Claudia Broitman
Curso: 1º año
Fecha: 04 /11/09.
Sumar no es siempre agregar y restar no es siempre quitar
Aunque las tres pueden ser expresadas mediante la operación 6 + 4 = 10, las
relaciones entre esos números son diferentes en cada una de ellas. En la
primera, 6 y 4 son medidas de la colección de canicas, en tanto 10 es la
medida total de la colección. El 10 no representa ningún cambio, sólo
expresa la unión de ambas colecciones. En el segundo, el 6 es la medida de la
colección de canicas, pero el 4 representa una transformación (ha
aumentado). Una transformación positiva se ha operado sobre una medida.
La transformación tuvo lugar en un tiempo: antes tenía 6 y ahora tiene 10.
En la tercera situación, el 6 es la medida de la colección, pero el 4 no
representa una medida ni una transformación. El 4, en éste caso, representa
una relación entre la cantidad de canicas de ambos niños.
Estos tres problemas, desde el punto de vista matemático son equivalentes,
pero no lo son desde el punto de vista de los niños. Numerosas
investigaciones muestran diferencias de reconocimiento de algunos tipos de
problemas de sumas y restas. “El paso del tiempo” no es suficiente para que
los niños los reconozcan. A causa de las dificultades que les son propias, los
diferentes problemas deben ser abordados como objeto de estudio en la
escuela para que sean reconocidos por los niños. Debido a esto, debe ser
encarado a lo largo de varios años.
Por ejemplo:
“Joaquín y Martín tienen entre los dos $130. Si Joaquín tiene $55,
¿Cuánto tiene Martín?”
Ejemplo:
La búsqueda del estado inicial es para los niños mucho más compleja. En
éste caso, averiguar cuánto tenía “antes de jugar” implica un cambio
temporal. Suele ser más fácil los problemas en los cuáles aquello que
hay que averiguar le permite aplicar una transformación siguiendo una
cronología con el tiempo real. Este problema, se precisará reconstruir
la situación para comprenderla e interpretar que había una colección
desconocida inicial menor a la colección final dada.
Para resolver éste problema hay que restar 7 a 12. Sin embargo, es un
problema en el que “se ganó”. ¿Puede un problema en el que se “ganan”
canicas resolverse con una resta? Esto no será evidente para algunos
niños. Nos encontramos con un sentido de la resta más complejo, que
precisa ser abordado sistemática e intencionalmente para ser
reconocido por todos los niños.
Ejemplo:
Por ejemplo:
Ejemplo:
A los niños les resulta más complejo encontrar una de las transformaciones
de la composición de ambas. En éste caso, se debe hacer una resta para
calcular la pérdida del segundo partido y no siempre les resulta evidente.
Del mismo modo, para algunas clases de la segunda categoría, el problema
exige un abordaje específico en el aula a partir de la resolución de varios
problemas similares y la reflexión sobre los mismos que le permita a los
niños reconstruir la situación.
Aquí los niños no tienen dificultades porque hay que sumar dos números
positivos.
d) Incógnita en una de las transformaciones. Transformaciones positivas.
Ejemplo:
Ejemplo:
Ejemplo:
Los niños de primero o segundo año posiblemente utilicen el conteo (25, 26,
27, 28,30) o un cálculo memorizado (25+5=30).
En este caso será necesario abordar en l aula la diversidad de formas de
averiguar la respuesta y resaltar que, igualmente se puede resolver con una
resta.
Luego el docente podrá aumentar el tamaño de los números y diseñar
problema con números “no redondos”.
Con el objetivo de provocar el abandono de los procedimientos de conteo; y
que los números no sean redondos con la intención de que no les resulte
suficiente con ciertas operaciones memorizadas. Para resolverlo, los niños
deberán apelar al conocimiento de que “este tipo de problemas también se
pueden resolver restando”. Para poder invertir lo aprendido los alumnos,
deberán realizar un cierto recorrido que les permita “confiar” en la
operación.
El taño de los números y su redondez pueden modificarse para posibilitar la
aparición u obstaculización de ciertos procedimientos.
Los números pequeños posibilitan resolver problemas complicados. En otros
casos, posteriormente al abordaje de una clase de problemas, aumentar el
tamaño permite inhibir la utilización de los procedimientos que se intento
que los alumnos desplegaran para provocar avance hacia otros más
económicos.
Estas variables que provocan modificaciones en el procedimiento de los
niños se llaman variables didácticas (Brousseau.1987).
Este concepto permite profundizar en el análisis de problemas. Dicho
análisis permite prever cuales son lo procedimientos que usaran los alumnos
en cada situación y evaluar las diferencias entre los mismos.
Algunas de las variables que se pueden encabezar intencionalmente y tener
en cuenta para comprender la complicación de un problema son las
siguientes.
Los números en juego
“Estoy leyendo un libro que tiene 123 páginas y voy por la 119.
¿Cuántas me faltan leer?”
Aquí los números no son pequeños, pero la corta distancia entre ambos
favorece el procedimiento de conteo (120, 121,122 y 123).
Para evaluar el grado de dificultad que se presentan en los niños, es preciso
considerar si los números son redondos o de manejo muy cotidiano (10, 100,
50,150, etc.). Es más fácil operar con ciertos números grandes redondos
que con números más pequeños
Por ejemplo.
“Estoy leyendo un libro que tiene 150 paginas voy por la pagina 100.
¿Cuántas me faltan leer?”
El tipo de magnitudes
Para los niños no son similares problemas que involucren figuritas, libros,
monedas, animales o años. Los problemas pueden referirse a magnitudes
continuas o discretas.
Las discretas son las que es posible contar (figuritas, animales, etc.).
Las continuas son las que es necesario medir (tiempo, peso, capacidad,
etc.).
Operar con magnitudes discretas permite una representación más inmediata
de la situación.
Ejemplo
Un niño contesta que no pueden “porque los niños son muy pequeños para
montar solos”, otro niño contestaba que no pueden montar los 19 al mismo
tiempo porque “es peligroso, se pueden caer”.
El autor muestra que la experiencia vivida no ayuda a resolver el problema,
sino que los aleja de la situación planteada.
Los niños, para resolver éste problema, deben ignorar de algún modo su
experiencia personal y ubicarse ante él “matemáticamente”.