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SHAKESPEARE NUESTRO CONTEMPORANEO* por JEAN KOT El Gran Mecanismo La historia en el teatro es por lo general un gran escenario, un fondo sobre el cual los personajes aman, sufren u odian; viven sus propios dramas, Algunas veces estan envueltos en Ja historia, que complica sus vidas, pero aun entonces ésta no deja de ser un ropaje mis 0 menos incé- modo: un manto, una crinolina, una espada que le llega hasta los pies. Por supuesto, tales obras son sdlo superficialmente histéricas. Pero hay dramas en los cuales la historia no sdlo es un fondo o un escenario sobre los que se actéa o se repite un texto en la escena por actores disfrazados con un atavio histérico. Ellos saben historia, la han aprendido de memoria y no es frecuente que se equivoquen. Schiller era un autor clasico de este género de drama histérico. Marx acostumbraba a Ilamar a sus personajes trom- petas de las ideas modernas. Interpretan la historia debido a que conocen Jas soluciones que ella ofrece, Algunas veces pueden hasta expresar ten- dencias reales y conflictos de las fuerzas sociales. Pero esto no significa que Ja dramatizacién de Ja historia haya sido realizada. Se trata sélo de un libro de historia convertido en drama. El texto puede ser idealista como en Schiller y Romain Rolland, o materialista como en algunos dramas de Buchner y de Brecht; pero no deja de ser un texto de historia. El concepto shakesperiano de Ia historia es diferente a los modelos mencionados. La historia se desarrolla en la escena, pero nunca ¢s solamen- te actuada, No es un fondo ni un escenario. Es ella misma la protagonista de la tragedia. ;Pero de qué tragedia se trata? Hay dos tipos fundamentales de tragedia histérica. La primera estd basada en Ia conviccién de que Ia historia tiene un sentido, realiza tareas objetivas y sigue una direccién definida. Es racional, 0, por lo menos, puede ser inteligible. La tragedia consiste aqui en el precio de la historia, el precio del progreso que Ia humanidad debe pagar. Un precursor, uno que impulsa Ja incesante transformacién de Ja historia, debe ser sacrificado por la tinica raz6n de haberse anticipado a su tiempo, es también un personaje trégico. Este es el concepto de la tragedia proclamado por Hegel. Esté muy cerca * Del libro del mismo tinilo. Traduccién del polaco por Sergio Pitol. SOL de Ia concepcién del joven Marx, aunque éste substituyé el desarrollo objetivo de las ideas. Marx comparé alguna vez la historia con un topo que cava sin cesar bajo Ia tierra. El topo carece de conciencia, sin embargo excava en una direccién definida. Suefia, pero sus suefios s6lo expresan ‘sus sentimientos en relacién con el sol y el cielo. No son sus suefios los que definen la direccién de su marcha, sino el movimiento incesante de sus ufias y sus dientes. Un topo puede ser tragico si la tierra lo sepulta antes de llegar a la superficie. {Bien dicho, viejo sopo!... ¢Puedes cavar la tierra tan de prisa? jExcelente excavador! (Hater I, 5) Hay otro género de tragedia histérica, originado en la conviccién de que Ia historia no tiene sentido y permanece estitica o repite constante- mente su cruel ciclo, que es una fuerza elemental, como una helada, una tormenta o un huracdn, como el nacer o morir. Un topo cava en la tierra pero jams logrard emerger a la superficie. Nuevas generaciones de topos nacen, cavan la tierra en todas las direcciones, pero son siempre sepultados por Ia tierra. Un topo suefia. Por largo tiempo ha imaginado ser el amo de Ia creacién, piensa que la tierra, el cielo y las estrellas han sido creados para los topos, que hay un Dios de los topos que ha creado a los topos y les ha prometido una inmortalidad de topos. Pero de golpe el topo advierce que es s6lo un topo y que la tierra, el cielo y las estrellas no han sido creados para él. Un topo sufre, siente y piensa, pero sus sufrimientos, sen- timientos y pensamientos no pueden alterar su destino de topo. Continéia cavando la tierra y la tierra siempre lo sepultari. Es en ese momento cuando el topo descubre que es un topo trigico. Me parece que este tiltimo concepto de tragedia histérica es el mis proximo a Shakespeare, no sélo cuando éste escribia Hamlet y El rey Lear, sino en todos sus escritos, desde las primeras Historias hasta La tempestad. Comenzamos nuestras consideraciones con una metifora de Ja gran escalera de la historia, Fue en tal escalera donde Leopold Jessner colocé a Ricardo III en la famosa produccién del Berlin Schauspielhaus. Esa me- tifora tiene consecuencias filoséficas y es draméticamente fértil. No hay reyes buenos ni reyes malos; hay sélo reyes situados en diferentes escalones de una misma escalera, Los nombres de los reyes pueden variar, pero es siempre un Enrique quien dertiba a un Ricardo o viceversa. Las historias de Shakespeare son siempre dramatis personae del Gran Mecanismo. ;Pero cual es el Gran Mecanismo cuyo funcionamiento comienza a los pies del trono y que mantiene sujeto a todo el reino?, un mecanismo cuyo engra- naje lo constituyen tanto Ios grandes sefiores como los asesinos a sucldo?, 592 gun mecanismo que obliga a los hombres a 1a violencia, la crueldad y la taicién, que exige constantemente nuevas victimas?, gun mecanismo cuyas eyes disponen que el camino al poder es a la vez el camino a la muerte? Este Gran Mecanismo es para Shakespeare el orden de la historia, dentro de ese orden el rey es un elegido del Sefior. Porque en la vacka corona que cifie las sienes mortales de un rey alberga la muerte su corte, alli se sienta la macabra desafiando su poder, haciendo mofa de sw pompa, concediéndole apenas un respiro, wna pequeia escena far reine, se semido, mater com la mind viene al final, con un miniisculo alfiler derrumba los muros del castillo, jy adiés rey! (Ricarvo Il, Ill, 2) El sol gira alrededor de la historia y con él las esferas, planetas y estre- Ilas, todos ordenados segtin una jerarquia, Existe en el universo una ordenacién de los elementos, una ordenacién de coros angélicos y una co- trespondiente ordenacién de jerarquias en Ja tierra. Hay superiores y hay vasallos de los vasallos. El poder real proviene de Dios y todo el poder en Ja tierra es un mero reflejo de ese poder emanado de Dios. Los cielos mismos, los planetas este centro observan grados, 7 posicién, movimiento, proporcién, época, forma, oficios ¥ costumbres en toda clase de orden; y% por consiguiente, es ef glorioso planeta Sol, ‘en noble eminencia en su trono y esfera sobre los osros, cuya medicinal mirada corrige las malas tendencias de los mee funestos 9 rige, como el mandamiento de wn Sec ateaéy: x las baowal s «lor mee Pero cuando los planetas tagan en desorden, torpemente mezclados, 7qub flaces portentos, qué motines, qué colere ra ok mar, estremecimientos de la tierra ¥ conmociones de los vientos! Terrores, cambios, borrores hieaden 4 divider, deshacen y desarraigan ‘calma habitual de los Estados. or ial 9 cana ‘se rompe Ia jerarquia que es Ia escala de todos los grandes designios, puede decisse que toda empresa estd arruinada! (Tromo ¥ Cresta I, 3) 593 Ricardo Il es Ja tragedia de un destronamiento. Sin embargo, no es s6lo el destronamiento de Ricardo sino el del Rey. Destronamiento, de hecho, de 1a idea del poder real. Hemos visto cmo Shakespeare equipara a un principe de sangre real —el hermano del rey— con un asesino mercenario. En Ricardo I, el ungido por Dios, el rey privado de su corona se convirtié en un simple mortal. En los primeros actos de la tragedia el rey fue comparado con el sol; Jos demés tienen que bajar la mirada cuando estin frente a su deslumbrante majestad. Ahora el sol se ha desviado de su érbita y con él el orden entero del universo. +++Qué podemos legar, salvo nuestros depuestos buesos on la sierra? Nuestras tierras, nuestras vidas, todo pertenece # Bolingbroke, Y nada podemos lamar nuestro sino la muerte y este pequefo trozo de arcilla e nos sirve de mata y cubre nuestros huesos. la tradicién, la forma y los deberes coremoniosos pues on todo este tiempo no me habéis sino engaitado. Me alimento con pan como vosoiros, siento necesidades, al dolor, necesito amigos. Ast sujeto, cebmo puedo decir que soy wn rey? (Ricarpo II, Ill, 2) "VE pur si muovel” Estas palabras pueden ser lefdas con diferente entonacién. “Y sin embargo se mueve...” Hay también una especie de amarga risa en esas palabras. No hay cielo ni infierno, ni orden de las esfera, La Tierra se mueve alrededor del sol, y la historia del Renaci- miento ¢s slo una gran escalera desde cuya cima los reyes caen en el abismo. Ahi existe sélo el Gran Mecanismo, pero éste a su vez es sély una farsa cruel y trégica. Ricardo Ill anticipa a Hamlet, Ricardo II es la tragedia del saber obtenida a través de la experiencia. Poco antes de ser arrojado al abismo, el rey depuesto adquiere la grandeza de Lear. Pues el Rey Lear como Ham- let es también Ia tragedia del. hombre contemporéneo de Shakespeare, la tragedia polftica del humanismo renacentista, La tragedia de un mundo privado de ilusiones. Lentamente, paso a paso, ¢l rey Lear desciende la gran escalera del mundo que él habia gobernado, pero que no conocfa y bebe Ja amarga copa hasta el fondo. Ricardo II es brutal y repentinamente empujado al abismo. Pero con él se derrumba Ja estructura del mundo feudal. No ha sido sélo Ricardo quien ha sido depuesto, Es el sol que ha dejado de girar en redor de la Tierra. 594 Dadmo el espojo y abi leerd. No som mas profundas mis arrugas? Ha golpeado el pesar fantas veces este rostro mio sin irazar surcos mds bondos? ;Ob, cristal adulador como mis seguidores en la pros también th me engatas! Fue este ‘ostro el rostro que albergaba a dicz mil hombres bajo su propio techo? Sat dae ot ree ‘que somejante al sol Cogaba a cuantos lo consemplaban? oe a el rostro que presencié tantas locuras al final fue afrontado por Bolingbroke? te frégil gloria reluce en este rostro, Tan frdgil como la gloria es eb rosiro, (atsoja al suelo el espejo) Helo abi, roto on cien pedazos. Advierte, silencioso rey, la moral de este juego. (Ricarvo I, IV, 1) La tragedia de Ricardo I ha sido actuada en el tramo superior de la escalera. Las principales escenas de Ricardo IIL ocurren en las gradas inferiores, y acompafian al protagonista en su ascenso. Sin conciencia no hay tragedia de la historia. La tragedia empieza en el momento en que el rey es consciente de la accién del Gran Mecanismo. Esto puede suceder cuando se convierte en victima de él, 0 cuando actia como su ejecutor. Estos son los puntos en los que Shakespeare lleva a cabo sus grandes comparaciones contrastando el orden moral con el orden de la historia. Ricardo III se compara a si mismo con Maquiavelo y es un real prin- cipe. La politica es para él un mero asunto prictico, un arte cuya meta es la adquisicién del poder. La politica es amoral, como el arte de construir puentes 0 el arte de la esgrima. Las pasiones humanas y los mismos hom- bres son arcilla que se puede modelar con la mano. El mundo entero es una pieza enorme de arcilla que puede ser modelada con la mano. Ricardo III no es sélo el nombre de uno de los reyes que han escalado la gran escalera, No es un término colectivo para una o muchas situaciones reales descritas por Shakespeare en sus crdnicas histéricas. Ricardo III es el cere- bro del Gran Mecanismo, su voluntad y su conciencia. Aqui por vez pri- mera ha mostrado Shakespeare el rostro humano del Gran Mecanismo. Un rostro terrible. Terrible por su fealdad y por el cruel rictus de los labios. Pero también un rostro fascinante. 595

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