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125-La anciana mendigante

Hubo una vez una anciana mendigante. 

¿Pero has visto tú realmente a una anciana mendigante hacerte una petición antes de
ahora?

Esta mujer pedía de la misma forma, y cuando recibía algo, decía: 

-"Que Dios os recompense."- 

La mendiga llegó a una puerta, y cerca del fuego del hogar estaba un joven
calentándose. El muchacho le dijo amablemente a la pobre vieja que estaba temblando
mucho por el frío: 

-"Ven, abuela, y caliéntate aquí."- 

Ella entró, pero se acercó tanto al fuego, que su ropa vieja comenzó a arder, y ella no se
daba cuenta. El muchacho se levantó y vio aquello, y decidió que debería apagar las
llamas. 

¿Y no es cierto que era eso lo que debería haber hecho?

Y como no había nada de agua, entonces lloró todo el agua de su cuerpo por sus ojos,
que se convirtieron en dos grandes fuentes con las cuales pudo apagar la vieja ropa de la
anciana.

Enseñanza:

Siempre se debe ayudar y ser cariñoso y amable con los ancianos.


121-la niña desobediente  

Érase una vez una niña que era muy desobediente, y que no seguía los consejos de su
madre. Por esta razón ella no se desarrollaba bien, y poco a poco se fue
enfermando, y ningún médico podía ayudarla, y en poco tiempo ella cayó sobre el lecho
de muerte. 

Cuando había bajado a su tumba, y la tierra había sido extendida sobre su cuerpo, de


pronto su brazo volvió a salir, y se estiró hacia arriba. Y aún cuando se le ponía más
tierra fresca sobre ella, todo era en vano, pues el brazo siempre volvía a salir. 

Entonces la madre se vio obligada a ir a la tumba, y acarició el brazo con sus manos,
pidiéndole con mucho cariño guardarlo. Una vez hecho esto, y retornado el brazo bajo
tierra, por fin la niña obedeció y tuvo el descanso que necesitaba.

 Enseñanza:

La obediencia a padre y madre es de la mayor importancia en todo momento, así como


agradecer todo el cariño y amor que de ellos se recibe

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