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15-09- 2018

En un salón de un alto edificio, mi jefa nos está hablando a mis compañeros y a mí. De
repente, se ausenta del salón y queda su asistente que también es nuestra superior
mientras la jefa no está. La asistente habla y da algunas órdenes. Yo estoy distraído
mirando por la ventana hacia abajo en la calle.
Veo que pasan tres leones desnutridos y enfermos, se le notan manchas en la piel y en el
pelaje. Están corriendo por la carretera y luego aparece un sujeto en una moto, comienza
a pelear con ellos sin ningún arma en sus manos y se les trepa en el lomo. Mientras yo veo
eso mis compañeros están concentrados y de repente digo: “¡Leones, leones!”. La
asistente se da cuenta pero no dice nada. Me preocupo porque pienso que me van a
llamar la atención por no prestar atención en la reunión.
De repente, el sujeto que pelea con los leones los atropella con la moto y mata a uno;
luego, un león lo ataca pero el sujeto le sostiene las fauces, le mete las manos en la boca
para ahogarlo y mata al segundo león. El tipo huye y yo le grito: “¡Asesino de animales!”.
Nadie dice nada en el salón porque están pendientes de la reunión. Sin embargo, algunos
me preguntan después qué pasó con los leones.
Un compañero explica que esos leones vienen del monte que está cerca de la empresa,
donde hay una ciénaga y por eso se vinieron a la zona urbana.

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