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BIOGRAFÍA

Luis Alfredo Garavito Cubillo, nació el 25 de enero de 1957 en el


municipio de Génova, del departamento del Quindío, Colombia; mayor de siete
hermanos.
Su formación académica no fue nada destacada ya que apenas estudió hasta el quinto de
primaria, debido tanto a la mala memoria que tenía como a la cruel constancia con que su
padre un tipo violento, bebedor y mujeriego, le recordaba lo “bruto” que era.

Garavito tuvo que irse a vivir a otro lugar debido al conflicto interno signado por la
sangrienta guerrilla y las respuestas del Ejército y los paramilitares. Llegó así, junto a su
familia, al pueblo de Ceilán en el norte del Departamento del Valle.

Allí, en Ceilán, Garavito ingresó a la escuela Simón Bolívar con gran entusiasmo. Al
comienzo todo iba bien para él pero pronto sus problemas internos empezaron a
transformarlo en un niño tímido e introvertido, usualmente violento y frecuentemente
molestado por sus compañeros que le tildaban de “Garabato” (por el apellido). Sumados a
esos problemas sociales estaba el complejo de inferioridad que en Garavito se iba acentuando
al saber que, encima de ser un chico con lentes al que hostigaban, era un niño con pánico
escénico, con miedo de pasar al pizarrón y, claro está, sin la capacidad de sobresalir en los
exámenes y demás asuntos de la vida escolar.

Frente a toda esa frustración escolar, Garavito nunca tuvo un buen entorno familiar, por lo
que años después declaró que tenía “la desgracia de estar dentro de una familia que se la
pasaba discutiendo, peleando y lanzándose palabras de grueso calibre”. Fue en esa familia
donde Garavito sufría viendo como su rígido padre golpeaba a su madre y la arrastraba
mientras ella lanzaba gritos desesperadamente

También el padre de Garavito era un individuo que, además de tratarlo de “jueputa”,


“bastardo” e “imbécil”, solo lo tomaba en cuenta para que cumpliese sus órdenes y las
diversas tareas que le encomendaba, a lo que sumaba su negativa a permitirle a Garavito el
tener amigos y novia.

Continuando el proceso de degeneración sexual de Garavito, entró un amigo de su padre, un


tipo que era vecino, dueño de una droguería del pueblo y abusivo la cual torturó y violó a
Garavito cuando apenas tenía doce años; golpeándolo y mordiéndole el pene y las nalgas,
quemándolo con una vela, agarrándolo a una cama y obligándolo a hacer cosas tan infames
que ni el mismo Garavito quiso confesar años después.

El amigo del padre de Garavito iba a visitarlo cuando él dormía con su hermano Rafael en la
tranquilidad de la finca, sacándolo de la habitación y llevándoselo a algún lugar del campo
para violarlo a sus anchas. Por aproximadamente dos años, esa fue la infernal rutina sexual de
Garavito, hasta que fueron a Trujillo, donde las cosas tampoco se mejoraron, ya que allí,
cuando su padre lo mandó a comprar unas inyecciones en una farmacia, otro conocido de su
padre violó a Garavito, cosa que repitió algunas veces más, sin ser jamás delatado puesto que
el pobre Garavito temblaba de miedo ante la posibilidad de que su padre no le creyera a él
sino a sus amigos.

En su adolescencia fue un poco más lejos e intentó acorralar a un niño cerca de la estación del
tren. Violarlo no era su intención, solo quería abusar ligeramente del niño, por lo que empezó
a tocarlo en sus partes íntimas, pero éste gritó y afortunadamente vinieron unos guardias de la
Defensa Civil que se llevaron a Garavito. Posteriormente fue liberado y su padre, que le
prohibía tener novia, actuó de una manera aberrantemente incoherente e incomprensible pues,
como contó Garavito: “Después de eso me largan y resulta que mi padre me reprendió, me
dijo que si acaso no había mujeres. Pero mi papá no me dejaba tener novia y a mí tocaba
ocultar todas esas cosas que me pasaban. Me soltaron y de ahí en adelante no volví a vivir en
la casa, mi papá me echó y trataba de que no volviera más.

Tras eso Garavito tuvo que irse a buscar morada y trabajo en fincas, donde para su suerte
supo ganarse el cariño de la gente con la que le tocaba convivir; pero, a su vez, fue en el
inicio de esa etapa donde empezó a “perder el cariño” hacia sus hermanos y hacia su madre
(quien, pese a no maltratarlo, nunca fue afectuosa), como también a desear, cada que se
emborrachaba, ir a matar a su odiado padre, cosa ésta última que nunca tuvo el valor de hacer
realidad.

Algo bueno de esta nueva etapa en su vida, fue que Garavito tuvo “muchas amigas” y,
particularmente, en Trujillo conoció, en la iglesia, a una muchacha de la cual se enamoró, a la
cual nombraba frecuentemente y de la cual “decía que había tenido un hijo con ella” aunque
nunca tuvo ni un hijo ni tan siquiera una “relación con ella en aspecto íntimo”. Pero al menos,
como se ve, las violaciones no lograron convertir a Garavito en un homosexual puro sino más
bien en un bisexual.

Luego Garavito fue a la ciudad de Armenia (en Colombia), donde consiguió empleo en una
panadería, arrendó un cuarto y se vinculó con Alcohólicos Anónimos. En ese entonces su
rutina después del trabajo solía ser la de asistir con fervor a la iglesia, ir después a
Alcohólicos Anónimos y, tras salir, tomarse unas cuantas cervezas para ir al parque Valencia
en la noche y comprar algún cuerpecito de los pobres niños que a esas horas se prostituían en
los alrededores del parque…Esa fue la doble vida que llevó por más de un año en los inicios
de su juventud, una vida que por un lado le llenaba de pervertido goce mas por otro le
envenenaba con remordimiento (solía golpearse fuertemente el pecho en la iglesia) y
angustiosas preocupaciones por la forma en que era socialmente vista su inclinación.

Poco menos de 23 años tenía Garavito cuando, no pudiendo tolerar más la angustia de sus
trastornos, fue a buscar atención psiquiátrica en el Seguro Social tras pelear con sus
compañeros de trabajo y perder su empleo. Allí le contó al psiquiatra que había pensado en
suicidarse porque su vida “no valía nada”, pero no le dijo sobre su impotencia sexual con las
mujeres, su afición carnal a los menores y la importancia que para él tenía el conformar una
familia. Así, el tratamiento que se le dio fue el demasiado general que se correspondía con el
cuadro de “depresión reactiva”.

Después la vida de Garavito pareció mejorar considerablemente cuando éste consiguió


empleo en un supermercado dentro del cual conoció a Claudia, una mujer que tenía dos hijos
(un chico de 14 y una niña) a los cuales, sorprendentemente, Garavito siempre respetó. Pero
no pudo más que ser pareja sentimental (y no sexual debido a su impotencia) de Claudia, él
mismo lo dejó claro: “mis compañeros me molestaban con Claudia, yo con ella no tuve
relaciones sexuales, era para que la gente me viera con ella y le gastaba bastante”.

en octubre de 1980 él, mientras seguía trabajando en el supermercado, comenzó a sentir la


presencia de un “impulso” que quería dominarlo. En sus propias palabras: “Muchas veces me
ocurrió que llegaban menores de edad al supermercado a comprar algo, a mí me iba dando un
deseo como lo que yo siempre he denominado una fuerza o un impulso de estar con ese
menor de edad, acariciarlo, violarlo. En las horas de almuerzo aprovechaba, dos horas, y me
iba para la vecina población de Quimbaya. Allí accedí a varios menores…[…]…únicamente
los acariciaba, los amarraba, les quitaba la ropa y los violaba, pero finalizando el 80 y a
comienzos del 81, me voy para la ciudad de Sevilla, me llevo a un menor, y de pronto no
sentía placer solamente con acariciarlos y violarlos[2], sino que llevaba cuchillas de afeitar,
velas y encendedores. En algunas oportunidades les hacía tomar el semen obligados y me
quitaba un diente para poder morder a los niños, es el incisivo lateral derecho, ese diente me
lo hice colocar porque mi papá me lo tumbó cuando yo tenía quince años. Yo sentía como un
descanso, me sentía bien haciéndoles esto a los menores, les mordía las tetillas, les tasajeaba
los brazos y, por los lados de las nalgas los quemaba”

RELATOS

‹‹Yo vi cuando él la cortó; esa imagen quedó grabada dentro de mi cerebro de por vida, no la
he podido olvidar…. Yo fui el único que la defendí…. Le metió una pela que la dejó coja
estando embarazada de mi hermano Ricardo. Fueron casi cuarenta años que le aguantó mi
mamá a ese señor humillaciones, desprecios; recuerdo que le decía: “yo la recogí del fango,
mujerzuela”››.

“Después yo empecé a sentir una atracción hacia las personas de mi mismo sexo. Mis
hermanos y hermanas estaban muy pequeños, yo sentí como algo y todos nos fuimos hacia
una cama donde yo insinué que se quitaran la ropa y comencé a acariciarlos, allí no pasó
nada, ni mis padres se dieron cuenta, ni tal vez mis hermanos se acuerden. Estando
durmiendo, cogía a mis hermanos menores y les quitaba la ropa y sin que ellos se enteraran
los acariciaba”

“Mi papá no dormía con mi mamá, dormía conmigo, él me bañaba, no recuerdo que él me
haya acariciado, tengo un recuerdo vago, era de noche, él como que me acarició me tocó las
partes íntimas…a ese señor nunca lo quise, lo veía como un verdugo”

primer enfoque formal de la personalidad , énfasis en las fuerzas del inconsciente , impulsos
biológicos del sexo, la agresión y los conflictos en la niñez .

estos factores rigen la personalidad .

regido por su nivel de personalidad inconsciente el cual se encarga de sus instintos , deseos ,
anhelos y temores , los cuales eran un poco inadecuados .
en su estructura de la personalidad pudimos evidenciar , primero regido por el ello el cual es
el primero en formarse y se encarga de buscar satisfacer sus necesidades ,regido por sus
instintos de placer .

por otro lado su estructura (superyó ) no fue desarrollada ya que no sentia ningun cargo de
culpabilidad , y poco aspecto moral , también por factores familiares los cuales no reforzaron
esta estructura.

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