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Para otros usos de este término, véase Hades (desambiguación).
No debe confundirse con el dios de la guerra de la mitología griega Ares.
El reino de Hades[editar]
Artículo principal: Inframundo griego
En los antiguos mitos griegos, el reino de Hades es la neblinosa y sombría 2
morada de los muertos (también llamada Érebo), a la que iban todos los
mortales. La filosofía griega posterior introdujo la idea de que los mortales eran
juzgados tras su muerte y se los recompensaba o maldecía. Muy pocos
mortales podrían abandonar este reino una vez que habían entrado, con la
excepción de los héroes Heracles y Teseo. Incluso Odiseo en su nekyia3 llama
a los espíritus de los difuntos, en lugar de descender hasta ellos.
Había varias secciones en el Érebo, incluyendo el Elíseo, los Campos de
Asfódelos y el Tártaro. Los mitógrafos griegos no son totalmente consistentes
sobre la geografía del más allá. Un mito completamente opuesto sobre la otra
vida concierne al Jardín de las Hespérides, con frecuencia identificado con
las Islas de la Bendición, donde podían morar los héroes bendecidos.
En la mitología romana, la entrada al Inframundo localizada en el Averno, un
cráter cercano a Cumas, fue la ruta usada por Eneas para descender al reino
de los muertos.4 Por sinécdoque, «Averno» puede usarse como referencia a
todo el inframundo. Los Inferi Dii eran los dioses romanos del inframundo.
Busto de Hades. Copia romana en mármol de un original griego del siglo V a. C.; el manto oscuro es
un añadido moderno (Museo Nacional Romano).
En la mitología griega, Hades (el ‘invisible’), el dios del inframundo, era uno de
los hijos de los Titanes Cronos y Rea. Tenía tres
hermanas, Deméter, Hestia y Hera, así como dos hermanos, Zeus (el menor de
todos) y Poseidón. Juntos constituían los seis dioses olímpicos originales.
Al hacerse adulto, Zeus logró obligar a su padre a que regurgitase a sus
hermanos. Tras ser liberados, los jóvenes dioses, junto a los aliados que
lograron reunir, desafiaron el poder de los dioses mayores en la Titanomaquia,
una guerra divina. Zeus, Poseidón y Hades recibieron armas de los
tres Cíclopes como ayuda para la guerra: Zeus los truenos, Poseidón
el tridente y Hades un casco de invisibilidad. La guerra duró diez años y
terminó con la victoria de los dioses jóvenes. Después de esta victoria, según
un pasaje famoso de la Ilíada,6 Hades y sus dos hermanos menores, Poseidón
y Zeus, echaron a suertes7 los reinos a gobernar. Zeus se quedó con el cielo,
Poseidón con los mares y Hades recibió el inframundo, 8 el reino invisible al que
los muertos van tras dejar el mundo, así como todas las cosas bajo tierra. Fue
así como los tres hermanos se convirtieron en los dioses supremos de la
cultura griega.
Hades obtuvo su consorte definitiva y reina, Perséfone, raptándola, teniendo el
concepto del rapto varias interpretaciones simbólicas, en una historia que
conectaba los antiguos misterios eleusinos con el panteón olímpico en un mito
fundacional del reino de los muertos. Helios le dijo a la llorosa Deméter sobre
Hades «que no es un indigno yerno el soberano de tantos, que es de tu misma
semilla y sabes bien dónde vive y qué lote le tocó cuando se hizo el reparto
entre los tres hermanos...»2
A pesar de las connotaciones modernas de la muerte como maldad, Hades
tenía en realidad un carácter más altruista en la mitología. A menudo se le
retrataba más como pasivo que como malvado: su papel era a menudo
mantener un relativo equilibrio.
Hades reinaba sobre los muertos, con la ayuda de otros sobre los que tenía
completa autoridad. Prohibió estrictamente a sus súbditos abandonar sus
dominios y se enfurecía bastante cuando alguien lo intentaba, o si alguien
trataba de robar almas de su reino. Era igualmente terrible para quien intentaba
engañar a la muerte o cruzarla, como descubrieron
desgraciadamente Sísifo y Pirítoo.
Aparte de Heracles, las únicas personas vivas que se aventuraron en el
Inframundo fueron todas héroes: Odiseo, Eneas (acompañado por
la Sibila), Orfeo, Teseo y, en un romance posterior, Psique. Ninguno de ellos
estuvo especialmente satisfecho con lo que presenciaron en el reino de los
muertos. En particular, el héroe griego Aquiles, a quien Odiseo conjuró con una
libación de sangre, que dijo: «No me hables con dulzura de la muerte, glorioso
Odiseo. Preferiría servir como mercenario a otro antes que ser el señor de los
muertos que han perecido.»9
Culto[editar]
Hades, dios de los muertos, era un personaje temible para aquellos que aún
vivían. Sin prisa por encontrarse con él, eran reticentes a prestar juramentos en
su nombre. Para muchos, simplemente decir la palabra «Hades» ya era
espantoso, por lo que se buscaron eufemismos que usar. Dado que los
minerales preciosos venían de las profundidades de la tierra (es decir, del
«inframundo» gobernado por Hades), se consideraba que tenía también el
control de estos, y se referían a él como Πλουτων Plouton (relacionado con
‘riqueza’), de donde procede su nombre romano, Plutón. Sófocles explicaba el
hábito de referirse a Hades como ‘el rico’ con estas palabras: «el sombrío
Hades se enriquece con nuestros suspiros y lágrimas». Además, se lo
llamaba Clímeno (Κλυμενος, ‘célebre’), Polidegmon (Ρολυδεγμων, ‘que recibe a
muchos’) y quizá Eubuleo (Ευβουλεος, ‘buen consejero’ o ‘bienintencionado’), 10
todos ellos eufemismos que evolucionaron a epítetos.
Aunque era un olímpico, pasaba la mayor parte del tiempo en su oscuro reino.
Formidable en la batalla, demostró su ferocidad en la famosa Titanomaquia, la
batalla de los olímpicos contra los titanes, que entronizó a Zeus. Temido y
odiado, Hades personificaba la inexorable finalidad de la muerte: «¿Por qué
odiamos a Hades más que a cualquier dios, si no es por ser tan adamantino e
inflexible?», se preguntaba retóricamente Agamenón.11 No era sin embargo un
dios malvado, pues aunque severo, cruel y despiadado, era justo. Hades
gobernaba el Inframundo y por ello era con mucha frecuencia asociado con la
muerte y temido por los hombres, aunque la personificación real de esta
era Tánatos.
Cuando los griegos apaciguaban a Hades, golpeaban sus manos contra el
suelo para asegurarse de que pudiera oírles. 12 La sangre de todos los
sacrificios ctónicos, incluyendo los dedicados a Hades, goteaba a un pozo o
grieta en el suelo. La persona que ofrecía los sacrificios tenía que apartar su
cara.13
Sus pertenencias identificativas incluían un famoso casco, que le dieron
los Cíclopes y que hacía invisible a cualquiera que lo llevase. Se sabía que a
veces Hades prestaba su casco de invisibilidad tanto a dioses como a hombres
(como a Perseo). Su carro oscuro, tirado por cuatro caballos negros como el
carbón, siempre resultaba impresionante y pavoroso. Sus otros atributos
ordinarios eran el narciso y el ciprés, la Llave del Hades y Cerbero, el perro de
múltiples cabezas. Se sentaba en un trono de ébano.
El filósofo Heráclito, unificando opuestos, declaró que Hades y Dioniso, la
misma esencia de la vida indestructible (zoë), eran el mismo dios.14 Entre otros
datos, Kerényi señala que la afligida diosa Deméter rehusaba beber vino, que
es el don de Dioniso, tras el rapto de Perséfone, debido a esta asociación, y
sugiere que Hades puede de hecho haber sido un «seudónimo» para el Dioniso
del inframundo.15 Incluso sugiere que esta identidad dual puede haber sido
familiar a quienes entraban en contacto con los Misterios.16 Uno de los epítetos
de Dioniso era Ctonio, ‘subterráneo’.17
Representaciones artísticas[editar]
En el arte clásico, Hades es representado rara vez, salvo en cuanto al rapto de
Perséfone.18
Perséfone[editar]
Fuente de Proserpina en Poznan (Polonia), esculpida por Augustin Schöps.
Véase también[editar]
Enma
Pluto
Tánatos
Notas[editar]
1. ↑ Mike Dixon-Kennedy, siguiendo a Károly Kérenyi (1951; The Gods of the Greeks;
pág. 230), en Encyclopedia of Greco-Roman Mythology (1998; pág. 143): «su
nombre significa ‘el invisible’, un contraste directo con su hermano Zeus, que era
originalmente visto como representante del brillo del día»; Vyacheslav V.
Ivanov, Old Novgorodian Nevide, Russiannevidal’: Greek ἀίδηλος citando a Robert
S. P. Beekes, Hades and Elysion en J. Jasanoff, et al., eds. (1998) Mír Curad:
Studies in Honor of Calvert Watkins. Beekes muestra que la derivación de Thieme
desde *som wid- es semánticamente insostenible. Análogamente, la
palabra hebrea para la morada de los muertos, sheol, también significa
literalmente ‘invisible’. El Crátilo de Platón improvisa extensamente sobre la
etimología, con el personaje de Sócrates asegurando que el nombre del dios no
procede de aiedes(‘invisible’) como se cree comúnmente, sino de «su
conocimiento (eidenai) de todas las cosas nobles».
Viacheslav Ivánovich Ivánov (Вячеслав Иванович Иванов, 1866 -
1949): poeta, dramaturgo y filósofo ruso.
2. ↑ Saltar a:a b c d Himno homérico a Deméter.
3. ↑ Saltar a:a b Odisea xi.
4. ↑ Saltar a:a b VIRGILIO: Eneida vi.
5. ↑ Oráculos sibilinos i.101-3.
6. ↑ Ilíada xv.187–93.
7. ↑ Walter Burkert, en The Orientalizing Revolution: Near Eastern Influence on Greek
Culture in the Early Archaic Age (1992) pp. 90 y ss., compara esta única referencia
con el Atrahasis mesopotámico: «la estructura básica de ambos textos es
asombrosamente similar». El sorteo no era la versión
habitual: Hesíodo (Teogonía 883) declara que Zeus derrocó a su padre y fue
aclamado rey por los otros dioses. «Difícilmente haya en Homero otro pasaje que
se acerque tanto a ser una traducción de una épica acadia», concluye Burkert
(p. 91).
8. ↑ Poseidón dijo: «Yo obtuve por suerte habitar siempre en el espumoso y agitado
mar, tocáronle a Hades las tinieblas sombrías, correspondió a Zeus el anchuroso
cielo en medio del éter y las nubes; pero la tierra y el alto Olimpo son de todos.»
(Ilíada xv.187.)
9. ↑ Odisea xi.488.
10. ↑ El nombre «Eubuleo» aparece más a menudo como epíteto de Dioniso o Zeus.
11. ↑ Ilíada ix.
12. ↑ Graves, R. (1960). The Greek Myths. §31.e. «Hades nunca sabe qué está
sucediendo en el mundo superior, o en el Olimpo, salvo por la información
fragmentaria que le llega cuando los mortales golpean sus manos sobre la tierra y
lo invocan con juramentos y maldiciones».
13. ↑ KERÉNYI, K. (1951). Gods of the Greeks. p. 231.
14. ↑ Heráclito, encontrándose con la fiesta de la Faloforia, en la que se desfilaba con
falos, comentó en un fragmento conservado: «Si no ordenasen la procesión en
honor del dios y le dirigiesen la canción fálica, sería el más desvergonzado de los
comportamientos. Pero Hades es el mismo que Dioniso, para quien cantan y se
comportan como bacantes». (Citado en KERÉNYI, K. (1976). Dionysos: Archetypal
Image of Indestructible Life. Princeton University Press. pp. 239 y sig.)
15. ↑ Kerényi (1967) pág. 40.
16. ↑ Kerényi (1976) pág. 240.
17. ↑ Kerényi (1976) pág. 83.
18. ↑ VERMEULE, Emily (diciembre de 1958). «Mythology in Mycenaean Art (La
mitología en el arte micénico)». The Classical Journal 54 (3): 97-108.
Véase "Arte y artesanía de la civilización micénica".
19. ↑ GUIRAND, Felix (1959). Larousse Encyclopedia of Mythology. Batchworth Press
Limited. p. 190.
Véase "Enciclopedia Larousse".
20. ↑ OVIDIO: Fastos IV,419-618.
21. ↑ Guirand (1959) pág. 175.
22. ↑ Guirand (1959) pág. 176.
23. ↑ «Mitología Griega: el mito de Perséfone».
24. ↑ ESQUILO: fragmento 228.
25. ↑ Biblioteca mitológica II,5,12.
26. ↑ Ilíada V,395. Biblioteca mitológica II,7,3.
27. ↑ No sobre los ojos: todas las fuentes literarias especifican la
boca. Calímaco, Hecalefragmento 278 en el texto de R.
Pfeiffer Callimachus (Oxford University Press, 1949) vol. 2 pág. 262; ahora
ordenado como fragmento 99 por A. S. D. Hollis en su edición Callimachus:
Hecale (Clarendon Press, 1990) pp. 284 y ss., de la Suda, especificando la boca,
también en Etymologicum Graecum («Danakes»). W. Smith también especifica la
boca, aunque la arqueología desmiente su afirmación de que todos los cadáveres
tenían una moneda (Smith, W., ed. (1867). «Charon». A Dictionary of Greek and
Roman biography and mythology. Boston: Little, Brown & Co. i.689. OCLC 68763679.)
Véase también Óbolo de Caronte.
28. ↑ Dice la diosa, y con furor dirige /A la tierra su vuelo. De la horrenda/ Mansión de
las hermanas furibundas/ Y las tinieblas hórridas del Orco,/ A Alecto evoca de los
duelos madre,/ En cuyo pecho luctuoso moran/ Las tristes guerras, iras y
rencores,/ Las asechanzas y malvados crímenes:/ Monstruo á quien odia hasta su
padre mismo/ Plutón y sus hermanas del Averno:/ En formas mil distintas se
convierte/ De fieros rostros, y serpientes miles/ De su cabeza brotan. A ésta Juno/
Dirígese y excita en voces tales:/ —«¡Oh hija de la noche! Dame, oh virgen,/ Con
tu propio poder potente auxilio./ No quebrantados nuestro honor y fama/ En este
suelo cedan; que los teucros/ No estrechen por la boda al rey Latino,/ Ni del ítalo
reino se apoderen.(Eneida 7.323 - 7.334; traducción en verso castellano por Luis
Herrera, Madrid, 1905, Biblioteca Digital Hispánica)
29. ↑ Dos plagas hay, que Furias denominan,/ Que diera á luz la Noche tenebrosa/ Con
la infernal Megera en solo un parto;/La cabeza erizóles de serpientes,/ Y al par les
añadió veloces alas.(Eneida 12. 845 - 12. 848)
Enlaces externos[editar]
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia
sobre Hades.
Odisea: Canto X; texto español en Wikisource. Véanse los vv. 488 -
574: Circe indica a Odiseo cómo ha de llegar al Hades y qué ha de
hacer allí.
o Texto griego.