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Uno de los períodos más ceñidos y uniformes es el de la década que corre entre
1925 y 1934. Son los años del poeta de residencia I, diez años en los que madura
el poemario que sacará en dos etapas: en 1933 en Santiago y en 1935 en Madrid.
La edición de Residencia en la tierra publicada en 1933 es lo que se conoce como
primera residencia. La edición que realiza la editorial de José Bergamín Cruz y
Raya, dos años después, reitera la primera residencia y agrega una segunda parte,
con nuevos poemas. A esta segunda parte se la conoce como “Segunda residencia”
aunque el libro entero de la segunda edición se titule igual que la primera. Con esta
aclaración se entiende que luego de Residencia... el poeta publique una Tercera
residencia en 1947 sin que ninguna de sus obras lleve el ordinal segundo.
Parra nace a la poesía con un anti. Se trata de una propuesta estética que
irrumpe hacia mitad de la década del 30 en Chile y que propugna una poesía de la
claridad. Su blanco central es el Neruda de Residencia I, hermético, simbólico,
oscuro, pesimista. Contra esa poesía se eleva una especie de programa que, para el
caso de Parra, da origen a un poemario muy al estilo de Federico García Lorca, su
mayor influencia, que llamó Cancionero sin nombre. Copia casi descarada del
Romancero Gitano, el valor del primer libro que Parra publicó en 1937 fue discutir
con la poesía oscura del surrealismo. No era sólo Neruda el adversario de esta
poesía, sino también la fuerte influencia del movimiento de Bréton encarnado en el
grupo “Mandrágora”.
Dejada atrás esta prehistoria, dos momentos siguieron en el proceso creativo
de Parra. Los primeros años de los 40 dieron origen a una poesía que Parra llamó
neorromántica. Son algunos de los poemas escritos hacia 1942 e incluidos en la
primera parte del libro Poemas y antipoemas. Un segundo momento, en torno a
1948, reveló un cambio esencial de estética: en esta fase aparecieron poemas cuyo
lenguaje y arquitectura reconocemos como claramente antipoéticos. Estos fueron
algunos de los que formaron la tercera parte del poemario citado. Finalmente, en
relación al libro de 1954, algunos poemas fueron escritos como enlace entre la
primera y la tercera parte; fueron los últimos que creó Parra antes de la
publicación.