivisibilidad, la cláusula penal y la
fianza. La fianza, es un contrato de gran importancia por ser de uso frecuente.

Como vimos, hay diferentes garantías personales, por lo que es relevante conocer las ventajas de unas
sobre otras en cada caso. Respecto de la fianza, es fundamental conocer cuál es el patrimonio del fiador,
pues no convendrá una fianza de alguien con pocos bienes (frente a una hipoteca o prenda, por ej.)
Además, de la fianza nace una obligación de carácter subsidiario y accesorio, lo que es de la esencia del
contrato lo que la diferencia de las otras garantías personales.

CONCEPTO
Art. 2335. La fianza es una obligación accesoria, en virtud de la cual una o más personas responden de
una obligación ajena, comprometiéndose para con el acreedor a cumplirla en todo o parte, si el deudor
principal no la cumple.
La fianza puede constituirse, no sólo a favor del deudor principal, sino de otro fiador.

Se critica este concepto porque se define la fianza por la obligación que origina más que por el contrato
mismo, de esta manera, la doctrina elabora una definición del contrato como aquel “entre el acreedor y el
fiador en virtud del cual éste responde de una obligación ajena (del deudor) comprometiéndose para con
el acreedor a cumplirla en todo o parte, si el deudor principal no la cumple”.

Luego de la referida conceptualización del art. 2335, se dice que ésta puede ser legal, judicial o
convencional.

Art. 2336. La fianza puede ser convencional, legal o judicial.


La primera es constituida por contrato, la segunda es ordenada por la ley, la tercera por decreto de juez.

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La fianza legal y la judicial se sujetan a las mismas reglas que la convencional, salvo en cuanto la ley
que la exige o el Código de Enjuiciamiento disponga otra cosa.

Hay gran crítica a este artículo también, pues si ya dijimos que es un contrato, resulta obvio que debe
revestir siempre el carácter convencional. Se explica entonces, que el sentido de este artículo alude al
origen de la obligación del deudor de proporcionar un fiador la cual puede nacer de manera convencional,
judicial o bien, legal.

CARACTERÍSTICAS
1. Es consensual: se perfecciona por el consentimiento de las partes. Salvo ciertas excepciones a
saber:
a. las fianzas de los tutores y curadores para que discierna el cargo las cuales deben
otorgarse por escritura pública (art. 855 CPC).
b. la fianza mercantil, que garantiza una obligación mercantil, es solemne y debe hacerse
por escrito (Art. 820 Código de Comercio).
c. El aval (Código de Comercio).

2. Es unilateral: sólo se obliga el fiador, el deudor es ajeno al contrato. Se puede pactar que el
acreedor remunere al fiador porque no está prohibido, pero si se pacta eso, el contrato ya no es
una fianza, es un contrato de seguro porque se está asegurando un evento incierto. Por ello,
siempre es unilateral.

3. Es gratuito: persigue la utilidad de sólo una de las partes, gravándose la otra en beneficio de ella.
El beneficiado es el acreedor y el gravado, el fiador. Ahora, si bien dijimos que el acreedor no
puede pagar al fiador, no hay problema en que sea el deudor quien pague una remuneración al
fiador (muchas veces los bancos exigen que se haga una fianza y en caso de que nadie quiera
serlo, resulta lógico que el deudor ofrezca pagarle a alguien para que sea su fiador) y como el
deudor es ajeno a la fianza, el contrato sigue siendo gratuito.

Art. 2341. El fiador puede estipular con el deudor una remuneración pecuniaria por el servicio que le
presta.

4. Es accesorio: para poder subsistir requiere una obligación principal que le sirva de sustento. Se
puede incluso constituir una fianza futura pero no subsistirá, en definitiva, si no nace la
obligación principal.

Efectos de la accesoriedad

a. Al ser accesorio, sigue la suerte de lo principal, luego, si se extingue la obligación


principal lo mismo ocurrirá con la fianza. Siguiendo esta lógica, en principio, la nulidad
de la obligación principal implica la nulidad de la fianza, pero no siempre es así: la
nulidad producida por la incapacidad relativa del deudor principal no produce la nulidad
de la fianza, porque nos encontramos en el caso de una obligación natural y esta puede

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ser afianzada (art. 1470 n°1 CC).

b. El fiador puede oponer al acreedor todas las excepciones que derivan de la naturaleza de
la obligación principal.

Art. 2354. El fiador puede oponer al acreedor cualesquiera excepciones reales, como las de dolo,
violencia o cosa juzgada; pero no las personales del deudor, como su incapacidad de obligarse, cesión
de bienes, o el derecho que tenga de no ser privado de lo necesario para subsistir.
Son excepciones reales las inherentes a la obligación principal.

c. La obligación del fiador no puede ser mayor ni más gravosa que la obligación del deudor
principal.

Art. 2343. El fiador no puede obligarse a más de lo que debe el deudor principal, pero puede obligarse a
menos.

Art. 2344. El fiador no puede obligarse en términos más gravosos que el principal deudor, no sólo con
respecto a la cuantía sino al tiempo, al lugar, a la condición o al modo del pago, o a la pena impuesta
por la inejecución del contrato a que acceda la fianza; pero puede obligarse en términos menos
gravosos.

Como es accesorio la ley delimita que no puede ser más gravosa que la del deudor principal, pero sí
puede obligarse a menos. Esto dice relación la cuantía, tiempo (si se obliga a un año el deudor principal,
el fiador no puede obligarse a más de un año), lugar (la deuda principal se paga en Santiago, luego, la
fianza no puede ser en Pta. Arenas), condición (no puede darse que la obligación principal sea condicional
y la del fiador, pura y simple), modo de pago, a la pena impuesta por la inejecución (clausula penal del
principal es de 500 entonces, la del fiador no puede ser de 1000).

Es necesario precisar que, si bien no puede ser más o más gravosa, sí puede ser en términos más eficaces
(p.e. el deudor principal no constituyó hipoteca y el fiador, sí).

Si el fiador se obliga a más o en términos más gravosos, se aplica lo señalado en el art. 2344.

Art. 2344, inc. 3ro. La fianza que excede bajo cualquiera de los respectos indicados en el inciso 1.º,
deberá reducirse a los términos de la obligación principal.
En caso de duda se adoptará la interpretación más favorable a la conformidad de las dos obligaciones
principal y accesoria.

MODALIDADES
Art. 2340. La fianza puede otorgarse hasta o desde día cierto, o bajo condición suspensiva o resolutoria.
Es decir, bajo plazo o condición.

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Adicionalmente, la fianza estará sujeta a plazo o condición, aunque no se haya pactado expresamente
cuando la obligación principal que garantiza esté sujeta a plazo o condición (recordando la limitación de
que no puede obligarse -el fiador- a más o en términos más gravosos).

Puede haber, incluso, una fianza a favor del fiador que se llama sub fianza. En ese supuesto, el fiador es
deudor principal en relación con el subfiador.

Art. 2335. La fianza puede constituirse, no sólo a favor del deudor principal, sino de otro fiador.

CLASIFICACIÓN
1. Según la naturaleza de las obligaciones que caucionan:
a. Fianza mercantil. Es aquella en que se garantiza una obligación de esa naturaleza, una
de aquellas reguladas en el código de comercio en el art. 3.

b. Fianza civil. Aquella que garantiza obligaciones civiles, que son las que no son
mercantiles.

2. Según el origen de la obligación de proporcionar fiador:


a. Convencional. Es la regla general. Supone un acuerdo de voluntad entre el acreedor y el
deudor (el deudor se obliga a proporcionar un fiador, no se refiere a la obligación de la
fianza misma).

b. Judicial. Cuando el juez determina la obligación de proporcionar fiador, para que lo haga
debe apoyarse en texto expreso de ley que lo autorice: propietario fiduciario y el albacea
(o ejecutor testamentario).

c. Legal. Caso de los proveedores provisorios, tutores y curadores, y del usufructuario.

Tanto la fianza legal como la judicial están sujetas a las mismas reglas que la fianza convencional, salvo
dos excepciones:
i. Puede sustituirse la fianza con una prenda o hipoteca suficiente aun contra la
voluntad del acreedor, cuestión que no ocurre en la convencional.

ii. En el entendido de que la fianza sea exigida por el juez, el fiador no cuenta con el
beneficio de excusión.

Art. 2358. Para gozar del beneficio de excusión son necesarias las condiciones siguientes:
4ª. Que la fianza no haya sido ordenada por el juez;

08.8.16

3. Fianza personal o fianza hipotecaria o prendaria:

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a. Fianza personal. Es aquella en que el fiador simplemente obliga todos sus bienes
indistintamente al cumplimiento de una obligación ajena. Es la fianza clásica (fianza sin
más).

b. Fianza hipotecaria o prendaria. Es aquella en que, además de fianza, el fiador


constituye una hipoteca o una prenda. Se refiere a la situación en que el fiador además de
haberse constituido como tal, ha garantizado el cumplimiento de una obligación ajena
adicionalmente con una hipoteca o prenda. Hay dos garantías: una personal que es la
fianza y una real que es la hipotecaria o prendaria.

En el caso de la fianza personal, el acreedor tiene una acción personal en contra del deudor principal para
que se cumpla la obligación, así mismo, tiene una acción también de carácter personal que puede ejercer
contra del fiador en caso de que el deudor principal no cumpla su obligación. Si la fianza es prendaria o
hipotecaria, además de las acciones personales contra el deudor y el fiador, se tiene adicionalmente una
acción que es real en contra de éste último que la que emana del derecho real de prenda o hipoteca según
sea el caso. Lo beneficioso de esta acción real está en que tiene un derecho de persecución y pago
preferente pues la prenda tiene segunda preferencia.

El fiador prendario o hipotecario es aquel en que en adición a la fianza constituye una hipoteca o prenda.
Si el acreedor ejercita la acción real, el fiador no puede oponer el beneficio de excusión, esto es, aquel
que tiene para exigir que se dirija primero contra el deudor principal, porque aquí se ejerce la acción real,
que es sobre determinada cosa sin determinada persona.

Art. 2429: El tercer poseedor reconvenido para el pago de la hipoteca constituida sobre la finca que
después pasó a sus manos con este gravamen, no tendrá derecho para que se persiga primero a los
deudores personalmente obligados.

Art. 2430. El que hipoteca un inmueble suyo por una deuda ajena, no se entenderá obligado
personalmente, si no se hubiere estipulado.

Nos daremos cuenta que la fianza no se presume, eso es lo que ratifica el art. 2430 inciso primero.

Art. 2430. Sea que se haya obligado personalmente o no, se le aplicará la disposición del artículo
precedente. La fianza se llama hipotecaria cuando el fiador se obliga con hipoteca. La fianza hipotecaria
está sujeta en cuanto a la acción personal a las reglas de la simple fianza.
La acción personal se rige por las reglas de la fianza y la real por la de hipoteca o prenda.

Pero por aplicación de los arts. mencionados anteriormente, no tiene beneficio de excusión cuando se
ejerce la acción real.

Cuando se ejerce la acción real, la indivisibilidad de la prenda o hipoteca impide invocar el beneficio de
división.

4. Fianza limitada o ilimitada.

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a. Fianza limitada. En el contrato de fianza se determinan las obligaciones concretas que el


fiador toma sobre sí, se especifican (tomo estas y no otras) o bien cuando se limita a una
cantidad fija de dinero.

b. Fianza ilimitada. Cuando no se determina la o las obligaciones que garantiza el fiador,


en cuyo caso responderá por todas las obligaciones. O bien, no se determina la cuantía o
el límite de su responsabilidad.

Si al momento de constituirse el fiador no se señala nada respecto al monto por el que se obliga o la
obligación que afianza, se entiende que esta es de carácter ilimitado, por lo que responderá de todas las
obligaciones sin límite de cuantía. Sin embargo, hay que recordar que siempre existe la limitación de que
la fianza no puede ser más gravosa, ni extenderse a más que la obligación principal. Pero sí puede ser más
eficaz. Con todo esto, aunque nada se diga, siempre el límite de la fianza será la obligación principal, en
el mismo sentido el art. 2367 inciso tercero señala:

El fiador que inequívocamente haya limitado su responsabilidad a una suma o cuota determinada, no
será responsable sino hasta concurrencia de dicha suma o cuota.

Siguiendo la lógica de lo expuesto, en el evento de ser una fianza ilimitada esta se extiende de la manera
que dispone el art. 2347:

Art. 2347. La fianza no se presume, ni debe extenderse a más que el tenor de lo expreso; pero se supone
comprender todos los accesorios de la deuda, como los intereses, las costas judiciales del primer
requerimiento hecho al principal deudor, las de la intimación que en consecuencia se hiciere al fiador, y
todas las posteriores a esta intimación; pero no las causadas en el tiempo intermedio entre el primer
requerimiento y la intimación antedicha.

“Intimación antedicha” es la que se hace al deudor principal, o bien, al fiador. No se incluye porque el
acreedor no está obligado a dirigirse en contra del deudor principal, puede dirigirse directamente en
contra del fiador, aunque sea subsidiario. Lo que ocurre es que, si se dirige primero en contra del fiador, el
fiador puede ejercer el beneficio de excusión, aunque él puede renunciar al beneficio. Por eso se excluye
porque en el fondo puede el fiador decir: “por qué no se puso primero en contra mía, me saldrá mucho
más caro”

En síntesis, la extensión de la fianza en primer término será la que las partes hayan dicho y si no dijeron
nada, todo lo accesorio de la deuda que incluye lo dicho en el art. 2347, además de las indemnizaciones
de perjuicios por incumplimiento de la obligación principal y la cláusula penal. Si uno afianza, está
afianzando con lo accesorio que lleva esto. Hay una máxima que dice: “el que afianza, paga”.

5. Fianza simple y fianza solidaria:


a. Fianza solidaria. Es aquella en que se priva al fiador del beneficio de excusión, y si hay
varios fiadores, del beneficio de división. Entonces priva a los fiadores de los principales
beneficios de la fianza misma, pues se puede cobrar directo al fiador la totalidad, aunque
haya muchos fiadores.

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No se debe confundir al fiador solidario con lo que a veces se exige, que es que se constituya en fiador y
codeudor solidario a la vez, esto es importante, porque la relación entre el fiador y el acreedor se rige por
las reglas de la codeuda solidaria, aquí se deja claro la falta de interés del codeudor solidario, que resulta
relevante al momento de analizar los efectos de la solidaridad, ya que se distingue que si el que paga era o
no interesado; si el que paga, era un no interesado, tiene acción en contra de los demás codeudores, pero
si paga un interesado, no tiene acción en contra de un no interesado. Por eso, la importancia entre deuda
afianzada y codeuda solidaria, aquí se deja claro la falta de interés, y esto será muy relevante entre los
efectos entre el deudor y el fiador, por eso no es menor que solo diga coudeuda solidaria, porque aquí se
da la discusión de si será o no interesado, al decir fiador, queda claro que era no interesado. Ya que el
codeudor que no tiene interés en el negocio, se le mira como fiador. En relación con el acreedor, el fiador
es un codeudor solidario, pero entre deudores es un fiador.

Frente al acreedor es codeudor solidario, ante los demás es fiador (Art. 1522).

Art. 1522. El deudor solidario que ha pagado la deuda, o la ha extinguido por alguno de los medios
equivalentes al pago, queda subrogado en la acción de acreedor con todos sus privilegios y seguridades,
pero limitada respecto de cada uno de los codeudores a la parte o cuota que tenga este codeudor en la
deuda.
Si el negocio para el cual ha sido contraída la obligación solidaria, concernía solamente a alguno o
algunos de los deudores solidarios, serán éstos responsables entre sí, según las partes o cuotas que les
correspondan en la deuda, y los otros codeudores serán considerados como fiadores.
La parte o cuota del codeudor insolvente se reparte entre todos los otros a prorrata de las suyas,
comprendidos aun aquellos a quienes el acreedor haya exonerado de la solidaridad.

* Efectos de la solidaridad: Se debe distinguir si es activa o pasiva;


Pasiva: Efectos entre acreedor y codeudores solidarios: pueden exigir la totalidad.

b. Fianza simple. Es aquella normal en que una persona constituye una obligación
accesoria para asegurar el cumplimiento de obligaciones ajenas en el caso de que una
persona no cumpla. No renuncia al beneficio de división ni excusión ni se constituye
como codeudor solidario.

CARACTERÍSTICAS DE LA OBLIGACIÓN DEL FIADOR:


1. Es accesoria. es posible que la obligación del fiador exista incluso antes que la obligación que va
a garantizar (la del deudor principal) porque que sea accesoria implica que no puede subsistir sin
ella que le sirva de sustento, pero puede existir con anterioridad. La fianza en que se garantiza
una obligación que aún no existe, pero se espera que exista, se llama fianza futura.

Art. 2339. Puede afianzarse no sólo una obligación pura y simple, sino condicional y a plazo. Podrá
también afianzarse una obligación futura; y en este caso podrá el fiador retractarse mientras la
obligación principal no exista; quedando con todo responsable al acreedor y a terceros de buena fe,
como el mandante en el caso del artículo 2173.

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Tiene la particularidad de que el fiador puede retractarse mientras la obligación principal no exista, pero
queda responsable respecto del acreedor y terceros de buena fe, como el mandante en el caso del art. 2173
(revocación o renuncia). Sigue como fiador, porque tenía la obligación de darle noticia al acreedor y a
terceros, siempre que se encuentren de buena fe.

Queda a criterio del juez comprobar que la ignorancia no parezca posible, en ese caso se puede exonerar
de la responsabilidad.

2. Es una caución personal, la obligación que asume el fiador es para caucionar una obligación
ajena, no propia, y por eso es personal.

3. La obligación del fiador es subsidiaria, nace su obligación sólo si el deudor principal no cumple
con la suya. En ese sentido, podría decir que su obligación es condicional (Evento que el deudor
no cumpla).

El acreedor puede dirigirse directamente contra el fiador, pero el fiador puede oponer el beneficio de
excusión, si no lo opone renuncia a él, pero eso no quita que siga siendo una obligación subsidiaria.
La propia definición de fianza establece que es subsidiaria, pero desde el punto de vista práctico
puede dirigirse en contra del fiador.

4. La obligación del fiador consiste siempre en pagar una suma de dinero. Hay acá una
diferencia fundamental con la cláusula penal en la que se puede dar una suma de dinero, dar otra
cosa o cumplir con una obligación hacer o no hacer.

El art. 2343 inciso cuarto dice claro que debe ser pagar una suma de dinero, si no, no es fianza es otra
cosa. Otra cosa es que, en la práctica, el acreedor acepte otro tipo de pago. Recordar que en la
compraventa lo importante es que se pacte, no que se pague efectivamente así.

5. No puede obligarse a más que el deudor principal, pero si a menos. Y también puede
obligarse en términos más eficaces.

6. La obligación principal garantizada puede ser de dar dinero o una cosa distinta al dinero,
hacer o no hacer; la obligación del fiador siempre debe ser dar o pagar una cantidad de
dinero.

7. Puede ser pura o simple, o sujeta a modalidad. Esto es, a un plazo o condición. (La del deudor
principal). ¿Qué pasa si la obligación del deudor principal está sujeta a modalidad? La del fiador
también, porque su modalidad se traspasa, debido a que no puede ser más gravoso.

Art. 2339. Puede afianzarse no sólo una obligación pura y simple, sino condicional y a plazo.

8. La obligación principal garantizada puede ser civil o natural. Así lo dice el art. 2338 (“La
obligación a que accede la fianza puede ser civil o natural.”). Lo que ocurre, es que cuando se
afianza una obligación natural, el fiador de la obligación natural no tiene beneficio de excusión ni
tampoco acción de reembolso porque recordemos las características de las obligaciones naturales,

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que no dan acción para exigir su cumplimiento, pero sí excepción para retener lo pagado en virtud
de ellas.

REQUISITOS DEL CONTRATO DE FIANZA


La fianza es un contrato, y como todo contrato tiene requisitos comunes que dicen relación con el
consentimiento, la capacidad, el objeto y la causa.

1. Consentimiento
Entre fiador y acreedor. Respecto del fiador, su voluntad debe ser expresa. En general, para el
ordenamiento jurídico, se requiere que la voluntad se declare y sea seria y es indiferente que sea expresa o
tácita, en el caso de la fianza nos encontramos con que es una de las situaciones en que la manifestación
de la voluntad debe ser expresa según el art. 2347 (“La fianza no se presume, ni debe extenderse a más
que el tenor de lo expreso;”). No basta una declaración tácita de voluntad porque no se presume la fianza.
En cambio, respecto del acreedor, seguimos la regla general, esto es, la voluntad del acreedor puede ser
expresa o tácita.

¿La fianza es consensual? Sí. Por lo tanto, se celebra consensualmente un contrato de fianza. ¿Qué
problemas probatorios tiene? ¿Se puede probar por testigos? No podrá probarse por testigos aquellos
actos o contratos que contengan la entrega o promeso de entrega de una cosa superior a 2 UTM cuando no
conste por escrito. No obstante, hay un caso en que sí se puede cuando hay un principio de prueba por
escrito, como un recibo.

2. Capacidad del fiador


El obligado a prestar fianza debe proporcionar un fiador capaz de obligarse como tal. Aquí se aplican las
reglas generales. Hay normas especiales respecto a ciertas situaciones:

a. Pupilos. sujetos a guardas, tutelas o curadurías. Requiere autorización judicial y


solamente puede constituirse fiador respecto de su cónyuge, o ascendientes o
descendientes. Tiene que ser por causa grave y urgente.

b. El hijo de familia que está sujeto a patria potestad . ratificado o autorizado por el padre, se
obliga directamente al padre y subsidiariamente el hijo hasta la concurrencia del monto
del beneficio que reporte.

c. La mujer casada en sociedad conyugal. Limitaciones tanto de la mujer como del marido
para constituir una fianza.

22.8.16

3. Objeto de la obligación
La obligación del fiador es siempre dar dinero o si no, no hay fianza, ahora, una cosa es la obligación del
deudor y otra, la del deudor principal que puede ser de dar, hacer, no hacer, etc. Lo cual da igual, porque
no se trata de la obligación del contrato de fianza.

4. Causa

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Siempre debe buscarse la causa en la relación existente entre el fiador y el deudor principal, por lo tanto,
es externa o extrínseca porque el deudor principal no es parte del contrato de fianza, lo cual produce un
problema y sirve de argumento para los anti causalistas que se agarran de esto y dicen que no existe la
causa intrínseca porque es falsa e inútil.

Otros dicen que la causa es abstracta y se confunde con el consentimiento.

Existe una obligación principal, ya que la fianza es un contrato accesorio, requiere de uno principal para
subsistir. Ahora la obligación asegurada por la fianza puede ser natural o civil: el fiador de una obligación
natural no tiene el beneficio de excusión ni tampoco derecho de reembolso por estar afianzando una
obligación natural. La obligación garantizada puede ser pura o simple o sujeta a modalidad, y si está
sujeta a modalidad ésta se comunica a la fianza, esto porque la obligación del fiador no puede ser más
gravosa que la principal. Por último, en relación a este requisito, se puede afianzar obligaciones presentes
y futuras. Mientras penda el nacimiento de la obligación principal, se puede retractar.

Art. 2339. Puede afianzarse no sólo una obligación pura y simple, sino condicional y a plazo. Podrá
también afianzarse una obligación futura; y en este caso podrá el fiador retractarse mientras la
obligación principal no exista; quedando con todo responsable al acreedor y a terceros de buena fe,
como el mandante en el caso del artículo 2173.

Normalmente es voluntario constituir un fiador, pero hay casos en que el deudor está obligado a prestar
fianza.

Art. 2348. Es obligado a prestar fianza a petición del acreedor:


1.º El deudor que lo haya estipulado;
2.º El deudor cuyas facultades disminuyan en términos de poner en peligro manifiesto el cumplimiento
de su obligación;
3.º El deudor de quien (1) haya motivo de temer que se ausente del territorio del Estado (2) con ánimo
de establecerse en otra parte, (3) mientras no deje bienes suficientes para la seguridad de sus
obligaciones.

Art. 2349. Siempre que el fiador dado por el deudor cayere en insolvencia, será obligado el deudor a
prestar nueva fianza.

CALIDADES QUE DEBE REUNIR EL FIADOR


Art. 2350. El obligado a prestar fianza debe dar un fiador capaz de obligarse como tal; que tenga bienes
más que suficientes para hacerla efectiva, y que esté domiciliado o elija domicilio dentro de la
jurisdicción de la respectiva Corte de Apelaciones.
Para calificar la suficiencia de los bienes, sólo se tomarán en cuenta los inmuebles, excepto en materia
comercial o cuando la deuda afianzada es módica.
Pero no se tomarán en cuenta los inmuebles embargados o litigiosos, o que no existan en el territorio del
Estado, o que se hallen sujetos a hipotecas gravosas o a condiciones resolutorias.

12
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

Si el fiador estuviere recargado de deudas que pongan en peligro aun los inmuebles no hipotecados a
ellas, tampoco se contará con éstos.

1. Debe ser capaz.

2. Debe ser solvente. Es decir, tiene que tener bienes más que suficientes para que se haga efectiva
la fianza. Para calificar la suficiencia de los bienes, sólo se tomarán en cuenta los inmuebles (esto,
debido a la importancia que tenían los inmuebles en la época de dictación del código), excepto en
materia comercial o cuando la deuda afianzada es módica (bajo monto). En aquellos casos sí se
puede presentar un fiador que sólo posea bienes muebles. Estos bienes raíces, además, no pueden
ser embargados (porque hay objeto ilícito según el número 4 del art. 1464), ni litigiosos los
litigiosos (aquellos cuya propiedad se discute en juicio, y aquellos cuyos títulos adolecen de vicio
que hacen prever que se va a entrar en un juicio) o que no existan en territorio del Estado, o que
se hallen sujetos a hipotecas gravosas (no puede ser ínfima) o a condiciones resolutorias.

Si el fiador estuviere recargado de deudas que pongan en peligro aun los inmuebles no
hipotecados a ellas, tampoco se contará con estos.

3. Debe estar domiciliado dentro de la respectiva corte de apelaciones. La respectiva corte de


apelaciones es la del lugar donde debe hacerse el pago.

EFECTOS DE LA FIANZA
Entre acreedor y fiador
Hay efectos que se producen antes de la reconvención del acreedor al fiador y efectos posteriores a esta
reconvención.

1. Antes de la reconvención:

Art. 2353. El fiador podrá hacer el pago de la deuda, aun antes de ser reconvenido por el acreedor, en
todos los casos en que pudiere hacerlo el deudor principal.

Cuando la deuda se ha hecho exigible, el fiador puede pagar, aun antes de haber sido requerido de pago
por el acreedor. Es fundamental, para ejercer este derecho, que se le comunique al deudor principal,
porque puede perjudicarlo en ciertos casos.

Art. 2356. Aunque el fiador no sea reconvenido, podrá requerir al acreedor, desde que sea exigible la
deuda, para que proceda contra el deudor principal; y si el acreedor después de este requerimiento lo
retardare, no será responsable el fiador por la insolvencia del deudor principal, sobrevenida durante el
retardo.

No dice que el requerimiento deba ser judicial, por lo tanto, basta que sea informado por algún medio, sin
necesidad que sea por medios judiciales.

2. Luego de la reconvención.

13
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

Acá lo que hay son las defensas que tiene el fiador.

a. Beneficio de excusión
Es la facultad que tiene el fiador reconvenido por el acreedor en virtud del cual puede exigir que antes de
procederse en contra de él se procede en contra del deudor principal y contra las hipotecas y prendas
prestadas por deudor principal para la seguridad de la deuda.

Art. 2357. El fiador reconvenido goza del beneficio de excusión, en virtud del cual podrá exigir que antes
de proceder contra él se persiga la deuda en los bienes del deudor principal, y en las hipotecas o prendas
prestadas por éste para la seguridad de la misma deuda.

Este es un beneficio a favor del fiador, por tanto, si no lo alega, está renunciando a él. Hay casos donde el
acreedor está obligado a dirigirse primero al deudor principal para luego recurrir al fiador:

1. Cuando así lo hubieren estipulado.


2. Si el fiador, expresa e inequívocamente, no se hubiere obligado a pagar sino lo que el acreedor
no pudiere obtener del deudor, se entenderá que el acreedor es obligado a la excusión, y no será
responsable el fiador de la insolvencia del deudor, concurriendo las circunstancias siguientes: 1.ª
Que el acreedor haya tenido medios suficientes para hacerse pagar; 2.ª Que haya sido negligente
en servirse de ellos. (art. 2365).

Requisitos para que opere el beneficio de excusión

Se encuentran todos en el art. 2358:


1. Para gozar del beneficio de excusión son necesarias las condiciones siguientes (2358, 1ª, 2ª, 3ª y
4ª): que no se haya renunciado expresamente; que el fiador no se haya obligado como el
codeudor solidario; que la obligación principal produzca acción; que la fianza no haya sido
ordenada por el juez;

2. Que se oponga el beneficio luego que sea requerido el fiador; salvo que el deudor al tiempo del
requerimiento no tenga bienes y después los adquiera; (2358, 5ª). Debe oponerse de manera
oportuna y como es una excepción dilatoria debe hacerse antes del vencimiento del término de
emplazamiento. En el juicio ejecutivo se hace en el escrito de oposición a la ejecución.

3. Que se señalen al acreedor los bienes del deudor principal (2358, 6ª).

Estos requisitos son copulativos, por tanto, si falta alguno no opera el beneficio de excusión.

Bienes que no se considerarán para el beneficio de excusión

El artículo 2359 señala cuáles son los bienes que no se tomarán en cuenta para el beneficio de excusión:
Art. 2359. No se tomarán en cuenta para la excusión:
1.º Los bienes existentes fuera del territorio del Estado;
2.º Los bienes embargados o litigiosos, o los créditos de dudoso o difícil cobro;

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Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

3.º Los bienes cuyo dominio está sujeto a una condición resolutoria;
4.º Los hipotecados a favor de deudas preferentes, en la parte que pareciere necesaria para el pago
completo de éstas.

Derecho del fiador a que se le anticipen los costos de la excusión

Además, el acreedor tiene derecho para que el fiador le anticipe los costos de la excusión. Pudiendo el
juez, fijar la cuantía de la anticipación nombrando a la persona en que quedará consignado el anticipo,
persona que puede ser el mismo acreedor y si el fiador prefiere hacer la excusión por sí mismo, será oído.

Art. 2361. El acreedor tendrá derecho para que el fiador le anticipe los costos de la excusión.
El juez en caso necesario fijará la cuantía de la anticipación, y nombrará la persona en cuyo poder se
consigne, que podrá ser el acreedor mismo.
Si el fiador prefiere hacer la excusión por sí mismo, dentro de un plazo razonable, será oído.

Beneficio de excusión y deudores solidarios

Cuando haya varios deudores principales solidarios y uno de ellos ha dado fianza, el fiador reconvenido
tendrá derecho para que se executan no sólo los bienes del deudor cuya obligación afianzó, sino que los
de todos los codeudores solidarios. Por la renuncia del fiador no se entiende que renuncie el subfiador.

Art. 2362. Cuando varios deudores principales se han obligado solidariamente y uno de ellos ha dado
fianza, el fiador reconvenido tendrá derecho para que se excutan no sólo los bienes de este deudor, sino
de sus codeudores.

Oportunidad para oponer el beneficio de excusión

Sólo puede oponerse una vez el beneficio de excusión. Si la excusión no produjere efectos no se podrá
hacer de nuevo salvo que haya bienes adquiridos de manera posterior.

Art. 2263. El beneficio de excusión no puede oponerse sino una sola vez.
Si la excusión de los bienes designados una vez por el fiador no produjere efecto o no bastare, no podrá
señalar otros; salvo que hayan sido posteriormente adquiridos por el deudor principal.

El subfiador goza de este beneficio tanto respecto del fiador como del deudor principal (art. 2366).

Efectos del beneficio de excusión

1. El acreedor deberá dirigirse primero contra el deudor principal. Si el deudor principal cumple
toda la obligación, se extingue totalmente la obligación y la fianza. Por otro lado, si el deudor
principal sólo cumple parcialmente con la obligación, la fianza persistirá de manera parcial.

Art. 2364. Si los bienes excutidos no produjeren más que un pago parcial de la deuda, será, sin embargo,
el acreedor obligado a aceptarlo y no podrá reconvenir al fiador sino por la parte insoluta.

Esto resulta ser una excepción pues el acreedor está obligado a aceptar el pago parcial.

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Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

2. Si se opone el beneficio de excusión, pero el acreedor es negligente en perseguir el pago respecto


del deudor principal y deviene éste en la insolvencia, el fiador sólo responderá por aquello que no
hubiere podido responderse con los bienes señalados para la excusión.

Art. 2365. Si el acreedor es omiso o negligente en la excusión, y el deudor cae entre tanto en insolvencia,
no será responsable el fiador sino en lo que exceda al valor de los bienes que para la excusión hubiere
señalado.

b. Beneficio de división.
Es la facultad que tiene uno dentro de varios cofiadores de un mismo deudor y una misma deuda para
exigir que sólo se le persiga por su parte en la fianza.

Art. 2367. Si hubiere dos o más fiadores de una misma deuda, que no se hayan obligado solidariamente
al pago, se entenderá dividida la deuda entre ellos por partes iguales, y no podrá el acreedor exigir a
ninguno sino la cuota que le quepa.
La insolvencia de un fiador gravará a los otros; pero no se mirará como insolvente aquel cuyo subfiador
no lo está.
El fiador que inequívocamente haya limitado su responsabilidad a una suma o cuota determinada, no
será responsable sino hasta concurrencia de dicha suma o cuota.

Este beneficio no lo tiene el fiador solidario, pero sí el fiador de una obligación natural.

La cuota que corresponde a cada fiador es la que resulta de dividir la obligación entre todos los cofiadores
en partes iguales a las que se llama cuotas viriles.

Excepciones

1. El fiador que inequívocamente haya limitado su responsabilidad a una suma, responderá sólo por
esa cantidad (art. 2367).

2. Si uno de los fiadores cae en insolvencia, la cuota de éste grava la de los demás, pero no se
considerará insolvente aquel cuyo subfiador no lo está (art. 2367).

Por otro lado, el beneficio de división es una excepción perentoria porque busca responder sólo por su
parte enervando la acción respecto del exceso. Por lo tanto, la oportunidad para oponerlas es en la
contestación de la demanda.

c. Excepción de Subrogación.
El fiador que paga la obligación se subroga, por el solo ministerio de la ley, en los derechos que tenía el
acreedor en contra del deudor principal y los demás fiadores. Así lo establece el art. 1610 número 3.

Art. 1610. Se efectúa la subrogación por el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del acreedor, en
todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a beneficio,

16
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

3º. Del que paga una deuda a que se halla obligado solidaria o subsidiariamente;

A propósito, es pertinente señalar que el acreedor tiene la obligación de preservar sus derechos o acciones
en contra de estas personas, esto por una cuestión de justicia.

Por lo tanto, se extinguirá la fianza total o parcialmente cuando el acreedor por hecho o culpa suya haya
perdido las acciones en que el fiador tenía derecho a subrogarse.

Art. 2381. La fianza se extingue, en todo o parte, por los mismos medios que las otras obligaciones según
las reglas generales, y además:
2.º En cuanto el acreedor por hecho o culpa suya ha perdido las acciones en que el fiador tenía el
derecho de subrogarse;

Además, tiene derecho a que se le rebaje de la deuda todo aquello en cuanto fue privado de acciones
eficaces.

Art. 2355. Cuando el acreedor ha puesto al fiador en el caso de no poder subrogarse en sus acciones
contra el deudor principal o contra los otros fiadores, el fiador tendrá derecho para que se le rebaje de
la demanda del acreedor todo lo que dicho fiador hubiera podido obtener del deudor principal o de los
otros fiadores por medio de la subrogación legal. 

Casos en que el fiador no puede subrogarse en las acciones del acreedor

1. El acreedor tenía garantías reales y renuncia a ellas. Remite la prenda o cancela la hipoteca sin
haber obtenido pago de la obligación principal. El fiador en ese caso puede oponer la excepción
de subrogación.

2. El acreedor de una hipoteca de una obligación futura. Se constituye una hipoteca para garantizar
una obligación que no existe, pero se espera que exista, se debe inscribir la hipoteca, pero el
acreedor negligentemente no lo hace.

3. Otras más, sólo son ejemplos.

d. Excepciones reales y personales de él.


Art. 2354. El fiador puede oponer al acreedor cualesquiera excepciones reales, como las de dolo,
violencia o cosa juzgada; pero no las personales del deudor, como su incapacidad de obligarse, cesión
de bienes, o el derecho que tenga de no ser privado de lo necesario para subsistir.

El fiador puede oponer las excepciones reales (inherentes a la obligación principal). Este artículo
incorpora dentro de las excepciones reales al dolo y la violencia, cuando éstas son en realidad
excepciones personales que sólo pueden, en principio, oponerse por quien las sufrió.

Sin embargo, acá se permite que el fiador las oponga, produciéndose la nulidad relativa. Todo esto, no
obstante que la regla principal diga que sólo el deudor principal sea quien puede alegar la nulidad relativa
por dolo o violencia.

17
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

*saber requisitos de dolo y fuerza*

Entre fiador y deudor principal


Hay que distinguir entre los anteriores al pago y los que se producen una vez que se pagó.

1. Antes del pago.

La ley otorga al fiador el derecho para elija alguna de estas hipótesis.

Art. 2369. El fiador tendrá derecho para que el deudor principal le obtenga el relevo (que hable con el
acreedor para que lo libere) o le caucione las resultas de la fianza, o consigne medios de pago, en los
casos siguientes:

1.º Cuando el deudor principal disipa o aventura temerariamente sus bienes;


2.º Cuando el deudor principal se obligó a obtenerle el relevo de la fianza dentro de cierto plazo, y se ha
vencido este plazo;
3.º Cuando se ha vencido el plazo o cumplido la condición que hace inmediatamente exigible la
obligación principal en todo o parte;
4.º Si hubieren transcurrido cinco años desde el otorgamiento de la fianza; a menos que la obligación
principal se haya contraído por un tiempo determinado más largo, o sea de aquellas que no están sujetas
a extinguirse en tiempo determinado, como la de los tutores y curadores, la del usufructuario, la de la
renta vitalicia, la de los empleados en la recaudación o administración de rentas públicas;
5.º Si hay temor fundado de que el deudor principal se fugue, no dejando bienes raíces suficientes para el
pago de la deuda.
Los derechos aquí concedidos al fiador no se extienden al que afianzó contra la voluntad del deudor.

Lo que señala la última frase del artículo es plausible porque el contrato de fianza es entre el acreedor y el
fiador, por lo tanto, podría hacerse aun en su contra, sin embargo, si se afianzó en contra de su voluntad,
estos derechos no se podrán hacer valer por el fiador con respecto del deudor.

El fiador y el deudor principal cuando quieran pagar, deben darse avisos recíprocos.

a. Hipótesis del fiador que no avisa


Art. 2377. Si el fiador pagó sin haberlo avisado al deudor, podrá éste oponerle todas las excepciones de
que el mismo deudor hubiera podido servirse contra el acreedor al tiempo del pago.

Si el deudor, ignorando por la falta de aviso la extinción de la deuda, la pagare de nuevo, no tendrá el
fiador recurso alguno contra él, pero podrá intentar contra el acreedor la acción del deudor por el pago
indebido.

b. Hipótesis del deudor que no avisa


Art. 2376. El deudor que pagó sin avisar al fiador, será responsable para con éste, de lo que, ignorando
la extinción de la deuda, pagare de nuevo; pero tendrá acción contra el acreedor por el pago indebido. 

2. Después del pago.

18
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

a. Acción de reembolso
Puede repetir el fiador en contra del deudor, es una acción personal o propia, tendrá acción el fiador
contra el deudor principal por lo que haya pagado por él, incluyendo intereses y costos, aunque la fianza
hubiere sido ignorada del deudor. Una cosa es que sea ignorada y otra e que sea contra su voluntad.

Art. 2370. El fiador tendrá acción contra el deudor principal para el reembolso de lo que haya pagado
por él con intereses y gastos, aunque la fianza haya sido ignorada del deudor.

Tendrá también derecho a indemnización de perjuicios según las reglas generales.

Pero no podrá pedir el reembolso de gastos inconsiderados, ni de los que haya sufrido antes de notificar
al deudor principal la demanda intentada contra dicho fiador.

Extensión de la acción de reembolso


1. Lo que el fiador haya pagado por el deudor. Lo que pagó es la deuda que puede incluir capital o
capital e intereses.
2. Intereses por lo que pagó.
3. Gastos en que incurrió por la fianza, pero no aquellos gastos inconsiderados, es decir, superfluos
o innecesarios. Debe poner en conocimiento del deudor principal que están requiriendo el pago de
él y luego de ese evento, tendrá derecho al pago de los gastos.
4. Indemnización de perjuicios según las reglas generales.

Requisitos de procedencia
1. Que el fiador haya pagado la deuda o la haya extinguido por un modo equivalente que 6produzca
un sacrificio pecuniario, si se produjo la extensión de la deuda por un modo de extinguir las
obligaciones que no importe un sacrificio, como la prescripción, no vale.

Art. 2374. El fiador a quien el acreedor ha condonado la deuda en todo o parte, no podrá repetir contra
el deudor por la cantidad condonada, a menos que el acreedor le haya cedido su acción al efecto.

2. Que el pago haya sido útil al deudor principal, esto es, que haya extinguido la deuda (2375n3).

Art. 2375. Las acciones concedidas por el artículo 2370 no tendrán lugar en los casos siguientes: 3º.
Cuando por no haber sido válido el pago del fiador no ha quedado extinguida la deuda.

3. El fiador no debe estar privado de la acción de reembolso. Está privado de esta acción: a. el
fiador de una obligación natural b. el que se constituyó en contra de la voluntad del deudor, salvo
en cuanto se haya extinguido la deuda y sin perjuicio del derecho del fiador para repetir contra
quien hubiere lugar según las reglas generales c. cuando por no haber sido válido el pago, no se
ha extinguido la deuda d. el fiador que no dio aviso al deudor del pago.

4. Debe interponerse oportunamente, es decir, al momento que pagó, salvo que haya pago
anticipado porque en ese caso deberá esperar que se haga exigible la principal.

Art. 2373. El fiador que pagó antes de expirar el plazo de la obligación principal, no podrá reconvenir al
deudor, sino después de expirado el plazo.

Contra quién puede entablarse la acción de reembolso


 Si es un deudor y un fiador, claramente la interpondrá en contra de ese deudor.

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Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

 Si hay varios codeudores hay que distinguir si era solidaria o simplemente conjunta:

 Si era simplemente conjunta y los afianzó a todos, en ese caso, el fiador se puede dirigir en contra
de todos, pero por su parte o cuota en la deuda.
 Si era solidaria, y el fiador los afianza a todos, se puede dirigir contra todos por el total.
 Si era solidaria, pero el fiador sólo afianzó a uno, puede sólo concurrir en contra del que afianzó,
por el total, pero este codeudor principal se subroga legalmente en el derecho del fiador y puede
exigir si cuota a los demás.

Art. 2372. Si hubiere muchos deudores principales y solidarios, el que los ha afianzado a todos podrá
demandar a cada uno de ellos el total de la deuda, en los términos del artículo 2370; pero el fiador
particular de uno de ellos sólo contra él podrá repetir por el todo; y no tendrá contra los otros sino las
acciones que le correspondan como subrogado en las del deudor a quien ha afianzado. 

b. Acción subrogatoria.
Art. 1610. Se efectúa la subrogación por el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del acreedor, en
todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a beneficio, 3.º Del que paga una deuda a que se
halla obligado solidaria o subsidiariamente;

Si el fiador cumple la obligación, se extingue respecto del acreedor, pero subsiste íntegramente esta
obligación en favor del fiador respecto del deudor y demases.

El fiador que paga dispone de dos acciones, una personal que es la de reembolso y la otra que es la
subrogatoria que se produce por el sólo ministerio de la ley.

Casos en que el fiador no goza de esta acción.


1. Fiador de una obligación natural (se puede defender contra quien le cobre porque no tiene acción
para cobrarle).
2. Fiador que pagó sin dar aviso (art. 2377).

Contra quién se dirige la acción


1. Contra el deudor principal
2. Contra los codeudores solidarios
3. Contra los cofiadores

Art. 1612. La subrogación, tanto legal como convencional, traspasa al nuevo acreedor todos los
derechos, acciones, privilegios, prendas e hipotecas del antiguo, así contra el deudor principal, como
contra cualesquiera terceros, obligados solidaria o subsidiariamente a la deuda.

Si el acreedor ha sido solamente pagado en parte, podrá ejercer sus derechos, relativamente a lo que
se le reste debiendo, con preferencia al que sólo ha pagado una parte del crédito.

Paralelo entre acción de reembolso y subrogatoria


1. La acción de reembolso es propia del fiador en cambio, la subrogatoria la ejerce en subrogación
de los derechos del acreedor.
2. La acción de reembolso incluye todo lo que pagó el fiador, incluso gastos, perjuicios e intereses.
La subrogatoria sólo incluye lo que pagó al acreedor.

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Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

3. La acción de reembolso no tiene garantía de ninguna especie, en cambio, la subrogatoria está


rodeada por todas las garantías que tenía el acreedor (preferencias, privilegios).
4. Si hay pago parcial, el que ejerce la acción de reembolso concurre en igualdad de condiciones con
el acreedor para el pago del saldo de la deuda. En la subrogatoria, el primer acreedor tiene
preferencia (Art. 1612 inc2: “Si el acreedor ha sido solamente pagado en parte, podrá ejercer sus
derechos, relativamente a lo que se le reste debiendo, con preferencia al que sólo ha pagado una
parte del crédito”).
5. La prescripción de la acción de reembolso corre desde el pago o desde que la obligación principal
se hizo exigible si el pago fue anticipado, la subrogatoria corre desde que se hizo exigible la
obligación principal en manos de acreedor primitivo.

La acción de reembolso, en definitiva, es más extensa que la subrogatoria porque incluye más cosas, pero
la subrogatoria puede ser más eficaz, porque tiene todas las garantías que tenía el acreedor.

c. Si se constituye en fiador por encargo de un tercero (mandante), se tiene una acción


contra el mandante.
Art. 2371. Cuando la fianza se ha otorgado por encargo de un tercero, el fiador que ha pagado tendrá
acción contra el mandante; sin perjuicio de la que le competa contra el principal deudor. 

Entre cofiadores
Habiendo varios cofiadores, se divide la deuda entre ellos por partes iguales, de pleno derecho, con dos
excepciones:
1. Caso de insolvencia de uno de los cofiadores.
2. Caso en que uno de ellos se haya obligado limitándose a una cantidad de la deuda.

Art. 2367. Si hubiere dos o más fiadores de una misma deuda, que no se hayan obligado solidariamente
al pago, se entenderá dividida la deuda entre ellos por partes iguales, y no podrá el acreedor exigir a
ninguno sino la cuota que le quepa.

La insolvencia de un fiador gravará a los otros; pero no se mirará como insolvente aquel cuyo subfiador
no lo está.

El fiador que inequívocamente haya limitado su responsabilidad a una suma o cuota determinada, no
será responsable sino hasta concurrencia de dicha suma o cuota.

Si el cofiador paga más de lo que correspondía, se subroga por el exceso en contra de los cofiadores.

Art. 2378. El fiador que paga más de lo que proporcionalmente le corresponde, es subrogado por el
exceso en los derechos del acreedor contra los cofiadores.

Art. 2379. Los cofiadores no podrán oponer al que ha pagado, las excepciones puramente personales del
deudor principal.

Tampoco podrán oponer al cofiador que ha pagado, las excepciones puramente personales que
correspondían a éste contra el acreedor y de que no quiso valerse.

Art. 2380. El subfiador, en caso de insolvencia del fiador por quien se obligó, es responsable de las
obligaciones de éste para con los otros fiadores.

21
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

De la norma del art. 2379 puede concluirse que los cofiadores pueden interponerse entre sí las
excepciones reales y personales propias de cada uno, no de los otros.

EXTINCIÓN DE LA FIANZA
Puede extinguirse por vía principal o consecuencial. Es principal, cuando dicha extinción es directamente
de la fianza pudiendo subsistir la obligación principal, como sucede cuando se releva al fiador. Será
consecuencial cuando la fianza se extingue porque se ha extinguido la obligación principal ya que lo
accesorio sigue la suerte de lo principal. A su vez, puede ser total o parcial.

Consecuencial

Art. 2381. La fianza se extingue, en todo o parte, por los mismos medios que las otras obligaciones según
las reglas generales, y además:

3.º Por la extinción de la obligación principal en todo o parte. 

Sólo la nulidad de la obligación principal por incapacidad relativa del deudor deja subsistente la fianza
porque es una excepción personal del deudor, en ese caso.

Principal
Se extingue por los modos de extinguir las obligaciones; respecto del pago y la confusión hay normas
especiales (art. 2382 y art. 2383)

Art. 2382. Si el acreedor acepta voluntariamente del deudor principal en descargo de la deuda un objeto
distinto del que este deudor estaba obligado a darle en pago, queda irrevocablemente extinguida la
fianza, aunque después sobrevenga evicción del objeto. 

Art- 2383. Se extingue la fianza por la confusión de las calidades de acreedor y fiador, o de deudor y
fiador; pero en este segundo caso la obligación del subfiador subsistirá.

Normas peculiares en que se extingue la fianza de forma directa.


1. Relevo del acreedor.
2. En cuanto el acreedor por hecho o culpa suya ha perdido las acciones en que fiador tenía derecho
a subrogarse se extinguirá la obligación total o parcialmente de forma directa.

26.9.16 – Completado con apuntes de Dani Zuaznabar

RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
NOCIONES BÁSICAS
También se le conoce como responsabilidad aquiliana la cual viene del derecho romano. Como ya hemos
dicho, la responsabilidad puede ser precontractual que es aquella que surge en la etapa de negociación (es
una etapa exploratoria y preliminar) y nace específicamente cuando se infracciona el deber de buena fe,
dicho deber a su vez, nace al momento de entrar a negociar quedando obligadas las partes a hacerlo de
buena fe, teniendo ciertas obligaciones de custodia, confidencialidad e información. Si se viola el deber
de buena fe durante la etapa de negociación generalmente se aplica la responsabilidad extracontractual.

22
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

 Según el código de comercio, la retractación tempestiva de la oferta obliga a indemnizar todo


gasto y perjuicio (en la intempestiva se está obligado a cumplir el contrato porque ya se formó el
consentimiento). En el sentido útil de esta norma, sólo se debe indemnizar el daño emergente,
porque si se tuviera que indemnizar además el lucro cesante, la retractación tempestiva no tendría
efecto diferente al de la intempestiva, pues al indemnizar el lucro cesante se le estaría obligando a
cumplir el contrato en la práctica. Por lo tanto, si se incumple el deber de buena fe, se deberá
indemnizar el daño emergente1 solamente, jamás se debe indemnizar, en este caso, el monto que
hubiera ganado con la celebración del contrato.

Está también la responsabilidad contractual, la extracontractual, que es la que estudiaremos ahora y la


cuasicontractual. No olvidar la responsabilidad legal.

Una primera gran diferencia para determinar el ámbito de responsabilidad aplicable, tiene que ver con la
existencia o no de un vínculo jurídico previo, por lo tanto, si hay un contrato, no hay duda que estamos
frente a la responsabilidad contractual. Por otro lado, si no hay vinculo jurídico previo, estamos en el caso
de la extracontractual.

Según autores como Alessandri, la regla general es la existencia de la responsabilidad contractual, pues es
la más regulada en el Código Civil (libro IV: del efecto de las obligaciones). Esto ha sido muy
cuestionado por autores como Carlos Duci, los que señalan que lo normal es que las personas no estén
vinculadas por una relación contractual y, en conclusión, la regla general es la aplicación de la
responsabilidad extracontractual a pesar de la escasa legislación apropósito en el Código Civil.

Otros temas relevantes son el cúmulo o acumulación de responsabilidades y la opción de


responsabilidades.

El cúmulo de responsabilidades refiere a la cuestión de si se puede demandar por ambos estatutos de


responsabilidad o no, por ej. demandándose 50mill por responsabilidad contractual y 100mill por la
responsabilidad extracontractual. Lo anterior no se puede realizar, no se puede acumular
responsabilidades pues la idea detrás de los estatutos de responsabilidad es la reparación íntegra y eficaz
del daño producido, dejar a la persona en el mismo estado que se encontraba con anterioridad al perjuicio,
no el que quede en un estado mejor; si un hecho reviste características de ambas responsabilidades se
debe optar por aplicar la responsabilidad contractual.

Respecto de la opción, es decir, si se puede optar por un régimen de responsabilidad u otro en atención a
los beneficios que cada uno puede tener (en el caso de la RC, se presume la culpa del que incumple y se
invierte entonces la carga de la prueba a diferencia de la REC donde no se presume la culpa y deberá
acreditarse; en la REC, se pagan todos los perjuicios y en la RC sólo el daño emergente). Dicho todo lo
anterior, es necesario señalar que en nuestro sistema no se acepta la opción, debiendo preferirse
necesariamente la responsabilidad contractual en caso de que un hecho revista carácter de ambos tipos de
responsabilidad; todo esto, salvo dos excepciones, la primera de ellas, cuando se haya estipulado entre las
partes la posibilidad de elegir (lo que es raro, pero debe primar la autonomía de la voluntad). Y la
segunda, cuando la infracción al contrato al mismo tiempo reviste el carácter de delito.

En cuanto al fundamento de la responsabilidad, en nuestro sistema es la imputabilidad, siendo un sistema


subjetivo. En los sistemas objetivos, el fundamento es el riesgo. Ahora, las teorías modernas hablan de la
unidad de la responsabilidad civil en donde el fundamento es la violación de una obligación preexistente,
el cual es un antecedente común a ambas responsabilidades. La obligación violada en el ámbito
contractual, es la estipulada en el contrato. En materia extracontractual, en cambio, la obligación

1
Son aquellos gastos que realizó la persona en razón de la celebración del contrato.

23
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

incumplida es la de “no hacer daño”. Se critica esta teoría señalando que no son iguales esos tipos de
obligaciones, siendo la obligación de no dañar, un tanto etérea, inespecífica no pudiendo igualarse a la
que emana de un contrato en donde una persona especifica puede ser compelida a cumplirla.

Con todo lo dicho, en materia de responsabilidad extracontractual el hecho ilícito se vuelve fuente de
obligaciones, así según el tenor del art. 1437 que dice: “Las obligaciones nacen, ya del concurso real de
las voluntades de dos o más personas (…) ya a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño
a otra persona, como en los delitos y cuasidelitos (…)”

Los delitos y cuasidelitos son fuente de responsabilidad u obligaciones, que se traducen en la necesidad
que se encuentra una persona en indemnizar los daños y perjuicios que ha sufrido la víctima como
consecuencia del delito o cuasidelito.

El art. 2314 señala “El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es obligado a
la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito”.

D E L I T O S Y C U A S I D E L I TO S
Art. 2284. Si el hecho es ilícito, y cometido con intención de dañar, constituye un delito.
Si el hecho es culpable, pero cometido sin intención de dañar, constituye un cuasidelito.

Genéricamente, ambos, son hechos ilícitos que causan un daño. Ahora, lo que los diferencia está dado por
el elemento subjetivo, la imputabilidad, pues el delito es el hecho ilícito que causa un daño cometido con
dolo2. En cambio, el hecho ilícito cometido con culpa3 o negligencia es un cuasidelito.

La importancia de distinguir entre delito y cuasidelito en materia extracontractual no existe ya que se


indemniza todo daño y perjuicio, aunque se haya cometido con dolo o culpa. En materia contractual es
distinto, ahí sí es relevante diferenciar si fue doloso o culposo el actuar y así ver de qué se responde.

Lo normal es que se cometan cuasidelitos y no delitos, ya que la gente no anda por la calle con
intenciones dolosas.

Como decíamos, la diferencia no es relevante, porque la indemnización se mide por la magnitud del daño
y no si lo cometió con dolo o culpa.

Art. 2329. Por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona,
debe ser reparado por ésta.

P A R A L E L O E N T R E D E L I TO C I V I L Y P E N A L
En el ámbito civil los delitos son hechos ilícitos cometidos con dolo o culpa y que causan un daño. Un
delito penal, en cambio, es una conducta típica, antijurídica y culpable. La principal diferencia entre
ambos entonces, es la tipicidad en el caso penal siendo de un elemento de su esencia. En materia civil no
es así.

En segundo lugar, se distinguen, en que los delitos civiles no son casuísticos y la sanción es única –
indemnización de perjuicios –. En materia penal la sanción es diversa en cada caso. Además de las
2
El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro. Art. 44, CC.
3
Falta de debida diligencia o cuidado

24
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

anteriores distinciones, en materia de delito civil nos movemos en el orden privado. En el caso del delito
penal hay una afectación del orden social y se busca defender a la sociedad del atentado respectivo.

Es pertinente mencionar que un mismo hecho puede ser delito civil y penal a la vez, por ejemplo, las
lesiones, están tipificadas en el CP y es delito civil porque a la otra persona se le causa un daño por ese
hecho. Puede darse también, que un hecho sea delito penal y no civil, como el delito de vagancia y
mendicidad. También que sea sólo delito civil y no penal, como la mayoría de los casos, ej. chocar a
alguien en el día a día.

DIFERENCIAS ENTRE RESPONSABILIDAD PENAL Y CIVIL


1. La responsabilidad penal aparece como consecuencia de la comisión de un delito penal y se hace
efectiva mediante el ejercicio de la acción penal, que busca el castigo del culpable no la
indemnización de los perjuicios. La responsabilidad civil es el resultado de la comisión de un
delito o cuasidelito civil que se hace efectiva mediante la acción civil que busca la indemnización
de perjuicios; ambas responsabilidades pueden coexistir, pero son independientes.

Art. 2314. El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es obligado a la
indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito.

2. Se diferencian en las sanciones, que en el caso de la responsabilidad civil es la indemnización de


perjuicios y en la responsabilidad penal, es variada.

3. En cuanto a qué tribunales son competentes para conocer de una y otra, en el caso de la
responsabilidad penal, claramente son competentes los tribunales penales (de garantía y oral en lo
penal) y en materia civil, normalmente, es ante el juez civil pero también puede ser ante los
tribunales penales como el caso de la acción que persigue la restitución de la cosa que fue robada
o su valor.

4. En materia de capacidad, la plena capacidad en la responsabilidad penal es a los 18 años y entre


los 16 y 18 años es posible que se tenga responsabilidad. En civil, en el ámbito de la
responsabilidad contractual se es responsable a los 18 años, y en extracontractual, a los 16 y si el
juez determina que entre los 7 y 16 años obró con discernimiento, se puede castigar.

5. Respecto a las personas que pueden quedar afectas, en civil pueden ser personas naturales o
jurídicas, incluso los herederos de las personas naturales, y en penal, sólo las personas naturales
porque es una responsabilidad personalísima, sin embargo, hay un matiz respecto a la nueva ley
de responsabilidad de las personas jurídicas.

6. Quienes pueden perseguir una y otra: La responsabilidad penal generalmente tiene una acción
pública, pudiendo ser perseguida por toda persona y el juez en ciertos casos. La responsabilidad
civil sólo puede ser perseguida por la víctima del daño y sus herederos.

7. La prescripción en la acción penal se produce en un plazo distinto que en la civil, donde debe
distinguirse entre crimen4 (10 años), delito (5años) y falta (6meses). En extracontractual prescribe
en el plazo de 4 años contados desde la comisión del delito.

3.10.16

4
Los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles.

25
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

Como ya se ha dicho, las principales diferencias entre el sistema de responsabilidad contractual y el de


responsabilidad extracontractual están dadas por la existencia o no, de una relación jurídica previa.
Respecto a la graduación de la culpa, que no tiene lugar en el sistema extracontractual, pero sí en el
contractual, por otro lado, en el primero la culpa no se presume mientras que en la responsabilidad
contractual la culpa sí se presume, invirtiendo la carga probatoria. En el aspecto de la capacidad, es plena
a los 18 años bajo la responsabilidad contractual a diferencia de la extracontractual, donde la capacidad es
pelan a los 16 años, además que entre los 7 y 16 años puede imputarse responsabilidad si el juez estima
que se obró con discernimiento. También se distinguen estos sistemas en que en el ámbito contractual, la
regla general es que las obligaciones sean simplemente conjuntas y en el extracontractual, los varios
autores de un delito o cuasi delito son solidariamente responsables del resultado del mismo. Finalmente,
en cuanto a la prescripción en materia contractual es a los 5 años desde que se haga exigible la obligación
y en extracontractual, es a los 4 años contados desde la perpetración del ilícito.

En cuanto al fundamento de la responsabilidad extracontractual nuestro código civil ha seguida la teoría


clásica o subjetiva, es decir, el de la imputabilidad donde el elemento subjetivo puede estar dado a título
de dolo o culpa. De esta forma, nuestro sistema civil extracontractual está inspirado en el sistema
subjetivo o en base a la culpa. Los manuales hablan de una especie de “pecado jurídico”.

El carácter subjetivo del sistema de responsabilidad es criticado puesto que de alguna manera no satisface
las necesidades de la vida contemporánea. A partir de la revolución industrial han aumentado los riesgos
de la vida moderna y con ello, la posibilidad de sufrir daño. Otra crítica es la dificultad existente para
probar el dolo o culpa por lo que, muchas veces, la víctima se ve en grandes dificultades para recibir su
indemnización. A propósito, en la mayoría de los casos la víctima es una persona natural que no tiene
mayores recursos contra los autores del daño, los que pueden ser grandes empresas con grandes
patrimonios, por lo que hay una desigualdad tremenda. Por otra parte, estamos en una situación que no
sólo es desbalanceada, sino que además muchas veces la determinación de la causa de un daño es
compleja y puede que no siempre haya prueba fehaciente, ya que hay varias causas concurrentes. En
definitiva, muchas veces la victima queda desmejorada. 

En virtud de las críticas realizadas al sistema es que han surgido medidas para apalear estos
defectos como las presunciones de culpa, por ejemplo. Ellas sin alterar el fundamento de la reclamación,
da vuelta la carga de la prueba por eso, produciéndose un hecho dañoso, se presume que es atribuible a la
persona responsable, tendiendo éste que probar que no incurrió en culpa. Se distinguen tres órdenes de
presunciones de culpa: por el hecho propio, por el hecho de las cosas y por el hecho ajeno.

Una segunda medida está dada porque la jurisprudencia ha extendido cada vez más el concepto de culpa
a hipótesis que antes no eran pensables, por ejemplo, el abuso del derecho.

El tercer paliativo está dado por la ampliación del campo de la responsabilidad contractual porque es más
favorable para la víctima al presumirse la culpa, así se da la ventaja de la presunción de culpa a la víctima
y se le exime de la carga de la prueba de tener que acreditar la culpa. Al respecto, hay contratos que
producen la obligación de seguridad, ej. empleador debe asegurar que el empleado retorne a su hogar
sano y salvo, por lo que el contrato de trabajo genera una obligación de seguridad y si ocurren accidentes,
posibilita el deber de seguridad y posibilidad del ejercicio de acciones indemnizatorias.

Como dijimos el fundamento de nuestro sistema es la imputabilidad, que es diferente de lo que ocurre en
la responsabilidad objetiva, que es estricta o sin culpa. En este sistema de responsabilidad no se requiere
de la imputabilidad, por lo que si se produce un daño y hay causalidad “estamos al otro lado”.

26
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

El fundamento del sistema objetivo es el riesgo que se genera con una actividad, y si en virtud de la
actividad se produjo un daño, aunque no sea imputable, se estará obligado a indemnizarlo igual, porque
generó el riesgo con su actividad. Por eso, el autor del daño es responsable del mismo por el sólo hecho
de haberlo causado por desarrollar la actividad riesgosa de que se trata. Aquí el tema de la
responsabilidad es un tema de causalidad y no imputabilidad, y esta causalidad está dada por el hecho de
desarrollar la actividad que se atribuye la causa.

E L E M E N T O S O R E Q U I S I TO S D E L A R E S P O N S A B I L I D A D
EXTRACONTRACTUAL
Primero debemos entender qué es un hecho ilícito, según el art. 2284 las obligaciones pueden nacer de
hechos ilícitos, que son el delito y el cuasidelito. En términos genéricos, un hecho ilícito es contrario al
ordenamiento jurídico. Se considera que el hecho va a ser ilícito por las consecuencias que tenga, por la
responsabilidad que genere como resultado del daño que cause resultando como consecuencia que se
tendrá que indemnizar el daño. Se considera que es ilícito, de esta manera, cuando reúne todos los
elementos de la responsabilidad extracontractual. (Art. 2314. Art. 2329). 

1. Daño
2. Conducta imputable (imputabilidad)
3. Relación de causalidad entre la conducta dolosa o culpable y el hecho producido. 
4. Capacidad. 

Reunidas estas condiciones, nace la obligación de indemnizar los perjuicios (además, reunidas las
condiciones anteriores se considera que el hecho es ilícito). Algunos agregan que también debería ser un
requisito el que no concurra una eximente de responsabilidad.

1. DAÑO O PERJUICIO
¿qué es el daño? Perjuicio. El daño es un elemento esencial al delito o cuasidelito civil, así lo dice el art.
1.437 y el art. 2.314. La obligación de indemnizar perjuicios siempre va a suponer un daño. Se puede
definir, entonces, como todo menoscabo que experimenta un individuo en su persona o en sus bienes.
También como pérdida de un beneficio de índole material o moral. Daño o perjuicio no es sólo pérdida de
un derecho, sino que también la pérdida de una legítima ventaja. El ejemplo clásico está dado por la
muerte de una persona que por ley debía alimentos a otra o que en el hecho le daba alimentos. Se daba la
hipótesis de un padre ilegitimo pero que en los hechos el hijo en la práctica le daba alimentos a su padre,
entonces el padre tenía una legítima ventaja y podía pedir indemnización. Ojo, el daño tiene que ser
cierto, no potencial o hipotético. 

Lo requisitos del daño para que sea indemnizable son:

a. Que sea cierto (que sea efectivo, no meramente hipotético o eventual). La certidumbre del daño
no se opone a que sea presente, futuro (por ejemplo, el lucro cesante, pérdida de una legítima
ventaja).
b. No debe haber sido indemnizado (porque nuestro sistema es reparatorio).
c. Tiene que lesionar un derecho o interés legítimo. 

Clasificación de daños
En materia contractual todo daño se indemniza, sin embargo, no es tan así, pues el daño indirecto no se
indemniza pues no hay causalidad. Se indemnizan todos aquellos daños que cumplen los requisitos.

a. Material o moral

27
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

i. Material es la lesión patrimonial que experimenta un individuo en su persona o bienes, por lo


tanto, el daño material puede recaer en la persona física (le cortaron un brazo). El daño material
se clasifica a su vez en daño emergente y lucro cesante, el daño emergente es la disminución
efectiva en el patrimonio de una persona, el lucro cesante es la perdida de una legitima ganancia
siempre con certidumbre. El lucro cesante es futuro por definición, si no hablamos de daño
emergente que es actual.

ii. Daño moral, es un dolor, aflicción, o pesar que se causa a la víctima de un delito. En este caso el
hecho ilícito, no lesiona el patrimonio, sino que a sus sentimientos, afectos o creencias. ¿ Se
indemniza el daño moral en materia de responsabilidad extracontractual? La doctrina y la
jurisprudencia son contestes en que sí se indemniza el daño moral, lo que difiere en materia
contractual. Hay voces críticas respecto a la indemnización del daño moral en general, porque es
difícil de cuantificar. La crítica principal es porque el dinero no repara el dolor, no lo compensa y,
por otro lado, como ya se dijo, es difícil de cuantificar. La doctrina conteste se basa en que el art.
2.314 no distingue qué tipos de daños se reparan (“El que ha cometido un delito o cuasidelito que
ha inferido daño a otro, es obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le
impongan las leyes por el delito o cuasidelito”); además, el art. 2.331 que se refiere a las injurias
y calumnias se señala como un caso excepcional en el que se distingue qué daño se paga (repara),
en este caso no se paga el daño moral. Es una excepción porque la regla general es el pago de
todo daño en materia extracontractual. De hecho, el art. 2.331 muchas veces se ha declarado
inaplicable por ser contrario a la constitución, pero no por el 19n°4, si no que porque es contrario
al derecho de propiedad. Se intentó incluso derogar, pero no se pudo. Se cita además el art. 19
letra i que habla de la indemnización de perjuicios por error judicial que contempla el daño moral.

b. Daño previsto o imprevisto.

i. Previsto es aquel que se podía anticipar antes de constituirse el hecho ilícito.


ii. Imprevisto aquel que no se podía anticipar.

En materia extracontractual se indemnizan ambos.

c. Daño en las personas y en las cosas: se indemnizan ambos.

d. Daño contingente (vs. Daño “producido”) es aquel que aún no ha ocurrido, pero fundadamente
se teme. Ej. un puente que está en mal estado. El daño contingente más que indemnizarse, da
derecho a ejercer la acción popular contemplada en el art. 2333, que de ocurrir conseguirá la
indemnización de perjuicios, ya que busca que se materialice el daño.

Art. 2333. Por regla general, se concede acción popular en todos los casos de daño contingente que por
imprudencia o negligencia de alguien amenace a personas indeterminadas; pero si el daño amenazare
solamente a personas determinadas, sólo alguna de éstas podrá intentar la acción. 

e. Por último, el daño propio vs el daño por repercusión o rebote. El segundo es el que sufre una
persona como consecuencia del hecho ilícito de otra.

2. IMPUTABILIDAD:
Que la conducta sea conducta dolosa o culpable. El dolo es el elemento que configura el delito civil, si
hay dolo hay delito, en cambio, si hay culpa hay cuasidelito. En materia extracontractual es irrelevante la

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Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

distinción entre dolo o culpa. El dolo se define como la intención positiva de inferir injuria a la persona
propiedad de otro (art. 44). Y es analizado en concreto por el juez, vale decir, se analiza la circunstancia
especifica del caso. El dolo en materia civil se puede ver como vicio del consentimiento, como elemento
del delito civil y elemento agravante de la responsabilidad en materia contractual.  Además, es necesario
recordar que el dolo no se presume, debe probarse; hay casos en que se presume.

5.10.16

La culpa por su parte, es el elemento que configura el cuasidelito. La culpa se conceptualiza como la falta
de la debida diligencia o cuidado en la realización de un hecho (culpa extracontractual) o en el
cumplimiento de un contrato (culpa contractual). Si el hecho ilícito se mete con culpa, genera un daño,
hay causalidad y capacidad, se produce un cuasidelito.

Grado de responsabilidad en que se responde


La doctrina mayoritaria sostiene que como la culpa sin más calificativo es culpa leve, tal como dispone el
art. 44, el grado de culpa del que se responde en materia extracontractual, es leve entonces. Dicho de otra
manera, las personas en la vida social deben emplear un estándar medio de cuidado. (Recordar que en
extracontractual la culpa no está graduada). Consiste entonces, la culpa extracontractual, en no emplear la
diligencia que usa un hombre medio en la ejecución de un hecho. Hay otro artículo en materia
extracontractual que ratifica lo anterior (art. 2323).

Art. 2323. El dueño de un edificio es responsable a terceros (que no se hallen en el caso del artículo
934), de los daños que ocasione su ruina acaecida por haber omitido las necesarias reparaciones, o por
haber faltado de otra manera al cuidado de un buen padre de familia.

Es el juez quien determina si una conducta fue culpable o dolosa, analizando las circunstancias del caso
concreto.

Dicho lo anterior, es necesario saber que hay ciertos casos que se agrupan en la doctrina que son
conocidos como casos generales de culpa. Si bien, en definitiva, el juez decide qué casos son culpables,
hay situaciones que generalmente son constitutivas de culpa:

a. Infracción de ley y reglamentos.


Esa situación inmediatamente hace suponer que se faltó a la debida negligencia volviéndose imputable.
Por ejemplo, la ley del tránsito, si uno se pasa un disco pare y producto de ello se choca a otra persona, la
conducta será culpable o negligente. El primer deber de todo individuo es respetar el derecho objetivo por
lo que si no se cumple hay culpa. Por otro lado, puede ser que operen causales de eximición de
responsabilidad como el caso fortuito o fuerza mayor.

b. Abuso del derecho.


En principio suena contradictorio que se pueda incurrir en responsabilidad extracontractual ejerciendo un
derecho. ¿Cómo alguien incurre en responsabilidad por haber obrado en conformidad al derecho (pues se
ejerce una facultad que ha sido otorgada por el derecho)? Esta teoría surge a partir del derecho de
dominio, en virtud del cual se puede usar y gozar del bien arbitrariamente; este concepto es demasiado
formalista y olvida la aplicación del principio de la buena fe ya que el derecho debe ejercerse de buena fe.
La teoría del abuso del derecho se vislumbra al verificar que el derecho no se está ejerciendo de manera
razonable.

Lo típico de un derecho subjetivo es que el ordenamiento jurídico le reconoce al titular la potestad de


inclinarse a favor del mismo en un conflicto de intereses. Lo que significa que cuando hay un conflicto

29
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

con otra persona y hay un derecho subjetivo, el ordenamiento jurídico se inclinará a su favor primando
sobre otros. Como limitación a los derechos subjetivos está el contenido de los mismos, es decir se puede
hacer lo que el derecho permite hacer (los atributos o facultades que se confieren al titular, en el caso del
dominio son usar gozar y disponer); una segunda limitación está dada por el abuso del derecho.

Doctrinas del abuso del derecho


Hay diferentes doctrinas, una niega la existencia de la teoría del abuso del derecho por parecer
contradictorio, considera que el contenido del derecho es el único límite a su ejercicio y por lo tanto, si se
obra dentro de las facultades no se puede incurrir en responsabilidad por abuso del derecho; "no puede
abusar contra el derecho quien obra según las facultades que le da el ordenamiento jurídico."

Una segunda teoría considera que el abuso del derecho surge cuando el ejercicio concreto de ese derecho
se aparta de la finalidad del derecho, se considera el ejercicio del derecho como contrario a los fines del
mismo. Dentro de los autores que señalan esta teoría se encuentra Josserand. Esta teoría considera que
hay abuso del derecho cuando el ejercicio del mismo es contrario a los fines del derecho. Sostienen que
cada derecho debe responder a cierta finalidad, los derechos subjetivos satisfacen derechos colectivos y si
en el ejercicio particular se apartan de ese objetivo, se está incurriendo en un abuso de ese derecho.
Ejemplos: el caso de una condición resolutoria cuando se ejerce solo con el fin de dañar a la contraparte y
no el resolver el contrato por el incumplimiento. El problema de esta teoría es que da al juez una facultad
discrecional para ver cuál fue la finalidad detrás de cada una de las normas del ordenamiento jurídico. Se
transforma el juez de esa forma en una especie de psicólogo.

Hay una tercera doctrina que considera el abuso del derecho como un correctivo al ejercicio excesivo o
anormal del derecho. Acá el abuso del derecho cumple la función correctiva excepcional (lo normal es
que quien ejerce una facultad lo haga dentro de su órbita y esté bien). Dentro de esta teoría hay varias
hipótesis. Se focaliza en el carácter correctivo al ejercicio excesivo o anormal. Hay dos conceptos
fundamentales: las buenas costumbres y la buena fe. Las buenas costumbres se refieren a la relación del
individuo con la sociedad toda. En cambio, la buena fe se analiza respecto de la contraparte (se hace en
concreto). Como ya dijimos es un paliativo excepcional en contra de un derecho que atenta contra ciertos
estándares mínimos.

Hipótesis de abuso del derecho según esta teoría:

i. Cuando se ejerce un derecho con la intención exclusiva de dañar a otro . Caso Holandés: hay un
terreno donde vive un holandés, el cual odia a su vecino y por esa razón decide instalar un lienzo
gigante entre sus predios para taparle la vista. Al levantar el lienzo está ejerciendo las facultades
otorgadas por el ordenamiento jurídico. Se recurre por abuso del derecho y le ganan al holandés. En
un segundo intento, el holandés instala un molino que no funcionaba sólo estaba molestando, se
reclamó por abuso al derecho y perdió nuevamente. En una tercera oportunidad puso el mismo
molino, pero esta vez estaba conectado, y se reclamó; en esta oportunidad ganó el holandés porque el
molino estaba cumpliendo una función no tenía una intención exclusiva de dañar a otro.

ii. Extrema desproporción entre el interés del titular del derecho y el efecto negativo que produce en el
otro en virtud del ejercicio del derecho. Tiene que ser una extrema desproporción. Esta es una de las
hipótesis que más aplicación tiene. Se citan como ejemplo el art. 1.489 sobre la condición resolutoria
tácita, porque algunos sostienes que no cualquier incumplimiento permite la resolución del contrato,
sino que tiene que ser un incumplimiento relevante, porque si no se está abusando del derecho. Ej.
hay contrato donde una de las obligaciones es dar información el tercer día de cada mes, esta
obligación se cumple el cuarto, si en este caso se pide la CRT, sería un abuso. Se señalan también los
art. 1552 (mora purga la mora o excepción de contrato incumplido), al respecto hay que distinguir la

30
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

clase de obligaciones que cada persona tiene pues una puede ser más compleja de cumplir que la otra.
También se cita una norma actualmente derogada sobre el derecho de aguas que contemplaba que
toda persona puede cavar su propio poso incluso si de ello se sigue perjuicio a los pozos de los
vecinos, pero si de ello no se obtiene beneficio alguno o el daño que se causa es mucho mayor al
beneficio, será obligado a cegarlo (art. 945 cc y 56 código de aguas).

iii. El acto propio: (Venire contra factum proprium non valet) No significa que si se dijo algo se queda
obligado al resto de los días a ello, se tiene derecho a cambiar opinión, pero hay un límite a
retractarse que es la buena fe, cuando la conducta no será contradictoria con lo dicho o hecho.

Ej. en un juicio hay una discusión y en los escritos judiciales se ha dicho que la CRT no opera respecto de
obligaciones insignificantes o de poca relevancia, el otro en la demanda reconvencional le alega algo y el
primero para defenderse de lo dicho por el otro, se contradice señalando que ahora sí vale la CRT para
incumplimiento de todo tipo de obligaciones. También se considera como una aplicación del abuso del
derecho porque ese ejercicio es abusivo ya que se había generado una legítima confianza de que la
conducta se iba a mantener en el tiempo y si se actúa contrario a la pretensión que se tenía, se actúa de
mala fe. Para que se aplique el acto propio debe haber identidad de partes. Tiene que haber una actitud
previa que genera una confianza en que se mantendrá, y una conducta posterior contraria a esta. Algunos
dicen que debe ser en el mismo juicio incluso.

Esta teoría de abuso del derecho no se aplica en tratados de derechos absolutos, nadie pueda reclamar.

i. Otorgar acenso o licencia, es autorización que da el padre o madre del hijo menor de
edad capaz de contraer matrimonio, se case. Los padres pueden darlo o no si quieren
y punto.
ii. La facultad de testar. Uno es libre de testar, si quiere se hace o no. Nadie puede
reclamar.
iii. Si se está en comunidad, el derecho a pedir la división de los bienes comunes es
absoluto.

Estas son teorías que han ido surgiendo y recogen la doctrina más avanzada, a pesar de eso, sí tienen
respaldo en nuestro ordenamiento jurídico, además la jurisprudencia hoy en día cada vez las acepta más.
A pesar de que no hay un artículo que señale que no se puede ejercer un derecho de manera abusiva, se
entiende que emana del principio de buena fe. A pesar de lo dicho, cabe mencionar los siguientes
artículos que recogen estas ideas como el 56 del código de agua respecto al pozo; Los art. 2110, 2111 y
2112, que señalan que la renuncia de un socio no puede ser intempestiva y si lo es, deberán indemnizarse
perjuicios.

Además, hay códigos modernos como el suizo y el alemán que recogen el abuso del derecho
expresamente, incluso en su época el código soviético lo recogía. Es una institución relevante porque es
una hipótesis que genera responsabilidad y se considera culpable, por lo tanto, si se sabe que con el
ejercicio del derecho se está generando un daño mucho mayor al otro, se actúa culpable.

La hipótesis en que se hace daño porque sí, es dolo, no culpa. En Alemania había un señor que tenía un
castillo. En el castillo estaba enterrada la madre y no dejaba ir al hijo a verla. El hijo demanda al padre el
abuso del derecho. El juez falló en favor del hijo.

17.10.16

31
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

3. RELACIÓN DE CAUSALIDAD ENTRE EL DAÑO Y LA CONDUCTA DOLOSA


O CULPABLE.
Es un elemento importante y discutido y con este concepto se refiere a que el daño sea consecuencia de la
conducta dolosa o culpable de otro. Si no lo es, no es atribuible al sujeto que lo realizó y no debe asumir
las consecuencias de ello. La causalidad es diferente entre la responsabilidad extracontractual y la
contractual por la existencia de un vínculo jurídico previo en este último, por esto es que en el ámbito
extracontractual se pueden dar muchas hipótesis como que una persona choque a otra causándole
lesiones, cuando esta persona es llevado en ambulancia, es chocada y termina muriendo ¿es la causa de la
muerte el que lo hayan chocado antes o es la causa de la muerte sólo el choque que sufrió la ambulancia?
Hay que distinguir entre la causalidad natural y la causalidad jurídicamente relevante.

Otro ejemplo que nos permite vislumbrar las situaciones diversas que pueden darse es aquel en que una
persona llega a su tren cuando está partiendo, el chico que corta los boletos lo ayuda a subir mientras está
en movimiento y producto de esta maniobra, al pasajero se le cae un paquete en el cual llevaba fuegos
artificiales los cuales al llegar al suelo estallan llegándole uno a una mujer que estaba esperando en el
andén quedando herida y sin ojo ¿hay causalidad? ¿del funcionario?

Otro más es si alguien camina por la calle cerca de una construcción y le cae un tablón de ésta con un
clavo. Parte a la clínica donde le ponen la inyección antitetánica, la cual le causa alergia por tener un
elemento en su fórmula nueva que le produce esa reacción. Debido a ello, sufre malestares y queda
internado por semanas en la clínica, no pudiendo ir a trabajar y perdiendo el premio que estaba a punto de
ganar ¿hay causalidad?

Un niño hemofílico juega en el patio, nadie lo sabe. Otro compañero del colegio le pega, comienza a
rascarse y se desangra. Lo llevan a la clínica, pero es demasiado tarde ya que se gangrenó y muere. ¿Hay
causalidad? Desde el punto de vista natural, claramente la hay pues si no le hubieran golpeado, el niño no
hubiera sufrido el desangrado y la muerte.

Volviendo al concepto de causalidad, significa que el daño que se produce sea una consecuencia de la
conducta dolosa o culpable del sujeto activo. Que el daño sea resultado de la conducta imputable no era
lo único necesario para Alessandri, quien señalaba que la causa debe ser necesaria y directa del perjuicio.
Siendo lo que generalmente se aplicaba por la mayoría y que tenía por objeto el excluir el daño indirecto
pues justamente no hay causalidad respecto de ellos. El punto es que al hablar de causa necesaria y directa
hay problemas respecto al daño por rebote, el que sí se indemniza.

Entonces se entiende que hay causalidad cuando el dolo o culpa ha sido causa necesaria y directa del
daño, de manera que de no mediar la conducta dolosa o culpable no se habría producido el resultado.

La falta de causalidad lleva a una exención de responsabilidad como, por ejemplo, cuando el daño es
imputable a la conducta de la víctima misma y no se produce la atribución de resultados. Esto puede
producir una eximición de responsabilidad como también una atenuación de responsabilidad. Cuando la
culpa de la víctima excluye la del otro, es exención de responsabilidad (es decir la culpa de la víctima es
mayor a la otra). Hay atenuación cuando las culpas son concurrentes, ahí no se excluye la atribución de
los efectos del ilícito, pero tiene otros efectos, al respecto el art. 2330 señala algo.

Art. 2330. La apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él
imprudentemente.

Ahora, dentro de los efectos de la causalidad (necesaria y directa) se excluye la indemnización de los
daños indirectos pues ahí no hay causalidad. Esto es simple cuando hay una sola causa, pero es distinta la

32
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

situación cuando hay una pluralidad de causas concurrentes. En este caso, la dificultad se reduce a
determinar quién es responsable o qué causas son las necesarias para producir el resultado. De forma
natural uno tiende a decir que todas deben ser necesarias para producir el resultado, pero desde el punto
de vista normativo es diferente pues la ponderación de unas es mayor a otras, hay unas más relevantes.

Es por eso que han surgido varias teorías para determinar cuál o cuáles son las causas jurídicamente
relevantes, ya que, desde el punto de vista natural, como ya hemos dicho, todas son causas. Las teorías
más importantes son dos:

Teoría de la equivalencia de las condiciones de Von Buri


Señala que todos los factores tienen igual equivalencia jurídica y si son varios los hechos ilícitos, todos
ellos están obligados a la indemnización en virtud del art. 2317. Sin perjuicios de los ajustes que se
produzcan entre ellos posteriormente. Esta es la teoría que sostiene Alessandri. Según esta teoría un hecho
dejará de ser causa mediante la aplicación del test de la supresión mental hipotética, o sea, que si algunos
de los factores se eliminan y el resultado se sigue produciendo, el factor eliminado no es causa. Si se
suprime un factor y no se sigue produciendo el resultado SÍ es causa. Esta teoría tiene el problema de que
atiende a la causa desde el punto de vista natural y estrictamente lógico, no normativo, porque las causas
de mayor entidad y las de menor entidad son equivalentes, pudiendo producirse consecuencias graves
como poder perseguir en virtud del art. 2317 a cualquier persona de manera solidaria a pesar de que su
actuar no tenga el peso más relevante.

Teoría de la causa eficiente, adecuada o determinante de Von Kriest.


Señala que dentro de todas las causas que se dan desde el punto de vista de la naturaleza se debe elegir
aquella que normalmente ha de producir ese resultado excluyéndose las otras. Tiene un carácter
normativo y, por tanto, hay que elegir la que tiene el rol preponderante. Con esta teoría se elimina el
absurdo que se producía en el caso anterior.

En Chile no hay respuesta global respecto al tema de la multiplicidad de causas (en el sentido que se
aplique una u otra teoría). Tenemos por un lado el art. 2317 ya mencionado. Ahora, respecto a lo que
ocurre cuando un delito o cuasidelito ha sido cometido por dos o más personas o cuando comenten delitos
diferentes, hay diferentes discusiones. Sin embargo, en general en Chile ha sido frecuente la aplicación de
la teoría de Alessandri, es decir, todas se consideran causas y por ello, cada uno de los que participó será
factor del hecho ilícito y será solidariamente responsable por lo que señala el código, aunque en la
actualidad se ha aplicado la otra teoría.

En el evento de que la causa interviene con posterioridad al hecho ilícito no hay relación de causalidad
porque la causa debe ser respecto de un hecho ilícito y acá no lo es porque ocurre luego del hecho ilícito.
Por ejemplo, le produzco a alguien una herida leve y por su descuido después le da gangrena.

Prueba de la causalidad.
La causalidad es uno de los elementos fundamentales de la responsabilidad extracontractual y necesaria
para que nazca la obligación de indemnización de perjuicios. La carga de la prueba de la causalidad le
corresponde a quien la invoca (la víctima). Probado que sea que uno es consecuencia del otro, la carga de
acreditar que no concurre en responsabilidad será del autor del hecho ilícito. Hay ciertas hipótesis en que
se presume la causalidad (lo normal es que no se presuma), como el caso del art. 2329.

¿La determinación de causalidad es de hecho o de derecho? Si es de hecho queda fijado por los jueces de
la instancia y no puede ser revisado por recurso de casación en el fondo. La respuesta a esta pregunta es
que es una cuestión de hecho, pero hay autores que estiman que por ejemplo determinar si un daño es
directo o indirecto, es de hecho.

33
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

4. CAPACIDAD PARA COMETER UN DELITO O CUASIDELITO CIVIL


La regla general es que las personas sean capaces extracontractualmente; la excepción es la incapacidad al
igual que en materia contractual. Las personas incapaces en materia extracontractual están determinadas
en el art. 2319.

Art. 2319. No son capaces de delito o cuasidelito los menores de siete años ni los dementes; pero serán
responsables de los daños causados por ellos las personas a cuyo cargo estén, si pudiere imputárseles
negligencia.
Queda a la prudencia del juez determinar si el menor de dieciséis años ha cometido el delito o
cuasidelito sin discernimiento; y en este caso se seguirá la regla del inciso anterior.

Respecto de los infantes se presume de derecho que no tienen discernimiento. En cuanto a los dementes,
en materia contractual, si un demente es declarado interdicto, cualquier acto que celebre con posterioridad
a la declaración es nulo de nulidad absoluta incluso si lo realizó en un intervalo lúcido. En materia
extracontractual es incapaz el demente, sin embargo, acá se distingue respecto del intervalo lúcido, ya que
si obró en ese periodo de tiempo sí responde ya que la norma dice que lo obrado en el intervalo lucido no
vale está en materia contractual (art. 465). La doctrina dice que la privación de razón tiene que ser total.
Todo este tema es complejo, ya que desde el punto de vista médico la consideración de quién es loco es
variable.

En conclusión, la normativa extracontractual en cuanto a capacidad es más flexible y amplia que la


contractual.
19.10.16

La capacidad en materia extracontractual ya vimos que es más amplia que en materia contractual, porque
para celebrar cualquier acto jurídico se requiere plena madurez intelectual por eso la capacidad
contractual es mayor, mientras que para ser responsable por un delito básicamente es necesario tener
conciencia de lo bueno y lo malo y eso obviamente se produce en un grado de desarrollo menor que la
plena madurez.

Cuando un delito es cometido por un incapaz es responsable su guardián y así lo dice el art. 2319. O sea,
si hay un delito hecho ilícito cometido por un incapaz, no responde el incapaz porque es incapaz valga la
redundancia, sino que responde la persona que está a su cargo, siempre y cuando se le pueda probar
negligencia. Dicha negligencia debe ser respecto a evitar que se cometiera el hecho dañoso. Lo
importante es probar la culpa en el guardián, es decir, que no empleó el debido cuidado.

A continuación, veremos las presunciones de culpabilidad por hecho ajeno. En el caso recién visto, se está
sancionando al guardián por un hecho propio (su negligencia), algo diferente es que el hecho haya sido
causado por el incapaz. Acá a diferencia de lo que veremos a continuación no hay presunciones de
culpabilidad, por lo que acá hay que probar la culpa del guardián. En el caso que veremos a continuación,
por ejemplo, la responsabilidad de los padres respecto de los hijos que viven en su misma casa: se
presume la culpa de los padres respecto de los hijos menores que viven en la misma casa, en este caso de
presunción de culpabilidad por hecho ajeno, las dos personas son capaces de cometer el delito: el padre y
el menor.

¿Qué sucede cuando un niño comete un delito? ¿El guardián puede repetir contra el niño para que le
reembolse por lo cometido por el niño? No hay repetición, porque la responsabilidad es de el guardián por
el incapaz. Cuando se habla de presunciones de culpabilidad por el hecho ajeno como la de los padres en
general, directores de establecimiento educacional y todo aquel que tiene a su cuidado a una persona bajo
un vínculo de subordinación y dependencia, en ese caso, el que comete el delito es capaz y por lo tanto

34
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

uno tiene la posibilidad de dirigirse contra el que cometió el delito y el que lo tiene a su cargo, aunque
quien cometió el delito no tiene dinero porque es probablemente alguien de poco patrimonio por ser, por
ejemplo, un niño y es por ello que uno se dirige contra el principal el cual sí tiene acción para que se
repita lo que pagó. Entonces, como ya se ha dicho, en el caso del 2319, el que comete el ilícito es
incapaz, no hay presunción de culpa por parte del guardián quien deberá soportar el cargo de las
indemnizaciones, en cambio en la presunción de culpa por hecho ajeno, es capaz el que comete el ilícito,
hay presunción de culpa, pero tiene acción para repetir lo que deba pagar.

La tendencia de la legislación contemporánea respecto a la incapacidad es que cada vez se elimina más la
incapacidad, pasando a ser la regla general la capacidad.

Respecto a las personas jurídicas, estas son capaces de cometer delitos y cuasidelitos y son plenamente
responsables en materia extracontractual. Serán responsables de los delitos cometidos por sus órganos,
ejemplo en el caso de una SA, cuyo órgano de administración es el directorio y éste adopta la decisión de
llevar a cabo un hecho ilícito quien responde es la persona jurídica. La persona jurídica es responsable si
la decisión fue adoptada por el órgano. Obviamente el órgano tiene que obrar dentro de sus atribuciones.

Luego tenemos la responsabilidad de un ebrio que se encuentra regulado en el art. 2318.

Art. 2318. El ebrio es responsable del daño causado por su delito o cuasidelito. 

Lo anterior se aplica en el caso que el consumo de alcohol sea voluntario, si fuerzan a una persona a
tomar la situación es distinta, porque no sería voluntario. La aplicación de este artículo se hace analógica
a cualquier estupefaciente.

Presunciones de Culpabilidad
Recordemos que nuestro sistema es subjetivo, supone el dolo y la culpa que debe probarse, lo que muchas
veces es tremendamente difícil, haciendo que la víctima quede en indefensión porque no va a poder
probar la culpabilidad del otro.

Las presunciones de culpabilidad siguen manteniendo nuestro sistema subjetivo, ya que se sigue basando
en la imputabilidad de la culpa o dolo, pero la gracia es que se presume y en consecuencia, el autor tendrá
que acreditar que incurrió un caso fortuito o que fue responsable o diligente. La victima tendrá que probar
los elementos para que se configure la presunción. Por ejemplo, en el caso de la culpa por el hecho ajeno,
tendremos que probar que el dependiente cometió un delito, que había un vínculo de subordinación o
dependencia y además probar que la persona era capaz: acreditado eso, se presume la culpa del principal
porque se probaron los elementos que permiten establecer la presunción. Algunos dicen que también se
presume la relación de causalidad, no sólo la culpa.

A quien se le imputa la culpa, tiene que acreditar las circunstancias eximentes de responsabilidad: caso
fortuito, empleo de la debida diligencia y cuidado o que no hay causalidad.

Las presunciones de culpabilidad pueden ser

a. Por el hecho propio (Art.2329)


Art. 2329. Por regla general, todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona,
debe ser reparada por ésta. Son especialmente obligado a esta reparación:
1º El que dispara imprudentemente un arma de fuego
2º El que remueve las losas de una acequia o cañería de la calle o camino, sin las precauciones
necesarias para que no caigan los que por allí transitan de día o de noche.

35
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

3º El que, obligado a la construcción o reparación de un acueducto o puente que atraviesa un camino lo


tiene en estado de causar daño a los que transitan por ahí.

Según la doctrina la presunción se dispone con la palabra “especialmente”, antes de ella, el artículo no
habla de presunción de culpa si no que habla de la regla general de la responsabilidad. De esta forma, los
casos de presunción de culpabilidad que contempla este artículo son los señalados ahí. Primero habla del
que “imprudentemente” dispara un arma de fuego, a pesar de su redacción algo redundante la doctrina
estima que esta sí se trata de una presunción de culpa. El segundo caso habla de la remoción de losas de
una acequia o cañería de la calle o un camino para que no se caigan las personas, si eso ocurre se presume
la culpa. La manera de acreditar que no se actuó culpablemente está señalado en el mismo número al
decir que debe haberse hecho “sin las precauciones necesarias”, por lo que, si se realizó con las
precauciones necesarias y se prueba esto, se destruye la presunción. El último caso que contempla es el
de la persona obligada a la construcción o reparación de un acueducto o puente que atraviesa un camino y
lo tiene en estado de causar daño.

Se ha sostenido que este art. establece una presunción general de culpabilidad cuando el daño proviene de
un hecho que por su naturaleza o por las circunstancias en que se realizó es susceptible de atribuirse a
culpa o dolo del agente. Esta teoría la sostiene Alessandri, otros autores dicen que eso no es efectivo
porque alteraría el fundamento de nuestro sistema de responsabilidad, que sabemos es subjetivo.

En la ley de tránsito tenemos presunciones por el hecho propio y también en el código penal (art. 492)
respecto del cruce de peatones: si atropello a alguien en paso de cebra, se presume mi culpa, si es a mitad
de cuadra, al revés.

b. Por el hecho ajeno (Art. 2320)


La regla general es que se responde por el hecho propio y no el ajeno. En el hecho propio se contempla
sólo el cometido por la persona misma, sino que también el cometido por el causante (los herederos
responden por el causante). Como toda regla general hay excepciones en las cuales se contempla el
responder por el hecho ajeno, estas se encuentran en el art. 2320. Estas excepciones están relacionadas
con ciertos vínculos de subordinación o dependencia derivado del deber de vigilancia de las personas que
se tienen a cargo (cuidado). Lo que se sanciona en estos casos es el hecho de un tercero capaz,
presumiéndose la culpa de la persona que lo tiene bajo su supe vigilancia. En este caso el hecho es ajeno
pero la culpa es propia porque no se empleó la vigilancia debida. Esta es una norma de carácter general,
por lo tanto, cada vez que se den estas hipótesis o equivalentes se aplica el principio de que se responde
por derecho ajeno, por ello no es taxativo y los casos que se mencionan son a titulo ejemplar.

Art. 2320. Toda persona es responsable no solo de sus propias acciones, sino del hecho de aquellos que
estuvieren a su cuidado.
Así, el padre, y a falta de este, la madre es responsable del hecho de los hijos menores que habiten en la
misma casa.
Así el tutor o curador es responsable de la conducta del pupilo que vive bajo su dependencia y cuidado.
Así los jefes de colegios y escuelas responden de, hecho de los discípulos, mientras están bajo su
cuidado; y los artesanos y empresarios del hecho de sus aprendices o dependientes, en el mismo caso.
Pero cesará la obligación de estas personas si con la autoridad y el cuidado que su respectiva calidad les
confiere y prescribe, no hubieren podido impedir el hecho.

Esta es una presunción simplemente legal que admite prueba en contrario (“si con la autoridad y el
cuidado que su respectiva calidad les confiere y prescribe, no hubieren podido impedir el hecho”, a
contrario sensu, si de poderse haber aplicado una medida para evitar el hecho no lo hicieran, se responde).

Los requisitos para aplicar esta presunción son:

36
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

a. Relación de subordinación o dependencia entre el autor del daño o hecho ilícito o dañoso y la
persona responsable. Sólo en las hipótesis en que hay autoridad y obediencia nace el deber de
supervigilar y, por lo tanto, la correlativa responsabilidad por el hecho ajeno. El vínculo debe ser
probado por la víctima.
b. Ambos, tanto el que ejerce la autoridad como el que cometió el delito o cuasidelito civil, sean
capaces, a diferencia de la otra donde uno era incapaz.
c. El subordinado debe haber cometido un delito o cuasidelito civil y que ello se pruebe. Esto
significa que se deben probar todos los elementos del delito o cuasi delito civil, por lo tanto, se
debe probar la culpa del autor y probado todo ello, se presume la culpa del “principal” o quien
ejerce la autoridad.

Por lo tanto, no es correcto decir que cuando hay una presunción de culpabilidad de hecho ajeno no se
deba probar la culpa, ya que como vimos es necesario probar todos los elementos del delito o
cuasidelito civil cometido por el subordinado. La ley presume la culpa del principal pero no la del que
cometió el delito o cuasidelito.

Hay una contra excepción en el art. 2321 la cual no admite prueba en contrario.

La responsabilidad del hecho ajeno no excluye la del autor del hecho ilícito, pues ambas coexisten y por
ello, la victima puede accionar contra cualquiera según su conveniencia. Ahora, en este ámbito no existe
solidaridad (por ello no puede accionarse contra los dos simultáneamente), porque no son partícipes del
mismo hecho ilícito, ya que por un lado está el ilícito cometido por el subordinado y por otro lado, el
ilícito del principal al no haber llevado la debida vigilancia sobre él. Entonces, como ya se dijo no es
solidaria esta responsabilidad, pero sí se puede demandar en subsidio.

La acción de la persona civilmente responsable en contra de aquella que produjo el daño se encuentra en
el art. 2325.

Art. 2325. Las personas obligadas a la reparación de los daños causados por las que de ellas depende,
tendrán derecho para ser indemnizadas sobre los bienes de éstas, si los hubiere, y si el que perpetró el
daño lo hizo sin orden de la persona a quien debía obediencia, y era capaz de delito o cuasidelito, según
el artículo 2319.

Para que proceda la acción se requiere entonces:


a. Que sea capaz la persona que cometió el delito o cuasidelito
b. Que se haya actuado sin una orden del principal
c. Tiene que tener bienes el subordinado
d. Tiene que haber indemnizado los perjuicios el principal

Esta acción prescribe en un plazo de 4 años según el profesor.

Casos del 2320


a. El padre, y a falta de este, la madre es responsable del hecho de los hijos menores que habiten en
la misma casa. Se requiere que el hijo sea menor y que habite en la misma casa, entonces si el
hijo está internado, no responde el padre. Ej. si un niño que vive con sus padres tira una piedra a
la casa del vecino y rompe sus vidrios, se aplicará la presunción del art. 2320 siempre que el niño
haya obrado con discernimiento (sea capaz), si no es así, se aplica el art. 2319 pero como acá no
hay una presunción, se debe probar la negligencia de los padres en evitar el resultado y por otro
lado el padre no tiene derecho a repetir contra el hijo. Todo esto es porque se entiende que hay

37
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

subordinación y deber de obediencia. Se cuestiona porque las normas de cuidado de los hijos se
han visto modificadas: en la actualidad la tuición de los hijos corresponde a ambos padres (art.
224). Si viven separados, le toca a la madre el cuidado de los hijos. Deben sumisión y respeto a
ambos padres (art. 222), la norma anterior decía que debían “especial sumisión” al padre. La
norma del 220 tiene una pequeña contradicción con las demás normas, porque lo lógico sería que
en primera instancia serían responsables ambos padres; pero el 220 se mantiene y es responsable
el padre y si falta, la madre. Se entiende que falta el padre en los mismos casos que la ley señala
para el ascenso o licencia, como cuando el padre está muerto (art. 109).

b. El tutor o curador es responsable de la conducta del pupilo que vive bajo su dependencia y
cuidado. Acá ya no habla de menor, puede ser mayor o menor, pero debe ser siempre capaz. Se
refiere a los que ejercen guardas personales y no sobre bienes.

c. Los jefes de colegios y escuelas responden del hecho de los discípulos, mientras están bajo su
cuidado; y los artesanos y empresarios del hecho de sus aprendices o dependientes, en el mismo
caso. En este caso se refiere a que los niños estén bajo su cuidado lo que ocurre mientras están en
el colegio o si están en una salida escolar sin distinción de edades. Respecto de los empresarios se
utiliza de manera amplia y abarca a todo empleador; dependiente, corresponde a trabajador, pero
tiene que estar a su cuidado.

24.10.16

Todos estos casos son presunciones simplemente legales y si se acreditan se presume la culpa de quien
corresponda por tener a su cargo el cuidado del otro, pero pueden eximirse de la responsabilidad
acreditando que no podían evitar eso.

Hay otro caso de presunción de culpabilidad por el hecho ajeno que se encuentra en el art. 2322:

Art. 2322. Los amos responderán de la conducta de sus criados o sirvientes, en el ejercicio de sus
respectivas funciones; y esto aunque el hecho de que se trate no se haya ejecutado a su vista.

Pero no responderán de lo que hayan hecho sus criados o sirvientes en el ejercicio de sus respectivas
funciones, si se probare que las han ejercido de un modo impropio que los amos no tenían medio de
prever o impedir, empleando el cuidado ordinario, y la autoridad competente. En este caso toda la
responsabilidad recaerá sobre dichos criados o sirvientes.

Acá la norma se refería al servicio doméstico pero la jurisprudencia ha ampliado este concepto a los
empleadores y trabajadores. El inciso final del art. permite eximirse de responsabilidad a los amos,
cuando se probare que los empleados han ejercido sus funciones en un modo impropio que los amos no
han podido prever.

Como ya se ha dicho, todas las hipótesis vistas son presunciones legales, sin embargo, hay un caso en que
no se admite prueba en contrario siendo una presunción de derecho que se encuentra en el art. 2321.

Art. 2321. Los padres serán siempre responsables de los delitos o cuasidelitos cometidos por sus hijos
menores, y que conocidamente provengan de mala educación, o de los hábitos viciosos que les han
dejado adquirir. 

Además de las hipótesis mencionadas están las incluidas en la ley de tránsito que establece la
responsabilidad del propietario de un automóvil donde se señala el propietario y el conductor son
solidariamente responsables de los daños cometidos por el uso del vehículo sin perjuicio de la

38
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

responsabilidad de los terceros; se puede eximir el dueño si prueba que el auto fue usado sin su
conocimiento o sin su autorización expresa o tácita.

Se presume dueño el que aparezca como titular inscrito en el registro nacional de vehículos motorizados.

Efectos de la responsabilidad por el hecho ajeno

1. Si se dan las hipótesis se presume la culpa del tercero civilmente responsable Es una presunción
legal porque puede eximirse en aplicación del art. 2320 inciso final. Ojo que la jurisprudencia es
muy estricta para la aplicación de la exención, para que se aplique la exención la jurisprudencia
ha establecido que la imposibilidad debe ser total para evitar el hecho dañoso. Esta es una
cuestión de hecho que depende caso a caso y del juez. No es una presunción legal, si no que de
derecho en el caso del art. 2321. Y la del art. 2322 tiene la particularidad ya señalada.
2. No excluye la responsabilidad del autor del hecho ilícito, por lo que se puede accionar en su
contra, sin embargo, en la práctica no se hace por su falta de patrimonio. Ahora, la
responsabilidad no es solidaria pues no emana del mismo hecho ilícito.
3. Existe el derecho a repetir por parte del tercero civilmente responsable que ha pagado en contra
del autor del hecho ilícito (art. 2325).

Art. 2325. Las personas obligadas a la reparación de los daños causados por las que de ellas depende,
tendrán derecho para ser indemnizadas sobre los bienes de éstas, si los hubiere, y si el que perpetró el
daño lo hizo sin orden de la persona a quien debía obediencia, y era capaz de delito o cuasidelito, según
el artículo 2319.

Los requisitos para poder repetir son:


i. Que el autor del ilícito sea capaz.
ii. Que el tercero civilmente haya pagado la indemnización.
iii. El autor del hecho ilícito debe haber actuado sin orden del principal.
iv. El autor del hecho ilícito debe tener bienes.

4. No procede la acumulación de causas de indemnización.

c. Por el hecho de las cosas


Acá hay discusión doctrinaria la cual ha sido recogida en las legislaciones comparadas. Que es que en la
gran mayoría de los delitos civiles hay una cosa que causa el daño o puede ser un elemento de colabora en
la comisión de dicho resultado. Puede darse que una persona le dispare a otra en la mano, ahí hay una
cosa que es la pistola y que colabora en el daño; También hay casos en que las cosas producen daño por sí
mismas como los animales (sin que hayan sido incitados por una persona). Se sanciona en general por la
falta de la debida diligencia vigilancia por parte del propietario que tiene a la cosa a su cuidado o se sirve
de ella.

Acá hay diferentes escuelas doctrinales. Nuestro código es antiguo y sigue la doctrina romana o clásica
que se focaliza en la responsabilidad de las cosas que actúan por sí solas sin intervención del hombre.
Los casos que plantea el derecho romano al respecto son la de los daños de los esclavos y los animales; la
de los daños producidos por la ruina del edificio; y la del daño producido por objetos que caen o se
arrojan desde un edificio.

La escuela francesa contemplaba los dos primeros casos del derecho romano, pero amplía este concepto
llevándolo cada vez más lejos, abriéndose la ventana a la discrecionalidad judicial.

39
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

Una tercera posición está dada por la ampliación de casos por el hecho de las cosas mediante el concepto
de la “cosa peligrosa”, siendo aquellas que por su propia naturaleza está mayoritariamente expuesta a
producir un daño. Cuando se trata de este tipo de cosas se presume la responsabilidad de quien las tiene
en su poder.

Nuestro código civil, como ya se dijo, sigue al derecho romano clásico con excepción de la hipótesis de
los esclavos y su fundamento es la ausencia de vigilancia del dueño o del que se sirve de la cosa. Sólo
habla de hipótesis del daño por hechos de las cosas por si mismas sin intervención de humanos. Se critica
que no es ad hoc a las condiciones de la vida contemporánea en virtud de las cuales sería más preciso
aplicar el concepto de cosa peligrosa.

Hipótesis:
Por el hecho de los animales.
Art. 2326. El dueño de un animal es responsable de los daños causados por el mismo animal, aun
después que se haya soltado o extraviado; salvo que la soltura, extravío o daño no pueda imputarse a
culpa del dueño o del dependiente encargado de la guarda o servicio del animal.

Lo que se dice del dueño se aplica a toda persona que se sirva de un animal ajeno; salva su acción
contra el dueño, si el daño ha sobrevenido por una calidad o vicio del animal, que el dueño con mediano
cuidado o prudencia debió conocer o prever, y de que no le dio conocimiento.

Dentro de la responsabilidad del dueño también se contempla la del dependiente encargado del cuidado
del animal (presunción de culpabilidad por el hecho ajeno, debido a esto se responde por los hechos de los
empleados).

El inciso segundo de este art. menciona que se aplica lo dicho a toda persona que se sirva de un animal
ajeno. Si alguien hace uso de un animal ajeno, es el primero en responder por los ilícitos que éste cometa,
ahora, esta persona que hace uso del animal ajeno, a su vez, tiene acción contra el dueño si el daño ha
sobrevenido por una calidad o vicio del animal, que el dueño con mediano cuidado o prudencia debió
conocer o prever, y de que no le dio conocimiento.

Luego viene la presunción de responsabilidad del art. 2327 que es uno de los casos que algunos señalan
que el código civil sigue la teoría de la responsabilidad estricta u objetiva, en cambio, otros dicen que es
una presunción de derecho (el resultado es el mismo, en cualquier caso).

Art. 2327. El daño causado por un animal fiero, de que no se reporta utilidad para la guarda o servicio
de un predio, será siempre imputable al que lo tenga, y si alegare que no le fue posible evitar el daño, no
será oído.

Ej. Alguien tiene un cocodrilo en su casa y este produce daño a alguien.

Tenemos dos hipótesis, la general del 2326 donde hablamos del que hace uso de cosa ajena y de los
hechos del dependiente. La segunda es la del animal fiero del 2327 (del que tenga el animal fiero,
cualquiera sea el título con que se tenga).

Ruina de un edificio.
Un edificio es toda construcción que se adhiere al suelo en forma permanente; para estos efectos es un
concepto amplio. La ruina puede ser material (se da cuando el edificio se viene abajo en todo o en parte) o
funcional (no obstante no estar a punto de colapsar, no sirve para el fin que se tuvo al construirla). Puede

40
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

ser caída o destrucción y de cualquier parte del edificio adherido al mismo pues si lo que amenaza la
caída no está adherido al edificio estamos en otra hipótesis.

Art. 2323. El dueño de un edificio es responsable a terceros (que no se hallen en el caso del artículo
934), de los daños que ocasione su ruina acaecida por haber omitido las necesarias reparaciones, o por
haber faltado de otra manera al cuidado de un buen padre de familia.
Si el edificio perteneciere a dos o más personas proindiviso, se dividirá entre ellas la indemnización a
prorrata de sus cuotas de dominio.

Art. 2324. Si el daño causado por la ruina de un edificio proviniere de un vicio de construcción, tendrá
lugar la responsabilidad prescrita en la regla 3.a del artículo 2003. 

Art. 934. Si notificada la querella, cayere el edificio por efecto de su mala condición, se indemnizará de
todo perjuicio a los vecinos; pero si cayere por caso fortuito, como avenida, rayo o terremoto, no habrá
lugar a indemnización; a menos de probarse que el caso fortuito, sin el mal estado del edificio, no lo
hubiera derribado.
No habrá lugar a indemnización, si no hubiere precedido notificación de la querella.

Art. 2003. Los contratos para construcción de edificios, celebrados con un empresario, que se encarga
de toda la obra por un precio único prefijado, se sujetan además a las reglas siguientes:
3.a Si el edificio perece o amenaza ruina, en todo o parte, en los cinco años subsiguientes a su entrega,
por vicio de la construcción, o por vicio del suelo que el empresario o las personas empleadas por él
hayan debido conocer en razón de su oficio, o por vicio de los materiales, será responsable el
empresario; si los materiales han sido suministrados por el dueño, no habrá lugar a la responsabilidad
del empresario, sino en conformidad al artículo 2000, inciso final.

2.11.16
Clase Fernández

Nuestro CC sigue a la letra el precedente romano, la clase pasada estudiamos los hechos de los animales
distinguiendo los domésticos de los fieros, ahora veremos las hipótesis de la ruina del edificio.

Ruina del edificio (cont.)


Es una presunción de culpa por el hecho de las cosas.

Hasta antes de la modificación de la ley de urbanismo y construcción hecha tras el 27F, ocurría mucho
que no se respondía frente a los perjuicios que se pudiera causar a los habitantes de estos producto de la
inoperancia de las constructoras, éstas generalmente constituían sociedades por proyecto y una vez
construidos se disolvían, entonces si algo se caía o si el edificio se desplomaba no tenían en contra de
quién accionar. Gracias a la modificación hecha a dicha ley, es que actualmente se puede perseguir la
responsabilidad de las constructoras aun luego de su disolución.

Volviendo a la legislación contenida en nuestro CC. El artículo donde esto se comienza a tratar es el art.
2323 y ss.

Art. 2323. El dueño de un edificio es responsable a terceros (que no se hallen en el caso del artículo
934), de los daños que ocasione su ruina acaecida por haber omitido las necesarias reparaciones, o por
haber faltado de otra manera al cuidado de un buen padre de familia.
Si el edificio perteneciere a dos o más personas proindiviso, se dividirá entre ellas la indemnización a
prorrata de sus cuotas de dominio.

41
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

El último inciso es una excepción a la solidaridad, siendo excepción a la regla general.

Art. 2324. Si el daño causado por la ruina de un edificio proviniere de un vicio de construcción, tendrá
lugar la responsabilidad prescrita en la regla 3.a del artículo 2003.

Dicha regla (3ª del art. 2003) es respecto al arrendamiento (ver arriba).

La regla general es que el dueño indemniza a terceros todos los daños causados por la ruina del edificio.
La ruina es la caída del todo o parte del edificio. La indemnización se hará salvo que se halle en el caso
del art. 934 que habla de los vecinos que tienen un deber de denuncia de obra ruinosa, y si no se denuncia
no se tendrá derecho a reclamo.

Art. 934. Si notificada la querella, cayere el edificio por efecto de su mala condición, se indemnizará de
todo perjuicio a los vecinos; pero si cayere por caso fortuito, como avenida, rayo o terremoto, no habrá
lugar a indemnización; a menos de probarse que el caso fortuito, sin el mal estado del edificio, no lo
hubiera derribado.
No habrá lugar a indemnización, si no hubiere precedido notificación de la querella. 

Sólo los que han hecho la denuncia tienen derecho a ser indemnizados, si el daño sobreviene por caso
fortuito no se indemniza, salvo que se probare que hubiere ocurrido igual el daño del edificio. Si no se es
vecino no se tiene el deber de denuncia.

Ej. Una persona está en su auto movilizándose y le cae una cornisa de un edificio en pleno centro,
producto de ello atropella a una persona además de chocar contra una farmacia. ¿Quién puede ir en contra
de quién para exigir la indemnización de perjuicios? En virtud del art. 2323 se debe demandar a los
dueños del edificio por no haber efectuado las reparaciones necesarias y cada uno de los miembros de la
comunidad del edificio (copropiedad) responde por su cuota.

El art. 2003, regla tercera habla del edificio que amenaza ruina o perece durante los cinco años siguientes
a su entrega. Un tema interesante respecto es el distinguir si el plazo de cinco años que fija es de
prescripción o de garantía. Algunos dicen que este plazo es de prescripción y por lo tanto el vicio debe
aparecer dentro de estos cinco años y si aparece después, la acción está prescrita; otros señalan que los 5
años son de garantía, es decir que se tienen 5 años para que el defecto aparezca y luego correrían los 5
años de la prescripción teniéndose 10 años en total para que se manifieste el vicio. En un caso muy largo
que no transcribiré, pero que básicamente consistía en que una persona no dio aviso a la empresa
constructora de su termoeléctrica respecto de ciertas grietas que se abrieron con el fin de que esta empresa
respondiera por su negligencia. Luego de años, apareció demandando la obra ruinosa y exigiendo el pago
de las reparaciones hechas. Hay una cadena larga de subcontratos. El fallo finalmente resolvió que en ese
caso los 5 años eran de prescripción y no garantía por la mala fe al no dar aviso.

Respecto del artículo 18 de la ley de urbanismo y construcción, fue modificado sustancialmente luego del
27F, ampliándose la responsabilidad, la solidaridad e incluso señalan que en caso de disolución se puede
perseguir a los representantes legales. Dicha norma hace responsable en primer lugar al propietario primer
vendedor. Habla de fallas o defectos (el 2003, regla 3ª habla de ruina que es un concepto más radical que
refiere a que se caiga el edificio en todo o parte). Como dijimos hay solidaridad entre todos aquellos que
participaron en la ejecución del proyecto.

En cuanto a la prescripción de las acciones se hacen las siguientes distinciones: 10 años si es falla
estructural, 5 años si es otro defecto de la construcción y 3 años si son defectos de terminaciones. Estos
plazos se cuentan desde la recepción definitiva de la obra por parte de la Dirección de Obras Municipales,
con excepción del caso de las terminaciones, que se contará a partir de la fecha de la inscripción del

42
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

inmueble a nombre del comprador en el Conservador de Bienes Raíces respectivo, o sea, en este caso el
plazo vence después (pero es más corto).

 El concepto de construcción es amplio, sin embargo, hay que tener en cuenta que no toda
construcción está sometida a la recepción definitiva municipal. Para efectos de esta ley,
sin embargo, deberíamos entenderlo como toda construcción sometida a recepción
definitiva municipal. Un ejemplo es el muelle, este no se sujeta a dicha recepción
municipal ya que está sujeto al control de la DIRECTEMAR.

El art. 19 establece normas procesales relevantes. No las estudiaremos, pero hay que tenerlas en cuenta.
Establece qué tribunales son competentes, la posibilidad de entablar un juicio colectivo. En materia
procesal hay grandes desincentivos para entablar un juicio, pues, por ejemplo, si uno celebra un contrato
con una gran casa comercial y esta cobra un interés indebido de 5000 pesos, individualmente no hay
incentivo para cobrarlo, pero si pensamos que una gran cantidad de personas sufre este daño y hay una
gran ganancia detrás, claramente habrá un incentivo y es por ello que se habla de los juicios colectivos
que buscan proteger el interés colectivo o difuso a través de la acción de clase y así la situación no es tan
asimétrica. En materia de construcción se permitió amparar a las personas a través del juicio colectivo.
Normalmente están legitimadas las organizaciones de consumidores (ODECO), el SERNAC, o 50 o más
personas. La ley de urbanismo y construcción modifica esto y dice que pueden, además, presentarlo 6
propietarios. En el juicio colectivo normalmente no se puede de, dar daño moral, en la ley de urbanismo sí
se permite el demandar el daño moral. La ley se fue contra la constructora y esto es por el riesgo que se
tiene al comprar una cosa dado que Chile es un país sísmico y con esta medida se busca que las empresas
que se encargan de construir tomen las medidas necesarias para que sean de buena calidad.

Daño causado por una cosa que cae o se arroja de la parte superior de un edificio (art. 2328)
Art. 2328. El daño causado por una cosa que cae o se arroja de la parte superior de un edificio, es
imputable a todas las personas que habitan la misma parte del edificio, y la indemnización se dividirá
entre todas ellas; a menos que se pruebe que el hecho se debe a la culpa o mala intención de alguna
persona exclusivamente, en cuyo caso será responsable ésta sola.
Si hubiere alguna cosa que, de la parte superior de un edificio o de otro paraje elevado, amenace caída y
daño, podrá ser obligado a removerla el dueño del edificio o del sitio, o su inquilino, o la persona a
quien perteneciere la cosa o que se sirviere de ella; y cualquiera del pueblo tendrá derecho para pedir la
remoción.

Nos encontramos en el primer inciso con una nueva excepción a la responsabilidad solidaria, ya que se
divide entre todas las personas que habitaren la misma parte del edificio, a menos que sea imputable la
caída a una persona exclusivamente.

En el segundo inciso se habla de una acción popular para evitar el daño contingente. Finalmente es
necesario precisar que la cosa no debe estar adherida al edifico porque en ese caso se consideraría ruina
del edificio y es otra la presunción aplicable.

26.10.16 (Cambié el orden para seguir la sucesión de materias)


Clase Caro

ACCIÓN DE RESPONSABILIDAD
La acción de responsabilidad puede dividirse entre las acciones preventivas del daño, de remoción del
daño y de indemnización del daño. La más típica es la de indemnización del daño. En cuanto a las otras
dos acciones, estas han venido a ser reemplazadas en muchos casos por la acción de protección.

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Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

En el fondo, lo que ocurre acá es que tanto las acciones preventivas como de remoción requieren de su
tramitación ante tribunales ordinarios sin perjuicio que en la mayoría de los casos ello ocurre aplicando
las reglas de juicio sumario, el referido procedimiento igual dura dos años y, por lo tanto, no resulta lo
suficientemente rápido como para que la acción sea verdaderamente efectiva.

La típica acción de prevención de daño se vio en bienes a propósito de los derechos reales y corresponde
a la denuncia de obra ruinosa, esta corresponde a una acción posesoria que permite la demolición de una
estructura que amenaza ruina.

Dicho todo lo anterior, la acción que más se usa en responsabilidad extracontractual corresponde a la de
indemnización de perjuicios.

Requisitos:
1. Objeto
Esta persigue la compensación de los daños o perjuicios resultantes de la acción ejecutada por el agente
del daño o bien por sus herederos.

2. Sujeto:
Hay que distinguir si se está ante una acción que busca la indemnización de perjuicios por daño en las
cosas, o aquellas que persiguen que se indemnice los daños en las personas. En el primer caso, se
considera que el sujeto activo es tanto el dueño de la cosa como su poseedor, asimismo se considera que
pueden ser titulares de esta acción aquellas personas que tengan un derecho real sobre la cosa, p.e. el
usufructuario. Hay casos en que la jurisprudencia ha admitido que se indemnice a aquellas personas que
mantienen con la cosa un derecho de tipo personal como ocurre con el arrendatario que es un mero
tenedor y, en casos más excepcionales aun, se admite que el interés jurídicamente protegido sea un
derecho personal y así ocurre con la acción de interferencia de terceros en contrato ajeno5;

En el caso de la acción de indemnización por daño en las personas, el sujeto activo es la víctima directa
del daño, puede haber otros sujetos activos que no sean la víctima directa del daño. Está también la
victima indirecta o por rebote. La victima directa es la que sufrió el daño directamente por el hecho ilícito
(ej. la que atropellaron). La victima indirecta es aquella que sufre un daño propio a raíz del suceso que
provocó el daño, pero no derivado del daño que sufre la víctima directa. Por ejemplo, si una persona
casada sufre un accidente, es su pareja quien lo cuidará y esta persona tiene un daño que es propio en su
vida, que es legítimo y que es distinto al de la víctima directa. No es lo mismo que ocurre cuando la
víctima muere, ya que en ese caso los herederos “reciben” el daño de la víctima directa y además el daño
propio por haber perdido a su pariente. La jurisprudencia en general ha fallado para efectos que una
víctima indirecta pueda ejercer la acción de la víctima directa, alegando en algunos casos el daño moral,
tiene que haberse producido el daño moral (“tiene que haber podido sufrir”). Distinto es el caso en que la
persona atropellada queda tirada una hora luego del atropello sufriendo, y en tal caso si puede alegar el
daño es el heredero. Por lo tanto, hay que distinguir las victimas indirectas de los herederos. Normalmente
las victimas indirectas son todas las personas que tienen alguna relación de parentesco con una persona
que sufrió daño. La jurisprudencia está dividida respecto a quienes pueden pedir la indemnización, en un
5
Está establecida en la letra f del art. 4to de la ley 20.169 de competencia desleal y persigue que se indemnice a la
persona que ha sufrido afectación en un derecho personal emanado de un contrato por actos de un tercero. En esta
acción el bien jurídicamente protegido no es una cosa propiamente tal si no que un derecho personal, es decir, la
persona no sufre daño emergente, lucro cesante o daño moral propiamente tal, sino que lo que se cuantifica es una
expectativa de una legítima ganancia derivada de un contrato respecto del cual se produjo la interferencia por parte
de un tercero. En el ejemplo de la cantante de ópera, el lucro cesante es la venta de entradas, el daño emergente, es la
publicidad y decorados e inversiones. En este caso se busca cuantificar la legitima ganancia similarmente a la
perdida de la chance.

44
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

principio se sostenía que cada una de las víctimas indirectas podía alegar cada dolor, pero con ello resultó
que por la muerte de una persona aparecían hasta los primos en 4to grado alegando el dolor. De ello se
derivó que la corte en algunas sentencias estableció un orden de prelación y para estos efectos, considera
que el cónyuge e hijos excluyen a los ascendientes y que los ascendientes excluyen a los colaterales. De
esta manera la corte aplicando reglas de materias sucesorias define la legitimación activa. Además,
pueden demandar los daños resultantes las personas que hayan recibido una especie de sustento por parte
de la víctima del daño: con esto se abre un poco y no se limita exclusivamente a las personas que tengan
una relación de parentesco con la víctima. Ej. si una persona muere producto de un accidente y ella antes
de su muerte había becado a alguien en un colegio, el becado podrá demandar a quien cometió y es
responsable por el ilícito por el monto de la beca. Además, el cónyuge sobreviviente o los hijos del
causante pueden solicitar que se les indemnicen los ingresos que hubieran recibido del causante en el
evento de morir. Esto se comprende como una especie de lucro cesante. TODO ESTO ESTÁ MEJOR
EXPLICADO EN EL APUNTE DE BARROS (Ver pie de página)6

3. Sujeto pasivo:
Va a ser necesariamente el agente del daño, es decir, quien infringió los daños y perjuicios por su actuar
ilícito a la víctima. Se entiende que también responden los herederos de agente del daño.
Excepcionalmente, existe responsabilidad por el hecho ajeno en cuyo caso un tercero se va a hacer
responsable por el actuar del agente del daño. En el evento de que existan varios agentes del daño,
responden de manera solidaria según el art. 2317. Al respecto, la ley no regula cómo funciona la
contribución a la deuda (relación interna en la solidaridad pasiva), por lo tanto, la doctrina y

6
La acción pertenece a quien sufre personalmente el daño. Sin embargo, hay casos en que un mismo daño afecta a
distintas personas, todas las cuales están igualmente calificadas para ejercer la acción. Al efecto se debe distinguir si
se trata de daños en las cosas o en las personas. Si el daño recae en una cosa, serán titulares de la acción tanto el
dueño como el poseedor. Tendrán acción además todos aquellos que detentan otros derechos reales sobre la cosa,
como el usufructuario, el habitador o el usuario, si el daño irroga perjuicio a sus respectivos derechos.

El mero tenedor no tiene derechos sobre la cosa, en consecuencia, no puede reclamar su valor en caso de pérdida o
deterioro mediante acción directa. Sólo podrá accionar en ausencia del dueño y en tal caso se entenderá que lo hace
a nombre de éste y no a título personal (artículo 2315 del Código Civil).

Sin embargo, el mero tenedor está legitimado para ejercer la acción indemnizatoria como titular de un derecho
personal que se ejerce sobre una cosa, como el arrendatario, por el perjuicio que experimenta su crédito. Incluso,
habrá casos en que el objeto preciso de la lesión sea un derecho personal, como ocurre en las hipótesis de
interferencia en contrato ajeno, en las que un tercero con conocimiento de la existencia del contrato ejecuta actos
que hacen imposible su cumplimiento, ocasionando un perjuicio al acreedor.

Si se trata de daño a las personas la regla general es que el titular de la acción sea la persona que sufre directamente
la lesión de un derecho o interés jurídicamente protegido. Sin embargo, también se reconoce titularidad activa a la
víctima indirecta, que es aquella que sufre un daño patrimonial o moral a consecuencia del daño experimentado por
la víctima directa, como el dolor que causa la muerte de un ser querido.

Tratándose de daños patrimoniales, tanto la doctrina como la jurisprudencia han reconocido titularidad a todo aquel
que recibía una ayuda económica de la víctima directa, aún cuando no tuviese derecho a ella, de la que resulta
privado a consecuencia del accidente, como el caso del padre que pierde la ayuda pecuniaria y personal de su hijo
ilegítimo.

En materia de daño moral, en cambio, la regla general es que sólo se concede acción a la víctima indirecta en caso
de muerte, a condición de que se acredite un parentesco cercano con la víctima directa. Excepcionalmente, se
concede acción para reclamar indemnización por el daño moral en caso de lesiones, cuando estas son de tal entidad
que en los hechos imponen una obligación de cuidado que afecta la calidad de vida de la víctima indirecta. Tal es el
caso del pariente de la víctima directa que debe hacerse cargo de su invalidez.

45
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

jurisprudencia aplican las reglas de la solidaridad convencional, por tanto, cada una de las personas
responde por la deuda o parte que hayan tenido en la contribución de este daño.

Normalmente existe un agente del daño que es quien ejecuta una conducta que la ley considera ilícita y
que produce daño. Puede darse que la víctima no esté libre de culpa totalmente al concurrir a la
provocación de ese daño. Ej. una persona es chocada y sale volando porque no llevaba cinturón de
seguridad, en ese caso el juez debe reducir lo que se pague por concepto de indemnización de perjuicios
por la concurrencia al daño de la propia víctima. Esto en el caso de que sean varios agentes de daño se
traduce en que cada uno de ellos en sus relaciones internas por la solidaridad pasiva descuentan a prorrata
lo que les corresponde en la concurrencia de la víctima al daño.

También puede ocurrir que las obligaciones sean simplemente conjuntas y ello se aplica principalmente
en el caso de un edificio que es propiedad de varias personas, respondiendo en dicho caso de manera
simplemente conjunta; asimismo en el caso de la caída de objetos desde un edificio se responde de
manera simplemente conjunta.

En cuanto a la acción de provecho de dolo ajeno en donde puede perseguirse al tercero que se hubiere
beneficiado del dolo fraguado por el agente del daño, en ese evento el tercero sólo responde del beneficio
que hubiese recibido (hay un solo grupo de casos en Chile, que son el CORFO-Inverlink).

Extinción de la acción de responsabilidad


La acción se puede extinguir por renuncia o prescripción. En el caso de la renuncia, puede ser antes de
que se produzca el hecho o después de producido. En caso de que la víctima haya renunciado a su acción
antes del ilícito, no es una renuncia propiamente tal, si no que es un eximente de responsabilidad. Si se
produce después del hecho ilícito, es una renuncia propiamente tal en los términos del art. 12 del CC.

Respecto a la prescripción, es por regla general de 4 años. La primera discusión relativa a ella guarda
relación con el momento en que se empieza a contar la prescripción: la jurisprudencia tradicional
considera que cuenta desde que se perpetra el acto o se comete el ilícito; mientras que la jurisprudencia
más reciente (de los últimos 15 años) dice que se comienza a contar desde que concurren todos los
requisitos de la responsabilidad extracontractual.

Esta última postura se originó hace años cuando hubo una fuga de residuo industrial en Arica, ello
produjo el envenenamiento con plomo de la gente que estaba en una escuela en las cercanías. Los niños
supieron de dicho acto luego de 9 años. La empresa se excusó diciendo que la acción había prescrito. En
este caso, la CS estableció como justicia moral que la prescripción corría desde que se reúnen los
elementos de la responsabilidad extracontractual, ya que en caso contrario se produce el absurdo de que la
acción nace muerta.

En conclusión, la postura típica es aquella que considera que la prescripción corre desde que ocurre el
hecho ilícito, una un poco más moderna, señala que corre desde que se produce el daño y finalmente la
postura más reciente es aquella que señala que la prescripción se cuenta desde que se conoce el daño.

En cuanto a la suspensión de la prescripción, también existen dos teorías: como sabemos las
prescripciones de corto tiempo no se suspenden, por lo tanto, hay una posición minoritaria de la doctrina
estima que en este caso la prescripción es de corto tiempo y por ello no se suspende. Ahora la mayoría ha
considerado que no procede limitar la suspensión en la prescripción y por lo tanto SÍ se aplica la
suspensión en la prescripción.

Finalmente hay casos excepcionales de tiempo de prescripción:

46
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

a. Prescripción de la acción de indemnización de perjuicios que resulte del accidente de una


aeronave que en virtud del art.175 del código aeronáutico es de un año contado desde el día de los
hechos
b. Las acciones que concede la Ley sobre abusos de publicidad prescriben en el plazo de tres meses
contados desde la fecha de la difusión, y de un año si el medio de difusión fuere un libro (artículo
43, Ley N°16.643);
c. Las acciones por los daños ocasionados por defectos en la construcción, prescriben en el plazo de
cinco años contados desde la fecha en que se haya otorgado el certificado de recepción final de
las obras (artículo 18 y ss., Ley General de Urbanismo y Construcciones).

7.11.16
Clase Caro

CAUSALES EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD


También se conocen como causales de justificación de la responsabilidad. En derecho penal, a diferencia
del civil, las causales están establecidas por ley. En el sistema de responsabilidad extracontractual, las
causales de justificación no encuentran tipificación legal sino más vienen a atacar el elemento subjetivo o
la culpa en cuanto requisito de la acción. Por lo tanto, mientras en derecho penal vemos que las causales
tornan un hecho antijurídico en jurídico, en las civiles se ataca el hecho ilícito y el ilícito ya no es tal. En
materia penal existe el principio de tipicidad y por lo tanto, las cuales eximentes de responsabilidad debe
encontrarse tipificadas también. En materia extracontractual el hecho ilícito es el último requisito
necesario de la responsabilidad y se configura cuando los otros existen, y de esta forma el eximente de
responsabilidad nace de la culpa y ataca el ilícito.

Estas causales son varias:


a. Ejecución de hechos autorizados
Dentro de esta causal hay varias subcategorías.

i. Ejercicio legítimo de un derecho . Si al ejercer un derecho se producen daños a un tercero


(siempre que no haya abuso), esos daños no serán indemnizables, p.e. una persona que instala
un restaurant vecino a otro quitándole clientela a éste. El límite está en que no se ejerza ese
derecho en forma abusiva.

ii. Cumplimiento de un deber legal. Se estima que si una persona cumpliendo la ley produce
daño a terceros (producto del cumplimiento), no se encuentra obligado a indemnizar, p.e.
Antena de celulares autorizada ambientalmente.

iii. Actos de autoridad. Dentro de ellos encontramos al cumplimiento de una orden judicial y a
la orden de un funcionario público. En el cumplimiento del primero (decreto de un juez), la
jurisprudencia es conteste en que ello no produce responsabilidad. En el segundo caso, en un
principio antes de los años 70’ se consideraba que el acto de autoridad era una causal de
justificación hasta los años de la dictadura donde la jurisprudencia comenzó a fallar que hay
un legítimo derecho de oposición por parte del inferior respecto a una orden que sea
manifiestamente ilegal, siendo el requisito para oponerse el que la orden sea
MANIFIESTAMENTE ILEGAL. Sin perjuicio de eso, al día de hoy los actos de autoridad
encuentran jurisprudencia contradictoria donde algunos consideran que sí es una causal de
eximición y otros que no lo consideran. Ocurriendo que se presenta la causal de justificación
al juez y el decide si el acto de autoridad es o no causal de eximición (es caso a caso).

iv. Actos autorizados por usos normativos. No se trata del cumplimiento de un deber legal, si
no que se está ante un daño producido por cuestiones que son inherentes a la sociedad; el tipo

47
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

ejemplo es el doctor y el dentista. Ej. si alguien en la calle te saca un diente, debe responder;
en cambio, si el dentista te saca un diente, se trata de un acto autorizado por usos normativos.

b. Consentimiento de la victima
También se le llama convención liberadora de responsabilidad y corresponde a aquellos casos en que dos
personas llegan a un acuerdo previo mediante el cual la victima asume ciertos riesgos y libera al agente
del daño de responsabilidad. Los límites de la convención liberadora son los del art. 12, o sea debemos
estar ante un bien disponible y no puede tratarse de condonación de dolo futuro, además la jurisprudencia
ha señalado que la persona debe informar a la víctima del daño respecto a su magnitud (eventual) y su
riesgo de ocurrencia. Ej. persona que salta de paracaídas o se somete a experimentación científica.

c. Estado de necesidad
Una persona para prevenir un mal mayor acepta la ocurrencia de un mal menor. En el caso de la
responsabilidad extracontractual el mal menor es el acto que produce un tercero (en contractual, la
celebración de un contrato). Ej. hay una casa quemándose y el agente del daño empuja a la víctima de la
casa para salvarlo, pero la víctima se rompe el pie. Respecto al estado de necesidad se indica que deben
concurrir los siguientes requisitos: que no existan otros medios para prevenir el mal mayor, no deben
existir alternativas menos dañinas para prevenirlo y cualquiera que sea el mal mayor no tenga su origen
en el actuar culpable del agente.

d. Legítima defensa
Es idéntica en derecho civil y penal, es decir, que se acepta como causal de justificación en la medida en
que el agente del daño haya tenido como objeto la prevención de la ocurrencia de un crimen u otro ilícito
en su persona o patrimonio. Los requisitos de la legítima defensa son los mismos que en derecho penal y
consisten en que la acción repelida sea ilegitima, que no exista provocación del agente del daño para con
la víctima, el uso de la fuerza por parte del agente del daño sea proporcional a la amenaza de la acción
repelida.

9.11.16
Las limitaciones son condonación del dolo futuro; con todo aquello que tenga relación con los derechos
de los trabajadores porque son irrenunciables, y tampoco debe tener relación con el daño en las personas
(su integridad física o en la honra).

Estado necesidad: limitación, sólo puede afectar a los bienes, no a la persona.

Acción indemnizatoria: es personal, patrimonial, es transmisible y transferible.

Características de la acción indemnizatoria o reparatoria:


1. Es personal, es decir se ejerce contra el responsable del daño.
2. Mueble: pues la IPD persigue que se pague una suma de dinero y en limitados
casos, la ejecución de un hecho y los hechos que se deben se reputan muebles.
3. Es una acción patrimonial: es renunciable, es cedible (como cualquier otro tipo
de crédito). Se discute respecto del daño moral en donde algunos dicen que no
se puede ceder, pero solo respecto al daño moral.
4. Es prescriptible: hay discusión respecto desde cuando se contabiliza. Una
teoría señala que corre desde se perpetra el hecho ilícito, otros, desde que se
produce el daño, otros desde que se manifiesta y tomó conocimiento. Si se deja
abierto al último caso sería contrario al fin de la prescripción de la seguridad
jurídica y por lo tanto se aplica el estatuto de máxima prescripción
extraordinaria del cc es decir 10 años desde la perpetración del hecho ilícito.
Está el dilema del daño continuo. Existen daños instantáneos, pero hay casos

48
Fuentes de las obligaciones II Gonzalo Fernández

de hechos ilícitos que se comenten continuamente, en ese caso, desde cuando


se cuenta la prescripción.

Recapitulación.
En la práctica es muy difícil eximirse de responsabilidad por hecho ajeno pq el estándar de prueba es muy
elevado.

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