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METEOROLÓGICO DE SUPERFICIE
Todas las estaciones meteorológicas deberán estar dotadas de instrumentos debidamente calibrados
y deberán emplear métodos de observación y de medición adecuados con el fin de que esas
mediciones y observaciones de los diversos elementos meteorológicos sean suficientemente precisas.
Las estaciones de superficie deberán estar ubicadas de manera que los datos meteorológicos que
proporcionen sean representativos de las zonas en que están situadas.
Estas estaciones pueden estar ubicadas en tierra o en el mar, pudiendo estar dotadas de personal o ser
automáticas. Se clasifican básicamente en estaciones terrestres, marítimas y automáticas.
Las observaciones sinópticas son de uso inmediato dado que el objetivo principal es proveer al
pronosticador la información necesaria de la atmósfera sobre esa estación en un momento
determinado. Estas observaciones se realizan con mayor frecuencia y detalle y la información es
codificada para su inmediata transmisión a los centros de pronóstico. Se utilizan para realizar análisis
sinópticos, formular pronósticos y para el servicio de la aviación. Pero estas observaciones no son por
si mismas suficientes para otros requerimientos como por ejemplo para agrometeorología, la
hidrología o la industria.
Cada estación meteorológica terrestre que efectúe observaciones sinópticas se identificará por un
indicativo de estación asignado. Se debe informar sus coordenadas geográficas en grados, minutos y
segundos y la altitud de la estación en metros sobre el nivel medio del mar; las horas a las que se
realizan y transmiten las observaciones sinópticas; y la situación topográfica.
Debe estar ubicada en un emplazamiento amplio, lo aconsejable es que sea de una hectárea. Si hay
obstáculos o edificios, su distancia de la zona de instrumentos debe ser de diez veces su altura,
aproximadamente. Los datos meteorológicos obtenidos allí deberían ser representativos del estado de
la atmósfera en una zona, cuya área puede variar de los 2.000 km2 a los 10.000 km2 para un relieve
llano y homogéneo.
Son estaciones que funcionan en las áreas costeras o sobre buques o boyas. Las observaciones se
llevan a cabo ya sea automáticamente o con personal especializado y esencialmente efectúan el
mismo tipo de observaciones que las estaciones terrestres y respetando las mismas horas principales,
además de otros informes como tipo, altura y frecuencia de olas y temperatura de la superficie del
mar. Puede tratarse de estaciones fijas o móviles.
Para la medición indirecta o a distancia se pueden utilizar radares, perfiladores de vientos, sistemas
radioacústicos de medición y otras técnicas de observación.
El objetivo es disponer de datos sobre la estructura vertical de la atmósfera, esto es, la observación de
temperatura, presión, humedad y viento en las capas altas de la atmósfera (troposfera y baja
estratosfera), mediante el rastreo de la trayectoria de un globo meteorológico que asciende
libremente. Esto se efectúa por medios electrónicos o de radar, utilizando un sistema de localización
satelital (GPS) o de un teodolito óptico. A menudo estos estudios se hacen conjuntamente con las
observaciones características de una estación de superficie. Los radiosondeos se realizan a las 00 y a
las 12 UTC.
Estaciones climatológicas.
Una estación climatológica principal (CP) es aquella en la cual se hacen observaciones de:
visibilidad, tiempo atmosférico presente, cantidad, tipo y altura de las nubes, estado del suelo,
precipitación, temperatura del aire, humedad, viento, radiación solar, brillo solar, evaporación y
fenómenos especiales.
Gran parte de estos parámetros se obtienen de instrumentos registradores. Por lo general se efectúan
tres observaciones diarias. Las observaciones Climatológicas se emplean en el estudio del clima; en lo
que se refiere a contenido difieren muy poco de las sinópticas, pero en este caso se remiten en forma
mensual al Departamento Climatología, donde son procesadas para la posterior confección de
estadísticas.
También existen las estaciones climatológicas ordinarias (CO), este tipo de estaciones poseen
obligatoriamente un pluviómetro, pluviógrafo y psicrómetro. Es decir miden lluvias y temperaturas
extremas e instantáneas.
El SMN mantiene en operación una Red de Estaciones Climáticas, en las que se realizan observaciones
tres veces por día con el fin de obtener registros que se ingresan a la base de datos existente para el
estudio del clima. Algunas estaciones de esta red, seleccionadas por su largo record y por la calidad de
sus observaciones, integran la red de estaciones climáticas de referencia, que conforman la base del
Sistema Mundial de Observación Climática (SMOC).
Las observaciones Agrometeorológicas se refieren a los elementos físicos y biológicos del medio
ambiente, que son útiles para determinar la relación entre el tiempo y la vida de las plantas y los
animales. Estas sirven para la investigación, predicción y planificación de las actividades agrícolas.
Termómetro de profundidad
de suelo.
Estaciones de precipitación
Dada la gran variabilidad de las precipitaciones, tanto desde el punto espacial como temporal, es
conveniente contar con el mayor número posible de estaciones de precipitación. Las observaciones allí
realizadas son relativas a la frecuencia, intensidad y cantidad de precipitación en cualquiera de sus
manifestaciones (lluvia, nieve, granizo, etc.).
Están situadas en aeródromos para satisfacer necesidades de la actividad aeronáutica. En tanto que en
una estación sinóptica de superficie se hacen observaciones en un solo lugar, representativo de una
amplia zona, en una estación aeronáutica se efectúan observaciones en diversos puntos del
aeródromo y la zona que lo rodea, a intervalos más frecuentes; esto siempre que se cuente con el
instrumental adecuado y de acuerdo a la categoría de la estación aeroportuaria.
Campo meteorológico de la estación Mar del Veleta y anemómetro sobre la torre de control
Plata (Aeropuerto) del aeropuerto de San Julián
Desde las aeronaves comerciales se pueden tomar y transmitir datos meteorológicos en forma
automática mediante un sistema denominado AMDAR. Este funciona en aeronaves provistas de
sistemas sofisticados de navegación y detección. Toman datos de temperatura del aire, presión y
velocidad del viento, esta última tomando en cuenta la posición y velocidad del avión.
Emplazamiento de la Estación
El ámbito de la observación está circunscripto a la estación meteorológica. Las observaciones se
realizan en distintos tipos de estaciones meteorológicas según la finalidad de las mismas. El programa
de trabajo de estas estaciones se relaciona directamente con el lugar de emplazamiento y el tipo de
observaciones que se efectúa allí.
En nuestro país, las estaciones meteorológicas oficiales son instaladas bajo la supervisión del Servicio
Meteorológico Nacional, respetando normas internacionales.
Las características del lugar constituyen la condición indispensable para el emplazamiento de una
estación. Se deberán tener en cuenta los siguientes aspectos (los más importantes):
Todas las estaciones sinópticas terrestres y las estaciones climatológicas principales deberían
inspeccionarse al menos una vez cada dos años. Las estaciones meteorológicas agrícolas y las
estaciones especiales deberían inspeccionarse a intervalos suficientemente cortos para garantizar el
mantenimiento de una elevada calidad de las observaciones, así como el correcto funcionamiento de
los instrumentos.
El principal objetivo de dichas inspecciones es cerciorarse de que:
a) el emplazamiento y la exposición de los instrumentos sean conocidos, aceptables y estén
debidamente documentados;
b) los instrumentos sean del tipo autorizado, estén en buen estado y sean contrastados regularmente
con sus instrumentos patrón, según proceda;
c) exista uniformidad en los métodos de observación y en los procedimientos para el cálculo
Mantenimiento
Los requisitos más importantes que han de satisfacer los instrumentos meteorológicos son los
siguientes:
a) incertidumbre, según el requisito especificado para la variable de que se trate;
b) fiabilidad y estabilidad;
c) facilidad de funcionamiento, calibración y mantenimiento;
d) sencillez de diseño que sea coherente con los requisitos;
e) durabilidad;
f) nivel de costo aceptable de los instrumentos, los bienes fungibles y las piezas de recambio.
Con respecto a los dos primeros requisitos, es importante que un instrumento pueda mantener la
incertidumbre conocida durante un largo período.
Esto es mucho mejor que disponer de una elevada incertidumbre inicial que no puede mantenerse
durante mucho tiempo en condiciones operativas.
Las calibraciones iniciales de los instrumentos revelarán, en general, desviaciones del resultado ideal,
por lo que será preciso efectuar correcciones en los datos observados durante las operaciones
normales. Es importante conservar las correcciones con los instrumentos en el emplazamiento de
observación y dar a los observadores indicaciones claras sobre su uso.
La sencillez, la robustez y la facilidad de funcionamiento y mantenimiento son importantes, ya que la
mayoría de los instrumentos meteorológicos se utilizan continuamente, año tras año, y pueden estar
situados lejos de las instalaciones de reparación adecuadas. Una construcción robusta resulta
Instrumentos registradores
Con los términos “patrón” y otros similares se conocen los diversos instrumentos, métodos y
escalas utilizados para conocer la incertidumbre de las mediciones.
A continuación, algunas definiciones:
Patrón de medición: realización de la definición de una magnitud dada, con un valor determinado y
una incertidumbre de medición asociada, utilizada como referencia.
Patrón de medición internacional: patrón reconocido por los signatarios de un acuerdo internacional
para una utilización mundial.
Procedimientos de normalización
Símbolos y unidades
Las mediciones efectuadas con instrumentos proporcionan valores numéricos. La finalidad de estas
mediciones consiste en obtener magnitudes físicas o meteorológicas que representen las condiciones
de la atmósfera local. Para las actividades meteorológicas, las lecturas de los instrumentos
representan variables, tales como la “presión atmosférica”, “la temperatura del aire” o “la velocidad
del viento”.
Habitualmente, una variable con el símbolo a se representa como a = {a}·[a], en donde {a} constituye el
valor numérico y [a] el símbolo de la unidad.
Se debería utilizar el Sistema Internacional de Unidades (SI) como sistema de unidades para la
evaluación de los elementos meteorológicos incluidos en los informes destinados al intercambio
internacional.
En las observaciones meteorológicas deberían utilizarse las siguientes unidades:
a) presión atmosférica, p, en hectopascales (hPa);
b) temperatura, t, en grados Celsius (°C), o T, en kelvin (K);
c) velocidad del viento, tanto en las observaciones de superficie como en altitud, en metros por
segundo (m s–1);
d) dirección del viento en grados dextrorsum (en el sentido de las agujas del reloj) a partir del
norte o en la escala 0-36, donde 36 es el viento del norte y 09 el viento del este (°);
e) humedad relativa, U, en porcentaje (%);
f) precipitación (cantidad total) en milímetros (mm)
g) intensidad de la precipitación, Ri, en milímetros por hora (mm h–1)
h) equivalente en agua de la nieve en kilogramos por metro cuadrado (kg m–2);
i) evaporación en milímetros (mm);
j) visibilidad en metros (m);
k) irradiancia en vatios por metro cuadrado y exposición radiante en julios por metro cuadrado
(W m–2, J m–2);
l) duración de la insolación en horas (h);
m) altura de las nubes en metros (m);
n) nubosidad en octas;
o) geopotencial, utilizado en las observaciones en altitud, en metros geopotenciales tipo (m’).
Mediciones meteorológicas
Esta sección trata de las definiciones que corresponden a la evaluación de la exactitud y a la medición
de las incertidumbres en las mediciones físicas, y concluye con las especificaciones de las
incertidumbres requeridas y alcanzables en meteorología. En primer lugar, se examinan algunas
cuestiones que surgen particularmente en las mediciones meteorológicas.
El termino medición se utiliza en un sentido menos estricto con el significado de proceso de medición
o su resultado, que también puede denominarse “observación”.
Una muestra es una sola medición, en general, una de una serie de lecturas puntuales o instantáneas
de un sistema de sensores, de la que se obtiene un valor medio o suavizado para hacer una
observación.
Los términos exactitud, error e incertidumbre: se definen que la exactitud es un término cualitativo
cuya expresión numérica es la incertidumbre.
Las fuentes de error en las diversas mediciones meteorológicas en general, pueden considerarse como
la acumulación producida a través de la cadena de trazabilidad y de las condiciones de medición.
Como ejemplo para analizar la manera en que surgen los errores conviene tomar la temperatura del
aire, pero también se puede adaptar fácilmente el siguiente razonamiento a la presión, al viento y a
otras magnitudes meteorológicas. En lo que respecta a la temperatura, las fuentes de error en una
medición individual son las siguientes:
a) Errores en los patrones internacionales, nacionales y de trabajo, y en las comparaciones
realizadas entre ellos. Pueden considerarse desdeñables para aplicaciones meteorológicas.
b) Errores en las comparaciones entre los patrones de trabajo, itinerantes y/o de verificación y los
instrumentos de campo utilizados en el laboratorio o en los baños Iíquidos sobre el terreno
(si así se establece la trazabilidad). Son pequeños si el método es idóneo (por ejemplo, con una
incertidumbre de ±0,1 K en el nivel de confianza del 95 por ciento, incluidos los errores mencionados
en el párrafo a)), pero pueden muy bien ser mayores, según las aptitudes del operador y la calidad del
equipo.
c) No linealidad, deriva, repetibilidad y reproducibilidad en el termómetro sobre el terreno y
su transductor (según el tipo de elemento de termómetro).
d) Grado de eficacia de la transferencia de calor entre el elemento del termómetro y el aire en la garita
meteorológica, que debería garantizar que el elemento se encuentra en equilibrio térmico con el aire
La siguiente terminología relativa a la exactitud de las mediciones se ha extraído de ISO (2008), que
contiene numerosas definiciones aplicables a las prácticas de las observaciones meteorológicas.
ISO(1995) da orientaciones prácticas sumamente útiles y detalladas sobre el cálculo y la expresión de
la incertidumbre en las mediciones.
Medición: serie de operaciones cuyo objetivo es determinar el valor de una magnitud.
Resultado de una medición: valor atribuido a un mesurando (la magnitud física que se mide), obtenido
por medición.
Resultado correcto: resultado de una medición después de corregir el error sistemático.
Valor (de una cantidad): magnitud de determinada cantidad expresada generalmente como una
unidad de medición multiplicada por un número.
Ejemplo: Longitud de una varilla: 5,34 m.
Valor verdadero (de una cantidad): valor coherente con la definición de determinada cantidad.
<valor verdadero> = <valor objeto de medición> ± <incertidumbre>
Exactitud (de medición): grado de concordancia entre el resultado de una medición y un valor
verdadero del mesurando.
Repetibilidad (de resultados de mediciones): grado de concordancia entre los resultados de
mediciones sucesivas del mismo mesurando realizadas en las mismas condiciones de medición.
1) Estas condiciones se denominan condiciones de repetibilidad.
2) Las condiciones de repetibilidad comprenden:
a) el mismo procedimiento de medición;
b) el mismo observador;
c) el mismo instrumento de medición, usado en las mismas condiciones (incluidas las meteorológicas);
d) el mismo lugar;
e) repetición durante un período breve.
3) La repetibilidad puede expresarse cuantitativamente en función de las características de dispersión
de los resultados.
Reproducibilidad (de resultados de mediciones): grado de concordancia entre los resultados de
mediciones del mismo mesurando realizadas en distintas condiciones de medición.
Notas:
1) Para que la especificación de reproducibilidad sea válida hay que especificar las condiciones que han
cambiado.
2) Tales condiciones pueden comprender lo siguiente:
a) el principio de medición;
b) el método de medición;
c) el observador;
d) el instrumento de medición;
Exactitud requerida
La incertidumbre con que debería medirse una variable meteorológica cambia de acuerdo con el fin
específico para el que se requiere la medición.
En general, los límites de rendimiento de un dispositivo o sistema de medición estarán determinados
por la variabilidad del elemento que ha de medirse en las escalas espaciales y temporales apropiadas
para la aplicación.
Puede considerarse que toda medición se compone de dos partes: la señal y el ruido. La señal
constituye la magnitud que se ha de determinar, y el ruido es la parte irrelevante. El ruido puede
proceder de varias fuentes: de un error de observación, porque la observación no se realiza en el
momento ni en el lugar adecuados, o porque en la magnitud observada se producen irregularidades de
corta duración o pequeña escala sin interés para las observaciones, y es necesario corregirlas.
Suponiendo que el error de observación pudiera reducirse conforme se deseara, el ruido derivado de
otras causas fijaría un límite a la exactitud. Una mayor perfección en la técnica de observación
permitiría mejorar la medición del ruido, pero no daría resultados mucho mejores de la señal.
En el otro extremo, un instrumento —cuyo error sea mayor que la amplitud de la propia señal—puede
proporcionar poca o ninguna información sobre la señal. Así pues, para diversos fines, las amplitudes
del ruido y de la señal sirven, respectivamente, para determinar:
a) los límites de rendimiento por encima de los cuales es innecesaria la mejora; y
b) los límites de rendimiento por debajo de los cuales los datos obtenidos tendrían un valor
insignificante.
Este argumento de definir y determinar los límites a) y b) anteriores fue desarrollado ampliamente
por la OMM (1970) para los datos de observación en altitud. Sin embargo, las especificaciones de los
requisitos no se deducen por lo general de ese razonamiento, sino de las percepciones del
rendimiento que pueden lograrse en la práctica, por un lado, y de las necesidades de los usuarios de
los datos, por otro.
Los sensores situados dentro de una garita deberán montarse a una altura determinada por el servicio
meteorológico (entre 1,25 m y 2 m, de acuerdo con lo indicado). La altura nunca debería ser inferior a
1,25 m. El respeto del límite superior es menos estricto, ya que el gradiente de temperatura con la
altura decrece con esta última. Por ejemplo, en el caso de sensores situados a alturas de entre 1,5 m y
2 m la diferencia en la temperatura es inferior a 0,2 °C.
Las principales discrepancias se deben a superficies y sombras artificiales:
a) Los obstáculos que rodean la garita influyen en el equilibrio radiativo de la misma. Al emitir una
radiación infrarroja más caliente o reflejar las radiaciones, un obstáculo vertical próximo a una garita
puede impedir el paso de la radiación solar o “protegerla” del enfriamiento radiativo nocturno del aire.
b) Se debería evitar la cercanía de superficies artificiales que podrían elevar la temperatura del aire. El
alcance de su influencia depende de las condiciones del viento, pues este afecta a la circulación del
aire. Hay que tener en cuenta las superficies reflectantes o fuentes de calor que no son naturales o
que son artificiales (por ejemplo, edificios, superficies de hormigón o aparcamientos), así como los
puntos de agua (por ejemplo, estanques, lagos o zonas de riego).
Se debería evitar la sombra de obstáculos cercanos. Sin embargo, la influencia del relieve natural no se
toma en consideración para la clasificación.
La altura indicada de crecimiento de la vegetación representa la altura de la vegetación bajo unas
condiciones de mantenimiento “regular”. Se distingue entre la altura estructural de la vegetación
(según las especies locales) y la altura resultante de un mantenimiento deficiente. Por lo tanto, la
clasificación de un emplazamiento determinado se asigna dando por supuesto que el lugar está
correctamente conservado (salvo cuando no sea factible).
PRECIPITACIÓN
El viento es la principal fuente de alteración de las mediciones de la precipitación, a causa del efecto
de los instrumentos sobre el flujo de aire. A no ser que el pluviómetro esté artificialmente protegido
contra el viento, por ejemplo con un paravientos, los mejores emplazamientos a menudo se hallan en
claros de bosques o de huertos, entre los árboles, en zonas de matorrales, o donde cualquier otro
objeto actúe eficazmente como cortavientos, contrarrestando las corrientes que vengan de cualquier
dirección. La condición ideal de una instalación consiste en colocar el equipo en un área que esté
uniformemente rodeada de obstáculos de la misma altura. Se considera un obstáculo cualquier objeto
con una anchura angular igual o superior a 10°.
La elección del tipo de emplazamiento no es compatible con las restricciones referentes a la altura de
otros equipos de medición. En la práctica, estas condiciones son muy poco realistas. Si los obstáculos
VIENTO DE SUPERFICIE
Los criterios convencionales sobre elevación determinan que los sensores deberán situarse 10 m por
encima de la superficie del suelo y en terreno abierto. En este caso se considera terreno abierto una
superficie donde los obstáculos estén situados a una distancia mínima equivalente al menos a diez
veces su altura.
RUGOSIDAD
Las mediciones del viento no solo se ven alteradas por los obstáculos circundantes, sino también por la
rugosidad del terreno. Según la definición de la OMM, el viento de superficie para estaciones
terrestres es el que sopla a una altura geométrica de 10 m y con una longitud de rugosidad de 0,03 m.
El anterior se considera como viento de referencia para el cual se conocen las condiciones exactas (10
m de altura y longitud de rugosidad de 0,03 m).
Por lo tanto, es necesario disponer de información sobre la rugosidad del terreno que rodea el
emplazamiento de medición. Esa rugosidad debería utilizarse para expresar el viento medido con
respecto al viento de referencia, pero se trata de un procedimiento que solo se puede aplicar cuando
los obstáculos no estén demasiado cerca.
La presencia de obstáculos representa, casi invariablemente, una reducción de las lecturas de los
vientos medios aunque afecte en menor medida a las ráfagas de viento.
Se deberán evitar los obstáculos cercanos. En la clasificación, no se toman en cuenta las sombras
proyectadas por el relieve natural. Se podrán omitir los obstáculos no reflectantes que estén más allá
del horizonte visible.
Se considera que un obstáculo es reflectante cuando su índice de albedo es superior a 0,5.
La posición de referencia de los ángulos de elevación influye en el elemento sensible del instrumento.
Se deberán evitar los obstáculos cercanos. En la clasificación, no se toman en cuenta las sombras
proyectadas por el relieve natural. Se podrán omitir los obstáculos que estén más allá del horizonte
visible.
La posición de referencia de los ángulos de elevación constituye el elemento sensible del instrumento.
Teniendo en cuenta lo descripto en los párrafos anteriores las clasificaciones se realizan por clases
partiendo de la clase 1 como la más optima y un nivel de incertidumbre relativamente bajo, hasta una
clase 5 donde el nivel de incertidumbre es elevado como por ejemplo para la temperatura, de más de
5 grados.
Cada clase está determinada para cada parámetro en particular, teniendo en cuenta los obstáculos o
impedimentos que en forma natural o artificial se podrían tener en el lugar de emplazamiento.
La exactitud con la que una observación describe el estado de una parte específica de la atmósfera no
es la misma que la incertidumbre del instrumento, porque el valor de la observación también depende
de la exposición del instrumento a la atmósfera.
En la práctica, rara vez se dispone de un emplazamiento ideal con una exposición perfecta y, salvo que
se tengan datos suficientes sobre la verdadera exposición, no puede determinarse la fiabilidad de las
observaciones
Al clasificar los emplazamientos ayudan a determinar los metadatos necesarios para dar mayor
fiabilidad a los datos obtenidos.
Los metadatos de la estación deberían abarcar los siguientes aspectos de la exposición de los
instrumentos:
a) altura de los instrumentos por encima de la superficie (o por debajo de ella, para la temperatura del
suelo);
b) tipo de garita y grado de ventilación para la temperatura y la humedad;
c) grado de interferencia de otros instrumentos u objetos (mástiles, ventiladores, etc.);
d) microescala y topoescala de la zona circundante al instrumento, en particular:
i) estado de la superficie del recinto, que influye en la temperatura y en la humedad; obstáculos
importantes situados en las inmediaciones (edificios, vallas, árboles, etc.) y su tamaño;
ii) grado en que el horizonte se ve obstruido para las observaciones de insolación y de radiación;
iii) rugosidad del terreno y principal vegetación de los alrededores, que influyen en el viento;
iv) todas las características topoescalares del terreno, como pequeñas pendientes, calzadas
o superficies de agua;
v) principales características mesoescalares del terreno, como costas, montañas o zonas
urbanizadas.
La mayoría de estas características son semipermanentes, pero debería dejarse constancia de todos
los cambios significativos (crecimiento de la vegetación, nuevos edificios, etc.) en el libro de registro de
la estación, indicando la fecha correspondiente.
Los requisitos de observación (OMM) nos dicen que en una Estación Meteorológica típica que
conforma una Red de Estaciones Sinópticas de Superficie, se deben medir, registrar e informar los
siguientes elementos:
Tiempo presente
Tiempo pasado
Dirección y velocidad del viento
La cantidad de nubes
Tipo de nube
Altura de la nube -base
Visibilidad
Temperatura
Humedad relativa
Presión atmosférica
Precipitación
La capa de nieve
Horas de sol y /o la radiación solar
La temperatura del suelo
La evaporación
Existen instrumentos que pueden medir todos estos elementos, a excepción del tipo de nubes. Sin
embargo, con la tecnología actual, los instrumentos para el tiempo presente y pasado, la cantidad y
altura de las nubes, y la capa de nieve no son capaces de hacer observaciones de la totalidad de
Algunas estaciones meteorológicas toman mediciones en altitud, mediciones de humedad del suelo,
ozono y composición atmosférica.
Los detalles de los métodos de observación y el uso adecuado de los instrumentos meteorológicos los
veremos en el transcurso de la materia.
La mayor parte de los elementos necesarios para una estación sinóptica, climatológica o con fines
aeronáuticos pueden ser medidos por la instrumentación automática. Día a día las capacidades de los
sistemas automáticos aumentan y con ello también crece de una forma ininterrumpida la utilización de
estaciones automáticas. Éstas, en algunos casos han de reemplazar la utilización de Observadores
Meteorológicos, pero esto no es recomendado.
Una estación meteorológica automática es aquella en la que los instrumentos efectúan las mediciones,
registran e incluso pueden transmitir la información automáticamente, realizando directamente en
algunos casos, la conversión de esos datos a la clave correspondiente.
Las estaciones automáticas se utilizan para aumentar la fiabilidad y el número de las observaciones en
superficie, reduciendo errores humanos. Son aplicadas especialmente en áreas de difícil acceso. Pero
este, es solo uno de los objeticos que un Servicio Meteorológico puede buscar al implementar
estaciones automáticas a sus redes.
Las estaciones automáticas requieren ser calibradas y mantenidas. Las estaciones meteorológicas
automáticas deberían inspeccionarse por lo menos una vez cada seis meses. Los instrumentos
utilizados habitualmente deberán compararse directa o indirectamente con los correspondientes
patrones nacionales.
La tarea de los observadores se desarrolla en las estaciones de superficie. Hemos visto que hay
diferentes tipos de estaciones de superficie. Las funciones principales del observador son:
Por lo tanto el perfil del observador está orientado a ser capaz de medir y observar con precisión y
exactitud las propiedades del aire que caracterizan el tiempo, interpretar el sentido de éstas,
transcribirlas a la libreta meteorológica, codificarlas y transmitirlas. Además incluye conocer las
características de los materiales e instrumentos que utiliza, dispensándoles los cuidados adecuados.
En cuanto a algunas situaciones especiales podemos destacar las funciones en las estaciones
aeronáuticas que requieren además las siguientes aptitudes determinadas por requerimiento de la
2. determinar las condiciones adversas para la navegación aérea y sus posibles repercusiones en
las operaciones aeronáuticas;
3. describir los efectos de una serie de condiciones meteorológicas sobre las operaciones y
procedimientos aeronáuticos;
El Reglamento Técnico de la OMM, Volumen I (OMM- N° 49) establece que todo observador
meteorológico aeronáutico debe ser capaz de:
Es fundamentalmente que todo observador sea veraz y puntual. La obtención de datos confiables y
fidedignos es imprescindible para que la aeronáutica y la navegación operen dentro de un margen de
seguridad y son la base para la realización de buenos pronósticos.
Con las observaciones se generan bases de datos que son utilizadas para distintos estudios y en la
investigación. Estos serán válidos si las observaciones son buenas. Tener en cuenta que la investigación
se realiza a nivel académico en universidades e institutos específicos y es fundamental para el avance
en la ciencia meteorológica.
El observador debe tener en cuenta que el trabajo de cada uno contribuye a los compromisos
nacionales e internacionales.
Se requieren los observadores meteorológicos por varias razones, algunas de las cuales veremos a
continuación:
(b) Mantener los instrumentos, documentación de metadatos y los sitios de observación en buenas
condiciones y orden;
(d) Mantener los dispositivos de grabación in situ, incluyendo el cambio de tablas proporcionadas,
cuando es necesario;
(e) Realizar o recopilar semanal y / o mensualmente los registros de datos climatológicos donde los
sistemas automáticos no sean adecuados o no estén disponibles;
Los observadores deben estar capacitados y / o certificados por un Servicio Meteorológico Nacional
autorizado para formular observaciones de acuerdo a lo requerido por las normas. Deben tener la
capacidad de interpretar instrucciones para el uso de instrumental y el manual de aplicaciones técnicas
para usos particulares.