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Teoría del Big Bang

¿Qué es el Big Bang?


Esta teoría explica cómo se formó el universo en el que todos vivimos. Según el
Big Bang, toda la materia que existe, incluso aquella de la que estamos formados
nosotros, se creó hace más de 13 mil millones de años.

Aunque puede ser útil imaginar al Big Bang como la explosión de una bomba en la
Tierra, de acuerdo con la Organización Europea para la Investigación Nuclear
(CERN por sus siglas en francés) esta analogía tiene importantes limitaciones.
Mientras que una bomba de hidrógeno (un tipo de bomba nuclear) puede causar una
explosión que se expande a 300 metros por segundo y cuyo centro tiene una
temperatura de 100 millones de grados centígrados; el Big Bang tuvo una energía
de mil billones de grados centígrados a la velocidad de la luz (un millón de veces
más rápido que la bomba).

(Fotografía del hongo de la primera bomba de hidrógeno probada por los Estados Unidos en 1952
en Enewetak, un atolón de las Islas Marshall en el Océano Pacífico. Foto: Reuters)

Por último, el CERN afirma que hay una característica fundamental que diferencia
a una bomba del Big Bang. Mientras que una explosión normal se expande a través
del aire (o del espacio), el Big Bang no se expandió a través de nada: antes del Big
Bang no existía espacio, ni tiempo. Más bien, los físicos creen que el Big Bang creó
y extendió el espacio mismo. Un proceso que hasta hoy sigue ocurriendo.
Como explica Charlie Wood, físico y divulgador científico, por buena parte de la
historia se pensó que los cielos eran eternos y estáticos. Sin embargo, en la década
de 1920, el astrónomo estadounidense Edwin Hubble descubrió no solo que existían
otras galaxias aparte de la Vía Láctea, sino que además se alejaban de la Tierra, lo
cual indicaba que el universo se estaba expandiendo.
Tras este descubrimiento, Georges Lemaître, un sacerdote y físico, propuso la teoría
del Big Bang. Lemaître estudió física en el Massachusetts Institute of Technology
(MIT) durante el periodo de 1925 a 1927. Durante sus estudios, él conoció los
descubrimientos de Hubble sobre la expansión del universo. En 1927, luego de
convertirse en profesor de Astrofísica en la Universidad Católica de Lovaina
(Bélgica), postuló su teoría usando como marco la teoría general de la relatividad
de Albert Einstein. Él pensó que, si el universo se estaba expendiendo, en
retrospectiva este pudo haber empezado como un “átomo primordial”.

Si bien esta es la teoría que actualmente usamos para comprender el origen del
universo, no fue aceptada desde el inicio. De hecho, el término Big Bang no fue
acuñado originalmente por Lemaître, sino por uno de sus críticos, Fred Hoyle,
quien, en uno de sus debates, afirmó que la idea de que “toda la materia del universo
fue creada en un gran bang en un particular tiempo remoto” era irracional.

Sin embargo, algunos cosmólogos opinan que este es un mal nombre para la teoría.
Un mejor nombre, según Paul Steinhardt, cosmólogo de la Universidad de
Princeton, sería “el gran estiramiento”, dado que la imagen de una explosión causa
una serie de malentendidos. ¿Por qué? Porque una explosión implica un punto
central y una frontera que se expande, y elementos livianos que se mueven más
rápido que los elementos pesados. Sin embargo, la expansión del universo no sigue
este patrón: no hay centro, no tiene fronteras y las galaxias más pequeñas se apartan
al mismo ritmo que las grandes, y aquellas más distantes lo hacen más rápido.
Como explica Matthew O’Dowd, astrofísico y profesor asociado del Departamento
de Física y Astronomía del Lehman College de la Universidad de la Ciudad de
Nueva York, sabemos que el universo se está expandiendo.

En 1929, Edwin Hubble mostró que el ritmo al que las otras galaxias se alejaban de
nosotros era proporcional a la distancia que nos separaba. Esto llevó a los
astrónomos a concluir que el universo se estaba expandiendo.
Hubble pudo probar su descubrimiento gracias a un hecho importante: la luz de las
demás galaxias está desplazada hacia el rojo (redshift, concepto que vimos en un
informe anterior). ¿Qué quiere decir esto? Como te contamos en otra oportunidad,
lo que llamamos luz en realidad es radiación electromagnética que viaja en forma
de ondas. La luz, además, se puede dividir en los distintos colores que vemos y cada
uno tiene su propia longitud de onda, como se muestra en la imagen de abajo.

A medida que la luz se desplaza por el universo, su longitud de onda se va estirando,


tendiendo así hacia el rojo. Según O’Dowd, mientras más lejos esté una galaxia de
nosotros, más estirada será la longitud de su onda de luz cuando esta llegue a la
Tierra. Es más, a veces la longitud de onda se estira tanto que la luz deja de ser
perceptible para el ojo humano.

Lo más interesante es que este estiramiento de la longitud de onda de la luz es


proporcional a qué tan lejos de nuestro planeta está la galaxia que la emite.
Según la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, este fenómeno ocurre
porque el espacio mismo se está expandiendo. Dicho de otro modo, la luz se corre
hacia el rojo en su camino por el universo porque este está en una continua
expansión.
La expansión del universo es una de las pruebas que tenemos de la teoría del Big
Bang y esta teoría es consistente con la teoría de la relatividad general. Si quieres
saber más sobre el redshift y la expansión del universo, puedes ver nuestro informe
sobre el tema.
Ahora, existe otra prueba más del Big Bang. O’Dowd afirma que, si usamos la
matemática de la teoría general de la relatividad, podemos “retroceder el tiempo” y
calcular cómo era el universo en sus primeros instantes.
Algunos cosmólogos piensan que, en el instante cero, el universo era un punto
infinitesimalmente pequeño. Otros piensan que no. ¿Por qué? Porque si bien la
teoría de la relatividad es muy buena, su maquinaria matemática no funcionaría para
explicar qué pasaría en este punto infinitesimalmente pequeño. Sin embargo, sí es
posible usarla para explicar qué pasó en sus primeros momentos de vida.
En sus primeros momentos, explica O’Dowd, el universo era tan caliente, denso y
opaco como el interior de una estrella: un océano de protones y electrones. Durante
esta época, la luz deambuló por este océano, pero de manera dispersa. La NASA
pone el siguiente ejemplo: la luz al inicio del universo no se movía libremente como
lo hace hoy habitualmente en la Tierra, sino que estaba dispersa, como ocurre
cuando estamos en una densa niebla.
A medida que el universo se fue expandiendo, se enfrió y alrededor de 400 mil años
después del inicio de su expansión se formaron los primeros átomos de hidrógeno.
En ese momento, la luz infrarroja que estuvo atrapada en este océano primordial
fue liberada. Actualmente, podemos ver esta luz, aunque ya no como luz infrarroja,
sino como microondas debido a que se estiró al viajar por el espacio: a esto lo
llamamos el Fondo Cósmico de Microondas o CMB.
El CMB es una luz tenue que llena todo el universo. Incluso, llega a la Tierra desde
todas las direcciones con una intensidad uniforme. Esta luz es la más antigua que
podemos ver, aunque no con nuestros ojos. Como explica Elizabeth Howell, máster
en estudios de ciencias espaciales en la Universidad de Dakota del Norte, esta luz
es invisible para nosotros porque se manifiesta como microondas, una parte del
espectro electromagnético que no podemos visualizar.
Sin embargo, es posible detectarla con instrumentos especializados. En la imagen
de abajo podemos ver el CMB que ha detectado la NASA en el espacio. La imagen
está proyectada en forma de óvalo, como cuando proyectamos el globo terráqueo
en un mapa.

Como explica la NASA, cuando vemos la luz de objetos lejanos, en realidad vemos
algo que ha ocurrido hace muchísimos años, dependiendo de qué tan lejos estén
estos objetos. Por ejemplo, si observamos la galaxia de Andrómeda, la galaxia más
grande cercana a la nuestra, vemos cómo fue hace 2.5 millones de años. La luz del
CMB fue emitida hace 13.7 mil millones de años aproximadamente. Por eso, al
estudiarla, podemos conocer las propiedades del universo en su edad temprana.
Pero ¿qué nos dice este CMB?

Según O’Dowd, el CMB muestra un patrón de radiación que sería imposible de


explicar sin un universo mucho más pequeño, caliente y denso, por lo que al menos
la teoría del Big Bang funciona hasta ese momento. El CMB nos muestra, por
ejemplo, un patrón de temperatura con diferencias muy pequeñas. Según la NASA,
explicaciones alternativas han sido creadas, pero todas han fallado para explicar
este fenómeno, por lo que el Big Bang sigue siendo nuestra mejor explicación.

Por último, los patrones que se ven en el CMB predicen que ciertas galaxias y
conjuntos de galaxias se formarían en ciertas partes del universo, lo cual podemos
observar cuando vemos al espacio. Por estas razones, los científicos piensan que la
teoría del Big Bang es cierta.

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