CIENCIAS SOCIALES

2° SECUNDARIA

LOS ÁRABES: MAHOMA Y EL ISLAM LAS

CONQUISTAS
MEDIO GEOGRÁFICO
Arabia es una península situada entre el mar Rojo y el Golfo Pérsico, al suroeste de Asia. El
territorio limitaba al Norte con los desiertos de Mesopotamia (ríos: Tigris y Éufrates) y
Siria; al Este con el golfo Pérsico; al Sur con el océano Índico y el mar de Omán y al Oeste
con el mar Rojo. Por su clima sumamente caluroso, árido y seco, en especial la planicie
formada al centro del territorio que es arenosa, pedregosa y carente de vegetación, Arabia
es un desierto donde la agricultura sólo es posible en algunos lugares de la costa y en los
oasis del interior. En este país se distingue dos regiones:

CARACTERISTICAS DE LOS ÁRABES

Los árabes, de raza blanca, pertenecen a la familia semítica y son, por ello, hermanos de los
hebreos y de los fenicios. Descendientes según se dice de Ismael, hijo de Abraham y de
Agar, “Tan tenaz con el suelo que pisa, el árabe de hoy es idéntico al de los tiempos de Job:
de estatura regular y complexión robusta y musculosa, aunque delgado y bien
proporcionado; sobrio (moderado) en la comida y la bebida, es apto para sufrir las mayores
privaciones, el hambre y la sed. Bastante codicioso, pero valiente y generoso, su orgullo es
proverbial, lo mismo que su amor a la libertad e independencia que goza; agradecido y
hospitalario, elocuente y dotado de una imaginación poética, celoso defensor de su honor,
ha conservado el actual beduino todas las cualidades y defectos propios del carácter de
sus antepasados. Su casa es la tienda, sus muebles la silla del camello y el odre para llevar
el agua; sus vestidos, una camisa o túnica de lana y una especie de capa de lo mismo; sus
armas la pica y la espada; su alimento, la leche, el pan sin levadura, manteca y dátiles; sus
riquezas, el camello y el caballo”.

SITUACIÓN RELIGIOSA ANTES DE MAHOMA

Antes del advenimiento de Mahoma, cada tribu tenía su propio dios, sin
embargo, la creencia en la común descendencia de Ismael cultivó en los
árabes un sentimiento de hermandad, llevándolos a la costumbre de
adorar la Kaaba, una piedra que, según la tradición, fue una estrella
que bajó del cielo para proteger a Ismael y Agar cuando una noche
vagaban perdidos por el desierto luego de abandonar la casa de
Abraham. En un principio esta piedra fue de color blanco, pero con el
transcurso de tiempo, debido a los pecados de los hombres, se fue
convirtiendo en negra. Junto a la Kaaba, que era cuidada por los Coraisquitas en la ciudad
de La Meca, las demás tribus fueron colocando sus ídolos hasta convertir a todo este lugar
en un santuario. En resumen, pues antes de Mahoma, dos notas caracterizan al sistema
religioso árabe: el politeísmo y la idolatría.

LOS ORÍGENES: ARABIA

La Península Arábiga estaba poblada por una variedad de pueblos trashumantes dedicados
al comercio. No poseían una unidad política ni religiosa hasta la aparición del profeta
Mahoma.
En el año 570 d. C., nació Mahoma en La Meca. Huérfano a temprana edad, Mahoma trabajó
de joven en una empresa de caravanas que le pertenecía a una rica viuda llamada Kadidja,
con la que luego se casó.
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Reflexivo y buen conocedor del Judaísmo y Cristianismo, Mahoma comenzó a predicar a

partir del año 610, una nueva religión. Esta religión reconocía la existencia de un único dios:
Alá.
En un principio, los habitantes de La Meca estuvieron en contra de la doctrina de Mahoma.
Por eso, el año 622 lo obligaron a huir a la ciudad de Yarib, que luego se llamó Medina. A
esta huida se le conoce como la Hégira y con ello se inició la era islámica: los años árabes
se cuentan a partir de esa fecha.
Poco tiempo después, Mahoma reclutó un ejército y conquistó La Meca (630). Entonces la
mayor parte de sus ciudadanos abrazaron el Islamismo. Dos años más tarde Mahoma murió,
sin embargo, toda Arabia quedo unida por su doctrina.
La doctrina predicada por Mahoma es el Islam, que en árabe quiere decir “sumisión a Dios”,
y sus seguidores se llaman musulmanes. El Islam es una doctrina sencilla, cuyo dogma
principal es la fe en un solo Dios, del que Mahoma es su profeta. En el libro sagrado de los
musulmanes, el Corán (libro), se establecieron los preceptos básicos de esta religión.
Destacan:
 El monoteísmo o la creencia en un solo dios.
 La revelación a través de sus profetas, como Mahoma. Inclusive se considera a
Jesucristo como tal.
 Las creencias en la inmortalidad del alma, la predestinación, la resurrección, el Juicio
Final y la existencia de un premio y de un castigo.

El Islam también contempla una serie de normas morales que

deben ser observadas: el respeto a la vida, la devoción a los
padres, la práctica de la caridad, la prohibición de la usura. Además
plantea una serie de obligaciones rituales y piadosas que tiene
carácter de mandamientos. Estos son:
 La oración ritual, cinco veces al día y en dirección a La Meca.
 El ayuno durante el mes de Ramadan (abril).
 La limosna legal, que no exime de la limosna voluntaria.
 La peregrinación a La Meca, al menos una vez en la vida. Todo musulmán debe visitar
esta ciudad.
 La justificación de la Guerra Santa o “Yihad” contra el infiel, para defender el Islam.

EL ISLAMISMO Y EL PUEBLO ÁRABE EN LA HISTORIA

El Islamismo desempeño un papel de grandes proyecciones en la Historia Universal:
 La unificación del pueblo árabe. Las tribus dispersas se unieron formando un solo
Estado, sobre la base de una sola creencia religiosa.
 Que los árabes llegaron a ser los intermediarios entre la cultura de Oriente y la
de Occidente. Por difundir su nueva religión, los árabes llevaron muchos conocimientos
de Oriente a Europa, tales como la brújula, la pólvora, el papel y el astrolabio.
 El origen de la Guerra de las Cruzadas. Por haberse apoderado los musulmanes de
los santos lugares (Jerusalén), dieron origen precisamente a dichas guerras religiosas.

LAS CONQUISTAS ÁRABES

Los califas, sucesos de Mahoma a la muerte de éste, cumplieron con su mandato, es decir,
el de difundir la nueva religión por medio de la guerra. El Profeta lo había dicho: “Combatid
a los infieles, hasta que acabe toda resistencia y no haya más religión que la de Allah. La
guerra contra los infieles es santa. Dios está con los míos y el creyente que muere en la
batalla ira derecho al Paraíso”. Fue de esta manera como, impulsados por un intenso
fanatismo y excepcional valor, ejércitos árabes, así como otros igualmente musulmanes, en
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menos de cien años, conquistaron extensos territorios con los que formaron un gigantesco
Imperio Musulmán que se extendía desde los Pirineos (España) hasta el valle del Indo
(India).

El califa Abubeker fue quien dirigió las huestes de creyentes. Las primeras ciudades que
cayeron en poder de los árabes fueron: Damasco, Antioquía y Jerusalén. La conquista de
Egipto estuvo a cargo de Amru quien después de vencer la gran resistencia del país
consiguió dominarlo estableciéndose en él el segundo califa, Omar. De este califa, dícese,
ordenó el incendio de la Biblioteca de Alejandría, biblioteca que guardaba invalorables
tesoros científicos, literarios y filosóficos de la cultura griega y en general del Mundo
Antiguo. Después de conquistar Egipto, los árabes sometieron a todos los países del norte
de África: Trípoli, Túnez, Argelia y Maruecos. También en el Oriente, persistieron con sus
conquistas, ocupando Persia y más tarde llegaron a la India. El califa Almanzor fue quien
fundó la ciudad de Bagdad, a orillas del Tigris.

CONQUISTA DE ESPAÑA
Al comenzar el siglo VIII, los árabes que se habían adueñado de todo el norte africano, se
dispusieron atravesar el estrecho de Gibraltar (Columnas de Hércules) e invadir España.
Efectivamente el año 711, Tarik al mando de 12 mil hombres, cruzó el estrecho de Gibraltar
e invadió España. El rey visigodo, Don Rodrigo, salió a enfrentarse a los invasores
musulmanes, librándose entonces así la batalla de Guadalete o Guadabeca, donde la victoria
favoreció a Tarik y a sus soldados. Don Rodrigo desapareció en la acción, probablemente
ahogado en el río Guadalquivir.
Sucesivamente fueron cayendo en poder de los árabes: Córdoba, Málaga, Toledo. Sevilla,
Mérida y Salamanca, poco después la mayor parte de la Península Ibérica se hallaba
ocupada por los musulmanes. Pero muchos españoles no quisieron someterse al invasor, pues
desde las montañas de Asturias iniciaron la campaña de la resistencia, futura guerra de la
reconquista. Victoriosos los árabes pretendieron apoderarse del resto de Europa, para lo
cual invadieron Francia; pero los franceses, al mando de Carlos Martel, lograron
derrotarlos en la batalla de Poitiers (732), poniendo punto final al avance árabe en Europa.
La dominación árabe en la Península fue larga (711 – 1492), casi por espacio de ocho siglos;
mas los españoles lucharon con tenacidad y heroísmo contra los conquistadores hasta que
estos fueron expulsados definitivamente de la Península (1492), después de haber ejercido
decisiva influencia en la vida, costumbres y cultura de los pueblos ibéricos.

LA ADMINISTRACIÓN DE UN IMPERIO
Al frente del enorme Imperio Islámico se encontraba el Califa, que era el sucesor de
Mahoma y el representante de Alá. Su autoridad era total en el aspecto religioso y también
en el político. El cargo de califa fue electivo en un principio; luego, los omeyas lo hicieron
hereditario. La gran extensión del Imperio hizo necesario crear una amplia administración,
que se inspiró en modelos bizantinos y persas:
 En las provincias, los gobernadores, llamados “valies” o “emires” tuvieron la autoridad
civil y, con el tiempo, incluso la militar.
 En la administración central, los “visires” o ministros eran los encargados de la dirección
de los principales servicios y colaboraban con el Califa. En España existió, entre el Califa
y el Visir, una figura intermedia, la del “Hayib” o primer ministro.
 Para la administración de justicia, los califas nombraron jueces o “cadies” en todas las
ciudades del Imperio.
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El ejército aseguró las grandes conquistas: gozaba de una organización excelente, en la que
la caballería era el principal contingente. Con los omeyas se reclutó estrictamente entre los
árabes. Los califas abatidas introdujeron ya en el ejército a extranjeros y, a partir del
siglo X, a soldados mercenarios.
El Imperio Musulmán, ante la imposibilidad de mantenerse unido por mucho tiempo, se
fraccionó en tres califatos, a saber:
01. El de Oriente, cuyas capitales fueron, sucesivamente, LaMeca, Damasco y Bagdad.
02. El de Occidente o de Córdoba (España).
03. El de Egipto o de la familia de los fatimistas.
Estos califatos corresponden a los nombres de Califato de Bagdad, Califato de Córdoba
y Califato del Cairo.

CAUSAS DE LAS VICTORIAS ÁRABES

Los árabes lograron conquistar con gran facilidad numerosos pueblos y extensos
territorios, debido, primordialmente, al intenso fanatismo y al excepcional valor de que se
hallaban poseídos, los mismos que fueron puestos al servicio de su ideal religioso como de la
difusión del mismo; además, sus conquistas les reportaban también beneficios económicos
enormes. Y por otra parte los pueblos conquistados cayeron con facilidad debido a que
carecían de unidad, así como de espíritu de lucha.

ACTIVIDADES

I. Responde:
1. ¿Quién fue Mahoma? ¿Qué es el Corán? ¿Cuál es la importancia del pueblo árabe y
del Islamismo en la historia? :Mahoma fue el líder principal del la cultura ismalima
_El coran el el libro principal de la cultura islámica

_Los árabes se destacan por su cultura y los aportes tanto al mundo occidental como
_al resto de las poblaciones

2. Enumere las más importantes conquistas ¿cómo fue la conquista de España?

1-conquista de le norte de abia

2 la conquista de España : Al comenzar el siglo VIII, los árabes que se habían adueñado
de todo el norte africano, se dispusieron atravesar el estrecho de Gibraltar (Columnas de
Hércules) e invadir España. Efectivamente el año 711, Tarik al mando de 12 mil hombres,
cruzó el estrecho de Gibraltar e invadió España. El rey visigodo, Don Rodrigo, salió a
enfrentarse a los invasores musulmanes, librándose entonces así la batalla de Guadalete o
Guadabeca, donde la victoria favoreció a Tarik y a sus soldados. Don Rodrigo desapareció
en la acción, probablemente ahogado en el río Guadalquivir.

Sucesivamente fueron cayendo en poder de los árabes: Córdoba, Málaga, Toledo.

Sevilla, Mérida y Salamanca, poco después la mayor parte de la Península Ibérica se hallaba
ocupada por los musulmanes.

3. Realiza una infografía sobre el Islam

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_Antes del advenimiento de Mahoma, cada tribu tenía su propio dios, sin embargo, la
creencia en la común descendencia de Ismael cultivó en los árabes un sentimiento de
hermandad, llevándolos a la costumbre de adorar la Kaaba, una piedra que, según la
tradición, fue una estrella que bajó del cielo para proteger a Ismael y Agar cuando una
noche vagaban perdidos por el desierto luego de abandonar la casa de Abraham. En un
principio esta piedra fue de color blanco, pero con el transcurso de tiempo, debido a los
pecados de los hombres, se fue convirtiendo en negra. Junto a la Kaaba, que era cuidada
por los Coraisquitas en la ciudad de La Meca, las demás tribus fueron colocando sus ídolos
hasta convertir a todo este lugar en un santuario. En resumen, pues antes de Mahoma, dos
notas caracterizan al sistema religioso árabe: el politeísmo y la idolatría.

LOS ORÍGENES: ARABIA

La Península Arábiga estaba poblada por una variedad de pueblos trashumantes dedicados
al comercio. No poseían una unidad política ni religiosa hasta la aparición del profeta
Mahoma.

En el año 570 d. C., nació Mahoma en La Meca. Huérfano a temprana edad, Mahoma trabajó
de joven en una empresa de caravanas que le pertenecía a una rica viuda llamada Kadidja,
con la que luego se casó.

Los califas, sucesos de Mahoma a la muerte de éste, cumplieron con su mandato, es decir,
el de difundir la nueva religión por medio de la guerra. El Profeta lo había dicho: “Combatid
a los infieles, hasta que acabe toda resistencia y no haya más religión que la de Allah. La
guerra contra los infieles es santa. Dios está con los míos y el creyente que muere en la
batalla ira derecho al Paraíso”. Fue de esta manera como, impulsados por un intenso
fanatismo y excepcional valor, ejércitos árabes, así como otros igualmente musulmanes, en
menos de cien años, conquistaron extensos territorios con los que formaron un gigantesco
Imperio Musulmán que se extendía desde los Pirineos (España) hasta el valle del Indo
(India).}

Los califas, sucesos de Mahoma a la muerte de éste, cumplieron con su mandato, es decir,
el de difundir la nueva religión por medio de la guerra. El Profeta lo había dicho: “Combatid
a los infieles, hasta que acabe toda resistencia y no haya más religión que la de Allah. La
guerra contra los infieles es santa. Dios está con los míos y el creyente que muere en la
batalla ira derecho al Paraíso”. Fue de esta manera como, impulsados por un intenso
fanatismo y excepcional valor, ejércitos árabes, así como otros igualmente musulmanes, en
menos de cien años, conquistaron extensos territorios con los que formaron un gigantesco
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Imperio Musulmán que se extendía desde los Pirineos (España) hasta el valle del Indo
(India).

El califa Abubeker fue quien dirigió las huestes de creyentes. Las primeras ciudades que
cayeron en poder de los árabes fueron: Damasco, Antioquía y Jerusalén. La conquista de
Egipto estuvo a cargo de Amru quien después de vencer la gran resistencia del país
consiguió dominarlo estableciéndose en él el segundo califa, Omar. De este califa, dícese,
ordenó el incendio de la Biblioteca de Alejandría, biblioteca que guardaba invalorables
tesoros científicos, literarios y filosóficos de la cultura griega y en general del Mundo
Antiguo. Después de conquistar Egipto, los árabes sometieron a todos los países del norte
de África: Trípoli, Túnez, Argelia y Maruecos. También en el Oriente, persistieron con sus
conquistas, ocupando Persia y más tarde llegaron a la India. El califa Almanzor fue quien
fundó la ciudad de Bagdad, a orillas del Tigris.

CONQUISTA DE ESPAÑA

Al comenzar el siglo VIII, los árabes que se habían adueñado de todo el norte africano, se
dispusieron atravesar el estrecho de Gibraltar (Columnas de Hércules) e invadir España.
Efectivamente el año 711, Tarik al mando de 12 mil hombres, cruzó el estrecho de Gibraltar
e invadió España. El rey visigodo, Don Rodrigo, salió a enfrentarse a los invasores
musulmanes, librándose entonces así la batalla de Guadalete o Guadabeca, donde la victoria
favoreció a Tarik y a sus soldados. Don Rodrigo desapareció en la acción, probablemente
ahogado en el río Guadalquivir.

Sucesivamente fueron cayendo en poder de los árabes: Córdoba, Málaga, Toledo. Sevilla,
Mérida y Salamanca, poco después la mayor parte de la Península Ibérica se hallaba
ocupada por los musulmanes. Pero muchos españoles no quisieron someterse al invasor, pues
desde las montañas de Asturias iniciaron la campaña de la resistencia, futura guerra de la
reconquista. Victoriosos los árabes pretendieron apoderarse del resto de Europa, para lo
cual invadieron Francia; pero los franceses, al mando de Carlos Martel, lograron
derrotarlos en la batalla de Poitiers (732), poniendo punto final al avance árabe en Europa.

La dominación árabe en la Península fue larga (711 – 1492), casi por espacio de ocho siglos;
mas los españoles lucharon con tenacidad y heroísmo contra los conquistadores hasta que
estos fueron expulsados definitivamente de la Península (1492), después de haber ejercido
decisiva influencia en la vida, costumbres y cultura de los pueblos ibéricos.

LA ADMINISTRACIÓN DE UN IMPERIO

Al frente del enorme Imperio Islámico se encontraba el Califa, que era el sucesor de
Mahoma y el representante de Alá. Su autoridad era total en el aspecto religioso y también
en el político. El cargo de califa fue electivo en un principio; luego, los omeyas lo hicieron
hereditario. La gran extensión del Imperio hizo necesario crear una amplia administración,
que se inspiró en modelos bizantinos y persas:
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• En las provincias, los gobernadores, llamados “valies” o “emires” tuvieron la

autoridad civil y, con el tiempo, incluso la militar.

• En la administración central, los “visires” o ministros eran los encargados de la

dirección de los principales servicios y colaboraban con el Califa. En España existió, entre el
Califa y el Visir, una figura intermedia, la del “Hayib” o primer ministro.

• Para la administración de justicia, los califas nombraron jueces o “cadies” en todas

las ciudades del Imperio.

El ejército aseguró las grandes conquistas: gozaba de una organización excelente, en la que
la caballería era el principal contingente. Con los omeyas se reclutó estrictamente entre los
árabes. Los califas abatidas introdujeron ya en el ejército a extranjeros y, a partir del
siglo X, a soldados mercenarios.

El Imperio Musulmán, ante la imposibilidad de mantenerse

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