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cada gota de agua que ahorramos es energía que se deja de consumir para llevarte
esa agua, de igual manera, cada watt de energía que ahorramos es agua que no se
utilizó para producir esa energía.

Parece complejo, pero en realidad es muy sencillo. Aquí va la


explicación.

El agua, en sus corrientes naturales, genera energía al moverse y desde hace cientos
de años se ha utilizado como una fuente de energía limpia, aprovechando la fuerza
de las corrientes y caídas de agua para mover turbinas que generan energía, desde
molinos de agua simples, hasta enormes turbinas submarinas que generan grandes
cantidades de energía. De forma limpia y sustentable.

Con la tecnología y la industria se desarrolló la energía hidroeléctrica, la cual utiliza


enormes caídas de agua fabricadas artificialmente para generar electricidad a nivel
masivo. Este tipo de generación energética, aunque bastante común y menos
“sucia” que otras, no es muy sustentable que digamos ya que requiere inmensas
cantidades de energía, materias primas de construcción, terreno, vida silvestre e
incluso vidas humanas.

Esta es la manera en la que el agua genera energía. Ahora bien, ¿cómo el


ahorro de agua favorece el ahorro de energía?

El agua que se utiliza en los hogares, comercios, ciudades, industria, y


prácticamente cualquier actividad se encuentra en ubicaciones remotas. En la
antigüedad los seres humanos se sentaban cerca de las fuentes de agua para
abastecerse de forma eficiente, sin embargo, cada vez somos más y no todos
podemos estar cerca de las fuentes de agua. En ocasiones el agua debe recorrer
unos pocos metros, en otros un poco más y en la gran mayoría de los casos, el agua
debe recorrer kilómetros y kilómetros.

Estos recorridos requieren energía para la fabricación, instalación y operación de


bombas y tuberías a gran escala, el transporte en vehículos y el acarreo local.
También se requiere de energía para utilizar el agua incluso cuando ésta ya se
encuentra en los hogares o instalaciones comerciales, para hacerla subir y que
tenga presión o incluso para el uso de bombas e hidroneumáticos.

Cada gota de agua trae consigo una huella energética y un impacto ambiental.

Y entonces, ¿cómo podemos ahorrar energía en el consumo de agua?


Número uno, consumamos menos agua. Reduzcamos nuestro consumo de agua
al mínimo, y ¿cómo?  Pues bien, podemos llevar a cabo las siguientes acciones de
ahorro de agua.

 Usar solamente el agua indispensable


 Revisar y arreglar fugas
 Cerrar bien todas las tomas de agua
 Cambiar las llaves y salidas de agua por aparatos de bajo consumo y con
aireadores

Número dos, aprovechar toda el agua que ya usamos para utilizarla de nuevo. En


pocas palabras: Reciclaje de Agua. Para lograrlo:

 Capta toda el agua que usas para tus actividades diarias: Del hogar


o del comercio (regaderas, lavamanos, lavado, etc.) y utilízala para una
segunda tarea, jalarle a los baños o riego. Esto puede hacerse de forma
rudimentaria con baldes y cubetas o bien, con el uso de sistemas diseñados
para ello que filtran y distribuyen el agua de forma autónoma.

 Recolecta el agua de lluvia: Un sistema de captación de aguas pluviales


puede instalarse en casi cualquier casa edificio o construcción, los hay muy
sencillos y de instalación casera (como los que puedes aprender con los
cursos de CEMAER) o complejos para aplicaciones comerciales o
industriales.  Con este tipo de sistemas el agua de lluvia que cae sobre los
techos e incluso espacios bajos, puede captarse y llevarse hacia una cisterna
en donde se filtra y desinfecta y se regresa a la tubería para ser utilizada de
forma convencional.

 Puedes también aprovechar las aguas negras a través de sistemas de


tratamiento que las habilitan para riego y otras aplicaciones diferentes al
consumo humano o animal.

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