Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
net/publication/236259663
CITATIONS READS
0 2,913
1 author:
Giuliano Ardito
Zona Arqueológica Caral
3 PUBLICATIONS 1 CITATION
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
Enviromental changes: Human risk management in past and present. View project
All content following this page was uploaded by Giuliano Ardito on 27 May 2014.
Fig. 2. Imágenes talladas en el Obelisco Tello y que representarían a un ejemplar de Spondylus sp. (a la
izquierda) sp. y a uno de Strombus sp. (a la derecha).
Esto ha hecho surgir la hipótesis que el reptil representado en esta imagen pudiera ser el
cocodrilo americano, Crocodylus acutus, especie que también pertenece al orden
Crocodylia, pero a la subfamilia Crocodylinae. El cocodrilo americano habita en las
regiones cálidas de Norte, Centro y Sudamérica y actualmente tiene por límite
suroccidental de su distribución los esteros de los manglares del Departamento de
Tumbes, en el norte peruano, aunque probablemente llegó a vivir más al sur, en las aguas
de los ríos Chira y Piura, en el Departamento de Piura. De tratarse de un cocodrilo, la
hipótesis de las influencias amazónicas sobre los autores del Obelisco tendría que ceder
ante la posibilidad de que hayan sido personas de origen costero quienes
levantaron este monumento. Esto podría estar relacionado con el hecho de que el Templo
Viejo de Chavín de Huantar presenta una estructura del tipo “templo en U”, desarrollada
en la costa central del Perú en períodos anteriores a la construcción de Chavín, como han
señalado algunos investigadores (Lumbreras, 1989; Burger, 1981).
Dado que en la imagen sólo se hallan visibles los dientes superiores, se puede concluir
que de acuerdo con las características de la imagen tallada en la piedra, el lagarto
presente en el Obelisco Tello sería un miembro de la familia Alligatorinae, perteneciente
a una de las cuatro especies de caimanes que habitan en la región amazónica peruana. De
acuerdo a las proporciones del monolito se plantea que la especie que inspiró al autor o
autores del Obelisco Tello habría sido Caiman crocodilus, conocido como “caimán
blanco”. Esta especie habita en aguas tranquilas de lagunas, pantanos y ríos de la
Amazonía, por debajo de los 500 metros sobre el nivel del mar y suele verse nadando
superficialmente o descansando en las orillas arenosas o sobre troncos. El macho de esta
especie alcanza los 2.40 metros, mientras que Melanosuchus niger, el otro caimán grande
de la selva baja, llamado localmente “caimán negro”, es bastante mayor y más difícil de
observar.
1
Ver figuras 18 y 19 en Rowe, 1972.
Al concluir esta parte del trabajo, se mantienen dudas sobre
la ubicación taxonómica de otras especies representadas en el
Obelisco Tello. Este es el caso del ave rapaz presente en el
monumento y que de acuerdo a la imagen en la piedra, se
encuentra asociada a la figura de un pez. En Sudamérica
existen dos especies de aves del orden Falconiformes que se
alimentan pescando: una es Pandion haliatus, la única especie
de la familia Pandionidae, llamada en el Perú “águila
pescadora”, un ave migratoria que visita el hemisferio sur
durante los meses del verano austral y que pasa el resto del
año en su zona de reproducción, ubicada fuera de Sudamérica. Fig. 5 Ave y pez
La otra es Busarellus nigricollis, de la familia Accipitridae,
conocida en el Perú como “mama vieja” o “mamatúa” y que es un ave residente de
Sudamérica, es decir, que anida y pasa todo su ciclo vital en esta región (Hilty y Brown,
2001). Ambas habitan en el actual territorio peruano pero se distribuyen de forma distinta
temporal y espacialmente: Pandion haliaetus se presenta en la región del litoral Pacífico
y se alimenta en los humedales costeros principalmente entre diciembre y marzo y es
muy raro observarla en la región amazónica, mientras que Busarellus nigricollis es un
águila pescadora típica de las orillas de pantanos, lagos y ríos de la Amazonía, región
donde se le observa elevarse a considerable altitud para divisar a sus presas.
Como se dijo, la especie de reptil que habría inspirado a los artistas de Chavín para
elaborar el Obelisco Tello habría sido un caimán, especie que habita en la región
amazónica, por lo que podría establecerse una asociación entre estos reptiles y el ave
mostrada en el monolito. Cabe entonces la posibilidad que el ave presente en el Obelisco
fuese Busarellus nigricollis2 y no Pandion haliaetus, ya que la primera comparte el
mismo hábitat con los caimanes en los cuerpos de agua de la Amazonía.
Si se examina la parte baja del monumento se observa Fig. 6. Imagen de flores en el Obelisco.
2
Un factor que reforzaría esta idea sería la forma y proporciones del cuerpo del ave representada. Pandion
haliaetus se caracteriza por presentar alas más largas y delgadas en comparación con el cuerpo, mientras
que en el caso de Busarellus, como en muchos otros accipítridos, las alas son más cortas y de apariencia
más robusta con respecto al cuerpo. Además la posible relación del ave con una posición determinada de
Escorpio en el cielo de Chavín (hacia el este, región donde se halla la selva amazónica con respecto a la
sierra), estaría indicando una fecha para la que Pandion haliaetus ya no estaría presente en el Perú.
la imagen de una flor y de hojas en la garra de uno de
caimanes (Fig. 7). Posiblemente se trate de una especie
de la familia Convolvulaceae, probablemente
Ipomoaea sp, grupo al que pertenecen diversas
especies sudamericanas entre las que destaca el
“camote”, planta que desarrolla estructuras subterráneas
de conservación y que crece en los valles cálidos de las
zonas bajas, especialmente en la región costera.
En la garra del otro caimán se observan elementos que
podrían representar a dichas estructuras de
conservación. Sin embargo, debido a la simetría
pentaradial de la flor presente en el Obelisco, podría
tratarse también de una planta perteneciente a otras
familias botánica. En este caso probablemente se trate de
una planta de la familia Solanaceae, donde se ubica la Fig. 7 Probable representación de una
papa, el tabaco y el tomate. Una adecuada colecta de Convolvulaceae. A la derecha se ven
especimenes botánicos en la zona, asociada a un estudio posibles estructuras de conservación.
fenológico y etnológico de las especies encontradas,
brindaría mayores datos para identificar correctamente
las especies de flora presentes en el monumento.
12.8
12.6
12.4
12.2
12
11.8
11.6
11.4
11.2
11
e
e
e
zo
o
o
o
io
re
lio
to
ril
br
br
br
er
ay
er
b
os
ar
ab
ju
em
m
em
en
br
ju
tu
m
m
ag
ie
oc
fe
vi
ci
pt
no
di
se
La menor duración del día indica la ocurrencia del invierno austral. A partir del solsticio
de invierno y más claramente desde el mes de julio, el fotoperíodo aumenta hasta llegar a
su máximo entre diciembre y enero, momento que coincide con el solsticio de verano. De
acuerdo a la información reunida en el Atlas Solar del Perú (SENAMHI, 2003) la curva
mostrada en el gráfico 1 es inversa a la que generan los datos de distribución temporal de
energía solar medida en kW h/m2 (Kilowatt por hora por metro cuadrado) para la región
de la sierra central. Estos valores, que pueden superar los 6 kW h/m2 , son mayores en la
sierra en los meses del invierno austral, con el máximo valor en julio. Estas cifras
disminuyen a partir de septiembre, con mínimos entre diciembre y febrero, fechas en las
que se da el verano del hemisferio sur.
Fig. 10. Imágenes que representarían al sol. A la izquierda se halla la que simbolizaría
al solsticio de verano y a la derecha la del invierno.
De esta manera se observó que para el período en que se habría producido la floración de
las plantas, luego de la temporada de lluvias, habría sido posible ver sobre el cielo de
Chavín de Huantar una constelación de forma similar al águila y el pez del Obelisco
Tello, la cual aparecería por el este justo tras la puesta de sol. Se trataría de la
denominada Amaru Contor o Arado (Urton, 1981) y que corresponde a Escorpio en la
astronomía actual. De manera similar, se observó que el momento de producción de
semillas por las plantas andinas habría ocurrido cerca de la fecha del solsticio de invierno
y coincidido con la llegada al cenit de Las Pleyades, denominada en los Andes las “Siete
Cabrillas” o Collca (Urton, op. cit.; Bauer y Dearborn, 2003), constelación a la cual
estaría asociada la imagen delgada ubicada en la cara más estrecha del Obelisco.
3
Estimado para este trabajo en el año 2600 años antes del presente.
relaciones entre la iconografía del Obelisco y los ciclos naturales y astronómicos pueden
ser observadas en el cuadro 1.
Cuadro 1
Relación entre los ciclos astronómicos y las imágenes del Obelisco Tello
Solsticio de verano Chavín de Huantar 26 de diciembre de 600 AC
5h54m ( TU + -5h00m )
Felino y “Chacana” Primera noche en que la Cruz del Sur es visible al caer el sol.
" Crux del Sur - HIP 60718
Plenilunio de floración
Chavín de Huantar 30 de abril de 600 aC
Plenilunio de brote
Chavín de Huantar 23 de noviembre de 600 aC.
A partir de los datos mostrados en el cuadro 1 se podría decir que quienes hicieron el
Obelisco habrían esperado que el comportamiento de las plantas coincidiera con un ciclo
astronómico dado, en el que:
- Las plantas hubieran estado listas para la floración tras la salida por el este de la
Cruz del Sur y la llegada al cenit de Sirio en la constelación del Can Mayor
(representados probablemente por la cruz andina y el ojo del felino
respectivamente). Esto habría ocurrido tras el 21 de febrero.
- Las plantas hubieran fructificado y las semillas estuvieran listas para resistir al
frío y la sequedad del “verano andino” cerca a la salida de Escorpio por el este.
Este evento indicaría el inicio de la estación de heladas, durante la cual habría
ocurrido el solsticio de invierno.
- El ciclo debiera repetirse en las mismas fechas para asegurar que las condiciones
fueran propicias para las actividades agrícolas.
Conclusión
El resultado de este análisis es presentado en la figura 12, donde se han ubicado los
elementos del Obelisco Tello de acuerdo a la posible interpretación que se ha hecho de
cada uno de ellos, en relación a un ciclo climático, astronómico y fenológico. Dado que
los eventos naturales se rigen por un conjunto de variables que en muchos casos muestran
un comportamiento aleatorio, es probable que este ciclo represente una secuencia de
eventos esperados por parte de los ejecutores del Obelisco Tello, un simulador que
probablemente debía predecir la manera de actuar del clima con respecto a ciertos ciclos
astronómicos y a la vez solicitar a fuerzas sobrenaturales que los eventos climáticos se
produjeran de una forma prevista, que permitiera organizar las actividades humanas de
manera eficiente y de acuerdo a las oportunidades que brindaba el medio local.
Fig. 11
Probable relación entre las imágenes presentes en el Obelisco Tello y las variables climáticas precipitación y
fotoperíodo para la región de Chavín de Huantar.
Bibliografía
Hilty, Steven y 2001 Guía de las aves de Colombia. American Bird Conservancy
William Brown Cali. p. 107 y 125.
Urton, Gary, 1981. At the crossroads of the Earth and the Sky: An Andean
Cosmology. University of Texas Press. Austin. p. 95 - 127.
Anexo I
Sobre las hileras de dientes situadas al centro del Obelisco y que formarían parte del
cuerpo de cada uno de los caimanes se encuentra la representación de un ser
antropomorfo, que a diferencia de las demás imágenes del monolito, no presenta
colmillos en su boca (Fig. 16).
Fig. 15. Personaje carente de colmillos ubicado debajo de la boca de cada caimán.
Se presentan las imágenes generadas por el programa Sky Charts 2.76 para las posiciones
invernal y estival de la Vía Láctea sobre Chavín de Huantar en el año 600 a. C.