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SESION 5
RESUMEN
1. Introducción
Resumen
Los medicamentos esenciales constituyen uno de los medios más eficaces en relación a su costo de salvar vidas
y mejorar la salud; en muchos países en desarrollo se destina a estos medicamentos del 20 al 40 por ciento del
presupuesto de salud. Los costos crecientes y la escasez de recursos a menudo limitan la compra por los
sistemas de salud pública de medicamentos suficientes para satisfacer las necesidades de los pacientes. No
obstante, con frecuencia los medicamentos se gestionan y utilizan de forma ineficiente e irracional, debido a
numerosos factores, como una capacitación inadecuada del personal de salud, la inexistencia de programas de
actualización de conocimientos y supervisión permanente s, o la ausencia de información farmacológica actual,
confiable y no sesgada. En particular, se producen las ineficiencias y problemas de uso de medicamentos
siguientes:
• deficiente selección de medicamentos, sin tener en cuenta su eficacia relativa, la relación entre la eficacia y el
costo o la disponibilidad local;
• prácticas de dispensación deficientes que dan lugar a errores de medicación y desconocimiento por los
enfermos de las pautas posológicas;
El uso racional de medicamentos implica la administración a los enfermos de medicamentos adecuados para
sus necesidades terapéuticas, en dosis que satisfagan sus necesidades particulares (dosis, pauta posológica y
duración correctas). Estos fármacos deben ser de calidad aceptable, deben estar disponibles y deben ofrecerse
a los enfermos y la comunidad a un precio asumible y lo más reducido que sea posible.
Cuando el uso de los medicamentos no cumple las anteriores condiciones, con frecuencia se producen
consecuencias indeseables de tipo sanitario o económico, como un efecto terapéutico insuficiente, reacciones
adversas a los medicamentos, efectos secundarios e interacciones medicamentosas evitables y una creciente
resistencia de las bacterias patógenas a los antimicrobianos; todo ello puede ocasionar un aumento del
número o la duración de los ingresos hospitalarios, lo que conlleva un costo alto.
Algunas prácticas ineficientes se deben a que no existe un foro eficaz que reúna a farmacéuticos, médicos y
administradores con el fin de encontrar un equilibrio entre la necesidad de satisfacer la demanda de una
atención de salud de calidad y las limitaciones financieras. Pueden existir discrepancias entre los prescriptores y
los responsables de la administración financiera acerca de qué medicamentos deben utilizarse para cada
problema médico. Los CFT son un foro que reúne a todos los interesados que intervienen en las decisiones
sobre el uso de medicamentos; pueden constituirse en cualquier ámbito del sistema de atención de salud: en
los distritos (supervisando los centros de atención primaria de salud), en hospitales o en el ámbito nacional. En
los países desarrollados, se ha comprobado que los CFT de los hospitales garantizan e impulsan con gran
eficacia la utilización eficiente y racional de los medicamentos (Crawford y Santell, 1994; Weekes y Brookes,
1996), por ejemplo por medio de las medidas siguientes:
• Establecer por escrito políticas y reglamentos relativos a todos los aspectos de la gestión farmacológica,
incluida la selección de los medicamentos de la lista del formulario y la elaboración de protocolos terapéuticos
acordados.
La finalidad de un CFT es asegurar que se proporciona a los pacientes una asistencia de la mejor calidad y con el
menor costo posible, determinando qué medicamentos deben estar disponibles, y a qué costo, y cómo deben
utilizarse.
• Elaborar y poner en práctica un sistema de formulario eficiente y costo efectivo que comprende protocolos
terapéuticos normalizados y coherentes, una lista de formulario y un manual de formulario.
• Asegurar que se utilizan únicamente medicamentos eficaces, seguros, con un costo equilibrado y de buena
calidad.
• Elaborar y ejecutar medidas destinadas a mejorar el uso de los medicamentos por los prescriptores, los
dispensadores y los enfermos; para ello deberá investigarse y vigilarse el uso de medicamentos.
Un comité de farmacoterapia puede asumir muchas funciones y debe decidir cuáles adoptará como
prioritarias; esta decisión puede estar condicionada por las capacidades y la estructura existentes en su ámbito
de actuación. Asimismo, algunas funciones deberán coordinarse con otros comités o equipos, por ejemplo con
el comité de control de las infecciones o el equipo de adquisiciones. Las siguientes son las funciones más
importantes de los CFT.
El CFT es el órgano más adecuado de un hospital o grupo de centros de salud para elaborar políticas
farmacéuticas, ya que los miembros del comité serán las personas con más experiencia y formación en
farmacoterapia y gestión de los medicamentos. La elaboración de políticas y procedimientos es la principal
actividad de un CFT, ya que sirven de base para otras recomendaciones que pueda realizar posteriormente el
CFT. Las políticas farmacéuticas pueden variar entre hospitales y de unos países a otros, pero todos los
hospitales deberían contar con políticas específicas relativas a los aspectos siguientes:
• criterios para la inclusión de medicamentos en la lista del formulario o lista de medicamentos esenciales
(LME);
• directrices terapéuticas normalizadas y algoritmos terapéuticos, en los que debería basarse la selección de
medicamentos del formulario;
• utilización ocasional de medicamentos no incluidos en la lista del formulario, por ejemplo, limitando su uso a
prescriptores determinados y sólo para enfermos concretos, o autorizando un gasto en estos medicamentos no
superior al 10% del presupuesto hospitalario para medicamentos;
Posiblemente, la función más importante de un CFT es la evaluación y selección de medicamentos para la lista
de medicamentos esenciales o lista del formulario. La selección de medicamentos debe basarse en las
directrices o protocolos terapéuticos normalizados que se han elaborado partiendo de cero o se han adaptado
a partir de otras existentes para su uso en el hospital o centro de salud. La evaluación de medicamentos exige
unos conocimientos y una dedicación de tiempo considerables, así como un enfoque riguroso y transparente.
Deben examinarse las pruebas documentadas acerca de la eficacia, seguridad, calidad y costo de todos los
fármacos cuya inclusión en la lista del formulario se plantea. Debe realizarse una revisión periódica, dado que
los costos y las indicaciones cambian, surge información nueva sobre seguridad y aparecen medicamentos
nuevos. Los tipos de documentos que examinará el comité serán función de los conocimientos de sus
miembros; pueden incluir: libros de texto reconocidos, directrices terapéuticas y formularios publicados,
boletines y publicaciones primarias sobre farmacología. Para más información acerca de la selección y
evaluación de medicamentos, véanse el apartado 3.2 y el capítulo 4.
Las directrices terapéuticas normalizadas (DTN) o protocolos terapéuticos normalizados son instrumentos cuya
eficacia para fomentar el uso racional de medicamentos se ha demostrado, siempre que:
Las DTN constituyen asimismo una referencia sobre tratamientos óptimos para el seguimiento y auditoría del
uso de medicamentos. Un CFT debería elaborar las DTN partiendo de cero o bien adaptarlas de otra fuente
para su uso en el hospital al que pertenecen. Los usuarios locales se sentirán más identificados con las DTN y
las aceptarán mejor si se elaboran partiendo de cero, pero es una labor difícil que consumirá tiempo y recursos.
La adaptación o adopción de las DTN de otras fuentes es mucho más fácil y rápida, pero los usuarios locales no
las aceptarán tan bien ni se identificarán tanto con ellas. Para más información acerca de las directrices
terapéuticas, véase el apartado 3.4.
Algunos problemas en la utilización de los medicamentos pueden corregirse mediante cambios oportunos en la
lista del formulario, u otras medidas. Es importante que el CFT señale qué problemas son prioritarios y realice
las recomendaciones pertinentes. Los siguientes métodos son adecuados para detectar problemas de uso de
medicamentos:
• examen de los datos globales sobre consumo de fármacos, con la realización de análisis ABC y VEN y la
utilización del método basado en la dosis diaria definida (DDD) (véase el apartado 6.1);
• seguimiento de indicadores del uso de medicamentos, incluida la observancia de las directrices terapéuticas
normalizadas (véase el apartado 6.2);
• seguimiento de las reacciones adversas a los medicamentos y los errores de medicación (véase el capítulo 5);
No tiene sentido que un CFT reúna información acerca de los problemas de uso de medicamentos si no se hace
nada para corregir los problemas detectados. El CFT es el órgano principal de un hospital, o de un grupo de
centros de salud, responsable de garantizar que se proporciona información farmacológica al personal de salud
y de poner en práctica medidas para impulsar un uso más racional de los medicamentos. Algunas medidas
importantes son el seguimiento y la supervisión, las auditorías y la obtención de información acerca de la
opinión de los interesados, los programas educativos, la capacitación en el trabajo, el uso de directrices
terapéuticas normalizadas, el suministro de información farmacológica no sesgada, las restricciones a la
prescripción y la caducidad automática de la validez de las recetas. Véase el capítulo 7 sobre estrategias para
fomentar el uso racional de los medicamentos.
Las reacciones adversas a los medicamentos (RAM) son graves, ya que ocasionan daños a los pacientes
(morbilidad y mortalidad) y gastos económicos evitables. Un metaanálisis de gran envergadura estimó que las
RAM ocasionan del 3 al 4% de todos los ingresos hospitalarios en los EE. UU. y que en 1994 la incidencia de
RAM fue de un 6,7% (2,2 millones de acontecimientos), produciéndose 106.000 fallecimientos (Lazarou et al.
1998). Estas estimaciones deberían contemplarse con precaución, dada la diversidad de las conclusiones de los
diferentes estudios y la existencia de pequeños sesgos en la muestra, pero los datos sugieren, no obstante, que
las RAM son un problema de gran envergadura y grave. Las reacciones adversas a los medicamentos pueden
deberse a efectos no conocidos de fármacos nuevos (o más antiguos que los utilizados habitualmente), a
combinaciones e interacciones medicamentosas no conocidas o a una calidad deficiente de los medicamentos.
Es responsabilidad de los CFT garantizar que se trata a los enfermos de la forma más segura que sea posible.
Una parte esencial de esta responsabilidad es el seguimiento y la reducción al mínimo de las reacciones
adversas a los medicamentos (véase el apartado 5.3).
En todos los ámbitos de la atención de salud se producen errores de medicación, con independencia de la
profesionalidad del personal de atención de salud en la prescripción, dispensación y administración de
medicamentos. Incluso si el personal de atención de salud no comete errores, los enfermos pueden utilizar los
fármacos de forma incorrecta. Las causas de error son numerosas e incluyen la falta de conocimientos, el
cansancio del personal, las actitudes negligentes en el trabajo, los procedimientos deficientes, la ausencia de
políticas, las formas farmacéuticas que no resultan familiares y los errores humanos. Los CFT pueden reducir
estos errores mediante su seguimiento, análisis y notificación y mediante la aplicación de medidas correctoras
(véase el apartado 5.1).
El CFT debe difundir información acerca de sus actividades, decisiones y recomendaciones al personal
encargado de poner en práctica sus decisiones. Esto puede parecer obvio, pero con frecuencia se olvida. Si el
CFT no difunde la información de forma adecuada, disminuirá su credibilidad. También es muy importante que
el CFT actúe de forma que garantice la transparencia de todas sus decisiones y evite los conflictos de intereses.
El ciclo de gestión de los medicamentos (Figura 1.1) ilustra la necesidad, para el funcionamiento correcto de
cualquier sistema farmacéutico, de coordinar el apoyo administrativo y técnico con las políticas y directrices
farmacéuticas adecuadas (MSH, 1997, parte IV, apartado A titulado «Organization and Management»). La
figura ilustra la coordinación entre el CFT y el órgano encargado de la compra de fármacos y el control de
inventarios.
Con frecuencia, el CFT deberá coordinarse con los responsables de la adquisición y distribución de los
medicamentos. Normalmente, el propio CFT no se encargará de la adquisición, sino que su función será
habitualmente garantizar que el departamento de adquisiciones aplica el sistema de formulario y otras políticas
farmacéuticas elaboradas por el CFT. Debe evitarse por todos los medios que el CFT degenere en un foro que
se dedique exclusivamente a tomar decisiones sobre adquisiciones y a formular quejas sobre agotamientos de
existencias al responsable de la farmacia. Asimismo, no es aconsejable concentrar demasiado poder sobre el
sistema farmacéutico en un solo organismo, ya que esta situación podría dar lugar a prácticas de corrupción. Lo
mejor es mantener la independencia entre las funciones de selección de medicamentos, adquisición, pagos y
control de inventarios (OMS/UNICEF/UNFPA/Banco Mundial 1999).