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Magistrado Ponente
la sentencia proferida el 9 de junio de 2004, por la Sala de Familia del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Medellín, dentro del proceso ordinario promovido por LUZ MARINA
ANTECEDENTES
marital de hecho que conformó con el demandado, a partir de diciembre de 1990 o de la fecha
que resultara probada en el proceso, y que, en consecuencia, surgió entre ellos una sociedad
compendia así:
entablaron una relación afectiva, habiendo procreado a la joven Diana Paulina, quien nació en
1985.
mesa y lecho, convivencia que perduró hasta el 16 de julio de 2001, época en que se produjo su
separación física definitiva, pues el demandado abandonó sus deberes de compañero
permanente.
2.3 La actora, por ser soltera, no está cobijada por causal alguna de
febrero de 1991, tal como consta en la escritura pública No.675 de la Notaría 12 del Círculo
de Medellín.
permanentes prevista en la Ley 54 de 1990, conformada por los bienes relacionados en los
hechos de la demanda.
pretensiones y aceptó parcialmente algunos hechos, pues adujo que la unión marital terminó
por causa imputable a la actora, ya que se negaba a intimar sexualmente con él, situación que lo
condujo a entablar otra relación con Orfa Isabel Hoyos, con quien empezó a convivir desde
octubre de 1994, habiendo procreado a la menor Valentina Naranjo Hoyos, cuyo nacimiento
acaeció el día 4 de ese mes y año. Así mismo, en su defensa alegó la ausencia de singularidad
2001.
sociedad patrimonial, junto con la defensa que el demandado denominó “falta de singularidad”,
aunque ésta última parcialmente, en cuanto que encontró que existió la unión marital de hecho
y la sociedad patrimonial reclamada por la actora, pero sólo desde el 22 de febrero de 1992
hasta mediados de julio de 1995, época en la que la relación dejó de ser singular, a raíz de que
de vicios procesales y con la legitimación en la causa de las partes, afirmó que las pretensiones
régimen patrimonial entre los compañeros permanentes; destacó, igualmente, que dicha ley no
tiene efecto retroactivo, sino que rige para el futuro y, por ende, sólo gobierna las relaciones
de esa especie surgidas durante su vigencia y las existentes para el día de su promulgación,
evento este último en que dicha legislación resulta aplicable, pero únicamente desde la fecha
en que empezó a regir (31 de diciembre de 1990). Apoyado en esas elucidaciones, ubicó el
caso en estudio en la segunda situación referida y dedujo que le era aplicable dicha
normatividad.
expediente dan cuenta de la existencia de los contendientes y que éstos procrearon a la menor
Diana Paulina Naranjo Zuluaga, quien nació el 23 de abril de 1985, habiendo sido reconocida
como hija extramatrimonial por el demandado, quien antes había contraído matrimonio con
demandado disolvió y liquidó la sociedad conyugal que conformó con Magnolia Londoño.
Martha Elena Duque Zuluaga y ratificadas en el proceso, refieren que la pareja Zuluaga
Naranjo convivió durante 22 años, pero que el demandado abandonó el hogar el 16 de julio de
2001.
nació el 4 de octubre de 1998 y que es hija de Orfa Isabel Hoyos Grisales y William Naranjo
misma fue aceptada por el demandado en el interrogatorio de parte que absolvió. Estimó, el
un sector tan residencial como la demandante, pero luego se trasladó a una zona similar a ese
estrato.
prueba que ésta inicialmente fue inscrita por el demandado como empleada, pero en la segunda
certificación expedida por la empresa “Volemos” (Fs.91 a 155, C.1), demuestran que Naranjo
Osorio compartía asiduamente con la actora y su familia, incluso le enviaba algunos detalles en
abandonó el hogar en julio de 2001; además, que la relación fue armoniosa y estable, al punto
que algunos de ellos creían que eran casados. Sostuvo, el fallador, que la testificación de Sonia
Domínguez Salazar no ofrecía credibilidad por las contradicciones en que incurrió con
respecto a la versión de los demás declarantes, en cuanto al lugar donde residió la pareja
hasta 1999.
10. Las declaraciones recibidas a solicitud del demandado dan cuenta de que
éste, desde 1995, en forma simultánea, convivía en unión marital con la actora y con Orfa
luego la relación con la segunda de ellas fue permanente, pues siguió viviendo sólo con ella.
Grisales, dada la relación de ésta última con el demandado, pues podían tener interés en los
11. Los padres e hijos del demandado también depusieron que éste sostuvo,
simultáneamente, con las citadas damas, relaciones maritales, aclarando que con Orfa inició la
convivencia en 1995, situación que le generó conflictos con Luz Marina, quien estaba enterada
de la misma.
con la actora desde diciembre de 1990 hasta el 16 de julio de 2001, pero dejó en claro que en
octubre de 1994 se involucró sentimentalmente con Orfa Isabel, enterándose Luz Marina a
mediados de 1995, razón por la cual estuvieron separados durante ocho meses; empero, en
1996 reanudaron su relación con el compromiso de terminar sus amores con la otra dama, lo
cual no aconteció, de ahí que se deterioró la unión con aquella. El Tribunal añadió que,
tratándose de una confesión cualificada, no procedía dar aplicación al artículo 195 del C. de P.
De los reseñados medios probatorios dedujo que la relación entre Orfa Isabel
y el demandado no era casual y clandestina, ya que éste departía con ella no sólo en su
residencia, sino en lugares públicos, al punto que era de conocimiento de toda la familia, salvo
De igual modo, concluyó que William Naranjo Osorio paralelamente mantuvo dos
relaciones maritales, e incluso en cada una de ellas tuvo descendencia; igualmente, que sostuvo
la unión conformada con la actora hasta el 16 de junio de 2001, mientras que la otra aún
subsiste, de suerte que, conforme a las prescripciones del artículo 1º de la Ley 54 de 1990, no
era factible reconocer que entre las partes existió una unión marital de hecho después de
mediados de 1995, por cuanto desde esa época no está presente el elemento de la singularidad
exigido por esa ley, ya que el demandado entabló por esos días otra relación similar con Orfa
Isabel, con quien convive en el inmueble arrendado por ésta y del cual aquél es coarrendatario.
de acuerdo con el mismo es claro que, desde mediados de 1995, ese elemento estaba ausente
en la relación que sostuvieron las partes, porque se requería que ninguno de los compañeros
conviviera con otra persona, exigencia impuesta por el legislador para imprimirle seriedad y
probada la unión marital de hecho entre las partes, la cual existió desde diciembre de 1990
hasta mediados de 1995, fecha en que dejó de ser una relación singular; empero, como el
demandado sólo disolvió y liquidó la sociedad conyugal formada con Magnolia Londoño el 22 de
febrero de 1992, sólo a partir de esta fecha procede reconocer la aludida convivencia y el
1990.
En fin, luego de reiterar que desde 1995 la relación aquí demandada dejó de
ser singular, concluyó que las partes conformaron una unión marital de hecho y,
alegado por el demandado, en razón a que la sociedad patrimonial conformada entre las partes
fue disuelta a mediados de 1995, por la aparición de una nueva relación marital de aquél con
Orfa Isabel Hoyos y el libelo incoativo fue presentado el 14 de agosto de 2001, esto es luego
LA DEMANDA DE CASACION
CARGO SEGUNDO
los artículos 1º, 2º, 3º, 5º y 8º de la Ley 54 de 1990, 95 y 200 del Código de Procedimiento
Civil, a causa de haber apreciado indebidamente el libelo incoativo y algunas pruebas, en razón
a que infirió que la separación definitiva entre las partes se produjo a mediados de 1995
Aduce que el acervo probatorio acredita que la convivencia entre Luz Marina
Zuluaga Naranjo y William Osorio tuvo continuidad. Así, de la simple lectura de los
testimonios de los hijos del demandado y de su hermano Wilson emerge que para la época en
que el Tribunal percibió la separación absoluta de dicha pareja, ese rompimiento no existió,
pues no hubo una separación que pudiera calificarse de definitiva, que sería detonante de la
finalización de la unión marital que aquel encontró configurada desde diciembre de 1990. Para
demostrar ese reproche reseñó los pasajes de las declaraciones de Wilson Naranjo Osorio,
William y John Teiner Naranjo Londoño que consideró pertinentes para acreditar su alegación.
De igual modo, adujo que las declaraciones de Eliberto Agudelo, Luz María del
Sagrado Corazón Echeverri Ramírez, Gloria Eloy Luján Arenas, Clara Isabel Correa Agudelo,
Enriqueta María Correa Agudelo, Sonia Domínguez Salazar, Diana Paulina Naranjo Zuluaga,
Marlene Zuluaga Naranjo y Martha Elena Duque Zuluaga, gozan de coherencia, claridad,
relación que durante diez años mantuvieron Luz Marina y William, dado que por el conocimiento
directo de la situación dieron fe del trato entre éstos, de su comportamiento cotidiano en los
lugares en donde residieron y en sus viajes y, en fin, del hecho de que el demandado tuvo
residencia permanente en el apartamento 903 del edificio Castropol de Medellín. Añade que
tales declarantes resaltaron que la convivencia entre la pareja fue constante, sin ninguna
Afirma que, de acuerdo con esa situación fáctica, resulta patente que el
agosto de 2001, era claro que la acción incoada por Luz Marina Zuluaga Naranjo no había
no autorizado por la norma, pues el aludido fenómeno sólo puede vincularse a los supuestos del
consideró erróneamente que la aparición de una relación amorosa del demandado (1994) puso
pareja entre las partes no fue una unión marital sostenida entre 1995 y 2001 y, por ende, que
no surgió la sociedad patrimonial en ese lapso; por el contrario, estimó que esa convivencia
marital tan sólo existió entre el 22 de febrero de 1992 hasta mediados de 1995 y que, por
tanto, durante ese período fue que existió la mentada sociedad. Tal inferencia, a juicio del
sentencia impugnada con el propósito de resaltar que ésta, en su parecer, está apoyada
visibles a folios 172 a 186 del cuaderno principal y en el contrato de arrendamiento que obra a
Alega que varios testigos refirieron como única la unión marital entre los
litigantes, y aunque los recaudados de oficio y a instancia del opositor dieron cuenta que éste
sostenía paralelamente una relación amorosa con otra dama, lo cierto es que no manifestaron
que hubiese sido una convivencia permanente, por el contrario, afirmaron que aquél no dejó de
vivir con la actora, cuestión que el fallador pasó por alto al concluir que “ ‘el accionado
con relación a los testimonios de Wilson y Hernán Augusto Naranjo Osorio, David Alberto
Betancur y Alirio de Jesús Rodríguez López, respecto a la cuales replica que ellas ponen de
manifiesto que es el propio sentenciador el que advierte que la convivencia entre el accionado
y Orfa Isabel “es permanente solamente ahora”, afirmación de la que se sigue que “no lo fue
antes”; sin embargo, insistió en pregonar que el opositor “ ‘mantenía también simultáneamente
deponentes, acusación que procedió a sustentar examinando a continuación las versiones de los
testigos en referencia. Agrega que si el fallador no hubiera incurrido en dicho yerro y hubiera
una buena crítica de esos testimonios, habría avizorado que al confrontarlos con las demás
recurrente”.
testimonio de la madre de Orfa Isabel, sin percatarse que dicha deponente fue honrada en su
dicho, pues manifestó con espontaneidad que en un principio la relación de su hija con el
demandado fue esporádica; luego, en 1995, se la llevó a vivir a la Pola, pero que él “ ‘no vivía
diariamente en esa casa… El señor William no se radicó del todo en la casa de mi hija, pero
actualmente sí está radicado del todo con mi hija, hace como unos tres o cuatro meses o algo
así’ ”. Igualmente, resaltó que cuando se le indagó a dicha declarante si Naranjo Osorio
pernoctaba con Orfa y Valentina contestó que “ ‘No, él siempre iba y se volvía por la noche, él
si estaba con ella, había veces que amanecía, otras veces no, diariamente no amanecía con ella’
”.
Osorio, David Alberto Betancur, Alirio de Jesús Rodríguez López e Inés Grisales de Hoyos, así
como de las restantes declaraciones aflora evidentemente que en ellas hay coherencia, en
cuanto a un hecho cierto, que el demandado convivía permanentemente con Luz Marina, aunque
tenía una relación afectiva con otra persona. Y es que no es cierto que los hijos y los padres
del demandado hubieran manifestado que éste convivía simultáneamente con las dos damas
mencionadas, ya que ellos al igual que otros testigos coincidieron en informar que William
Naranjo Osorio aunque iba todos los días donde Orfa Isabel “ ‘vivía más donde Luz Marina’ ” y
que la convivencia bajo un mismo techo y en forma permanente con aquella tuvo lugar cuando
error de hecho en la lectura de los testimonios antes destacados como expresiones de una
convivencia permanente entre Orfa Isabel Hoyos y el demandado, cuando en realidad esas
convicción antes reseñados que lo condujo a preterir la apreciación del otro grupo de testigos
que, uno tras otro, sin duda alguna, reflejan lo que el primer conjunto oculta, que la relación y
convivencia de William con Luz Marina fue permanente desde 1990 hasta julio de 2001.
prueba documental. Así, las fotografías que tuvo en cuenta acreditan apenas unos
acontecimientos, similares a los sucesos establecidos con las aportadas por la actora (folios
95 a 137 del cuaderno No.1); empero, varios de los retratos allegados por el accionado, cuya
data consta en ellos, corresponden a hechos acaecidos después de agosto de 2001, es decir,
luego de la presentación de la demanda, por lo que con ellos no podrían juzgarse situaciones
del pasado. Igualmente, el registro civil de nacimiento de Valentina Naranjo Hoyos sólo
acredita su nacimiento y su filiación, más no que “ ‘ (…) la relación entre sus padres no era
conclusión que el fallador extrajo de los contratos de arrendamiento, en torno a la zona en que
vivía Orfa Isabel, resulta, además de intrascendente, incoherente, ya que esos documentos lo
que prueban es que el demandado tenía la calidad de arrendatario, más no que habitara en los
uno de esos contratos es indicativa de que fueron preelaborados para el proceso. También las
inferencias que sacó de los formularios de afiliación de Orfa Isabel al sistema de salud y
seguridad social no corresponden a lo que ellos reflejan, ya que lo que muestran es que la
relación entre dicha señora y William Naranjo era laboral, aún en el año 2000.
en la apreciación de la prueba indiciaria, habida cuenta que pasó por alto que el accionado en la
desgaja de las respuestas que dio a los hechos 1º y 2º de aquél escrito, mendacidad que
CONSIDERACIONES
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William Naranjo Osorio, sin estar casados, existió una comunidad de vida permanente, desde
diciembre de 1990 hasta cuando aquél abandonó el hogar (16 de julio de 2001), relación
marital que tuvo el carácter de singular sólo hasta mediados de 1995, ya que el demandado
entabló una relación similar con Orfa Isabel Hoyos Grisales, a partir de esa época.
que “la unión marital y la sociedad patrimonial” que formaron las partes sólo tuvo vigencia un
año después que Naranjo Osorio disolvió y liquidó la sociedad conyugal que conformó con
Magnolia Londoño, esto es, desde el 22 de febrero de 1992 hasta mediados de 1995.
al sentenciador haber desdibujado el contenido del haz probatorio del cual dedujo que el
demandado mantenía paralelamente otra unión similar a la que tenía con la actora, pues del
mismo no aflora que la relación con Orfa Isabel fuera de carácter permanente, sino que
refleja que aquél “convivía permanentemente con la actora, aunque tenía una relación afectiva
la Ley 54 de 1990 concibe la unión marital de hecho como aquella comunidad de vida que con
caracteres de permanencia y singularidad establece una pareja heterosexual, sin mediar entre
vida como presupuesto esencial de la referida institución. Y en esa exigencia se confunden los
requisitos y fines de la unión, entendida ésta como una forma de vida enderezada a la
su proyecto de vida.
En punto a la comunidad de vida, ha dicho la Corte que ella está integrada por
“elementos fácticos objetivos como la convivencia, la ayuda y el socorro mutuos, las relaciones
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destacado, igualmente, cómo del aludido ánimo “deben surgir de manera indubitable aspectos
tales como la convivencia, de ordinario bajo un mismo techo, esto es, la cohabitación, el
compartir lecho y mesa y asumir en forma permanente y estable ese diario quehacer
existencial, que por consiguiente implica una vinculación transitoria o esporádica, sino un
La unión marital es, pues, una de las formas reconocidas para constituir una
especial (artículos 42 y 5º de la C. P.). De ahí que los fines que le son propios, entre ellos los
concernientes con el proceso de socialización del individuo, y la inculcación de los valores que,
inestables, pues, según los principios y orientaciones de la carta política, es la estabilidad del
grupo familiar la que permite la cabal realización humana de sus integrantes y, por ende, por la
permanencia denota que ese proyecto de vida debe ser firme, constante y estable, pues lo que
el legislador pretende con esa exigencia es relievar que la institución familiar tiene,
en la referida decisión, “atañe con que sea solo esa, sin que exista otra de la misma especie”,
tema que también abordó en el fallo proferido el 5 de septiembre de 2005 (exp. 1999 0150
01), en el que luego de trasuntar apartes de la ponencia para el primer debate de la ley en
comento, precisó que la exposición de motivos en ella contenida permite entender que “las
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Sala).
Empero, y esto hay que subrayarlo firmemente, una vez establecida una unión
compañero le sea infiel al otro, pues lo cierto es que aquella, además de las otras
circunstancias previstas en la ley, cuyo examen no viene al caso, sólo se disuelve con la
separación física y definitiva de los compañeros; por supuesto que como en ella no media un
vínculo jurídico de carácter solemne que haya que romper mediante un acto de la misma índole,
su disolución por esa causa no requiera declaración judicial. Basta, entonces, que uno de los
compañeros, o ambos, decidan darla por terminada, pero, claro está, mediante un acto que así
facticidad que caracteriza el surgimiento y existencia de esa especie de relaciones les acuña.
John Teiner Naranjo Londoño, Wilson y Hernán Augusto Naranjo Osorio, Lilia Osorio de
Naranjo, Abelardo Naranjo Aranzazu, David Alberto Betancur y Alirio de Jesús Rodríguez
López, que le sirvieron de estribo al Tribunal para asentar que simultáneamente con la unión
marital que el demandado sostuvo con la demandante -que en verdad nadie discute-, existió
otra relación que desdibujó el carácter que la ley le reconoce a la primera, aquilatada la
aludida prueba, se decía, desde la perspectiva de las nociones expuestas, es patente que el
sentenciador tergiversó su contenido, en cuanto que de ella no emerge que entre Orfa Isabel
y el demandado hubiere existido una comunidad de vida de carácter permanente, esto es, de
las connotaciones de la conformada por las partes; por el contrario, de lo que ella da cuenta es
de que esa relación amorosa constituyó un devaneo de aquél, durante parte del tiempo que
testimonio que rindió el 18 de febrero de 2003, refirió que las partes convivieron bajo un
mismo techo durante varios años, pero que tuvieron conflictos, al punto que su hijo, luego de
uno de esos disgustos, abandonó la casa. A continuación, afirmó que “después de eso, ya se
juntó con Isabel (…)”, aseveración que reiteró cuando fue interrogado sobre si su hijo había
convivido con ella, en forma permanente, bajo un mismo techo, pues contestó que esto sucedió
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como la separación a la que el deponente alude era la de William y Luz Marina, el juzgador lo
requirió para que precisara cuándo se produjo la misma, a lo que respondió que “de eso hará
por ahí un año que él se separó de Luz Marina”. También, contradiciéndose en su dicho, afirmó
que William convivía simultáneamente con Orfa Isabel, a quien social y familiarmente
reconocían como la esposa de aquél desde 1995; igualmente, manifestó que vivía en Cali y que
en las pocas ocasiones que viajó con su esposa a Medellín se quedaron unos días en la casa de
Luz Marina y otros en los de Orfa Isabel, pero cuando se le indagó en donde tenía ésta su
residencia, respondió “no recuerdo bien el barrio, como nosotros ibamos y no nos
demorábamos, como era de un día para otro y no sabía que barrio”, mientras que con relación a
fecha que su esposo, manifestó, refiriéndose a la convivencia entre las partes, que “ellos
vivieron como unos diez años y se separaron, por ahí unos tres años aproximadamente y se
separaron por otra muchacha, Isabel, durante la convivencia con Luz Marina, ellos tuvieron
muchos problemas por eso”; igualmente, sostuvo que su hijo presentaba a la actora como su
esposa, en los círculos sociales, familiares y entre sus amigos. Además, aunque expresó
conocer la relación sentimental de su hijo con Orfa Isabel, afirmó enfáticamente que él “vivía
Para esta testigo las partes hicieron vida marital, pero, luego de la
conformación de ese vínculo de facto, el demandado entabló amoríos con Orfa Isabel que le
generaron conflictos con la actora, quien era considerada como su esposa en el ámbito social y
familiar.
William Naranjo Londoño, hijo del accionado, relató que éste y la actora
empezaron a convivir desde 1990 o 1991, habiéndose separado, después del secuestro de
aquél, que acaeció en 1995, por un lapso aproximado de un año, durante el cual su padre
“anduvo como errante” y estuvo muy deprimido por la ausencia de su hija Diana Paulina.
También expresó que cuando ocurrió esa separación ayudó a su papá a conseguir el
apartamento del edificio Castropol y estuvieron allí viviendo como tres meses junto con Orfa
Isabel y su hermano, pero que después aquél se reconcilió con Luz Marina, con quien se fue a
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cuando estaba en el 91, 95 lógico que fue como una familia, del 95, 96 en adelante, no se que
tan familia porque estaba Isabel” y al ser interrogado acerca de la permanencia de esa unión
respondió que “desde que se separó con mi mamá, hasta que doña Luz Marina y don William se
separaron sí fue permanente, pero mi papá permanecía en dos lugares”. De igual modo, relató
que “Luz Marina fue a entregar el dinero y a traer a su papá” cuando fue secuestrado en
1995, además, que su padre tomó la decisión de radicarse en Estados Unidos cuando lo
amenazaron con secuestrarlo nuevamente y, entonces, viajó a ese país en compañía de Luz
desde 1995 mantuvo simultáneamente otra relación con Orfa Isabel; así por ejemplo, en una
de aquellas manifestó que “del noventa y uno hasta el noventa y cinco, ella Luz Marina era
presentada como su pareja y, después del noventa y cinco, siempre presentaba a Isabel y a
Luz Marina como sus parejas, dependiendo del lugar donde estaban, los vecinos de Castropol
sabían que Luz Marina era la pareja de mi papá y los de Laureles sabían que la pareja de mi
John Teiner Naranjo Londoño, hijo del demandado, también relató que éste
después de que dejó a su madre se fue a convivir en forma permanente con la actora, pero que
hacía finales de 1995 dicha pareja se separó por un tiempo, a raíz de que aquél estaba saliendo
con Isabel, quien en ese lapso vivió con ellos durante algún tiempo en el apartamento del
expresó que éste por temor a ser nuevamente secuestrado viajó a los Estados Unidos, junto
con Luz Marina y su hija Diana Paulina, con la intención de radicarse en ese país, en el que sólo
permanecieron como tres meses y se regresaron. De igual modo, aseveró que el opositor
desde 1995 sostenía en forma coetánea una unión con la actora y otra con Orfa. Y al
indagársele si la segunda relación era permanente respondió que “ (…) él tenía ropa allá, en
las dos partes, yo exactamente no se decir sí vivía diariamente allá, porque yo estudiaba, pero
Wilson Naranjo Osorio, hermano del opositor, manifestó que éste y la actora
iniciaron su relación marital a finales de 1990 o principios del siguiente año, pero que más o
menos en 1994 se separaron por un tiempo, a raíz de que Luz Marina se enteró del amorío de
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definitivamente. Relató que el demandado desde mediados de 1995 también hizo vida marital
con Orfa Isabel, esto es, paralelamente a la unión de esa especie que tenía con la actora;
igualmente, dijo que su hermano dormía cualquier día de la semana donde Orfa o donde Luz
Marina, así como también que a las dos las presentaba como su compañera y que tenían hijos en
común; además, que las sostenía económicamente. Valga acotar, que el testigo durante la
declaración se mostró “estresado”, conforme en ella consta. Hernán Augusto Naranjo Osorio,
también hermano del demandado, refirió que éste entre 1990 y 1991 entabló una relación
marital con la actora que perduró hasta el año 2001, pero que aquél a partir de 1995 se
involucró sentimentalmente con Orfa Isabel, pues empezó “a hacerle visitas, llegaba de los
Estados Unidos y se quedaba allá o se iba para Estados Unidos y se quedaba con Orfa Isabel,
pasaba mucho tiempo allá”, y cuando no viajaba frecuentaba a ambas damas, a quienes a la par
las presentaba como su pareja. Dijo que se dio cuenta de la simultaneidad de esas relaciones
porque su hermano se las contaba, además que “en muy pocas ocasiones, yo más bien con
sobrina Diana Paulina le gritó que era un falso y que los iban a demandar, frente a lo cual le
respondió “miren haber que es lo que van hacer porque de todos modos estamos en un
El testimonio de los hijos, los padres y los hermanos del demandado, requerían
un escrupuloso examen, dado el vínculo de parentesco que los une con éste, circunstancia que,
respecto de los últimos, es decir sus hermanos, se hacía más vigoroso, habida cuenta que
Por supuesto que al respecto ha dicho esta Corporación que “si se trata de
genérico de declarar y el interés que tiene en el juicio particular en el que declaran, siendo
razonable presumir que en un momento dado cobre en su ánimo mayor fuerza esta situación de
cointerés que el respeto por la verdad; si, subsecuentemente, la credibilidad que les pueda
caber en principio arranca estigmatizada por la duda; y si de este modo se recomienda al juez
que examine sus dichos diligentemente y ejerza su discreción apreciativa con el máximo de
escrúpulo, aflora inevitable que la mácula con que se mira a tal linaje de testigos sólo se
desvanecerá, y por qué no, hasta desaparecerá, en la medida en que brinden un relato preciso,
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dieren noticia, y que, aun así, encuentren respaldo en otros elementos probativos, todo lo
analizado, cual dice la norma en cuestión, “de acuerdo con las circunstancias de cada caso”;
será entonces cuando nada justifica que el juzgador continúe desconfiando de sus relatos, y
les suministre el valor demostrativo que verdaderamente ostentan. Refluirá así el estado
habitual del hombre y su inclinación a creer en los demás, del cual había salido por razón de
una sospecha que a la postre fue disipada” (sentencia del 10 de mayo de 1994, expediente
No.3927).
pues los deponentes insistieron repetidamente en que la relación entre el demandado y Orfa
Isabel fue de carácter permanente, pero, a la postre no expusieron una explicación razonada
de ese dicho, simplemente así lo afirmaron, sin olvidar que algunos de los aspectos que
William convivió con Orfa Isabel, considerándola como su mujer, lo cierto es que los únicos
hechos concretos y tangibles a los que aluden y que evidencian convivencia, en sentido marital,
son los que conciernen con la cohabitación de la pareja en los días anteriores o posteriores de
los viajes de aquél al exterior. De suerte, que del testimonio de aquellos no se desgaja que la
segunda unión tuviera las condiciones de permanencia, continuidad y solidez tales como para
que fuese vista por el sentenciador como de igual naturaleza a la formada con la actora. Lo
que ellos revelan es que la referida relación, en principio a hurtadillas, constituyó un amorío
Los encuentros del opositor con Orfa, precisamente, cuando viajaba al exterior
que ella le generaba con su compañera Luz Marina, tratando de que esta no estuviera al tanto
parte que absolvió, recordó que a mediados de 1995, Luz Marina se enteró de su relación con
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volvimos a reanudar nuestras relaciones, ella a conocimiento de que yo tenía a Orfa Isabel
Hoyos e hicimos el compromiso de que me daba un año para que yo dejara las relaciones con
Orfa Isabel, caso que yo por mi parte no cumplí, porque yo aún seguí y continúo con Orfa
Isabel y paralelo con Luz Marina hasta el 16 de julio del año 2001. Yo no le comuniqué de lo
último, porque ella nunca me volvió a pedir explicaciones” (destaca la Sala). Más adelante,
2001 había convivido con la actora como si tratara de un matrimonio respondió “Sí, yo convivía
con las dos al mismo tiempo, con Orfa Isabel y con Marina. Con Marina convivía como una
familia” (destaca la Corte). Esta última respuesta denota el particular cariz que tenía para
William su convivencia con la demandante y que la distingue de la relación que por la época lo
apreciación de los testimonios de Inés Grisales de Hoyos y de Orfa Isabel Hoyos Grisales, en
cuanto que el Tribunal con liviandad y sin preocuparse por constatar si de sus versiones
que, “(…) ya en el 95, ya la llevó a vivir a la Pola, también unas veces iba donde ella y pues
estaba allá y otras veces compartían pues, él no vivía diariamente en esa casa. Yo llegué a
visitar la casa de mi hija en la Pola, ella vivía con el niño, no más. No, el señor William no se
radicó del todo en la casa de mi hija, pero actualmente sí está radicado del todo con mi
hija, hace como unos tres o cuatro meses o algo así. Don William nunca me dijo que vivía
con otra persona, pero se supo por mi hija, don William respetó su decisión, Orfa Isabel sabía
que William vivía con otra persona. Del 95 hasta hace 3 meses, don William ha visto por mi
hija, por el niño y ha sido muy responsable y ha mantenido una relación con ella, una relación de
amantes” (destaca la Corte). Y más adelante cuando se le indagó “con que frecuencia estaba
el demandado con Orfa en esas relaciones”, contestó que “él la visitaba frecuentemente en
mi casa, en las casas donde ha vivido”. Así mismo, al preguntársele si William pasaba noches
con Orfa Isabel y Valentina respondió “no, él siempre iba y se volvía por la noche, él si estaba
con ella, había veces que amanecía, otras veces no, diariamente no amanecía con ella”;
igualmente, explicó que cuando afirmaba que esa relación era permanente aludía a que “él
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todo, de su niña”.
Para la testigo, William convivía con Luz Marina, pero su hija, a sabiendas de la
existencia de esa unión, inició un vínculo sentimental con aquél, relación que era de amantes;
además, dejó en claro que éstos sólo tuvieron encuentros frecuentes y que sólo empezaron a
convivir “en forma permanente” unos meses antes de rendir su testificación, diligencia que
del opositor y, de contera los que pudiere tener su hija, pues los apartes destacados de su
versión, son muestra de su espontaneidad y sinceridad, pues no hizo mas que relatar el
desenvolvimiento de la relación de William y Orfa Isabel, el que por su cercanía con ésta
percibió directamente. Por tanto, es evidente que el Tribunal incurrió en el yerro que le
testificación.
Por su parte, Orfa Isabel manifestó que cuando comenzó a salir con el
demandado, éste se refería a Luz Marina como “la fiera”, y cuando su relación se fue
afianzando decidió no tener ningún prejuicio frente a aquella. Dijo que el demandado, “en el
señor William Naranjo adquirió un apartamento para nosotros, para William y yo, para él y yo
tener nuestros encuentros, permanecer días allá”. Mas adelante sostuvo que Naranjo Osorio
cuando viajaba a los Estados Unidos, “siempre que regresaba se quedaba conmigo en el
apartamento 3, 4 días”, además, que la actora era conocedora de esa relación y le exigía a
William que pasara con ella los domingos; sin embargo, “él hacía todo lo contrario”, pues la
“visitaba en las horas de la mañana haciéndole creer que estaba en el aeropuerto”. Aseveró
que la primera que se enteró del nacimiento de su hija Valentina ( de 1998) fue Luz Marina
porque su hermana la llamó, haciéndose pasar por una enfermera, pidiéndole el favor de que le
diera la razón a William de que ya había nacido el bebé. Y que tan conocedora era la actora de
su relación con William que “le compraba información” sobre ella a la esposas de los
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que la relación que mantuvo con el opositor, durante el período que éste convivió en unión
marital con la actora, hubiere sido permanente, ya que no son demostrativos de que la pareja
tuviere un proyecto de vida firme, constante y estable. Tanto es así, que la testigo refirió que
tenían encuentros que se prolongaban por tres o cuatro días cuando William viajaba o
regresaba al exterior, además, que éste para visitarla los domingos tenía que decirle mentiras
a Luz Marina. Sumado a ello, resulta bastante diciente que un acontecimiento tan importante
para una pareja, como es el nacimiento de sus hijos, hubiese tenido que dárselo a conocer de la
contenido de los testimonios cuestionados, pues si bien es cierto que ellos refieren que entre
Orfa Isabel y el demandado hubo un trato amoroso, íntimo y frecuente, al punto que
procrearon a la menor Valentina, cuyo sostenimiento asumió aquél, también lo es que los
hechos destacados de esas declaraciones conducen a concluir que dicha relación no constituyó,
a la sazón, una unión marital de hecho, razón por la cual el sentenciador no podía calificarla
4.4 Ahora, en cuanto a los demás medios de convicción atacados, se tiene que
las fotografías aportadas por el demandado por sí solas no acreditan que entre éste y Orfa
Isabel hubiere existido una comunidad de vida de las mismas características a la conformada
por las partes, simplemente representan situaciones compartidas por la aludida pareja, tales
como cumpleaños, paseos, el bautizo de la menor Valentina, las que por sí solas no denotan una
marital. Igual situación acontece con el certificado notarial del folio del registro civil de
parte accionada, ya que son indicativos de hechos equívocos de la especie de relación que
texto de ese documento dicha señora fue inscrita en esa entidad como empleada del
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caso, no hay discusión alguna respecto de que la relación marital que entablaron las partes
adquirió el contorno fáctico previsto en la Ley 54 de 1990, esto es, que concurrieron las
ese ordenamiento para la conformación de una unión marital de hecho. En ese orden de ideas,
demandado con Orfa Isabel desdibujó o extinguió la unión marital ya formada. Y como quedó
inmediata de la unión marital ya constituida; por supuesto, que habiendo surgido esta y
habían emprendido, los actos de infidelidad del uno respecto del otro no entrañan, por sí
física y definitiva de la pareja. Desde luego, que si no se produce ese hecho, o cualquier otro
de los previstos en la ley (artículo 5º, Ley 54 de 1990), la existencia de una unión marital de
ambiguas propiciadas por uno de los compañeros permanentes, muchas veces desplegadas a
espaldas del otro o conocidas pero perdonadas por éste, puedan servirle de detonante para
compañero o compañera que la relación tal como la han definido y vivido se mantiene incólume.
pareja como puntal para que, a su amaño, puedan dar por terminada una relación que no sólo
relación marital, situación que debe quedar plenamente exteriorizada frente al otro, entre
otras cosas para que éste pueda ejercitar los derechos y prerrogativas que la ley prevé, no es
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convivencia que fundadamente le dan a entender que la unión marital subsiste, con las mismas
6. Puestas así las cosas, reluce palmario que el fallador no atribuyó a las
pruebas censuradas el sentido que razonablemente cabe extraer de las mismas, pues si lo
hubiera hecho, habría encontrado que la relación que también tuvo el demandado con Orfa
Isabel Hoyos Grisales, si bien afectiva, no fue propiamente una unión marital de hecho y, por
ende, no era de similar naturaleza a la que aquél simultáneamente mantenía con la actora; por
consiguiente, hubiera encontrado que la comunidad de vida permanente que existió entre las
partes desde diciembre de 1990 hasta el 16 de julio de 2001, como está probado y lo admitió
acción para obtener la disolución y liquidación de la sociedad patrimonial a que dio lugar dicha
unión marital, pues de la aludida época a la fecha de presentación de la demanda (15 de agosto
julio de 2001.
probatoria en que incurrió el juzgador ad quem, por tanto, se impone aniquilar el fallo
SENTENCIA SUSTITUTIVA
1. En este litigio no hay discusión alguna, en cuanto a que entre Luz Marina
Zuluaga Naranjo y William Naranjo Osorio, sin estar casados, existió una comunidad de vida
esa unión marital durante todo ese lapso tuvo el carácter de singular, conforme se estableció
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Corazón Echeverri Ramírez, Sonia Domínguez Salazar Gloria Elsy Lujan Arenas, Clara Isabel
Correa Agudelo, Sonia Domínguez Salazar, Martha Elena Duque Zuluaga y Diana Paulina
Naranjo Zuluaga, manifestaron que las partes desde diciembre de 1990 convivieron como
marido y mujer hasta mediados del año 2001, incluso algunos afirmaron que pensaban que
estaban casados, pues observaron que cohabitaban bajo el mismo techo, compartían el mismo
lecho, había solidaridad y ayuda mutua entre ellos, se trataban cariñosamente y vivían
pendientes el uno del otro y de su hija, la actora ayudaba a su compañero en sus actividades
compañía de los familiares y amigos de cada uno de ellos, William era detallista con la actora,
participaban de las reuniones de los edificios en que residieron, viajaban juntos y cuando salían
al exterior y no llevaban a su hija la dejaban con la abuelita del demandado, además, que los
pareja. Así mismo, algunos de ellos describieron la angustia que vivió la actora cuando
secuestraron al demandado y que fue ella quien entregó el dinero que pidieron los
coherencia, uniformidad y objetividad, amén que por su cercanía con las partes, los testigos
conocían la relación de pareja en cuestión. Así por ejemplo, Gloria Eloy Lujan Arenas, quien
laboró con las partes como empleada del servicio doméstico desde 1999, narró
circunstanciadamente que las partes convivieron como esposos desde que los conoció hasta el
16 de junio de 2001, siendo del caso resaltar que cuando fue interrogada acerca de si éstos
durante ese lapso compartían la misma habitación respondió “ellos dormían en la misma
alcoba”. Y más adelante refiriéndose al demandado afirmó que “él dormía allá todos los días,
él nunca faltaba allá en la casa”; igualmente, dijo que “ellos viajaban juntos a Estados Unidos,
cuando la abuelita de don William venía a quedarse con la niña, doña Marina se iba con él para
Estados Unidos y cuando doña Pastora, la abuela de don William no podía venir, doña Luz
Marina no podía viajar con don William y, cada 8 días iban a la finca a traer frutas”. Así
mismo, la deponente relató que la citada pareja viajó con su hija a Estados Unidos con el ánimo
de radicarse allá, ya que temían por la seguridad del demandado, además, comentó que aquél en
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Torres de Castropol como portero, relató que los aquí contendientes residían en ese lugar
desde 1996 como “una pareja de matrimonio, pero no estaba enterado de si estaban casados o
unión libre”, pues él percibió que “ellos vivían bien, como una pareja de matrimonio, sin ningún
problema”, además que su convivencia “era permanente, esa convivencia se daba diariamente”.
Del mismo, narró que “los veía siempre andando (…), por el rededor (sic) del edificio,
dándole la vuelta a la manzana”, que dicha pareja viajaba con frecuencia a Estados Unidos y
que el demandado era detallista con Luz Marina, pues le enviaba ramos en fechas especiales.
La administradora del citado edificio, señora Luz María del Sagrado Corazón
Echeverri Ramírez, aseveró que los aquí litigantes desde 1996 vivían en ese lugar “como una
familia normal, común y corriente, amanecían los carros ahí, tienen una niña que se llama
Paulina (...)”, agregó que estuvieron hasta mediados del 2001, pues viajaron a Estados Unidos
con el propósito de radicarse en ese país, pero que se regresaron y como a los tres meses el
demandado se fue. Así mismo, refirió que “los veía irse para la finca, para vacaciones, salían
los dos juntos, salían mucho a caminar, se los encontraba uno siempre por la mañana dando la
vuelta, ellos caminaban por el Hotel Belffort”. Añadió, “yo me imaginaba que eran casados,
que era una familia normal, ahora que usted me viene a decir eso, se comportaban como una
familia normal y corriente. Ellos siempre se veían juntos, los veía salir en el carro juntos, ahí
veía uno los dos carros que amanecían en el parqueadero, es más, él me dejaba el carro en un
parqueadero de visitantes, y yo le llamaba (sic) las orejas a cada rato, y parqueaban el carro
creo que era un Willys y lo parqueaban más ahí que en el parqueadero de ellos (…)”. Y con
vivía permanentemente con ella, yo se porque los veía uno todos los días por la mañana, los veía
salir juntos, los veía a los tres, don William, Luz Marina y la niña”.
Salazar, quien también vivía ahí, declaró que conoció a las partes “como esposos” porque
vivieron allí; así mismo, afirmó “los veíamos como una pareja estable, él salía por la mañana a
que tiene él, él salía por la mañana y volvía por la noche. La relación entre ellos era de pura
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Zuluaga, después de haber aclarado que sería imparcial, pues ama tanto a su madre como a su
situaciones que ponen al descubierto la existencia de la unión marital, refirió que sus padres
“nunca se separaron, mi mamá y mi papá vivieron juntos desde 1990 (…) hasta julio 16 de
2001” y que ellos siempre convivieron “como una familia, común y corriente, compartíamos
todo, el techo, la comida, mi mamá y mi papá dormían juntos en la misma cama, hasta julio
de 2001” (destaca la Sala). De igual modo, aseveró que “mi mamá y mi papá siempre
durmieron en la cama de ellos dos, nunca durmieron en cama separada, yo me daba cuenta
porque mi habitación quedaba continua a la de ellos dos, para mí fue difícil empezar a dormir
sola, entonces a mí siempre me buscaban la alcoba mas cercana a ellos porque siempre he sido
Los testigos Marlene Zuluaga Naranjo, Martha Elena Duque Zuluaga, Clara
Isabel Correa, Enriqueta María Correa Agudelo, cercanos a las partes por la familiaridad y
amistad que los une, también describieron circunstancialmente la unión marital de las partes,
2. Ahora, la posterior convivencia del opositor con Orfa Isabel Hoyos Grisales,
tal como quedó asentado en sede de casación, no puede mirarse retrospectivamente como si
fuese una comunidad de vida de la misma naturaleza a la que aquél conformó con la actora,
habida cuenta que dicho demandado explícitamente admitió que la relación con Luz Marina
concluyó el 21 de julio de 2001, fecha a partir de la cual pudo haber nacido una nueva unión
resultan infundados y, por consiguiente, se impone declarar que entre las partes surgió una
pues la unión marital perduró por un lapso superior a dos años y, aunque en aquél concurría
impedimento legal para contraer matrimonio, se demostró que disolvió y liquidó la sociedad
conyugal conformada con Magnolia Londoño, mediante la escritura pública No.675 otorgada en
incorporó al expediente.
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en cuestión, tuvo vigencia desde el 22 de febrero de 1992 hasta el 16 de julio de 2001, época
en que se produjo la separación física y definitiva de los compañeros permanentes, sin que las
partes discutieran la fecha que aquél tuvo como referencia del nacimiento de esa especie de
DECISIÓN
del 9 de junio de 2004, proferida por la Sala de Familia del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Medellín, dentro del proceso ordinario que promovió LUZ MARINA ZULUAGA
RESUELVE
Juzgado Primero de Familia de Medellín, por las razones expuestas en la parte motiva de esta
decisión.
Tásense.
NOTIFÍQUESE
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