DIFERENCIAS ENTRE TRAMITACIÓN SIMPLIFICADA Y TRAMITACIÓN
URGENTE.
En cuanto a la tramitación simplificada se caracteriza por lo siguiente:
1.- Los motivos por los que se acordará una tramitación simplificada pueden ser:
O bien razones de interés público – Estamos ante un concepto
indeterminado, no taxativo. Por lo que, es suficiente que este bien motivado. El interés público puede radicar en la propia agilidad y simplificación como elementos de calidad.
O bien la falta de complejidad del procedimiento - Es más concreta, pero
también discutible. Cuando el artículo 96.6 dice, que el procedimiento simplificado tiene que constar únicamente de determinados trámites tasados, nos ofrece una interpretación clara: si son precisos otros trámites, se entenderá “complejo”. Por ejemplo, cuando sean exigibles informes técnicos, o algún tipo de prueba, ya no será posible la aplicación simplificada.
2.- El procedimiento sólo podrá usarse de mutuo acuerdo entre Administración
o interesado. Por tanto, si la Administración lo insta, pero el interesado se opone, no prosperará la tramitación a través de vía simplificada. Por el contrario, si es el interesado quien lo pide, pero la administración no encuentra razones, o simplemente deja pasar 5 días, no podrá usarse la vía simplificada, ya que la petición se entenderá desestimada
Además ha de existir consenso entre las parte, o al menos una no oposición
expresa.
3.- El procedimiento administrativo debe ser resuelto en el plazo improrrogable
de 30 días.
4.- En cuanto a su contenido: el procedimiento administrativo simplificado
única y exclusivamente puede contar con un conjunto limitado de trámites, regulado a modo de numerus clausus, que esta singular tramitación no puede exceder bajo ningún pretexto. Esta es la característica de este procedimiento, que sus trámites están tasados, no puede haber otros trámites y si se necesitara realizar algún otro trámite que no sea los que el artículo 96 señala, se debe tramitar de manera ordinaria. Estos trámites son los siguientes:
• Inicio (de oficio o a instancia del interesado)
• Subsanación de la solicitud presentada, en su caso • Alegaciones formuladas al inicio del procedimiento durante el plazo de cinco días • Trámite de audiencia (sólo en caso de ser desfavorable para el interesado la posterior resolución) • Informe del servicio jurídico (cuando sea preceptivo) • Informe del Consejo General del Poder Judicial (cuando sea preceptivo) • Dictamen del Consejo de estado u órgano equivalente de la comunidad autónoma (cuando sea preceptivo) • Resolución
Si comparamos la tramitación simplificada con la ordinaria, podemos observar
cómo, entre otros, no pueden llevarse a cabo trámites como la proposición de pruebas, ni su práctica, informes que no sean preceptivos, información pública ni propuesta de resolución.
Del contenido del artículo 96 de la LPACAP podemos extraer tres incidencias
que determinan el fin de la tramitación simplificada y la continuación del procedimiento administrativo por la vía ordinaria:
• Oposición por alguno de los interesados en los procedimientos iniciados
de oficio (salvo en los procedimientos sancionadores, en los que no cabe tal oposición) • Cuando el procedimiento exija algún trámite no previsto para la tramitación simplificada • Cuando así lo estime el órgano competente para su tramitación, siempre antes de la resolución
En cuanto a la tramitación de urgencia, regulada en el artículo 33 de la
LPACAP, alude a situaciones en las que la Administración tiene que resolver una situación de manera apremiante, que no admite demora sino que requiere una respuesta rápida, inmediata, no dilatada. Es un supuesto diferente la urgencia de la tramitación simplificada que más parece referirse a falta de complejidad de los asuntos. Cuáles son las diferencias entre una y otra:
• La tramitación simplificada no puede acordarse de oficio si mediara la
oposición expresa de alguno de los interesados, mientras que la tramitación de urgencia puede aplicarse incluso con dicha oposición. • La tramitación simplificada establece un plazo general para la sustanciación del procedimiento (30 días), mientras que la tramitación de urgencia sólo admite reducir a la mitad los plazos señalados para cada uno de los trámites que conforman el procedimiento, salvo los relativos a la presentación de solicitudes y recursos. • La tramitación simplificada puede fundamentarse en razones de interés público o en la falta de complejidad del procedimiento, y sólo la primera causa puede ser presupuesto de la tramitación de urgencia. • Finalmente, y quizá lo más relevante, la tramitación simplificada implica la mengua del procedimiento a los trámites específicamente señalados en el art. 96.6 de la LPACAP, entre los que no se hallan los actos probatorios, mientras que la tramitación urgente no permite sustraer trámite alguno, tan sólo los plazos se reducen a la mitad.