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Educación
Por su parte Greeberg (2000: 41) sostiene que si queremos enseñar las habilidades
necesarias para la inteligencia emocional será necesario que en las escuelas y, también,
en los hogares, se fomente el tipo de entorno emocional que ayude a las personas a
desarrollarse emocionalmente, del mismo modo en que se han creado entornos físicos
que fomentan el desarrollo corporal e intelectual.
Así mismo diversos autores definen conflicto como un estado emotivo doloroso,
generado por una tensión entre deseos opuestos y contradictorios que ocasiona
contrariedades interpersonales y sociales, y en donde se presenta una resistencia y una
interacción reflejada muchas veces en el estrés, una forma muy común de
experimentarlo. El conflicto, además, puede aparecer como resultado de la
incompatibilidad entre conductas, objetivos, percepciones y/o afectos entre individuos y
grupos que plantean metas disímiles.
Desde otro punto de vista, Marinés Suares (1996) lo considera como un proceso
interaccional que, como tal, nace, crece, se desarrolla y puede a veces transformarse,
desaparecer y/o disolverse, y otras veces permanece estacionado.
se obstruyen entre sí» (Mundéate y Martínez, 1994, citados por Jares, 2002: 44). Desde
esta perspectiva también se hace hincapié en la percepción que del conflicto tienen las
personas: «el conflicto consiste en una percepción distinta de intereses o en la creencia
de que las aspiraciones actuales de las partes no pueden ser simultáneamente
alcanzadas» (Pruitt y Rubin, 1986, citados por Jares, 2002: 45).
También se han realizado diversos estudios uno de ellos fue en la Institución Educativa
Francisco José de Caldas, donde se observa la falta de estrategias pedagógicas para
fortalecer la convivencia escolar dentro y fuera del aula. La muestra estuvo conformada
por 150 estudiantes de ambos sexos con edades entre los 13 y 17 años, a quienes se
aplicó el Inventario de Inteligencia Emocional de BARON ICE:NA y la escala para la
evaluación de la convivencia escolar directa ESCODIR. Los resultados obtenidos
revelan que entre las variables inteligencia emocional y convivencia escolar existe una
relación directa y significativa. Así mismo se halló una relación directa y significativa
entre los componentes de la inteligencia emocional: intrapersonal, interpersonal,
adaptabilidad y estado de ánimo en general y la variable convivencia escolar en los
estudiantes muestra de estudio. Además de una relación inversa y significativa entre el
componente manejo de estrés y la convivencia escolar.
2 Pregunta de Investigación
• ¿Qué relación existe entre la educación emocional y el conflicto escolar durante la
infancia, desde la perspectiva de los/as apoderados/as del quinto año básico del
Colegio La Florida de Talca, durante el periodo de marzo a diciembre del 2021?
3 Objetivos de Investigación
Objetivo general
Objetivos específicos
Importancia Teórica: Autores como García Raga y Martín (2011), consideran que para
llegar a solucionar adecuadamente los conflictos necesitamos una serie de habilidades y
competencias, las cuales se pueden adquirir por medio de la Educación Emocional. La
Educación Emocional se trata de un proceso educativo, permanente y continuo, que
trata de fomentar el desarrollo emocional como complemento del desarrollo cognitivo,
formando los elementos básicos del desarrollo de la personalidad integral
Utilidad Práctica:
Viabilidad :
La Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner
La teoría de las inteligencias múltiples fue desarrollada en el año 1983 por el profesor
Howard Gardner , psicólogo norteamericano y profesor de neurociencia de la
Universidad de Harvard.
Desde el propio sistema educativo se les ha dado demasiada importancia a las áreas
instrumentales de lenguaje y matemáticas, dejando un poco de lado a otras áreas y
capacidades de los alumnos.
Teoría del conflicto sociocognitivo
En uno de sus trabajos, Roselli (1999: p. 150) define el conflicto cognitivo como “el
rechazo explícito de un razonamiento o aporte cognitivo ajeno o propio, o simplemente la
introducción de un punto de vista distinto —no necesariamente opuesto— respecto del
preexistente (rechazo implícito). Tanto el rechazo como la nueva propuesta deben estar
cognitivamente fundadas, o sea que el conflicto supone necesariamente una o más
unidades cognitivas”. El conflicto será cognitivo siempre que otro sujeto revele un
modelo contradictorio de resolución del problema y pueda justificarlo. Este desacuerdo
se sustentaría en las relaciones entre los sujetos y produciría, de esta manera, un
problema social, pues el aspecto cognitivo se presentaría mediante los comportamientos
del sujeto y le daría a la interacción una orientación determinada (Mugny et al., 1991;
Mugny y Doise, 1983). Para Gilly (1988), el conflicto tiene una doble naturaleza. Por un
lado, es social porque se trata de un conflicto entre respuestas sociales diferentes. Por
otro, es cognitivo puesto que puede ocurrir un conflicto interno donde el sujeto debe
tomar conciencia de una manera de pensar diferente de la propia. Por lo tanto, el
desequilibrio es doble, ya que, en la búsqueda de superar el desequilibrio cognitivo
interindividual, los sujetos podrán superar el propio.
El csc podría surgir por: a) la interacción entre sujetos con distinto nivel cognitivo, b) la
interacción entre sujetos de un mismo nivel cognitivo, pero con centraciones opuestas, o
c) la interacción de sujetos de igual nivel cognitivo, pero con perspectivas o puntos de
vista diversas y, por lo tanto, con respuestas desiguales, a pesar de que aplican el
mismo esquema (Mugny, De Paolis y Carugati, 1991).
Padilla Jaraba, G. S., & Valdés Ocampo, L. C. (2019). Incidencia de la inteligencia emocional como
habilidad para la convivencia escolar (Doctoral dissertation, Universidad de la Costa).