Está en la página 1de 4

CITAS

 Alberto Bovino

El papel de los jueces en un Estado de derecho “incluye necesariamente tener la última palabra en la determi-
nación de los hechos (lo que excluye las presunciones fácticas iuris et de iure hechas por el legislador) y en la
aplicación de las normas del sistema jurídico a tales hechos”.

Nino, Carlos S., Fundamentos de derecho constitucional, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1992, p. 657.

“A un hombre no se le puede llamar reo antes de la sentencia del juez, ni la sociedad puede negarle su
protección pública, sino cuando se haya decidido que ha violado los pactos con que se la otorgó. ¿Cuál es,
pues, el derecho, si no es el de la fuerza, que dé potestad a un juez para aplicar una pena a un ciudadano
mientras se duda todavía si es reo o es inocente?... [Si el delito] es incierto, no se debe atormentar a un
inocente, ya que tal es, según las leyes, un hombre cuyos delitos no están probados”.

Beccaria, Cesare, De los delitos y de las penas, tr. de Santiago Sentís Melendo y Marino Ayerra Redín, Ed.
EJEA, Buenos Aires, 1974, 2ª ed., p. 119 (destacado en el original).

“El descrédito del Congreso Nacional en su función de control del Poder Ejecutivo provoca un traslado de las
expectativas populares al Poder Judicial como último espacio para la defensa de los derechos individuales y
‘contrapeso’ de los demás poderes políticos. Sin duda, el proceso responde más a la búsqueda desesperada de
una auténtica protección institucional que a una meditada esperanza fundada en los antecedentes históricos”.

Abramovich, Víctor, Todos los jueces son crustáceos. Sobre la dimensión política de la justicia, en “No Hay
Derecho, s. ed., Buenos Aires, 1992, nº 8, p. 2.

“A esta altura corresponde señalar que una crítica del funcionamiento del poder judicial que se centre en su
alto grado de corrupción o en su falta de independencia, resultará un resabio de la vieja e hipócrita idea de la
justicia profesional y límpida, si no va acompañada de un cuestionamiento profundo de su perfil ideológico”.

Abramovich, Víctor, Todos los jueces son crustáceos. Sobre la dimensión política de la justicia, en “No Hay
Derecho, s. ed., Buenos Aires, 1992, nº 8, p. 3.

“Todos tienen derecho a opinar sobre la Justicia, pues más allá de los tecnicismos (con los que tradicionalmen-
te se supo esconder de la crítica), el núcleo de las decisiones importa la puesta en juego de principios morales
y políticos que cualquier ciudadano está en condiciones de cuestionar y rebatir. Los magistrados deben apren-
der a convivir como los mandatarios con el peso de la opinión pública.

Y esto, porque todos los jueces, les guste o no, son políticos. A lo sumo les pasará como al cangrejo, que es
crustáceo, pero no lo sabe”.

Abramovich, Víctor, Todos los jueces son crustáceos. Sobre la dimensión política de la justicia, en “No Hay
Derecho, s. ed., Buenos Aires, 1992, nº 8, p. 3.

“La obsecuencia frente al poder ha sido en muchos casos la norma...

Para muchos jueces sólo existe la orden del Ejecutivo o la Ley del Congreso, porque son cercanas, porque
tienen poder actual, porque pueden cesarlos en sus cargos o hacerles pasar un mal rato. Muchos magistrados
ven la Constitución como un documento histórico, cuyos autores no detentan hoy poder alguno y que por lo
mismo no pueden hacerlos cesar en el cargo en el caso que se aparten de los dictados. Y por cierto, ven a los
Tratados como si formaran parte de una estratósfera jurídica cuyas posibilidades de incomodarlos en caso de
incumplimiento son totalmente remotas, inexistentes. Así las cosas, la jerarquía de las normas no se da a
partir de los valores [constitucionales], sino sobre la base de una estimación de beneficios o perjuicios inme-
diatos que se pueden obtener en el muy corto plazo de una manera totalmente personal”.

Borea Odría, Alberto, El poder judicial como control para evitar la impunidad, en AA.VV., X Taller Nacional
sobre Justicia y Derechos Humanos, Ed. CEAS, Lima, 1996, ps. 122 y siguiente.

“Es por ello que es necesario rescatar en nuestro continente el valor de la judicatura y de la función que debe
cumplir...

Por cierto que ésto es lo que debe de cambiar, y en las coordenadas axiológicas de nuestras sociedades está
inscrita esta posibilidad. Ya se ha dicho que todas nuestras constituciones encargan al Poder Judicial el papel
contralor de los actos de los detentadores de otros poderes”.

Borea Odría, Alberto, El poder judicial como control para evitar la impunidad, en AA.VV., X Taller Nacional
sobre Justicia y Derechos Humanos, Ed. CEAS, Lima, 1996, p. 123.

Epígrafes

“Si uno quisiera vivir debería quebrantar la ley porque todas las leyes nos condenan a muerte”.

Isaac Bashevis Singer, Enemigos, una historia de amor.

“Dignificar el hábito de hacer lo que no es debido, e instaurarlo como modelo moral”.

Marcelo A. Sancinetti, D'Alessio decano: No hay derecho (esta magnífica frase, transcripta fuera de contexto,
expresa lo contrario de lo que pretende afirmar su confundido autor).

"[The rule] appears to be one of those atavisms that no quantity of reasoned criticism seems able to destroy".

Lipinski v. New York (2nd Cir. 1977), 557 F. 2d 289, 293. Opinion by Irving R. Kaufman, Chief Judge.

"... Fact is, I didn't use that. The jury would never have bought it".

"It was probably true".

"I know it was true; I believed him from the start, but in court the truth sometimes can be detrimental to the
health of your client. Some jurors won't accept the fact that truth can be stranger than fiction".

William Diehl, Primal fear, Ballantine Books, New York, 1993, p. 197.

La Constitución general es la carta de navegación de la Confederación Argentina. En todas las borrascas, en


todos los malos tiempos, en todos los trances difíciles, la Confederación tendrá siempre un camino seguro
para llegar a puerto de Salvación, con sólo volver sus ojos a la Constitución y seguir el camino que ella le
traza, para formar el gobierno y para regular su marcha.

Juan Bautista Alberdi, Bases y puntos de partida para la organización politica de la República Argentina, Ed.
Plus Ultra, Buenos Aires, 1984, p. 265.

¿Cómo hacer, pues, de nuestras democracias en el nombre, democracias en la realidad? ¿Cómo cambiar en
hechos nuestras libertades escritas y nominales? ¿Por qué medios conseguiremos elevar la capacidad real de
nuestros pueblos a la altura de sus constituciones escritas y de los principios proclamados?

Juan Bautista Alberdi, Bases y puntos de partida para la organización politica de la República Argentina, Ed.
Plus Ultra, Buenos Aires, 1984, p. 72.

7 (Perlita sexista)

En cuanto a la mujer, artífice modesto y poderoso, que desde su rincón hace las costumbres privadas y
públicas, organiza la familia, prepara el ciudadano, echa las bases del Estado, su instrucción no debe ser
brillante... Darle apego a su casa, es salvarla; y para que la casa la atraiga, se debe hacer de ella un edén.

Juan Bautista Alberdi, Bases y puntos de partida para la organización politica de la República Argentina, Ed.
Plus Ultra, Buenos Aires, 1984, ps. 79 y 80.

... de modo que también ha podido aplicarse a nosotros el dicho de Madame Staël, de que "la libertad es
antigua, y el despotismo es moderno".

Juan Bautista Alberdi, Bases y puntos de partida para la organización politica de la República Argentina, Ed.
Plus Ultra, Buenos Aires, 1984, p. 141.

La publicidad de los actos del poder es otro rastro del gobierno libre, como preservativo de sus abusos. Con la
cabeza hubiese pagado su audacia el que hubiera interpelado al gobierno para informar al país de un negocio
público, o el que hubiese opinado con su razón propia y no con la razón del gobierno.

Juan Bautista Alberdi, Bases y puntos de partida para la organización politica de la República Argentina, Ed.
Plus Ultra, Buenos Aires, 1984, p. 196.

10

No sé qué es la locura. Puede ser cualquier cosa o nada. Es una condición humana. La locura se encuentra
presente en cada uno de nosotros, de la misma forma en que lo está la razón. El problema radica en que la
sociedad, para ser capaz de llamarse a sí misma civilizada debería aceptar tanto la razón como la locura...

Franco Basaglia, Conferenze Brasiliane.

11

“Existen víctimas por nacimiento, nacidas para ser degolladas así como los criminales nacen para ser colgados
de la horca. Tú lo puedes ver en sus caras. Existe un tipo de víctima, así como existe un tipo de criminal”.

Aldous Huxley, Contrapunto.

12

“Yo no sé que respondería una feminista abolicionista a la pregunta respecto de qué hacer con violadores y
otros violentos...

Pero de lo que estoy segura es de que no creería una forma legítima y eficaz de resolver esta clase de
conflictos sumar otras violaciones a la ya acaecida, como ocurriría en el caso de ignorar las garantías en los
procesos seguidos a estos sujetos”.

Mary Beloff, Comentario al libro La voz tutelada. Violación y voyeurismo, de Silvia Chejter.

13

“Las normas conyugales se concentran en el estrecho marco de dos órdenes: el débito conyugal y el coito con
fines exclusivos de procreación”.

“Toda esta doctrina es recurrente, repetitiva; se reduce a una maldición: ¡Reproducíos!”

Pérez Escohotado, Sexo e inquisición en España.

14
“Podemos decir, entonces, que abolir el sistema de justicia penal puede ser una paradoja, una utopía, un
snobismo central o una moda local. También puede ser un sueño, un proyecto, una descripción nihilista que
paralice, o un programa milenario. O una apuesta más de trabajo cotidiano. Que es lo que cree un buen
abolicionista”.

Alberto Bovino, Manual del buen abolicionista.

15

Si la presunción de inocencia no protege la libertad o la propiedad antes de un pronunciamiento condenatorio,


entonces, ¿cuándo y qué protege?

LeRoy Pernell, The Reign of the Queen of Hearts.

16

... la manera como se arresta cautelarmente a un hombre en muchos estados se parece demasiado a un asalto
de bandidos.

Voltaire.

17

Yo no sé si las leyes tienen razón o si están equivocadas. Todo lo que sabemos nosotros los presos es que el
muro es sólido y que cada día es como un año, un año cuyos días son largos ...

Y también sé, y qué bueno sería que todos lo supieran igualmente que cada prisión que edifican los hombres
está construida con los ladrillos de la infamia ...

Oscar Wilde.

18

... sólo en los tiempos de la tiranía bastó la acusación para encarcelar a un ciudadano.

Giudici.

19

Como lo ha señalado Marshall, la sanción del encarcelamiento preventivo no es impuesta a todas las personas
que se consideran peligrosas, sino sólo a quienes son perseguidos penalmente. Por ende, es la noción de
culpabilidad, que surge de la acusación aún no probada, la que desencadena la detención. ¿Para qué esperar al
juicio si es posible ordenar la detención anticipadamente?

LeRoy Pernell, The Reign of the Queen of Hearts.

20

“… vale entonces aclarar que no intento persuadir a aquellos que se mantienen incólumes en su crítica sino
solamente resaltar mi ingenua alegría por la existencia de un cine y miles de televisores”.

Martín Abregú, Tras la aldea penal.

21

“Me causa gran preocupación la sugerencia de que hay límites al derecho público de saber qué es lo que pasa
en los Tribunales… La idea de imponer a cualquier medio de comunicación la carga de justificar su presencia es
contraria a lo que siempre he pensado de que la presunción reposa dentro del área de libertades de la Primera
Enmienda”.

Disidencia del juez Stewart, “Estes vs. Texas”, 381 US 532 (1965).

También podría gustarte