Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
abdelmalek sayad
el desarraigo
la violencia del capitalismo
en una sociedad rural
� siglo veintiuno
� editores
� grupo editorial
� siglo veintiuno
algloxxl edltoree, m6xlco
CERO DEL AGUA 248, FOAERO DE TEFffROS, 04310 M0<JCO, Df
www.sigloxxiedttores.com.rTO<
algloxxlecll'-,-,,.ntlna
.....
GUATEMALA 4824, C1425BU', BUiNOSAFES, AAGENTlNA
www.sigloxxiedttores.com.ar
�
LEPAN!" 241, 243 08013 8ARCELrnA. ESPAfilA
www.anttvopos-edttorial.com
Bourdieu, Pierre
El desarraigo: La violencia del capitalismo en una sociedad rural//
Pierre Bourdieu y Abdelmalek. Sayad.- 1 ª ed.- Buenos Aires: Siglo
Veintiuno Editores, 2017.
272 p.; 21x14 cm.- (Biblioteca clásica de Siglo Veintiuno)
Introducción
Apéndices
Siglas
NOTA DEL EDITOR
16 Amín Pérez, RendTI! /,e social plw politique. . . , ob. cit., p. 1 22.
17 Un análisis sobre el pensamiento concomitante establecido entre
Cabilia y el Beame (Pierre Bourdieu, El bai/,e de los solteros, Barcelona,
Anagrama, 2004) , consta en Loic Wacquant, "Following Pierre
Bourdieu into the field", Ethnography, vol. 5, nº 4, 2004, pp. 387-414.
18 Estos trabajos de campo renovaron los primeros estudios de Pierre
Bourdieu, inspirados en los enfoques de la antropología cultural
estadounidense. Para un análisis en detalle de este proceso, véase
Enrique Martín Criado, "Las dos Argelias de Pierre Bourdieu", en
Pierre Bourdieu, Sociología de A�lia. . . , ob. cit., pp. 15-1 1 9.
19 Basta observar la constancia y la base empírica de esta conceptuali
zación en los estudios posteriores de Bourdieu: Sociología de A,griia
y Tm estudios. . . , ob. ciL; Outline o/ a Th«try o/Practia, Cambridge,
Cambridge University Press, 1 977; El sentido práctico, Buenos Aires,
Siglo XXI, 2007; La dominación masculina, Barcelona, Anagrama, 201 3.
LA LIBERACIÓN DEL CONOCIMIENTO 1 7
TRASCENDER LA DOMINACIÓN
•••
Estamos frente a una obra revolucionaria en términos científicos y
profundamente política. El desarraigo renueva la práctica de las cien
cias sociales y rompe con esquemas disciplinarios que dividían nues
tros comportamientos y representaciones entre emología del Tercer
Mundo y sociología de Occidente. Su carácter interdisciplinario y re
flexivo hicieron de aquello más evidente el objeto mismo de la ciencia,
al develar las fuerzas que inciden en las conductas y estructuran las
desigualdades sociales. Gana vigor gracias al conjunto de investigacio
nes utilii.adas, las distintas problemáticas abordadas, la articulación et
nográfica y estadística y su perspectiva comparativa; también gracias a
la convicción que sostienen los autores sobre el valor de este trabajo.
Bourdieu y Sayad erigen la sociología como un aporte político a la so
ciedad. Esto explica por qué ambos siguieron trabajando los procesos
de dominación en la poscolonialidad tanto en el campo de la educa
ción y la cultura como en el migratorio, dos caminos que se deben a
un mismo principio: la constitución del conocimiento como medio de
acción para cambiar la realidad social.
Iberoamérica cuenta ahora con la reedición ampliada de una de
las obras más importantes del patrimonio de las ciencias sociales. El.
dnarraigo no sólo marca un hito en la innovación teórica y empírica.
Sus reflexiones la convierten en indispensable para la historia pasada y
presente de nuestra región. Aportan a la comprensión de las dinámicas
que inciden en los desplai.amientos de poblaciones hacia campos de
concentración, de refugiados o zonas de tránsito. También contribuye
a pensar las fronteras sociales que se tejen y afianzan incluso dentro de
nuestras sociedades, esas que marcan el cotidiano de hombres y muje
res que habitan entre la esperani.a de mejorar sus condiciones y salir
del callejón sin salida donde los dejan las reglas y los efectos del orden
neoliberal. Este libro propone una nueva manera de pensar estas con
tradicciones para así poder trascenderlas.
El tradicionalismo de la desesperación.
Desestimación y errores.
Culturización y desculturización ( * ).
Un somero análisis del censo agrícola de 1951 nos lleva
a distinguir las regiones más profundamente colonizadas
-donde las explotaciones europeas ocupan más del 50 %
de las tierras- y las regiones débilmente ocupadas -donde
la colonización sólo posee una pequeña parte del territo
rio-. En efecto, en las regiones montañosas, Gran y Pe
queña Kabilia, Aures y Nemencha, Bibans, Hodna, Atlas
Mitidjien, cordillera Titteri, montes Suk-Ahras, U arsenis y
Dahra, domina la pequeña (y muy pequeña) propiedad ar
gelina (75 % de propiedades de argelinos con menos de
diez hectáreas) ; por el contrario, esta proporción es muy
débil en las zonas ricas, donde han podido afirmarse las
propiedades pequeña y media europeas. Estas zonas son :
el Sahel de Argel, el litoral vitícola de Cherchen, pobla
dos gracias a la colonización oficial de Bugeaud, y desde
1958 el litoral de Bugía, las regiones vitícolas de Medea y
Miliana, los litorales de Mostagnem, Oran, el valle de Issers
y los litorales de Bona y Philippeville, plantados de viñe
dos y naranjos ; en cualquier caso, la propiedad argelina
subsiste en condiciones de minifundio y como empuj ada
hacia los confines de las grandes propiedades europeas y
siempre en las zonas menos fértiles y arrinconada allí don
de la gran colonización se ha implantado firmemente, es
decir, sobre todo en las Altas Llanuras y en el Chelif (1).
Esto quiere decir que las diferencias que han separado
siempre a los habitantes de las zonas montañosas -en su
mayoría berberófonos- de los pobladores de las llanuras
y colinas -casi todos arabófonos-, han aumentado pro
fundamente gracias a la eficacia de acciones perturbado
ras extraordinariamente diferentes ; por un lado, la políti
ca colonial, que ha presionado de modo indirecto, y por otro
la misma colonización, que ha sacudido la sociedad coloni
zada en su centro de gravedad ; al abolir la propiedad indi-
nados por la montaña, sobre los cerros, las laderas o al pie del mon
te. En el mejor de los casos, toda la población de la ZTiba puede per
tenecer a un solo clan. Por ejemplo, la zriba Bekura coincide con
la zona de ocupación de la familia de los Buhuch ; en otros casos,
la uiba agrupa un número más grande de familias y clanes, de
modo que el sentimiento de hermandad, a base de la unidad de
la zriba como clan no, se fundamenta ya objetivamente en una ge
nealogía común. Pa ra justificar la unidad de estas _erandes ZTibat
no hay más remedio que echar mano de aiguna leyenda o invoca r
algún antepasado mítico.
( 5 ) Las grandes zonas de emigración hacia Francia son exacta
mente las regiones montañosas muy poco ocupadas cor la coloni
zación, es decir, las Kabilias, el Macizo de Collo y el Aurl!s, así como
algunos islotes berbe rófonos de los Babors ( El Milia) o de Orán
(Mazuna, Nedrona, La!la-Maadis) y, excepcionalmente, los grupos
a rabófonos < región de Setif y de los Maadis). En las zonas de gran
colonización, la emigración se orienta sobre todo hacia las ciudades
(y en este caso es definitiva) , o bien, hacia las explotaciones agrí
colas modernas, en cuyo caso es estacionaria. Más adelante inten
taremos explicar por qué las emigraciones de trabajadores hacia
Francia no ejercen la misma influencia que las mi¡raciones al in
terior de A rgelia.
(6) La obra de Francia en Argelia -escribe O. Pesle- ha sido
claramente reformista , por no decir revolucionaria. Esto se induce
del "montón de decretos argelinos" y la "muchedumbre de texto!'!
escritos", como dice R. Maunier. La voluntad de la adminis,ración
ha consistido en afrancesar el país -cosas y hombres, tiena y
corazón-. Conservar lo menos posible y sólo lo estrictamente nP
cesario para evitar costosas revueltas, y sobre las ruinas del sis
tema aba tido, implantar nuestros propios métodos ; la legislación
francesa no ha tenido otro objetivo . . . Fiel a la concepción del hom
bre abstracto -el ciudadano- (Francia) se ha impuesto como linea
de conducta transformar en ciudadanos a los musulmanes argelinos.
Este ideal de un hombre libre, igual a los demás por sus derechos,
vaciado de todo particularismo, y que Francia ha procurado reali
zar en sus nacionales, ha pretendido también extenderlo generosa
mente a sus nuevos súbditos. Para ello, ¿ qué es lo que ha hech•>?
Ha alterado profundamente la ley y costumbres indi¡enas, orien
tándolas en lo posible hacia las nuestras. Los medios empleados han
sido diversos, tan pronto brutales como hábiles . . . Abolición de la
ley local y, en su defecto, transformación, sustitución de la lev fran
cesa, innovación inclusive. Estos medios «premeditados» -prefie'.':i
la franqueza de esta palabra- se han aplicado y ejercido sobre la
familia paternal conyugal, la tribu, la ciudad, la justicia , la pr:>
piedad, los contratos. «La Répudiation chez les Malékites de l'Afri
que du Nord, Pref. VIII-LX, subrayado nuestro).
(7) El capitán Vaissil!re refiere que los Uled Rechaich experi
mentaron una gran consternación, cuando se enteraron de que se
iba aplicar el senadoconsulto a su tribu, pues eran plenamente cons
cientes de la capacidad de destrucción que suponía esta medida :
«Los franceses, declaró un anciano, nos han derrotado en el llano
de Sbikha, matando a nuestros mozos ; luego, nos impusieron con
tr ibuciones de iiue r r a . Todo e!lo no e ra nada . l as heridas cicatriza-
DOS HISTORIAS, DOS SOCIEDADES 65
TABLA I
Las categorías socio-profesionales
..
-! �
a
¡
- .!! .!!
5
1 fil º·
,:: Ji
1: ...•
..
::; Barbacha
--
(°lo)
50
--
(°lo) (O/o)
---- --
(¾)
8,0
(°In)
-..
�..
....; � � rurales
labylias
del Co•juato 1
... �.. t Poblaciones Poblacloaes
.; .:;
< e Su
:; • :::< aglomeradu dispersas !1
< :,.: :E: Q
__ _ I
1G
- -·- -·---·--·
No ocupados 38,0 59,1 64,6 42,B 1 29,8 1 4 1,2 28,8 25,6 48,2 6,2 25,9
----- --- --- --- --- --- ---
62,0 40,9 57,2 70,4 71 ,2 74,4 51 ,8 93,8 74, 1
1
Conjunto 35, 4 58,8
"-l
1
34,0 10,2 1 ,7 34 ,3 47,7 5,4 23,3 48,6 27,0 76,4
En la
agricultura 1 35,l
1
r¡u e les sirven para contar la duración del trabajo, les per
mit en una estimación más estrechamente adaptada a la
rea li dad. La medida en quintales y kilogramos de cereales
y de sémola, etapa previa anterior a la evaluación en di
nero, parece haber sido introducida por las autoridades
m il itares, las cuales, a fin de controlar la circulación de
m e rcancías, almacenaban, tras haberlas pesado, todas las
cos echas distribuyéndolas después por contingentes estric
ta mente proporcionales a la dimensión de cada familia.
En términos generales, la causa de la quiebra de la ac
tividad tradicional en sus mismas raíces ha sido la expe
riencia directa o indirecta del asalariado, más que la es
timación en dinero del producto del trabajo (operación
mucho más compleja), al escindir el producto del esfuerzo
y el tiempo empleado. La aparición de un número relati
vamente importante de empleos asalariados, creados más
o menos artificialmente por el ejército (harkis, empleados
comunales, jornaleros de obras públicas, etc.) acentuó la
conciencia de la escasa rentabilidad del trabajo agrícola.
«La S.A.S. ha contribuido a apartar a la gente de la tierra,
dando oficio a las gentes. Primero hubo recelo y auto
defensa, porque el primer oficio, a buen seguro, impedía
ocuparse de los asuntos de uno y no beneficiaba gran cosa.
Luego vinieron los harkis, los «goumiers» (soldado indí
gena de caballería), los mojazni, sargento (sar;an), cabo
(kabran), sargento mayor (sar;anchif), primera clase, se
gunda clase ; luego secretarios ( sakritir) y los jodja, sin
hablar del alcalde ( el mir) y sus concejales. Después de
esto, bastaba con que el lugarteniente supiera que fulano
o zutano sabía hacer esto o lo otro, para que lo mencionara
como si tuviera ese oficio. Así, poco a poco, todo el mundo
se ha ido olvidando que existe el trabajo de la tierra. En
e l censo, yo he visto a Mohand L. . . insubordinarse porque
se le inscribía como agricultor, cuando había encontrado
un oficio como los demás : 'Me despreciáis ; a los verda
deros agricultores les habéis encontrado un trabajo. Y yo,
como no tengo ni un palmo de tierra, me ponéis como agri
cultor. ¡ Vaya un agricultor ! Ellos tienen tierra, hasta el
suelo de su puerta, y, sin embargo, uno es chófer, el otro
comerciante'. Se le preguntó entonces su oficio. El día an
terior había comprado el rebaño de Si L. . . que había ve
nido a refugiarse en la aldea ; inmediatamente, él lo re-
106 EL DESARRAIGO
De la inocencia a la estupidez.
se extinguió por los años 1933-35, como ocurrió hacia 1944-45 con
1a emigración mucho menos rentable de jóvenes adolescentes ha
cia las marismas del litoral ar¡¡elino. Hoy se cuenta 225 hombres
en Francia y otros treinta en distintas ciudades de Ar¡elia. De
los 1 75 hombres que han permanecido en el pueblo, sólo 32 no
han estado nunca en Francia : son los adolescentes ( 1 7), los bu-
11iya y los miembros de una familia propietaria de tierras bastante
rica que siguen considerando un timbre de ¡loria trabajar sus
p ropias tierras (ocho), y todos aquéllos, en fin, que ejercen en el
pueblo alguna función tradicional (t'aLab originario del pueblo,
algunos miembros de la i amilia morabita, el herrero, el especia
l ista de la circuncisión, que prodiga sus cuidados tanto a los hom
L>res como a las bestias y que, además ,es el personaje que todos
los años inaugura las labores agrícolas, etc.) o una función econó
mica de tipo moderno (un chófer de camión, un empleado de ofi
cina, algunos artesanos iniciados en técnicas modernas). Si se tiene
en cuenta la emigración de familias enteras, se observa que sólo
13 familias decidieron instala rse en las villas y ciudades de Ar
gelia, mientras que otras 45 se establecieron en Francia Oa pri
mera en 1938).
(9) La edad media de los hombres que marchan a Francia por
primera vez es muy l>aja ( diecinueve años). La primera estancia
es el signo decisivo de la emancipación. Muchos jóvenes sólo se
casan a su vuelta, tras haber ganado el im?;>orte de la dote y ad
quirido los medios de proveer a todos los gastos.
< IU) Hasta 1954 sólo cuatro familias instaladas mucho tiempo
atrás en la ciudad confiaban sus tierras a parientes, según el con
trato de thachrikth ; en la actualidad son 1 2, que, sin embargo,
residen en el pueblo, las que han dado sus tierras en aparcería
050 jornadas de trabajo) ; otras 27 han abandonado la aldea, en
di rección a Francia p rincipalmente.
( 1 1) El pastor de rebaños comunales está situado actualmente
en el fondo de la escala social. Necio de solemnidad, tarado (pie
deforme y mano paralizada), sin familia y célibe, albergado por
caridad o por los servicios que puede eventualmente prestar . . . , es
el único capaz de aceptar una actividad absolutamente despreciada.
( 12) Es frecuente que los hombres adultos evoquen su infancia
de pastores para dar a entender que no se dejarán enpñar fácil
mente : «Yo fui pastor . . . Mi padre me confió las cabras . . . ».
( 13) «Yo todavía conocí la época en que hombres con toda su
barba cuidaban su rebaño. ¡ Y no era una cosa sin importancia !
Ciento cincuenta cabezas de ganado que vigilar y llevar al ask4a
kach <los buenos pastos que el rebaño no sabría encontrar oor sí
sólo, el pasto intensivo, con alimento recogido especialmente para
las bestias). Por la noche siempre había al¡o que hacer : una bes
tia enferma a la que había que matar para evitar perderla, un
chacal que conseguía burlar la vigilancia de los perros y atacaba a
una bestia o alguna otra que alumbraba y había que llevar al
hombro el cordero o el cabritillo . . . Nadie decía nada porque Dada
Am . . . fuese todavía pastor a los cuarenta años. Y, ahora, su nieto
Am . . . , que no tiene aún diez años, prefiere chUPar el «Nestlé»
antes que gua rdar la cabra . . . Claro que ahora va a la escuela.»
CAPÍTULO VI
TABLA III
La economía de Aghbala (3)
La "autoconfesión" y la coartada.
La separación.
En cualquier caso, a la larga, la consecuencia del
reagrupamiento será la desaparición de las diferencias en
tres los campesinos auténticos, que viven en contradición su
fidelidad a un orden que sólo pueden mantener en aparien
cia e intención, y los campesinos «descampesinizados» para
quienes el desplazamiento forzoso no ha sido otra cosa que
ocasión de una renuncia realizada ya en intención. El re
agrupamiento es, sin lugar a dudas, una bidonville rural :
aglomeración sin alma que sólo tiene de ciudad su aparien
cia exterior, pero ninguna de las ventajas normales aso
ciadas a la vida urbana (sobre todo el empleo, la vivienda
y un mínimo de confort). El reagrupamiento ha transfor
mado a los campesinos en subproletarios sin aquellos anti
guos ideales de honor y dignidad, al privarlos de la segu
ridad que les proporcionaba el orden social y económico
antiguo, al quitarles por completo la responsabilidad de su
propio destino y colocarlos, finalmente, en una deshonrosa
situación de «asistidos». En efecto, la prolongada inacti
vidad y su dependencia de las autoridades civiles o mi-
UNA AGRICULTURA SIN AGRICULTORES 143
varón ; todas las familias tienen al menos un varón entre sus miem
bros. En Kerkera la proporción de familias sin «hombre» es sólo
del 4,5 % y del 6 % en Ain-Aghbel. En Matmata y Djebabra -lu
gares en donde se desconoce la emigración a Francia, así como la
forma de solidaridad inherente a ella ( indivisión, como producto e
instrumento de la emigración)- los porcentajes son del 14,3 %
y el 1 5,4 % respectivamente (en ambos casos, superiores a los por
centajes alcanzados en el bidonville de Affreville : 8,1 %). De ahf
también las diferencias que se observan de una región a otra, en lo
que se refiere al número (promedio) de hombres por familia
(Barbacha, 2,0 ; Ain Aghbel, 1 ,82 ; Kerkera, 1 ,73 ; Matmata, 1 ,54 ;
Djebabra, 1 ,43, y Affreville, 1 ,43). Efectivamente, la emigración ,
al provocar una cierta reconstitución de la familia indivisa , ha
hecho disminuir el número de familias, en tanto que aumenta el
número de hombres (término medio) por familia (emigrados in
cluidos).
(5) La introducción del espíritu de cálculo en sociedades toda
vía fieles a las tradiciones agrarias, determina conductas realmente
paradójicas : un khamés de los Uled-Ziad, deudor de su patrón
-a causa de las malas cosechas- de los adelantos en naturaleza
que había recibido para alimentar a su familia, prefirió emigrar
a Francia antes que «encadenarse» más estrechamente (cosa que
habría ocurrido, según él, de haber renovado un contrato del
cual ya no podría redimirse nunca). A fin de saldar la cuenta
pendiente con su patrón (cuenta saldable en «trabajo»), este kha
més contrató un obrero agrícola, a quien pagó con sus ahorros
propios. Por lo mismo, algunos pequefios propietarios consideran
más ventajoso hacerse sustituir por un khamés, y de esta forma
pueden emigrar : « ¡ Cuento contigo, oh khamés, y yo iré a alqui
larme en otra parte ! » Sólo las grandes familias están en condi
ciones de explotar sus tierras con mano de obra familiar y dedicar
(liberar) a la emigración uno o dos hombres que les aseguran
así rentas monetarias permanentes.
(6) En 1960, y en vísperas de su reagrupamiento, la zriba Ker
kera seguía cultivando las mismas superficies que en el pasado,
o sea 133 hectáreas por 120 fellah'in (51 de los cuales explotaban
menos de 25 áreas ; 3 de 25 a 50 ; 16 de 50 áreas a una hectárea ,
y 50 de una a 4 hectáreas). Algunos fellah'in que ya vivían en el
reagrupamiento seguían ayudando a sus parientes de la mba en
el trabajo de la tierra. Cuando se procedió a su reagrupamiento,
una parte importante de los habitantes de la mba se refugió en
Collo y su abandono de la agricultura adquirió las mismas pro
porciones que en otros lugares, y esto a pesar de la proximidad
de las tierras.
(7) Lo mismo ocurre en la sociedad urbana, en donde cierta
prohibición se opone al trabajo de las mujeres ; prohibición que
«puede» transgredirse en el caso de que apremie la necesidad (que
el marido esté parado, por ejemplo). Esta prohibición recupera su
vigencia en cuanto se restablece de al¡una manera la situación
material de la pareja.
(8) A pesar de que su amor a la tierra se expresa en ocasio
nes a través de la nostálgica evocación de la existencia que hubie-
148 EL DESARRAIGO
y son ellos los que se alzan con e l producto de l a tierra. Son más
molestos que los chacales y los jabalfes. No hay nada que hacer
contra ellos, nadie puede impedirles que destrocen un huerto. ¡ Para
qué cultivar sobre una tierra que ha perdido su h'urma ( su honor)
(A.S., setenta y ocho años, Kerkera).
( 19) «Mi tierra es como mi camisa ; ¿a quién se le ocurriría
tirar la camisa que lleva puesta? » (Fellah' reagrUPado en Matma
ta, originario de la farQa de los Laghuati, en donde poseía en vís
peras de su reagrUPamiento siete hectáreas y una cabaña de diez
vacas, diez ovejas, siete cabras y cuatro mulos>.
CAPÍTULO VII
El grupo roto.
De la familiaridad al anonimato
TABLA IV
El consumo famiZiaT
D;ebabra Kerkera
'
,,r •••
f1■lll1
,,111,HI•
1111,
°l o
par 111
y
1111lll1
,,u,,111-
l1rl1
ºio
TABLA IV bis
I m porte de consum o
1 Coeficiente del conaumo
anual en francos de 1963 al imen ticio �;.
--------- ' - -------- ------- 1
General 3 750 60
Matmata 4.260 69,5
Jefes de explota ción 4.150 55,8
Asalariados agrícolas 3.320 67, 1
- · - .. •··-- •---·-·-- ·----- ·- - ----·--------·· · • --- - ---·· ··-·-- ·-··---·-----· ..
<27) «F.I ex ilio está en tu proph1 casa » ; «nuestra casa nos f!S
ahor11 extraña,.
(28) El campellino rico de otros tiempos. rico 1>o r la tierra y
para la tieri- a , ponía su ri(!ueza a l servicio de los valores camI>e
sinos. Para satisfacer la moral camvesina rea lizaban desembolsos
de presti2io. HÍ, por ejemplo. distribución de .e rano en caso de
escasez, festividades suntuosas y en las zardat, los donativos a
loi;; zawiyat, etc. Lo!' advenedizos de hoy. cuya riqueza rara vei
se debe a la tierra, hacen malaba rismos !)a 1·a imita r a los ciudH•
clnnos y acentua r por todos los medios l a distancia que lei;; sepa rH
ele los campesinos.
1 29) Sólo se le echa en ca ra que corteje a las mujeres d(• In�
demás.
< 301 Ya hemos visto numcrmms c.i cmplos de transg rcsi1\11 de
In mora l ca mpesina, sobre todo en el as,!lectn económico : los há
bi tos de consumo. arirovisionarse en el mercado, l a actitud a ntr.
l a enfermedad y todas las conductas que suponen el cálculo eco
nómico. por ejemplo, el pago de un sa la rio fl un hi.i o o herma
no. etc.
( 3 1 ) Conviene añadi r que la pfll'tc dedicada a autocnnsumn l'�
casi siempre mayor en Djebab rs1 (donde la agricultura se ha man
l <•nidn mejor). porque la producción ngrícola es 1Jrooo rcionalmcn
te más importante y, sin duda también, porque el imperativo de
auln<'onsumo (y la prohibición correlativa de compra r en el mrr-
1·adol si l!uc siendo más fuerte que en Kerkera. El aulncnn:-um•,
r1�presenta el 15 % del consumo de cereales en Djebab ra . el 1 .R •t
rn Kerkera ; el 74 % y el 45 % de la leche ; el 21 % y el 12 %
de la fruta. siempre respectivamente.
( 32) Kerkera es el único de los centros estudiados �uc tiene
un fü!ón.
(33> Es el mismo sistema de valores qu1? inspira II los cmi 1m1 •
rlos el sentimiento de que su a l imentación, demasiado abundante
y rica . es «ilícita» (h'ram) , es deci r. po rque «no la compa rten los
demás» < l os suyos. se entiende l. « ¡ Aquí comemos ca rne. y quizás
nuestros hi.ios no tienen ni pan ! Nuestro trabajo no «cundi rá» Cnn
se hi ncha rá -litera lmente-. a la manera de la pasta pa ra la sopa.
ta n «al!radecida » l porque comemos pan bla11 co (thá-azults, el pri
v i lel!i(l. el favor> en comparación con lo que comen nuestras mu•
.i eres y niños». En esta lógica . el trabajo. incapaz de satisfacer !IU
primera y ---cada vez más- ún ica función -a sabe r, !)rocura r n
todos los miembros de la familii1 el bienesta r que asegura nor
malmente en Francia--. tiende a oa recer a la consideración de
las gestes. inútil y absurdo. Esto ;xplica , entre otras razones. la
tendencia a emi g ra r !lOr familias enteras ( tendencia acusada des
de 1 9561.
( 34> Los bu-11 i11a de hoy que no quieren ir a la casa de comi
das y que tampoco se atreven a correr e l riesgo d e hacer el ridícu
lo llevando sus provisiones. se abstienen de todo a l imento. inclus1>
hasta cuando van al mercado a pie.
(35> De hecho, ha cambiado toda la actitud del ca moesino ha
cia la ciudad y el ciudadano. En Collo. el me rcado se celebrabi1
todos los viernes ; los cam!:)esinos de la región acudían a vender
CIUDADANOS SIN CIUDAD 197
MEZCOLANZA CULTURAL
BARBACHA
LAVARANDE t I ARGEL
1
TIZI-UZU
~ -· •
FORT NATIONAL
KERKERA
1 1 1
AKBU
11
1
1 1 1
CONSfkiNA
�,1
'----Z�'fi,,.,.
_
,
11
1
1
1
1
1
1
1
1 1 1 1
1 1 KABILIA 1 COLLO 1
1 1 1 1
Sedes de la investigación
Nombres que cambiaron luego de la independencia de Argelia ( 1 962)
Inkermann = Ued Ríu Fort National = Larbaa Nath Irathen
Orléansville = Shlef Djidjeli = Jijel
Teniet El Had = Theniet-El-Haad Philippeville = Skikda
Lavarande = Sidi Lajdar Bona = Annaba
Affreville = Jemis Miliana
Apéndice I
Los reagrupamientos del macizo
de Collo ( distrito de Collo)
TABLA V
Estado comparativo de la agricultura, la explotación
forestal y la ganadería en 1954 y 1959:
Después
Antes del
Producciones del Regresión
reagrupamiento
reagrupamiento
Superficie
25.000 has. 12.000 has. 50 %
cultivada
Cereal,es
(trigo,
cebada) :
superficie 1 2.000 has. 4.000 has. 66 %
� --:- cosecha
E] 56.830 Qm. 16.000 Qm. 72 %
Tabacos:
69 has. 10 has. 85,5 %
superficie
Olivares:
900 has. 800 has. 1 1,1 %
superficie
producción 1 3.000 Qm. nula 1 00 %
Cítricos:
56 has. 16 has. 82 %
superficie
-
producción 4.765 Qm.
Curcho
1 1 0.000 Qm. 18.000 Qm. 83,5 %
� (primera pela)
� .e:
Truncos
�� §º
10.000 Qm. 2.000 Qm. 80 %
de arbustos
........ Troncos de
15.000 m5 1 .500 m5 90 %
árbol,es en bruto
-�
73.000 cabezas 26.000 cabezas 64,5 %
TABLA VI
Estado comparativo de la actividad de las industrias trans
formadoras de productos forestales en 1954 y 1959:
Porcentaje
Antes de 1954 1959
de regresión
3 fábricas 1 fábrica 66 %
Corcho 7.500 tons. 500 tons. 93 %
300 obreros ftjos 200 obreros 33 %
3 fábricas 2 fábricas 33 %
30 millones de 20 millones de
Tapones 33 %
unidades unidades
50 obreros 10 obreros 80 %
5 fábricas [ de
1 fábrica 80 %
Troncos de pipas]
arbustos 1 .000 tons. 400 tons. 60 %
50 obreros l0 obreros 80 %
2 aserraderos 1 aserraderos 50 %
Aserraderos 9.000 m. 5 1.000 m. 5 89 %
20 obreros 10 obreros 50 %
Localización
El nuevo habitat está situado a 10 kilómetros de Collo, en la carre
tera departamental de Collo a Constantina, en un lugar llamado
«Buchakur» y también «Kilómetro 10 » . En la margen derecha del
Ued Guebli, se ha acondicionado para la instalación del centro
una treintena de hectáreas de tierras comunales y privadas, algu
nas ocupadas de forma pacífica y amistosa, otras mediante proce
dimiento de expropiación.
. .-.
-�
rzl
Chozas del ccmro del reagrupamiento
CUTI L P. H t.
Población que
pertenece en su
Población Población Población Población total
habitat tradicional
ZRIBAT reagrupada en reagrupada en reagrupada que permanece
en espera de
el kilómetro 1 0 e l kilómetro 1 9 e n e l Ghedir en la comuna
su reagrupamiento o
control «in situ»
Familias Personas Familias Personas Familias Personas Familias Personas Familias Personas
Kerkera 206 1 . 1 10 60 320 4 16 270 1 .446
Lazilet 45 230 45 230
Tahra 2 115 22 1 15
Utait-Aicha 7 35 243 1 .205 250 1 .240
Bul-Bellut 2 11 1 33 680 1 35 691
Burguel 41 226 70 385 111 61 1
El-Hammam 8 35 1 27 590 1 35 625
Bulguertum 74 550 74 550
Ben-Ariba 14 92 60 360 74 452
El-Fraua 8 34 75 371 83 405
Ued-el-Affia 60 320 10 75 70 395
Loghdaira 20 100 48 236 68 336
El-Utia 60 350 60 350
El-Bir 65 325 65 325
�
El-Fella 57 280 57 280
Buhnin 36 1 86 17 80 53 266
Tuila 42 225 42 225 ¡:
a::
Rekakeb 37 220 37 220
Bussalah 45 221 45 221
Jaibar 15 81 3 21 18 102 �
Iljenan- 20 86 24 1 13 44 199* �
Hadjem
§
i:,
Fuera de la l"'
50 253 2 16 52 269
comuna 8
Total 333 1.775 589 3.264 517 2.620 371 1 .894 1 .810 9.553 §
* 93 familias (324 personas) abandonaron la comuna, camino de la ciudad. IO
t>D
t>D
234 EL DESARRAIGO
TABLA VIII
Recapitulación del estado de la población de Kerkera
tras los últimos reagrupamientos (septiembre de 1960)
% respecto
Familias Personas del conjunto
de la ooblación
Población controlada «in situ» 1 27 665 6,9 %
Población del reagrupamiento 795 3.424 35,8 %
de Kerkera (kilómetro 1 0)
Población del reagrupamiento 371 1.894 19,8 %
del Ghedir
Población del reagrupamiento 517 2.620 27,4 %
del kilómetro 19
Total 1 .810 9.533 100 %
Localización
El centro está instalado en una zona pantanosa cubierta de maleza
( 48 hectáreas) . La población vive en 542 gurlns de 32 m2 cada uno.
Las familias disponen de sendas superficies habitables de 1 20 m2 ,
patio incluido, y está previsto dotarlas de un huerto de 216 m2 , en
cuanto se haya limpiado de maleza todo el terreno.
EL CENTRO DE TAMALUS
Está situado en el territorio de la comuna de El-Atba y reagrupa
todos sus habitantes; también acoge la población de las comunas
vecinas de Ain-Tabia, Demnia y Taabna, más otras 400 personas
originarias del aduar Medjadja (tribu de los Uled-Ajsib) residentes
en Tamalus, en espera de que se les asigne una nueva residencia.
Localización
El nuevo habitat está enclavado en el cruce de las carreteras de
Constantina y Philippeville, a 3 0 kilómetros de Collo, en tomo a
un embrión de aglomeración que comenzó a formarse en 1855;
Tamalus era el centro de la comuna Al-Atba y preferentemente su
actividad principal era el mercado de ganado. Disponía de un ma
tadero y un caravanserrallo, una escuela y una casa para el caid.
Para instalar el centro de reagrupamiento, se despejaron 100 hec
táreas (20 comunales y 80 privadas), ocupadas en parte de Jacto y
las demás previo acuerdo y promesa de venta, lo cual significa que
la situación jurídica del terreno está lejos de ser normal. El empla
zamiento de Tamalus tiene fama de ser uno de los más insalubres
de la región y, de hecho, es muy favorable al paludismo.
Datación
El centro fue creado entre agosto de 195 7 y septiembre de 1958.
Es un reagrupamiento inmenso, en el que se ha amontonado a
la población de cuatro comunas (11. 306 personas); la confusión
ha sido constante y en 1960, tres años después de su creación, el
desorden no parece haber desaparecido. Más de la mitad de la po
blación de Tamalus (unas 6.000 personas) está allí de modo transi
torio, en espera de una instalación definitiva en otros centros. En
LOS REAGRUPAMIENTOS DEL MACIZO DE COLLO 2 37
La población
En Tamalus viven l 1 .30� personas: unas de forma definitiva; otras,
esperando un nuevo desplazamiento.
4.507 personas adultas: 1 .910 hombres y 2.597 mujeres;
6. 799 niños menores de dieciséis años.
En Tamalus reside la mayor proporción de jóvenes de todos los
reagrupamientos de la región (población de menos de dieciséis
años: 60, 1 %) y también allí el desequilibrio entre las poblaciones
adultas masculina y femenina es el más pronunciado (población
femenina adulta: 57, 1 % ) .
La asistencia
En espera de estas hipotéticas realizaciones, los recursos tangibles
de estas poblaciones son los socorros en especie y otras donacio
nes (distribución de artículos alimenticios, vestido, mantas, etc.,
organizadas por los servicios administrativos civiles o militares, la
Cruz Roja, la Caja de Solidaridad, el Socorro Católico, etc.) . En
1957, poco antes de comenzar el invierno, se distribuyeron 1 1 1 7
mantas y durante el primer trimestre de 1 958, otras 1900. De abril
de 1958 a mayo de 1959, se repartieron 1 . 150.000 francos anti
guos en especie. La asistencia en productos naturales equivalía a
1 1 millones de francos antiguos (sólo en productos alimenticios) ,
incluidos 130 Qm. de sémola. Aún hay que añadir 2.600 vestidos
LOS REAGRUPAMIENTOS DEL MACIZO DE COLLO 239
TABLA IX
Departamento
291 200 68,9 % 1 73.100 72,2 %
de Orléansville
Región de Argel
( departamentos
de Argel, Médéa, 721 500 69,3 % 329.500 65,3 %
Orléansville y
Tizi-Uzu)
TABLA X
Población reagrupada
Población Población Proporciones
rural agrícola Población respecto
de la población
rural agrícola
Departamento de
585.000 558.000 240.000 41 % 43 %
Orléansville
Región de Argel
( departamentos
de Argel, Médéa, 2.440.000 2.030.000 504.000 20 % 24 %
Orléansville y
Tizi-Uzu)
La reforma agraria
Se distribuyeron (o debían distribuirse) 10.205 hectáreas por me-
dio de las diferentes S.C.AP.C.O. del departamento y 1.370 por me-
dio de la CAP.E.R. ( en teoría, 231 familias dispondrían de tres a
cinco hectáreas de tierras de regadío, con una renta anual neta de
3.500 F) ; además de estas adjudicaciones de carácter definitivo, se
alquilaron o requisaron otras 5.300 en beneficio de los reagrupados.
A eso hay que añadir 43.400 árboles (olivos y cítricos) y 15 cen
tros de capacitación agrícola y otros grupos cooperativos.
En materia de reforma agraria, el departamento de Orléansvi
lle es claramente privilegiado, puesto que de 17.610 hectáreas ra
cionalmente roturadas en la región de Argel, 8.835 están en este
departamento, así como la tercera parte ( 10.205 hectáreas) de las
35.000 de la C.A.P.E.R., las diferentes S.C.A.P.C.O. y las S.A.P. de
la región. De 13 S.C.A.P.C.O. que había en la región, 7 estaban
en el Chelif; de 24 previstas, 10 corresponderían también a este
departamento.
Además de estas acciones, la C.A.P.E.R. preparaba 1.346 hec
táreas para posteriormente distribuirlas entre 170 familias del
departamento; también se había previsto que, en 1960, se adqui
rirían treinta propiedades con una superficie global de 8. 777 hec-
2 44 EL DESARRAIGO
La asistencia
La población del Chelif concentra sustancialmente la acc1on
realizada en la región, en concepto de asistencia otorgada a las
poblaciones desplazadas y necesitadas; los beneficios alcanzan a
38.500 personas (5.400 hombres, 1 0.050 mujeres y 23.050 niños) ,
esto es, el 1 6 % de la población reagrupada en el departamen
to y el 80,2 % de los reagrupados asistidos en la región ( 48.000
personas) .
EL CENTRO DE MATMATA
A 40 kilómetros al sur de Miliana (capital de distrito) , al sur de
Affreville, a 13 kilómetros de Puits, en la parte superior del ued
Deurdeur, siguiendo una barrera rocosa que estrecha brutalmen
te la llanura aluvial y ya anuncia los contrafuertes del Djebel Luh,
el reagrupamiento de Matmata ocupa la granja Rideyre, no lejos
del mercado tradicional de la tribu de los matmata, punto de en
lace entre la gente de la llanura (los beni-fathem) y los montañe
ses de Djebel Luh y de Tighzert.
ULE D- M E HDI
m lBm s
BRERI
El
: IJ }
/lj GJ 8 0
m
· tt, i M Z E T
f Cil © , , , :/
: rJJ O O
M E H A O U/ =/ /
lil :{
/
Ji ·i1: !
Jm ....J
� ,
18 · ml ..
!;
ª'
• •• ..
a . ........ • • •Pl •aza
lca �día O :•..C:] "'fuen te
,
circulo fememno t:J I
vee duría
ULE D-HAFFIF
h ogar de j óve'ne O p roveeduría
., ¡ 7
�
,, :,
a g
aa
D L A G H u A T I= � eroveedu ría
a . ·; �
.• .,
a �--
café
R
mo risco
u a O
0 «¡> 0
café
O cp
cO p oveedu ía
r r
■
euevo pozo
□
Reagrupados provenientes del aduar Tighzirt
O Espacios públicos
Alam brc de púa
Zona destruida por un incendio
El reagrupamiento de Matmata
246 EL DESARRAIGO
Localización
El nuevo habitat está implantado en una propiedad alquilada; no
se han adquirido las 6 hectáreas necesarias para la creación del
poblado definitivo que, según las previsiones de las autoridades,
debe llegar a ser el centro comunitario de Ued Djamaa (en sep
tiembre de 1960, todavía no se había implementado procedimien
to alguno de expropiación o de compra).
La zona prohibida, lindera al reagrupamiento, separa de modo
tajante a la población de la montaña respecto de sus antiguos do
minios y la confina a un perímetro extremadamente reducido;
así, la orienta hacia la llanura, es decir, hacia Affreville y hacia los
fundos de colonización.
Distintas sendas permiten abastecer al reagrupamiento, pero
-sin excepción- en invierno son impracticables debido a las cre
cidas del ued Deurdeur que cruza ese emplazamiento; así, impedi
do de cualquier comunicación, el centro permanece aislado buena
parte del año, durante los períodos de lluvia. La vía más importante
une directamente el reagrupamiento con la ruta departamental de
Affreville; al igual que ella, cinco sendas secundarias tienen su punto
inicial allí, en Matmata (se dirigen hacia Uled Sida, hacia la escuela
de Ain Berrecem, hacia el sur como prolongación del camino veci
nal nº 5 -la «senda del Presidente»- y por último la «senda B»).
La dotación
La S.A.S. y los demás servicios administrativos, civiles y militares
están instalados en los edificios de la antigua granja. La fuente
LOS REAGRUPAMIENTOS DEL VALLE DEL CHELIF 2 4 7
El habitat
Dos años después de su implantación, la población seguía vivien
do en chozas de adobe; no había construcciones en materiales
sólidos, durables, a no ser los edificios del antiguo fundo. La
inundación y el incendio que han diezmado al reagrupamiento
--durante la primavera de 1960 y el verano de ese mismo año,
respectivamente- han destruido por completo la hilera de cho
zas: el fuego ha quemado las de 24 familias, a las cuales se ha
debido refugiar bajo tiendas de lona. Estos dos riesgos impiden la
implantación definitiva del centro en los sitios que actualmente
ocupa, a menos que se avance en la realización de trabajos im
portantes y onerosos: desvío del curso de agua, consolidación del
terreno, conformación de una cubierta vegetal para reducir las
amenazas de posibles incendios. Otra solución que se ha encara
do consistía en situar el reagrupamiento más lejos del curso de
agua y en la ladera de la colina. Tres años después del reagrupa
miento de poblaciones (primavera de 196 1 ), todavía no se había
adoptado decisión alguna.
Empko
El problema más grave, desde luego, es el empleo para unos 450
hombres en edad activa. Por intermedio de la S.A.P. de los braz
(Miliana), se han alquilado 650 hectáreas de tierras para cereales;
estas rinden a razón de un quintal por hectárea, en beneficio de
los reagrupados. La granja Rideyre sigue empleando a 6 cuadrillas
248 EL DESARRAIGO
TABLA XI
Efectivos Proporciones
hombres mujeres total %H %M %Total
Menos de 15 años 670 650 1.320 58,5 54,0 56,2
De 15 a 20 años 40 44 84 3,5 3,6 8,6
De 20 a 30 años 1 40 141 281 1 2,2 1 1 ,7 1 1 ,9
De 30 a 40 años 80 1 29 209 6,9 10,7 8,9
De 40 a 50 años 89 96 1 85 7,7 7,9 7,8
De 50 a 60 años 68 80 148 5,9 6,6 6,2
De 60 a 70 años 42 37 79 3,6 3,0 3,3
De 70 a 80 años 14 24 38 1 ,2 1 ,9 1 ,5
Más de 80 años 1 2 3 - - -
Total 1 . 1 44 1.203 2.847 1 00 1 00 100
das pertenecen a la gran tribu de los matmata: los hamzat, los uled
mehdi y los zebala; la farqa de Tighzirt se confunde con el ex aduar
homónimo; la farqa de los Meherza, cuyas tierras están situadas en
la llanura (en todos los casos), está separada del reagrupamiento
apenas por media hora de caminata. Las restantes Jarqat (especial
mente las del Djebel Luh: farqa de los laghuati y de los uled mehdi)
tienen su respectivo terreno a distancias que no podrían zanjarse
en menos de tres horas de caminata (entre 15 y 20 kilómetros) .
Además, l a situación d e l as distintas Jarqat reagrupadas varía e n fun
ción de su origen y de su lejanía respecto del reagrupamiento. Por
supuesto, las más desfavorecidas son las de montañeses del Djebel
Luh, que dejaron atrás tantas más selvas que tierras cultivables y
que debieron destruir sus casas antes de evacuarlas, para que no
sirviesen como refugios; entretanto, la gente de Meherza pudo con
tentarse con cerrar las puertas de sus moradas.
EL CENTRO DE DJEBABRA
Este centro reagrupa a las poblaciones dispersas del ex aduar El
Hammam, vale decir, sobre todo de las Jarqat Djebabra y Merdja.
El principal enclave de la comuna es Hammam Righa, ciudad de
colonización del distrito de Miliana. Por ende, el centro no es una
entidad comunal autónoma.
Localización
El nuevo habitat está implantado en el sitio conocido como Draa
Driyas, a ambos lados de la línea (Ued Djer - Dada Mimun) que se
para los antiguos territorios de las farqat de Djebabra y de Merdja;
a 4,5 kilómetros al noreste de Hammam Righa y a poco más o
menos de 1 kilómetro de la ruta nacional Affreville-Bourkika, a
la cual está unido por una senda que comienza en el «Ravin des
Voleurs» [Barranco de los Ladrones].
Ocupa una superficie de 5 hectáreas, que de modo indiviso per
tenece a cuatro grandes familias. Se había encarado un trámite de
expropiación. Se estimaba que esas tierras equivalían a 600 F por
hectárea.
250 EL DESARRAIGO
t
filIII
Esc uel a
J
·· ···--
···
•. ....•·
Enfermería Q;
de primaria
O ¡
III1IIII] � ... [}:I
/ Cisterna
-=====-
[! --
Chozas del reagrupamien to:
Jam;\a [esp acio de l a anmblu comunal]
Familias de la Jarqa Mcrdja Fuente
•
Fam i lias de l a Jarqa Djcbabra Alambre de púa
Familias de distintu Jarqal llincra ,-i os seguido, gcncra.lmcotc
por los moradores de la, choza,
Datación
El sitio del reagrupamiento definitivo se decidió en enero de
1959: a vuelo de pájaro, se nota que toda la población que se dis
persaba por 3 o 4 kilómetros a la redonda de ese punto había
sido objeto de desplazamientos y de instalaciones provisorias en
enclaves improvisados y en condiciones extremadamente preca
rias. Los primeros trabajos de implantación comenzaron en Draa
Driyas durante el verano de ese mismo año.
LOS REAGRUPAMIENTOS DEL VALLE DEL CHELIF 2 5 1
t"l
t""
t:,
t"l
Efectivos Proporciones "'
Grupos etarios >
hombres mujeres total %H %M % Total
�
Menos de 1 5 años 212 205 417 47,3 4 1 ,3 44,1
§
De 15 a 20 años 30 28 58 6,7 5,6 6,1
De 20 a 25 años 40 41 81 8,9 8,2 8,5
De 25 a 30 años 39 45 84 8,7 9,0 8,6
De 30 a 35 años 28 36 64 6,2 7,2 6,7
De 35 a 40 años 19 25 44 4,2 5,0 4,6
De 40 a 45 años 18 30 48 4,0 6,0 5,0
De 45 a 50 años 11 22 33 2,4 4,4 3,4
De 50 a 55 años 12 15 27 2,6 3,0 2,8
De 55 a 60 años 10 24 34 2,0 4,8 3,6
De 60 a 70 años 17 15 32 3,8 3,0 3,3
De 70 a 80 años 10 10 20 2,0 2,0 2,0
Más de 80 años 2 o 2 - - -
Total 448 496 944 1 00 1 00 1 00
Apéndice 111
Un aspecto de la
descampesinización
EL DESCUBRIMIENTO DE LA ENFERMEDAD
más dado a la comida que un fellah', ¡lo que podía llegar a comer!
Ahora apenas se toca el alimento, a fuerza de delicadeza . . . ,.
«Por lo general, antes uno "se olvidaba", no daba gran impor
tancia a su propia persona; las gentes de ahora "acarician a su
propia persona". Uno se ponía enfermo, y entonces se acostaba;
mejoraba, se levantaba, sin más. »
«La enfermedad la han traído los trabaj adores de Skikda
( Philippeville) y Annaba (Bona ) . Volvían con fiebre; a más de
uno lo han tenido que traer en camilla ( thíiarishth) . Perdían el
conocimiento y estaban acostados durante tres o cuatro meses.
Estos fueron los primeros enfermos. Entonces supimos lo que era
t 'ifus (el tifus). Luego vinieron los enfermos de Francia; de ellos
se decía: "Los ha golpeado el frío". Éstos volvían enflaquecidos,
tosían y ocultaban su mal, estaban m 'frutrini ( [ <fr. poitrinaires] , hé
ticos). Estos enfermos no guardaban cama, seguían trabaj ando
mientras podían; a veces se curaban, otras iban tirando hasta que
ya no podían más y morían. Su agonía era fácil; languidecían y se
extinguían muchas veces con todo su espíritu. »
«Por el contrario, los moribundos de antes penaban, su ago
nía era lenta, podía durar una noche y un día o dos noches y un
día. La muerte los "asaltaba siempre por la palabra", se volvían
mudos. Todo el mundo tenía tiempo de verlos por última vez.
daban tiempo a los parientes para reunirse y preparar el entierro.
Para facilitar su agonía se hacía limosna, se daba a la comunidad
un árbol, casi siempre una higuera situada al borde del camino.
Los frutos de este árbol no se recogían, y se dejaban a los pobres
y viajeros ( shajra usufagh: el árbol de la salida, shajra n 'esadhaqa. el
árbol de la limosna. . . »
«¿Quién está enfermo ahora? ¿Quién tiene buena salud? Todo
el mundo se queja, pero nadie guarda cama, todo el mundo corre
a ver al médico. Todos conocen su enfermedad. Yo soy incapaz de
decir si mi mal está aquí o allá. Todo lo que sé es que tengo mal el
corazón [ lleva su mano hacia la parle alta del vien�] . Primero fueron
los hombres, los ex obreros de Francia, los que comenzaron a ir al
médico, después las mujeres, al final los niños. Las mujeres y los
niños sólo desde que comenzó esta guerra, desde que los militares
dan pinchazos [inyecciones] y llevan los enfermos al hospital. »
256 EL DESARRAIGO
« ¡Al hospital, y con eso está todo dicho! ¡El hospital, que an
tes era un insulto, la mayor desgracia y el mayor deshonor! "¡Oh,
rostro de (quien está en el) hospitall ¡Tú eres aquel que será co
mido en el hospital, el que terminará sus días en el hospital! " El
hospital era la vergüenza de la familia del enfermo. ¿Quién habría
consentido, como hoy, separarse del enfermo? Se decía que allí
se mataba a los enfermos, se les colocaba en una tabla inclinada
y jabonosa y se les dejaba resbalar hasta el mar. Yo he visto ahora
el hospital, ¡ todo es blanco! Todos los hospitales están llenos, uno
espera su tumo para ir al el hospital; uno suplica para poder in
ternarse y quedarse. Las mujeres insisten y perseveran más que los
hombres, desde que han tenido conocimiento del médico y los
pinchazos; corren tanto o más que cuando iban en busca de algún
t 'a/,eb [sabio, facultativo] célebre o hacia un lamqam (mausoleo de
un santo) en el que tenían fe. »
«No bien hay un enfermo en la familia, se aconseja o se repro
cha: "¿No le habéis llevado al médico? ¿No le habéis comprado
ningún medicamento?". Como antes, sí, antes se decía: "Llevad
lo a que lo escriba tal t 'al,eb, o aplicadle tal preparado". ¿Acaso
a los enfermos de ahora los cuidan sus allegados más particu
larmente que a los de antes? Estamos viendo aparecer nuevas
costumbres. »
«En el origen de estas costumbres está Francia. 2 Marchan de
aquí (Argelia) delgados, enclenques, con mal aspecto. No hay
nada (bueno) que ver en ellos; pero antes tenían buen porte, no
conocían la enfermedad, se avergonzarían de decirse enfermos
y, si lo estaban, lo ocultaban. Vuelven de Francia gordos, mofle
tudos, con buenos colores, fuertes, sólidos, pero enfermos. No
trabajan, no comen, se les da dinero por eso. Una enfermedad
como esa de guardar cama, no trabajar y ganar dinero, ¡a más de
uno le gustaría que fuera incurable! Basta ver cómo palidecen
sus semblantes cuando el médico les anuncia que están curados y
que ya pueden ir a trabajar; vuelven a enfermar de un momento a
otro, y enseguida recuperan su mal color, en cuestión de un día. »
latach [un ataque] , otros tienen labsi [un absceso] que puede «vol
ver» adentro [reabsorberse] o puede iklati [estallar, del fr. éclater]
afuera. Dos muchachitas han tenido la valentía de hacer albarasiyu
[ «operación » , por antonomasia] y operaciones más delicadas que
labandisit ' [apendicitis] o la ablación de bocio (que han sido las
primeras) . La benjamina de las enfermedades es lanshin [angi
nas] -ni hablar de thajanaqth [transfusión de sangre]-: requie
re que el paciente se haga quitar alfijit 'asiu. Thinagist [punzada
abdominal] dejó de llamarse de ese modo; entre los hombres, se
vuelve buwandikut ' [<point de cote1 . Ya no hay quien se contente
con laftr.it ' [visitar, ver en el consultorio] al médico: se le pide que
pase [dé sesiones de, aplique] radiyu, radiuyskub [radioscopía]
que es la «radio de los ojos» , o radiyugraf [radiografía] que es la
«radio con foto» ( aradiyu as lafutu) . A la vez, uno se hace z.analiz.
[distintos estudios, análisis] en laburatuwar [el laboratorio] y por
eso se alegra de tener «sangres fuertes» ( sahan idhaman) o, por el
contrario, diagnostica su mal diciendo que «las sangres se arruina
ron» o «se mezclaron» ( ajasran idhaman, jalt 'an idhaman) . Los más
enterados hablan de gl,ubul [glóbulos] e incluso añaden rush [ro
jos] o bla [blancos] . Se esperan los rizulta [resultados, informe]
de una iksbirtiz. [<expertise, revisión médica] o de un kuntrul [con
trol] , se solicita una kuntrjizit ' [ <conm-visite, «segunda opinión»
médica] cuando el médico «quita» o «rompe» lakis [ va más allá
de la cobertura prevista por el seguro de salud] . Según se sabe,
para tener lanfalid [certificado de invalidez] hay que estar rifurmi
en 66 bursa [baldado en un 66 % ] , que en el caso de una mujer
basta 40 bursa [ un 40 % ] . Se hace diferencia entre lanfaliditi-jiniral
[invalidez total, «general» ] y lanfalid-brubursiyunal [invalidez par
cial, «proporcional» ] . Un buen médico es aquel que extiende un
buen sartafika [certificado] . El sbisiyalist ' [especialista] -vale de
cir, el tisiólogo- es el mejor médico, ya que siempre concede la
lungmaladi [licencia por enfermedad prolongada; desde luego, la
tuberculosis] y eso es algo que lakis lasurans [ el seguro social de sa
lud] siempre terne; una prueba al respecto es que sólo cada seis o
nueve meses cita al enfermo para ligzama [examinarlo, revisarlo] .
Apéndice IV
Las dos sintaxis