Ser y tiempo es un intento radical de repensar los acercamientos filosóficos
tradicionales a los seres humanos, al Ser, al tiempo y a la historia, y, por supuesto, a la historia de la filosofía misma. El libro se propone ser tanto una descripción fenomenológica trascendental a priori de la estructura esencial de la existencia humana, el Dasein, como una apreciación de la naturaleza temporal, cultural y dispersa de la historicidad humana. De alguna manera, Heidegger vio que todos estos problemas podían clarificarse mediante un acercamiento fenomenológico, aunque, ahora, éste era un acercamiento que había forjado hasta cierto punto él mismo. Hacia la época en que escribió Ser y tiempo, Heidegger consideraba la fenomenología husserliana como otro proyecto de filosofía idealista que había perdido la historicidad esencial de la naturaleza humana. Como lo dice en su carta de 1962 a William Richardson: Mientras tanto, la «fenomenología» en el sentido de Husserl se elaboraba como una posición filosófica distintiva según un patrón establecido por Descartes, Kant y Fichte. La historicidad del pensamiento permanecía completamente ajena a tal posición... La cuestión del Ser, desplegada en Ser y tiempo, compartía esta posición filosófica, y eso sobre la base de lo que hasta el día de hoy considero una adhesión más fiel (sachgerechteren Festhaltens) al principio de la fenomenología [Richardson, pp. xiv-xv]. La compleja naturaleza de Ser y tiempo de Heidegger ha confundido a varios lectores. En este capítulo intentaremos esbozar algunas de sus principales preocupaciones, así como rastrear estas discusiones hasta sus orígenes en la fenomenología. Toda la arquitectónica del libro de Heidegger ha oscurecido la modalidad de su desarrollo. Sin embargo, en años recientes, con la publicación a gran escala de los escritos de Heidegger, así como de varios estudios exegéticos, hemos llegado a un mejor entendimiento del desarrollo de Ser y tiempo. Para comprender la evolución de la problemática de Heidegger, simplemente puntualizaría aquí tres etapas en el camino. Primera, la vinculación de Heidegger con la Lebensphilosophie que alcanza un punto importante en su crítica a la filosofía de Jaspers; segunda, la vinculación de Heidegger con Aristóteles; y tercera, la vinculación de Heidegger con Husserl. Comentaré cada una de estas etapas en las siguientes secciones.