Bendita, Grandiosa de inmenso poder, Dios te acompañe, y tu a mi por el camino del bien. Con tu espa- da vencedora líbrame del mal, de la injusticia, de la en- vidia y de los malos ojos. Con el poder del rayo protégeme de mis enemigos, glorifica la boca de fuego de mi cañón y permite que salga victorioso. Con el cáliz de tu copa y el vino mantén la fuerza de mí cuerpo y espíritu para la dura lucha y el combate. A mis manzanas y margaritas recíbelas como ofrenda de que te tengo siempre presente en mi pensamiento y en mi hogar, y te ruego no me abandones nunca y acudas a mi cada vez que te reclame para defender mi fe, mi tierra, mi familia y mis luchas, y que al final me lleves siempre a la gloria como Tú. AMÉN….