1. Usa el término adecuado. Primero, nunca hables de la gente como
clientes o compradores. Siempre hay que referirnos a ellos como “invitados”, pues son nuestros invitados y nosotros los anfitriones. Siempre estamos felices de verlos y tratamos de hacer su tiempo con nosotros una gran experiencia.
2. Anticipo sus necesidades. Un buen mesero sabe cuándo rellenar tu
vaso o traer la cuenta, igual que una gran empresa anticipa lo que necesitan sus invitados, muchas veces incluso antes de que éstos lo sepan.
3. Dar respeto. No cuesta nada ser educado, pero puedes pagar caro si no lo eres.
4. Trata a todos como clientes VIP. “Sólo hay un jefe, el cliente” dijo Sam
Walton una vez. “Puedes despedir a todos desde el presidente para abajo y gastar tu dinero en otra parte”.
5. Muestra acción inmediata y soluciones, no culpa. Algunas veces las
cosas se arruinan, pero las disculpas, las cuales son importantes, no significan nada si no son seguidas por algún tipo de acción. Bien hecho es mejor que bien dicho.