1. TRATADO ESCAZÚ
Su nombre real es Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública
y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, adquiriendo el
nombre de Escazú en referencia a la ciudad de Costa Rica en donde se firmó el 4 de marzo de
2018.
Es un acuerdo de carácter internacional que busca fortalecer la democracia ambiental, así como
el crecimiento sólido y el desarrollo sostenible, compuesto por 26 artículos que establecen,
definen y funcionan no solo como un instrumento jurídico pionero en materia de protección
ambiental si no a su vez en tema de derechos humanos, ya que, su objetivo (Articulo 1) es
garantizar la implementación plena y efectiva de los derechos de acceso a la información
ambiental, participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales y acceso a la
justicia en asuntos ambientales; también, a la creación y el fortalecimiento de las capacidades y
la cooperación, contribuyendo a la protección del derecho de cada persona, de las generaciones
presentes y futuras, a vivir en un medio ambiente sano y al desarrollo sostenible.
El Acuerdo de Escazú es importante por ser el primer tratado regional en materia ambiental y el
único en el mundo que incorpora disposiciones específicas para garantizar un entorno seguro y
propicio para los defensores ambientales, también porque busca proteger a las personas y grupos
en situación de vulnerabilidad frente a asuntos ambientales bajo el compromiso “no dejar a nadie
atrás”.
El investigador Omar Clavijo, del Observatorio de Conflictos Ambientales y del Instituto de Estudios
Ambientales de la UNAL, señala que la importancia del Acuerdo radica en la protección que se le
puede brindar a las personas que habitan territorios como los páramos o parques naturales nacionales,
quienes son en últimas los que impactan de forma positiva en su conservación.
En octubre de 2020, 130 organizaciones le pidieron al presidente Duque que ratificara el Acuerdo
como lo han hecho al menos 10 países entre los que están Antigua y Barbuda, Bolivia, Ecuador,
Guyana, Nicaragua, Panamá, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Uruguay y
Argentina. En cambio, Chile rechazó la ratificación tiempo después de haber liderado este Acuerdo
en la cumbre de Escazú.
Tras la intervención del Gobierno –en cabeza del ministro de Ambiente Carlos Correa y la canciller
Claudia Blum– en las comisiones segundas de Senado y Cámara debían comenzar la discusión y el
trámite del proyecto de ley que ratifica en Colombia el Acuerdo de Escazú, a pesar de una fuerte
oposición que insiste en que su firma podría generar retraso en obras importantes del país. Sin
embargo, el Congreso volvió a aplazar la discusión y dio a conocer que hará dos nuevas audiencias
antes de someterlo a ratificación.
La Ley No. 1930 del 27 de julio 2018 dicta las disposiciones para la Gestión Integral de los Páramos
en Colombia, cuenta con 33 Artículos en seis Capítulos, los cuales son:
Siendo establecidos, delimitados y reconocidos dentro del país 37 páramos, basándose en la referencia
generada por el Instituto de Investigaciones de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt a escala
1:25.000 o la que esté disponible y los estudios técnicos, económicos, sociales y ambientales
elaborados por la autoridad ambiental regional de conformidad con los términos de referencia
expedidos por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, los cuales abarcan 2’906.137
hectáreas, que corresponden al 3% del área total del país y se encuentran jurídicamente protegidos
bajo esta Ley, como lo son:
6. ¿QUÉ DICE LA LEY Y CÓMO ES EL PROCESO DE PROTECCIÓN DE LOS
PARÁMOS?
Los páramos son considerados ecosistemas estratégicos en especial por su papel en la regulación del
ciclo hidrológico que sustenta el suministro de recurso hídrico para consumo humano y desarrollo de
actividades económicas de más del 70% de la población Colombiana, estos territorios se caracterizan
además por su alta riqueza biótica y sociocultural, estas circunstancias y su vulnerabilidad ante el
cambio climático, han suscitado, en distintos ámbitos, un especial interés por su conservación y
manejo sostenible, interés que proviene desde tiempo atrás, siendo un tema de relevancia
constitucional y uno de los principios de la Ley 99 de 1993.
Sin embargo, la idea de excluirlo del desarrollo de actividades productivas con miras a su protección
y la necesidad de definir un área geográfica del ecosistema para hacer efectiva dicha iniciativa, se
establece por primera vez la Ley 1382 del 9 de febrero de 2010, que modificó parcialmente el Código
de Minas (Ley 685 de 2001). Es así como, la función de delimitar los páramos fue concedida al
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible desde la Ley 1450 de 2011 y la Ley 1753 de 2015,
función ratificada recientemente por la Ley 1930 de 2018. Para estos efectos, la Corte Constitucional
precisó en la Sentencia C-035 de 2016, que el Ministerio debe consultar los criterios científicos fijados
por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt - IAvH, y en
consecuencia, en caso de apartarse del área de referencia suministrada por este, debe fundamentar
científicamente dicha decisión buscando un mayor grado de salvaguarda a esos ecosistemas, dado
que la arbitrariedad “puede llegar a afectar los ecosistemas de páramo” y “con ello se podría causar
un riesgo para la disponibilidad y la continuidad de servicios ambientales de los cuales depende el
derecho fundamental al agua”. En cumplimiento de lo anterior, a la fecha se cuenta con la delimitación
de 36 de los 37 páramos del país.
Todas estas actividades quedan prohibidas porque tienen consecuencias, muchas veces irreversibles,
sobre la salud de los páramos.
La Ley reconoce que las personas que viven en los páramos necesitan actividades productivas que les
permitan generar ingresos económicos, pero que estas actividades no pueden dañar el ecosistema y
que se deben hacer de manera sostenible.
OJO!!! Por eso, debe basarse en estudios técnicos adelantados por las CAR con participación
de la comunidad del páramo. Estos estudios deben tener información física, biótica,
sociocultural y económica. Lo más importante de estos planes de manejo ambiental es que se
basan en estos estudios técnicos para crear una zonificación.
Hacer una zonificación es definir unos espacios en donde se prohíben o se permiten ciertas
actividades. En muchos casos hay actividades que no son malas en sí mismas, sino que se hacen en
lugares inadecuados.
Por ejemplo: sembrar papa no está mal, lo que está mal es hacerlo en las zonas más frágiles
de los páramos, y hacerlo ahí está mal porque tiene consecuencias graves para la salud de
esos ecosistemas y para la producción de agua. Sin embargo, puede ser que en las partes más
bajas sí se pueda sembrar papa, con algunas restricciones en los tamaños de los cultivos o en
el uso de maquinaria pesada.
Así mismo, el Ministerio del Medio Ambiente fijará el monto tarifario basado en:
a. Cada uno de los factores que incidan en la determinación de una tasa, se le definirán las
variables cuantitativas que permitan la medición del daño.
b. Cada factor y sus variables deberá tener un coeficiente que permita ponderar su peso en el
conjunto de los factores y variables considerados.
c. Los coeficientes se calcularán teniendo en cuenta la diversidad de las regiones, la
disponibilidad de los recursos, su capacidad de asimilación, los agentes contaminantes
involucrados, las condiciones socioeconómicas de la población afectada y el costo de
oportunidad del recurso de que se trate.
d. Los factores, variables y coeficientes así determinados serán integrados en fórmulas
matemáticas que permitan el cálculo y determinación de las tasas correspondientes.
1. El 3% para las CAR que tengan jurisdicción en el área donde se encuentra localizada la
cuenca hidrográfica y el embalse, que será destinado a la protección del medio ambiente y a
la defensa de la cuenca hidrográfica y del área de influencia del proyecto.
3. En el caso de centrales térmicas la transferencia de que trata el presente artículo será del
4%, que se distribuirá así:
a. 2.5% para la Corporación Autónoma Regional para la protección del medio
ambiente del área donde está ubicada la planta.
b. 1.5% para el municipio donde está situada la planta generadora.
Estos recursos sólo podrán ser utilizados por el municipio en obras previstas en el plan de desarrollo
municipal, con prioridad para proyectos de saneamiento básico y mejoramiento ambiental; así como
solo se podrá destinar hasta el 10% para gastos de funcionamiento.
- Artículo 47 – Carácter Social del Gasto Público Ambiental. Los recursos que por medio de
esta ley se destinan a la preservación y saneamiento ambiental se consideran gasto público
social.
- Artículo 48.- Del Control Fiscal de las Corporaciones Autónomas Regionales. La auditoría
de las CAR estará a cargo de la Controlaría General de la República, por lo cual se autoriza
al Contralor General de la República para que realice los ajustes estructurales necesarios en
la estructura administrativa de dicha institución
Como profesional de las ciencias de la Tierra tener una participación, voz y voto en toma
de decisiones ambientales y acceso a la justicia en estos asuntos; es verdaderamente
importante para el desarrollo del país, al considerar que se debe tener en cuenta lo que
como geólogos podemos otorgar en estos ámbitos y más si en nuestras propias regiones
se va a llevar a cabo un proyecto o una gestión ambiental. Comprometiéndonos y
compartiendo nuestros conocimientos enfocados al cuidado de nuestras riquezas
naturales y dando a conocer su importancia. Como en el caso de los páramos que regulan
el clima y retienen el carbono, por lo que contribuyen con la mitigación del cambio
climático y son lugares donde nace el agua que alimenta la vida.