Está en la página 1de 11

En su más estricta definición, el término "cólico" significa dolor abdominal.

Con el paso de los


años, se ha convertido en un término amplio para denominar una variedad de afecciones que
hacen que el caballo manifieste síntomas clínicos de dolor abdominal. En consencuencia, se
usa para referirse a afecciones de etiología y gravedad muy variadas. Para comprender estas
etiologías, establecer un diagnóstico e instaurar el tratamiento adecuado, el veterinario debe
en primer lugar conocer los aspectos clínicamente relevantes de la anatomía gastrointestinal
equina, los procesos fisiológicos involucrados en el tránsito de la ingesta y de los líquidos a lo
largo del tracto gastrointestinal)' la extrema sensibilidad del caballo a los efectos deletéreos de
las endotoxinas bacterianas que están presentes normalmente en el lumen intestinal.

A natom ía gastrointestinal: El caballo es un animal monogástrico, con un estómago


relativamente pequeño (capacidad 8-10 L), localizado en el lado izquierdo del abdomen, detrás
de la caja torácica. La unión del esófago distal y el cardias es una válvula funcional
unidireccional, que permite que el gas y los líquidos entren en el estómago, pero no salgan. En
consecuencia, aquellas afecciones que impdan el movimiento aboral normal del gas y el líquido
a través del intestino delgado pueden tener como resultado una dilatación grave y rotura del
estómago. Debido a su localización, el estómago es difícil de visualizar por radiografías o
ultrasonidos en los caballos adultos grandes. El tamaño menor del potrillo, en cambio, permite
monitorizar el vaciado gástrico mediante radiografía de contraste. El intestino delgado
comprende el duodeno, el yeyuno y el íleon; este último se une al ciego a través de la bien
marcada unión ileocecal. El duodeno se encuentra principalmente en posición dorsal en el lado
derecho del caballo, suspendido de la pared dorsal del cuerpo por un pequeño mesen terio de
3-5 cm. En consecuencia, el duodeno no está involucrado en los desplazamientos del intestino
delgado que afectan al mesenterio (vólvulos). En la base del ciego, en la región de la fosa
paralumbar derecha, el duodeno gira hacia la línea media. Es en esta localización donde el
duodeno puede ser palpado en la exploración rectal, si se encuentra distendido con gas o
líquido (por ejemplo, en caballos con enteritis próxima!). Cuando el intestino delgado llega a la
línea media dorsal, se convierte en el yeyuno. El característico largo mesenterio permite a las
asas del yeyuno descansar sobre los órganos de la porción ventral del abdomen. El yeyuno
mide ~19,5 m de largo. Su longitud, junto con la de su mesenterio, lo hacen susceptible de
padecer vólvulos e incarceraciones. Al final del yeyuno, la pared del intestino se hace más
muscular, la luz se estrecha y un nuevo anclaje mesentérico se hace evidente. Los últimos 45
cm del intestino delgado, el íleon, se unen al ciego por su lado dorsomedial. Esta unión se
identifica por la fijación del pliegue ileocecal desde el íleon a la tenia dorsal del ciego. Este
pliegue ileocecal se usa como marca para localizar el íleo en cirugía. Desde el íleo, la ingesta
entra en el ciego, un gran saco ciego de fermentación que está situado principalmente en el
costado derecho del caballo y se extiende desde la región de la fosa paralumbar al cartílago
xiloide en la línea media ventral. El ciego mide 1,2-1,5 111 de longitud y tiene una capacidad
de 27-30 L de comida y líquido. Bajo la influencia de la musculatura cecal, la ingesta en el ciego
es masajeada, mezclada con microorganismos capaces de digerir la celulosa y finalmente pasa
a través de la abertura cecocólica al colon ventral derecho. El anclaje del ciego a la pared
abdominal dorsal es amplio, minimizando de este modo la posibilidad de que el ciego pueda
sufrir desplazamientos o gire sobre sí mismo. El colon ventral derecho está dividido en
saculaciones que ayudan a mezclar y retener las fibras vegetales hasta que son digeridas.
Se localiza en la porción ventral del abdomen, desde la región del flanco hasta la caja torácica.
El colon ventral gira entonces a la izquierda, formando primero la flexura esternal y luego el
colon ventral izquierdo. Este último, que también es grande y está saculado, pasa caudalmente
a la región del flanco izquierdo. Cerca de la región pélvica, el diámetro del colon disminuye
marcadamente mientras éste se dobla sobre sí mismo. Esta región, que se llama flexura
pélvica, es la porción inicial del colon dorsal izquierdo carente de saculaciones.
Presumiblemente debido al brusco cambio de diámetro, la unión entre el colon ventral
izquierdo y la flexura pélvica es donde más frecuentemente tienen lugar las impactaciones. El
diámetro del colon dorsal es máximo bien a nivel de la flexura diafragmática o bien a nivel del
colon dorsal derecho. No hay saculaciones en ninguna de las porciones, derecha o izquierda,
del colon dorsal. El colon dorsal derecho está íntimamente unido al colon ventral derecho por
un corto pliegue cecocólico, y a la pared abdominal por un fuerte anclaje mesentérico que
comparte con la base del ciego. Por el contrario, ni el colon ventral izquierdo ni el colon dorsal
izquierdo se unen de forma directa a la pared abdominal, lo que permite que estas porciones
del colon puedan sufrir desplazamientos o torsiones. La ingesta pasa del colon dorsal mayor
derecho al colon transverso menor, que tiene un diámetro de ~io cm y está firmemente unido
a la zona más dorsal de la cavidad abdominal por un fuerte, corto y fibroso mesentéreo. El
colon transverso está situado por delante de la arteria mesentérica craneal. Finalmente, la
ingesta entra en el saculado colon descendente, que tiene 3-3,6 m de largo. A p o rte
sanguíneo del tracto gastrointestinal: Las arterias celíaca y mesentérica craneal (lamas de la
aorta abdominal) irrigan el tracto gastrointestinal. La arteria celíaca lleva sangre arterial al
estómago, páncreas, hígado, bazo y la primera porción del duodeno. La arteria mesentérica
craneal lleva sangre arterial al resto del duodeno, a todo el yeyuno, íleon, ciego, colon mayor y
colon transverso y a la prim era porción del colon descendente. Como el colon mayor está
fijado a la pared abdominal sólo en la región que rodea inmediatamente a la arteria
mesentérica craneal, la sangre que nutre todas las partes del coion debe recorrer toda la
longitud de éste. La flexura pélvica recibe su aporte sanguíneo de 2 ramas de la arteria
mesentérica craneal; una rama irriga el colon dorsal derecho e izquierdo antes de alcanzar la
flexura pélvica y la otra rama irriga el colon ventral derecho e izquierdo antes de alcanzar la
flexura pélvica. Por ello, los vólvulos del colon mayor cerca dela unión de colon y ciego pueden
interrumpir el riego sanguíneo a todo el colon izquierdo. Las ramas principales de la arteria
mesentérica craneal pueden estar lesionadas por las formas migratorias de Strongylus vulgaris
(véase p. 266). A berturas naturales del abdom en: Existen varias aberturas o espacios
naturales dentro de la cavidad abdominal que pueden ser importantes en algunas afecciones
que causan cólico. El canal inguinal proporciona una abertura a través de la cual el intestino
puede pasar y quedar atrapado. Aunque las hernias inguinales son frecuentes en potrillos
jóvenes, rara vez causan problemas clínicos; la situación es considerablemente diferente en los
sementales. De forma similar, si la pared abdominal ventral no se forma debidamente
alrededor del ombligo, queda una abertura que crea la posibilidad de que se produzcan
problemas intestinales secundarios a una hernia umbilical. El foramen epiploico, abertura
natural entre la vena porta, la vena cava caudal y el lóbulo caudal del hígado, puede ser lugar
de incarceración intestinal. Finalm ente, existe un espacio natural entre el aspecto dorsal del
bazo y el riñón izquierdo. Este espacio está limitado por el ligamento renoesplénico, una banda
fuerte de tejido que conecta el aspecto dorsomedial del bazo con la cápsula fibrosa del riñón
izquierdo. Este ligamento proporciona una "repisa" por encima de la cual el colon mayor
puede quedar desplazado. Patrones de m otilidad colónica: La peristalsis anterógrada del colon
ventral izquierdo desplaza la ingesta hacia el colon dorsal izquierdo y entonces los músculos de
la pared de este último se contraen para mover la ingesta hacia la flexura diafragmática. Hay
evidencias, sin embargo, de que los músculos del colon ventral izquierdo se contraen de forma
retrógrada, desde la región de la flexura pélvica hacia la flexura esternal. Además, estas
contracciones se originan en una región marcapasos de la flexura pélvica. Se ha emitido la
hipótesis de que este marcapasos capta el tamaño o bien la consistencia de las partículas de
alimento de la ingesta y entonces inicia el patrón de motilidad apropiado. Si la ingesta ha sido
digerida suficientemente, es desplazada en dirección anterógrada; si es necesaria digestión
adicional, la ingesta es desplazada en dirección retrógrada y retenida en el colon ventral. Esta
teoría ha sido propuesta para explicar la frecuente presentación clínica de obstrucciones en o
cerca de la flexura pélvica. Hallazgos clínicos: El cólico se asocia con numerosos síntomas
clínicos. Los más comunes son escarbar repetidam ente con una mano, mirarse a los flancos,
fruncir el labio superior y arquear el cuello, levantar repetidamente un miembro posterior o
coceara®! abdomen, tumbarse, revolcarse, sudar, estirarse como si fueran a orinar, hacer
esfuerza ] por defecar, distensión del abdomen, pérdida del apetito, depresión y disminución
del número de movimientos intestinales. No es frecuente que un caballo con cólico manifieste
todos estos síntomas. Aunque son indicadores fiables de dolor abdominal, ninguno de ellos en
particular nos dice qué parte del tracto gastrointestinal está afectada o si será necesaria la
cirugía. Diagnóstico: Sólo se puede establecer un diagnóstico e instaurar el tratamiento
apropiado después de haber examinado al animal exhaustivamente, teniendo en
consideración los antecedentes de problemas o tratamientos anteriores, determinando qué
parte del tracto intestinal está involucrada, e identificando la causa de este episodio de cólico
en particular. La mayoría de las veces, un cólico se produce por una de estas 4 razones: 1) La
pared del intestino está excesivamente distendida, ya sea por gas, líquido o ingesta. Esta
distensión estimula las terminaciones nerviosas sensibles al estiramiento localizadas dentro de
la pared intestinal, las cuales emiten impulsos dolorosos que se transmiten al cerebro. 2) El
dolor aparece si existe excesiva tensión en el mesenterio. 3) Se produce isquemia, la mayoría
de las veces como resultado de incarceraciones o torsión grave del intestino. 4) Se produce
inflam ación que puede afectar a toda la pared intestinal (enteritis)o bien a la capa que recubre
el intestino (peritonitis). En estas circunstancias, los mediadores proinflamatorios presentes en
la pared intestinal disminuyen el umbral de los estímulos dolorosos. La lista de las posibles
afecciones causantes de cólico es larga, por lo que es razonable primero determ inar el tipo de
enfermedad más probable y comenzar el tratamiento adecuado y luego establecer un
diagnóstico más específico, si fuera posible. Los tipos generales de enfermedad que causan
cólico son la presencia excesiva de gas en la luz intestinal (cólico flatulento), la obstrucción
simple déla luz intestinal, la obstrucción tanto de la luz intestinal como del riego sanguíneo del
intestino (obstrucción estrangulante), la interrupción sólo del riego sanguíneo intestinal
(infartación no estrangulante), la inflamación del intestino (enteritis), la inflamación déla
membrana que recubre la cavidad abdominal (peritonitis), la erosión de la capa que recubre el
intestino (ulceración) y el "cólico inexplicado". En general, los caballos con obstrucciones
estrangulantes y obstrucciones comp letas req u ieren ciru g ía abdom inal de urgencia,
mientras que los caballos con otros tipos de enfermedad pueden ser tratados médicamente.
Debe averiguarse el historial del episodio de cólico actual y de otros anteriores, si los hubo,
para determinar si el caballo ha sufrido problemas idénticos o similares o si este episodio es un
hecho aislado. La duración del episodio, la velocidad de deterioro del estado cardiovascular, la
intensidad del dolor, si el animal ha defecado y la respuesta al tratamiento, constituyen una
información importante. También es crítico determinar el historial de desparasitaciones del
caballo (programabas fechas de los tratamientos, los fármacos utilizados), cuándo se limaron
los dientes por última vez, si se han producido cambios en el suministro de alimento o agua o
en su cantidad y si el caballo estaba descansando o haciendo ejercicio cuando el episodio de
cólico comenzó. La exploración clínica debe incluir la evaluación de los sistemas cardiopulm
onar y C rointestinal. Deben evaluarse el color, ledad y tiempo de relleno capilar de la mucosa
oral. En caso de afectación cardiovascular aguda, las membranas mucosas pueden estar
inicialmente cianóticas o pálidas y al final hiperémicas o terrosas, a medida que se va
produciendo la vasodilatación periférica propia del shock. El tiempo de relleno capilar (normal
~i,5 s) puede estar acortado al principio, pero normalmente se va prolongando a medida que
se produce la estasis vascular (encharcamiento venoso). Las membranas se van secando a
medida que el caballo se va deshidratando. La frecuencia cardíaca aumenta por el dolor, la
hcmoconcentración y la hipotensión; por ello, las frecuencias cardíacas más elevadas se han
relacionado con problemas intestinales más graves (obstrucción estrangulante). Sin embargo,
no todas las afecciones que precisan cirugía se acompañan de una frecuencia cardíaca elevada.
Un aspecto importante de la exploración clínica es el sondaje nasogástrico. Como los caballos
no pueden ni regurgitar ni vomitar, el íleo paralítico, las obstrucciones que afectan al intestino
delgado o la distensión del estómago con gas o líquido pueden producir rotura gástrica. El
sondaje del estómago puede, portanto, salvar la vida del caballo y ayudar al diagnóstico de
estas afecciones. Si se produce reflujo líquido, se deben observar el volumen y el color del
líquido. Se deben auscultar el abdomen y el tórax y se debe percutir el abdomen. Éste debe ser
auscultado en diferentes zonas (el ciego en el lado derecho, el intestino delgado, arriba, en el
izquierdo, y el colon, más abajo, en este mismo lado). Los ruidos intestinales asociados con
episodios de dolor pueden indicar una obstrucción intraluminal (por ejemplo una impactación
o un enterolito). Los ruidos de gas pueden indicar un íleo o una viscera distendida. Los ruidos
de líquido pueden indicar una diarrea incipiente asociada con colitis. Una ausencia completa
de ruidos suele estar asociada a íleo paralítico o isquemia. La percusión ayuda a la
identificación de un segmento intestinal m anifiestam ente distendido (ciego a la derecha,
colon a la izquierda) que puede precisar trocarización. La frecuencia respiratoria puede estar
elevada debido a la fiebre, el dolor, la acidosis o a algún problema respiratorio subyacente. Las
hernias d iafragm áticas tam bién son una posible causa de cólico. La parte más significativa del
examen es la exploración rectal. El veterinario debe desarrollar un método sistemático para
palpar los siguientes órganos: la aorta, la arteria mesentérica craneal, la base cecal y la banda
ventral del ciego, el duodeno, la vejiga, la superficie peritoneal, los anillos inguinales en
caballos enteros y castrados o los ovarios y el útero en las yeguas, la flexura pélvica, el bazo y
el riñón izquierdo. El intestino debe palparse para comprobar su tamaño, consistencia del
contenido (gas, líquido o ingesta impactada), la presencia de distensión, paredes edematosas y
dolor a la palpación. Una muestra de líquido peritoneal (obtenida vía paracentesis aséptica
efectuada en la línea media) a menudo refleja el grado de daño intestinal. Se deben evaluar el
color, los recuentos celular y diferencial y la concentración de proteínas totales. El líquido
peritoneal normal es de color claro a amarillo, contiene se observan normalmente los ecos del
colon mayor. El colon mayor puede identificarse por su aspecto sacciforme. El duodeno puede
identificarse en el décimo espacio intercostal y localizarse alrededor de la zona caudal del
riñón derecho. El yeyuno raras veces se identifica durante la exploración ecográfica
transabdominal en los caballos adultos, mientras que las gruesas paredes del íleon pueden
identificarse mediante la exploración transrectal. Las alteraciones observadas con mayor
frecuencia en la ecografía son: hernia inguinal, atrapamiento renoesplénico del colon mayor,
cólico por impactación de arena, intususcepción, enterocolitis, colitis dorsal derecha y
peritonitis. Los sementales con hernia inguinal tienen el intestino incarcerado del lado
afectado; es posible identificar el intestino, y obtener información sobre el grosor de la pared y
sobre la presencia o la ausencia de peristaltismo. El colon mayor en caballos con atrapamiento
renoesplénico, de la cola del bazo o del riñón izquierdo puede no observarse, o estar presente
lleno de gas, en la cara caudodorsal del abdomen en la región del espacio renoesplénico. Los
caballos con cólico por arena tienen ecos hiperecogénicos granulares procedentes de la
porción afectada del colon. El hallazgo característico en caballos con intususcepción es la
apariencia de "ojo de toro" de la porción afectada del intestino delgado. Con frecuencia, el
intestino proximal a la intususcepción está distendido y la porción extrangulada está
engrosada. Los caballos con enterocolitis tienen con frecuencia síntom as de hiperperistalsis,
áreas engrosadas de la pared intestinal y distensión del mismo por la presencia de líquido. Al
contrario, los caballos con colitis dorsal derecha tienen con frecuencia un marcado
engrasamiento de la pared del colon. En los caballos con peritonitis, el líquido peritoneal
puede ser anecogénico o puede observarse material floculento y fibrina entre las superficies
serosas de las visceras. Tratamiento: Los caballos que padecen un cólico pueden necesitar un
tratamiento médico o quirúrgico. Casi todos ellos precisan alguna forma de tratamiento
médico, pero sólo aquellos con ciertas obstrucciones mecánicas del intestino precisan cirugía.
El tipo de tratamiento médico viene determinado por la la causa del cólico y la gravedad de la
enfermedad. En algunos casos, el caballo puede ser primero tratado médicamente y evaluar
luego la respuesta; esto está especialmente indicado si el caballo sufre un dolor moderado y el
sistema cardiovascular está funcionando con normalidad. La ecografía puede emplearse para
evaluar la eficacia del tratamiento no quirúrgico. Si fuera necesario, podría llevarse a cabo la
cirugía con fines diagnósticos o terapéuticos.

Si se encuentra evidencia en la exploración rectal de obstrucción intestinal con ingesta seca, el


objetivo principal del tratamiento es la hidratación y evacuación del contenido intestinal. Si el
caballo sufre un dolor muy intenso y presenta síntomas clínicos que indican pérdida de
líquidos desde el torrente circulatorio (frecuencia cardíaca elevada, prolongación del tiempo
de relleno capilar y cambio de color de las membranas mucosas), el tratamiento ha de estar
inicialmente dirigido a aliviar el dolor, restablecerla perfusión tisular y corregir las alteraciones
en la composición de la sangre y de los líquidos orgánicos (véase t a b l a 5). Si se sospecha
daño en la pared intestinal (como resultado de una inflam ación grave o un desplazamiento u
obstrucción estrangulantes), se deben adoptar las medidas pertinentes para prevenir o
contrarrestar los efectos nocivos de la endotoxina bacteriana que sale del intestino y pasa a la
sangre. Finalmente, si existe evidencia de que el episodio de cólico está causado por parásitos,
uno de los objetivos del tratamiento es eliminarlos. Alivio del dolor: En la mayoría de los casos
de cólico el dolor es leve y la analgesia es todo lo que se necesita. En estos casos, la causa del
cólico se presume que es un espasmo de la musculatura intestinal o la presencia excesiva de
gas en una porción del intestino. Si, en cambio, el dolor se debe a una torsión intestinal o a un
desplazamiento, algunos de los analgésicos más potentes pueden enmascarar los síntomas
clínicos que serían muy útiles para el diagnóstico. Por este motivo, debe llevarse a cabo una
detallada exploración clínica antes de administrar medicación alguna. Sin embargo, como los
caballos con cólico o dolor intenso pueden autolesionarse y resultar peligrosos para las
personas que están cerca, a menudo se les debe administrar primero analgésicos. Además,
muchos caballos con problemas menos graves pueden necesitar analgesia mientras los otros
tratamientos surten efecto. Debe seleccionarse un analgésico que tenga los mínimos efectos
secundarios y cause la menor alteración en la conducta del caballo. Los fármacos empleados
frecuentemente para disminuir el dolor abdominal son los AINE, que reducen la producción de
prosta- j glandinas. Cuando estos fármacos se usan de acuedo con las recomendaciones, rara
vez producen efectos tóxicos sobre los riñones y el tracto gastrointestinal. La experiencia
clínica sugiere que el flunixín meglumina puede enmascarar los síntomas iniciales de
afecciones que requieren cirugía y por ello se debe usar con precaución en caballos con cólico.
El sedante más com únm ente utilizado para el cólico es la xilacina, un a 2-agonista.A - los
pocos min de su administración, el caballo Ipermanece tranquilamente de pie y es menos
sensible al dolor. Desafortunadamente, los efectos de la xilacina son breves y además inhibe la
musculatura intestinal; también reduce el gasto cardíaco y por tanto la perfusión tisular. La
detomidina, un a 2-agonista más potente y de acción mucho más prolongada, se usa con éxito
en circunstancias similares. Entre los analgésicos narcóticos, el más usado en caballos con
cólico es el butorfanol. Tiene escasos efectos adversos sobre el tracto gastrointestinal y el
corazón. Sin embargo, administrados a al tas dosis, los narcóticos pueden causar excitación y
los caballos pueden volverse inestables. El butorfanol se combina frecuentemente con un u 2-
agonista para producir un periodo de analgesia más prolongado. Aunque los analgésicos
proporcionan alivio del dolor, existen otras importantes vías para reducir la intensidad del
dolor. Por ejemplo, el sondaje nasogástrico (también parte importante en la elaboración del
diagnóstico) puede servir para eliminar el líquido que se haya podido acumular en el estómago
debido a una obstrucción del intestino delgado. La extracción de este líquido no sólo alivia el
dolor producido por la distensión gástrica sino que además previene la rotura del estómago.
Fluidoterapia: Muchos caballos con cólico se benefician de la fluidoterapia para evitar la
deshidratación y para m antener el aporte sanguíneo al riñón y otros órganos vitales. I x j s
líquidos pueden ser administrados por sonda nasogástrica o vía IV, según cuál sea el problema
intestinal concreto ( Véase tabla 5). Los caballos con obstrucción estrangulante o enteritis
deben recibir sueros intravenosos, porque la absorción de líquidos en el intestino enfermo está
reducida y puede estarteniendo lugar la secreción de líquidos a la luz intestinal. Este último
mecanismo produce una acumulación de líquido en el intestino, el cual debe ser extraído del
estómago mediante sondaje nasogástrico. Este movimiento de líquidos orgánicos hacia el
intestino contribuye a la aparición del shock circulatorio, que a menudo es la causa última de la
muerte. La mayoría del líquido se reabsorbe a partir de la ingesta en el ciego y el colon. De
hecho, ~95% del líquido que normalmente entra en la luz del intestino grueso vuelve al
torrente circulatorio. Por ello, los caballos con obstrucciones intestinales cerca de la flexura
pélvica normalmente requieren cantidades relativamente pequeñas de sueros intravenosos,
mientras que los caballos con obstrucciones del intestino delgado requieren cantidades muy
grandes. El volumen y tipo de solución que hay que administrar vienen determinados por la
gravedad y causa del problema. Las pruebas de laboratorio para determinar el grado de
hemoconcentración y si las concentraciones de electrólitos son anómalas, tienen una
importancia crítica para poder instaurar el tratamiento adecuado para un caballo con cólico
grave. El equilibrio de los líquidos orgánicos se puede restablecer mediante la administración
de sueros intravenosos formulados para reponer el electrólito deficitario. En la mayoría de los
casos, sin embargo, la fluidoterapia se debe instaurar antes de que los resultados del
laboratorio estén disponibles, especialmente cuando los caballos muestran síntomas clínicos
de shock circulatorio. Cuando se necesitan sueros intravenosos, pero los síntomas clínicos son
de leves a moderados, al caballo se le suelen administrar 8- 10 L de una solución estéril de
reposición que contiene electrólitos a las concentraciones que normalmente existen en la
sangre. Este volumen se administra a lo largo de 1-2 h y el caballo se reevalúa para determinar
si son necesarios más sueros. Los caballos con shock circulatorio requieren volúmenes mucho
mayores de sueros intravenosos, administrados tan rápidamente como sea posible; hasta 20 L
en 1 h pueden ser necesarios para restablecer la perfusión tisular. En los casos graves, se
puede administrar suero hipertónico salino, (7% NaCl) para aumentar rápidamente el volumen
plasmático. Según cuál sea la causa del cólico, los sueros intravenosos pueden ser necesarios
durante varios días hasta que la función intestinal se restablezca, las concentraciones
electrolíticas se hayan equilibrado y el caballo pueda cubrir sus requerimientos de líquido con
la bebida. En estas circunstancias, los requerimientos de suero intravenoso diario pueden
variar desde 30 a 100 L. A veces se administran líquidos por sonda nasogástrica como parte del
tratamiento de las impactaciones de colon. Muchos clínicos creen que se obtiene el mismo
resultado administrando grandes volúmenes de líquidos IV. Si el caballo no bebe
voluntariamente y no existe obstrucción del intestino delgado, la hidratación se puede
mantener mediante la administración de líquidos por sonda. No se deben administrar líquidos
o medicamentos por sonda nasogástrica si se está extrayendo líquido de reflujo del estómago,
ya que esto indica que el estómago o el intestino delgado no se están vaciando
adecuadamente. Protección frente a las endotoxinas bacterianas: Las endotoxinas, una parte
de la pared externa de las bacterias gramnegativas intestinales, son liberadas al morir éstas o
cuando se m ultiplican rápidam ente. Normalmente, las endotoxinas están confinadas en la luz
intestinal, pero si la mucosa intestinal está dañada por la isquemia, las endotoxinas pasan a la
cavidad peritoneal o al torrente circulatorio. Entonces interaccionan con fagocitos
mononucleares y desencadenan una reacción inflamatoria que puede acarrear la aparición de
fiebre, depresión, hipotensión, alteraciones en la coagulación y, finalmente, la muerte.
Minimizar la respuesta inflamatoria a la endotoxemia es una parte vital en el tratamiento del
cólico. Las prostaglandinas son responsables de muchos de los efectos adversos iniciales
originados por las endotoxinas. La flunixinmeglumina reduce la producción celular de
prostaglandinas y puede ayudar a inhibir algunos de sus efectos. Como este fármaco puede
ayudar a evitar algunos de los efectos precoces de la endotoxemia a dosis inferiores a las
recomendadas (1,1 mg/kg), se pueden administrar dosis más pequeñas (0,25 mg/kg) sin
enmascarar los síntomas clínicos asociados con las afecciones que requieren cirugía. Existe una
considerable controversia acerca de la eficacia del plasma o suero que contiene anticuerpos
diseñados para neutralizar las endotoxinas. Estos anticuerpos están dirigidas contra los
componentes de las endotoxinas que aparecen consistentemente entre las diferentes
bacterias gramnegativas. Los resultados de los estudios clínicos que han usado estos
anticuerpos son controvertidos, ya que se observa evidencia de protección en algunos de ellos
y ningún efecto positivo en otros. Como las propias endotoxinas estimulan la generación de
una gran variedad de sustancias inflamatorias que producen, en última instancia, los efectos
fisiopatológicos, los anticuerpos neutralizantes se deberían usar tan pronto como sea posible
en el curso de la enfermedad. Desde un enfoque alternativo se ha utilizado la polimixina B para
prevenir la interacción entre la endotoxina y las células inflamatorias del caballo. Los efectos
nefrotóxicos de la polimixina B están bien documentados; no obstante, las concentraciones de
la polimixina B necesarias para la unión con las endotoxinas son mucho menores que las que
causan los efectos tóxicos. La polimixina B ha sido evaluada recientemente en varios estudios
experimentales sobre endotoxemias, y en la actualidad se está em pleando en casos clínicos a
concentraciones de 1 000-5 000 U/kg» 2-3 v/ d. Esta forma de tratamiento debe iniciarse tan
pronto como sea posible en la fase clínica de la enfermedad. Además, se debe mantenerla
fluidoterapia en animales hipovolémicosyse debe monitorizar frecuentemente la creatinina
sérica. Esto último es especialmente relevante en potros con azotemia neonatal, ya que
parecen ser más susceptibles a los efectos nefrotóxicos de la polimixina B. Lubricantes
intestinales y laxantes: Una causa frecuente de cólico en los caballos es la obstrucción simple
del intestino gmeso por ingesta desecada, a veces mezclada con arena. Estas im pactaciones
del intestino grueso se desarrollan por lo general cerca déla flexura pélvica o en el colon dorsal
derecho, pero pueden producirse en cualquier parte del colon mayor, colon descendente o
ciego. En la mayoría de los casos, los lubricantes o emolientes fecales administrados por sonda
nasogástrica ablandan la ingesta impactada, permitiendo así que sea eliminada. Esta forma de
terapia puede complementarse con la administración simultánea de sueros intravenosos. Se
recomienda mantener al caballo con un bozal para evitar que se añada más alimento a la
impactación mientras la obstrucción se está ablandando. La vaselina líquida es la medicación
más comúnmente utilizada en el tratamiento de la impactación del colon mayor. Recubre la
pared interna del intestino y ayuda al movimiento anterógrado de la ingesta a lo largo del
tracto gastrointestinal. Se administra por sonda nasogástrica, hasta 4 L, 1-2 v/d, hasta que se
resuelve la impactación. Aunque la vaselina líquida es segura, no es muy eficaz en el
tratamiento de las impactaciones graves o en las impactaciones de arena, porque puede
simplemente pasar alrededor de la obstrucción sin ablandarla. El sulfosuccinato de dioctil
sódico (SDS) es un compuesto parecido al jabón que actúa arrastrando agua hacia el interior
de la ingesta seca. Es más efectivo que el aceite mineral en el reblandecimiento de las
impactaciones; sin embargo, puede interferir con la función normal de absorción de líquidos
del colon y puede ser tóxico. Por ello, el SDS sólo es seguro si se administra en pequeñas
cantidades, 2 v en un intervalo de 48 h. Un compuesto seguro y útil para el tratamiento de las
impactaciones, especialmente las que contienen arena, es el mucílago hidrófilo de zaragatona.
Al mezclarlo con agua, forma una masa gelatinosa que arrastra a la ingesta a lo largo del tracto
gastrointestinal. Aunque normalmente se administra por sonda nasogástrica en caballos con
impactaciones, la zaragatona también puede utilizarse como preventivo mezclando el polvo
seco con el alimento. A los caballos que viven en lugares arenosos o que de forma persistente
sufren impactaciones, se les puede administrar zaragatona en polvo, 400 g/500 kg, 1 v/d en la
ración durante 7 d. Este tratamiento se repite 2-3 v/ año para intentar prevenir la aparición de
impactaciones por arena. Los laxantes fuertes que estim ulan las contracciones intestinales no
se suelen utilizar para tratar las impactaciones y, de hecho, pueden agravar el problem a. O
casion almente, los caballos con impactaciones muy duras se tratan con sulfato magnésico, el
cual atrae los líquidos orgánicos hacia la luz del tracto gastrointestinal. Los efectos secundarios
producidos son la deshidratación y un mayor riesgo de diarrea. La fluidoterapia, ya sea
mediante líquidos administrados por sonda nasogástrica o vía IV, esparte importante y eficaz
en el tratamiento de los caballos con impactaciones colónicas o cecales. Si una impactación no
comienza a resolverse en 3-5 d, puede necesitarse la cirugía para evacuar el intestino y ayudar
a restablecer la motilidad. Desparasitaciones larvicidas: En muchos casos de cólico, se han
implicado las rutas migratorias normales de las larvas de estróngilos, especialmente Strongylus
vulgaris. En respuesta a los procesos migratorios y de maduración de las larvas en la arteria
mesentérica craneal, la pared arterial se engruesa y forma placas sueltas de tejido
inflamatorio. Se ha sugerido que estas placas activan la coagulación, dando lugar a una
tromboembolia. Puede reducirse el aporte sanguíneo al intestino, lo que produce una
alteración de la motilidad intestinal, un cambio en la absorción de nutrientes desde el intestino
o la necrosis del mismo. Por ello, debe pensarse en el tromboembolismo como causa de
episodios recidivantes de cólico y pérdida de peso. Los medicamentos modernos
antiparasitarios, como la ivermectina y la moxidectina, tienen actividad contra las larvas
migrans de S. vulgaris. El fenbendazol destruye a los estróngilos migratorios si se administra al
doble de la dosis recomendada diariamente durante 5 d o a dosis de 10 veces las
recomendadas, durante 3 d. Como resultado del uso frecuente de estos antihelmínticos, el
cólico crónico intermitente parece estar causado por un tromboembolismo o por la migración
de la larva del parásito Qa migración larvaria se ha eliminado en su mayoría de la clínica
equina). Hay evidencias considerables de que las lesiones causadas por ciatostomos causan
cólico, diarrea y pérdida de la condición corporal, especialmente en los caballos jóvenes. Estos
síntomas son vistos en una base estacional y sincronizados con la emergencia de gran número
de larvas enquistadas en la luz del colon mayor. En las áreas templadas del hemisferio norte,
las larvas se enquistan durante el invierno y salen al final del invierno y en la primavera, y
causan ulceración, edema e inflamación de la mucosa del colon mayor. Esto puede dar lugar a
la diarrea, pérdida de proteínas, pérdida de peso y cólico moderado intermitente con fiebre.
Los caballos con ciatostomiasis requieren tratamiento con antihelmínticos a dosis larvicidas de
ivermectina, moxidectin y fenbendazol. Algunos caballos requieren analgésicos, tratamiento
de soporte y un correcto aporte nutricional. Véase también p a r á s i t o s g a s t r o i n t e s t in
a l e s d e LOS c a b a l l o s , p. 259, para un estudio detallado del tratamiento para grandes y
pequeños estróngilos. Cirugía: La cirugía suele ser necesaria si existe una obstrucción mecánica
al tránsito normal de la ingesta que no puede corregirse médicamente o si la obstrucción
también afecta al aporte sanguíneo del intestino. En este último caso se puede producir la
muerte del caballo, a no ser que la cirugía se realice rápidamente. Ocasionalmente, está
indicada la cirugía como procedimiento diagnóstico exploratorio en caballos con cólico crónico
que no han respondido al tratamiento médico rutinario. La mayoría de las veces, los caballos
que manifiestan síntomas de dolor abdominal intenso y que no responden a la terapia
analgésica precisan cirugía abdominal urgente. Por lo general, la luz del intestino está
completamente obstruida, como ocurre en las obstruc

ENFERMEDADES Q U E P R O D U C E N CÓLICO SEGÚN SU L O C A L IZ A C IÓ N ANATÓMICA


Estómago Dilatación gástrica y ro tu ra gástrica: Las causas más comunes cíe dilatación gástrica
en caballos son la presencia excesiva de gas y la obstrucción intestinal. La dilatación gástrica
puede estar asociada con sobreingestión de alimentos ferm entables tales como grano, hierba
suculenta y pulpa de remolacha. Presumiblemente, el gran aumento en la producción de
ácidos grasos volátiles inhibe el vaciado gástrico. Si no se trata, la dilatación gástrica asociada
con la sobreingestión puede conducir rápidamente a la rotura del estómago. Si la obstrucción
intestinal es la causa, ésta suele ser de intestino delgado. El líquido procedente del intestino
delgado obstruido se acumula en la luz del estómago, causando su dilatación y la salida de
reflujo por la sonda nasogástrica.

Im pactación gástrica: La im pactación del estómago es una causa infrecuente de cólico.


Aunque puede estar asociada con la ingestión de ciertos alimentos (pulpa de remolacha,
piensos en forma de pellets, semillas de Dyospiros, paja, cebada), también deben considerarse
los factores (dientes enfermos, inadecuado consumo de agua e ingestión rápida de alimento.
Como la incidencia de esta afección es baja, es difícil determinar qué factores pueden ser los
más importantes. El síntoma clínico más llamativo asociado con la impactación gástrica es un
intenso dolor abdominal. Debido a la falta de otros hallazgos característicos, el diagnóstico la
mayoría de las veces se establece durante la cirugía y la decisión de intervenir quirúrgicamente
se basa en la presencia de dolor continuado. El tratamiento normalmente consiste en la
administración intragástrica de una solución salina o de agua a través de una aguja clavada en
la masa. Después de haber inyectado el líquido en la masa, el estómago es masajeado para así
deshacer la obstrucción. Si hay una sonda nasogástrica colocada en el momento de la cirugía,
se puede bombear agua al estómago y masajear la masa. El lavado a través de sonda se
continúa después de la cirugía con la esperanza de eliminar algo del material impactado. El
pronóstico es favorable si la decisión de efectuar la laparotomía exploratoria se toma
precozmente y la impactación se puede romper manualmente durante la cirugía. Intestino
delgado Los síntomas clínicos de cólico pueden ser debidos a una obstrucción simple, una
inflamación o una obstrucción estrangulante del intestino delgado. El pronóstico de las
patologías que afectan al intestino delgado es a menudo reservado. De aquí que un rápido
diagnóstico y el tratam iento apropiado tengan una importancia crítica.

Impactación de íleon: La más común afección que produce obstrucción simple de la luz del
intestino delgado es la impactación de íleon. Es especialmente frecuente en el sudeste de
EE.UU., en Alemania y en Holanda. Aunque el contenido elevado en fibra de heno puede ser
importante en la patogénesis, no se ha demostrado una relación causa y efecto. Los resultados
de estudios clínicos recientes realizados en Gran Bretaña indican que la infección intestinal con
el verme Anoplocephala perfoliata y la impactación ileal están fuertemente asociados. En un
estudio similar realizado en EE.UU., se identificaron 2 factores de riesgo: la ausencia de
administración de pamoato pirantel (un antihelmíntico con algo de eficacia frente a A. A
perfoliata) durante 3 meses y la ingesta de heno. Además, se ha sugerido que la impactación
es secundaria a contracciones espásticas de la musculatura del íleon contra la ingesta

Adherencias: Las adherencias intraabdominales generalmente afectan al intestino delgado y


suelen producir una obstrucción de la luz intestinal, aunque pueden producir también
obstrucción estrangulante. Las adherencias se forman en respuesta a la lesión peritoneal y,
sobre todo, son el resultado de una cirugía previa sobre el intestino delgado, de una distensión
crónica de intestino delgado, de una peritonitis o de la migración de parásitos larvarios. La
respuesta tisular a la isquemia, el tratamiento traumático de los tejidos, los materiales
extraños, la hemorragia o la deshidratación, provocan la formación de adherencias fibrinosas
(y posteriormente, fibrosas). Los síntomas clínicos aparecen si las adherencias producen
angulación, compresión o estenosis del intestino.

Im pactación por áscaris: Los caballos jóvenes, especialmente los de explotaciones con
programas de control parasitario inadecuados, pueden padecer impactaciones de áscaris en el
intestino delgado. Estas impactaciones se aprecian después de la administración de algún
antihelmíntico muy eficaz frente a Parascaris equorum. Los antihelmínticos más comúnmente
asociados con esta afección son la ivermectina, la piperacina y los organofosforados. Estos
fármacos paralizan a los áscaris, loque tiene como resultado la acumulación de masas de
gusanos en la luz del intestino delgado. Se ha sugerido que la rotura de la superficie externa
del àscari permite la liberación de líquidos antigénicos que inhiben la actividad muscular del
intestino, incrementando así la probabilidad de producirse obstrucción intestinal.

Enteritis proximal-yeyunitis: E sta mal conocida enfermedad afecta a la porción proximal del
intestino delgado y tiene varios nombres, como enteritis proximal-yeyunitis, enteritis anterior
y duodenitis-yeyunitis. Esta afección inicialmente fue reconocida en el sudeste de EE.UU., pero
se ha descrito en el nordeste de EE.UU., Inglaterra y en el continente europeo. Se desconoce la
causa. El intestino afectado presenta lesiones que varían desde la hiperemia a la necrosis y la
infiltración de la submucosa con células inflamatorias. Con frecuencia, existe edema y
hemorragia en todas las capas de la pared intestinal.

Intususcepción: La mayoría de las intususcepciones que se producen en caballos son


yeyunoyeyunales, ileoileales o ileocecales. La longitud de intestino que se invagina (el
intususceptum) dentro del segmento intestinal distal (el intususcipiens) puede variar desde
unos pocos centímetros hasta un máximo de un metro. Aunque la causa exacta de la mayoría
de las intususcepciones es especulativa, se han sugerido como tal las alteraciones de la
peristalsis debidas a enteritis, el traumatismo quirúrgico, una lesión parasitaria, los
antihelmínticos y la infestación por Anaplocephala perfoliata. Los caballos de

También podría gustarte