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Compendio del Seminario Internacional en la Tutela y Restauración del Patrimonio /

Edición I / Diez, Emilia (Ed.)


© 2017 Imprenta Articsa, Panamá

SANTA ANA, UN PATRIMONIO A TUTELAR


Convivencia entre lo histórico y la modernidad

Patricia Cid

Introducción

Santa Ana, protagonista de la primera edición del Seminario Urban Heritage, es un


corregimiento que goza de una riqueza inigualable a nivel histórico – cultural y que se ve
reflejado en los hechos de su pasado, su arquitectura, su fisonomía urbana, la sociedad
que la compone y sus relaciones territoriales. Actualmente, vive una recualificación que
sigue normativas de desarrollo urbano que no incluyen los criterios y jurisdicción de las
autoridades que salvaguardan el patrimonio histórico nacional, por esta razón, es
importante reconocer sus valores e identidad cultural y solicitar su pronta tutela.

Para esto, se hace necesario comprender en profundidad, el caso de Santa Ana


desde distintos puntos de vista que permitan observar y analizar su problemática, así
como, entender los conceptos que implican una “recualificación” versus una “restauración
urbana” y definir parámetros claros que identifiquen un camino de protección hacia el
patrimonio arquitectónico, urbano y paisajístico de este Centro Histórico.

                                                            

  Patricia  Cid:  Arquitecta  restauradora,  Profesora  de  Protección  y  Restauración  del  Patrimonio  Arquitectónico  y  de 
Historia de la Arquitectura, e Investigadora de la Universidad Católica Santa María la Antigua de Panamá. Ex miembro 
de la Comisión Nacional de Arqueología y Monumentos Históricos y miembro de ICOMOS Panamá.  
Email: pcidl@usma.com.pa; p.cid@casinicidarchitetti.it 
 
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Las relaciones territoriales con su entorno circundante

Su ubicación es fruto de la expansión territorial de la urbe colonial que fuera de la


ciudad amurallada, se produjo expontáneamente al seguir las rutas principales de aquel
entonces, el Camino de Cruces y el Camino Real y su conexión entre éstas a los pies del
Cerro Ancón, que así la delimitaron y conformaron la Antigua Ciudad de Panamá de los
siglos XVII, XVIII, XIX y XX. En estrecha relación ambiental con el Cerro Ancón al oeste,
importante símbolo de nuestra nacionalidad y patriotismo; y con el Océano Pacífico al
este, testimonio de las históricas relaciones comerciales, de transporte, de comunicación
y culturales que ha gozado Panamá desde sus inicios; se completa así, una estructura
paisajística vinculada indisolublemente con el patrimonio construido de San Felipe, Santa
Ana y El Chorrillo. (Ver Imagen N°1)

Santa Ana convive con una estratigrafía de momentos sociopolíticos y procesos


históricos que han cualificado su contexto territorial y cultural durante los últimos 4 siglos
en que, su importancia como la “Ciudad de Panamá” en el Pacífico, fue punto focal para
las relaciones entre América y Europa en un inicio, y con el resto del mundo,
posteriormente.

El intercambio cultural que aquí se produjo es, no sólo un resultado del flujo
intelectual de la sociedad culta de las diversas épocas sino también, una fusión de
comunidades étnicas que aquí se establecieron y que compartieron sus costumbres con
las locales. Las principales decisiones políticas que se tomaron a lo largo de estos siglos,
nos hablan de que, Santa Ana era el epicentro de la expresión y sentir del pueblo
panameño, así como ha sido también, cuna de importantes figuras de renombre de
nuestra política, medicina, literatura y del arte. Cualidades todas que testimonian la
historia de la Nación Panameña.

Conceptos

Antes de analizar la evolución histórico - constructiva de Santa Ana es,


fundamental, tener en claro, el alcance de los conceptos y principios que rigen a la
“restauración urbana”, ya que, se habla de una comprensión más amplia de lo que, su
terminología puede describir.

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Para esto, no basta con identificar que “urbano” proviene del término en latín “urbs”
que identifica a la Ciudad, independientemente de que ésta sea antigua o no, como el
fruto de las adaptaciones del hombre al territorio y al paisaje natural y que, además, se
convierte en un documento testimonial del paso de generaciones y civilizaciones que la
continúan a modificar social, cultural y constructivamente. No basta con saber que está
compuesto por la arquitectura de sus edificaciones, su trazado urbanístico, sus elementos
de decoro urbano, la escala de sus volúmenes, entre otros; y saber que éstas y sus
características predominantes, se modifican y alteran en el tiempo, donde el factor
“modernidad” y el deber adaptarse a las necesidades de la vida moderna y sus nuevos
gustos estéticos, así lo requieren y/o exigen.

En algunos casos, la ciudad se enriquece; en otros, puede llevarla a una


degradación o incluso, a la pérdida y desaparición de sus características y componentes
principales. Por esta razón, es importante comprender que lo que aquí se describe, va
más allá, hasta reconocer en la profundidad de estas transformaciones, un valor histórico
que las identifica como el patrimonio edificado o construido de un sitio el cual, se relaciona
y convive inseparablemente con su contexto natural, cultural, social y etnoantropológico,
complementándose y formando una única unidad en su totalidad.

Este es un tema que viene afrontado en debates internacionales desde el siglo XIX,
principalmente, en Europa, donde en sus inicios ve como sus principales exponentes en el
campo de la conservación de la edilicia histórica, a Italia (Camilo Boito, Roberto Pane,
etc), Francia (Viollet-le-Duc) e Inglaterra (Ruskin e Morris). El proceso de definición de
principios y conceptos lleva a la teorización, mientras que, su práctica, los afina. Es un
proceso de constante maduración y que nos lleva a nuestros días, donde las definiciones
actuales, vienen utlilizadas a nivel normativo y legislativo en el área de la gestión y
protección del patrimonio histórico cultural.

Uno de los conceptos de nuestra época que describe el “patrimonio” de una ciudad,
lo vemos especificado por la Carta de Cracovia del 20001 que nos dice:

                                                            
1
 Conferencia Internacional sobre Conservación. Sesión plenaria “Patrimonio Cultural como fundamento del 
Desarrollo de la Civilización”. Cracovia, 2000 
 
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“El patrimonio arquitectónico, urbano y paisajístico, así como, los elementos que lo
componen, son el resultado de una identificación con varios momentos asociados
a la historia y a sus contextos socioculturales.”

Una vez entendido el alcance del “patrimonio” de una ciudad con valores históricos,
podemos preocuparnos por cómo conservarla y una respuesta ante la inevitable exigencia
de adecuarse a lo que requiere la vida moderna con sus avances, tecnologías y gustos,
es la “restauración urbana” que, a través de una recualificación controlada por criterios y
normativas apropiadas que protejan al patrimonio edilicio, permitirá la “recuperación” de la
integridad e identidad cultural e histórica de la Ciudad Antigua, de acuerdo con el
reconocimiento de sus valores intrínsecos y de la relación con su entorno natural y el
respeto por su conjunto y monumentos.

Lectura Histórico Evolutiva de Santa Ana


Santa Ana ha pasado por un proceso evolutivo muy significativo para la
arquitectura y el urbanismo panameño donde se aprecia una amplia cantidad de estilos,
formas y lineamientos urbanos que sólo aquí, se concentran de una forma única y
particular, diversa al resto de la ciudad. Como conjunto patrimonial, su constitución urbana
inicial, las relaciones que surgieron desde aquel momento con los actuales
Corregimientos de San Felipe y El Chorrillo, y su riqueza arquitectónica, son
fundamentales para la comprensión del territorio de la “Ciudad de Panamá” de los siglos
XVII al XX y que definirán su importancia como patrimonio urbano de la nación.

Período Colonial

Después del traslado a Panamá la Nueva en 1674, la “Ciudad de Panamá” estará


compuesta por dos sectores: “intramuros” y “extramuros”2 que respondían con estos
títulos, por la muralla abastionada construida que no sólo respondía ante el factor de
defensa como respuesta a las calamidades sufridas en Panamá la Vieja3 sino también, a

                                                            
2
  Tejeira,  Eduardo  y  Spadafora,  Vanesa.  El  Casco  Antiguo  de  la  Ciudad  de  Panamá.  Oficina  del  Casco 
Antiguo. Panamá, 2001. Págs. 26 ‐ 29 
3
 Para mayor información, consultar el Artículo de Carmen Mena García: Panamá en el siglo XVIII: trazado 
urbano,  materiales  y  técnica  constructiva.  Revista  de  Indias,  1997,  vol.  LVII,  núm.  210.  Departamento  de 
Historia de América. Universidad de Sevilla. Págs. 369 – 398 
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la diferenciación de clases que existía en la sociedad de la época. Santa Ana y El
Chorrillo corresponderán al “extramuros”, al sector del “arrabal” donde viven la clase
obrera, los pescadores y los esclavos; mientras que, el sector bienestante será para las
familias del “intramuros”. Ambos sectores se unirán, se comunicarán y se relacionarán
entre sí, a través de un puente ubicado en posición central que evidenciaba el ingreso
principal a la ciudad desde tierra firme – la Puerta de Tierra – y que a su vez, también
simbolizaba la conexión con el resto de América, con Portobelo en el Atlántico y con las
rutas comerciales europeas del oro y la plata, entre otras. (Ver Imagen N°2)

Para llegar a la ciudad fortificada de Panamá, extranjeros y locales debían utilizar


las rutas existentes para ese entonces: el Camino Real (percurso terrestre) y el Camino
de Cruces (una parte terrestre, otra parte fluvial), y es precisamente, este flujo de
personas y mercaderías que incentivarán la aparición y el crecimiento de estructuras por
estas vías principales, que brindarán sus servicios no sólo a la ciudad y al arrabal sino
también, a quienes se encontraban en tránsito. Esta realidad, continuará así hasta el siglo
XX, cuando el centro de las principales actividades de la Ciudad de Panamá y su
expansión residencial y comercial, poco a poco se van trasladando hacia los sectores de
Vía España y las Avenidas Ricardo J. Alfaro y Transístmica que permiten hoy, la
conectividad con la Ciudad de Colón, en el Atlántico.

Durante el período colonial, en cambio, el Arrabal pasa por una transformación en


su arquitectura y trazado urbano. En un principio, se trataba de una zona bastante
insalubre4 y de construcciones espontáneas sin un ordenamiento urbanístico regulado, de
edificaciones de rápido y poco costo de realización como lo eran los bohíos y ranchos de
madera, paja y/o caña.

En la medida que, el “intramuros” no se encontraba en capacidad de sustentar


viviendas para el aumento de su población y las actividades de servicio, comercio y
portuarias del Arrabal, en cambio, se consolidaban cada vez más, la posibilidad de
adquirir nuevos lotes de terreno donde edificar en Santa Ana, provocan un cambio en la
fisonomía y la regularización de su trazado, pasando a convertirse en una “ciudad
extramuros” con una cantidad tres veces mayor que dentro de San Felipe ya en 16755, a

                                                            
4
  Gutiérrez,  Samuel.  Arquitectura  de  la  Epoca  del  Canal.  1880  –  1914.  Editorial  Universitaria  de  Panamá, 
1984.  
5
 Mena García [3], pág. 381 
 
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sólo un año de su fundación. Era tal el apogeo, nos dice Carmen Mena, que en 1737
surge la idea de realizar una empalizada alrededor de ésta que crearía una doble periferia
la cual, respondería a la jurisdicción del intramuros, en vista del crecimiento poblacional
de la “Ciudad de Panamá”. Este hecho evidencia que la ciudad estaba comprendida por
ambas partes y que necesitaban funcionar en conjunto y en correspondencia la una con la
otra.

Las características arquitectónicas y las técnicas constructivas en el antiguo


Arrabal cambian y aumentan las edificaciones en madera, así como, sus decoraciones y
elaboraciones en este material, que dignificaban y representaban el nivel económico de
quien las poseía junto con sus techos de tejas en arcilla. Su construcción veloz, el bajo
costo y las buenas maestranzas de la época, permiten que se multipliquen y sean
preferidas, incluso, hasta después de algún incendio.

La construcción en piedra en el “extramuros”, en cambio, surge con menor auge


debido a su elevado costo de elaboración y el tiempo para adquirir y transportar el
material; mientras que, apenas aparecen los hornos de ladrillos, la mampostería se
convierte en una nueva alternativa como tipología constructiva a la cual, aspirar.

Finalmente, después del término de la época colonial y en 1856, por decisión del
Estado Federal de Panamá6 de la República de la Nueva Granada, la “Ciudad de
Panamá” ve la unificación de los territorios del intramuros y el extramuros ante la orden de
derrumbar el tramo de la muralla con la Puerta de Tierra y de rellenar el foso (la
explanada). El área de la Iglesia de La Merced resta en comunión con la Iglesia de Santa
Ana, confirmando fisícamente, el vínculo preexistente y las relaciones entre éstas como la
“Ciudad de Panamá” que siempre fueron. (Ver Imagen N°3)

El Ferrocarril Transístmico

El siglo XIX para Panamá fue un período muy intenso en su historia política. En sus
primeras décadas, las ideas de liberación del mundo hispano colonial promovidas por
                                                            
6
 Ente territorial creado en 1855 con jurisdicción propia pero, bajo el gobierno de la República de la Nueva 
Granada.  En 1863, pasa a llamarse el Estado Soberano de Panamá hasta 1886, cuando se convierte en el 
Departamento de Panamá bajo jurisdicción de la República de Colombia. Para mayores detalles, consultar:  
Conte  –  Porras,  Jorge  y  Castillero,  Eduardo.  Historia  de  Panamá  y  sus  Protagonistas.  Distribuidora  Lewis, 
1998. Págs. 86 – 91 
 
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Simón Bolívar, concluyeron con la independencia en 1821. Panamá estaba de acuerdo en
la ideología bolivariana de una democracia liberal que condenaba la esclavitud y la
diferencia de clases y por esta razón, y por su ubicación geográfica, en 1826 el mismo
Libertador elige a Panamá como sede del Congreso Anfictiónico.

“...Parece que si el mundo hubiese de elegir su capital, el Istmo de Panamá, sería


señalado para ese augusto destino, colocado como está en el centro del globo,
viendo por una parte el Asia, por la otra Africa y Europa...” 7

Durante los años 30, el antiguo Arrabal de Santa Ana se convierte en escenario de
la expresión del pueblo8 y emerge la figura de José Domingo Escobar (médico, ingeniero
y militar), quien defendía la igualdad de clases y derechos entre quienes vivían en el intra
y extramuros. Durante los años 50, la esclavitud viene abolida definitivamente lo que,
permite a estas personas afirmar su estabilidad, abriendo nuevas actividades comerciales
y de servicio en Santa Ana. A mitad de los años 60, en cambio, aparece Buenaventura
Correoso, el más importante líder político del arrabal de este siglo9 y quien llegó a ser
Presidente del Estado Soberano de Panamá en tres ocasiones (en calidad, provisional). A
partir de entonces, la Plaza de Santa Ana acoge al “Cabildo Popular” y se convierte en un
ente abierto fiscalizador y en epicentro de las grandes decisiones.

En este marco político, se da la construcción del ferrocarril transístmico a cargo de


la compañía norteamericana, Panama Railroad Company. A pesar de que, su creación
responde a un interés relacionado con la fiebre del oro en los Estados Unidos, para la
Ciudad de Panamá inicia un período de esplendor económico que ve aumentar la
realización de viviendas, hoteles, restaurantes, oficinas y amplios depósitos para las
cargas ferroviarias y portuarias que ahora, además, pueden ser transportadas con mayor
velocidad y directamente al Atlántico sin tener que detenerse en el poblado de Chagres o
pasar por el largo percurso del Camino Real.

El factor modernidad que trae consigo la construcción de las nuevas estructuras del
ferrocarril, ocasiona una fase de cambios urbanísticos que la Ciudad deberá adoptar para
responder a todas las necesidades que éste requiere10. Por otro lado, la relación de

                                                            
7
 Invitación al Congreso Anfictiónico. Conte – Porras y Castillero [6], pág. 74 
8
 Para mayores detalles, consultar: las Unidades VIII y XIX de Conte – Porras y Castillero [6]. Págs. 76 – 104  
9
  Conte  –  Porras  y  Castillero  [6],  pág.  97  dedican  un  importante  listado  de  personajes  ilustres  que 
pertenecieron al Arrabal de Santa Ana y dejaron una huella en la historia panameña de los siglos XIX y XX  
10
 Para mayores detalles, ver Tejeira [2], págs. 36 – 39 
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Panamá con el Atlántico se mantiene igual, cambiará en cambio, su conexión con la
ciudad portuaria pasando de Portobelo a la nueva “Aspinwall”, más adelante, “Ciudad de
Colón”.

El flujo intenso de pasajeros y de cargas, principalmente, se apreciará de 1855 a


1869. Posteriormente, la realización de la ruta intercontinental en los Estados Unidos,
causará su disminución. A pesar de esto, las estaciones y estructuras entre Panamá y
Colón, continuaron su construcción y se vieron completadas en 188511.

Un ejemplo de cómo el viajero en tránsito podía apreciar la Ciudad de Panamá en


aquel entonces, la encontramos en las memorias del historiador chileno, Benjamín Vicuña
Mackenna, que a su paso en 186712, nos relata lo siguiente:

“Es en mi concepto la ciudad de Panamá, y digo esto contra la opinión del ingrato
mundo a quien sirve de depósito, de agente y de vehículo, uno de los pueblos más
agradables de la tierra por dos razones poderosísimas; a saber: porque siempre
que se llega a ella se llega del mar; porque siempre que se llega a ella es para
volver a salir”

Es así como, Vicuña Mackenna, aún hoy, nos confirma las importantes funciones
de la Ciudad de Panamá y las indisolubles relaciones territoriales con su entorno que
evidencian sus características y valores como patrimonio urbano y paisajístico. Nos habla
de una ciudad en contacto con el mar y que necesita de éste, para el desarrollo de su
economía. Una unión que describe y hace imprescindible la conformación paisajista del
construido con su entorno natural y en este caso, además, con la función de su cohesión
original. Vicuña Mackenna también nos permite comprender la Ciudad de Panamá del
siglo XIX, en la lectura de su totalidad urbana, sin divisiones y como un único territorio.
Una única ciudad conformada por San Felipe, Santa Ana y El Chorrillo. (Ver Imagen N°4)

El Canal de Lesseps y la Arquitectura Francesa para el Trópico

Otro evento importante que se dio durante el siglo XIX fue la realización de un
canal interoceánico. La construcción del proyecto de Ferdinand de Lesseps inició en 1880
pero, lástimosamente, como se sabe, nunca llegó a completarse, ya que, 9 años más
                                                            
11
 Se consulte también el libro de Samuel Gutiérrez [4] 
12
 La Ciudad de Panamá en 1867. Revista Lotería N° 44/1945, pág. 20 
 
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tarde, la Compagnie Universelle du Canal Interocéanique quebró y la Nouvelle
Compagnie du Canal de Panama creada en 1894, tampoco logró este fin.

A pesar de esto, las Ciudades de Panamá y Colón se embellecieron con la


influencia francesa en la arquitectura, sus nuevos gustos estéticos en las decoraciones y
ambientes internos, y su aporte cultural. Los parámetros franceses que provenían de un
proceso de “renovación” donde la industrialización marcaba la imagen de la ciudad
moderna en Europa, en Panamá se veían reflejados directamente en el uso del hierro
forjado para las decoraciones de las columnillas y barandales de los balcones, puertas y
enrejados; en la llegada del Art Nouveau en las decoraciones de fachadas y de interiores;
en la incorporación de amplios portales para la protección del sol y la lluvia; y en las
transformaciones urbanas que incorporaron el uso de plazas para evidenciar la dignidad
del aspecto urbano de la ciudad13.

Se introdujeron además, los techos de inclinación muy pronunciada con tejas


planas de arcilla y mansardas como el edificio de la Compañía del Canal de Panamá en
San Felipe, que estimularon la aparición de otros similares en diversos puntos de la
Ciudad. Mientras que, otros contaban con su estructura a vista en madera y de
características adaptadas al clima tropical de Panamá, con grandes aleros, amplios
balcones algunas veces perimetrales, apoyados sobre pilares de ladrillos o piedra de
pequeña altura para separarse del suelo y permitir el paso del viento como técnica de
refrescamiento hacia los ambientes interiores de la edificación. (Ver Imagen N°5)

Un importante ejemplo de esta tipología de construcción, se encontraba en Santa


Ana, en el Hôpital Nôtre Dame du Canal (también llamado Hospital Ancón o simplemente,
Hospital Francés), considerado como uno de los mejores de Suramérica14.
Posteriormente, este sistema constructivo y lenguaje arquitectónico serán apreciados por
los norteamericanos durante el siglo XX, en la definición de las características de sus
edificaciones canaleras.

Con los franceses, también llegó el sistema eléctrico el cual, fue utilizado para
abastecer las Ciudades de Panamá y Colón y para el funcionamiento del tranvía que

                                                            
13
  Para  información  adicional  y  más  detallada,  consultar  a:  Gutiérrez,  Samuel.  Arquitectura  Panameña: 
descripción e historia. Autoridad del Canal de Panamá, 1999 
14
 Valdés, Ramón Maximiliano. La Ciudad de Panamá en 1898. Revista Lotería N° 44/1945 , pág. 24 
 
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comunicaba la Plaza de la Catedral en San Felipe, con la Plaza 5 de Mayo en Santa Ana.
Para esto, realizaba un circuito que utilizaba la Avenida Central y la Avenida B.

El Período Republicano y la Arquitectura Italiana de Ruggieri

Una vez que, Panamá se convierte en República, inicia un período de reforma y


para esto, la nación naciente busca crear una nueva imagen a través de una arquitectura
formal, elegante y de representación que refleje el sentir nacionalista y los valores
patrióticos del momento. Es así, como viene llamado Gennaro Ruggieri, arquitecto
italiano, para realizar los principales edificios institucionales que se convertirían, por un
lado, en el símbolo del poder político e institucional de la nueva República como lo son, el
Palacio de Gobierno, el Palacio Municipal y el Palacio de Justicia; y por otro lado, la
representación del interés y formación cultural de la nueva sociedad panameña sin
discriminantes de clases, con el Teatro Nacional.

Ruggieri, formado en una época en la cual, Roma ha pasado por un momento


similar15, aprovecha para inspirarse en la nueva corriente arquitectónica que refleja la
institucionalidad italiana. Importa en sus construcciones, un gusto de tipo neorenacimental
y neomanierista, más que neoclásico en sí, que en cambio, se introduce en Panamá a
través de la influencia norteamericana. Este proceso durará las primeras tres décadas del
siglo XX, dejándonos construcciones únicas, monumentales y que marcan un período de
un alto contenido simbólico y artístico para la historia y la arquitectura panameña.

La mayoría las encontramos en San Felipe pero, en Santa Ana contamos con otra
obra de magna importancia, el “Instituto Nacional de Panamá”, que fue creado para
representar y ser ejemplo para el país de la instrucción pública del gobierno republicano y
que, además, debía cumplir con la misión de formar ciudadanos con altos valores civiles y
comprometidos con el país y su porvenir el cual, a lo largo de la historia, así lo ha
confirmado y ha sido Santa Ana misma, testimonio de importantes luchas y gestas como
la del 9 de enero de 1964. La imponencia de su arquitectura, sus elementos escultóreos y

                                                            
15
 De 1840 a 1870, Italia pasa por un período de guerras que culminan con la “Unificación” del territorio, 
colocando  a  Roma  como  capital.  Luego  de  esto,  Italia  busca  la  formulación  de  un  nuevo  estilo 
arquitectónico  que  permita  dar  la  imagen  de  una  identidad  nacional  y  lo  hace,  a  través  de  un  gusto 
ecléctico  que  utiliza  aspectos  compositivos  de  la  arquitectura  clásica,  renacimental  y  manierista  al  cual, 
llamará Umbertino, en honor al rey Umbertino I di Savoia. 
 
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sus interiores afrescados proyectados por Ruggieri, van acorde con el sentir patriótico por
el cual, fue creado. (Ver Imagen N°6)

El Canal Norteamericano. Su influencia en la Arquitectura y en las transformaciones


urbanas

La presencia norteamericana en Panamá, se encuentra formalmente presente


desde la construcción del ferrocarril transístmico pero, su influencia dejó mayores huellas
a partir del momento en que, el proyecto del Canal fue retomado en 1899 por la Isthmian
Canal Commission - ICC (Comisión del Canal Isthmico). Con el inicio del período
republicano y la firma del Tratado Hay – Bunau Varilla que, asigna el territorio de la Zona
del Canal para usos de la gestión y manejo de éste, los Estados Unidos importa sus
gustos estéticos y nuevas características en la arquitectura y el diseño urbano y paisajista.

Los efectos causan la expansión, el crecimiento y la recualificación de la urbe


citadina que se ve beneficiada. Por una parte, ante la llegada de una nueva población
dedicada a la realización de la franja canalera que necesita viviendas y los servicios que
ofrece la ciudad; y por la otra, ante el compromiso del gobierno norteamericano en la
construcción de nuevos planteles educativos y sanitarios en todo el país, así como, la
implementación de las redes de acueducto, alcantarillado, fornición del gas centralizado,
mejoras en las redes viales, entre otros. Para esto, en 1913 se crearon las primeras
normativas de construcción en Panamá que se llamaron, “Reglamentos Generales de
Sanidad y Construcciones para las Ciudades de Panamá y Colón” (Sanitary rules and
regulations for the cities of Panama and Colon) 16 , elaboradas en coordinación con la ICC.

Las calles de la Ciudad de Panamá fueron adoquinadas y se realizaron los rellenos


de El Javillo (Terraplén) y Barraza, en El Chorrillo. Las instalaciones portuarias y
ferroviarias también se vieron mejoradas y los establecimientos comerciales y de servicio
proliferaron, principalmente, en la vía principal: la Avenida Central (ver Imagen N°7).
Como fruto de la atención por el diseño paisajista y la escala urbana en Balboa, espacios
abiertos como la Plaza de Santa Ana, punto cultural, político y recreativo; y la Plaza de 5
de Mayo, puerta de ingreso a la Ciudad de Panamá, fueron recualificados incluyendo
especies arbóreas y arbustivas típicas de nuestra vegetación tropical para el decoro
                                                            
16
 Decreto N°14 del 15 de marzo de 1913. Gaceta Oficial N°1900. 
 
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urbano. La comunicación entre ambas plazas a través de la Avenida Central permitió
conservar el antiguo trazado del Camino Real, en este tramo. (Ver Imagen N°8)

La ubicación de la Plaza de Santa Ana era un punto estratégico para todo tipo de
reuniones de la sociedad de la época, ya fuera para albergar al Cabildo Público o para la
recreación. De este modo, una vez que cambia de Plaza de Toros a Parque, en su
entorno se abren teatros que, con el pasar del tiempo, se convertirán en salas de cines.
Durante la primera mitad del siglo XX, se construyen el Teatro Amador (1908), el Teatro
El Dorado (1909), el Teatro Variedades (1912, 1931 - cine), el Teatro Cecilia (1917, 1929 -
cine), entre muchos otros, donde se apreciarán diversos estilos arquitectónicos que
forman parte de un importante patrimonio cultural y artístico nacional. La mayoría de estas
estructuras aún existen pero, se encuentran en un alto estado de deterioro y abandono,
con excepción del Teatro Amador que recientemente fue recualificado, conservando sólo
las características originales de su fachada e ingreso.

La presencia norteamericana en la Zona del Canal también se preocupó porque su


arquitectura reflejase el poderío institucional y administrativo en sus edificaciones. Para
esto, adoptó características monumentales y de diversos estilos desde el neoclásico, al
art nouveau, al art decò, gustos eclécticos y movimientos de vanguardia en los EE.UU.,
hasta adquirir características propias que marcarían su propia identidad en nuestro
territorio. Fueron llamados importantes arquitectos como Austin Lord, William Phillips,
Samuel Hitt, Mario Schiavoni, James Wright, entre otros.

Entre los años 20 y los 70, las relaciones entre el territorio zoneíta y la Ciudad de
Panamá, permitieron a Santa Ana enriquecerse arquitectónicamente con nuevos
lenguajes provenientes de Balboa y otros, como el streamline style. Poco a poco, fueron
apareciendo edificios como la nueva Estación del Ferrocarril que fue ubicada en Plaza 5
de Mayo (H.E. Bartlett, 1912 – 13), la Biblioteca Nacional (R. Buckley, 1928 - 29), la
Compañía Panameña de Fuerza y Luz (R. Buckley, 1929 - 31), el Banco Nacional de
Panamá (Wright & Schay, 1938 - 42), el Edificio Kodak (Wright & Schay, 1946), la
Compañía Internacional de Seguros (Schay, 1951 – 1952), entre otros.

La influencia norteamericana también incentivó a la realización de edificaciones por


connacionales formados con nuevos conceptos arquitectónicos. Richard Holzer, Rogelio
Navarro, Octavio Méndez Guardia, fueron algunos. De este modo, otras influencias como
el modernismo brasiliano, la edilicia social mexicana y venezolana, entro otros, dieron

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nuevos frutos17. Como ejemplos de la arquitectura local en Santa Ana, se pueden citar: el
edificio Antonio, mejor conocido como, La Pollera (Villanueva y Tejeira, 1928) en estilo art
decò; el Edificio Heurtematte (Rogelio Navarro, 1932), la Caja del Seguro Social (Ignacio
Galindo, 1944), la Caja de Ahorros (Méndez & Sander, 1948), el Edificio Bola de Oro (R.
Holzer), el Edificio de las tiendas Sears, los Multifamiliares de la Avenida B, el Banco
Nacional Agropecuario, la aparición de la arquitectura neocolonial o bellavistina, entre
otros.

Evolución Urbana

El interior de Santa Ana está sectorizado por diversos barrios o calles que son
parte de la memoria local y de las costumbres culturales de sus habitantes. Podemos
mencionar al Barrio Chino, localizado entre la Avenida B y la Avenida Eloy Alfaro, donde
residió la comunidad china que llegó para trabajar en las obras del Ferrocarril
Transístmico durante la segunda mitad del siglo XIX y que, a lo largo del tiempo, se ha ido
expandiendo y abriendo nuevas actividades comerciales ubicándose en primer lugar, en
el Salsipuedes, y más adelante, en la Avenida B.

Calle 13 Este, mejor conocida como, el Salsipuedes, siempre ha sido una vía
comercial que comunicaba la Plaza de Santa Ana con el área pesquera en época colonial
y luego, con el Mercado Público. En ella, se ubicaron los negocios de chinos y judíos que
vendían productos y artículos para el hogar y la vida diaria, desde utensilios para la cocina
hasta textiles. Progresivamente, la actividad comercial por esta vía fue creciendo y de
este modo, los kioscos de construcciones improvisadas fueron invadiendo el área central
de ésta. Su deterioro e insalubridad, la fueron convirtiendo en un lugar peligroso y
deprimente. La Calle 12 Este, también fue otra vía comercial conocida como, la Bajada
del Ñopo, en nombre a un comerciante español que aquí tenía su negocio y a sus
características de piel y ojos claros que, en aquel entonces, eran llamados “ñopo”18. Partía
desde la Plaza Arango hasta el área del Mercado Público.

                                                            
17
 Tejeira Davis, Eduardo. Panamá: Guía de Arquitectura y Paisaje. Instituto Panameño de Turismo, Junta de 
Andalucía y Ministerio de Cultura del Gobierno de España. Sevilla, 2007 
18
 Oller de Mullford, Juana. La Bajada del Ñopo. Revista Lotería N° 43/1944, pág. 18 
 
Compendio del Seminario Internacional en la Tutela y Restauración del Patrimonio | 57  
 
Otros sectores claves en la lectura urbana y de importante contenido social de
Santa Ana son el área de la Caja del Seguro Social en Calle 17 Oeste, en los alrededores
del Instituto Nacional por la Calle Estudiante y la Avenida de los Mártires, las áreas
cercanas a los Mercados, la Plaza 5 de Mayo junto con el área del Palacio Legislativo, la
Plaza de Santa Ana, la Avenida Central, la Avenida B, la Ave. Eloy Alfaro y la Calle Pablo
Arosemena en el área de los antiguos muelles.

La evolución progresiva de la escala urbana fue aumentando paulatinamente a lo


largo de los siglos. Como Arrabal, las construcciones iniciales fueron de 1 piso. Con el
crecimiento de este sector y de la economía durante el siglo XVIII, aumentaron a 2 pisos.
Con el empleo de las técnicas de construcción en mampostería, se alzaron uno o dos
niveles más y se mantuvieron así hasta el siglo XX, cuando en 1928, aparece el primer
rascacielos de Santa Ana: el Edificio La Pollera, de 5 pisos más terracería (lado, Plaza de
Santa Ana).

Los cambios más evidentes en la fisonomía urbana de Santa Ana, los encontramos
en el siglo XX. Algunos edificios inician a sobresalir en altura y en puntos específicos
como en el área de Calle 17, con la Caja del Seguro Social, la Caja de Ahorros y el
Edificio de las tiendas Sears, de 7 y 8 pisos; y en Plaza 5 de Mayo, con el Hotel
Internacional y la Compañía Internacional de Seguros, donde se ubicaron los dos más
altos, llegando a 10 pisos y en fuerte contraste con las alturas y niveles de las
edificaciones entorno del siglo anterior, ya que, se duplicaban en escala.

Por otro lado, el factor comercial que como característica, ya desde época colonial,
era destinado sólo a la planta baja de las edificaciones, mientras los pisos superiores eran
de tipo residencial, fue mermando los interiores y convirtiéndolos en depósitos hasta
ocupar la totalidad del inmueble. Esta invasión desmedida y sin los adecuados controles
de protección de la edilicia histórica, ha eliminado por completo las características
tipológicas arquitectónicas, constructivas y decorativas. Como la necesidad de
almacenamiento de la mercancía requiere de amplios ambientes, lo primero que se ha
realizado, es despojar las divisiones y las paredes interiores, y con esto, se han perdido
las características y valores históricos del inmueble, así como, sus funciones originales y
el proyecto intelectual de su autor.

La aprobación de las puertas enrollables para la seguridad del comerciante han


causado la pérdida de los ingresos formales en la arquitectura junto con sus elementos

Compendio del Seminario Internacional en la Tutela y Restauración del Patrimonio | 58  


 
decorativos, de la tipología estética y constructiva de las puertas que, en algunos casos,
era elaboradas, y de la deformación de los vanos originales al ser ampliados y con
ságomas diferentes. De este modo, la lectura compositiva de las fachadas que describían
una época y un gusto arquitectónico específico, han sido alteradas drásticamente.
Lástimosamente, no se habla de casos aislados sino, de un efecto dominó que se aprecia
a lo largo de las diversas avenidas principales y de las calles internas de Santa Ana.

Por último, los carteles publicitarios que, en un momento eran regularizados en sus
dimensiones, siendo éstas reducidas, removibles y sobre el ingreso principal en época
colonial, poco a poco, fueron aumentando sus proporciones hasta ocupar el ancho de la
fachada con el inicio de los balcones del piso superior, como límite de altura de éstos.
Otro momento en la evolución comercial, en cambio, lo encontramos aún en el área del
Terraplén, a lo largo de la Avenida Eloy Alfaro, donde algunos negocios anunciaban el
nombre y el uso de sus negocios en mosaiquillo, en las aceras. Un aspecto particular de
esta Ciudad Histórica, que debería ser conservado.

Con el tiempo, la forma de anunciarse cambió, separándose de la fachada y en


posición ortogonal a ésta. Los carteles publicitarios debían ser leídos claramente desde el
automóvil lo que, además, llevó a incorporar las luces de neón alrededor de éstos o en las
letras de sus escritos para que también fueran leídos en horas nocturnas. La
competitividad entre los negocios y la necesidad de llamar la atención del futuro
comprador imperó sobre el respeto por los bienes históricos de este Corregimiento, a tal
punto, que fueron permitidas dimensiones desproporcionadas que fueron invadiendo
completamente las fachadas. Algunas estructuras fueron realizadas en láminas metálicas
que, en la mejor de las suertes, al eliminarlas, emergerán nuevamente antiguos inmuebles
con toda su riqueza decorativa escondida. En la peor de las situaciones, en cambio,
aquéllas modificadas por construcciones en bloques de concreto improvisadas,
encontraremos que se habrán perdido desde elementos arquitectónicos a composiciones
arquitectónicas completas del patrimonio histórico santanero. (Ver Imagen N°9)

Para que un sitio con valores histórico culturales, como los identificados en Santa
Ana, pueda ser recualificado, es necesario que deba afrontarse bajo criterios que
respeten su identidad y el patrimonio cultural que custodia. Si no se realiza de una
manera consciente, controlada y supervisada por las autoridades que salvaguardan
nuestro patrimonio nacional, corremos el riesgo de que su recualificación no sea el
rescate de sus características arquitectónicas, urbanas y paisajistas sino, un simple
Compendio del Seminario Internacional en la Tutela y Restauración del Patrimonio | 59  
 
embellecimiento superficial de sus fachadas y la pérdida absoluta de su lectura original
externa e interna, así como, la de sus valores intrínsecos.

Patrimonio Santanero Tutelado

Santa Ana posee una extensión de 1.3 km² (incluye la Cinta Costera), con una
población en el 2013, de 21,840 habitantes y 6,427 viviendas19. Actualmente, cuenta con
sólo 6 monumentos reconocidos por la legislación panameña, que menciono en orden
cronológico de tutela:

1. Instituto Nacional (construido en 1911). Tutelado por el Decreto N°18 de 1971


2. Iglesia de Santa Ana (construida entre 1751 – 1764). Tutelada por la Ley N°29 de
1980
3. Parque de Santa Ana (realizado en 1892). Tutelado por la Ley N°18 de 1984
4. Estación del Ferrocarril de Panamá / Museo Antropológico (construido en 1913).
Tutelada por la Ley N°37 de 1996
5. Plaza 5 de Mayo (realizada en 1910). Tutelada por la Ley N°33 de 2006
6. Plaza Mahatma Gandhi (realizada en 1969). Tutelada por la Ley N°33 de 2006.

Los dos últimos monumentos (5 y 6) forman parte del “Conjunto Monumental Histórico
de un polígono ubicado entre los Corregimientos de Calidonia y Ancón” (Ley N°33 de
2006) que reconoce, además, como monumentos históricos nacionales al Palacio Justo
Arosemena (construido en 1955) y a la Plaza José Remón Cantera (realizada en 1956)
del Corregimiento de Calidonia. (Ver Imagen N°10)

Es importante recalcar, que Santa Ana es parte de la Ciudad de Panamá desde su


traslado a Panamá la Nueva en 1674, siendo ésta el “antiguo arrabal” o “extramuros”. El
“intramuros” o actual Casco Antiguo, en cambio, fue reconocido como “Conjunto
Monumental Histórico” por la Ley N°91 de 1976 y está inscrito en la Lista del Patrimonio

                                                            
19
 Informe ASIS 2009 – 2013 del Sistema Regional de Salud Metropolitano. Centro de Salud de Santa Ana. 
Análisis de Situación de Salud. 
 
Compendio del Seminario Internacional en la Tutela y Restauración del Patrimonio | 60  
 
Mundial de UNESCO20 desde 1997 que cuenta, además, con una extensión de su tutela
en el 200321, que incluye a la primera Ciudad de Panamá – Panamá la Vieja –.

La Ciudad de Panamá de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX conformada por San Felipe,
Santa Ana y El Chorrillo, conocida por literatos, artistas, músicos, comerciantes, viajeros,
políticos, entre otros, que la dejaron plasmada en sus memorias y composiciones; todavía
no ha sido concebida por las autoridades como un Centro Histórico unitario en toda la
amplitud urbana de su extensión y de la inmensa riqueza histórica y cultural que posee y
que en este escrito, he probado ha identificar una parte de ella.

La actual recualificación de Santa Ana, si bien es una estrategia para hacerla


reemerger de su deterioro, es también una amenaza si se excluye la preservación de los
valores de su patrimonio arquitectónico, artístico, urbano y paisajístico de las normativas y
si no es afrontada por las autoridades responsables de la salvaguardia y conservación de
nuestro patrimonio nacional. El primer paso es tutelarla y ante esto, la Ley N°91 del 22 de
diciembre de 1976, Capítulo 1, Artículo 1, dictada por el Consejo Nacional de Legislación
y que regula los Conjuntos Monumentales Históricos a nivel nacional, nos dice:

“Para los efectos de esta Ley, son Conjuntos Monumentales Históricos las
ciudades y todo grupo de construcciones y de espacio cuya cohesión y valor desde
el punto de vista ecológico, arqueológico, arquitectónico, histórico, estético o socio
– cultural, constituyen testimonio del pasado de la Nación Panameña.”

Por otro lado, las normativas de desarrollo urbano actuales para la Ciudad de
Panamá, clasifican a Santa Ana en el Sector N°1 junto con San Felipe, El Chorrillo y otros,
y reconocen que “Dichos corregimientos comparten historia común en cuanto al origen y
crecimiento de la ciudad y presentan características estructurales similares...”22. Se
propone entre los objetivos la letra: “a) preservar el patrimonio histórico de la ciudad.” En
los subsectores, en cambio, se definen acciones distintas. San Felipe es identificada
como “zona de acción especial, de valor arquitectónico e histórico”; mientras que, Santa
Ana, a pesar de ser patrimonio urbano de la nación, comparte con el resto, la aplicación
                                                            
20
  Documento  WHC‐97/CONF.208/17.  United  Nations  Educational,  Scientific  and  Cultural  Organization. 
Convention  concerning  the  protection  of  the  World  Cultural  and  Natural  Heritage.  World  Heritage 
Committee. 21th Session. Nápoles, Italia. Diciembre, 1997. Pág. 47 
21
 Documento WHC‐03/27.COM/24. [20]. 27th Session. París, Francia. Julio, 2003. Pág. 120 
22
 Plan de Desarrollo Urbano de las Areas Metropolitanas del Pacífico y del Atlántico. Vol II, Parte II, Pacífico 
Este. Sector N°1 Casco Urbano. Descripción General y Límites 
 
Compendio del Seminario Internacional en la Tutela y Restauración del Patrimonio | 61  
 
de “acciones de renovación y rehabilitación urbana” que no reconocen sus valores
patrimoniales. Esto ha comportado, la definición de una zonificación contrastante que no
considera los valores paisajistas de la ciudad histórica.

San Felipe, como zona tutelada y protegida, mantiene una densidad acorde con su
valor histórico – arquitectónico; mientras que, en Santa Ana, su densidad duplica. Los
riesgos son muchos y el mantener las características históricas actuales, de escala
urbana y de protección del patrimonio arquitectónico y paisajístico existente, son nulas.
Pero, hay una nota positiva en esta panorámica. El Plan actual está en proceso de
revisión desde enero del 2015 y en abril pasado, acaba de ser terminado23.

Evoco nuevamente a Benjamín Vicuña Mackenna, y cierro con las siguientes


palabras de su escrito, “La Ciudad de Panamá en 1867” 24:

“Como ciudad, Panamá tiene sólo dos grandes cosas: su pasado y su porvenir”

Dependerá de nosotros, el decidir qué hacer con el porvenir de su pasado...

                                                            
23
 http://laestrella.com.pa/panama/nacional/preparan‐actualizacion‐plan‐desarrollo‐
metropolitano/23839767 
http://laestrella.com.pa/panama/nacional/empresa‐actualiza‐plan‐metropolitano/23936117 
24
 Revista Lotería N° 44/1945, pág. 20 
 
Compendio del Seminario Internacional en la Tutela y Restauración del Patrimonio | 62  
 
IMAGENES

CALIDONIA

ANCON  OCEANO 
PACIFICO 
SANTA  
ANA 
SAN 
FELIPE 
EL CHORRILLO 

Imagen N°1: Encuadramiento Territorial. Corregimientos que colindan con Santa Ana y
sus relaciones ambientales. Fotografía de Google Earth (antes de la construcción de la
Cinta Costera alrededor de San Felipe), 2004

Imagen N°2: La Puerta de Tierra. Oleo del pintor William Leblanc, s.XIX

Compendio del Seminario Internacional en la Tutela y Restauración del Patrimonio | 63  


 
Imagen N°3: Demolició
ón de la Murralla. Area de
el antiguo fos
sato y de la continuación
c n de la Calle El Revellín

Imagen N°4: Vista de la Antigua Ciudad


C de Panamá desde
e el Cerro An
ncón.
a de Eadwea
Fotografía ard Muybridge, 1875

Co
ompendio de
el Seminario Internaciona
al en la Tutela ación del Pattrimonio | 64
a y Restaura 4  
 
Imagen N°5:
N Edificio del Canal Francés, Ca
asco Antiguo
o (izquierda
a). Arquitectu
ura francesa
a para el tró
ópico
(derecha)

Imagen N°6:
N Instituto
o Nacional de Panamá
á. Arquitecto
o Gennaro Ruggieri, 19
911

Co
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el Seminario Internaciona
al en la Tutela ación del Pattrimonio | 65
a y Restaura 5  
 
Imagen N°7
7: Ciudad de Panamá. Prrimera mitad del siglo XX
X

Imagen N°8: Estacción del Ferrocarril de la Ciudad de Panamá

Co
ompendio de
el Seminario Internaciona
al en la Tutela ación del Pattrimonio | 66
a y Restaura 6  
 
Imagen N°9: Transfo
ormación Urb bana de Santa Ana. Porta
ada de Urban Heritage 2
2016.
Fotomon
ntaje y elaboración gráficca, cortesía de
d Ambient Solutions
S

Imagen N°1 10: Monumentos Históriccos Nacionales del Corre


egimiento de
e Santa Ana (señalacione es en rojo) y
en Calidoniia (en azul).. Conjuntos Monumentaales en San Felipe y Ca alidonia (eviidenciados en
e amarillo)..
Fotografía de
d Google Ea arth, 2004

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al en la Tutela ación del Pattrimonio | 67
a y Restaura 7  
 

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