Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
Isabel II.
1. La ‘’Gloriosa’’ revolución
El levantamiento militar del almirante Juan Bautista Torpete dio lugar a un movimiento
revolucionario resultado entre la alianza de progresistas y unionistas, con la aprobación de los
demócratas, aunque intervinieron militares de renombre (Prim, Serrano, Primo de Rivera,
Dulce…) también hubo presencia de las clases burguesas y medias. Se pretendía seguir el
ideario del partido demócrata (sufragio universal, supresión de los impuestos a los bienes de 1ª
necesidad - impuestos de consumos, y de las quintas - jóvenes que debían cumplir un año de
servicio militar), pero los movimientos de base popular fueron excluidos o perseguidos. En este
sentido fue una ‘’revolución falseada’’ más orientada hacia la sociedad capitalista burguesa y a
acabar con el bloqueo parlamentario promovido por la reina. La revolución se extrendió de
Cádiz a toda la Península, destacando la batalla del puente de Alcolea en Córdoba, donde el
triunfo de los sublevados provocó que Isabel II se fuera a Francia. El gobierno entregó el poder
en Madrid a una Junta Superior Revolucionaria. Se formaron juntas revolucionarias por todo el
país, aunque la deriva radical fue cortada con rapidez. El programa revolucionario se limitó a
pedir libertades políticas y civiles, la secularización del Estado, reforma de la Hacienda, liberad
económica, preservar el orden y la propiedad y el rechazo a los borbones.
La constitución de 1869
Eran 112 artículos, influidos por la constitución belga de 1831 y la estadounidense. Establecía
la soberanía nacional de base popular y proclamaba la división de poderes. Como derechos
individuales se establecían la libertad de cultos, de reunión y asociación, de residencia, de
enseñanza, de expresión y de inviolabilidad del domicilio (se suspendían mediante una ley si
eran usados indebidamente), se establecía el sufragio universal masculino, un sistema
bicameral (Congreso y Senado) en el que solo podían ser senadores los mayores
contribuyentes y las ‘’altas capacidades’’. El rey estaba sujeto a la soberanía nacional, aunque
se planteó la necesidad de una nueva dinastía.
La monarquía provocó la oposición de los republicanos y obligó a nombrar a Serrano como
regente, mientras Prim ocupó la jefatura de gobierno, que tuvo que hacer frente a la guerra de
Cuba, la oposición de carlistas y de moderados o alfonsinos, el acoso de los republicanos y el
descontento de las capas populares urbanas y rurales. En octubre se produjo un alzamiento
republicano federal extendido por Cataluña, Valencia y Andalucía, que unió a burgueses y al
incipiente sector obrero, ya que no se habían suprimido las quintas y el impuesto de consumos
había sido sustituido por otro. Se firmó en este panorama el pacto general de Tortosa, los
llamados pactos de republicanos ‘’intransigentes’’ que reunía a representantes de la antigua
Corona de Aragón, Andalucía, Extremadura, Galicia, Asturias, Castilla y León… y que culminó
con la firma de un pacto nacional que creaba el Consejo Federal, cuyo programa reclamaba
una república española democrática federal y una extensa autonomía en municipios y
provincias. Prim reprimió estos levantamientos y tuvo que afrontar el bandolerismo en
Andalucía con el cuerpo policial Partida de Seguridad Pública, que aplicó la ley de fugas
(ejecución extrajudicial y alegal aplicada en la supuesta huida de un detenido, al que se le
abatía a tiros). Para el puesto de rey, se propuso a Amadeo de Saboya, en un complejo
contexto interior y exterior (derrota de Francia contra Prusia y la oposición de los republicanos y
de los partidarios del duque de Montpensier. Prim agilizó la proclamación con 191 votos para
Amadeo, 27 para Montpensier y 8 para Espartero.
El reinado de Amadeo I
Se produjo una rebelión carlista y la guerra de Cuba, que enfrentó tanto a independentistas
como al ‘’partido español’’ de la isla, que controlaba los negocios, exigía mantener la esclavitud
y se oponía a reformar el sistema de explotación. El malestar en el ejército se acrecentó tras el
nombramiento del general Hidalgo como capitán general de las Vascongadas. El cuerpo de
artillería protestó por considerar que había participado en la represión de la sublevación en el
cuartel de San Gil. Amadeo renunció a la corona y al día siguiente el Congreso y el Senado
asumieron los poderes y proclamaron la república.
4. La Primera República
La república centralista
5. El gobierno de Serrano
Pavía reunió a los altos militares residentes en Madrid para preparar el nuevo provecto de
gobierno (Serrano, Concha y Zabala), se propuso una dictadura o república unitaria, influida por
el modelo francés, con Serrano como presidente (dictadura encubierta).
Reconocía la Constitución de 1869, en suspenso hasta que la normalidad retornase a la vida
pública, dando un papel primordial al ejército y apelando a los grupos sociales acomodado y a
los civiles poderosos.
El hijo de Isabel II, Alfonso XII, retornó a España, mientras el general Martínez Campos
preparaba un pronunciamiento militar, con el que Cánovas (principal dirigente del sector
alfonsino) no estaba de acuerdo ni era partidario, quería una restauración monárquica por la vía
diplomática.
Martínez Campos arengó a las tropas en Sagunto y proclamó a Alfonso XII rey de España el 29
de diciembre de 1874. Serrano se marchó a Francia y el último día del año Cánovas constituía
el ‘’ministerio-regencia’’. Acababa así el sexenio democrático.
6. La cuestión social y el movimiento obrero