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Yecapixtla es un pueblo del estado de Morelos en México.

Es muy famoso por la gran calidad


de su cecina de res.

Índice

• 1Etimología
• 2Localización
• 3Historia
• 4Lugares turísticos
• 5Tianguis grande
• 6Fiesta patronal
• 7Folclor
• 8Personajes ilustres
• 9Hermanamientos
• 10Enlaces externos
• 11Referencias

Etimología[editar]
"Yekapitztla" significa "Promontorio, cerro artificial que oculta alguna pirámide o teocalli". Sus
raíces etimológicas son: yeka-tl o eka-tl, "aire"; pitz-auak, "casa delgada", y tla-n,
"abundancia", y quiere decir "Lugar de sutiles aires", como así se advierte. El ingeniero
Vicente Reyes y el licenciado Cecilio A. Robelo dicen en sus respectivas obras, aludiendo a
Orozco y Berra, que debe ser Yekapitztla, de yakatl, "nariz"; pitz-tli, "hueso de mamey", y tla,
"abundancia", para indicar que las personas de ese pueblo tienen las "narices aguileñas como
hueso de mamey". Su jeroglífico, aparece con un insecto para indicar que produce el aire
delgado con sus alas.

Localización[editar]
Se localiza el municipio en la región oriente del Estado, se ubica geográficamente en los
paralelos 18º 53´ de latitud norte y a los 98º 52` de latitud oeste del meridiano de Greenwich, a
una altura de 1,580 metros sobre el nivel del mar.

Historia[editar]
El pueblo de Yecapixtla, en el estado de Morelos, tiene un origen muy lejano, existen vestigios
que lo llevan hasta el periodo Olmeca como parte de la región Olmeca del Sur, periférico al
antiguo sitio de Chalcatzingo. Más tarde, fue lugar de paso de diversos grupos que
peregrinaban del centro a la provincia y de esta al centro. Los Mexicas conquistaron la
localidad que vino a formar parte de los pueblos tributarios de su Imperio y en el siglo XVI,
encabezaba una vasta región de tributarios en el oriente del actual Estado de Morelos,
denominado la Tlalnáhuac. En la época colonial, formó parte del marquesado del valle de
Oaxaca, conforme a la real cédula de donación de Carlos V al conquistador Hernán Cortés,
como una de las cinco villas del marquesado.
Su posición estratégica entre la provincia del sur este y el centro laconvirtieron en el lugar de
paso durante las gestas independentistas, dereforma y revolucionarias; sus pobladores se
vieron envueltos en el torbellinode estas guerras. Actualmente, forma parte del Estado de
Morelos como uno de los municipios orientales y polo secundario de desarrollo.
Pueblo rebelde que no reconocía a Moctezuma, también plantó cara y combatió ferozmente a
los españoles. Finalmente Yecapixtla fue vencido y saqueado por Gonzalo de Sandoval el 16
de marzo de 1521. Cortés se percata de la estratégica ubicación del pueblo y lo incluye en la
propuesta de donación que solicita a Carlos V, como parte del marquesado del Valle.
Se dice que su toponimia refiere a los hombres de narices afiladas o aguzadas. Se cree que
los gobernantes tenían unos chalchihuites atravesados en la nariz, como dice Chimalpain: a
honra del diablo. Se dice, también, que proviene del Ehecatl el dios del aire, Ahuac la casa
delgada y Tlan lugar que quería decir el lugar de los aires sutiles. Se cree que se llamó así
porque antiguamente se llamaba Xihuitzacapitztlan y los gobernantes tenían unos
chalchihuites en la nariz;según Sahagún, Yecapitzoac era uno de los cinco hermanos del dios
de los mercaderes Yacatecutli, lo que parece tener mayor relación con el nombre del lugar y la
actividad comercial que se desarrollaba en la comunidad.
Más tarde, Yecapixtla formó parte de una región probablemente relacionada con Chalco,
encabezando una organización regional que comprendía gran parte de las poblaciones del
orientedel actual Estado de Morelos.
Existen vestigios que muestran la existencia de grupos Olmecas en la región. Fue área de
tráfico degrupos Chalcas y Xochimilcas entre el centro y la provincia.
Hacia el año de 1325 arribaron los Xochimilcas, y más tarde el grupo denominado tlahuica
proveniente de los grupos mencionados en la tira de la peregrinación.
Chimalpain menciona que los nonoalcas al pasar por Chalco fueron malvistos por su dios
Tezcatlipoca, quien maldijo a los Chalcas quienes, por esta ofensa tuvieron que pedir perdón;
desde entonces Tezcatlipoca se convirtió en el dios de la región. Chimalpain menciona
indistintamente a Yecapixtla como Coyohuacan, dice además, que los pobladores de
Coyohuacan eran muchos y que "andaban con aderezo labrados de metal en las narices a
honra del diablo", por eso le llamaron a ese lugar Yacapichtlán: como lo menciona Gutiérrez
de Lievana en la relación de Acapistla de 1580.
La colocación de la piedra en la nariz era ritual símbolo de poder y gobierno. La religión se
desarrolló desde los dioses del Calpulli hasta el dios tutelar de toda la región que junto el
poder civil y religioso. Las actividades económicas diversificaron a los surgidos entre los
personajes importantes de una actividad cuya eficiencia les permitió adquirir la divinidad; es
probable que uno de estos dioses Yecapitzoac, diera el nombre definitivo al lugar, conforme a
la actividad importante: el comercio.
El carácter estratégico del sitio, lo convirtió primero en cabeza de la región de la cuenca del río
Amatzinac, receptora de los tributos regionales y más tarde, en el centro regional del
intercambio comercial, particularmente ganadero. El diosYecapitzaoc hermano de Yacatecutli,
dios de los mercaderes, se apoyaban en el caminar sobre un bastón, muy venerado según
decir de Sahagún, al grado de que cuando llegaban a un pueblo a pasar la noche, juntaban
las varas en formaritual.
En la festividad del Panquezalistli, un grupo se dedicaba al comerciorelacionado con la
captura de esclavos para sacrificar al dios.
El carácter estratégico del sitio y la tradicional enemistad con los Huejotzingas motivaron e
impulsaron la conquista de Yecapixtla a manos de Sandoval, un capitán Cortés, el 16 de
marzo de 1521; los Yecapixtlas ofrecieron una cerrada resistencia militar, sucumbiendo al final
y sometidos a una gran carnicería.
Los primeros frailes que llegaron fueron los franciscanos, después los agustinos; al
evangelizar a la población juntaron a los dioses del bastón Otlati: el Yacatecutli y San Juan el
Bautista.
Hernán Cortés ve con especial interés a Yecapixtla; pone casa allí, tomando tierras entre
Mexquemeca y Ocuituco y pone huerto de árboles frutales; conserva el sistema de tributación
establecido y en 1525 lleva frailes para evangelizar la región.
Cuando fue por primera audiencia, parte hacia España dejando este señorío en manos del
encomendero Diego de Olguín.
Cortés volvió de España en 1529 con la cédula de donación del marquesado del valle;
Yecapixtla y sus vecinos estaban entre las poblaciones concedidos al conquistador por Carlos
V. Al darse cuenta de las dimensiones, el rey permitió que sus representantes limitaran la
merced real de Cortés. Primero, le quitaron Totolapan y Atlatlahucan, más tarde desataron
una campaña de retasamiento de tributos entre los sujetos de Yecapixtla y finalmente, cuando
es enjuiciado el segundo marqués, esta provincia de la Tlalnahuac cuya cabeza era
Yecapixtla, fue secuestrada hasta 1586, cuando le fue restituida.
Monasterio Agustino de Yecapixtla Una vez fundado el monasterio de Cuernavaca, los
franciscanos inician la campaña misionera incluyendo como tributarios a pueblos como
Tlayacaque, Tetela, Tecpancingo, Tlatlauco, Totolapa y un conjunto en los alrededores de
Yecapixtla conocido como Tlalnáhuac, lo cual explica la riqueza de recursos que permitieron la
construcción del conjunto conventual

Fachada del convento de San Juan

Entre 1535 y 1540, los monjes agustinos construyeron el monasterio de San Juan el Bautista.
Las características de este edificio invitan al viajero y al estudioso a conocer su belleza,
apreciada desde tiempos coloniales, como cita la Relación de Cuernavaca de 1743: "...a ocho
leguas de esta cabecera (Cuernavaca), está el curato de Yecapixtla, convento de religiosos
del Señor San Agustín, uno de los templos más pulidos de este reino, con una iglesia
fortísima, labrada con tal curiosidad que hasta las rejas de las ventanas son de piedra, como
las barandillas del coro y el púlpito, todo tan pulido que con un buril no se pudiera realzar más
sus labores, como los lasos de las bóvedas y escaleras del convento".
Monasterio Agustino de Yecapixtla
Entre 1535 y 1540, los agustinos construyeron el monasterio de San Juan el Bautista y desde
allí atendieron un grupo reducido de poblaciones. El monasterio se convirtió en el centro de la
organización colonial regional.
A finales del siglo XVI, el monasterio comenzó a perder descendencia sobre la población a
causa del predominio de los seculares y del surgimiento industrial en la región de Cuautla; los
vecinos de Yecapixtla, abandonaron el monasterio y se contrataron en las haciendas.
El monasterio cuenta con elementos como un atrio monumental, una capilla posas, capilla
abierta, templo monumental y convento y una huerta anexa en la que existen árboles de
diferentes especies.

Lugares turísticos[editar]

Zócalo de Yecapixtla, Letras Monumentales y Matacueros de Morelos, México

• El Zócalo de Yecapixtla.
• Letras Monumentales de Yecapixtla
• Mercado Tradicional.
• El ex convento de San Juan Bautista, donde podrán encontrar el rosetón gótico único en
el mundo
• Monumento al Matacuero
• Monumento al Cecinero
• Arcos de Bienvenidos a Yecapixtla
• Acueducto de Tecajec
• Mural de la Historia de Yecapixtla
• Cuexcomate
• Corredor Artesanal
• En Achichipico, comunidad perteneciente al municipio de Yecapixtla se encuentra las
pinturas rupestres, un lugar de magia y tradición.
• Parque Ecoturístico Yekapark
• Taller Artesanal de la Nieve
• Taller Artesanal de la Cecina de Yecapixtla
• Pozo de Viento en la comunidad de Aquiles Serdan
• Antigua Estación del Ferrocarril
• Capilla Abandonada de Calalpa
• Acueducto de San Pablo
• Taller de Crema y Queso
Tianguis grande[editar]

Exconvento de Yecapixtla, foto nocturna, mayo de 2010.

El último jueves de octubre se celebra el tianguis grande o feria de la cecina con brinco de
chinelo exposiciones de cecina y baile público.
Para el tiempo prehispánico, la fiesta del tianguis grande se realizaba en la veintena
“Tlaxochimaco” (veintena corresponde al mes en el calendario náhuatl), aproximadamente del
18 de agosto al seis de septiembre; esta fiesta fue como un ritual de admiración y respeto al
señor del comercio. Por ello se realizaba el gran tianguistli, donde los moradores podían
intercambiar productos que consistían en semillas, flores, plumería, mantas, calzado, pieles de
animales silvestres, utensilios para la caza, además de gozar de las danzas que realizaban los
guerreros a la sagrada energía del cosmos; en ellas también participaban todos los
moradores.
Tlaxochimaco es el nombre que designa “la ofrenda de flores”, ritual que se ofrecía a la fiesta
de “Micailhuitzintli” (en esta fiesta se recordaba a las animas de los pequeños).
En ella veneraban el nacimiento del señor Yacapitzauac, cubriendo de flores la esfinge
monolítica de la imagen que estaba en el Teopan de aquel Teocalli. Los habitantes y
pochtecas le rendían homenaje del siguiente modo:
Se iniciaba la fiesta una noche anterior, con la vigilia de los guerreros que se formaban en este
lugar. Les acompañaban los tlatoanis que se encargaban de instruir al pueblo, algunos eran
invitados que venían de Tepoztlan, para ofrecer el xuchitl y las plegarias correspondientes.
Las ofrendas consistían en flores silvestres de diversas especies que se encuentran en el
campo después de las lluvias y la quema del copalli en los popochcomil; cantos y relatos de la
vida de este señor mexica. La música interpretada con sus instrumentos autóctonos (a saber,
flautas de carrizo, tecocollis –caracol-, teponaztles, Ayacachtli –maracas- y los huehuetl –
tambores-). Y que gracias a la inteligencia de nuestros abuelos perviven en la fiesta de
Semana Santa; interpretándola para las procesiones con los Matacues. En sus cantos se
hacía una invitación a la meditación y profundidad, a la reflexión de los conceptos que
trascienden a la vida y la muerte. Esa búsqueda en el interior de sus almas que habían de
conducirlos al lugar de la dualidad “El Omeyohcan”, en el treceavo cielo.
“In ye tlauizcaleua” (al despuntar el alba), se realizaba el saludo a los cuatro rumbos del
universo; buscando siempre esa armonía con la naturaleza y el cosmos. Así se daba inicio con
las danzas que son el símbolo de la vida, en el ollin –movimiento-; pues con el paso de la
noche y la quietud había quedado atrás, el “Micctlan sagrado”, el reposo de las ánimas. Se
emprendía el caminar de un nuevo día para regenerar la vida en todo su esplendor.
Durante los festejos del día, se realizaba “El gran Tianquistli”, donde se daba el trueque de
productos y mercancías; que eran traídas por los moradores del lugar y los pochtecas de la
región.
En este tianguis, se encontraban productos de alfarería como jarros, cazuelas, molcajetes,
metates, ollas de barro y platos del mismo material; alfarería con un tratamiento especial en el
pulido ya que estaba dedicada para uso exclusivo en el servicio religioso. Entre estas piezas
destacaban los popochcomil (Sahumerios) (Platos decorados, Jarros y otros utensilios),
dedicados para las ofrendas de las ánimas. También se ofrecían en este tianguis, productos
de primera necesidad. Comestibles desde semillas de maíz, fríjol, calabaza, cacao, cacahuate,
amaranto y una gran diversidad de chiles para preparar los exquisitos guisados; Totolin
(guajolotes), izcuintlis (perro mexicano). Además ropa de algodón o manta y calzado. Entre
otros los chiquihuites, canastos y petates; mecates, costales de fibras naturales y ayates. Así
como herramientas de trabajo, instrumentos musicales (Huehuetl, teponaztles y flautas de
carrizo). También plumas de “quetzal” para los atuendos de los guerreros, y productos
alusivos a la fiesta de muertos: Copalli, flor de zempoalxuchitl, figurillas de animales con un
silbato chiflador (que reciben el nombre de Chililetes).
Con la conquista religiosa, esta fiesta es respetada por los frailes agustinos, y en un
sincretismo es bien aceptada la gran plaza del trueque. Ya que los frailes pudieron observar la
convivencia entre los moradores del cacicazgo, que venían de sus diferentes poblaciones para
reunirse rindiendo el tributo y el homenaje a sus amados difuntos, enseguida de los festejos
del señor del comercio, se realizaba la fiesta a las ánimas de los niños y al día siguiente a los
mayores santa meto

Fiesta patronal[editar]
El 24 de junio fiesta patronal del pueblo en honor a San Juan Bautista; es celebrada con
danzantes, bandas de viento, quema de toritos y castillo de bengala. Así como variados
espectáculos taurinos, que van desde charreadas, jaripeos, torneos de lazos y encierros de
vaquillas de lidia. fiesta en celebración al santo patrono de san Juan bautista

Folclor[editar]
El folclore, folclor, folklore o folklor es la expresión de la cultura de un pueblo: artesanía,
bailes, chistes, costumbres, cuentos, historia oral, leyendas, música, proverbios,
supersticiones y demás, común a una población concreta, incluyendo las tradiciones de dicha
cultura, subcultura o grupo social, además se suele llamar de la misma manera al estudio de
estas materias; así pues el folclor de Yecapixtla es mostrado por el Matacuero distintivo y
único de este hermoso municipio.
El Matacuero es un ícono en la cultura de Yecapixtla. Su nombre, proviene de "Matacue", que
en náhuatl significa "el que indaga", "el que busca".
Sus orígenes se remontan al siglo XIX y son un antecedente de los Chinelos.
El Matacuero es una alegoría del soldado español que llegó durante y después de la conquista
a estas tierras pobladas por los tlahuicas.
La diferencia entre el Chinelo y el Matacuero, es que el primero solo baila; y el segundo habla
y despotrica contra el soldado español.
Su atuendo está compuesto por una gorra multicolor y una máscara color claro, diferente a la
piel morena de los indígenas y tienen ojos claros. Está hecha de mimbre, principalmente y uno
de los rasgos más característicos es la barba que generalmente es negra y terminada en
gancho, como una barba egipcia.
El Matacuero viste camisa, mandil o delantal y calzón, todos de satín de colores vivos. Usa
medias y calza huaraches. Esta vestimenta imita al traje de los conquistadores españoles.
Otro rasgo distintivo del Matacuero es que lleva enredada en la cintura una cadena, que
simboliza la dominación a la que fueron sometidos por los colinizadores. El Matacuero hace su
aparición el Sábado de Gloria y representa a un soldado que va dando órdenes a una fila de
"Romanos". Desde que los Matacueros aparecieron, han realizado la misma función: salen a
las principales calles de Yecapixtla a celebrar, van en fila y los mayores dan órdenes a los
más pequeños. Adelgazan la voz y dicen, al oído: "apúlale, apúlale", por apúrale, apúrale, para
que la procesión avance. Utilizan el mismo tono de voz y las mismas palabras desde tiempo
ancestrales. Esta impostación bucal la realizan para que no sean reconocidos.

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