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LA INFANCIA
      :
 ; Philippe Aries (1914-1984)
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  a La actitud de los adultos frente al niño ha cambiado mucho en el curso de la
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     m Historia y, ciertamente sigue cambiando hoy día ante nuestros ojos !in
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   i   t embargo esos cambios han sido tan lentos e im"erce"tibles #ue nuestros
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  a  n contem"or$neos no se han dado cuenta de ellos %en la actualidad, ya #ue
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todo se mue&e a"resuradamente, se notan mejor' (n otros tiem"os, esas
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  e mutaciones
mutaciones no se distinguían
distinguían de los datos constantes
constantes de la naturale)a
naturale)a** las
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  o   d eta"as de la &ida humana se identi+caban, de hecho con las estaciones No
  m  a
  a   í
  r   r es #ue el hombre estu&iese com"letamente inerme en su enfrentamiento
   :  a
   3 con la naturale)a, "ero no estaba en condiciones de inuir en ella e-ce"to
con inter&enciones mínimas, modestas y an.nimas #ue resultaban e+caces
s.lo "or#ue se re"etían durante mucho tiem"o/ el obser&ador s.lo "odía
descubrirlas en el momento en #ue se acumulaban tamo #ue su densidad
las hacía e&identes Con 0l niño, "ues, ha sucedido lo mismo #ue con la
agricultura/ no se "uede hablar de re&oluci.n de la infancia, como no se
"uede hablar de re&oluci.n agrícola, aun#ue tambi0n se haya intentado
hacerlo
arece #ue la historia del niño, como la de la familia, en la antig2edad
romana, se &io com"licada durante mucho tiem"o "or una "roblem$tica
noci&a/ el llamado tr$nsito de la familia gentilicia a la familia nuclear %los
historiadores de la (dad 3edia y de la era moderna han señalado el mismo
contra
contrasen
sentid
tido'
o' ara &erlo
&erlo con mayor
mayor clarid
claridad
ad es "refe
"referib
rible
le es"era
es"erarr los
resultados de las in&estigaciones de 4eyne y de 3anson No obstante, ya se
"ueden formular algunas obser&aciones !e sabe #ue el niño romano reci0n
nacido se lo "osaba en el suelo Corres"ondía entonces al "adre reconocerlo
cogi0ndolo en bra)os* es decir, ele&arlo %ele&are' del suelo/ ele&aci.n física
#ue
#ue en sent
sentid
ido
o +gur
+gurad
ado,
o, se ha con&
con&er
erti
tido
do en criar
criarlo
lo !i el "adr
"adre
e no lo
5ele&aba5 al niño 0ste era abandonado, e-"uesto ante la "uerta, al igual
#ue sucedía con los hijos de los escla&os cuando el amo no sabía #u0 hacer
con ellos
6!e debe, "ues, inter"retar a#uel gesto como una es"ecie de "rocedimiento
de ado"ci.n, seg7n el cual no se ace"taba al niño como un crecimiento
cuales constituía un nada, un nihii destinado a desa"arecer, a no ser #ue se
le reconociere mediante una decisi.n ree-i&a del "adre8 La &ida le era
dada
dada dos
dos &ece
&eces,
s, la "rim
"rimera
era cuan
cuando
do salí
salía
a del
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&ientr
tre
e de la madr
madree y la
segunda cuando el "adre lo 5ele&aba5 (s tentador %relacionar este hecho
con la frecuencia con la #ue se "roducían las ado"ciones en 9oma !eg7n
4eyne, en realidad los la)os sanguíneos contaban mucho menos #ue los
&ínculos electi&os, y cuando un romano se sentía mo&ido a la funci.n de
"adre "refería ado"tar el hijo de otro o criar el hijo de un escla&o, o un niño
aban
abando
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"or una
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elecci.n, mientras #ue a los otros se les abandonaba/ se mataba a los hijos
no deseados de los escla&os, o a los niños libres no deseados "or las m$s
di&e
di&ers
rsas
as ra)o
ra)one
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s.lo a los
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adulte
terio
rio Así,
Así,

1
Augusto hi)o abandonar reci0n nacidos a las "uertas del "alacio im"erial E
4eyne señala #ue el abandono de los niños desem"eñaba entre los romanos
la funci.n #ue entre nosotros tiene el aborto
or otra "arte, a la &ista de cuanto se sabe sobre la historia de la familia del
niño y de la anticonce"ci.n, se "uede ad&ertir una correlaci.n entre los tres
factores siguientes/ lo ele&ado del niño en el momento del nacimiento* la
"r$ctica, muy difundida, de la ado"ci.n, y la e-istencia del infanticidio La
se-ualidad se encuentra, "ues, se"arada de la "rocreaci.n La elecci.n de
un heredero es &oluntaria Los sub"roductos del amor, sea conyugal o no lo
sea, #uedan su"rimidos
(sa situaci.n cambi. a lo largo de los siglos II y III, "ero no "or m0ritos al
cristianismo/ los cristianos s.lo se a"ro"iaron de la nue&a moral A"arece
entonces un modelo distinto de la familia y el niño !e le reconoce
f$cilmente en las l$"idas funerarias italianas y galo@romanas, en las #ue se
re"resenta a los c.nyuges junto con sus hijos/ los es"osos re"iten
e-actamente el gesto ritual de las nu"cias, la de-trarum junctio, cogi0ndose
de la mano derecha
A "artir de ese momento, el matrimonio asume una dimensi.n "sicol.gica y
moral #ue no tenía en la 9oma m$s antigua* se e-tiende m$s all$ de la
&ida, a la muerte, como demuestra el hecho de #ue re"rodu)ca la
simbología sobre la tumba La uni.n de los dos cuer"os se hace sagrada, al
igual #ue los hijos #ue son el fruto de ella Los &ínculos naturales camales y
sanguíneos son m$s im"ortantes #ue las decisiones de la &oluntad (l
matrimonio es m$s im"ortante #ue el concubinato, el nacimiento #ue la
ado"ci.n
!e inicia entonces un largo "eriodo #ue termina en nuestra 0"oca, en la #ue
el concubinato y la ado"ci.n recu"eran una funci.n #ue habían "erdido tras
la gran transformaci.n "sicol.gica del siglo III
!e había su"erado una eta"a notable ero el matrimonio, #ue "re&alecía
sobre otras formas de uni.n libre, era un matrimonio monog$mico
3onogamia, este ti"o de uni.n estable y res"etada se "arece a la situaci.n
&igente actualmente en los "aíses musulmanes
ara #ue se con&ierta en la familia occidental de hoy %como se "resenta
actualmente, a "esar de las contestaciones' es necesario añadirles la
indisolubilidad, #ue sí se im"uso bajo el inujo de la Iglesia, "ero tambi0n,
"robablemente, gracias al consenso de la "ro"ia comunidad, sobre la #ue la
Iglesia y el (stado, hasta el siglo I a"ro-imadamente, tenían "oco "oder en
lo referente a la &ida "ri&ada %y el matrimonio ha sido durante mucho
tiem"o un hecho de la &ida "ri&ada'
La indisolubilidad consagraba una e&oluci.n antigua, "recristiana, del
matrimonio, en el sentido del refor)amiento de los elementos biol.gicos,
naturales, en "erjuicio de las inter&enciones de la &oluntad consciente y de
la mente l7cida !e sustraía la "rocreaci.n a la elecci.n y se la dejaba a la
naturale)a, a una naturale)a creada "or <ios No es de sor"render #ue el
matrimonio se con&ierta entonces en un sacramento, aun#ue siga siendo
un hecho de la &ida "ri&ada (n esas condiciones, la "rocreaci.n ya no
estaba se"arada como en tiem"os de los antiguos romanos, de la

1
se-ualidad/ el coito se había con&ertido en acto de "lacer, "ero tambi0n de
fecundaci.n
Como ha demostrado <uly, en un castillo del siglo , o del I, la cama del
señor y de su dama era el lugar m$s im"ortante del domus !in duda s.lo
había un solo lecho, el de los señores, el 7nico no desmontable* las camas
de los dem$s ocu"antes de la casa eran sim"les camastros <e esto #uedan
tra)as en el hogar burgu0s contem"or$neo, donde im"era 5la cama de
matrimonio5
(l día de la boda, el s0#uito acom"añaba a los es"osos hasta la cama La
bendici.n del lecho "ara #ue fuese fecundo fue seguramente la "rimera
inter&enci.n del sacerdote en la ceremonia nu"cial (n a#uellos remotos
tiem"os, los nacimientos su"onían &erdadera ri#ue)a, esa #ue "ermitía
dominar sobre los dem$s (s necesario #ue esto se entienda claramente,
"or#ue la im"ortancia entonces reconocida a la fecundidad &a a ser
determinante "ara las culturas occidentales y &a a "re"arar a muy largo
"la)o la funci.n y #ue desem"eñar$ el niño
(l nasciturus ya no era el fruto del amor #ue se "odría e&itar con alguna
atenci.n y sustituir con &entaja mediante una elecci.n, con la ado"ci.n,
como sucedía en la 0"oca de los antiguos romanos (l hijo se con&ierte en
un "roducto indis"ensable, en cuanto #ue es insustituible (n el siglo 4I
em"ie)an, y durar$n mucho, tiem"o duros, en los #ue las ciudades se
contraen y se forti+can, se erigen castillos, y en los #ue di&ersos &ínculos de
de"endencia sustituyen a las relaciones de derecho "7blico e-istentes en la
"olis antigua y en los estados griegos/ &ínculos de lealtad "ersonal,
com"romisos de hombre a hombre (l "oder de un indi&iduo ya no de"ende
de su rango, del cargo #ue ocu"a, sino del n7mero y de la lealtad de su
clientela, la cual se confunde con la familia, y de las alian)as #ue se "uedan
establecer con otras redes de clientelas
(stos &ínculos "ersonales se sancionan con un simbolismo fastuoso %la
ceremonia del homenaje' #ue hace "resa en los $nimos A "esar de todo, la
+delidad m$s segura es la de la sangre, la del nacimiento (so &ale "ara los
&arones/ el "rimog0nito garanti)a la continuidad del a"ellido* los hijos
menores colaboran con todos sus medios %cuando no salen huyendo' (so
&ale tambi0n "ara las hembras, #ue en a#uella sociedad a"arentemente
&iril, constituyen una im"ortante moneda de intercambio en las estrategias
"ara e-tender y refor)ar las alian)as
<e ese modo, los la)os sanguíneos @tanto legítimos como ilegítimos@
ad#uieren un &alor e-traordinario Hacen falta hijos, muchos hijos, m$s de
lo #ue "arecería necesario, "or#ue hay #ue constituir una reser&a a la cual
recurrir en el caso, frecuente, de incidentes y de mortalidad
(sta actitud tendr$ como consecuencia la re&alori)aci.n de la fecundidad,
así como la indirecta y ambigua re&alori)aci.n del niño
La re&alori)aci.n de la fecundidad* una familia "oderosa, era
necesariamente una familia numerosa, "or su"uesto en los castillos, "ero
tambi0n sin duda en las cabañas, "ara garanti)ar la seguridad y la mano de
obra (ste culto a la fecundidad se e-"lica f$cilmente en un mundo lleno de
incertidumbre y a7n "oco "oblado, "ero sor"rende #ue se haya "er"etuado
en un mundo su"er"oblado y seguro Las clases "o"ulares, #ue tu&ieron
#ue sufrir sus consecuencias, fueron las 7ltimas en abandonarlo
1
 E &ice&ersa, a medida #ue se re&alori)aba la fecundidad @legítima e
ilegítima@ se recurría cada &e) menos a la ado"ci.n (se fen.meno es tanto
m$s signi+cati&o cuanto #ue la sociedad medie&al y la moderna se han
&isto agobiadas "or la obsesi.n de la im"otencia y de la esterilidad (l "eor
male+cio #ue le "odía tocar a uno era #uedarse im"otente Incluso hoy, #ue
la fe en las &irtudes de la carne y de la sangre est$n en baja, las "arejas
#ue #uieren ado"tar niños %"or lo menos en Francia' se enfrentan a grandes
di+cultades* a esas di+cultades se las disfra)a de e-igencias cautelares,
"ero son "robablemente la consecuencia de antiguas a&ersiones
"rofundamente enrai)adas
9e&alori)aci.n %ambigua' del niño/ (l infanticidio se con&irti. en delito, est$
"rohibido abandonar a los reci0n nacidos, los cuales est$n rigurosamente
tutelados "or la ley %la de la Iglesia y la del (stado' Los infanticidios y los
abortos est$n se&eramente condenados y "erseguidos judicialmente Lo
#ue asombra no es tanto la 5criminali)aci.n5 del infanticidio, asimilado a un
homicidio, como la falsa resistencia #ue o"one la mentalidad "o"ular a esta
inno&adora asimilaci.n (n realidad, el infanticidio ha e-istido mucho
tiem"o bajo formas &ergon)osas en las #ue se "ueden constatar
su"er&i&encias de tiem"os en los #ue se admitía el abandono (l niño
desa"arecía &íctima de una desgracia #ue no era "osible e&itar/ caía dentro
de la chimenea encendida o dentro de una tinaja y nadie había "odido
sacarlo a tiem"o 3oría as+-iado en el lecho donde dormía con sus "adres
sin #ue 0stos se hubiesen dado cuenta Los obis"os de la Contrarreforma
sos"echaban #ue ni el "adre ni la madre estaban libres de cul"a, e hicieron
cuanto estu&o en sus manos "ara #ue los hijos durmiesen en un lecho
se"arado de los "adres %el uso de la cuna se instaur. tarde y estaba
limitado a las clases su"eriores/ se generali). gracias a estas "resiones,
#ue al "rinci"io tu&ieron una +nalidad moral y, m$s tarde, higi0nica'
 :oda&ía en el siglo 4III fueron acusados de brujería indi&iduos #ue
"enetraban en las habitaciones %"ero 6c.mo "odía suceder eso sin el
consentimiento de los amos de la casa8', e-"onían, a los "e#ueños, a las
llamas del hogar, y &ol&ían a "onerlos en el lecho, donde a "oco morían con
los "ulmones abrasados (ste era el destino reser&ado a los niños deformes
o in&$lidos, "ero #ui)$ tambi0n a los no deseados !i bien la fecundidad es
bien&enida y &enerada, no todo nacimiento es un fausto acontecimiento La
Iglesia debe inter&enir "ara obligar a los "adres a hacer bauti)ar
o"ortunamente a los reci0n nacidos y, ciertamente, es mucho des"u0s de lo
#ue consideran los estudiosos del folGlore cuando el bautismo se con&ierte
en ocasi.n de &erdadera +esta (n los comien)os "arece m$s im"ortante la
"uri+caci.n de la "arturienta
(s de creer #ue en los siglos 4II@4III, la mentalidad "o"ular hubiese
asimilado la condena del infanticidio, considerado como delito La
re&alori)aci.n de la fecundidad %la admirable familia numerosa' se había
difundido entre las clases m$s bajas "recisamente cuando las clases
acomodadas tendían a reducir los nacimientos y estimaban, en cambio, una
familia cada &e) menos numerosa
N.tese el car$cter ambiguo del antiguo infanticidio "o"ular/ era diferente
del aborto o del acto con el #ue la jo&en madre se desembara)aba del niño
tras el "arto, hecho igualmente frecuente, y se "arecía en cambio al

1
abandono #ue se "racticaba entre los romanos* en ambos casos, al niño le
#uedaba una "robabilidad de sal&arse
<esde el momento en #ue en la costumbre y entre los gru"os "ri&ilegiados,
la &ida del niño se con&ierte en &alor, el "ro"io niño se con&ierte en una
forma interesante y agradable, señal de la atenci.n #ue se le "reste (l
mundo griego, el romano, se e-tasiaba ante el cuer"o de los niños
desnudos/ tos efebos Los colocaba "or todas "artes, como Luis I4 en
4ersalles Los efebos rea"arecer$n en la iconografía del 9enacimiento (s
interesante, ejem"lar, la e&oluci.n del conocimiento del niño y de su
car$cter "articular en la antig2edad romana 3enos conocida #ue la #ue
luego tendr$ lugar en la era moderna y contem"or$nea, merece hoy una
mayor atenci.n
(s "robable #ue el romano tu&iese a su inmediata dis"osici.n m$s t0rminos
"ara designar al niño #ue el franc0s antiguo, em"e)ando "or infans, 5el #ue
no habla5 %distinci.n #ue, recordando lo #ue ya se ha dicho, no sería
necesariamente a su fa&or/ es el #ue "uede ser abandonado'* adem$s, la
"alabra se ha utili)ado durante mucho tiem"o como adjeti&o %seg7n
3anson, "uer infans' sada como sustanti&o a"arece m$s tarde* se la
encuentra en Cicer.n, e indica "robablemente el niño #ue no &a a la
escuela (l lenguaje "o"ular utili)aba el t0rmino "ar&us con connotaciones,
ora afecti&as ora negati&as/ lenguaje de nodri)as #ue demuestra, en
conjunto, el h$bito de jugar con el niño, actitud hoy llamada 5de mimo5, la
indiferencia en sus relaciones como si fuese un objeto y, "or 7ltimo, la
tendencia a e-tender la designaci.n m$s all$, de la &erdadera infancia
Las conclusiones %"ro&isionales' a las #ue llega 3anson demuestran #ue ha
habido una e&oluci.n del sentimiento, un descubrimiento de la infancia
!eg7n 3anson, de hecho, la "resencia del lactante es muy im"ortante en
laut. %en el círculo de las nodri)as', un "oco menos en :erencio %#uien
describe un "adre #ue sostiene en bra)os al hijo "e#ueño/ "uerum
tantillum' y casi ine-istente a continuaci.n, hasta mediados del siglo I/
Catulo cambia "or com"leto la imagen de la infancia/ a la imagen negati&a
%5est7"ido como un niño5' sustituye la ternura #ue e-"resa la deliciosa
escena del niño %"uer bimulus, 5niño de dos años5' acunado "or su "adre
Nace una nue&a sensibilidad, 0sa #ue en la 0"oca im"erial &a a ins"irar
numerosos e"ita+os en la #ue los "adres narran su triste)a "or la muerte de
un hijo, cuya edad se indica con "recisi.n/ tantos meses y tantos días !e
&uel&e así a la leyenda de las tumbas anteriormente citadas a "ro".sito del
matrimonio
La mayor sensibilidad hacia la infancia en 9oma no "uede se"ararse del
modo #ue se &alora el matrimonio Lo #ue se sabe de la Historia moderna
"uede inducir a un estudioso, no es"ecialista, de la antig2edad a a+rmar
#ue ese fen.meno tambi0n se deri&a del desarrollo de la educaci.n, a la
manera griega, de la escuela
!e llega entonces al conce"to de #ue la sensibilidad hacia la infancia, sus
"articularidades, su im"ortancia en el "ensamiento y en los afectos de los
adultos, est$ ligada a una teoría de la educaci.n y al desarrollo de las
estructuras educati&as, al 0nfasis en la formaci.n se"arada del niño, e
incluso del adolescente %la "andeia'

1
La infancia "erder$, a lo largo de la alta (dad 3edia y durante bastantes
siglos, la acentuada "eculiaridad #ue había ad#uirido en 9oma en la 0"oca
im"erial, de la cual es testigo el "uesto #ue ocu". en el arte y en la
decoraci.n !e dis"ensar$, mientras #ue, en cambio, la tendencia a
re&alori)ar y sacrali)ar el matrimonio no s.lo se mantendr$ sino #ue incluso
se &er$ refor)ada (s como si, m$s all$ de un cierto límite, los la)os
sanguíneos, #ue habían creado un es"acio a"arte "ara el niño, actuasen en
sentido contrario y redujesen ese es"acio arece como si el hombre de
"rinci"ios de la (dad 3edia s.lo &iese en el niño un hombre "e#ueño o,
mejor dicho, un hombre a7n "e#ueño #ue "ronto se haría @o debería
hacerse@ un hombre 4ol&ía a ser sin duda lo #ue había sido en la 9oma
re"ublicana, stultissima Fue necesario el atributo de di&ino "ara #ue el niño
 es7s, se librase de ella, atributo #ue res"landecía en el resto soberano de
la bendici.n (l <ios majestuoso no era un niño, a "esar de sus
dimensiones
La edad ya no es la de la infancia/ el t0rmino enfant, en franc0s antiguo, ha
"erdido el signi+cado de infans y tiene m$s bien el de muchachos de
constituci.n atl0tica, como el 5enfant 4i&ien5, el 5enfant =arnier5 el 5enfant
=uillaume5, ca"aces de reali)ar, desde la m$s tierna edad, gestas
e-traordinarias
La infancia Jno ya la del "uer bimulus sino una edad un "oco mayor@ se
confunde con la ju&entud/ no la de la adolescencia sino la de los hombres
 j.&enes y fuertes Los m$s "e#ueños #uedan sometidos a los mayores de
acuerdo con el modelo de la solidaridad hom0rica, de la solidaridad de
gru"o (l 7nico lugar en el #ue el niño ha conser&ado en "arte su antigua
"eculiaridad es el monasterio Al monasterio se le confían niños de tierna
edad y la regla de san Kenedicto "re&0 "ara estos min7sculos no&icios
"recauciones #ue "arecen casi anacr.nicas "ara a#uella 0"oca (n a#uellos
años era un chi#uillo, el futuro ar)obis"o de Chartres, cuando a"acentaba
en un "rado y "as. "or allí un maestro (l niño se hi)o escribir las letras del
alfabeto en su cintur.n
Como se &e, no se recorren todas las eta"as de la infancia %al menos, seg7n
la re"resenten los adultos' cuando el a"rendi)aje ha sustituido a la escuela
 E a la in&ersa, esas eta"as se han conser&ado @aun#ue muy "r.-imas unas
de otras@ cuando se ha conser&ado la escuela, en la comunidad de monjes o
de religiosos
(ste di&erso modo de tratar a los niños con+rma la correlaci.n
anteriormente a"untada a "ro".sito de la antig2edad, entre el conce"to de
infancia y la escuela
La infancia ha "ermanecido en la sombra durante bastantes siglos No es,
"ues, sor"rendente &erla 9ea"arecer en la 0"oca en la #ue la cultura escrita
y "or consiguiente la escuela, recon#uista sus derechos y se difunde a "artir
del siglo II, Ciertamente, en la escultura g.tica los $ngeles, como el de
9eims, y los obis"os son casi siem"re j.&enes adultos* la &eje) "arece
reser&ada a los santos del Antiguo y del Nue&o :estamento, a los "ersonajes
del otro mundo (n cuanto a la infancia, #ueda reser&ada "ara es7s niño,
"ero 0ste ya es un aut0ntico niño, a &eces en&uelto en "añales, y su madre,
reciente el "arto, se inclina sobre 0l y lo acaricia con afecto, el es7s niño
del arte g.tico desem"eña el "a"el del buer bimulus de Catulo Indica #ue

1
se ha su"erado la eta"a, #ue se redescubre la infancia La forma "e#ueña
inca"a) de crecer se ha con&ertido en una es"ecie de monstruo #ue en
bre&e ser$ objeto de di&ersi.n en las cortes "rinci"escas, al igual #ue los
animales e-.ticos y raros/ el enano
(n el inmenso esfuer)o "ara e&angeli)ar las )onas rurales em"rendido "or
las abadías benedictinas y "or sus "rioratos, con la fundaci.n de "arro#uias
ca"itulares, continuado luego "or la "redicaci.n de las .rdenes
mendicantes, el bautismo de los reci0n nacidos se con&ierte en una de las
funciones im"ortantes del sacerdote, una ra).n "ara situarlo en la &ecindad
"ara #ue "ueda llegar a tiem"o en caso de urgencia, ya #ue los seglares
eran reacios a suministrar ellos mismos el sacramenta (l bautismo deja de
ser colecti&o "or inmersi.n y "asa a ser indi&idual y "or as"ersi.n* adem$s
debía tener lugar lo antes "osible tras el nacimiento
La insistencia de la iglesia en este "unto @al igual #ue su lucha contra el
infanticidio demostraba la im"ortancia #ue daba al niño :ambi0n se
ad&ierte 0sta en las se&eras reglas de los manuales del confesor res"ecto a
la "rotecci.n a "restar al hijo, a su derecho a mamar la leche materna #ue
un nue&o embara)o "odría "oner en "eligro de agotamiento Con el
tiem"o, el hombre com7n descubría el alma, es decir, la "ersonalidad del
niño aun antes #ue su cuer"o
Los eclesi$sticos ya no eran los 7nicos #ue se indignaban "or el asesinato
de los niños, ya #ue el "ueblo había seguido sus huellas (s de notar #ue la
llamada &íctimas de los homicidios rituales de los hebreos eran niños, niños
"e#ueños, "ero tambi0n @señal de cu$n difícil era distinguir las di&ersas
eta"as de la infancia y de la adolescencia@ niños mayores, j.&enes
a"rendices (n los 3iracles de Notre@<ame del siglo 4I, los "rotagonistas,
los h0roes, son los niños, "ero algunos de ellos tienen #uince años
A"arecen ahí t0rminos #ue, no obstante una continua ambig2edad, e&ocan
la naturale)a "ro"ia de la infancia y el afecto de los adultos hacia ella n
5"e#ueñín5 #uiere com"artir su "an con el es7s niño de una imagen y llora
"or#ue no lo consigue 5No llores, chi#uitín @le dice es7s@, "or#ue t7
comer$s conmigo dentro de tres días5 (n a#uel mismo siglo I4, entre las
clases nobiliarias, los niños fallecidos tienen a &eces derechos a un se"ulcro
sobre el cual se les re"resenta en&ueltos en "añales (l hecho es a7n muy
raro, "ero se generali)ar$ en el siglo 4I
Ahora ya se ha su"erado el límite, ha sido descubierta la infancia/ y mucho
antes #ue el (mile de 9ousseau o del 4ersalles de Luis I4 Hubo un tiem"o
en #ue los historiadores tendían a creer #ue la sensibilidad hacia la infancia
no había cambiado nunca #ue era un elemento "ermanente de la
naturale)a humana, o #ue se remontaba al siglo 4III, al siglo de las luces
Hoy se sabe #ue ha tenido una gestaci.n larga y gradual, #ue ha surgido
lentamente en la segunda "arte de la (dad 3edia, a "artir del siglo II@III,
y #ue se ha im"uesto desde el siglo :4 con un mo&imiento en constante
"rogresi.n
(sa din$mica est$ e&identemente ligada al "roceder de la familia hacia una
mayor intimidad %"rí&acy', a la mejora de la escuela y al hecho de #ue esta
ha sustituido al a"rendi)aje tradicional
Interesa bastante notar c.mo desde el siglo 4 al 4III se ha re"roducido,
mutatis mutandis y con enormes diferencias de orden cultural, y a7n m$s

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de orden social %"or ejem"lo, la escla&itud, la situaci.n "sicol.gica de la
9oma de los "rimeros siglos de la era cristiana (n ambos casos, el im"ulso
"arece ser el mismo, la escolari)aci.n de la educaci.n, cuales#uiera #ue
hayan sido las formas, muy &ariables, #ue haya ado"tado Los signos
distinti&os de la infancia a"arecen, "or tanto, en la &estimenta de las clases
#ue est$n en condiciones de frecuentar la escuela, o #ue est$n
"arcialmente instruidas %noble)a de toga y burguesía "rofesional y
mercantil' !e trata de indicios #ue &ale la "ena obser&ar "or#ue es sabido
lo #ue eso signi+ca y los cambios #ue su"one
<urante mucho tiem"o no e-isti. en ning7n sector de la sociedad, alto o
baja, una &estimenta infantil, e-ce"to las fajas, una banda de tela #ue se
enrollaba alrededor del cuer"o, incluidos los bra)os, y #ue inmo&ili)aba
com"letamente al lactante de modo #ue hacía de 0l una es"ecie de
en&oltorio #ue se "odía colgar de la "ared o lle&ar a la es"alda
Liberado de las fajas, "ero a7n no destetado %el destete tenía lugar muy
tarde', al "e#ueño se le &estía como a un adulto, en las clases "obres &estía
los mismos andrajos* en las clases acomodadas lle&aba trajes de adulto
hechos a medida
A "artir del siglo 4I @y 0ste es un hecho muy im"ortante@ "recisamente en
las clases acomodadas, el niño &a a tener un modo "ro"io de &estir* esto se
re+ere sobre todo a los &arones, ya #ue a las hembras, e-ce"to en
determinados detalles, se las seguía engalanando como a las señoras Hay
#ue recordar #ue a +nales de la (dad 3edia los hombres ya han
abandonado la &estidura "or los trajes cortos, y a &eces bastante
indecentes, dejando a#uella "ara los magistrados %llamados "recisamente
hombres de toga' y "ara los sacerdotes %al menos en la Iglesia y en el coro'
A "artir del siglo 4I, los jo&encitos %así como los ancianos' lle&ar$n un
&estido/ "rimero, la &estidura de hombre de otros tiem"os, es decir, una
es"ecie de t7nica abotonada "or delante, y des"u0s, a +nales del siglo 4II,
un &estido #ue cada &e) se "arece m$s al de las mujeres, a tal "unto #ue
llega a ser id0ntico (ste uso se conser&ar$ en la burguesía francesa hasta
la guerra de 11D@11M, :odo esto, e&identemente, es un hecho bastante
curioso Al hacerse m$s intensa y m$s íntima la sensibilidad hacia la
infancia ha acabado %como en el mundo griego de la antig2edad' "or "oner
de relie&e los elementos @ya "ositi&os@ de ternura y de debilidad* 6C.mo
mostrar entonces, en nuestra cultura, esta 5ternura5 si no es con una
asimilaci.n a lo femenino8 !e &en, "ues, en retratos del siglo 4II,
muchachos con rasgos marcados, sin asomo de afeminamiento, &estidos
del mismo modo #ue las niñas
Hay #ue "reguntarse #u0 "iensan los "sicoanalistas con sentido de la
historia osiblemente esta 5moda de la &estidura5 res"onde a una m$s
fuerte o"osici.n a la homose-ualidad masculina de la 0"oca (n
com"ensaci.n, esa transformaci.n de la &estimenta infantil no ha afectado
a las clases "o"ulares (stas no han cambiado el modo de &estir a los niños
y han conser&ado seguramente casi todas las antiguas actitudes mentales
res"ecto a ellos, sobre todo lo #ue se ha de+nido como 5mimar5 !e jugaba
con el niño, incluso con su se-o, como se juguetea con un animal #ue &i&e
con la familia, un cachorro o un gato (ste sentimiento "odía llegar a hasta
ese afecto "rofundo #ue desgarra la muerte de modo cruel > "odía

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detenerse en la su"er+cie e ir acom"añado de la mayor indiferencia "or la
muerte infantil, suceso muy "robable en los "rimeros años %como, #ui)$,
entre las nodri)as de lauto'
 :ambi0n en las clases su"eriores se mimaba a los "e#ueños, sobre todo las
madres, las abuelas, e incluso los "adres, "ero cada &e) menos a "artir de
mediadas del siglo 4II %en Francia' E ello se debe al nacimiento de otro
ti"o de sensibilidad hacia la infancia, destinado a "erturbar la actitud de los
adultos frente al niño hasta el siglo  n sentimiento bifronte/ de un lado,
solicitud y ternura, una es"ecie de forma moderna de mimar, y del otro,
tambi0n solicitud, "ero con se&eridad/ la educaci.n Ea había 5niños
malcriados5 en el siglo 4II, mientras #ue dos siglos antes no se encontraba
ni uno solo ara 5malcriar5 a un niño hay #ue tener hacia 0l un sentimiento
de ternura e-tremadamente fuerte, y tambi0n es necesario #ue la sociedad
haya tomado conciencia de los límites #ue, en bien del muchacho, debe
obser&ar la ternura :oda la historia de la infancia, desde el siglo 4III hasta
nuestros días, est$ constituida "or una di&ersa dosi+caci.n de ternura y de
se&eridad
(n el siglo 4III, bajo la inuencia de 9ousseau y del 5o"timismo5 del siglo
de las luces, "arece haber "re&alecido la ternura %al menos en Francia' (n
realidad, tras esta a"ariencia e-terior había una gran rigide)/ los alumnos
de 3adame de =enlis no dis"onían de un minuto "ara ellos y sus juegos no
eran sino un "rete-to "ara im"artir lecciones de gram$tica o de moral Los
muchachos tenían #ue sufrir este condicionamiento, afable "ero im"lacable
(n el siglo I "re&aleci. la se&eridad %sobre todo en Inglaterra'/ tiene lugar
entonces el com"licado juego de la "edagogía, de la moral y del amor
artiendo de estas &ariables, un matem$tico "odría construir modelos (l
reci0n nacido, aun antes de hacerse niño #ueda liberado de las &endas #ue
lo tenían "risionero y embadurnado de orina y heces (n las clases
su"eriores se le re"resenta com"letamente desnudo, como el es7s niño de
otros tiem"os o el chi#uitín de os $lbumes de fotografía de +nales del siglo
I
6Liberado8 Asís se creía entonces, aun#ue hoy ya no se est$ tan seguro*
Louise :illy, estudiosa de la historia americana nos informa #ue se &uel&e a
las fajas %con una forma de com"romiso #ue deja fuera los bra)os' (n todo
caso liberado, admit$moslo, "ero no "or mucho tiem"o, ya #ue los hombres
y las mujeres "rogresistas habían em"e)ado a "rohibirle orinarse en la
cama en nombre de la lim"ie)a y de la higiene na &e) #ue había su"erado
esta eta"a @los m$s testarudos recibían a)otes y castigos de 5educadores5
e-as"erados =estaban ingeniosos mecanismos orto"0dicos "ara hacer
im"racticable la masturbaci.n or 7ltimo, tenía #ue sufrir en la Inglaterra
de las "ublic schools, en los con&ites y en los colegios, una disci"lina a7n
m$s rigurosa #ue la im"uesta "or las 5"edagogías5 del siglo 4II (sto
e&identemente, se a"licaba a los hijos m$s "ri&ilegiados de las clases
su"eriores, y muy 5ilustradas5, en las grandes ciudades
(n cambio, a la burguesía de "ro&incias, y m$s a7n a las clases "o"ulares y
a los medios rurales, esos re+namientos s.lo llegan en "arte, o no llegan en
absoluto Los "adres oscilaban entre el tradicional e-ceso de carantoñas y
las "ali)as (-iste una &astísima colecci.n de dibujos y caricaturas del siglo
I donde se &e a un muchacho #ue "one el grito en el cielo, a un "adre o a
un maestro fuera de sí #ue lo a)ota se&eramente ante una madre en

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l$grimas y un gru"o de com"añeros horrori)ados Las re&istas literarias
actuales %sobre todo las americanas' han "uesto de moda los artículos
sobre la familia feli) ero esta e-"lotaci.n de la iconografía del garrote
e-"lica m$s la actitud de hoy #ue la de ayer
!e "odría dibujar una geografía de los "aíses del l$tigo y del garrote
%es"ecialmente ingleses' y de los "aíses en los #ue domin. el 5solideo5 No
es t0rmino f$cilmente traducible a otros idiomas, "ero todos los niños
franceses lo conocen bien, incluso hoy día (s interesante la historia de este
t0rmino (l 5solideo5 era originariamente el gorro de los sacerdotes cuya
tonsura cubría y #ue "rotegía del frío la cabe)a ra"ada al cero (n franc0s
antiguo 5lle&ar el solideo5 signi+ca recibir las .rdenes (s "robable #ue los
gol"es en la cabe)a fuesen "ri&ilegio de los no&icios, de los escolares
con+ados a maestros tonsurados, #ue sustituían los gol"es de f0rulas %el
tro)o de madera o de cuero con el #ue a)otaba la mano del alumno rebelde
o distraído' o de fusta %la 5disci"lina5 mon$stica' (l t0rmino 5solideo5 es un
 juego de "alabras habitual entre los cl0rigos (so mismo se difundi. "ronto
en las familias, sobre todo entre las mujeres (l 5solideo5, con&ertido en
"esco).n es un gol"e suministrado a los niños* tu&o una gran a"licaci.n y
se introdujo Incluso en las aldeas francesas m$s retr.gradas de +nales del
siglo I* de 0l se tienen muchos testimonios, tanto de "arte de a#uellos
#ue lo han recibido como de "arte de los "sic.logos, "si#uiatras, "edagogos
y dem$s es"ecialistas actuales de la infancia, salidos de las facultades
5ciencias humanas5, #ue se sienten ante 0l conmo&idos e indignados
6(s #ue no ha sido el conocimiento del niño, junto al contem"or$neo del
5sal&aje5, la "rimera de las ciencias del hombre8 (s así como se estudi. a
"rinci"ios del siglo I el muchacho sal&aje descubierto e la )ona des0rtica
de A&eyon y recogido "or uno de los "rimeros 5"sic.logos5 (se mismo
sistema de amaestramiento dio luego lugar a la reeducaci.n sistem$tica de
los ciegos y de los sordomudos Los estudiosos de la infancia %no los
m0dicos, #ue eran m$s bien &alederos del trato se&ero y del castigo'
descubrieron en el siglo I #ue las amena)as, los castigos cor"orales, eran
in7tiles y enseñaron de acuerdo con el (miir de ean ac#ues 9ousseau, a
seguir las indicaciones la naturale)a infantil, a no o"onerse a ella, sino m$s
bien a utili)arla <urante mucho tiem"o no ejercieron ninguna inuencia
sobre los educadores ni sobre los "adres, #uienes estaban, con&encidos de
las &irtudes del ejercicio y del esfuer)o ero triunfaron m$s tarde, gracias al
"sicoan$lisis y a su r$"ida di&ulgaci.n en los treinta "rimeros años del siglo

Niños malcriados, niños gol"eados, tanto unos como otros dominaron el
siglo I y los comien)os del siglo  Hemos &isto, "ues, c.mo el niño salía
del anonimato y de la indiferencia de las 0"ocas remotas y se con&ertía en
la criatura m$s "reciosa, la m$s rica en "romesas y en futuro
<urante siglos, el fallecimiento de un muchacho fue una cosa sin
im"ortancia, algo #ue enseguida se ol&idaba* aun#ue la madre se
desgarraba de dolor, la sociedad no se hacía eco de su lamento y es"eraba
a #ue se calmase (-isten tumbas de niños en los siglos 4I y 4II, "ero son
"ocas y, sal&o unas e-ce"ciones %en Oestminster', no son fastuosas (n
cambio, en el siglo I, y en es"ecial a +nales de ese siglo, sobre todo en
los cementerios de la (uro"a meridional, las tumbas m$s lujosas, las m$s
"at0ticas, las m$s adornadas con +guras, son las de niños

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La muerte infantil, #ue durante mucho tiem"o fue "ro&ocada, y m$s tarde
ace"tada, ha llegado a ser absolutamente intolerable Pui)$ no nos damos
cuenta hasta #u0 "unto es reciente esta actitud !eñala una fase de+nida
de la sensibilidad, o al menos "ara mucho tiem"o, y no se "uede concebir
c.mo "odría retrocederse/ las m$s horribles im$genes de los e-terminios
na)is son a#uellas de los cad$&eres de niños, de a#uellos cuer"ecillos
es#uel0ticos y, al mismo tiem"o, hinchados (l hombre occidental ha
e-"erimentado el siglo 4III y en el I una re&oluci.n en la afecti&idad
#ue, ciertamente, no lo hace mejor, sino diferente !us sentimientos se
subdi&iden de otro modo, y, en "articular, se concentran m$s en el hijo (n
la "elícula Aga Au nom du F2hrer, entre las im$genes de matan)as de niños
hebreos, rusos, "olacos, etc, se intercalan otras conmo&edoras de
muchachos alemanes/ un "ueblo #ue ama a los niños
!in embargo, dentro de esta nue&a sensibilidad, se com"rueba entre 1@
1Q un cambio en la actitud de los occidentales hacia la infancia, cambio
#ue "odría ser "rofundo (l "e#ueño rey del siglo I, al #ue las familias
erigían fastuosos se"ulcros, era un raro muchacho, de una rare)a fruto de la
contrace"ci.n e+ca), aun#ue t$ctica ero la natalidad, incrementada en los
años del baby@boom %1D@1R', disminuye desde 1@Q, y el fen.meno
es general en >ccidente (ntre el baby@boom y la disminuci.n de la
natalidad de 1S a 1D había una diferencia de medios, "ero no de
moti&aciones A &eces disminuía la natalidad, a &eces aumentaba, "ero en
ambos casos la +nalidad consistía en conseguir una 5familia feli)5 y el futuro
bienestar de 1s hijos
A "artir de 1, la disminuci.n demogr$+ca ya no res"onde a las mismas
moti&aciones Ea no es child@oriented, como des"u0s de 1S o como el
incremento de los años de 1D a 1R, la imagen del niño ya no es
"ositi&a, como en el siglo I (n (stados nidos, donde "rinci"almente se
le ha rendido culto, es donde m$s e&idente es el reujo (n las
urbani)aciones "ara ancianos en Florida no se "ermite #ue residan j.&enes
(n otros lugares, las &i&iendas solo se al#uilaban a condici.n de #ue los
in#uilinos no tu&iesen m$s de dos hijos %actualmente eso es "oco "robable,
"ero es una cuesti.n de "rinci"io' (n ciertos establecimientos se "rohíbe la
entrada a los niños no acom"añados !in duda alguna, estas medidas se
e-"lican como consecuencia de &einte años de absoluta 5"ermisi&idad5* sin
embargo, no se tolerarían en otros tiem"os
(stos indicio @y e-isten otros@, no signi+can #ue se est0 &ol&iendo a 0"ocas
de indiferencia Hay un límite de sensibilidad #ue se ha su"erado
recientemente y demasiado a fondo "ara #ue sea "osible una &uelta atr$s
ero e-iste el riesgo de #ue, en la sociedad de mañana, el "uesto del niño
no sea el #ue ocu"aba en el siglo I* es "osible #ue se destrone al rey y
#ue el niño no siga concentrando en 0l, c.mo ha sucedido durante un siglo
o dos, todo el amor y la es"eran)a del mundo T

T (ste estudio a"areci. originalmente en el 4ol 4I de la (nciclo"edia


(inaudi en 1Q !e "ublica con autori)aci.n de (lnaudi du !euil

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