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Hebreos, romanos, moros e Incas: Garcilaso de

la Vega y la arqueología andaluza

Carmen Bernand

Carmen Bernand, « Hebreos, romanos, moros e Incas: Garcilaso de la Vega y la arqueología


andaluza », Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En ligne], Débats, mis en ligne le 31 janvier 2011,
consulté le 14 octobre 2017. URL : http://nuevomundo.revues.org/60885 ; DOI :
10.4000/nuevomundo.60885

Este texto trata de las relaciones estrechas entre el Inca


Garcilaso de la Vega y los anticuarios andaluces. Estos
fueron los primeros arqueólogos modernos de España, cuya
figura principal fue el erudito Ambrosio de Morales ; sus
investigaciones tuvieron una influencia importante en la
percepción por Garcilaso de las « antiguallas » incaicas. Por
otra parte los relatos orales y escritos de Garcilaso
impregnaron las reconstrucciones históricas y poéticas de
sus contemporáneos. La Biblia, las falsificaciones moriscas
de los plomos de Sacromonte, desempeñaron un papel
importante en la reconstrucción de la historia de España,
como también en la elaboración de los « Comentarios
reales de los Incas ».

La influencia de los anticuarios andaluces

Mucho se ha hablado de la herencia peruana del Inca,


mientras que las influencias hispanas de su obra han
interesado poco a los americanistas. De los Comentarios
Reales se retiene generalmente la primera parte, dedicada
a la historia de los Incas y se cita mucho menos la
segunda, que trata de los conquistadores y de las guerras
civiles, a pesar de que en ella puede encontrarse mucha
información sobre la infancia del autor y sobre la vida
cotidiana en la casa del capitán Garcilaso de la Vega, su
padre. La peruanidad de Garcilaso – y su corolario, el
desdén de los antropólogos por sus raíces hispanas – tiene
varias explicaciones etnográficas como ideológicas, que no
es el caso analizar aquí. Lo que si importa señalar es el
poco provecho que se ha sacado de algunos artículos

  1  
capitales escritos por autores eruditos como José Durand o
Eugenio Asensio, omitidos o brevemente mencionados por
los antropólogos y otros especialistas del mundo andino1.

Eugenio Asensio, que nos servirá de punto de partida,


publicó hace mas de medio siglo dos cartas escritas por el
Inca, que estaban conservadas en el epistolario de una
familia portuguesa (probablemente no sean las únicas).
Estaban dirigidas al licenciado Juan Fernández Franco,
residente en Bujalance, y fechadas de 1592, cuando
Garcilaso ya había acabado el libro de La Florida. Es
probable que ambos hombres no se conocieron
personalmente aunque formaban parte de una red de
eruditos y de eclesiásticos andaluces cuyos estudios
inauguran la investigación antropológica y arqueológica
española. Sin pretender en estas líneas desarrollar un tema
de tanta transcendencia para las ciencias sociales, me
limitaré a aportar algunos datos que amplían las referencias
que he dado en el estudio sobre el neo-platonismo del Inca
Garcilaso y su proyección en la historia de los Incas2.

2Juan Fernández Franco era epigrafista y numismático y


autor de obras diversas que se han conservado bajo la
forma de manuscritos. Estaba relacionado con varios
eruditos de Andalucía como Ambrosio de Morales, Ginés de
Sepúlveda, Argote de Molina y Pablo de Céspedes.
Reducido a la pobreza, escribe al Inca sobre la posibilidad
de partir para el Nuevo Mundo. Por la respuesta de
Garcilaso se colige que Fernández Franco sentía por él
respeto y admiración, desde la publicación, en 1590, de su
traducción de los Diálogos de Amor de León Hebreo. El
Inca, haciendo muestra de modestia (aunque ese
sentimiento es en él una manera elegante de
engrandecerse) declara que ha tenido pocos estudios :
« Por tanto suplico a V.M. me trate como a soldado que,
perdido por la mala paga y tarde, se ha hecho
estudiante3 ». En esta carta el Inca menciona a Ambrosio
de Morales, del cual el dicho Fernández Franco había sido
discípulo, revelando así la amistad que lo unía al gran
anticuario : « y fue tanta la merced que me hizo que me
adoptó por hijo y tomó por suyos mis trabajos y se lo llevó

  2  
Dios cuanto mas lo hube menester ». Efectivamente,
Garcilaso hubiera necesitado su apoyo para tramitar una
reedición de los « Diálogos » de León Hebreo.

3 En una segunda carta de mayo de 1593, responde a


Fernández Franco, que lo había consultado sobre la
oportunidad de viajar a las Indias : « Antes hoy que
mañana, y al Perú antes que a otras partes ». Pero
Fernández Franco muere en 1601 sin haber logrado
emprender el largo viaje.

4La conexión indudable del Inca Garcilaso con los célebres


anticuarios andaluces abre nuevas perspectivas para el
estudio de su obra y en particular, de los Comentarios
reales. Contrariamente a lo que afirmó, Garcilaso no vivió
aislado del mundo y menos de las nuevas corrientes
historiográficas que lucharon para emanciparse de la
mitología de los orígenes, tan en boga en el siglo XVI.

5Con la caída de Granada y la expulsión de los judíos de


España se plantea en forma acuciante la cuestión de la
identidad de los españoles. Los descubrimientos
americanos contribuyen a exaltar a la nación hispánica y a
lo largo del siglo XVI, los vestigios arqueológicos de
España : romanos, fenicios, celtas, godos, etc. despiertan
un interés apasionado entre los « anticuarios », que se
dedican a la búsqueda y al estudio de vestigios
arquitectónicos, estelas, inscripciones, monedas, tumbas,
piedras4… El dominico Giovanni Nanni, conocido bajo el
seudónimo de Annius de Viterbo, pretendió a fines del
siglo XV, haber descubierto un manuscrito perdido de
Berosio, sacerdote de Babilonia nacido en tiempos de
Alejandro magno y citado por Flavio Josefo en
sus Antigüedades Judaicas (I, 124). Según Josefo, Tubal,
hijo de Japhet y nieto de Noé había llegado a la península
ibérica después de la confusión de las lenguas y habría sido
el ancestro de los Iberos. Annio afirma que ha descubierto
5 libros de Beroso y amplia la referencia a Tubal con la lista
de los primeros 24 reyes de España, siendo el primero el
mismo Tubal. El interés de esta falsificación reside en la
tentativa de conciliar las tradiciones bíblica, egipcia, caldea
y greco-latina. Este mito alimenta también especulaciones

  3  
respecto a la primer lengua introducida en España. La
historia de España de la primer mitad del siglo XVI no sólo
retoma el tema de Tubal sino que lo desarrolla. Tal es el
caso de Florián Ocampo. En suCrónica Tubal es un héroe
civilizador que entra en Andalucía, trayendo a esta región
las artes y la ciencia de los caldeos5. El ethos hispánico es
por lo tanto muy anterior a la conquista romana, de ahí la
importancia ideológica de Tubal en la construcción del
nacionalismo peninsular. Para otros historiadores como
Esteban de Garibay, autor de un Compendio
historial publicado en Amberesen 1571, Tubal no sólo es el
ancestro de los Iberos sino que introduce en la península la
lengua vasca. En la última década del XVI, Miguel de Luna,
uno de los falsarios de los plomos de Sacromonte, morisco,
llama a Tubal Sem Tofail. Este fue quién introdujo la lengua
árabe en España, mucho antes que los moros. El Inca
Garcilaso no menciona a Tubal, pero su descripción de
Manco Capac, como héroe civilizador y cual atribuye la
primera construcción del Templo del Sol, es coherente con
el mito tubalino. Notemos al pasar que estos héroes
culturales vienen generalmente de otros horizontes y son
extranjeros. En América, Viracocha, Kon y Quetzalcoatl,
para citar solamente a los mas conocidos, poseen también
tales características.

6El tema de la mitologización del pasado hispánico obedece


a motivaciones ideológicas vinculadas con la construcción
del estado-nación y de ahi que sea difícil para los
historiadores del siglo XVI de prescindir totalmente de ello,
aunque los anticuarios andaluces se esfuerzan en imponer
un método riguroso de reconstrucción del pasado. Esta
actitud crítica hacia las « fábulas » es también la que
adopta el Inca Garcilaso.

7Después de la muerte de Florián Ocampo en 1558, que


deja su Crónica inconclusa, Ambrosio de Morales,
eclesiástico y catedrático de la Universidad de Alcalá de
Henares, es nombrado en 1563 Cronista real con la misión
de concluir la obra monumental de su predecesor y de
acrecentar los fondos de la biblioteca del Escorial6. Su
posición le brinda la oportunidad de acceder a manuscritos

  4  
diversos como la crónica de Cieza de León y el relato de
Murillo de la Cerda, textos que probablemente el Inca
Garcilaso conoció en forma indirecta7. En 1576 Ambrosio
de Morales se establece en Córdoba, estancia interrumpida
por sus numerosos viajes por España con el objeto de
recoger informaciones valiosas sobre las antigüedades ; en
esa ciudad concluye la tercera parte de su Crónica en 1582.

8En Las antigüedades de las ciudades de España8, Morales


define en modo sistemático el método de trabajo. De los
mitos de origen tan en boga retiene únicamente la llegada
de Tubal a España. La historia remota de la península
ibérica y de los distintos asientamientos puede ser
reconstituída a través de los vestigios materiales y de la
toponimia, con la ayuda de la « autoridad de algunas
personas y la opinión común del vulgo ». No sólo los
monumentos y las reliquias son importantes, sino también
las monedas y todo tipo de inscripción sobre piedra u otro
soporte – Ambrosio de Morales es el primer epigrafista
moderno de España. También se interesa por « los bienes
que produce la tierra, vinos, ganados, caballos, pescas,
yerbas... Después de la dedicatoria a don Diego Hurtado de
Mendoza, Morales cita un poema de Gonzalo Argote y
Molina, que es un llamamiento a la reconstrucción
identitaria de la nación:

« Levántate noble España, tu coronada frente / y alégrate


de verte renacida / (después de las distintas invasiones de
Vándalos, de Godos y de fieros africanos) « Quedaste tan
trocada ... tus pueblos destruidos, sin delos quedar
nombre, y de otros el renombre, apenas con los sitios
conocidos, y siendo antes ladina, hablabas aljamía
peregrina ».

9La destrucción de España implica la pérdida de la lengua


de civilización, el latin, reemplazada por una mezcla de
romance y de lengua arábiga. El término de
« peregrino » aparece a fines del siglo XV y Antonio
Nebrija, al mencionar las mezclas y los híbridos, agrega la
mezcla del « peregrino » con el « ciudadano ». Lo
« peregrino » se opone a lo arraigado, a lo auténtico por

  5  
estar ligado al suelo natal. Antonio Maravall ha tratado
extensamente de estas nociones que desembocan en un
sentimiento profundo hacia la « patria ». En América, los
hombres y los ganados importados de España se
multiplican en libertad. Gregorio García habla de "animales
peregrinos, animales mestizos ». Lo « peregrino » es lo que
se expande libremente, a su albedrío. En América, y el Inca
Garcilaso lo asume en todos sus escritos, lo « peregrino »
en la perspectiva peninsular es lo auténtico. Pero en
España, y a pesar de las invasiones sucesivas de gentes
extranjeras, el retorno a la situación inicial es imposible. La
solución « ideológica » de Ambrosio de Morales es la
superación de ese conflicto mediante la noción de
patrimonio compratido (los monumentos y otras
antigüedades). Los Moros no son los moriscos miserables y
perseguidos del siglo XVI, sino un pueblo con sus reyes y
sus sabios :

« ennoblecieron los reyes moros de diversas maneras a


Córdoba » (fol. 119v), siendo la máxima realización la
mezquita. Una de sus principales fuentes para ese período
es la crónica del moro Rasis, en lengua arábica y traducido
al portugués9. Respecto a los soberanos y a los filósofos
musulmanes, precisa que, « aunque éstos eran Moros,
nacían en Córdoba y el ser infieles no les quita su grandeza
y alto ser en el bien natural » (fol. 113). Claramente, lo que
había sido « peregrino » se naturaliza. Este proceso es
fundamental y en otro párrafo Morales explica la razón de
su interés por Córdoba en términos que podrían ser puestos
en la boca del Inca:

« Por la naturaleza que tengo en esta insigne ciudad, le


tengo también la obligación común que los hombres tienen
a sus tierras donde nacieron ».

10Garcilaso de la Vega sigue los pasos del maestro


Ambrosio Morales. El también desconfía de los mitos, y sólo
acepta que tengan la utilidad didáctica de las alegorías, que
simplifican nociones complejas y las hacen mas gratas. Esta
es también la opinión de León Hebreo. De ahí su
distanciamiento cuando se refiere a la « fábulas » que oyó

  6  
de niño en el Perú. El interés por los vestigios arqueológicos
es permanente en los Comentarios, que requiere la
necesidad de consultar a los naturales del lugar sobre el
nombre y la significación de los monumentos abandonados,
consulta indirecta en lo que al Inca puesto que escribe
desde España, pidiendo ayuda a sus condiscípulos peruanos
que le envían los datos por carta. Citemos algunas
declaraciones de Garcilaso que bien pudieran emanar de un
anticuario andaluz:

« Yo, incitado del deseo de la conservación de las


antiguallas de mi patria, esas pocas que han quedado,
porque no se pierdan del todo [...] y porque la ciudad del
Cuzco, madre y señora dela10, no quede olvidada en su
particular, determiné dibujar en este capítulo la descripción
dela . Sobre Coricancha, « los naturales dicen que aquella
casa y demás edificios los tenían dedicados al Hacedor11 ».

11Las ruinas de Sacsahuaman están descritas


detalladamente en el capítulo 27 del libro VII, y atestiguan
de la grandeza de la ciudad. El Inca explica cómo se
ajustan perfectamente las piedras sin argamasa, pero
confiesa que para brindar esa descripción ha tenido que
recurrir a la descripción de Acosta « que yo, por no tener la
precisa medida del grandor de muchas delas, me quiero
valer de la autoridad deste gran varón ». Solicita una
relación mas precisa a sus condiscípulos peruanos,
« quisiera la medida por varas y ochavas, y no por brazas
como me la enviaron ; quisiérala con testimonios de
escribanos ». Mas adelante se extiende sobre las medidas y
el espesor de los tres muros de la cerca. Aunque muchas
veces ignore la manera exacta en que esas construcciones
fueron hechas, sus dudas siempre se circunscriben dentro
de un esquema racional. Con razón Asensio afirma que « si
Garcilaso ha frenado los vuelos de su fantasía y se ha
mantenido casi siempre sobre el suelo firme de la historia,
nos gusta suponer que lo debe a la influencia y los avisos
de los anticuarios andaluces ».

12El respeto por la encuesta (lo que hoy llamamos


etnografía) es un aspecto fundamental en la obra de

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Morales, que piensa que las costumbres de los campesinos
reflejan tradiciones antiguas. Es él quien incita a Felipe II
para que mandara recoger la información en cada pueblo
de España ; estas « Relaciones topográficas » fueron el
modelo de las « Relaciones geográficas de Indias ». Los
comentarios de los autores clásicos sobre el pasado no
bastan. Entre Tucídides y la narración de los episodios
políticos y Herodoto, que se interesa en las costumbres,
Morales elige al segundo.

13Ambrosio de Morales está en el centro de una


colectividad intelectual constituida por sabios eminentes
como Pablo de Céspedes, pintor y humanista, Francisco de
Argote (padre de Góngora), juez y consejero del Santo
Oficio, Francisco Hernández, el naturalista y médico de la
Nueva España, el mencionado Fernández Franco y Gonzalo
Argote de Molina (que se relaciona con Diego Hurtado de
Mendoza) autor de una historia de la nobleza andaluza con
la cual se entronca, asi como lo hacen otras familias
conversas12. Este interés por la genealogía y los linajes
está muy difundido en el último tercio del siglo XVI, y se
vincula con el deseo de las élites de nuevos cristianos de
« limpiar » su ascendencia. Entre la oligarquía morisca, las
peticiones de hidalguía y de exención tributaria son
abundantísimas en los años 1570. En ellas los demandantes
hacen hincapie en su conversión voluntaria, anterior a la
obligación hecha a los musulmanes vencidos en las
Alpujarras13. Garcilaso también se deja llevar por la pasión
genealógica y redacta en 1596 su Descendencia de Garci
Pérez de Vargas. Otro gran amigo de Ambrosio de Morales
fue el agustino fray Jerónimo Román y Zamora, autor
muchas veces citado por Garcilaso, y que no hay que
confundir con el jesuita Jerónimo Román de la Higuera,
también relacionado con el anticuario y autor de un falso
cronicón.

14Evidentemente, Ambrosio de Morales no escapa al


providencialismo de su época, y escribe que Hércules se
detuvo en las columnas « como en verdadero término y
cabo del, por dexar a nuestros españoles la gloria de
descubrir tanto del mundo como faltaba, y que las

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venturosas armas de nuestros reyes extendiesen el nombre
de Jesucristo y su fe Católica con sus reinos y señoríos »
[...] « y que las columnas de nuestro gloriosísimo
emperador Carlos Quinto con el Plus Ultra sin término, se
pusiesen en otro estrecho que mostrase claramente como
para su ánimo y el de sus españoles, ningún fin ni paradero
tenía el mundo ». Esta referencia a Hércules es frecuente
desde Florián Ocampo, entre los historiadores de Granada.

15Pablo de Céspedes, racionero de la catedral de Córdoba,


acepta también que Córdoba fue fundada por los hijos de
Noé, y entronca a España con los tiempos bíblicos,
asegurando que los hebreos fueron los primeros pobladores
de España. Esta primera oleada hebrea se sitúa después de
la destrucción del Templo por Nabucodonosor, es decir
mucho antes del nacimiento de Cristo. Esto implica que los
judíos de España, establecidos desde tiempos
inmemoriales, no son responsables de la muerte de
Jesucristo. Por otra parte, Céspedes afirma que existe una
relación estrecha entre el templo de Jano sobre el cual se
construyó la mezquita de Córdoba, y el templo de Salomón.
En otra ocasión he tratado del tema de la comparación
entre Coricancha y el Templo de Salomón a partir de la
descripción detallada que hace Garcilaso y que puede
cotejarse con la que nos brinda el libro de Reyes. Esto no
debe sorprender, ya que las alusiones hebraicas en
los Comentarios son numerosas y el propio Inca describe el
Cuzco como una nueva Jerusalén de la cual salen los cuatro
ríos del paraíso. Las elucubraciones de Céspedes no podían
dejarle indiferente y sabemos el empeño que puso en
comprar una capellanía para que su cuerpo fuera sepultado
en la Catedral. En una de las paredes de la capilla, un
cuadro representando a Jerusalén y probablemente pintado
por su amigo Melchor de los Reyes, vincula a Córdoba con
Coricancha y con el Templo de Salomón, tan importante
para León Hebreo14…

16Los estudios efectuados por los anticuarios andaluces


tratan de las relaciones entre paganos, cristianos, hebreos
y moros, de ahí el interés antropológico de esos textos.
Ambrosio de Morales no podía ignorar la conmoción que

  9  
provocaron en Granada los primeros hallazgos de la Torre
Turpiana, en 1588, completados en 1595 y 1596 – para
esas fechas Morales había ya fallecido. Al derrumbarse la
dicha torre, fueron descubiertas unas láminas de plomo con
un texto inciso acompañados de reliquias de santos y libros
de plomo, así como un pergamino. Estos textos que fueron
apareciendo poco a poco habrían sido redactados, a
instancias de la Virgen, por San Cecilio, discípulo de
Santiago, principalmente en lengua arábiga pero también
en castellano. Estos hallazgos, conocidos bajo el nombre de
« plomos de Sacromonte », aparecen en una coyuntura
muy difícil para los moriscos, desterrados de Granada y
amenazados de expulsión. Prácticamente desde el
comienzo se sospechó que se trataba de una falsificación,
aunque el bando encabezado por el arzobispo de Granada
don Pedro Castro Vaca y Quiñones, clamó la autenticidad
de los escritos. Lo cierto es que los plomos de Sacromonte
son una superchería fraguada por dos moriscos, Miguel de
Luna y Alonso de Castillo, para demostrar la antigüedad del
árabe en España y « naturalizarlo » – de hecho San Cecilio,
el discípulo de Santiago que desempeña aqui un papel
importante, era un árabe de la península ibérica llamado
Tesifón Aben Atar. Cuando el apóstol Santiago llegó a
España, sólo él aceptó convertirse al cristianismo. Las
motivaciones de Luna y de Castillo tenían que ver con la
condición de los moriscos, que aparecían gracias a los
plomos, como « cristianos viejos ». Don Pedro de Castro
Vaca y Quiñones recuperó la cuestión de los escritos como
argumento en la campaña a favor de la imposición del
dogma de la Inmaculada, ya que no sólo en la historia del
Sacromonte la Virgen era la depositaria del mensaje de
Dios, sino que además junto a los plomos estaba
conservada la reliquia del lienzo de María con el cual se
enjugó las lágrimas durante la pasión.

17¿En qué medida estos hechos tuvieron una influencia


sobre el Inca ? Parece imposible pensar que Garcilaso
ignorara un hecho de tanta repercusión. Ambrosio de
Morales había conocido en Madrid, y en 1583, al morisco
Alonso del Castillo, que a la sazón acompañaba a don
Hernando Muley. Castillo hizo un informe sobre los libros

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arábigos del Escorial, y mas tarde visitó a Morales en
Córdoba15. Es evidente que dentro del círculo de
anticuarios, asi como entre los jesuitas que el Inca
frecuentaba, se discutía sobre un tema que apasionó a
todos los intelectuales y religiosos de la península.
Garcilaso había luchado en la guerra de las Alpujarras, y
esa experiencia militar debió ser lo suficientemente fuerte
para que el Inca decidiera abandonar definitivamente el
ejercicio de las armas. Por otra parte, el arzobispo Pedro de
Castro y Quiñones, que estaba en contacto con Bernardo de
Alderete, otro de estos eruditos andaluces que conocía a
Garcilaso, no resultaba desconocido para el Inca ya que era
hijo de Cristóbal Vaca de Castro, gobernador del Perú en la
época de la lucha entre almagristas y pizarristas. Vaca de
Castro fue amigo del capitán Sebastián Garcilaso de la
Vega, a quien concedió la mas rica encomienda del Cuzco.
Posteriormente el gobernador cayó en desgracia, acusado
de enriquecimiento sospechoso y de brutalidades hacia los
indios, infundios que Garcilaso nunca aceptó. En cierto
modo el Inca Garcilaso, que siempre intentó rehabilitar la
memoria del capitán Garcilaso de la Vega, tema
fundamental de la segunda parte de losComentarios, está
muy próximo de Pedro de Castro, quien pidió a Antonio de
Herrera que escribiera la biografía de su padre para borrar
la mala reputación que aún manchaba el buen nombre de
Vaca de Castro16.

18En Garcilaso también está la voluntad de entroncar a los


Incas con el cristianismo, y la profecía de Huayna Capac no
está demasiado alejada de la contenida en los plomos17. El
también, como el arzobispo Castro Vaca, era partidario de
la Inmaculada. En la edición original y póstuma de
la Historia General del Perú, que corresponde a la segunda
parte de los Comentarios, el relato está dirigido « a la
limpísima Virgen María Madre de Dios, y Señora nuestra ».
Un grabado representa a la Señora, « calzada de Luna y de
Sol vertida », y rodeada de sus metáforas bíblicas18. Para
Garcilaso, la Virgen fue quien permitió el desplazamiento de
las columnas de Hércules, asi como la salvación de los
Peruanos, « vencedores del infierno » y en particular, « la
conversión a nuestra fe de mi madre y señora ».

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19También es probable, aunque el Inca no lo menciona
explícitamente, que conoció el libro de Ginés Pérez de
Hita, autor de una crónica de los moriscos en 159519.
Pérez de Hita pretendía que una parte de su libro había sido
redactada por un Moro natural de Granada llamado Ben-
Hamin, que pasó a África después de la reconquista. Uno
de sus nietos, Argut Arfa, recuperó el libro y lo cedió a un
judío llamado Sabá Santo, que lo tradujo al hebreo, y
presentó la traducción a don Rodrigo Ponce de León que le
pidió a su vez que lo vertiera al español. Se trata por
consiguiente de un texto mestizo. En él se halla una
descripción elogiosa de los Abencerrajes, alabando la
nobleza y la caridad. Según este cronista, cuando los
moriscos se sublevan en las Alpujarras, ocultan los tesoros
–como lo hacen los Incas. Pérez de Hita era favorable a los
mestizajes. Al referirse a Fernando de Almodóvar,
descendiente de un linaje de Murcia) cuyo padre y cuyo
abuelo se habían casado con cristianas nuevas, agrega que
no perdieron su prestigio ni el derecho de portar armas. Las
luchas entre las facciones moras que tienen como
consecuencia la « destrucción » del reino de Granada
constituyen la versión hispano-morisca de las luchas entre
Huáscar y Atahualpa.

La influencia del Inca sobre sus contemporáneos

20A su vez el Inca Garcilaso contribuyó a difundir la historia


de su nación entre los anticuarios. El abad de Rute,
Francisco Fernández de Córdoba, le cita tres veces en
su Didascalia multiplex. Bernardo de Alderete, otro erudito
vinculado con Ambrosio de Morales y canónigo de la Santa
Iglesia de Córdoba antes de ocupar el cargo de vicario del
arzobispo de Sevilla, don Pedro de Castro, que había sido
previamente arzobispo de Granada y uno de los promotores
de los plomos de Sacromonte, cita a Garcilaso en varias
ocasiones. En un texto escrito en 1606, « Origen y
principios de la lengua castellana »20, Alderete toma
partido contra las especulaciones lingüísticas de los
partidarios de los plomos e insiste en que el castellano –
que aparecía en los escritos granadinos en una fecha
remota – deriva del latin. En el folio 2, el cronista anticuario

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narra distintos episodios protagonizados por los Romanos
en Iberia y utiliza el término de mestizos para designar a
los hijos de romanos y de españolas « que enviaron a
Roma su embajada, suplicando al Senado les señalase
donde pudiesen poblar ». Estos embajadores mestizos
« hijos de soldados romanos y de esclavas españolas[...] »
eran también bastardos puesto que los romanos debían
estar autorizados para casarse con latinas o extranjeras
y « con las esclavas no se podían casar en ninguna
manera ». Es difícil no admitir la influencia de Garcilaso en
la utilización de ese término, que reemplaza al de
« mistos » empleado por ejemplo por Agustin Salucio. La
historia de España es interpretada a la luz de la conquista
de América. Alderete compara las dos conquistas (Roma,
España) y sus consecuencias en la « mudanza de las
costumbres, « De que se puede colegir lo que harían los
Romanos en España en tanto número de años, estando tan
cerca Italia ».

21El nombre de Perú, sobre el cual el Inca hace una larga


digresión, es retomado en el folio 15 v por Alderete, junto
con el de Granada y La Guardia : « No tuvo el nombre de
Peru sino de Tahuantinsuyo, asi lo refiere Garcilaso Inca en
sus Comentarios, que aún no están impresos, que por
hacerme gracia me ha comunicado ; con que significaban
las quatro partes del reyno. Por lo cual varones muy doctos
(se refiere a Arias Montano) han excluído como cosa sin
fundamento, lo que referi que decían ; que el oro del Perú
se trujo al rey Salomon del Pirú ».

22Para Alderete « la lengua latina fue tambien vulgar en


España » (fol 20v-21), y todas las otras son
« peregrinas » : « Cicerón en los Latinos mismos, como no
fuesen de Roma, tenía el oído tan delicado que le sonaba a
lo peregrino [...] Hoy a cualquier extranjero, aunque hable
romance le reconocemos en el tonillo en que se diferencia
de los naturales ». En otro texto21 hallamos una reflexión
sobre la evolución de las lenguas. « Fue en esto España y
todos los dela mas oprimidos que ningunos otros del orbe,
pues les quitaron sus reyes [...] y a los españoles privaron
del dominio de sus naturales [...] Fue esta violencia

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eficacísima para la mudanza de la lengua ». Vuelve a citar
al Inca como referencia sobre el poblamiento del Nuevo
Mundo, llamado impropiamente « América » y agrega que
« profetizó este descubrimiento un natural nuestro »
(Séneca en « Medea »). Alderete sigue los pasos de Pero
Mexia y de Ambrosio de Morales que en su Historia imperial
y cesárea de 1547 califica a Trajano y a Adriano de
españoles.

23El Inca Garcilaso no fue por consiguiente un mestizo


confinado en tierras de soledad y pobreza, como se
complacía en decir, sino un miembro peculiar, por sus
orígenes, de un grupo de intelectuales que lo apreciaban
como traductor de León Hebreo. Y si el Inca explica que
tradujo los « Diálogos de Amor » para ejercitar su pluma,
podemos agregar que el dominio de los temas neo-
platónicos y cabalísticos que adquirió en aquella ocasión fue
en cierto modo el « pasaporte » que le permitió acceder al
reconocimiento de hombres prestigiosos en el campo de la
lingüística y de la arqueología, sin cuyo apoyo quizás no se
hubiera sentido impulsado a proseguir su obra. De los
anticuarios aprendió el método científico, el valor de la
información exacta, la percepción del tiempo que todo lo
consume, como solía decir Alderete, y por consiguiente de
la urgente necesidad de rescatar una civilización destruida.
De ellos tomó también el interés por la lengua y los
conceptos, aportando al círculo andaluz el ejemplo de un
idioma trasmitido oralmente, a semejanza de los romances
y de las canciones de España.

Colofón : Góngora y el Perú

24Luis de Góngora, como es sabido, pasó su infancia en la


casa de los Vargas de Montilla, pues era sobrino de doña
Luisa Ponce de León, mujer de su tío paterno, madrina de
su hermana Leonor Angulo. Nacido en 1561, el año de la
llegada de Garcilaso a Montilla, el futuro poeta era mucho
mas joven que el Inca. Los estudiosos de Góngora suelen
omitir la relación entre ambos, unidos no obstante por
vínculos de parentesco puesto que eran primos por alianza.
En 1611, sin embargo, el jesuita Francisco de

  14  
Castro, dedica su Arte Rhetorica redactada en latín, en
primer lugar a Garcilaso, « Principi viro D. Garsiae Lasso de
la Vega, Yncas peruano clarísimo » acompañando esta
dedicatoria por varias otras y en particular a Luis de
Góngora y Argote, « omnium poetarum Hispanorum facile
principis ». Además del parentesco, el Inca y el poeta
habían estado en contacto estrecho con Ambrosio de
Morales ; el ilustre anticuario había sido condiscípulo del
abuelo de Góngora en 1524 y en 1585, declara ante el
Cabildo eclesiástico de Córdoba, ante el cual Góngora
postulaba su ingreso como racionero, que el linaje no tiene
mácula de judíos22. La declaración de Ambrosio de Morales
nunca acalló las malas lenguas, según las cuales la
bisabuela del poeta era conversa. El hecho es que el Inca y
el poeta sufren en carne propia el conflicto de identidades
(reales o supuestas). Ambos ocultan el verdadero sentido
de sus escritos y ambos han huido de las vanidades
cortesanas para vivir en la « mediocritas » de la cual
hablaba Horacio. Ambos son censurados por la Inquisición :
la traducción del Inca de los « Diálogos de Amor » de León
Hebreo no serán reimpresos a pesar del éxito de la obra ;
en 1627 las poesías de Góngora son prohibidas. Fuera de
estas convergencias, sobre las cuales sería necesario
indagar mas, el principal personaje de las Soledades es un
peregrino : « pasos de un peregrino son errante cuantos
me dictó versos dulce Musa, en soledad confusa ». Un
« Náufrago y desdeñado sobre ausente ». Cuando
desembarca en la isla, lo recibe un « serrano « (término
empleado por el Inca para designar a los hombres de la
sierra, es decir, los cuzqueños), y éste evoca el carácter
nefasto de las conquistas. En la Soledad Segunda, Góngora
construye una metáfora alusiva a una princesa peruana
cuyo cuello está adornado con las perlas de sus tributarios :
« su parda aguda prora, resplandeciente cuello, hace de
augusta Coya Peruana ». Los Incas son mencionados en
relación con la cetrería, que desconocen. En otro poema
llamado Júpiter Góngora asocia la isla Lipari con una piedra
bezoar americana. ¿Cómo no ver en estas alusiones el eco
de la voz del Inca Garcilaso ? Una relectura de la
integralidad de la obra poética de Góngora permitirá

  15  
probablemente ampliar los ejemplos de estas
correspondencias.

Notes

1 Carmen Bernand, Un Inca platonicien. Garcilaso de la


Vega, 1539-1616, Paris, éd. Fayard, 2006.

2 Asensio, op.cit.,p. 585.

3 El libro de José Alcina Franch, Arqueólogos o anticuarios.


Historia antigua de la arqueología en la América española ,
Serbal, 1995, menciona la fundación de la Society of
Antiquaries en Londres (1572) pero omite mencionar a
Ambrosio de Morales y a sus discípulos.

4 Julio Caro Baroja, Las falsificaciones de la historia (en


relación con la de España),Barcelona, Seix Barral,
Biblioteca breve,1992, p. 84-90.

5 El estudio de Enrique Redel, Ambrosio de Morales,


Córdoba, Imprenta del Diario, 1909, a pesar de haber sido
escrito a comienzos del siglo XX, es el mas detallado sobre
este importante personaje.

6 El manuscrito de Murillo de la Cerda posee información


detallada sobre las « escrituras » de los Incas (quipus y
otros medios de contabilidad) y perteneció a la biblioteca
de Ambrosio de Morales. Biblioteca Nacional de Madrid, Ms
5938.

7 Las « Antigüedades » fueron publicadas en Alcalá de


Henares en 1575.

8 Crónica del Moro Rasis [...] romanzada por el rey don


Dionís de Portugal hacia 1300, por mahomad, alarife, y gil
pérez, clérigo de don Perianes Porcel, Madrid, Ed. Gredos,
Fuentes Cronísticas para la Historia de España, III
Seminario Menéndez Pidal, 1975.

  16  
9 Garcilaso de la Vega, Comentarios, I, VII-7.

10 ibid, I, III-1.

11 Juan Gil, Los conversos y la Inquisición


sevillana, Sevilla, Universidad de Sevilla y Fundación El
Monte, 2004, t. III, p. 93 y ss.

12 Mercedes García-Arenal, « El entorno de los plomos :


historiografía y linaje », in Manuel Barrios Aguilera &
Mercedes García-Arenal Eds., Los plomos de Sacromonte.
Invención y tesoro, Universitat de València, Universidad de
Granada, Universidad de Zaragoza, 2006, p. 51-78.

13 Bernand, op.cit., págs. 275-279; Mercedes García-


Arenal, « De la autoría morisca la antigüedad sagrada », in
Barrios Aguilera & García Arenal, op. cit.,p. 580-581.

14 Julio Caro Baroja, Las falsificaciones de la historia (en


relación con la de España), Barcelona, Seix Barral,
Biblioteca breve,1992, p. 126-127.

15 Ver la semblanza de Vaca de Castro por Jesús Paniagua


Pérez, en un texto sin fechar editado en versión PDF, Don
Cristóbal Vaca de Castro, un leonés del siglo XVI en el
Nuevo Mundo. Agradezco a la Dra Berta Artes Queija el
haberme alertado sobre los vínculos probables entre el Inca
y el arzobispo de Granada, hijo de Vaca de Castro.

16 Inca Garcilaso de la Vega, Comentarios, I, libro IX,


cap. 15.

17 Se trata de la edición publicada en Córdoba por la viuda


de Andrés Barrera « y a su costa » en 1617.

18 Ginés Pérez de Hita, Historia de los bandos de los


Zegríes y Abencerrajes,Madrid, Ed. de Paula Blanchard-
Demouge, 1915.

  17  
19 Biblioteca Nacional de Madrid, ms 6727, 1606.

20 Bernardo de Alderete, Varias antigüedades de España,


Africa y otras provincias, Amberes, 1614.

21 Redel, op.cit., p. 501-502.


 
 

José Durand, « La biblioteca del Inca », en la Nueva Revista


de Filología hispánica (1948), y del mismo autor, « El Inca
llega a España », Revista de Indias, 1965 ; Eugenio
Asensio, « Dos cartas desconocidas del Inca
Garcilaso », Nueva Revista de Filología Hispánica, 1953.
 

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