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Jurisprudencia

Un estado de cuenta corriente que resulta de una serie de operaciones


comerciales es una promesa reconocida válida que obliga al tribunal, cuando le
es pedido, a ordenar la ejecución provisional y sin fianza de la promesa no
obstante la interposición de cualquier recurso, si el documento en que consta la
deuda no es negado ni desconocido. (Artículo 135 Código Procedimiento Civil)
[1]

El Artículo 459 Código Procedimiento Civil sólo es aplicable cuando el Juez de


Primera Instancia ha ordenado la ejecución provisional sin encontrarse en uno
de los casos en que la ley se lo permite o se lo manda. La sentencia que
ordena el desahucio de un inquilino es uno de los casos en que la ley le manda
al Juez ordenar la ejecución provisional no obstante cualquier recurso (Artículo
1, párrafo 2, parte final, Código Procedimiento Civil), por lo que la Cámara de lo
Civil como tribunal de alzada no está facultada para suspender la ejecución y
su sentencia se casa por supresión y sin envío.[2] [3] [4]
Nota: Ver modificación al Artículo 1, párrafo. 2, parte final, del Código
Procedimiento Civil, en Ley 38-98: “Cualquier recurso que pueda interponerse
contra la sentencia de desahucio será suspensivo de la ejecución de la misma.”
Las medidas dictadas por los Jueces del referimiento (en este caso la
suspensión de lo resuelto por una asamblea de accionistas) en caso de ser
apeladas, no pueden ser suspendidas en apelación a través del Artículo 459
Código Procedimiento, porque dicho artículo sólo es aplicable cuando el Juez
de primer grado ha ordenado la ejecución provisional de su sentencia sin
encontrarse en uno de los casos en que la ley lo manda o lo permite, siendo
éste un caso en que la ley lo manda (Artículo 809 Código Procedimiento) [5]
La sentencia que ordenó la suspensión de la ejecución fue recurrida en
casación, pero, antes de la sentencia de la Suprema Corte de Justicia, la
sentencia de fondo fue revocada y la sentencia revocatoria adquirió la
autoridad de cosa juzgada. En este caso el recurso debe rechazarse, pues la
ejecución es ya imposible.[6]
La sentencia de la Cámara Civil sobre demanda en suspensión de ejecución de
una sentencia dictada por el Juzgado de Paz, es de Primera Instancia y
susceptible de apelación, no de casación. [7]
Estando pendiente la litis principal, el Juez ordenó la suspensión de ejecución
de la designación de un administrador provisional a la compañía. El recurrente
sostuvo que no podía tomar ninguna medida que coincidiera con el fondo. Pero
el Juez no estaba adoptando una medida provisional, sino decidiendo acerca
de la suspensión o no de una sentencia.[8]
El Presidente de la Corte de Apelación puede suspender la ejecución
provisional, tanto de sentencias revestidas de ejecución provisional de pleno
derecho como de sentencias cuyas ejecutoriedad provisional resulta de una
disposición del Juez.[9]
El demandante ejecutó la sentencia de Primera Instancia, que era ejecutable
no obstante cualquier recurso. El demandado intentó ante la Corte de Ap. una
demanda en suspensión de ejecución de sentencia y una demanda en nulidad
de los actos de ejecución ya efectuados. Aunque normalmente la acción de
nulidad incumbe al Juez de Primera Instancia, en este caso, dada la conexidad
entre las acciones, conviene que la Corte de Apelación conozca de ambas. [10]
El Artículo 457 Código Procedimiento Civil, primer párrafo, atribuye efecto
suspensivo al recurso de apelación cuando está dirigido contra una sentencia
cuya ejecución provisional no ha sido ordenada. Cuando esta ejecución es
ordenada, la apelación no produce su efecto suspensivo, aun cuando la
disposición referente a la ejecución provisional sea improcedente. En este
caso, el efecto suspensivo tiene lugar a partir de la demanda en suspensión.
Se casa la sentencia que decidió que la suspensión de una sentencia dotada
de ejecutoriedad provisional tenía lugar a partir del recurso de apelación y que
los actos de ejecución posteriores eran nulos.[11]
Cuando el Juzgado de Primera Instancia ordena la ejecución provisional de su
sentencia, aquélla sólo puede ser detenida por el Presidente de la Corte de
Apelación, estatuyendo en referimiento en los casos previstos por el Artículo
137. La decisión del citado magistrado no es susceptible de apelación, sino de
casación. El Presidente de la Corte de Apelación debe expresar los hechos y
circunstancias de los que extrae su convicción. No basta declarar que “no
existe una turbación manifiestamente ilícita que puede provocar daños
irreparables”.[12]
El Presidente de la Corte de Apelación está facultado para suspender la
ejecución provisional de una sentencia, no solamente cuando ésta resulta de
una disposición del Juez, sino también cuando lo es de pleno derecho, como
en materia de referimiento.[13]
El Presidente de la Corte de Apelación puede ordenar la suspensión de la
ejecución provisional de una sentencia, si dicha ejecución provisional está
prohibida por la ley; y cuando estima que hay riesgo de que la ejecución
entraña consecuencias excesivas. Es una cuestión de hecho, que escapa a la
casación.[14] [15] [16] [17] [18]
En un asunto de desalojo, el Juez de Primera Instancia puede ordenar la
ejecución provisional y sin fianza en virtud del ordinal 4º del Artículo 130 de la
Ley No. 834 de 1978 sin acudir al procedimiento de referimiento. [19]
En una demanda en resolución de contrato de arrendamiento y lanzamiento, el
Juez tiene facultades discrecionales para ordenar la ejecución provisional; pero
puede no hacerlo si considera que el propietario no ha probado la urgencia de
la medida.[20]
Cuando la ejecución provisional es de pleno derecho, como sucede en los
casos de desalojo, no puede ser suspendida por disposición del Presidente del
Tribunal. Esta facultad la tiene el Presidente solamente cuando la ejecución
provisional ha sido ordenada por el Juez en un caso en que no procedía de
pleno derecho.[21]
Las sentencias de desalojo ejecutables provisionalmente de pleno derecho son
las dictadas por los Juzgados de Paz en materia de desahucios por falta de
pago y no las dictadas por los de Primera Instancia cuando conocen de
demandas de desalojo en las causas de su competencia. La urgencia no figura
entre las causas enumeradas en el Artículo 137 de la Ley No. 834 de 1978, que
permiten al Presidente, estatuyendo en referimiento, detener la ejecución
provisional que ha sido ordenada.[22]
La ejecución provisional de la sentencia de primer grado, ordenada por el Juez
de Paz, no puede ser criticada en casación, por no ser susceptible de este
recurso. La sentencia dictada por la Cámara a qua en apelación es ejecutoria,
al tener fuerza de cosa juzgada, sin necesidad de disponer su ejecución
provisional. Su ejecución sólo podía ser detenida por la Suprema Corte de
Justicia en virtud del Artículo 12 de la Ley Procedimiento Casación. [23] [24]
Los Artículos 112, 140 y 141 de la Ley No. 834 de 1978 dan facultad al
Presidente de la Corte de Ap. para en referimiento suspender la ejecución de la
sentencia del Juez de Primera Instancia.[25]
Tratándose de una demanda en referimiento para fines de suspensión de la
ejecución provisional de una sentencia, interpuesta con motivo del recurso de
apelación, se admite la citación en manos del abogado constituido en el
recurso cuando no es posible notificar al demandado en su persona o su
domicilio.[26] [27]
Al establecer para la ejecución provisional de su sentencia una garantía
personal, el Juez no hizo más que cumplir con el voto de la ley. [28]
El Juez de Paz ordenó el desalojo del inmueble y la ejecución provisional y sin
fianza. La decisión no fue apelada, adquiriendo la autoridad de la cosa juzgada.
En esta situación, la decisión no puede ser suspendida en su ejecución por el
Presidente del Tribunal Primera Instancia como tribunal de apelación. Su
competencia para estatuir en referimiento en materia de ejecución provisional
comienza a partir de la notificación del acto de apelación. (Artículo 141, Ley
834 de 1978)[29]
Las sentencias de referimiento son de las que conllevan la ejecución
provisional de pleno derecho; en otros casos, la ejecución provisional resulta de
una disposición del Juez. Pero ambos tipos de sentencia están sometidas al
mismo procedimiento para obtener la suspensión de la ejecución provisional. El
Presidente de la Corte de Apelación está facultado por los Artículos 140 y 141
de la Ley No. 834, para suspender la ejecución provisional, pero sólo cuando
comprueba que la decisión recurrida está afectada de una nulidad evidente o
ha sido producto de un error grosero o fue pronunciada en violación del
derecho de defensa de la parte que demanda la suspensión. [30] [31] [32]
La Resolución del Ayuntamiento de rescindir el contrato de arrendamiento de
una fábrica de hielo no faculta a obtener por la vía del referimiento el desalojo
sin antes haberse declarado judicialmente la resolución del contrato de
arrendamiento. Excepcionalmente, el Juez de los referimientos puede ordenar
la expulsión provisional de un arrendatario antes de que los Jueces del fondo
pronuncien la resolución del contrato por inejecución de las obligaciones a su
cargo, a condición de que se establezca netamente la necesidad de que se
adopte tan grave medida o en caso de urgencia cierta. [33]
Era procedente la ejecución provisional y sin fianza de la decisión impugnada,
pues se trataba de un caso de lanzamiento de lugares sin contrato de
arrendamiento, además de que esa ejecución ha sido dispuesta por el Artículo
1 modificado de la Ley No.5869 sobre Violación de Propiedad. [34]
Cuando el Juez ordena la ejecución provisional sobre minuta de una decisión,
no está contraviniendo la ley sino disponiendo, aunque de manera
superabundante, lo que la ley manda.[35]
El Tribunal de primer grado ordenó la ejecución provisional y sin fianza de la
sentencia, acogiendo las disposiciones del Artículo 128 de la Ley No.834,
cuestión que cae y queda sin efecto si esa sentencia es revocada en apelación.
[36]

Materia Laboral
Según el Artículo 539 del Código Trabajo, las sentencias dictadas por los
Juzgados de Trabajo son ejecutorias al tercer día de su notificación, salvo el
derecho de la parte que haya sucumbido de consignar el duplo de la
condenación. Si esto no se cumple, para que el Juez de los referimientos
pueda suspender la ejecución de una sentencia, es indispensable que la
decisión esté afectada de una nulidad evidente, o sea del producto de un error
grosero, de un exceso de poder o pronunciada en violación al derecho de
defensa de la parte que demanda la suspensión. [37] [38]
Al ordenar en referimiento la suspensión de la ejecución de una sentencia
laboral, el Juez pudo imponer al patrono la obligación de depositar el duplo de
la condenación (Código Trabajo Artículo 539) y pudo también disponer que el
depósito se hiciera en el banco propuesto por el trabajador. (Artículo 93 del
Reglamento de Trabajo)[39] [40]
La demanda en suspensión de ejecución de la sentencia fue rechazada porque
el recurrente no probó la urgencia. [41]
El Juez actuó apegado al Artículo 539 del Código Trabajo al sujetar la
suspensión de la ejecución de la sentencia de primer grado a la prestación de
una fianza por el duplo de las condenaciones. [42]
El Juez Presidente de la Corte rechazó la suspensión de ejecución de una
sentencia, pero su decisión fue casada al no ponderar las disposiciones del
Artículo 22 de la Ley 498 del 1973 sobre la inembargabilidad de los bienes de
la Corporación del Acueducto, ni el Artículo 731 del Código Trabajo que deroga
las normas que prohiben los embargos sobre los bienes del empleador cuando
la sentencia posea la autoridad de la cosa irrevocablemente juzgada. [43]
Respecto a la ejecutoriedad de una sentencia de los Juzgados de Trabajo a los
fines de embargo retentivo, para que el tercer embargado se obligue a entregar
directamente los valores embargados al ejecutante, es necesario que la
sentencia sea irrevocable.[44]
Las disposiciones del Artículo 539 del Código Trabajo están dirigidas contra
toda parte que haya sucumbido en la jurisdicción laboral, sin establecer
diferencias entre empleador y trabajador; las demandas laborales no están
reservadas a los empleados, sino a todos los sujetos del derecho de trabajo. [45]
Por demás, el Artículo 539 del Código Trabajo no persigue forzar a la parte
sucumbiente en Primera Instancia a pagar el monto de las condenaciones y
poner fin al litigio, sino garantizar que al término del mismo quien resulte
ganancioso asegure el cobro de sus acreencias; esta disposición se
complementa con el Artículo 667 de dicho Código, relativo a las facultades del
Presidente de la Corte de Trabajo con respecto a las modalidades de pago del
duplo de las condenaciones, para evitar que se produzca un daño irreparable,
pero a la vez garantizar el cumplimiento del precitado Artículo 539. [46] [47]
Como el Artículo 539 del Código Trabajo no es contrario a ninguna norma o
principio constitucional, era obligación del Juez a quo requerir al solicitante de
la suspensión de ejecución de la sentencia la consignación del duplo de la
condenación, a través del depósito de una fianza, salvo que la suspensión
pudiera ordenarse si la sentencia estuviera afectada de nulidad evidente, error
grosero, violación al derecho de defensa o exceso de poder. [48]
No hay violación al Artículo 539 del Código Trabajo cuando el Juez ordena la
suspensión de ejecución de una sentencia previo pago de una fianza en un
banco sin precisar la persona que debe cumplir esta medida, pues dicho texto
pone esa obligación a cargo de la parte que haya sucumbido, lo que no fue
variado con el fallo recurrido.[49]

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