Hoy vamos a hablar de los géneros discursivos: en realidad, son algo que usamos siempre
en nuestra vida cotidiana, pero quizás no lo conocemos por ese nombre, o no sabemos de
qué estamos hablando teóricamente cuando los aplicamos.
Empecemos por el principio: los enunciados (es decir, las cosas que decimos) permiten la
comunicación humana. Así, un mensaje de texto, una receta de cocina, una lista de
compras, una conversación telefónica y una demanda judicial tienen en común, a pesar de
sus diferencias, el hecho de representar las distintas maneras en que las personas se
expresan por medio de la lengua. El uso de uno u otro enunciado en particular depende del
ámbito social en que se producen. Esto implica que se adaptan a un contexto determinado.
Conocer los géneros discursivos permite a los hablantes de una comunidad comprender los
textos de los que están rodeados. Por ejemplo, a simple vista reconocemos una factura de
luz o de gas, identificamos su intencionalidad y sabemos dónde buscar la información que
necesitamos. Al mismo tiempo, dominar las características de los géneros discursivos
permite producir enunciados efectivos que logren su propósito. Por ejemplo, si queremos
postularnos para un trabajo, es necesario que presentemos la información pertinente segun
las características en que se organiza el género curriculum vitae.
1) Actividad: Miren las imágenes que figuran a continuación y asócienlas con alguno de los
siguientes géneros discursivos: señal de tránsito / prospecto de medicamento /
publicidad / fragmento de poesía / noticia periodística
Los tipos relativamente estables de enunciados asociados a una esfera de la actividad
humana se denominan géneros discursivos. Cada uno tiene funciones comunicativas
específicas y juntos establecen una base común sobre la que los hablantes pueden
producir, interpretar y comprender enunciados, agilizando los intercambios entre ellos.
Existen ciertos rasgos que permiten identificar los distintos géneros discursivos y, a la vez,
diferenciarlos de otros discursos. En todos, existe una estrecha relación entre el contexto en
que se produce la situación comunicativa, la intención de quienes participan en ella, el tema
y la forma/estilo que adopta el discurso en cada caso. Los géneros funcionan como moldes
que estructuran los enunciados siguiendo reglas específicas, que posibilitan su
interpretación y producción. Entonces:
El tema: Se considera como tema al asunto del que trata un enunciado; es decir, aquello
que responde a la pregunta “¿De qué se habla?”.
El estilo: Cada género discursivo también está caracterizado por los recursos lingüísticos
que pueden aparecer en sus enunciados. Palabras más o menos específicas de un área,
por ejemplo, o un lenguaje más o menos cuidado, rimas o no, comparaciones,
exageraciones, en fin, toda aquella forma de usar el lenguaje da cuenta del estilo de un
enunciado y caracteriza a cada género discursivo. Un contrato de alquiler, por ejemplo,
debe estar redactado de una manera muy precisa con términos como “locador”, “locatario”,
que deben ser esos y no otros; en cambio, una anécdota familiar no requiere de tanta
precisión en los términos que se usan. Muchos géneros discursivos pueden reconocerse
fácilmente porque tienen ciertas fórmulas que los identifican y que son parte del estilo. Por
ejemplo, típicamente los cuentos infantiles comienzan con “Había una vez...”
2) Actividad: Lean las fórmulas que figuran a continuación y asócienlas con alguno de los
siguientes géneros discursivos: - venta ambulante / anécdota familiar / publicidad
televisiva / discurso amoroso
b. - La dueña/el dueño de una mascota que se perdió y debe pegar carteles para
intentar recuperarla.