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 A Aquel que lleva Tu Nombre

Dirección editorial de la serie

Ángel Lucía y Juan María Martínez

Coordinación editorial de la serie

Carlos Ponce y Juan Ramón Azaola

Dirección técnica de la serie

Eduardo Peñalba

Coordinación técnica de la serie

Rolando Dias

Edición
Luis G. Martín, Íñigo Castro y Lourdes Lucía

Fotografías y documentación gráfica

José María Sáenz Almeida, Marta Carranza, Juan García Costoso y Nano Cañas

Suscripciones
Francisco Perales

Texto
Z'ev ben Shimon Halevi

Versión castellana
María José García Ripoll

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares

del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total
o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidas
la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella,
mediante alquiler o préstamo públicos.

Publicado de acuerdo con Thames and Hudson, Londres

Título original: Kabbalah
Editor general de la serie, Jill Purce
© Warren Kenton, 1979
© De la versión castellana: Editorial Debate, S. A.,
Gabriela Mistral, 2. 28035 Madrid

I.S.B.N.: 84-7444-351-2
Depósito legal: M. 1.682-1994
Impreso en marzo de 1994
Impreso en Gráficas Almudena, Madrid
Impreso en España (Printed in Spain)
 Sumario

Prefacio 4
Manifestación 5
Los Cuatro Mundos 8
Adán 12
Anatomía 15
La Búsqueda 18
El Adiestramiento 21
El Trabajo de Unificación 24
El Trabajo de Creación 28
La consecución 30

LAMINAS 33

TEMAS 65

Las formas cambiantes de la cábala 66

Visiones de eternidad 68
Los cuatro niveles de existencia 70
Sistemas alternativos 72
Angeles y demonios 74
Los milagros y la magia 76
La cábala cristiana y oculta 78
Los métodos cabalísticos: la acción 80
Los métodos cabalísticos: la devoción 82
Los métodos cabalísticos: la contemplación 85
La muerte, el renacimiento, el destino 86
Maestros y mesías 88
La ascensión interior 90
El Trabajo de Unificación 92
El Fin de los Días 94

BIBLIOGRAFIA y AGRADECIMIENTOS 96
Prefacio
Dice el rabino lsmael: «Todos
los compañeros (los iniciados) la
comparan ea un hombre que
tuviese una escalera en medio
de su casa, por la que puede
ascender y descender sin que
nadie se lo impida. Alabado
seas, Señor, Tú que conoces
todos los secretos y eres el
Señor de las cosas ocultas.»
(Pirke Hekalot, Babilonia,
siglo VI.)
J.a cáhakl es el_aspecto interior V místico del {~daísmf2' Es la perenne
Enseñanza de los Atributos de lo Divino, la naturaleza del universo y el
destino del hombre, en términos judaicos. Transmitida por revelación, ha
sido manejada durante siglos mediante una discreta tradición que ha
variado periódicamente su dimensión mitológica y metafísica según las
necesidades de los distintos lugares y épocas. Esa larga historia, extensa-
mente difundida, ha dotado a la cábala de una notable riqueza y de una
gran variedad de imágenes de la realidad, que pueden parecer ante el ojo
inexperto extrañas, oscuras o incluso a veces éoñtradictorias o perversas.
Esta exposición presenta un sistema cabalístico determinado para unijzcar
y clarificar un caleidoscopio de diferentes puntos de vista y de prácticas
extraídos tanto de fuentes antiguas como modernas. Finalmente hemos de
aclarar que, conforme a una estricta regla cabalística, la exposición repre-
senta la comprensión humana de una tradición viva tal y como existe en
el mundo actual.
Londres, otoño de 1978/5738
El Arbol de la Vida
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 AYIN NADA ABSOLUTA
A YIN SOF TODO ABSOlUTO influencia de una de la Zahzahot en particular; así, pues, el flujo que
manifiestan las diez Sefirot puede visualizarse como el movimiento en
1\ SOF OR KETER CORONA LUZ INFINITA
zigzag del «Rayo Relampagueante» desde la posición central (Equilibrio)
HOKHMAH SABIDURIA hacia la derecha (Expansión), y transversalmente hacia la izquierda
BINAH ENTENDIMIENT
(Constricción). Así, pues, las Zahzahot conforman las tres líneas verticales
HESED MISERICORDIA
GEVURAH SEVERIDAD
del diagrama del Arbol de la Vida, conocidas como los Pilares: el del
TIFERET BElLEZA Equilibrio (Gracia, Voluntad), en el centro; el de la Misericordia (Fuerza
NEZAH ETERNIDAD activa, Expansión), a la derecha, y el de la Severidad (Forma pasiva,
HOD REVERBERAClON Constricción), a la izquierda. Las relaciones expuestas en el Arbol sirven
YESOD FUNDAMENTO
MALKHUT REINO de base a la totalidad de la existencia; así pues, las propiedades de las
lINEA DE LUZ Sefirot pueden considerarse en términos de cualquier rama del saber. Así,
mientras que su definición básica es la de Atributos de Dios, pueden ser
definidas en términos de experiencia humana porque nosotros también
V A e Io estamos moldeados en la Imagen de Dios. Este método antropomórfico es
común en la cábala y en otras partes, y se aplica libremente como len-
()O>A guaje simbólico a partes de la metafísica que no pueden explicarse por
<III1G V-~C puras abstracciones.
~"\
La primera Sefirah, al límite del Vacío, se llama en hebreo Keter, la
La primera manifestación Corona. Esta manifestación contiene todo lo que fue, es y será; es el lugar
de la primera emanación y del último retorno. Su naturaleza de Atributo
Divino se expresa por el Nombre de Dios tradicionalmente vinculado a
ella: YO SOY EL QUE SOY. Desde este punto de equilibrio, el rayo de
luz se expande, bajo la influencia de la Misericordia, la Fuerza y la
Expansión, para manifestar la segunda Sefirah, la de Hokhmah, la Sabi-
duría. Esta, en el espíritu divino y humano, es el intelecto interior y
activo, experimentado por los seres humanos como el destello del genio,
la inspiración o la revelación. Su contrapeso en el lado de la Severidad, la
Forma y la Contracción es la tercera Sefirah, Binah o el Entendimiento:
éste es el intelecto en su capacidad pasiva, receptiva y reflexiva. En térmi-
nos humanos se manifiesta a través de la razón y de la tradición.
Tras dejar Binah, que encabeza el Pilar de la Severidad, el rayo
alcanza el Pilar del Equilibrio, que está bajo Keter, la Corona. Este punto
de Equilibrio en el Arbol es crucial: es el lugar de Ruah ha Kodesh, el
Espíritu Santo, suspendido como un velo bajo las tres Sefirot supernas.
Permanece invisible, pero tiene su lugar dentro de la Manifestación,
representada en el Arbol por la <(fio-Sefirah» de Daat, el Conocimiento.
Se dice que aquí es donde el Absoluto puede introducirse a su voluntad
para intervenir directamente en la existencia, que ahora es mantenida
eternamente hasta que la Voluntad Divina le permita desvanecerse como
Diez Sefirot procedentes de la
la imagen que es. En términos humanos, Daat es el Conocimiento que
Nada. Diez, no nueve. Diez, no surge de la nada y emana directamente de Dios. Es totalmente distinto de
once. Entended esto en la la revelación de la Sabiduría (Hokhmah); Daat no sólo se ve, sino que se
Sabiduría y en la Sabiduría sabe. Es diferente también de aquello que procede del Entendimiento
entendedlo. Examinadlo y (Binah) o de la meditación profunda: Daat, hija de las Sefirot supernas,
meditad sobre su significado,
con el fin de devolver al
no sólo es observación, sino devenir.
Creador a Su Trono. Bajo Daat, el Rayo pasa al Pilar de la Misericordia (Expansión) y
(Sepher Yezirah. Babilonia, vuelve al Pilar de la Severidad (Contracción), definiendo dos Sefirot
siglo VI.) como aquellas que rigen el nivel de emoción como distinto del intelecto
superno. El Atributo de la emoción activa o interna es Hesed, la Miseri-
cordia; el de la emoción pasiva o externa es Gevurah, la Justicia. Las dos
Sefirot tienen otros nombres hebreos y otras traducciones equivalentes,
pero todos son inadecuados para explicar los Atributos; los utilizados
aquí sólo se aproximan a los principios Divinos activo y pasivo que
implican. En nosotros, estas cualidades aparecen como tendencias com-
plementarias al amor, a la tolerancia y a la generosidad, por una parte

6
 VOLUNTAD
(Hesed), y a la disciplina, al rigor y a la discriminación, por otra parte
(Gevurah). En este nivel, el emocional, el procedimiento de oponer los
PASIVO ACTIVO principios sefirótlcos y los peligros de ir demasiado lejos en una u otra
dirección se vuelven parte de la experiencia cotidiana: la Justicia y la
Misericordia subyacen bajo toda transacción humana, desde una confe-
rencia en la cumbre hasta la elección de un regalo de cumpleaños.
< DAAT ",
El Rayo Relampagueante, tras pasar del principio expansivo de Hesed
CONOCl· , al principio constrictivo de Gevurah, vuelve ahora, a un nivel inferior, al
MIENTO /
Pilar del Equilibrio. Aquí se manifiesta la Sefirah central de Tiferet, la
Belleza o el Adorno. Esta reside en el corazón del Arbol, y está directa-
mente relacionada con todas las Sefirot de los Pilares de la Severidad y de
la Misericordia. Siempre que el diagrama del Arbol se aplica -tal y como
puede aplicarse- a la dinámica de cualquier organismo o sistema, en
Tiferet es donde se encuentra la esencia de la cosa. En el Arbol Divino,
Tiferet es el Corazón de Corazones. Junto con las Sefirot emocionales de
Hesed y de Gevurah, forma la tríada del alma Divina; junto con las Sefi-
rot superiores de Hokmah y de Binah, forma la gran tríada del espíritu
Divino, en medio del cual está suspendido el Ruah ha Kodesh. En la
psique humana, Tiferet es el Yo, el centro del individuo, subyaciente al
ego cotidiano: el «Vigilante» que canaliza las influencias profundamente
inconscientes de la Misericordia y la Justicia (Hesed y Gevurah), de la
Sabiduría y del Entendimiento (Hokhmah y Binah).
Bajo Tiferet, el Rayo Relampagueante manifiesta otros dos AtributoS"
complementarios, los últimos de abajo de los Pilares de la Misericordia y
de la Severidad. En el lado activo y expansivo está Nezah, la Eternidad, y
en el pasivo y constrictivo está Hod, la Reverberación. Tradicionalmente,
El Rayo Relampagueante los nombres hebreos de estos Atributos se traducían por Victoria y
Esplendor; pero su actuación como Sefirot se expresa mejor por los nom-
bres utilizados aquí, que corresponden, al igual que aquéllos, a las raíces
hebreas. Pertenecen al nivel de acción operativo e instrumental en la
estructura del Arbol; corresponden tradicionalmente, en términos divinos,
a los papeles (expansivo y constrictivo) de las Huestes de Dios, enviadas
para cumplir la Divina Voluntad. En términos humanos, representan los
procesos vitales psíquicos y biológicos, ya sean activos, instintivos e
impulsivos (Nezah, la Eternidad), o pasivos, cognitivos y controlados
(Hod, la Reverberación).
En el Pilar del Equilibrio, en medio y debajo de estas dos Sefirot
prácticas, se encuentra Yesod, el Fundamento. Como todas las Sefirot de
la secuencia, contiene todo lo que ha habido antes; por tanto, se trata de
un Atributo complejo con numerosas cualidades. En primer lugar, es
generativo: desde este punto, como veremos, se manifiestan otros Arboles.
En segundo lugar es reflexivo: aquí, directamente bajo Tiferet, se puede
percibir una «imagen de la imagen», y el Arbol se ve a sí mismo; Yesod es
el espejo dentro del Espejo. Estas dos funciones complementarias signifi-
can que su constitución (o Fundamento) debe ser clara y sólida; de ahí el
significado interno de pureza sexual asociado a esta Sefirah. En nosotros
aparece como el ego, el emplazamiento inferior de la conciencia, en que
nos vemos a nosotros mismos, que proyecta la persona que verán los
demás, y que puede reflejar o no (según nuestro estado de equilibrio y de
auto conocimiento ) la verdadera personalidad del yo en Tiferet. Gran
parte de nuestra percepción del mundo, y gran parte de nuestro cumpli-
miento de la Voluntad, tiene lugar en Yesod.
La Sefirah inferior, el complemento de Keter la Corona, es Malkhut,
el Reino. En ella se enraíza el Divino Rayo Relampagueante. Constituye
la Shekhinah, la Presencia de Dios en la materia. Su naturaleza es cuá-

7
 ¿Qué árbol es ése del que
hablas? Todos los Poderes
Divinos están dispuestos en una
serie de estratos como los de un
árbol, y como un árbol dan
fruto cuando se le riega; lo
mismo sucede con los Poderes
Divinos cuando reciben el agua
de Dios.
(Libro de Bahir, Pro venza,
siglo XII.)
Los Cuatro Mundos
8
druple, y encierra los cuatro niveles inherentes al Arbol en un todo (la
raíz, el tronco, la rama y el fruto del Arbol conforme crece dentro de la
existencia; o la Voluntad, la Mente, el Corazón y el Cuerpo de lo Divino).
En nosotros, los cuatro niveles de Malkhut aparecen como el cuerpo, con
sus cuatro elementos tradicionales: tierra, agua, aire y fuego: los sólidos,
los líquidos, los gases y las radiaciones cuyas interacciones nos mantienen
VIVOS.
Ya tenemos el esquema general de las Sefirot. Tres están alineadas en
el Pilar derecho activo de la Misericordia, tres en el Pilar izquierdo pasivo
de la Severidad, y cuatro (más la no-Sefirah, Daat), en el Pilar central del
Equilibrio o la Gracia. Sus interrelaciones, establecidas por el Rayo
Relampagueante, son verificadas por un total de veintidós senderos, que a
su vez forman un sistema de configuraciones triangulares o tríadas, acti-
vas en la derecha y pasivas en la izquierda; las tríadas horizontales y
centrales, que unen los ~s Pilares, están directamente relacionadas con la
conciencia. El esquema aparece en la página 40.
De todo lo anterior se desprende una configuración metafísica y mito-
lógica más sutil. Se ha tratado varias etapas más adelante en el estudio de
las diferentes constelaciones de las Sefirot, y de la minuciosa dinámica por
la que cada Sefirah, como un flujo recíprocamente impartido y reflejado,
avanza por los senderos para actuar sobre el Arbol en miniatura que
constituye cada Sefirah.
El Arbol de la vida, tal y como cobra existencia por primera vez,
constituye un Mundo Divino de Emanación (Azilut o Proximidad en
hebreo): una configuración perfecta de los Atributos Divinos. Toda la
dinámica y todas las leyes inherentes al Mundo de Azilut son completas,
excepto que nada ha sucedido, y nada sucederá, a menos que haya movi-
miento en el tiempo y en el espaci~Nada existe todavía, porque Azilut
está aún en el estado de la Voluntad pura. Podía haber permanecido eter-
namente solo en esa prístina condición, si Dios no hubiese deseado el
principio de los Días, (1 despliegue de la Creación, en una secuencia de
grandes ciclos cósmicos o Eras (Shemittot) en que la presencia divina se
manifestaría en el espacio, desde lo más alto del firmamento hasta la más
minúscula partícula, y en el tiempo, desde la Eternidad hasta el más
pequeño instante del Ahora, avanzando desde la Semana de la Creación
hasta el fin del mundo, cuando todo haya sido completado. Todo ese
inmenso movimiento empieza en Azilut y opera según las leyes generadas
por las Sefirot.
En Isaías, 43:7, encontramos las palabras: «Aun aquel que es nom-
brado por Mi Nombre, pues lo he creado para Mi Gloria, yo lo he hecho:
en verdad lo he formado.» Estos cuatro niveles de llamar, crear, formar y
hacer se encuentran constantemente en las Escrituras y en la cábala. Exis-
ten en el Arbol primordial de la Vida, en Azilut (página 40), y correspon-
den simbólicamente a su raíz, su tronco, su rama y su fruto, o a las cuatro
letras del Tetragrama o muy especial Nombre de Dios, YHVH. También
se perciben, por ejemplo, en los cuatro elementos familiares de la Sefirah
inferior, Malkhut. Como tales, representan cuatro niveles o etapas en que
se extraen de la fuente del Todo. El primer nivel, asociado con el fuego, es
el más cercano a la Corona (Keter) y es considerado como el símbolo de
la Voluntad pura (la «llamada» divina). El segundo, asociado con el aire,

Además, construirás el
tabernáculo con diez cortinas
(Sefirot) de lino finamente
tejido (Emanación), azul
(Creación), púrpura (Formación)
y escarlata (Acción): con
querubines primorosamente
bordados las fabricarás,
(Exada. 26:1.)
- Azilut, significa que a cada Sefirah va vinculado uno de los Nombres de
DkN'Ltt~~ ''1 ~V ~+
> l V\~lt1 :; ~LoV1\ v1I1
es el símbolo del Intelecto (la «creación» divina). El tercer nivel, asociado
con el agua, es considerado una expresión de la Emoción, en sus formas
en continua transformación (la «formación» divina). El cuarto y último,
asociado con la tierra, habla de Acción, la ejecución práctica de todo lo
que ha sido antes (el «hacen> divino). Cada nivel contiene las cualidades y
actividades del que le precede, de tal manera que cada nivel ulterior se
rige por más leyes, es más complejo y está más alejado de la fuente.
Aunque perfecto, Azilut no está plenamente realizado por sí mismo: es
como el deseo de tener una casa que ha sido concebida pero aún no
definida en principio, ni diseñada en su forma, ni construida, y que, sin
embargo, contiene el germen de todos esos procesos. De la misma forma,
esos cuatro niveles inherentes a Azilut se despliegan en cuatro grandes
etapas, de las que cada una constituye un Mundo por sí misma, de la
siguiente forma: concebida en Azilut (fuego), la Manifestación provoca en
principio (aire) el proceso cósmico de la Creación (Beriah en hebreo), que
puede entenderse en términos de un segundo Arbol completo que surge
del primero. De Beriah surge un tercer Mundo fluido de Formación
(Yezirah), del que nace un cuarto Mundo sólido de Acción (Asiyyah).
Cada nivel tiene su propio Arbol y cada Mundo sigue en su propio con-
texto la configuración exacta y la dinámica del Arbol de Azilut; por
tanto, cada uno de ellos tiene, dentro de su propia realidad, los cuatro
mismos niveles.
El origen de esta concepción y de la comprensión de la dinámica de la
relación entre un Mundo y el siguiente reside en el texto hebreo de la
Biblia. El divino «llamamiento por Mi Nombre», que es la esencia de
Dios. Keter, la Corona, lleva el nombre de EHYEH ASHER EHYEH,
YO SOY EL QUE SOY: el principio y el fin de toda Existencia. Las
Sefirot de la Sabiduría y del Entendimiento, Hokhmah y Binah, reciben,
respectivamente, los nombres de YHVH y ELOHI~, que una antigua
creencia asocia con los aspectos de Mlsericórdla y Justicia de la Divini-
dad. En Tiferet, que es la unión de los caminos que parten de esas tres
Sefirot, está Dios el Creador, conocido por el Nombre compuesto de
YHVH ELOHIM. El resto de las Sefirot tienen sus propios nombres
divinos, y algunos cabalistas lo entienden como los ELOHIM a que se
refiere colectivamente la primera frase del Génesis, Berashith bara ELO-
HIM, «Al principio ELOHIM creó». La palabra ELOHIM es plural; así
pues, el proceso de la creación empieza cuando los diferentes Atributos de
Dios, encarnados en los Nombres Divinos, manifiestan la voluntad de que
se origine la Creación.
El primer capítulo del Génesis debería entenderse como el desarrollo
de la Creación a partir de un Mundo Divino ya existente. Aunque ello es
comúnmente conocido en la cosmogonía esotérica judía, no lo es aún
para muchas personas familiarizadas con la Biblia. Este concepto cuenta
con los innumerables argumentos que se han desarrollado a través de los
siglos, según los cuales la Creación se originó a partir de la nada (ex
nihilo), basados todos ellos en la ignorancia de la existencia previa de la
Divina Emanación (Azilut). A esta noción de preexistencia alude, por
ejemplo, la afirmación directa en la tradición rabínica de que Dios con-
sultó a la Torah (la Enseñanza) antes de que el Universo fuese creado,
formado y hecho.
La Creación, en este esquema cabalístico concreto, se origina en la
voluntad o inspiración de YO SOY EL QUE SOY. Esta Inspiración se
manifiesta en el corazón del Arbol de Azilut, Tiferet, en que Dios el
Creador crea, forma y hace, a partir de los tres niveles inferiores de Azi-
9
 lut, un nuevo Arbol y un nuevo Mundo. Este, el Mundo de Beriah, se
revela bíblicamente en términos de los Siete Días de la Creación. El pri-
mer Día tuvo lugar la ordenación de la Fuerza y la Forma caóticas de la
Creación mediante la separación de la Luz y las Tinieblas, es decir, los
Pilares de la Misericordia y de la Justicia, realizada por Dios el Creador a
partir de lo que luego sería Keter, la Corona del nuevo Arbol. Esta es la
--'-- tríada superna del Arbol de la Creación. El segundo Día, la tríada azilú-
tica de Nezah, Hod y Malkhut se convierte en la tríada superior del Arbol
de Beriah: la Sabiduría Creativa, el Entendimiento y la Belleza, Hokh-
mah, Binah y Tiferet. En el Génesis se le llama a este proceso la división

bajo el firmamento, es decir, la separación de lo Divino de lo que se

I llamaría
AZILUT 5UPERIQF
BERIAH INFERIOR
BERIAH
INFERIOR
Azilut y Beriah:
La Creación surge de la
Emanación
Tú eras el mismo antes de que
el universo fuese creado;
Tú has sido el mismo desde que
el universo fue creado;
Tú eres el mismo en este
universo,
y Tú serás el mismo en el
universo por venir.
(Oración matutina judía.)
entre las un Mundo
aguas separado.sobre
que estaban Los elcinco Días siguientes
firmamento son el
y las aguas quedesarrollo
estaban
paso a paso de1 A r b o 1de 1a C reaClOn,
( . , ca d'a mve 1 exactamente re l'aClOnad o
a un grupo de Sefirot, hasta que el último Día del Creador descansa en la
Sefirah Beriática inferior, la del Reino (Malkhut), completando así el
Trabajo, que «era muy bueno». Este comentario no es simple autosatis-
facción: alude a los distintos intentos previos de fabricar un universo equi-
librado a los que se refiere la tradición esotérica judía. Los cabalistas los
llaman los «Reyes de Edom», que reinaron, según la Biblia, «antes de que
hubiese Reyes en Israel». La razón de su fracaso, nos dice, fue el exceso
de un Pilar o de una Sefirah. La Creación en el Génesis era equilibrada y,
por tanto, buena.
En el segundo capítulo del Génesis, todo el proceso parece repetirse;
algunos estudiosos lo consideran como una figura literaria, pero para los
cabalistas es evidente que no es así, porque cambia una palabra crucial. El
versículo 1:27 dice: «y Dios creó al hombre», Vayivra ELOHIM el ha
Adam. Es decir, ELOHIM creó a Adán. El 2:7 dice: YHVH ELOHIM
vayitzer el ha Adam, «y Dios nuestro Señor formó al hombre». Entre las
palabras «creó» y «formó» hay literalmente un mundo de diferencia, ya
que este segundo capítulo concierne a otro Arbol Sefirótico más elabo-
rado, que se ha dado en llamar Olam ha Yezirah, el Mundo de la Forma-
ción. Este Mundo posee la cualidad de los fenómenos en perpetua trans-
formación, ya que recibe desde arriba la influencia de la dinámica de la
Creación y la Divina Voluntad. Puede compararse a la fase del diseño, en
que una idea, que el arquitecto ha decidido (Azilut) y definido creativa-
mente (Beriah), adquiere una forma detallada antes de su construcción.
Yezirah es una esfera de diferenciación y complejidad; es el nivel en que,
por ejemplo, el espíritu Beriático del caballo o perro, que es la criatura
que tiene su origen en el Mundo de la Creación, experimenta modifica-
ciones sin fin para adquirir tipos y formas particulares. El Mundo de
Yezirah era el Jardín del Edén, en que el ser andrógino creado en Beriah
(Génesis, 1:27) se separó en Adán y Eva, los dos reflejos varón y hembra
claramente diferenciados de los Pilares externos.
El cuarto mundo, Asiyyah, surge a su vez del anterior. A él se refiere
el Génesis cuando menciona el río que manaba del Edén, y que tenía
cuatro ramales: la repetición de los cuatro niveles inherentes al Arbol de
la Vida, y a cada Mundo separado. Este Mundo basal del Hacer, o de los
Elementos y la Acción, es el Mundo al que nosotros mismos, al igual que
Adán y Eva, hemos descendido. Se manifiesta en el universo que nosotros
experimentamos a través de nuestros sentidos, con su (aparente) solidez y
sus aspectos líquido, gaseoso e irradiante. Para los científicos, este Mundo
material contiene energía y materia: es decir, las cualidades de los Pilares
derecho e izquierdo de la Fuerza y de la Forma. Aquellos que tienen
conciencia de algo más que de la interacción de los fenómenos bajo leyes

10
 naturales lo ven como la apariencia física de unos Mundos más sutiles y
más elevados que permean la existencia en su totalidad. De hecho, algu-
nos físicos han intuido que más allá de la escala subatómica, y más allá de

-
la galaxia más remota, existe otra clase de universo que de alguna forma
parece estar presente dentro de la misma estructura de este cosmos cientí-
... tan sólido como parece. Así...pues, incluso al nivel más
fico, tal vez no
mundano, eXIste la conCIenCIa de otras dImenslOnes que contIenen e
influencian el mundo natural y lo impregnan de una realidad sobrena-
tural.
Los Cuatro Mundos interpenetran la existencia en su totalidad.
Esquemáticamente pueden verse como «la Escalera de Jacob», en que el
HOMBRE
Arbol de cada mundo crece a partir de la estructura del anterior, de tal
manera que la Voluntad de Dios, y el flujo que conecta todo lo que existe,
está presente en todo lo manifestado. En cada uno de los casos, el Fun-
damento (Yesod) del mundo Superior sirve de base al Mundo inferior
como su Daat. Nótese que en este esquema particular la secuencia de las
Sefirot también se desarrolla a lo largo del eje, de tal forma que la larga
línea o Kav de la Divina Voluntad atraviesa todos los Mundos. Los Cua-
tro Mundos han sido visualizados de muchas formas distintas, que van
I TRONO
desde las geometrías concéntricas hasta la imagen antropomórfica de
Adán, o como una sucesión de Vestíbulos o Colinas Santas de jardines.
Sin embargo, debe recordarse que ninguna imagen puede capturar la
realidad, de la misma manera que ningún retrato, por profundo o genial
que sea, puede captar más de un aspecto de una persona. La cábala ha
cambiado constantemente las formas en que expresa un concepto único
J de la realidad abarcante del todo, con el fin de que ninguna visión de la

l CARRO
existencia se convierta en una imagen fija que pueda ser considerada defi-
nitiva. Desgraciadamente, la ortodoxia nunca ha entendido este principio,
y suele basar su autoridad en formulaciones redundantes.
Respecto a los habitantes de los Mundos, poco hay que decir sobre los
Tachutonim, los que «moran aquí abajo» en Asiyyah o la esfera natural:
los vemos alrededor nuestro, mientras que somos en gran parte incons-
cientes de nuestra propia participación de los Mundos superiores. En
cuanto a los Elyonim, los que «moran arriba», no son perceptibles a tra-
vés de los sentidos ordinarios; pero es lógico suponer -si alguna vez se
EZEQUIEl

ha experimentado una intervención sobrenatural- que los Mundos supe-

riNes están poblados de moradores confinados a otras realidades. Estas
criaturas se visualizan en el esquema cabalístico como ángeles y arcánge-
I
les, o los «peces» y las «aves» (Génesis, 1:26) que nadan en las aguas del
Mundo Yezirático de la Formación y vuelan en el aire del Mundo Beriá-
tico de la Creación. Tales criaturas juegan su papel en el gran designio de

l la existencia, y aunque podamos no percibir directamente sus operaciones

I
I

cósmicas, éstas, ciertamente, nos afectan, al igual que los ritmos naturales,
los ciclos planetarios y las variaciones estelares afectan las condiciones
terrestres para crear los cambios climáticos, las épocas en la historia
externa y los períodos de espiritualidad humana y progresos internos.
Para completar la visión cósmica existe en la cábala un concepto
conocido como Kelippot o el Mundo de las Conchas. Es el reconoci-
miento de las fuerzas demoníacas o destructivas presentes en el universo
creado. Según la tradición, los restos de los Mundos anteriores de-
sechados por el Creador aún existen. Su tarea, tanto a nivel macrocós-
mico como microcósmico, consiste en intervenir para poner a prueba la
bondad y comprobar su solidez. Estas fuerzas demoníacas parecen ser
Los cuatro Mundos y maléficas, pero, como puede observarse en el libro de Job, Satán el tenta-
la visión de Ezequiel dor es uno de los Hijos de Dios. Es en tanto que funcionarios cósmicos

11
 que las fuerzas del Caos intentan desequilibrar la balanza del universo al
nivel de uno de los tres Mundos inferiores y desechar lo que no ha sido
completado. Estas criaturas demoníacas, o Sheddim, constituyen una
formidable oposición a la humanidad, que es particularmente sensible a
su influencia. Su razón de ser está en que Adán, en tanto que imagen de
Dios, posee libre albedrío y elección. Manifiesta el resultado del bien y del
mal, junto con todos los demás privilegios y deberes del ser humano.

Adán A lo largo de los siglos, el Mundo Divino de Azilut ha recibido nume-

rosos títulos y ha sido descrito de diferentes maneras. Algunos rabinos lo
han visto como la Túnica de Luz con que Dios envuelve la Divina Pre-
sencia; algunos lo han simbolizado como el Shem ha Meforash, el muy
especial Nombre de Dios, representado por las cuatro letras YHVH. Ha
sido llamado la Gloria de Dios, y en cierto momento de la historia de la
cábala fue proyectado en la imagen de una gran figura humana radiante
llamada el Kabod. Este Hombre Divino aparece en la visión del profeta
Ezequiel, que vio los Cuatro Mundos como la imagen de un hombre
(Azilut) sentado en un trono celestial (Beriah) que estaba colocado sobre
un carro (Yezirah) que a su vez avanzaba por encima de la tierra
(Asiyyah).
El primer Hombre Azilútico, inspirado (al igual que nosotros) en la
configuración de las diez Sefirot, fue, pues, un Adán antes de que el Adán
del Génesis fuese creado y formado: su nombre es Adam Kadmon. Es el
primero de los cuatro reflejos de Dios que se vuelve manifiesto al exten-
derse la existencia desde la Divinidad hasta la Materialidad, antes de vol-
ver a fundirse de nuevo en el fin de los Tiempos. Concebido con forma
humana, Adam Kadmon contiene todo aquello que es necesario para
completar la tarea de la semejanza Divina. Es a la vez el espejo y el
observador, y dentro de su ser posee voluntad, intelecto, emoción y capa-
cidad de acción. Pero por encima de todo, Adam Kadmon es consciente
de lo Divino, aunque en el momento de su inspiración sólo tiene un cono-
cimiento inocente de ello, lo mismo que un pez es inconsciente del mar en
el que existe. Sólo tras un descenso a través de todos los Mundos llegará
a conocer por experiencia todos los aspectos de la Divinidad, percibiendo
en sí mismo y en el universo la Faz de Dios; su reflejo, sin embargo, como
el de cualquier espejo, es sólo una imagen, nunca la realidad. El contacto
directo sólo se da por medio de la Gracia, o tras la Conclusión del ciclo
completo, en ambos casos a través de la Manifestación y volviendo a su
origen a través de Teshuvah o la redención.
La composición de Adam Kadmon se basa en las Sefirot. Mientras
que el Arbol de la Vida crece hacia abajo desde la Corona, Adam Kad-
mon permanece de pie (pág. 68). Encima de su cabeza está Keter, la
Corona, mientras que las dos Sefirot laterales de la Sabiduría y el Enten-
dimiento, Hokhmah y Binah, están relacionadas con sus dos hemisferios
cerebrales. La no-Sefirah del Conocimiento, Daat, corresponde a su cara
y su garganta, pues ahí es donde ve, oye, huele y habla. Las Sefirot del
corazón, Gevurah y Hesed, la justicia y la misericordia, están colocadas a
la izquierda y a la derecha de su pecho; mientras que la Sefirah central,
Tiferet o el yo, se sitúa sobre su plexo solar. Las dos Sefirot interiores,
exteriores y funcionales, Hod y Nezah, están asociadas con las piernas, y
Yesod, el Fundamento generativo, con los genitales; Malkhut el Reino se

12

El Hombre contiene todo lo
que está arriba en los cielos y
abajo sobre la tierra, tanto las
criaturas terrestres como las
celestes; por esa razón, el
Anciano entre los Ancianos
eligió al Hombre como Su
Divina manifestación. Ningún
Mundo podía existir antes de
que Adán cobrara vida, pues la
figura humana contiene todas
las cosas, y todo lo que es
existe en virtud de él.
(Zohar, España, siglo XlII.)
encuentra a sus pies. Generalmente, aunque no siempre, se representa de
espaldas, tal y como Moisés vio la imagen Divina (Exodo, 33:20: «Pues
ningún hombre que haya visto [Mi Rostro ] vivirá»), de modo que los
lados activo y pasivo encuentran su posición natural a la derecha y a la
izquierda del Pilar central de la espina dorsal.
Se encuentran referencias a esta vasta figura Divina en numerosos
trabajos cabalísticos antiguos, y algunas personas que se lo toman al pie
de la letra recelan del detallado recuento de caras, barbas y miembros,
que sugiere que la estatura de Dios puede medirse. En realidad, el símbolo
de Adam Kadmon, como muchos otros, no es más que una analogía, una
forma metafórica, de las leyes expresadas por la disposición de los Divi-
nos Atributos. Muchas otras tradiciones han considerado al Hombre, en
tanto que imagen de Dios, como el modelo perfecto para el estudio de lo
Divino. Los cabalistas no son una excepción, y siguen la máxima esoté-
rica: «Lo que está arriba está abajo» en su estudio del macrocosmo y del
microcosmo.
Del Hombre Divino Adam Kadmon, así como del Azilut, surge el
Adán Beriático que fue creado el sexto Día, cuando la acción se concen-
tró en Yesod o Fundamento del Arbol de la Creación (pág. 10). La
leyenda judaica establece que este Adán Beriático fue creado el último de
todas las criaturas para que fuese humilde; el concepto cabalístico es que
todas las demás criaturas sin excepción -incluso los ángeles y los
arcángeles- tienen su fundamento en el Adán de Azilut, pero fueron
dejados incompletos: sólo el Adán Beriático fue una imagen completa de
lo Divino. Este hecho explica el mito de los celos y la discordia entre las
legiones angélicas; aquellos que no quisieron reconocer la superioridad
humana, como Lucifer, fueron relegados a la tarea de conducir las fuerzas
caóticas que infestan el universo, y al hombre en particular. La rebelión
en la Creación, aun antes de la caída de Adán, ocurrió porque a los
habitantes de la Creación, que fue el primero de los Mundos separados
procedente de lo Divino, se les permitió inicialmente cierto grado de libre
albedrío. Este riesgo inherente de desviación del plan cósmico era corre-
gido, según dice la leyenda, por el vínculo del Nombre Divino EL al
nombre funcional de cada criatura angélica, de tal modo que nunca
pudit:ra ejercer más poder del que quisiera Dios. Así pues, cada ser celes-
tial fue limitado a su tarea, como el ángel Shalgiel, que sólo se ocupaba
de la nieve.
En Beriah, Adán, existente ahora como una entidad separada a nivel
del espíritu, todavía no había sido probado, por lo que la manifestación
de la imagen de Dios fue proyectada dentro del tercer Mundo de la For-
mación, Yezirah o el Edén. Allí, los dos aspectos, varón y hembra, ya
separados, pero relacionados entre sí, asumieron el papel activo y pasivo
(o, tal y como lo ven algunos cabalistas, la relación interna entre Adán el
espíritu y el alma de Eva). Con la intrusión de la tentación en su mundo
idílico se dio la ruptura deliberada de la única regla que se les había
impuesto. Con ella llegó el Conocimiento del Mundo de la Creación y la
posibilidad de comer del Arbol de la Vida, es decir, Azilut; y así fueron
arrojados al Mundo inferior de la materialidad y recibieron túnicas de piel
(Génesis, 3:21), es decir, cuerpos carnales. Allí fueron sometidos al mayor
número de leyes, para resguardar relativamente al universo de las conse-
cuencias de su libre albedrío hasta que hubiesen madurado y adquirido
mayor responsabilidad. Bajo forma mitológica, esta es una explicación de
cómo llegamos sobre la tierra. Algunos cabalistas consideran que el acon-
tecimiento de la Caída fue previsto por Dios, lo mismo que un padre deja
que el niño cometa una falta para que aprenda. De esa manera, Adán
13

El arcángel Metraton dijo al
rabino Ismael: « Ven y te
enseñaré los espíritus de los
justos que han sido creados y
han retornado, y los espíritus de
los justos que aún no han sido
creados.»
(Libro hebreo de Enoch,
Palestina- Babilonia (?), siglo m.)
14
experimenta todos los niveles de la existencia, tanto hacia arriba como
hacia abajo, en su intento por recuperar, primero el Edén, luego el Cielo
de la Creación, y finalmente la Unión con lo Divino.
La tradición cabalística, viendo la situación desde abajo, considera
numerosos detalles respecto a nuestros orígenes y encarnación en tanto
que individuos. Dice que cada uno de nosotros estaba presente en el
cuerpo Azilútico de Adam Kadmon, y por tanto ya teníamos existencia
antes del principio de la Creación; la Creación iba a ser el asentamiento
de nuestro destino individual. Cuando los Cuatro Mundos estuvieron
completos y operacionales, la parte Divina de cada ente humano se dife-
renció en células dentro del ser del Adán Creado (Beriático). Ahí, en el
reino del espíritu puro, permanecíamos en la inocencia hasta que fuimos
arrojados al Paraíso, la casa del tesoro de las almas, donde la parte Beriá-
tica, diferenciada, de nuestra naturaleza, que encerraba el destello divino
de Azilut, asumió una forma Yezirática en espera de bajar a encarnarse en
el universo físico de Asiyyah. Cuando llegó ese momento fuimos llamados
ante el Más Alto, Quien nos dijo cuál era nuestra tarea particular y los
dones que habíamos recibido para llevarla a cabo. Ese es nuestro destino,
aunque aparentemente haya una gran resistencia a descender a lo que un
cabalista llamó «este valle de lágrimas». La respuesta es siempre: «Para
ello fuiste llamado, creado, formado y hecho.»
Una tradición nos dice, además, que cuando una pareja está en unión
sexual, la presencia invisible de su hijo planea por encima de ellos, y que
cuando tiene lugar la concepción, el cuerpo Beriático, o espíritu, y el
cuerpo Yezirático, o alma, se unen al cuerpo embriónico Asiyyático de
este mundo. Conforme crece el feto, la persona que ha de ser encarnada
se entrega a la adquisición de una túnica de piel. Los relatos detallados
añaden que durante ese tiempo de gestación física se le muestra a la per-
sona su vida futura, la gente con que se encontrará y los lugares donde
irá. También percibe los resultados de las vidas de otras personas después
de la muerte, y los niveles a los que podrían individualmente ascender o
descender según su actuación, de manera que ya no está en un estado de
inocencia, sino que inicia el proceso de la experiencia mientras pasa por
medio de la gestación a la encarnación. Cuando el niño nace, el proceso
prenatal se corta y la persona empieza a olvidar sus recuerdos de los
Mundos superiores al quedar más y más implicado en la vida física que
supone ser un bebé. De vez en cuando, sin embargo, recordará levemente
un momento prenatal, y más tarde reconocerá, incluso vagamente, una
escena o un individuo de los que le fueron mostrados antes de su naci-
miento. Las personas que conocerá están igualmente envueltas en el plan
cósmico y también tienen que vivir su sino y su destino; así pues, cuando
se encuentran dos personas que ya se habían conocido antes de la vida se
da una extraña familiaridad.
Una vez nacido en el reino natural, y sometido a las leyes, tales como
la de estar compuesto de materia mineral, de alimentarse y propagarse
como un vegetal, y de moverse y relacionarse con otros como un animal,
puede decirse que la persona ha atravesado ya personalmente de arriba
abajo los cuatro Mundos completos. Sin embargo, conforme va madu-
rando, al pasar por las diferentes etapas de la vida, veremos que también
comienza su ascensión de retorno a los Mundos superiores. Este proceso
de ascensión sigue el Rayo Relampagueante a la inversa, desarrollando lo
primero de todo su cuerpo o Malkhut, durante el crecimiento fetal; luego
su ego o Yesod, durante la primera niñez; luego su capacidad de aprender
o Hod, en la segunda niñez, y finalmente su Nezah, que corresponde a las
preocupaciones activas e instintivas de la juventud.
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S fZ F-\ 12..0
Al alcanzar la etapa del Tiferet, o la conciencia del yo -la primera de
\ VOL \J }0 't"t\\) la vida-, puede elegir pararse y no desarrollarse más, y pasar simple-
-z.:TlV~L~CT"b
r
mente el resto de su vida repitiendo o cultivando las fuerzas y las debili-
dades de las Sefirot inferiores, teniendo por única preocupación el mate-
-') iZ MOC \ O (') rialismo de Malkhut, el egoísmo de Yesod, los juegos de inteligencia de
~ Acc lO() Hod o los placeres sensuales de Nezah. En el caso de la persona que
desarrolla cierta voluntad propia o poder de Tiferet puede convertirse en
un individuo dominante o incluso importante (pero natural), un «hombre

- ~ ~
animal», dedicado a dirigir a los demás con buena o perversa voluntad.
Tales individuos se encuentran entre los políticos, y de hecho en cualquier
profesión de influencia, desde la ciencia hasta el arte y la industria. Aquí,
~ de nuevo, el individuo puede permanecer durante toda su vida hasta per-
~~ der su poder y ser sustituido por otro rey o reina natural. Sólo aquellos
lU-t0 (U-~
que ven la vida como algo más que el confort, el poder y la posición
social pueden seguir adelante para percibir las conexiones internas y más
elevadas con los Mundos superiores. Esta etapa requiere, sin embargo,
(\cl~ 1<a&'(lVtóV\ ~
algo más que el deseo hacia, o incluso atisbos de, esa otra realidad. Nece-
lvC) fer eJ) sita empezar con el conocimiento de sí mismo, lo que nos conduce a la
~G~ visión cabalística de la anatomía de la psique.

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Anatomía
antropomórfico
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cómo
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SefirótiCó:'ya
Intelecto, cabalistas
EmoclOn que Adam
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CClOn.Este esquema
osee una
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Yezirah y Asiyyah: . extiende hacia abajO a traves e los Cuatro Mundos, que representan
la mente y el cuerpo cada uno la manifestación cósmica de uno de esos mismos niveles. En el
microcosmo de un ser humano encarnado como individuo, el esquema se
repite en miniatura.
A través de los tiempos, los cabalistas siempre han expresado su com-
prensión de estos principios eternos en el lenguaje de su propia época.
Ello puede observarse, por ejemplo, en la pSIcología SImbólIca del Lohar,
o Libro del Esplendor, escrito en la España medieval, y en el análISIS
oetallado de los diferentes nIveles del hombre por la escuela Hasídica
Habad de la Rusia del siglo XVIII. Los cabalistas modernos continúan la
tradición y exponen su saber en térmmos de la pSICOIOla de nuestro ro-
PIO tIempo. Así es como una tra IClOnse mantiene viva.
- Partiendo del Mundo inferior, fijémonos en el cuerpo. Este vehículo
físico, que ha evolucionado a través de millones de años, se basa en una
serie de principios concretos que, aunque relacionados con las condiciones
terrestres, tambiénJienen su raíz en las leyes arquetípicas que gobiernan la
existencia,
'cuerpo operaa sobre
saber, las
~t. interacciones
Asídepues, a suelnIvel
la tierra, agua,más elemental,
el aire el r.'_
V el fuego. .
\.A.IlNt..(,.
Podemos observado en las estructuras y SIstemas tales como los huesos y ~
los músculos, las corrientes químicas, los intercambios gaseosos y la acti- ~

vidad
nicos yelectrónica.
mecánicos Adenivel más detallado,
los sistemas la jerarquía
metabólico de los tejidos puede
y electromagnético T-~~/) 4.
orgá- J.Lt
verse como la interacción de los Pilares de la Fuerza y de la Forma, de la
energía y la materia, lo mismo que los lados activo y pasivo del Arbol
actúan bajo la dirección de la voluntad de los sentidos en Malkhut, el
sistema nervioso autónomo en Yesod o Fundamento, y el sistema ner-
vioso central, incluido el cerebro, en Tiferet, el Trono de Salomón. Así
~
.'W\..U..o ~

15
~;~lLJ.-~
~~~~

« Y Dios creó al hombre a Su
imagen.» Es esa imagen la que
nos recibe en primera instancia
cuando venimos a este Mundo,
se desarrolla con nosotros
mientras crecemos y nos
acompaña cuando dejamos la
¡ierra. Su origen está en el
cielo.
(Zohar, España, siglo XI/I.)
16
pues, la energía y la materia están ligadas durante la vida del cuerpo a la
voluntad y a la conciencia inherentes al Pilar central. La cara superior del
Arbol Asiyyático es la parte sutil del cuerpo y representa lo que se llama
en la cábala el Zelim o imagen, que corresponde a la conexión etérea
entre el cuerpo y la psique. En la parte física se compone de la energía y la
materia más sutiles de las que se encuentran en el Mundo más bajo, y
corresponde a las más groseras del Mundo siguiente, con cuya mitad infe-
rior (o cara inferior) se interpenetra. Algunas personas pueden percibir
con su ojo interno este nivel y ver su aura radiante alrededor del cuerpo.
La Keter o Corona del Arbol del cuerpo corresponde en este esquema
cabalístico al Tiferet del Mundo Formativo Yezirático del alma o psique,
y al Malkhut o Mundo Creativo Beriático del espíritu. Esto muestra
cómo los tres Mundos inferiores se encuentran en los que viven en la
carne y cómo es posible experimentar los Mundos invisibles en los
momentos en que percibimos una realidad más profunda tras el aspecto
del mundo físico.
La anatomía de la psique se basa en el mismo modelo Sefirótico que
la del cuerpo; pero su energía, su sustancia y su conciencia son las del
Mundo sutil de la Formación. Para ser exactos, el único contacto directo
con el Mundo físico se da a través del Malkhut elemental del Arbol Yezi-
rático, relacionado con el Tiferet del cuerpo, es decir, con el cerebro y el
sistema nervioso central. Esto demuestra la exactitud de este esquema de
Mundos interpenetrados, ya que es ahí donde el cerebro, el órgano físico
de la cognición, fusiona la conciencia con los tejidos, el metabolismo y los
campos electromagnéticos. La inmediatamente superior es la no-Sefirah
de Daat o Conocimiento del cuerpo, que corresponde a la Yesod o Fun-
damento de la psique. De esta forma se encuentran e interaccionan los
dos Mundos, el inferior proporcionando datos sobre el Mundo exterior, y
el superior percibiéndolos psicológicamente y transmitiendo al cuerpo, y
al mundo exterior, la Voluntad que emana de los reinos interiores y
supenores.
La Yesod de la psique, el ego ordinario, es el nivel de conciencia, en
parte física y en parte psicológica, que forma el Fundamento de lo que
pensamos, sentimos y hacemos. De hecho, esto se inscribe en la configu-
ración del Arbol mediante las figuras triangulares o tríadas que rodean a
Yesod; éstas están formadas por los tres senderos que surgen de Malkhut,
Hod y Nezah (pág. 40), cuyos ángulos se llaman la tríada vegetal de la
psique. Esta se refiere a los procesos rutinarios de acción, alimentación y
pensamiento que conforman la actividad diaria de la vida. Veremos, pues,
que la tríada de la izquierda posee la cualidad reflexiva y pasiva del pen-
samiento; la de la derecha o lado activo, la de la acción, y la tríada hori-
zontal central sobre el ego, con su naturaleza dual activa y pasiva, posee
la cualidad introvertida del sentimiento. Una pequeña observación perso-
nal del estado cambiante del ego demuestra la veracidad del esquema. Por
ejemplo, aunque uno pueda sentirse deprimido al pensar en un problema,
puede seguir haciendo su trabajo.
El estado vegetal del ego puede recibir la influencia de acontecimientos
profundos a nivel de la psique, pero su visión del mundo está primor-
dialmente formada por lo que ha absorbido de su educación y enseñanza.
Así, una persona criada en la ciudad muestra numerosas diferencias res-
pecto a un individuo nacido en el campo en cuanto a sus actitudes y
valores al nivel vegetal ordinario de la vida. Junto con Hod y Nezah -las
Sefirot psicobiológicas del control y el deseo que definen la frontera o
umbral de la conciencia diaria- y Malkhut, la conexión con el cuerpo,
Yesod el ego hace de este gran triángulo inferior, con sus tres subdivisio-

Un solo hombre equivale a toda
la Creación. Un hombre es un
Mundo en miniatura.
(Abot de Rabi Nathan,
Palestina, siglo Il.)
nes, la principal área de experiencia para la mayoría de la gente. Además,
Yesod enfoca la imagen que una persona tiene de sí misma, ya sea un
escolar, un vaquero o un ama de casa.
La siguiente tríada, compuesta por las Yeziráticas Hod, Nezah y Tife-
ret, forma la zona que se extiende justo al otro lado de lo que se llama la
línea normalliminal de la conciencia. Situada entre Hod y Nezah, que
equilibran y potencian los procesos biopsicológicos, y alcanzando hasta
Tiferet, el yo o Vigilante interno, esta tríada es conocida como el umbral
animal o del despertar. Aquí, cuando se despierta el poder de Nezah y se
estimula la sensibilidad de Hod, se produce una concienciación más ele-
vada, que se experimenta a veces en momentos de paz profunda o de gran
tragedia. Es el lugar del primer éxtasis, de la repentina lucidez, de la pro-
funda pasión y de la iluminación parcial. Es totalmente diferente de la
conciencia ordinaria del ego, y puede conducir incluso a un estado más
allá de la voluntad dirigida a la condición animal, al reconocimiento de
otros Mundos por encima de lo físico, e incluso más allá de lo psicoló-
gico, porque el yo no sólo es la Corona (Keter) del cuerpo y el corazón
(Tiferet) de la psique, sino la base elemental (Malkhut) del espíritu.
Una experiencia de este nivel no es rara, aunque opera las más de las
veces desde lo inconsciente, es decir, a través del umbral Hod- Yesod que
separa al yo del ego. El sendero que une Tiferet y Yesod, a través de este
umbral, ha sido llamado por algunos cabalistas el sendero de Zadek o del
Hombre Honesto; pero sólo llega a serlo cuando está libre de autoengaño
y de pereza psicológica.
El yo reside en el Trono de Salomón de la psique. Es una parte de
nosotros que lo observa todo. Como en él desembocan los senderos que
proceden de arriba y de abajo, constituye el centro de una serie de tríadas
formadas tanto por las Sefirot superiores como por las inferiores. Como
veremos, las Sefirot pasiva y activa del intelecto (Binah y Hokhmah) y de
la emoción (Gevurah y Hesed) actúan a partir de sus Pilares respectivos, y
no sólo se relacionan entre sí por medio de los senderos, sino que se
concentran en Tiferet. Las tríadas de la izquierda son los bancos emocio-
nales e intelectuales pasivos de los complejos que tienen en jaque a la
psique, mientras que los de la derecha son activos y estimulan la actividad
emocional e intelectual. En el Arbol de la psique, las tríadas laterales se
complementan mutuamente, ya que almacenan ideas y emociones, y ajus-
tan continuamente su equilibrio interno a los progresos individuales a lo
largo de la vida.
La tríada horizontal que está encima del yo es el nivel del alma.
Compuesta de Gevurah, Hesed y Tiferet -las Sefirot emocionales de la
Justicia y la Misericordia y la Sefirah del yo- es el lugar del autocono-
cimiento y de la conciencia. Es ahí, en la que se ha llamado tradicio-
nalmente la tríada moral, donde el individuo percibe su propia actuación
ética y la de los demás, y desde donde imparte justicia y misericordia.
Según una antigua opinión, es el lugar donde residen los ángeles buenos y
malos de cada uno, para tentar y dar aliento. Ahí se encuentran también
las puertas del Paraíso y del Purgatorio. Estos símbolos arquetípicos des-
criben estados del alma, y cualquiera que opere en ese nivel de autocono-
cimiento sabe que dichos criterios no pertenecen al mundo natural. La
verdadera moralidad no es lo mismo que un uso social o tribal. El alma
está profundamente inmersa en los niveles normalmente inconscientes de
la psique y está íntimamente asociada a las tríadas laterales de las emo-
ciones y los conceptos. También tiene acceso, por medio del yo en Tiferet,
al espíritu, la gran tríada superior de Hokhmah, Binah, Tiferet.
La tríada del espíritu se compone de las Sefirot de la Sabiduría y el
17
 Entendimiento y del yo, con el Saber psicológico en el centro. Esta tríada,
como se advertirá, es también la tríada inferior del Mundo de la Creación
superior. Así pues, en el lado Yezirático se encuentra el aspecto espiritual
de la psique, donde la individualidad del yo, tal y como se expresa en el
alma, se ve dentro de un contexto cósmico. La cara inferior del Arbol
Yezirático -su aspecto físico que culmina en Tiferet- está, como vere-
mos, en un nivel casi fuera de alcance, que se experimenta sólo en pro-
fundas excursiones místicas tales como la meditación. La tríada espiritual,
como la Divina o superna que está directamente encima, tiene un vínculo
directo, a través de Keter, con el Mundo de la Emanación, tiene poco
sentido para los que no son conscientes de los Mundos ocultos más allá
del aspecto del mundo físico y de las imágenes del ego ordinario de la
mente. Aquellos que desean experimentar y explorar esta realidad interna
reciben un atisbo de estos Mundos superiores durante ese momento de
veneración religiosa que todo ser humano tiene al menos una vez en su
vida.
La psique como un todo es un organismo tan completo como el
cuerpo. Están presentes en ella muchos procesos paralelos a los físicos.
El ego es el sistema autónomo de la psique y el yo, el control central. El
alma es el metabolismo de la psique de equilibrio y salud internos, y la
tríada del espíritu es esa zona donde se revela otro Mundo. Como el
cuerpo, la psique funciona según leyes inconscientes, y una persona puede
nacer, vivir y morir sin utilizar una fracción de su potencial. El cabalista
se esfuerza por llevar a cabo esa plena capacidad, con el fin no sólo de
percibir los Mundos superiores, sino de participar de ellos de forma cons-
ciente. Sin embargo, antes de que el individuo pueda llegar a ello debe
primero darse cuenta de que esa posibilidad existe y de que hay otros con
el conocimiento y la experiencia necesarios para adiestrarle. A menudo, lo
único que necesita para empezar son unos cuantos extraños momentos de
visión, uno o dos libros que expongan lo que el mundo ordinario no
puede siquiera reconocer, y una profunda necesidad de buscar y encontrar
una llave para el Edén, del que recuerda vagamente que procede su alma.

La Búsqueda El Libro del Génesis describe cómo los Mundos de la Creación, la

Formación y la Acción cobraron existencia, y cómo la humanidad llegó a
descender al reino natural; el Exodo trata de la ascensión de retorno al
Origen. El Sefer Torah (título que significa «Libro de la Instrucción» y no,
como muchos creen, «Libro de la Ley») constituye la enseñanza contenida
en el Antiguo Testamento y, en particular, en los cinco Libros de Moisés.
Esta instrucción, tejida en una urdimbre de antiguos mitos cósmicos,
sagas y legislaciones tribales, está directamente relacionada con la situa-
ción humana, puesto que describe de forma simbólica las condiciones en
que nos encontramos al nacer y el método mediante el cual podemos
abrimos camino hacia la Tierra Prometida de la que procedemos.
Existen dos líneas de conocimiento bíblico en el judaísmo: la escrita y
la oral. La primera está incorporada en el canon bíblico, y la segunda es
aquella a la que aluden los comentarios rabínicos del Talmud, que algu-

18

Yo soy el hombre que se ha
aprestado para la lucha
y no tendrá descanso hasta
cumplir su juramento.
Cuyo corazón dividido lucha
contra sí mismo,
Cuya alma desprecia su morada
carnal,
Que eligió, como un niño, el
Sendero de la Sabiduría.
(Tormenta nocturna, Rabino
Salomón ibn Gabirol, España,
siglo XI.)
nos todavía llaman «orales», aunque existen textos escritos desde hace
siglos. La verdadera línea oral es la impartida directamente por un maes-
tro a un alumno con el que tiene una relación esotérica, basada en un
nivel espiritual de comprensión. Ese es el método de la cábala, que signi-
fica «recibir». Lo impartido de esa forma ha sido generalmente elaborado
en forma de analogía bíblica, de ahí que gran número de cabalistas que
trabajan dentro de la tradición ortodoxa han estado profundamente ver-
sados en la Biblia. Así pues, cada capítulo, cada versículo, o incluso cada
letra, puede convertirse en una clave para comprender entre líneas un
texto cuidadosamente elaborado para preservar los secretos de la exis-
tencia.
El relato del descenso a Egipto de la familia de J acob es una descrip-
ción de la encarnación del alma. Mizraim, el nombre hebreo de Egipto,
significa «confinado» y «limitado». Lo mismo ocurre con el alma, cuyo
hábitat natural es el jardín del Edén (el Mundo de Yezirah). Ahí abajo, en
Egipto, el alma es esclavizada y después de un tiempo olvida la tierra de
la que procede. A veces, sin embargo, a pesar del peso de la carne y de las
preocupaciones del trabajo, del dolor y del placer, un momento de tran-
quilidad puede traer a la mente ese otro lugar más libre, el vago recuerdo
de la tierra natal. Para muchas personas, ese fenómeno se desvanece en la
juventud, conforme la pasión y la ambición van acaparando la atención, y
el refugio cuya pérdida lloramos en la infancia se pierde bajo las preocu-
paciones comunes por el trabajo o la familia. Pero para algunos, esa
conexión nunca llega a perderse del todo y buscan los lugares y la gente
que les ayuden a evocar ese débil recuerdo de otro Mundo. Algunos
encuentran libros donde se habla de él; pero, desgraciadamente, las visio-
nes de los poetas y de los profetas no dejan de ser imágenes a posteriori
sobre el papel, y no dan mapa ni direcciones para encontrar el camino de
regreso a ese remoto país. Esas personas, llamadas extrañas por algunos,
siguen siendo esclavas, como todos sus compañeros limitados por la
carne, pero son particularmente infelices porque saben que están esclavi-
zados, y no pueden, como los demás, perderse simplemente en los juegos
de la vida diaria. Quieren liberarse, porque intuyen que la existencia tiene
otros propósitos más allá de alimentarse y propagarse como las plantas, o
socializarse y dominar como los animales.
Muchas veces uno de esos extraños huye, como el joven Moisés, de su
sociedad. Cuando Moisés da muerte al egipcio (Exodo, 2:11-12) se trata
del acto simbólico de romper su vínculo con los niveles vegetal y animal,
aun cuando, siendo un hombre inteligente y privilegiado, gozaba de buena
posición en Egipto. Sus erranzas por el desierto, descritas con todo detalle
en los cuentos populares judíos, resultarían familiares para muchos foras-
teros de cualquier edad. Lo mismo que su encuentro con Jetró, que iba a
ser su suegro y su maestro espiritual. En el relato del Talmud, para
poderse casar con la hija de Jetró, Moisés tiene que desenterrar una vara
de zafiro profundamente enterrada que lleva grabados los Nombres de
Dios. Ese mecanismo, común en la literatura esotérica como prueba ini-
ciática, es necesario antes de poder recibir más instrucción. El episodio de
la Zarza Ardiente (Exodo, 3) es la culminación, según los relatos rabíni-
cos, de varios años de adiestramiento bajo la dirección de Jetró. Denota el
estado de Gracia otorgado a la persona que ha alcanzado un nivel crucial
de realización interior, cuando ya se le puede confiar una responsabilidad.
La renuencia inicial de Moisés a volver a Egipto y cumplir su misión
(Exodo, 4) es asimismo característica de la oposición inicial de la propia
voluntad a la Voluntad Divina, antes del estado de sumisión que mani-
fiesta: «Hágase Tu Voluntad, y no la mía.» Al aceptar su destino, Moisés
19
 vuelve a su gente para ayudarla a salir de la casa de la servidumbre y a
alcanzar la tierra de la que mana leche y miel, es decir, los Mundos supe-
riores. En términos personales, esto significa, interiormente, educar las
partes indisciplinadas de uno mismo, y exteriormente, enseñar a otros que
desean la iniciación.
La alegoría del Exodo tiene un importante significado personal para el
cabalista, porque se refiere a las primeras condiciones de vida y al de-
sarrollo espiritual. Las personas nacen dentro de y bajo las leyes de una
existencia física muy dura, donde tienen que aprender las artes y las cien-
cias de la supervivencia antes de estar preparadas para estudiar la cábala.
Esa es la razón por la que uno puede ser aceptado por un maestro sólo
según su madurez (que no siempre es a los cuarenta años, la edad de la
que se habla tradicionalmente: muchos grandes cabalistas murieron antes
de esa edad). Luego uno tiene que seguir un largo adiestramiento, tal y
como Moisés cuidó de las ovejas de Jetró, lo que puede interpretarse
como el aprendizaje para dominar los instintos e impulsos del cuerpo y de
la psique. El episodio de la Zarza Ardiente es el momento en que una
persona realiza su propia conexión interna y debe dejar a su maestro para
iniciar su propio trabajo; pero está a muchos años de distancia de las
primeras etapas del despertar espiritual.
Aunque el deseo inicial de escapar a la esclavitud de Egipto es muy
fuerte, la capacidad de hacerlo puede no estar presente. Muchas almas
sensibles han abandonado la búsqueda de la libertad y se han vuelto a
sumir en las esferas vegetal y animal del hombre, volviéndose cínicas, o
peor aún, diabólicas, porque ciertamente saben más que quienes les
rodean. El mago Balaam del Libro de los Números representa una per-
sona así. El que busca se encontrará a esos individuos, oscuros pero pode-
rosos, durante su búsqueda de la verdad, y por un tiempo es posible que
se deje engañar por los conocimientos que despliegan para impresionar.
Pero el tiempo, o alguna acción egoísta, demostrarán que ese individuo
ha convertido el saber espiritual en poder mágico. Esos encuentros son
una parte necesaria del adiestramiento por designio de la Providencia, que
empieza a tomar un interés activo en el buscador auténtico.
El fenómeno de la Providencia se va volviendo cada vez más aparente
durante la búsqueda de la puerta que conduce a los Mundos superiores;
por ejemplo, aparecen ciertos libros en un momento crucial, o se da un
encuentro con una persona que puede resultar ser una conexión con
alguna tradición esotérica. El que Moisés llegara al pozo justo cuando las
hijas de Jetró eran acosadas por pastores locales, es un ejemplo de lo
oportuno de la Providencia. Ese tipo de encuentro puede conducir a una
conexión instantánea, pero lo más probable es que propicie una serie de
conversaciones con un iniciado durante varios años, en que el buscador
no se da cuenta de que está siendo sometido a prueba como candidato a
su propia iniciación. Ese método confiere a numerosas tradiciones, inclu-
yendo a la cábala, la reputación de ser secretas. Un rabino polaco, por
ejemplo, ignoraba incluso la profesión de su maestro, porque le había
enseñado la cábala mediante esa técnica de discreta instrucción. El
siguiente paso del camino consiste muchas veces en tomar conciencia de
que la persona que le instruye a uno no está sola, sino que es parte del·
eslabón de una antigua cadena de enseñanzas. Muchos estudiosos acadé-
micos de la cábala encuentran este fenómeno desconcertante, porque exis-
ten pocas o ninguna prueba literal de las realizaciones internas y de la
organización de la tradición viva; pero eso es exactamente lo que se
entiende por línea oral.
Han existido escuelas de la cábala a lo largo de los siglos, y de vez en

20

El rabino Simeón se sentó y
lloró, ¿¡iciendo: Ay de mí si
revelo estos secretos, y ay de mí
si no los revelo. Los
compañeros presentes
permanecieron en silencio, hasta
que el rabino Abba se levantó y
le dijo: «Si nuestro maestro
desea revelar estas materias, ¿no
está escrito que "El secreto del
Señor pertenece a aquéllos que
Le temen '7, y ¿no tiemblan
estos Compañeros ante El
Altísimo, que Alabado sea?»
((La Gran Asamblea Santa»,
según el Zohar, España,
siglo XJII.)
El Adiestramiento
cuando han dejado constancia de sus reuniones esotéricas e incluso des-
cripciones de sus teorías y prácticas. Sin embargo, generalmente fueron
escritas o publicadas mucho tiempo después de que los acontecimientos
esotéricos les dieran vida, porque dichos grupos, contrariamente a los
progresos continuos de los aspectos más formales de la religión, se dan a
conocer sólo si se trata de una necesidad de su época. Por ejemplo, se
sabe que hubo una importante escuela cabalista en España, en Gerona, en
el siglo XIII, y otra durante el siglo XVI en Safed, en Palestina. Sin
embargo, muy poco de su enseñanza interna quedó consignado, a pesar
del volumen de textos escritos producido en esos lugares. Además, no
todas las escuelas cabalistas son necesariamente judaicas o incluso orien-
tadas en la Biblia. Una cábala cristiana y oculta se practicó en Francia, en
Flandes y en Italia en el medievo, y no eran desconocidas en Alemania en
el siglo XVII ni en América en el siglo XVIII. Por otra parte, la cábala,
aunque sigue siendo una tradición principalmente judaica, ha influido
tanto en el misticismo islámico como en el cristiano, y recíprocamente.
Desgraciadamente, la cábala también ha sido erróneamente utilizada,
tanto por los judíos como por los gentiles, en prácticas de magia, lo que,
unido a la aplicación de una comprensión incompleta por parte de algu-
nos seguidores de Shabbetai Zvi, figura mesiánica del siglo XVII, ha des-
acreditado el nombre de la Tradición. Sin embargo, una línea de conoci-
miento espiritual tan antigua puede sobrevivir a cualquier vicisitud, y ni
siquiera las embestidas de la era de la así llamada razón científica le ha
impedido emerger cuando se la necesitaba, bajo una forma contemporá-
nea, para los buscadores de esta generación.
Volviendo al viaje interior para salir de la esclavitud: cuando un indi-
viduo alcanza un punto de desarrollo en el que sabe que definitivamente
hay otras cosas en la vida que los juegos que practica la gente, y desea
participar del trabajo de los Mundos superiores, entonces muchas veces
ocurre algún acontecimiento especial que cambia el curso de la vida. Esto
está simbolizado por el cruce del mar Rojo, cuando en la vida de uno se
da un cambio inesperado, tal vez en el trabajo o en las relaciones, que
constituye un punto sin retorno. Después de un acontecimiento tal, uno
ya no puede simplemente pensar o leer sobre el desarrollo espiritual.
Tiene que haber un verdadero compromiso. Cuando éste se da, entonces
la conexión con el mentor espiritual se abre generalmente a algún grupo
en que la persona puede realmente encontrarse y trabajar con otros que
están en el camino. En este punto, el relato del éxodo de Egipto se con-
vierte en una realidad viva: es la partida por un viaje a través del desierto
de la psique hacia la tierra del espíritu.
Al igual que la salida de Egipto implicaba varias etapas, lo mismo
ocurre con la salida del estado normal de servidumbre física y psicológica.
Generalmente, durante el intento de despegar del dominio del cuerpo y
del yo surgen una serie de crisis dramáticas o de plagas que perturban la
vida de la persona. El esquema típico es el del cambio de relación con sus
allegados, su posición social, su profesión y sus posesiones. Ese cambio no
es fácil de sostener por sí solo; de ahí que la presencia de los demás en un
grupo, simbolizado por los israelitas, con un maes,tro, Moisés, sea necesa-
ria. Además, una vez que se ha cruzado el mar Rojo, ya no hay retorno;
aunque algunas costumbres, simbolizadas por los israelitas que protestan
21

El Camino de la cábala
¿ Cómo puedes esperar que sea
perfecto ... si estoy lleno de
contradicciones?
(Rabino Abraham ibn Ezra,
España, siglo XIl.)
22
(Exodo, 16:2-3), se rebelan y pugnan por volver a las ollas de carne de la
condición anterior al despertar. En un grupo, sus miembros, bajo la con-
ducción de su jefe, evitan a los demás volver a caer en la esclavitud. Esto
es lo que realiza el trabajo cabalístico llevado a cabo no sólo en el grupo,
sino en la vida diaria.
Este modo de trabajo, o Avodah en hebreo, que también significa
«servicio» y «devoción», se basa en el modelo del Arbol. La primera fase
se centra en la Sefirah Malkhut, relacionada con la comprensión práctica
de los cuatro estados elementales. Aquí se tratan como ejercicios esos
problemas materiales tales como el llegar a cierto lugar en cierto mo-
mento. Así son también las cosas cotidianas. Como afirma un cabalista
del siglo XVIII, «he venido a observar cómo se ata las botas mi maestro».
Esto ayuda a desarrollar una aguda conciencia del mundo elemental y a
reconocer que todas las cosas físicas están en continuo estado de cambio.
Esta sensibilidad se intensifica hasta que uno se da cuenta de que los
cuatro Mundos están enteramente presentes dentro de nuestro propio
cuerpo y dentro del Universo físico.
El siguiente paso, con la ayuda de los demás y del maestro, es identifi-
car la naturaleza del ego YesÓdico. Esto lo hacen los diferentes miembros
del grupo dando ejemplos de su propio pensar, su propio sentir y sus
propios procesos de acción, matizados por su educación, propensiones y
debilidades particulares. La base de esta triple visión se encuentra en las
tres pequeñas tríadas que alimentan el Yesod del ego y componen la gran
tríada de los procesos vegetales o rutinarios de la psique. De esa manera,
el estudiante se familiariza con el Arbol, trabajando en su fuero interno y
viendo cómo el lado activo de la psique estimula la acción y el sentimiento
y cómo el lado pasivo refrena el sentimiento y conduce al pensamiento
reflexivo. En la cábala, este método se llama el estudio de la acción, de la
devoción y de la contemplación. En él, el estudiante lleva a cabo diferen-
tes ejercicios, tales como la realización de un acto sagrado -tal vez
encender una vela antes de recitar una oración desde el fondo de su
corazón- o reflexionar sobre una idea cabalística durante una semana,
tras la cual da cuenta de ella al grupo para que se comente y compare. De
esa manera puede llegar a conocer su propio tipo de ego y sus desequili-
brios, de forma que percibe si es principalmente pensador, sensitivo o
activo, y puede trabajar sobre las dos otras tríadas centradas en el ego
para corregir cualquier deficiencia.
El siguiente paso consiste en examinar las cualidades de las dos Sefirot
de la función biopsicológica, Hod y Nezah. Estas dos son particularmente
difíciles de definir por la gran diversidad de su actividad. En la organiza-
ción de un grupo cabalístico están relacionadas con la teoría y la práctica.
La teoría se sitúa sobre la columna pasiva de la Forma en Hod, porque
tiene que ver con el control del aprendizaje y los procesos de realimenta-
ción. Esto se expresa en el estudio de los textos y diagramas cabalíst~,
al igual que en el examen de las palabras y de los números. Puede igual-
mente consistir en el análisis detallado de una parábola o en la recopila-
ción de datos sobre un principio constante para ver cómo se fundamenta
en una Sefirah en particular. La energía de Nezah, al ser activa por oposi-
ción a la reflexiva, tiene que ver con la práctica; esto se puede manifestar
de diferentes formas. El grupo puede designar un ritual especial que se
practicará para evocar una tríada sefirótica, o puede consistir en un ejer-
cicio práctico sobre los principios cabalísticos aplicados al trabajo en la
vida de uno, como el aplicar la metafísica del Arbol a problemas médicos
o de negocios. De la misma manera se puede construir un edificio o un
objeto ritual basados en la teoría cabalística, prestando especial atención

En la búsqueda de la Sabiduría,
la primera etapa es el silencio,
la segunda la escucha, la tercera
la memoria, la cuarta la
práctica, y la quinta la
enseñanza.
(Rabino Salomón ibn Gabirol,
España siglo x fl.)
durante el trabajo a la oración o a una idea en concreto, como la unidad
de la tierra y el cielo.
El maestro (o Maggid) se sitúa en Tiferet o posición del observador,
en relación al estudiante, que está en el colectivo del grupo y el Yesod
personal. Actúa como el yo que guía al ego todavía indisciplinado del
estudiante, lo mismo que Moisés guió a los israelitas de mente esclavi-
zada. Las directrices son dadas desde el Trono de Salomón, pero no sólo
por parte del maestro, sino por aquello que pasa a través de él desde
arriba, por medio de los senderos procedentes de las otras Sefirot del
Arbol del grupo. De esa forma se controlan los desequilibrios personales
del Maggid y se establece una corriente entre los Mundos superiores, en
su mayor parte intactos, y los estudiantes, abajo. Así, la cadena de la
enseñanza adquiere una dimensión y una escala totalmente diferentes.
Algunos grandes cabalistas dijeron haber sido enseñados por Elijah, que
es el vínculo entre el Cielo y la Tierra. En el Arbol de la instrucción es
donde el Malkhut del Mundo del Espíritu (Beriah) encuentra al Tiferet de
la psique (Yezirah) y al Keter del cuerpo (Asiyyah). Así pues, la cábala se
imparte y se recibe a todos los niveles de la línea de los Mundos desde
Metatron, el más alto iniciado, hasta el estudiante más modesto, con tal
de que sea receptivo.
Cuando el estudiante alcanza el nivel de Tiferet dentro de sí mismo
-es decir, cuando ha desarrollado la suficiente voluntad como para atra-
vesar la tríada del despertar cada vez que lo desea- se convierte en su
propio tutor, debido a que entra en contacto con la tríada del alma
(Hesed, Gevurah y Tiferet) que pone en juego la disciplina de la Justicia y
la tolerancia de la Misericordia. Esta tríada emocional, que gira en torno
al yo, obra por purificar el alma, ahora consciente de sí misma, a veces
mediante un toque de Severidad desde la izquierda y a veces con un toque
de Misericordia desde la derecha, que, percibidos desde el yo, equilibran
las discrepancias entre la expansión y la contracción emocionales. Este
trabajo, realizado con y para otros del grupo, se prosigue durante muchos
años: la cábala es una tradición no dramática, que requiere una gran
paciencia y estabilidad. Una de las razones de ese lempo es que cada uno
tiene que madurar su potencial gradual y profundamente, a su ritmo
natural. De esa manera, el trabajo de su vida se desarrolla en el momento
adecuado dentro de su propio tiempo y del tiempo cósmico. Esa distribu-
ción del tiempo corresponde al destino de los individuos y de las escuelas,
que cubren las necesidades del Mundo visible y del invisible según la con-
figuración de un punto particular de la historia.
En términos del grupo, la gran tríada superior tiene que ver con cues-
tiones cósmicas, tales como el generar nuevas épocas religiosas o sociales
(contrariamente a los asuntos más individuales de la parte inferior del
Arbol). Aquí, Binah y Hokhmah, las Sefirot de la tradición y la revela-
ción, junto con la no-Sefirah del Conocimiento, Daat, otorgan a todo el
que puede alcanzar ese nivel una visión de los acontecimientos celeste o
panhistórica. Esta aparece en las profecías bíblicas y también en los
esquemas cabalísticos del universo que han sido transmitidos mediante
manuscritos o de boca en boca a través de las generaciones. Cualquier
estudiante de la cábala puede tener acceso a esos niveles, pero no necesa-
riamente sólo por ser miembro de un grupo o de una secta, o por tener
toda una biblioteca de libros sobre la cábala. Tiene que desarrollarse una
conexión interna más profunda, para que exista un contacto personal con
lo que se ha llamado la Academia de lo Elevado. Otras tradiciones han
llamado este nivel de realidad la Isla de los Santos, el Círculo Interior de
la Humanidad, o la Gran Fraternidad de los Iniciados. No tiene ubicación
23

Aquel que conozca el misterio
de las Puertas del
Entendimiento conocerá también
el Misterio del Gran Jubileo [la
conclusión del ciclo espiritualJ.
(Pico de la Mirandola, cabalista
cristiano, Italia, siglo xv.)
El Trabajo
de Unificación
24
en este mundo; su lugar está en la parte superior de Yezirah (la psique) y
en la parte inferior de Beriah (el espíritu). Está fuera del tiempo y del
espacio ordinarios.
La tríada más alta del Arbol del grupo es el contacto directo con lo
divino. Correspondiente a los niveles internos del individuo, así como a
los del grupo, éste es el lugar donde es posible llegar ante la presencia del
Shekhinah, o lugar del Señor. Algunas personas lo experimentan espon-
táneamente en un acto de Gracia, como un estado de profundo respeto
reverencial en que se sienten llenos y rodeados de una luz dorada y de una
sensación de unidad y de paz. El cabalista busca conscientemente este
acto de Yehud o Unidad, con otros o solo, bajo las alas de la tradición, en
que el Conocimiento permite y ayuda al conocedor a volverse uno con lo
conocido.
Los grupos cabalistas suelen trabajar dentro de un marco disciplinado.
Al operar dentro de la tradición oral pueden encontrarse en cualquier
parte del mundo, y no siempre dentro de la ortodoxia judía. Encontrarlos
no es fácil y, por supuesto, ser invitado a integrarse a un grupo es aún
más difícil, porque sólo las personas que quieren desarrollar todos los
niveles de su naturaleza pueden trabajar en la cábala. Muchos de los que
sienten temor o fascinación respecto a la cábala sólo saben de ella a través
de una imagen supersticiosa o mal informada, e incluso a veces los ente-
rados del tema ignoran más de su verdadera naturaleza que aquellos que
han tenido un contacto pasajero con ella. La cábala sólo abre sus puertas
a aquellos que están preparados para recibir. Una fábula adaptada de un
clásico de la cábala, el Zohar, ilustra ese punto:
Cierto joven vio una vez la figura de una muchacha cubierta con un
velo en la ventana de un palacio. Al principio, por pura curiosidad, iba
cada día para verla fugazmente. Después de un tiempo, ella empezó a
mirar en su dirección, como si lo estuviese esperando. Poco a poco
empezó a sentirse interesado en lo que iba tomando la forma de una
relación, aunque fuese a distancia. Con el paso del tiempo, la muchacha
se bajó el velo para revelar algo de su rostro. Esto acrecentó el interés de
él, de modo que pasaba muchas horas junto al palacio, esperando con-
templar plenamente su belleza. Gradualmente se fue enamorando profun-
damente de ella y pasaba la mayor parte del día junto a su ventana. Con
el tiempo, ella se volvió más abierta con él y conversaron: ella le contaba
los secretos del palacio y le hablaba de la naturaleza de su padre el Rey.
Finalmente, ya no pudo soportarlo más tiempo, y lo único que deseaba
era unirse a ella en matrimonio para poder experimentar todo aquello de
lo que ella le hablaba. El hombre de esta alegoría es el alma; la princesa,
el espíritu; el palacio, la existencia, y el Rey, el Rey de Reyes.
Tras el adiestramiento inicial en la teoría y la práctica viene la perse-
cución de la unificación y la perfección, es decir, la reunión del cuerpo y
de la psique y la armonización en un acuerdo con los Mundos superiores.
Para la mayoría de los cabalistas, las diferentes etapas de unificación se
obtienen por el mérito del trabajo diligente, aunque, conforme uno se
eleva a través de los siete niveles de la psique, la Gracia desciende al
encuentro de uno, otorgándole profundas intuiciones Yeziráticas o psico-
lógicas, y profundas experiencias Beriáticas o espirituales. Estas nunca se
pueden explicar en términos ordinarios, aunque los escritos cabalísticos
han dejado a través de los siglos testimonios que describen un tipo de
Se puede aprender incluso de
un ladrón. Está siempre
vigilante, aprovecha cualquier
oportunidad y no desprecia la
menor ganancia. El cabalista
debería utilizar los mismos
criterios para su desarrollo
interno.
(Rabino Hasidic, Polonia,
siglo XVlII.)
fenómeno reconocido por otras tradiciones esotéricas. Las técnicas utili-
zadas por los cabalistas son muchas y variadas, pero todas suelen entrar
dentro de las tres definiciones de acción, devoción y contemplación, según
las leyes de las tres tríadas del ego. Acciones tales como que la realización
de la rutina física diaria se transforme en testimonio de un ritual sagrado.
Este puede residir en ceremonias tan obvias como la del judío ortodoxo
que se ciñe al brazo y a la cabeza las tefilin, o cajas de oraciones; pero
también puede consistir en una profunda atención para con las activida-
des ordinarias, que pueden dedicarse a Dios. Como dijo un cabalista ruso:
«Si uno puede pensar en los negocios mientras reza, entonces también
puede rezar mientras hace negocios.» Ejercicios devotos basados tanto en
el amor como en el temor a Dios también pueden practicarse en cualquier
momento; el cabalista observa la Gloria de lo Divino presente en el
mundo que le rodea, y da, pues, continuamente gracias por la lluvia, los
alimentos, la familia e incluso por las crisis que periódicamente interrum-
pen el ritmo de la vida, porque son enviadas por la Providencia para
enseñarle talo cual lección. Nada es considerado insignificante, todo es
un don de Dios que ha de ser apreciado. Incluso la amenaza o el contacto
con el mal se percibe como una bendición, un acto de amor enmascarado.
El acto constante de la contemplación es llevado a cabo por todos los
cabalistas, pues la cábala es principalmente un Camino de Conocimiento.
Es decir, que mientras muchos creyentes pueden pensar que el amar o
temer a Dios, y el cumplir los Mandamientos, es suficiente, el cabalista
desea conocer a Dios, y con ese fin estudia tanto el microcosmo que lleva
en sí como el macrocosmo del universo, para familiarizarse con los cami-
nos de Dios. Ese acercamiento intelectual contemplativo recibe un gran
apoyo con el conocimiento más y más profundo del Arbol Sefirótico, que
revela constantemente en su estructura viva, faceta por faceta y cada vez a
un nivel más hondo, la Voluntad del Creador de contemplar la Divinidad
en cada una de las cosas.
Durante todo este largo trabajo tienen lugar numerosas transforma-
ciones, tanto internas como externas. Al principio, todo es excitante, con
el descubrimiento de que existe una respuesta para todas las preguntas;
muchas veces, todo el estilo de vida del individuo es radicalmente modifi-
cado. Luego sigue un período apagado en que aparentemente poco
sucede, excepto pequeños cambios graduales que parecen insignificantes,
por contraste con el dramatismo del primer período. Esta fase tranquila
es, sin embargo, una preparación, un preludio a acontecimientos internos
que surgen lentamente desde el Mundo del espíritu, atravesando los estra-
tos más profundos de la psique para desembocar en la conciencia ordina-
ria. Ese cambio puede tomar la forma de una reorientación gradual hacia
el propio círculo cabalístico de uno, o de una alteración de la propia
visión de los cuatro Mundos en su totalidad. Un médico, por ejemplo,
puede llegar a ver su papel profesional cabalísticamente como parte de un
gran impulso por llevar la medicina convencional al contacto con la cura-
ción interna, cuando descubre que se está preparando interiormente para
un trabajo que no está directamente relacionado con su ambición original
por ser un especialista. Un hombre o una mujer puede empezar a darse
cuenta de la posibilidad de elevar el nivel ético de los negocios con su
mera presencia, o puede adquirir la capacidad de ver u oír a grandes
distancias, incluso hasta los Mundos superiores, en beneficio de otros que
no tienen esa visión. Estos son dones que vienen nat~ralmente con la
evolución interna, sin la ayuda artificial de técnicas mágicas u ocultas.
Como dijo uno de los más grandes cabalistas: «Busca ante todo el Reino
de los Cielos (es decir, el Malkhut de Beriah), y todo lo demás te será
dado.»
25

y entré y me acerqué a una
pared que estaba hecha de
cristales y rodeada de lenguas
de fuego: y empezó a causarme
temor. Y entré en las lenguas
de fuego y me acerqué a una
gran casa que estaba hecha de
cristales: y las paredes de la
casa eran como un mosaico
moviente de cristal, y su suelo
era de cristal. Su techo era
como el camino de las estrellas
y del relámpago, y entre ellos
había querubines de fuego y su
cielo era [claro como] el agua.
(Libro Etíope de Enoch 1,
Palestina, siglo /1 a. c.)
26
Los relatos de visiones interiores nos han llegado fragmentados. Algu-
nos de estos documentos también describen las condiciones físicas y psico-
lógicas necesarias para que esos acontecimientos puedan tener lugar.
Muchas veces se utiliza el ayuno o el esfuerzo intenso como preparación,
lo mismo que la soledad o la abstinencia sexual. Estas técnicas varían
según las épocas y las escuelas, pero todas intentan conseguir el mismo
estado de equilibrio y lucidez. Una serie de instrucciones recomendaba,
por ejemplo, la satisfacción del cuerpo para que no interfiriera, mientras
que otra directriz sugeria escribir al azar, rápida y continuadamente, letras
hebreas, para sobrecargar y confundir a la mente Yesódica ordinaria; otra
más percibía el acto del amor sexual como un método para entrar en los
Mundos superiores. La cábala es lo suficientemente amplia como para
dar cabida a cualquier cosa, desde la danza estática hasta la inmovilidad
absoluta y el silencio interior.
En los antiguos tiempos, el proceso de profundizar en uno mismo
durante el ritual, la meditación o la contemplación era llamado «bajar en
el Carro». Esta acción propiciaba simultáneamente el elevarse saliendo del
mundo físico y atravesando los que eran llamados los siete Vestíbulos más
pequeños o inferiores de la psique (pág. 91). Estos pasos comprendían la
conciencia del cuerpo, el Malkhut Yezirático, el estado ordinario del ego
en Yesod, las condiciones del despertar de Hod, Nezah, Tiferet, la con-
ciencia de la triada del alma, y finalmente las triadas espirituales y Divi-
nas en la Corona del Arbol Yezirático. Preparaban así el camino hacia los
siete Vestíbulos Mayores del Mundo Beriático. En este proceso ordenado
y disciplinado, los cabalistas penetran y experimentan el Mundo de la
Creación aun en un estado carnal, y contemplan el panorama de 10S Cie-
los y sus habitantes. Sin embargo, ese viaje interior está plagado de ries-
gos para los inmaduros, los desequilibrados y los que parten con una
motivación errónea. Un antiguo relato acerca de cuatro rabinos que
entraron en el Mundo del espíritu puro se cita con frecuencia a modo de
advertencia contra una incursión no preparada en el reino de los Cielos.
El primero murió, el segundo se volvió loco y el tercero perdió su fe. Lo
que sigue es un resumen de esta experiencia.
En el primer Vestíbulo, que corresponde al Reino de la Creación o al
aspecto espiritual del Yo, Akiba dice que se encontraba en un estado de
devoción Hasídica. Allí, donde aquello llamado el Vilon, el Velo del
Cielo, se descorre, entró en el Mundo del espíritu puro. Desde ese lugar,
donde ángeles y humanos pueden conversar, se elevó hasta Tahor, un
estado de pureza, hasta el segundo Vestíbulo Celestial, llamado Rakiyah o
el Firmamento, donde se dice que reside el gran arcángel Gabriel. Ahí, en
el Yesod de Beriah, el Fundamento de la Creación, se encuentra el nivel
donde los signos del Cielo son revelados a los profetas. Es también el
lugar del Espíritu Santo en el hombre, y corresponde a Daat, la no-
Sefirah del conocimiento en su psique. El tercer nivel se llama Shehakim,
los Cielos, donde Akiba se encontró en una condición de Yashar, sinceri-
dad, en el tercer Cielo, donde los molinos del Universo giran lentamente,
moliendo el Tiempo. Entonces se elevó hasta el cuarto Cielo, donde entró
en contacto directo con lo Divino en una situación de Tamim o plenitud:
es ahí donde los tres Mundos superiores se encuentran, ya que el Tiferet
de Beriah y el Malkhut de Azilut, el Reino de lo Divino, tocan el Keter de
Yezirah, la Corona de la psique. En ese nivel, ocupado por el gran arcán-
gel Miguel, se encuentra la Jerusalén Celestial y su Templo. Traspasando
los límites normales de la psique humana, ya que había desarrollado un
vehículo espiritual estable, Akiba entró en el quinto Cielo, llamado Maon,
o Morada, donde se encontró con los grandes arcángeles guardianes

El individuo debería mantener
constantemente su conciencia de
Dios y de Su amor. No debería
separar su conciencia de lo
Divino mientras viaja por el
camino, ni cuando se acuesta,
ni cuando se levanta.
(Rabino Nahmanides, España,
siglo XIII.)
Samael y Zadkiel, ante los cuales tuvo que decir la oración Kedushah de
santificación: ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo!, para demostrar su santidad antes
de poder pasar al sexto Cielo de Makom o el Omnipresente, donde entró,
en compañía de los más elevados seres creados, ante el Trono celestial.
Allí cantó con el coro celestial las alabanzas a Dios, ante Cuya Presencia
llegó cuando ascendió al séptimo Cielo, el Gran Vestíbulo del Arabot. Allí
se mantuvo «erguido, manteniendo el equilibrio con todas sus fuerzas», ya
que temblaba ante su Creador.
Akiba se retiró entonces indemne de la Presencia de lo Divino, des-
cendiendo a través de los siete estados del espíritu hasta los siete Vestíbu-
los menores o niveles de la psique, y volviendo al cuerpo, porque estaba
sólidamente implantado en la vida ordinaria. En la cábala, esa estabilidad
es un requisito previo indispensable, porque cualquier defecto importante
o desequilibrio en el cuerpo o en la psique se magnifica durante una expe-
riencia así. Así pues, el cabalista no se aparta de los Mundos inferiores ni
busca condiciones especiales o el aislamiento para desarrollarse, sino que
utiliza la situación cotidiana y los sucesos ordinarios que le rodean, a la
vez como método de trabajo y como enraizamiento en los momentos en
que penetra en los altos niveles cargados y rarificados de los Mundos
superiores. Existe, además, otra razón por la que el cabalista no se retira
o intenta escapar de los Mundos inferiores, y es una diferencia fundamen-
tal entre la cábala y algunas otras tradiciones espirituales. La cábala no
considera la materia como maligna, ni el Mundo natural como indeseable
o inhibidor del alma o del espíritu. Es parte de un todo. ¿Cómo podría
no ser así? La existencia emana de Dios, y, por tanto, aunque existen
grados crecientes de separación, no hay fracción de la existencia que
pueda existir durante un segundo sin la Divina Voluntad: ni siquiera el
mal, que tiene su propio cometido cósmico que desempeñar.
Todo en el universo es de una sola pieza, como una túnica sin costuras
con que Dios ha envuelto la Divinidad. La cábala reconoce, sin embargo,
puesto que hay cuatro Mundos, cada uno de ellos con un complejo de
niveles y de funciones, que puede haber aparentemente diferentes reali-
dades. Así pues, los Tachutonim, esas criaturas que moran abajo en el
reino natural, no pueden percibir a las Elyonim, las que moran arriba.
Sólo el Hombre posee la capacidad de percibir a la vez el Mundo superior
y el inferior. La adquisición de esa facultad de visión interior y exterior es
una de las metas de la cábala, ya que su teoría y su práctica capacitan a
los individuos para expandir su conciencia tanto hacia abajo como hacia
arriba, y si es necesario tienden un puente sobre el espacio entre los Mun-
dos, de manera que acreciente el flujo divino y el influjo celestial y lle-
varlo ahí donde la evolución está obstruida, donde prevalece el desorden,
o donde la armonía necesita ser estimulada, o la conciencia de la Presen-
cia Divina ha de hacerse manifiesta entre la humanidad.
Esas operaciones son el trabajo fundamental de la cábala. Aunque
uno pueda contemplar en tanto que individuo los elevados paisajes de la
Creación, vislumbrar el gobierno del Cielo e incluso percibir seres angéli-
cos en sus quehaceres, puede no dejar de ser más que un viaje espiritual
personal, como los descritos aparentemente en algunos de los primeros
relatos místicos. Es un escollo al que aluden numerosas tradiciones espiri-
tuales, como lo son los peligros de adquirir poderes sobrenaturales
mediante la concentración motivada por el ego sobre determinadas facul-
tades físicas. El trabajo de unificación no se refiere únicamente al desarro-
llo individual, sino también a la ayuda para la realización de la unidad de
los Mundos que aún se encuentran en los dolores de parto de la Creación.
Al igual que 19S niveles personales del cuerpo, la psique, el espíritu y la
27

El Trabajo de Creación
Cuando el Ser Sacrosanto que
creó el Universo quiso revelar
su aspecto oculto, la luz entre
las tinieblas, mostró cómo las
cosas estaban interconectadas.
Así, de las tinieblas procede la
luz, y de lo oculto procede lo
revelado. De la misma manera,
el bien surge del mal y la
Misericordia de la Justicia, ya
que ambas están entrelazadas.
(Zohar, España, siglo XIII.)
28
chispa Divina son impregnados de armonía, de la misma manera que el
cabalista busca ser utilizado para ayudar a la existencia en pro de su
propio destino y del de él. Ello para convertirse en el espejo individual
dentro del espejo cósmico en que el pequeño Adán de un hombre puede
contemplar cada vez con mayor profundidad la imagen del Gran Adán
del universo, y percibir así el reflejo de lo Divino. De esa manera, cada
cabalista, junto a todos los que siguen el sendero de la tradición espiritual,
ayuda a Dios a contemplar a Dios, mucho antes de que la mayoría de la
humanidad empiece a ser consciente del propósito de la vida más allá del
vivir ordinario. Esta participación en el plan Divino se llama el Trabajo
de Creación.
Al igual que la Creación surgió del Mundo de las Sefirot para iniciar
la Semana cósmica de los Días, el Tiempo fue sacado de la Eternidad. El
movimiento de la Creación, la Formación y la Acción será constante hasta
el Fin de los Días, cuando la misión de la existencia haya sido cumplida.
En ese punto del proceso de flujo y reflujo estamos, según la tradición
cabalística, a mitad de camino, ya que se ha alcanzado el límite de la
materia, y el despertar de la conciencia de la evolución empieza a elevar el
nivel del universo por encima de los estados mineral, vegetal y animal,
hasta el estado del humano encarnado. Así pues, tomando un área del
universo cercana a nosotros, la Vía Láctea ha progresado lo suficiente
como para depurarse en una formación concreta en espiral, con ·una
estructura compuesta de estrellas formadas de átomos, que a su vez han
evolucionado en planetas formados de moléculas, y en la superficie de
uno de ellos existe vida orgánica formada de células. Este orden en la
escala de la evolución puede muy bien ser común a otras galaxias y siste-
mas solares e incluir minerales, plantas, animales y humanoides que no
resultarían totalmente extraños a la humanidad: esta noción se funda-
menta en el principio de que todos los organismos se basan en el mismo
modelo sefirótico que genera criaturas poseedoras de voluntad, intelecto,
emoción y capacidad de acción.
El planeta Tierra, tras pasar por las distintas fases ígnea, gaseosa,
líquida y sólida, ha adquirido lo que parece ser una relativa estabilidad. A
largo plazo, esto es ilusorio: los ritmos cósmicos, si se los percibe a su
propia escala temporal, son todo menos estáticos o inmóviles. Por ejem-
plo, las condiciones adecuadas para la vida sólo han aparecido en los
últimos millones de años, y sólo en una pequeña fracción de ese período
ha aparecido la humanidad. A esa escala del tiempo, la historia de la
humanidad revela un drama de acontecimientos sucediéndose rápida-
mente, como los períodos de crisis y de quietud que se desarrollan con sus
episodios según cierto ritmo; por ejemplo, el surgimiento de una parte de
la humanidad que domina la escena, como en el mundo mediterráneo los
griegos dieron paso a los romanos, sustituidos a su vez por los árabes.
Esta alternancia de florecimiento s y decadencias corresponde a las fluc-
tuaciones planetarias y estelares, y son la respuesta humana a la tensión
cósmica entre el orden y el caos, que en la esfera personal se conceptúa
como el conflicto entre el bien y el mal.
Según algunos cabalistas, en el momento en que la Creación se separó
del Mundo de la Emanación surgió el principio del mal. Pero el mal no es
siempre lo que parece ser. Hay diferentes clases de mal. Su forma más,
aguda es la obstinación; ésta se encarna en el arcángel Lucifer, que se

Todas las almas están sometidas
. a la prueba de la
Transmigración. .. El individuo
no sabe que es llamado a juicio
antes de entrar en este Mundo,
lo mismo que al dejarlo. No
sabe cuántas transformaciones y
pruebas esotéricas tiene que
pasar ... ni que las almas giran
como una piedra lanzada con
una honda.
(Zohar, España, siglo XIII.)
rebeló contra Dios. Se manifiesta de arriba abajo, a través de todos los
Mundos, como el principio que siempre sabe más, y se encuentra en los
orgullosos y los arrogantes a todos los niveles. Luego está el papel del
Tentador, a quien corresponde uno de los trabajos sucios de la existencia.
Este requiere gran habilidad, y ahí es donde Lucifer, que cumple ese
cometido, utiliia su gran ingenio. La serpiente del Génesis es esa misma
manifestación, como Satanás en lobo Estas clases de mal pertenecen al
Pilar central del Arbol y están relacionadas con la conciencia. Existen, sin
embargo, elementos malignos asociados a los Pilares laterales de la fun-
ción. Son males generados por la excesiva contracción de demasiada
Forma o Severidad, o por la excesiva expansión de demasiada Fuerza o
Misericordia. Estos males están encarnados en los remanentes demonía-
cos de los Mundos anteriores que existían antes de este universo. Como
tales, desempeñan el trabajo de probar y mitigar los procesos y productos
de la Creación. Los vemos, por ejemplo, en las tensiones producidas por
la extrema riqueza o extrema privación que existen en la sociedad
humana. El último y menos agudo tipo de maldad no es en realidad mal-
dad en absoluto; sus resultados parecen perjudiciales o desagradables,
pero no lo son. Los procesos naturales tales como la excreción, la muerte
y la disolución son las fases de desecho de los ciclos de Creación, de
Formación y de Acción, y sin ellas el universo estaría atestado.
Dentro del plan divino, la humanidad tiene un papel crucial que jugar.
Según la tradición, cada individuo es enviado aquí abajo para cumplir
una tarea relacionada con un aspecto especial del esquema totaÍ. Claro
está que ello no es posible en el transcurso de una vida, por lo que la
cábala suscribe la idea de la reencarnación, llamada Gilgulim o los Retor-
nos en hebreo. Nuestro libre albedrío, que conduce a acciones obstinadas,
carentes de voluntad o voluntariosas, genera lo que en India se llama el
Karma, y en la cábala, recompensa y castigo (<<hastala tercera y la cuarta
generación»). Cuando se percibe esta imagen multidimensional del destino
de la humanidad vemos que el individuo no es sólo una célula de Adam
Kadmon, con ciertas dotes y propiedades, sino una entidad que nace
periódicamente en un cuerpo físico para desempeñar una tarea. Así pues,
el nacimiento y el renacimiento no son acontecimientos fortuitos, sino una
operación cuidadosamente organizada bajo la llamada Supervisión del
Cielo que, como una agencia cósmica general de la Divina Voluntad,
tiene dominio sobre todo en los Mundos inferiores. Los antiguos nom-
bres de los cabalistas, tales como «Los Que Saben» o «Los Segadores
del Campo», se refieren a esa dimensión, y explican por qué muchos de
ellos sienten un hondo afecto o poseen un profundo conocimiento res-
pecto a otros períodos y países. Estaban allí, desempeñando el Trabajo
de Creación.
El Trabajo de Creación para la humanidad es la participación cons-
ciente en la realización de la intención Divina. Mediante ella, el cabalista
no sólo se vuelve más y más consciente de los acontecimientos de los
Mundos mayores e invisibles de arriba, sino que ayuda efectivamente a
introducir los influjos que proceden de los Mundos superiores en los infe-
riores. Lo consigue mediante la habilidad en la vida práctica, la solidez
psicológica y la claridad espiritual. Ello le convierte en un buen instru-
mento para desempeñar cualquier tarea que la providencia le pueda asig-
nar. Significa que no sólo funciona inconscientemente conforme a su des-
tino, como hacen muchos, sino que actúa a partir del conocimiento, de
manera de poderse ajustar o adaptar a los acontecimientos o actos con el
fin de llenados de una mayor claridad, pureza, equilibrio y eficiencia: en
otras palabras, de dotados de las cualidadesde los cuatro Mundos al com-
29

La consecución
Desde el principio de los
Tiempos, y por más de una
eternidad,
Yo estaba entre Sus tesoros
ocultos
De la Nada El me sacó, pero al
Final de los Tiempos
Seré llamado de nue1!Opor el
Rey.
(Rabino Nahmanides, España,
siglo XIII.)
30
pleto. Un ejemplo de ello fue el gran maestro y cabalista del siglo XVIII,
Baal Shem Tov, que propició un profundo despertar espiritual en una
desolada comunidad judía del este de Europa. Esto sólo podía suceder
mientras era un ser carnal.
La idea de la presencia en la tierra de esas personas tan desarrolladas,
que están aquí por elección, es común a todas las tradiciones espirituales.
En la cábala, la fábula de los Lamed Vav, los treinta y seis hombres
justos, apunta a la presencia de una hermandad, extendida alrededor del
globo, de seres sabios que velan por la vida espiritual de la humanidad. A
ese nivel puede tratarse tanto de hindúes que permanecen en las grutas del
Himalaya, como de musulmanes que trabajan la plata en Damasco, como
de cristianos que practican la medicina en Londres, como de judíos que
enseñan economía en la URSS. Sólo ellos, nos dicen, saben quiénes son
los treinta y seis, porque ante el mundo aparecen de forma totalmente
natural en su contexto diario. La tradición va más allá y alude a toda una
jerarquía de personas espiritualmente evolucionadas, en cada nivel r-ela-
tivo a una etapa diferente de los progresos de la humanidad. Algunos de
estos individuos pueden ser perfectamente conocidos del público, y otros
ocultos, como aquel llamado en el Islam «el Eje del Tiempo». En la
cábala, el más perfecto de los humanos encarnados es el que representa al
Mesías, que actúa como conexión entre todos los Mundos. En este único
hombre se han unificado todos los niveles posibles en este punto de la
evolución encarnada, y actúa como punta de lanza de la humanidad. Se
dice que esa persona está presente en todas las generaciones, por lo que el
concepto común de que el Mesías llegó, o está aún por llegar, adquiere la
dimensión de lo Divino, que es «Yo Fui, Yo Soy y Yo Seré». Para los
cabalistas no podría ser de otra forma, excepto que el Mesías, al acercarse
el Final de los Días, se dará abiertamente a conocer a toda la humanidad,
cuando el Trabajo de Creación se acerque a su perfección final.
El Trabajo de Creación purifica poco a poco el espejo de la existencia,
llevándolo a un estado más elevado y más sutil, con el fin de reflejar en la
conciencia evolutiva de Adán una imagen de Dios más clara y más lúcida.
Así pues, al igual que se desarrolla el macrocosmo, también la humani-
dad, al expandirse por todos los Mundos, lleva su mirada tanto hacia
afuera como hacia adentro, creando así e incrementando la unidad arriba
y abajo. Una prueba de ello puede observarse en la tierra, que continua-
mente ha refinado la estructura de sus elementos y la calidad de vida
sobre su faz. En el corto tiempo en que los humanos han tomado parte en
los asuntos del planeta nos hemos transformado de tribus de cazadores
nómadas en pueblos agrícolas a partir de los cuales han evolucionado
naciones, imperios e incluso civilizaciones. Cierto es que muchas de estas
grandes unidades de la humanidad han mostrado los rasgos más salvajes
del hombre, pero también puede observarse que los usos tribales han
dado paso a las reglas de la ley en diferentes grados de Sabiduría, Enten-
dimiento, Verdad, Justicia y Misericordia. Esto se ha dado gracias a la
presencia de gente sabia e ilustrada detrás de cada nuevo paso de la civili-
zación, que ha mostrado, con el ejemplo, una forma más elevada de pen-
sar, de sentir y de actuar. Ese trabajo representa una fuerza callada
durante miles de años, sostenida por hombres y mujeres incontables,
conocidos y desconocidos, que empujan a la raza humana hacia la perfec-
ción, periódicamente estimulados por maestros mesiánicos tales como
Buda, Moisés, Jesús y Mahoma.
 Puede decirse que la humanidad ha emergido de su periodo vegetal de
mera supervivencia, y se encuentra ahora en su etapa animal, en que las
naciones, como los animales, pugnan aún por dominar. Mas parece vis-
lumbrarse el siguiente paso a través de los Mundos, ya que no sólo existe
una conciencia física global a través de los medios masivos de comunica-
ción, sino una creciente sensibilidad psicológica para los derechos de hom-
bres y mujeres. Además, en algunas partes del mundo se ha dado en los
últimos años un interés creciente por las cuestiones espirituales; así pues,
puede detectarse una lenta unificación de los tres Mundos inferiores de la
humanidad, a un nivel económico o vegetal, a un nivel político o animal, a
un nivel psicológico o anímico y a un nivel ecuménico o espiritual.
Según las leyes que conforman todos los Mundos, hay períodos en
que la balanza se inclina momentáneamente hacia un lado, y entonces hay
épocas de tremenda actividad y otras en que poco sucede, al igual que en
la vida del hombre. En esos períodos, las cosas pueden descarriarse, por-
que las fuerzas demoníacas, tanto externas como internas, tratan de
imponer su voluntad. En esos períodos, algunas personas obrarán en pro
del equilibrio, mientras que otras, movidas por la perversidad o el
egoísmo, tratarán de ayudar a las fuerzas que interrumpen o frenan la
nueva fase que está cobrando forma. Esto confiere a muchas soluciones
sociales y políticas una dimensión cósmica o espiritual. Las guerras de
descolonización en Africa ilustran ese punto. Pero, según se dice, hacia el
Final de los Tiempos, cuando los grandes ciclos del Shemittot cósmico se
El Anciano de los Tiempos se
sentó, acerquen a su fin, surgirá una dimensión totalmente nueva que sólo puede
Su vestido era blanco como describir la alegoría apocalíptica, ya que implica cada vez más directa-
nieve, mente a los Mundos superiores. La característica de este período se dice
Su cabellera como lana que será la confrontación final entre el Bien y el Mal, es decir, la polariza-
purísima; ción entre aquellos que afirman el propósito de la Existencia y aquellos
Su trono, llamas de fuego;
Sus ruedas, llamaradas. que persiguen sus propios objetivos. Los primeros serán representados
Un río impetuoso de fuego simbólica y literalmente por el Mesías, que, según se dice, será el último
brotaba delante de él. espíritu encarnado en esta tierra, y los últimos, por el anti-Mesías o el más
Miles y miles le servían, egoísta de los seres. Tras un conflicto en que hasta los cielos y la naturaleza
Millones estaban a sus órdenes.
expresarán la guerra en todos los Mundos mediante extraños fenómenos
Comenzó la sesión y se
abrieron los libros. terrestres y celestes, habrá, con la derrota del Mal, una paz total y un
(Daniel, 7:9-10.) orden universal sobre el que reinará el Mesías. Pero este período, en que el
Tiempo, según se dice, se hará poco a poco más lento, no es sino un
preludio que permitirá a cada cual prepararse para el Día del Juicio Final.
Según la cábala, en ese Día Final del ciclo cósmico, todas las criaturas
de arriba y todas las de abajo serán llevadas ante el Trono de los Cielos y
juzgadas según sus obras durante la totalidad del Tiempo. Algunos serán
elevados a las alturas y otros arrojados a las profundidades, mientras las
últimas horas de la Creación acercan entre sí a los Mundos separados
para unificarlos. Cuando cada criatura contemple la Divina Presencia
sobre su Trono comprenderá que no es sino una faceta de un todo.
Finalmente, al igual que el último espíritu plenamente realizado de la
humanidad se fundirá con Adam Kadmon, esa gran imagen de Dios con-
templará el Espejo de la Existencia para ver en la experiencia total de la
humanidad el reflejo de su propia Divinidad. En ese momento se alcan-
zará la perfección en la Unión con el Santo Nombre de YO SOY EL
QUE SOY, cuando Dios contemple a Dios. En el resplandor de esta con-
secución, la imagen se funde con la realidad para disolverse dentro de
AYIN SOF y confundirse de nuevo con AYIN: Sólo Dios es Dios.

Santo, Santo, Santo eres Tú, Rey del Universo,

Tu Gloria colma todos los Mundos.

31
Según la tradición, Melchizedek, el
Rey de los Justos y de Salem, y
sacerdote del Altísimo, inició a
Abrahán en el conocimiento de las
Enseñanzas esotéricas en lo que
concierne al hombre, al universo y
a Dios. Melchizedek -quien,
según se dice, no nació de padre y
madre, sino que su vida no tiene
principio ni fin- es llamado
tradicionalmente el hijo de Dios
que perdurará siempre. Se le
considera el mismo individuo que
Enoch, el primer iniciado, y que
Elijah, el instructor de los místicos
a través de los tiempos. Del
encuentro entre este ser celeste y
un hombre terrestre surgió la línea
espiritual conocida más tarde
como la cábala. (Melchizedek y
Abrahán, retablo en oro y esmalte
de Nicholas de Verdun, en
Klosterneuburg, Austria, siglo XII.)
 17\Lo

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oal. I.."Ní

Se dice que Dios enseñó primero
los secretos de la existencia a los
arcángeles superiores, que
formaban un consejo interno en la
Corte del Todopoderoso. En esta
versión cristiana de la Enseñanza
(en el arte judaico no puede haber
representación natural de Dios), el
Creador dicta las leyes que
gobernarán la Creación. Estas se
basan, según la cábala, en las diez
Sefirot, Atributos Divinos o
Manifestaciones del Absoluto, cuya
existencia fue dispuesta con el fin
de que Dios pudiese contemplar a
Dios. (Dios Arquitecto de la
Creación, según un manuscrito de
la Biblia de Holkham, Inglaterra,
siglo XIV.)
Se dice que Dios se compadeció
de Adán después de que éste fuese
desterrado del Edén, y que le
envió al arcángel Raziel, cuyo
nombre significa «Secretos de
Dios», para que le entregase un
libro gracias al cual el hombre
podría no sólo acceder de nuevo
al Jardín del Paraíso, sino
recordar que él era, en tanto que
imagen -de Dios, el observador del
espejo de la existencia donde
podría percibir el Rostro Divino.
Este libro nos ha sido transmitido,
aunque algunas versiones escritas
alteradas han oscurecido su
contenido. De él existe aún una
versión oral en la cábala.
(Escritura angélica según el
Libro de Raziel, Holanda,
siglo XVII.)

35
 El primer diagrama manifiesto de
enseñanza de la tradición esotérica
judaica es la Menorah, el
candelabro que le especificó Dios
a Moisés en el Monte Sinaí
(Exodo, 25). Hecho de una sola
pieza de oro puro, para simbolizar
el permanente y unificado Mundo
Divino de la Emanación, se
compone del eje central de la
Gracia, de los brazos derecho e
izquierdo de la Misericordia y la
Severidad, de diez más una
posiciones sefiróticas y veintidós
decoraciones. Este objeto ritual es
la forma exotérica de un esquema
esotérico de la existencia, y es
tanto un objeto de contemplación
como de culto. (Menorah según
una Biblia manuscrita en sefardí
del siglo XIII; abajo, diagrama que
muestra las Sefirot y su
disposición en la Menorah.)

Hod Gevurah Bínah Keter Hokhmah Hesed Nezah

36
 En el período del Segundo Templo
de la historia judía (siglo VI a.c.-
siglo I d.C.), lo que ahora se
conoce como la cábala se llamó el
Trabajo del Carro. El nombre
proviene de la visión profética de
Ezequiel, cuyos escritos forman la
base de numerosas experiencias
místicas y pensamíentos judaicos.
. •~
El capítulo primero de Ezequiel
expresa, en el lenguaje metafísico
de la época, la jerarquía de los
Mundos (págs. 11 y 41): el Mundo
de la Acción, o la tierra; el
Mundo del Carro, o la
Formación; el Mundo del Trono,
o la Creación; y el Mundo Divino
de la Emanación, representado por
Adán, la imagen de la Gloria de
Dios. Esos atisbas de los Mundos
superiores se perseguían a través
del Trabajo del Carro, a pesar de
los peligros que implicaba para los
impuros, los desequilibrados y los
no adiestrados. (Visión de Ezequiel,
según la Biblia de Bear, Inglaterra,
siglo XVII.)
37
 f

Los cabalistas han hecho

numerosos intentos por formular el
proceso mediante el cual la
existencia se manifestó. Todos
fallan, porque es imposible
encerrar lo Divino en la
metafísica. Sin embargo, los
místicos nunca han cesado de
probar dichos esquemas ni de
encontrarles utilidad. En la versión
mostrada aquí, el AYIN Y el
AYIN SOF de la Nada Absoluta
y del Todo se contraen para dejar
un vacío en que la Divina
Voluntad manifiesta Diez
Atributos Divinos. La Voluntad se
visualiza como un rayo de luz que
atraviesa el círculo hacia su centro
desde la periferia de la Luz Eterna
(A YIN SOF OR) para provocar,
crear, formar y hacer la
manifestación inicial de lo Divino,
que es Azilut, el Mundo de la
Emanación. (Zimzum o
Contracción: la primera
manifestación. La explicación a
este diagrama se encuentra en la
página 6).

El Shem ha-Meforash, el Nombre

especial de Dios que le fue dado a
Moisés, puede observarse, en una
disposición vertical, como la
semejanza de Adam Kadmon, el
Primer Hombre. Las letras hebreas
Yod, He, Vav, He se consideran
como la representación no sólo de
la Divina Voluntad, el Intelecto, la
Emoción y la Acción, sino de los
cuatro niveles de la Emanación, la
Creación, la Formación y el
Hacer, ubicados en los tres Pilares
de la Voluntad, la Misericordia y
-~ la Severidad. A esta figura del
Kavod o Gloria Divina, compuesta
de fuego blanco y negro, se alude
en Ezequiel como a «la apariencia
de un hombre». (El Nombre
Divino representado como Adam
Kadmon.)
 El diagrama de las Sefirot o
Atributos Divinos no fue
publicado al completo hasta la
Edad Media. Ha habido muchas
variantes (véase, por ejemplo, las
de las páginas 72-73), pero ésta es
la versión utilizada por muchos
cabalistas hoy día. Su estructura
contiene todas las leyes que rigen
la existencia, ya que revela un
proceso universal de interacción
equilibrada entre los principios
superior e inferior, activo (derecha)
y pasivo (izquierda). El influjo
divino puede seguirse
detalladamente por los senderos
entre las Sefirot (designados por
las veintidós letras hebreas) y a
través de las tríadas de las
relaciones triangulares que las
interconectan. Los colores
diferencian aquí las tríadas
funcionales o laterales (rojo activo
y azul pasivo) de las tríadas
centrales, que denotan los niveles
de conciencia y voluntad (verde,
púrpura, amarillo).
Los cuatro grandes círculos
muestran los niveles dentro de un
mismo Arbol que corresponden a
los cuatro Mundos (página
siguiente) de la Voluntad, el
Intelecto, la Emoción y la Acción.
Aunque sumamente complejo, el
Arbol Sefirótico revela, sin
embargo, una imagen de la
Unidad Divina. (El Arbol de la
Vida, su estructura y su dinámica.
Ver págs. 6-8, 50-51.)

40
i

El Arbol ampliado, que muestra

las interrelaciones entre los cuatro
Mundos, también tiene diferentes
versiones. Sus colores, tales y
como los especifica el Exodo, 26,
son el blanco (resplandor) para
Azilut; el azul (cielo), para
Asiyyah, y el púrpura (unión del
cielo y de la tierra), para Yezirah,
que es el puente entre el Mundo
superior y el inferior. En el
esquema mostrado aquí, cada
Mundo o nivel, con su propio
sub-Arbol, surge del centro del
anterior, de forma que la
Emanación, la Creación, la
Formación y la Acción se
interpenetran. Así pues, el hombre,
que tiene dentro de sí los cuatro
niveles correspondientes de la
Divinidad, el espíritu, la psique y
el cuerpo, puede percibir todos los
Mundos durante su regreso
interior y exterior a la 'Fuente.
J
Mediante un proceso gradual de
realización, el Adán caído se
.' vuelve cada vez más consciente de
la Divina Presencia en todos los
niveles, y el microcosmo contempla
en el macrocosmo la imagen de
Dios. (Escala de Jacob, la
jerarquía de los cuatro Mundos.
Ver página. 90.)
El Beriah de la Creación es el
Mundo en que la Voluntad de
Dios, que emana del inalterable
reino de la eternidad (el Mundo
de Azilut), crea el espacio y el
tiempo. El libro primero del
Génesis describe las fases iniciales
de un drama cósmico cuyos
actores habitan un Mundo de
espíritu puro, regido por su propio
42
ciclo de días y estaciones. El Adán
espíritual, el último de esos seres
que fue creado; es el más perfecto
de todos ellos, dotado además de
libre albedrío. Aquí se sitúa la
escena del desarrollo del destino
de la humanidad.
(La Creación de la Luz, mezzo
tinta de John Martin, Inglaterra,
siglo XIX.)
 Si el Mundo de la Creación es el
Cielo, el de la Formación es el
Edén. Aquí, las cosas provocadas
y creadas, tales como el espíritu,
revisten ciertas cualidades y
características, como una idea que
toma forma. En este reino, todas
las cosas atraviesan metamorfosis
sin fin, conforme la Creación
av~nza desde el principio hasta el
fin de los tiempos. Aquí, el Adán
de la Creación se ha dividido en
los dos sexos, que representan el
Pilar izquierdo y el derecho,
mientras el Arbol del saber o la
Creación se eleva en medio del
Jardín. Encima se encuentra el
Arbol de la Vida, el Mundo
Divino de la Emanación; abajo, la
serpiente de la alevosía tienta al
espíritu y al alma. (La Tentación
de Adán y Eva, grabado en
madera, Francia, hacia 1500.)

43
El Mundo de Asiyyah, o la
Acción y los Elementos, es el
último de los cuatro niveles en
manifestarse. Es el Mundo físico
en que las actividades de los
Mundos superiores se desarrollan
en la práctica. La presencia de los
cuatro Mundos completos en este
nivel físico se simboliza a veces
mediante los cuatro elementos
tradicionales: el fuego o la luz que
representa la Emanación; el aire,
que representa los procesos
espirituales y cósmicos de la
Creación; el agua, que representa
el flujo de la Formación, y la
tierra, como el suelo firme de la
existencia. En este paisaje, el nivel
inferior de la manifestación -el
último en separarse de la
Divinidad pura y el sometido al
mayor número de leyes- es, sin
embargo, el receptáculo de todo lo
que ha acontecido antes. Así pues,
aunque todo aquello que perciben
los sentidos puede ser físico, para
el cabalista todos los fenómenos
son los efectos o las causas que
han atravesado todos los niveles
de la existencia. Un paisaje al
atardecer, con sus elementos de
materia sólida, formas simbólicas
cambiantes, atmósfera y luz,
adquiere así unas dimensiones
físicas, psicológicas, espirituales y
Divinas. (Jerusalén.)

45
46
 \< ,,/
f
Con el Mundo de la Creación
vino la primera separación de lo
Divino. Aquí, apartándose en una
sola vez del contacto directo con
la Divinidad, cobró forma el mal.
Tradicionalmente se simboliza por
la rebelión del arcángel Lucifer
contra la orden Divina de que
debía someterse a Adán. Por esa
rebelión, Lucifer fue arrojado para
cumplir la labor del tentador.
Trabaja, junto con las fuerzas
demoníacas de la desintegración,
para probar la integridad de la
Creación y especialmente la del
hombre, la única criatura que
posee libre albedrío. El arcángel
Miguel recibió la orden de ser el
adversario del mal en el cielo,
mientras que el hombre es
responsable del orden sobre la
tierra. (El conflicto entre el bien y
el mal, el orden y el caos, detalle
del Juicio Final, tríptico de
Jerónimo Bosch, Holanda,
aproximadamente 1500.)
La cábala práctica es una forma
de habérselas con el mal. Es una
forma de magia, el peligroso arte
de obtener poder sobre el mundo
psicológico (Yezirático) mediante la
utilización de símbolos; pero
algunos rabinos la han considerado
legítima si se aplica
escrupulosamente. Con el
transcurso del tiempo, dichas
prácticas se han vuelto corruptas y
han conferido a la cábala una
dudosa reputación. Pero las
técnicas siguen siendo válidas en la
medida en que ciertos ejercicios
pueden provocar profundos
cambios en la conciencia y
eliminar problemas psicológicos
que tiempos atrás eran
considerados en términos de
posesión demoníaca. (Amuleto
contra el mal de hojo, Holanda,
siglo XVII.)
47
 Lo más que la mayoría de la
gente puede acercarse al tema de
este libro es esa experiencia
sublime única en la vida de cada
uno. Un momento así puede darse
en circunstancias muy diversas,
pero su cualidad es siempre la
misma. La conciencia física
agudizada se convierte en lucidez
psicológica, que a su vez se
transforma en una profunda
conciencia de la totalidad del
universo y de la Presencia de la
Divinidad. Uno está en contacto
directo con todos los Mundos a la
vez, y percibe tanto la complejidad
como la unidad de todas las cosas.
Aunque ese momento puede durar
sólo un segundo, siempre es
inolvidable. Es el don del Cielo, y
si uno desea tomar la opción de la
iniciación, puede ser la puerta que
conduce al reino interior y al
superior. Aquí, Moisés
experimenta uno de esos
momentos. Su elección consiste en
conducir a los esclavizados hijos
de Israel -la psique, con su masa
de enraizados hábitos de
descontento- a la tierra
prometida o Mundo Espiritual de
la Creación, o en permanecer, sin
alcanzar su realización, en un
desierto entre las ollas de carne de
Egipto y la tierra que mana leche
y miel. (La Zarza Ardiente,
pintura de Ernst Fuchs, Austria,
siglo xx.)

48
 El primer paso de la cábala es que lo observa todo, y lucha
familiarizarse con el Arbol contra el ángel por imponer Mi
Sefirótico. Sin esta clave, poco se Voluntad a Su Voluntad. Gevurah
puede aprender. Para ello es es la cualidad emocional del
necesario traducir la naturaleza de Juicio, la disciplina y la decisión;
cada Sefirah en términos humanos, es el complemento de Hesed, la
de forma que la imagen Divina tendencia emocional a la
pueda ser percibid a a nivel del Misericordia, al amor y al perdón.
hombre. El Arbol está La no-Sefirah de Daat es la voz
representado aquí por pinturas y de lo invisible, que imparte el
temas, a través de las obras de Conocimiento desde más allá de
Rembrandt (que estaba asimismo este Mundo. Binah es la capacidad
relacionado con la cábala). intelectual de Entendimiento a
Malkhut, el Reino, es visto como través de la larga reflexión; la
el cuerpo físico elemental. Yesod, Sabiduría, Hokhmah, se encarna
el Fundamento del ego, es en el momento de la revelación
representado mediante la figura del que surge en la mente. No hay
hijo dotado pero ambicioso, imagen de Keter, la Corona. La
Absalón, que quería ser rey. Hod, pauta completa de Atributos, con
la Reverberación, es la parte sus relaciones marcadas por los
mercurial de nuestra inteligencia senderos del Arbol (pág. 40),
natural, que aprende y comunica; define la anatomía de la psique.
Nezah, la Eternidad, es la esfera (Las Sefirot en la experiencia
de los ciclos instintivos y de la humana, vistas a través de diez
preocupación por el placer y el cuadros de Rembrandt van Rijn,
dolor. Tiferet, la Belleza, es el yo Holanda, siglo XVII.)

(a) Malkhut. La lección de

anatomía del doctor
J ohan Deyman.
(b) Yesod. David y Absalón.
(c) Hod. Tito, el Hijo del Artista,
ante su escritorio.
d) Nezah. Saskia van Ulenborch
con Atuendo Arcádico.
(e) Tiferet. Jacob (Israel) luchando
contra el Angel.
(f) Gevurah. El Hombre del Casco
de Oro.
(g) Hesed. Cabeza de Anciano
Rabino.
(h) Daat. San Mateo y el Angel.
(i) Binah. San Anastasio.
(j) Hokhmah. El Festín de
Baltasar.

50
Páginas siguientes:
El mundo inicial del Génesis,
Bereshith, se dice que es la raíz de
toda la Enseñanza. En su lectura
de la Biblia, los cabalistas utilizan
una gran variedad de métodos de
interpretación -literal, alegó rica o
metafísica-, pero el objetivo es
siempre el de abrir las llamadas
siete puertas de la comprensión.
Las tres primeras son las de la
acción cotidiana, del sentimiento y
del pensamiento; las cuatro últimas
comprenden el despertar interior,
la conciencia del alma y la
conciencia espiritual, que conducen
a la Divina Presencia
(corresponden a las tríadas del
Arbol del Sendero Cabalístico de
la página 22). En cada una de esas
etapas, el texto de la Biblia
adquiere un nuevo significado,
como, por ejemplo, el símbolo de
Adán y Eva, que adquiere
,gradualmente u¡;¡a realidad física,
psicológica y espiritual.
(Frontispicio de una Biblia hebrea
con el sumario ilustrado con todas
las narraciones bíblicas, Alemania,
aproximadamente 1300.)
Uno de los símbolos más
poderosos de la Biblia es el Paso
del Mar Rojo. No se trata sólo
del relato de un acontecimiento
milagroso en la historia de una
nación, sino de la descripción de
una iniciación espiritual. Una vez
que el aspirante ha dejado su
antigua forma de vida,
representada por Egipto, y ha
cruzado el mar del compromiso,
ya no puede volver atrás. Tiene
que enfrentarse al desierto
psicológico interior, con sus
rebeliones y su disciplina, su
purificación y su revelación sobre
un Monte Sinaí interior, hasta que
la vieja psicología de esclavo
desaparezca, y entonces estará listo
para entrar en la tierra prometida
del espíritu. (El Paso del Mar
Rojo, iluminación de un
manuscrito por Belbello da Pavia,
Italia, siglo xv.)

51
 La instrucción cabalística puede
alcanzarse por muchas vías. Puede
impartirse formalmente en una .
escuela o se puede recibir
individualmente mediante la
conversación, la demostración o el
ritual. No existen reglas, excepto
que el alumno debe ser maduro y
capaz de recibir la instrucción. La
teoría de la cábala puede
enseñarse, por ejemplo, en privado
o públicamente, mediante la
ceremonia de la Pascua judía, de
tal manera que su significado
interno -el estar listo para dejar
la casa del cautiverio- toma una
relevancia directa. En esos
primeros años, el sistema debe
aprenderse a fondo, y su
enseñanza puede provenir de un
rabino o de alguien que
aparentemente puede parecer la
persona menos cualificada, pero
que interiormente está en conexión
con la tradición. (Frontispicio que
muestra las Sefirot superiores: las
Sefirot inferiores se encuentran en
el lector. Haggadah, Holanda,
siglo XVII.)

La teoría se complementa con la

práctica. Aquí, las ideas esotéricas
se entretejen en el ciclo de las
festividades judías y de los
principales acontecimientos de la
vida. Cada día tiene sus fases de
Misericordia, de Gracia y de
Severidad; cada semana, su
progresión Sefrrótica; cada
estación, su significado espiritual.
Cada etapa de la vida es parte de
un viaje sagrado. Los ritos de la
circuncisión, del Barmitzvah y del
matrimonio completan el ciclo
c,¡,.,'" natural antes de que el crecimiento
interior del alma y el desarrollo
O"'~W~~:1 del espíritu se conviertan en el
centro de la existencia. (La
¡¡'sI, 'P"N' ~'''~ ¡tii' r"~x I,."l; n'JS 1''0 práctica cabalística, litografía,
Francia, siglo XIX.)

54
'.
\
Para el cabalista, la práctica nunca
debe convertirse en una rutina.
Aunque ~xteriormente puede llevar
a cabo exactamente el mismo
proceso que sus correligionarios, él
intenta permanecer consciente del
contenido interno de lo que está
haciendo en relación a sí mismo,
al universo y a Dios. Su intención,
o Kavvanah, está conscientemente
dirigida, porque él sabe que lo que
está haciendo tendrá un efecto
sobre la totalidad de la existencia.
Acepta la responsabilidad de su
albedrío, y obra conforme a su
conocimiento de los Mundos
superiores, de tal forma que una
simple ceremonia se convierte en el
foco del influjo Divino. (Mizrah, o
menorah, para orientar la oración
en el tiempo y el espacio, Irán,
siglo XIX.)
En las primeras etapas de la
cábala es necesaria la relación con
un instructor. El maestro no sólo
imparte conocimiento, sino que
vela por el estudiante, supliendo la
conciencia propia de este último,
aún imperfectamente desarrollada.
De esa manera, el estudiante
aprende a observar su propia
naturaleza con objetividad y a
recibir, por sus propios méritos y
por la Gracia de arriba, la
bendición cuyo vehículo es el
maestro. Esto sólo puede ocurrir si
el propio maestro es una persona
de saber interno, y está en
conexión directa con las Sefirot
medias y superiores del Arbol de
la Tradición (véase pág. 83). Dicho
mentor debe poseer una profunda
intuición psicológica y una
experiencia personal de los
Mundos espirituales y Divinos. (El
Maestro, página de la Guía para
los Perplejos de Maimónides,
manuscrito, España, siglo XIV.)
57
 Hay tres acercamiento s iniciales en
la cábala, que corresponden al
cuerpo, al corazón y a la cabeza.
Son los tres métodos de la acción,
la devoción y la contemplación: el
acercamiento literal, el alegórico y
el metafísico a la tradición
religiosa (ver págs. 80-85.)
La acción es el acercamiento
mediante el ritual, ya sea una
ceremonia comunitaria o una
práctica privada. Una tarea

58
cotidiana pueae convertirse en un
acto de veneración, tanto dentro
como fuera de la ortodoxia de los
ritos: el único criterio es que sea
una acción llena de dedicación e
impregnada de la conciencia de lo
Divino dentro de la realidad física.
La devoción puede asumir
diferentes formas. Puede estar en
la oración, o en el servicio, o en
todo aquello cuyo principal móvil
es el corazón. El amor y el temor
a Dios es su motivación: crea un
hondo sentimiento de gratitud por
lo que nos es dado, y obediencia a
la Divina intención.
La contemplación es el
acercamiento de la mente. Es la
función del intelecto, el penetrar y
comprender el universo en su nivel
más profundo. Tales reflexiones
pueden comprender el examen de
la última etapa de la evolución
cósmica, o del destino del espíritu
a largo plazo, o de una situación
corriente dentro del Plan Divino.
(La Acción: La Sinagoga de
Livorno en el Simchas Torah,
pintura de S. A. Hart, siglo XIX,
izquierda, arriba; La Devoción: La
Bendición de las Velas, pintura de
Isidor Kaufmann, siglo XIX,
izquierda, abajo; La
Contemplación: La Ultima
Oración, pintura de Samuel
Hirschenberg, siglo XIX, abajo.)
59
 Después de la acción, de la
devoción y de la contemplación,
todas ellas parte del trabajo del
aspirante a cabalista, el cuarto
acercamiento, el de la percepción
mística, constituye el primer
estadio de la verdadera experiencia
cabalística. En ésta se produce la
ruptura con el Mundo natural,
para pasar, arriba, a los
sobrenaturales, donde el cabalista
ve lo que suele estar oculto a la
vista -como el aura de los
.,
cuerpos vivos-, o conversa con
maestros muertos tiempo atrás, o
incluso ve los seres angélicos en
torno al Trono Celestial. Pero esa
experiencia profética está cargada
de peligro si el individuo no está
adiestrado o es inmaduro. (Visión
de Isaías, según el manuscrito del
Libro de Isaías, Reichenau,
Alemania, siglo XI.)
El más alto nivel de la realización
humana es el contacto directo con
lo Divino. Este puede alcanzarse
por mérito propio mediante un
fuerte trabajo espiritual, o
recibiendo la Gracia de arriba.
Dicho contacto, por más
momentáneo que sea, siempre ha
sido considerado como la
coronación de una vida. Es el
deber y el privilegio del cabalista
el esforzarse por alcanzar la
conexión Divina mediante la
práctica del Devekut, la adhesión
a Dios, en un constante acto de
rememoración de la Presencia
Divina. (Moisés habla con Dios,
según el manuscrito de Haggadah,
España, siglo XIII.)

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61
El propósito de la unificación del
yo es ayudar a la integración de
los cuatro Mundos. Es una forma
de acercar la existencia a su plena
realización como espejo de lo
Divino, que contemplará el Adán
perfeccionado al Final de los
Tiempos. Este trabajo externo de
la Creación está simbolizado aquí
por una mezuzah, caja de
oraciones hecha para ser fijada en
la puerta de un hogar judío. Este
diseño recuerda a los que entran y
a los que salen de la Escala de
Jacob y la enseñanza de los cuatro
Mundos. (Mezuzah, Italia,
siglo xv.)
Las vestiduras del alto sacerdote
son más que un simple ornato:
simbolizan los cuatro niveles
dentro del ser humano. El ephod
exterior, con su tejido de oro,
representa la parte Divina del
hombre (Azilut), con el manto
azul como aspecto celestial o
espiritual (Beriah). La túnica
interior representa el alma
(Yezirah), y el propio cuerpo del
sacerdote es el vehículo físico. La
tarea del cabalista consiste en unir
todos esos niveles en una unidad
armoniosa, con el fin de
convertirse en un ser en quien, al
igual que en el alto sacerdote, el
universo y la Divinidad se
manifiestan conscientemente.
(Aarón, el alto sacerdote, estatua,
Holanda, hacia 1700.)

62
64
 Temas El Arbol del Fruto Sagrado, según el
nombre que a veces recibe, ha sido
diseñado de muchas formas distintas
según la escuela cabalística de que se
tratara. Aqui los senderos convergen
.en el lugar del Conocimiento, mientras
a cada lado y abajo otros sistemas
subsidiarios desarrollan la visión
metafísica de Isaac Luria (ver págs. 72-
73). (El sistema Sefirótico según
Pa'aman ve-Rimman, Amsterdam,
1708.)

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Antes de alcanzar la perfección
hay que pasar por numerosas
etapas. Pueden tenerse atisbas del
camino futuro, pero no se puede
fallar ni un solo paso si el alma
inocente que desciende a este
mundo ha de convertirse en el
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espíritu experimentado que alcanza 'M .~ p.~

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las diferentes etapas de la
ascensión a través de los Mundos,
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superar, tales como la obstinación
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individuo se somete al Cielo.

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Voluntad. (El Camino de la
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Perfección.)

65

Las formas cambiantes El más antiguo texto místico es el
Torah, el Pentateuco o los cinco libros
de la cábala de Moisés. Basadas en mitos y sagas
tribales, en la historia y en la
revelación Divina, las escrituras
constituyen un cuerpo literario de
muchos niveles, concebido para ser
entendido tanto esotérica como
prácticamente. El Torah (o Libro de la
Enseñanza) se convirtió en el aspecto
externo de una tradición espiritual que
sólo era impartida plenamente a
aquellos que buscaban su significado
más profundo. (Sefer Torah, o Rollo
de la Ley, manuscrito, Jewish
Museum, Londres.)
Entre el último período bíblico y el
período posterior al Templo
(siglo VI a.C.-siglo VI d.C.), los místicos
judíos recibieron fuertes influencias de
las culturas que les rodeaban. De ahí
que se diera una amalgama de
sistemas metafísicos. Aquí, el Nombre
66
de Dios y las letras hebreas están
relacionados con los conceptos griegos
y babilónicos de los principios que
rigen el universo. En el centro se
encuentra el Tetragrama, YHVH,
dispuesto en forma del Tétraktis de
Pitágoras (1 +2+3+4= 10), con los
ángulos señalados por las tres letras-
madre: la del aire, la del agua y la del
fuego. Los círculos muestran las 19
letras restantes del alfabeto hebreo,
dispuestas en correspondencia con los
7 planetas de los 12 signos zodiacales.
Contrariamente a ciertas ideas
preconcebidas ampliamente difundidas,
la cábala ha permanecido abierta a
través de los tiempos a las ideas
contemporáneas. (Diagrama según el
Sefer Yezirah, el Libro de la
Formación, Babilonia, hacia el
siglo VI.)
Derecha, arriba:
Con el traspaso de la línea esotérica
de las decadentes escuelas babilónicas
a Europa, en el siglo x, ocurrieron
cambios importantes. Hacia el
siglo XIV, la cábala había pasado de
ser un estudio exclusivo a ser un
estudio general, y era conocida por
gran parte de la intelectualidad de la
época, incluidos los estudiosos
cristianos. A pesar de la oposición de
la ortodoxia, se expresaba en la
práctica religiosa, en la metafísica, en
la ciencia, en la literatura e incluso en
el arte, tal y como vemos aquí en un
Arbol compuesto por palabras. Fue
esa una edad dorada de innovación y
proliferación. (Diagrama caligráfico del
Arbol, según un manuscrito, Francia,
siglo XIIl, Bibliotheque Nationale,
París.)
Izquierda, abajo:
Hacia el siglo XVIll habían ocurrido
numerosos cambios dentro de la
tradición, y en manos de los sucesores
de Isaac Luria (ver págs. 72-73-77) se
volvió sumamente compleja. En la
Europa del Este eso llevó a
simplificaciones exageradas, que entre
los incultos cobraron forma de
creencias en santos hacedores de
milagros con poderes sobrenaturales
(aquí expresados por medio de las
manos, los símbolos tradicionales de la
bendición). Esto generó una reacción
entre los ortodoxos, que veían
degradarse unas ideas profundas. Los
judíos asimilados de Occidente, que
percibían sólo la imagen medieval de
la tradición y su degeneración
contemporánea, consideraban la cábala
como una superstición irrelevante para
la vida en una Epoca de Razón.
(Manos con inscripciones de símbolos
cabalísticos, según Shefa Tal, por
Shabbetai Horowitz, Polonia, 1712.)
 Abajo:
''''' .. It Tras la Epoca de la Razón de los
siglos XVlll y XIX, en que la tradición se
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67
 Visiones de eternidad

YHVH, el Shem ha-Meforash o

Tetragrama, el Nombre de Dios de
cuatro letras, es el símbolo más
utilizado para la Divinidad. Contiene
en sus letras y en sus formas todos los
poderes de la Eternidad y la Voluntad
para mantenerla tanto tiempo como
quiera Dios. Si el Santísimo dejase de
desear la existencia del Mundo de la
Emanación, nosotros y el universo
entero nos desvaneceríamos. (El
Nombre de Dios, según una Biblia
manuscrita en sefardí, 1385, British
Library, Londres.)

La imagen humana (Ezequiel, 1:26) era

utilizada por los primeros místicos
para describir la Gloria Divina. La
figura de un hombre primordial,
Azilútico, la imagen de Dios, es la
encarnación de las Sefirot. Esta, la
imagen más perfecta de la Divinidad,
es vista no como Dios, sino como. Su
reflejo, y por tanto una representación
de El que no contraviene el Segundo
Mandamiento. Azilut, el Mundo
Divino de la Emanación, no es Dios,
sino Su túnica de Luz. (Adam
Kadmon, Hombre Primordial,

8
mostrando las Sefirot.)

El Mundo Divino de las Sefirot ha

sido definido de muchas formas. Aquí,
8
las letras iniciales de todas las Sefirot
han sido colocadas en orden, con
Keter la Corona que rodea a todas las
demás y Malkhut el Reino en el
centro. Probablemente se basa en la

-
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idea alegó rica de que las Sefirot son
nueces con sus cáscaras unas dentro de
otras. El modelo también ilustra el
Absoluto englobante del todo, que
mantiene cada cosa en su lugar según
una secuencia arquetípica. (Diagrama
del Pardes Rirnrnonirn de Moisés
Cordovero, Cracovia, 1592.)

La letra hebrea Alef no sólo es la

primera del alfabeto, sino la letra
inicial de Azilut, el Mundo de la
Emanación. Su forma es percibid a por
algunos cabalistas como un diagrama
de las Sefirot (con Tiferet en el centro)

8
y del cuerpo de Adam Kadmon, cuyos
dedos de las manos y de los pies
pueden verse a cada lado y abajo.
(Alef del Pardes Rirnrnonirn de Moisés
Cordovero, Cracovia, 1592.)

68
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La cara de Adam Kadmon ha sido
utilizada por los cabalistas de nuestra
época corno una metáfora de la
Misericordia a través de la cual emanó
el resplandor Divino. Algunos sistemas
han ido más lejos y han visto
en las divisiones de la barba y en la
geometría de los rasgos la definición
de las relaciones entre las Sefírot. Bajo
esta Larga Faz (largo tiempo sufriente
o misericordiosa) se encontraba la
Corta Faz que expresaba el aspecto
más riguroso de lo Divino. (Faz del
Largo Ser, detalle de un esquema
Luriánico, Polonia, siglo XIX. Ver
páginas. 72-73.)

69

•
Los cuatro niveles
de existencia
El Templo de Jerusalén, mostrado
aquí bajo un aspecto idealizado,
expresa la noción de los cuatro
Mundos que componen la existencia.
Los tres niveles inferiores son el plano
físico, el psicológico y el espiritual del
universo. El propio edificio del Templo
es el nivel Divino, con sus pilares
gemelos a la entrada, tras los cuales se
encuentran diez Menorot (ver pág. 36),
uno para cada Sefirah, antes del nivel
más interior, el Sancta sanctórum.
(El Templo según Haggadah,
Amsterdam, 1695.)
o
50 codos
El esquema del Tabernáculo, mostrado
a Moisés en el Sinaí, contiene la
disposición de los cuatro Mundos en
su planta (ver pág. 93). El espacio
entre los querubines encima del Arca SANCTA SANCTORUM
es la parte superior de lo Divino; el
Arma misma es el inferior, y así
sucesivamente. Los rangos de alto 100
Divina
sacerdote, sacerdote, Levita e Israelita Emanación
codos Inferior
corresponden a los cuatro niveles
humanos de la Divinidad, el espíritu, Velo. C,r~acjón superior
el alma y el cuerpo. (Planta del Incienso

Tabernáculo.) Mesa

Dentro de Azilut, el Mundo Divino de 20 codos - Creación inferior

la Emanación, hay cuatro niveles: la
Voluntad, el Intelecto, la Emoción y la s Cortina Formación N
Acción. Estos, a su vez, se manifiestan superior
al extenderse la existencia fuera de SANTUARIO
Azilut (que es en sí mismo el reino de
la Voluntad) hacia los Mundos
inferiores de Beriah (Intelecto), Yezirah
D
Lavatorio
(Emoción) y Asiyyah (Acción). Este
Formación inferior
esquema está muchas veces
reproducido en los capuchones que ATRIO

o
rematan los rollos de la Torah. La
corona representa el Mundo Divino,
con los tres niveles correspondientes a
los Mundos separados de la Creación, Altar
la Formación y la Acción. (Rimmon o
capuchón, Inglaterra, 1767. Jewish
Museum, Londres.) -- Acción superior

Puerta

-- Acción inferior
E

70
 Las cuatro Criaturas Vivas Sagradas
de Ezequiel l y del Libro de la
Revelación simbolizan los cuatro
Mundos. La forma humana es Adam
Kadmon (pág. 68), el dominio ígneo y
Divino de la Emanación; el águila, el
nivel aéreo de la Creación cósmica; el
león, el agua del corazón de la
Formación, y el toro, el nivel terrestre
del Mundo natural de la Acción. En el
centro está el Mesías, según un
antiguo concepto judaico (ver págs. 88-
89), rodeado de seres angélicos y de
las almas de los justos. (Tímpano de
Saint-Trophime, Aries, Francia,
siglo XII.)

A los cuatro Mundos, los cabalistas

añaden un quinto nivel, el reino de los
Kelippot o conchas, más conocido
como el Infierno. Este lado oscuro de
la existencia está aquí representado
con siete niveles de sufrimiento o
impureza, donde permanecen aquellos
que van contra la voluntad de Dios,
mitad dentro y mitad fuera de la
evolución, hasta que se arrepienten o
hasta que, como únicas criaturas
verdaderamente muertas, sean
resucitados al Final de los Días.
(Gehena [Infierno], detalle del Juicio
Final, fresco atribuido a Andra
Orcagna y Nardo, Camposanto, Pisa,
Italia, siglo XIV.)

"

71
Sistemas alternativos
De todos los numerosos sistemas que
existen dentro de la cábala, el más
comúnmente conocido es el esquema
Luriánico. Se basa en la obra de Isaac
Luria, que vivió en Palestina en el
siglo XVI, en el centro cabalístico de
Safed. El mal, tal y como lo veía
Luria, era el resultado de antiguos
acontecimientos en Azilut, el Mundo
más elevado, donde las siete Sefirot
inferiores, incapaces de contener el
flujo de la Divinidad, estallaron,
provocando la caída de los Mundos
inferiores por debajo de su verdadero
nivel. Veía la redención del hombre
como la participación en la obra de
Tikkun, la restitución del universo
mediante la reorganización de su
sistema sefirótico. Esas buenas acciones
aquí abajo ayudarían a eliminar el mal
en los Mundos de arriba. Esta noción
tenía un gran atractivo para una
comunidad judía que estaba todavía
bajo el choque de la expulsión de
España en 1492. El sistema de Luria
desplazó fuertemente a todos los
demás, aunque sus discípulos
desarrollaron versiones muy diversas de
sus ideas.
El rollo reproducido aquí expone un
complejo sistema (de derecha a _.,..t:aW~""'»"wI~,.r...,.m •.•
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izquierda). En él, conceptos anteriores rW"'l:Ir'IlÓ't'~~t'ftI'N:I';; •••
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disposición postluriánica que hacia el
siglo XIX sólo era inteligible para los
entendidos. Pero el común de la gente
tomaba al pie de la letra conceptos
tales como las chispas de la Divinidad
encerradas en las cosas cotidianas, y se
proponían rescatar esas «luces ocultas»
como una forma de la cábala en
acción. La popularidad de la visión del
mundo de Luria ha llevado a muchos
a aceptarla como la principal corriente
de la cábala, cuando de hecho es una
innovación y uno de los muchos
esquemas alternativos. (Rollo de los
Arboles, Polonia, siglo XIX. Colección
de Alfred Cohen.)

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 Angeles y demonios

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HUESTES HUESTES
DE ELOHIM DE YAHVEH
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YEZIRAH

La Creación está llena de arriba abajo

de criaturas. Los Tachutonim, los que
moran abajo, no suelen percibir a los
que moran arriba, los Elyonim; sin
embargo, la presencia de las criaturas
sobrenaturales puede sentirse a veces
en los lugares sagrados, donde se eleva
el nivel ordinario de conciencia.
(Querubines sobre el Arca del
Tabernáculo, según un manuscrito,
Francia, siglo XIII. British Library,
Londres.)

Dícese que la naturaleza de las

criaturas angélicas es la misma que la
de las criaturas de abajo, excepto que
no tiene funciones físicas ni voluntad
individual. Por esa razón son en sus
Mundos tan incompletas como las
plantas o los animales, y tienen poca
noción de los asuntos humanos.
Llevan a cabo el trabajo rutinario de
los Mundos superiores, pero en tanto
que agentes de la Divinidad no pueden
actuar fuera de sus funciones expresas.
(Serafín, talla en relieve, Siria,
siglo VI.)

74
 Izquierda:
La jerarquía de los seres angélicos se
ajusta al orden de los Mundos. Según
el Génesis 1, las aves del firmamento
son los arcángeles de Beriah o la
Creación, mientras que los peces del
mar son los ángeles de Yezirah o, la
Formación. Según la tradición, cada
Mundo se divide conforme a una
jerarquía de niveles y Pilares. Las más
altas entidades del Mundo angélico de
la Creación son los espíritus santos del
consejo interior, bajo Metatron; en el
Pilar central, los grandes arcángeles
Miguel y Gabriel tienen funciones
especiales en relación al hombre, ya
que son los vehículos de la Gracia
mediante la que el Divino Metatron se
comunica con Sandalfon a nivel del
hombre (en el Tiferet o yo de la
psique). (Jerarquía de los ángeles y
arcángeles, según Halevi, El Universo
Cabalístico.)

Lucifer, el Portador de la Luz, era

uno de los más altos arcángeles; pero
cuando se negó a someterse a Adán
-tal y como lo había hecho incluso
Miguel, el Capitán de las Huestes-
recibió el odioso título de Samael, el
Envenenador de Dios, el aspecto
destructivo del Juicio Divino (Gevurah)
y el caudillo de las huestes demoníacas
que ponen a prueba la Creación. Pero
incluso Lucifer, que es también
Satanás, el tentador del hombre, podrá
ser redimido al Final de los Días en
justa proporción con su estado de
sumisión. (La caída de Satanás,
grabado de Gustavo Doré, según El
paraíso perdido, de John Milton,
Francia, siglo XIX.)

La lucha entre el bien y el mal es

vigilada por los ángeles y los
demonios. Por encima de cada
persona, dicen los cabalistas, se
encuentra uno de cada cuando toma
sus opciones morales; al final de la
vida, el uno o el otro proclama su
victoria y se lleva el alma a su morada
de arriba o de abajo. Visto en
términos actuales, es la manifestación
de los arquetipos psicológicos de la
oscuridad y la luz; sobre los estados
inconscientes o post mortem sólo se
puede especular, o pueden ser
experimentados por los que son
sensibles a los niveles de realidad en
que operan estos arquetipos. (Lucha
entre los demonios y los ángeles por
las almas humanas, detalle de un
fresco atribuido a Francesco Traini,
Camposanto, Pisa, Italia, siglo XIV.)
 Los milagros La diferencia entre los milagros y la
y la magia magia es que operan desde diferentes
Mundos. Lo milagroso es la Voluntad
del Cielo, decretada en Beriah, el
Mundo espiritual de la Creación; la
magia es la aplicación de la voluntad
humana al nivel psicológico de
Yezirah, el Mundo de la Formación.
Al obrar bajo la Voluntad de Dios,
Moisés superó las proezas mágicas de
los sacerdotes egipcios (Exodo, 7). Las
serpientes que ellos habían hecho
aparecer fueron devoradas por aquellas
creadas por Dios a través de Moisés.
(La vara de Moisés convertida en
serpiente, según Haggadah, España,
siglo XIV, British Library, Londres.)

Lo milagroso tiene una escala cósmica,

aunque puede realizarse a través de la
vida de un individuo. Cambia el curso
de los grandes acontecimientos o
interviene para transformar una
situación ordinaria en una oportunidad
enviada del cielo. (El sol se detiene
para Josué, pintura de John Martin,
Inglaterra, siglo XIX, Gran Logia Unida
de Inglaterra.)

Muchos relatos de milagros y de

magia están basados en
acontecimientos reales, pero
esencialmente espirituales o
psicológicos, convertidos en alegonas
para servir de enseñanza y luego
divulgados al pie de la letra por la
hablad una popular. El Rabino
Naphtali Cohen de Frankfurt del Main
hizo salir el sol, metafóricamente, en la
mente ignorante de uno de sus
discípulos. Esta historia fue tomada
como un hecho físico por personas
ignorantes que veían la cábala como
una magia, y por ello, cuando el
gueto fue incendiado en 1771, Naphtali
fue culpado de ello. (Naphtali Cohen
haciendo salir el sol en la noche con
sus poderes cabalísticos, grabado,
siglo XIX.)

76
La cábala práctica o mágica nunca ha
contado con la aprobación del
pensamiento ortodoxo, pero, sin
embargo, siempre ha sido practicada. l~ ~ \.'J.·inO\\(l),~~"Q"\W·tl:i\~n~'Qo
Existen muchos libros cabalísticos
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basados en el hecho de que la
voluntad humana puede manipular los
principios psicológicos y, por tanto,
controlar las condiciones del Mundo
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de la Formación y conseguir, bajo

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ciertas circunstancias, la materialización
de un objeto deseado. Dichas
operaciones se llevan a cabo
tradicionalmente mediante la
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divinos de forma ritual, con un
objetivo claramente expresado. Aquí se
muestra una fórmula para conjurar un
espíritu que se someterá a la dirección
del mago. Estas operaciones, si acaso
fuesen necesarias, sólo pueden ser
realizadas tras solicitar el
consentimiento Divino. (Sello angélico
del llamado Sexto Libro de Moisés,
Alemania, siglo XVIII.)

Muchas operaciones cabalísticas

prácticas son preventivas. Aquí, un
amuleto actúa como protección contra
la peste. Fue diseñado por un
discípulo del gran Isaac Luria, que,
como muchos otros en el siglo XVI y
antes, veía estos amuletos como una
defensa legítima contra los peligros
invisibles. La enfermedad era uno de
esos peligros, y era en muchos casos
interpretada como el ataque de las
fuerzas demoníacas. Las palabras y
símbolos utilizados aquí son una
mezcla de fórmulas mágicas
cabalísticas y gentiles. Esta
adulteración hacia la magia de la
tradición iba a desacreditar a la cábala
a los ojos de los judíos que habían
recibido una educación occidental.
(Amuleto según Shaar ha- Yihud por
Hayyim Vital, siglo XVI.)

La tradicional objeción a la magia por

parte de muchos cabalistas se basa en
que altera el equilibrio de los Mundos,
sacando las cosas de su propio orden .
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La magia también es vista como una
obstrucción al desarrollo espiritual,
pues el mago llega a estar tan ~:JI'~ ~.r.,.....L;r.rpj
implicado en ef Mundo de Yezirah que
no puede entrar en los Mundos
superiores. Además, el uso de los rM fI1 rnm O'N ·t· ~ nhf' rn M'lMl O'~
Nombres Divinos para cualquier acto
que no sea sagrado es considerado
blasfemo. Aun así, a pesar de estos
rasgos obviamente degenerativos, la
magia cabalística ha sido con
frecuencia practicada con buenas
intenciones y en un espíritu de
sumisión a la Voluntad de Dios .
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(Amuleto para proteger a la madre ~
durante el parto, según el Libro de NDCK :)MD 1M :3:1 NN NMti ~, M\-'M iiJ
Raziel, Holanda, 1701.) ••••• on,,,,, ••••.•. "'P'" rm n,.." c." ..••
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La cábala cristiana
y oculta

No hay duda de que gran parte de

lo que decía Joshua ben Miriam
-también llamado Jesús de Nazaret-
procedía de la tradición esotérica judía
de su tiempo. Seguramente también
Saul de Tarsus -San Pablo- estaba
relacionado con la línea mística. Más
tarde, la cábala fue transmitida bajo
una forma cristiana por los judíos
conversos y por los cristianos que
habían estudiado con los rabinos. Este
proceso alcanzó su punto culminante
en el siglo XVI, cuando los estudios
cabalísticos se pusieron de moda entre
la intelectualidad europea como fuente
material de la argumentación teológica.
Este diagrama del Arbol en forma de
Menorah proviene de una hoja
impresa de un cabalista cristiano.
(Detalle de Or Nerot ha-Menorah por
Guillermo Pastel, Venecia, 1548.)

La transición de la cábala judaica a la

cristiana no fue un proceso difícil:
ambas religiones comparten las mismas
raíces. La distinción reside en el papel
del Mesías -la imagen de Dios en el
hombre terrenal- que los cristianos
personifican en Jesús de Nazaret. En
esta adaptación cristiana de la cábala,
el círculo exterior de los Diez
Mandamientos representa el Mundo
físico de Asiyyah; el alfabeto hebreo,
el Mundo Formativo de Yezirah; las
Sefirot (círculo de nubes, partiendo de
arriba en sentido de las agujas del
reloj), el Mundo Creativo de Beriah, y
los Nombres correspondientes de Dios
(círculo de fuego), el Mundo Divino
de Azilut. En el centro se encuentra la
figura del Cristo. Esta formulación
proviene de los Rosacruces, una
fraternidad mística cristiana que surgió
en el siglo XVII. (Diagrama cabalístico
cristiano, según el Amphitheatrum
sapientiae aeternae so/ius versae, por
Heinrich Khunrath, Hannover, 1609.)

Figura Divina Thcofoph.
Philofoph.
:Di, 'l1lige 60nn, in i~m
Deus Triunus exÍvit
míltQ'
En esta interpretación rosacruciana de
Cabalin. nec non Magica la cábala, gran parte del simbolismo
& Chymica. ha quedado oculto bajo una mezcla de
góttlid¡en matur unb ~&ftrn. metafísica mágica, alquímica y
ex Centro in Centrum cristiana. Sin embargo, tanto los
estudiosos como los iniciados de la
Md} 'en: PhílofQphia tradición esotérica occidental le deben
mucho a los fragmentos de la cábala
lifd¡' .(l. !Om¡foUig!rit. que destacan entre los textos y
:l:.,l<;'¡r.,c.<f<ll,ll~
diagramas viciados. (Figura de la
1r.Q::;!;!Iri!\!¡;b3fjt. Divina Teosofía Cabalística, Mágica,
r~r -9. ~n"9íoltis'rit. Filosófica y Alquímica, según Geheime
[l~~
Figuren der Rosenkreuzer, Altona,
ELg~M ~,~ rtl!l '!~~:~.
níhil faciunt frullra. 1785.)
€b-tnbilb unb elricf;ni~ btine! 00tfel.

El origen de la francmasonería se
presta a la especulación; pero su visión
de Dios, del universo y del hombre
muestra claras afinidades con las de
1)ircfltffsrelicf.itQ'BI\'Ibl los cabalistas. Los masones utilizan el
gll(l:(. >¡GIlI,
simbolismo del Templo de Salomón,
con sus Pilares de la Misericordia y la
'l)('tm;ttl1'j}ióilif~!Rrfi'
~G.b\lnbac¡~¡¡~~.U.p. Severidad; y los masones que
construyeron las catedrales medievales
europeas hicieron de ellas diagramas
de piedra basados esencialmente en
r~'t
J'¡ril'ift' &l\l\
'"'~ ~u¡""f<!n;~,
\$.;.lÍff
liO!ífll
principios cabalísticos. (Frontispicio de
~Ofr.¡\I~G~rrtcill. Masonic Miscellanies de Stephen
rf' & Jones, Londres, 1797.)

La cábala oculta tiene una historia que

~d;> {l~
se remonta a Babilonia. Uno de sus

ú
!:;\QT Rt:. ::~~ n:.ln
U,,~::l'I<t-<th'o«ci$'
afloramientos se manifestó en la
v Europa medieval en el diseño de las
cartas del Tarot, de las que provienen
1j"Q!¡r: E.;p!;«,':A,
E>:¡>liQli.o~:bf'lit'll« los naipes modernos. Existe un palo o
ti.,gcc~Ólt'!lI~
~ ••"~Knl1ri:l~~.~
color para cada Mundo, compuesto de
diez cartas más un paje, un caballero,
una reina y un rey que indican los
cuatro subniveles. El rasgo oculto del
sistema reside en el palo de los
arcones mayores, veintidós cartas que
se relacionan con los senderos del
Arbol y los estadios de la evolución.
... -------.- .
.~~~~. __ .~-=..'==='"-==-_ .._._-----_.
__ .~ ..""---------~~ Aquí, Adán el Mago manipula los
P"-'~~..a';:;..:.n~.~.-'~_.~~ .... =._.~~~...=~=:.: ...•~~-..:;~~_. - _.-"r"',t;:c.;-= •••.~~~ símbolos de los cuatro Mundos,
tocado con el Sombrero de la
~ -,-. _.Yif$.~ I :; -~~<.~,,-
Eternidad. (Carta del Tarot, Francia,
!~~ .. ~ "~:;"..
"~~' .. ¡~'''-' siglo XVI.)

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 Los métodos
cabalísticos:
la acción
La confección de objetos rituales es
uno de los ejercicios de la acción
cabalística. La transposición de una
idea espiritual, a través de una forma
preconcebida, en un símbolo material
de uso implica los tres Mundos
inferiores. Aquí, las tres coronas en
una bandeja de plata representan las
Sefirot supernas de Keter, Hokhmah y
Binah; los Pilares son los de la
Severidad y la Misericordia; las siete
campanillas simbolizan las siete Sefirot
inferiores de la Construcción. La
bandeja se cuelga alrededor de la Sefer
Torah (pág. 34) cuando no está siendo
interpretada. «<Peto» de plata,
Alemania, 1680. Jewish Museum,
Londres.)
La celebración de la Pascua judía es
una acción esotérica en una forma
80
ritual. La distribución de la mesa y el
simbolismo del servicio no sólo narran
la historia de la salida de Egipto, sino
que hablan de la preparación interior
para el viaje a la tierra prometida del
espíritu. Todos los presentes son
instigados a considerarse como uno de
los israelitas disponiéndose a ponerse
en Camino. (Plato de Pascua,
Hungría, siglo XVII. Wolfson Museum,
Jerusalén.)
En numerosas ocasiones, el judío
ortodoxo se pone las filacterias o
tefillin. Estas son objetos rituales que
contienen los textos sagrados y que se
fijan a la cabeza o al brazo de forma
determinada. La realización de esta
acción lleva al cuerpo, al corazón y a
la mente a la conciencia de Dios; cada
etapa del ritual, tales como el atar las
cintas formando la letra inicial de un
Nombre Divino, se lleva a cabo con
gran concentración interior. (Las
tefillin y su aplicación, según
Cérémonies el coutumes religieuses ...,
de B. Picart, 1733.)
Izquierda, abajo:
El cuerpo humano es una clara
expresión de la ley sefirótica en el
Mundo físico. Tiene cuatro niveles de
actividad: mecánica, química,
electrónica y consciente. Los Pilares
laterales, en el Mundo de Asiyyah, son
la energía y la materia, con el eje de
la voluntad en el centro. Tiferet es el
sistema nervioso central, con el
autónomo en Yesod. En Malkhut
están la piel y los huesos de materia
sólida; junto con los líquidos, los gases
y el calor, conforman los cuatro
niveles de la Acción en la carne. «Si
quieres conocer lo que está Arriba,
entonces mira Abajo», dice un
cabalista. Este sistema está expuesto en
forma de diagrama en la página 15; el
esquema mostrado aquí utiliza la
analogia con una casa para demostrar
no sólo la correspondencia de los
órganos y las funciones, sino los
cuatro niveles elementales en la carne \i!r.f·n'lH~m;>\~n
que corresponden a los cuatro
Mundos. (La casa del Cuerpo,
según Maaseh Tobiyyah, por Tobías
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En hebreo, la palabra Avodah significa

tanto el trabajo como la devoción. Su
utilización en la cábala expresa el
intento combinado y consciente que
sostiene toda acción; todo lo que se
hace exteriormente tiene un contenido
interno que convierte el acto en sí
mismo en sagrado. De esa forma, los
Mundos superiores e inferiores se
encuentran y se unifican en la
Kavvanah, o intento consciente de
trabajo. Aquí, un caligrafista escribe el
rollo de la Ley: el modo de vida más
perfecto. (Escriba trabajando,
Jerusalén, siglo xx.)

Los principios resumidos en el Arbol

tienen su aplicación a través de todos
los Mundos, en todo aquello que
funciona como organismo u
organización, incluso un coche. En
Hokhmah y Binah están las ideas que
sustentan la máquina, su invención y
diseño; en Hesed y Gevurah, los
principios mecánicos de la Fuerza y la
Forma, la propulsión y la regulación;
en Nezah y Hod, las funciones
operacionales activa y pasiva. En el
Pilar central podemos ver la base
material (Malkhut) y cómo le afectan
el aspecto y el comportamiento del
coche (Yesod) y la voluntad del
conductor (Tiferet). Percibir el
funcionamiento de las Sefirot en una
máquina o en un artefacto humano es
comprender el trabajo de la Ley en el
Mundo inferior, cuando el hombre
ejerce su voluntad para crear al igual
que su Creador. (El coche y el Arbol
Sefirótico.)

81

Los métodos cabalísticos: la devoción
KETER
No tendréis otros
dioses antes que yo
BINAH
No tomaréis el
nombre del Señor --(-----
vano
GEVURAH
vuestroaDios
Honrad en ~
vuestro
padre y a vuestra'--~(------
madre ~
TIFERET"
No mataréis
Hod ~ No cometeréis
No robaréis (-
~
YESOD
No cometeréis falso
testimonio contra
vuestro vecino
MAlKHUlt
No codiciaréis
El camino de la devoción empieza en
el amor y el temor a Dios y se
encarna en los Diez Mandamientos.
Estos se basan en las Sefirot, con los
tres primeros que se relacionan con la
triada Divina o superna. El cuarto y el
quinto, en Hesed y Gevurah, hablan
de la devoción y el respeto al nivel
emocional; los últimos, que se refieren
a asuntos externos, deben verse como
guías adicionales para la práctica
interior: así pues, uno no debe matar
al yo o su esperanza de crecimiento
espiritual (Crimen, Tiferet), adulterar la
vida espiritual con su búsqueda de
poder (Adulterio, Nezah), abusar del
conocimiento adquirido para extraer
una ventaja injusta (Robo, Hod),
engañarse a sí mismo o a otros
mediante el ego Yesódico, o
ambicionar posesión alguna en el
universo: todo es el Reino de Dios
(Malkhut). (Los Diez Mandamientos,
correspondencias sefiróticas.)
«Alabado seas, oh Dios nuestro Señor,
rey del universo, que sacas el pan de
la tierra.» Esta oración de gracias es
una de las bendiciones que son
recitadas por los judíos devotos en
82
:'fi~~ j7) on, ~-;SiP~::'i;¡i1
HOKHMAH
No haréis imágenes
esculpidas
HESED
Recordad el día del
Sabbath, tenedlo por
santo
NEZAH
adulterio
todas las ocasiones de la '{ida: hay
bendiciones por ver el relámpago, o el
mar, o a un hombre sabio; bendiciones
para el vino o para la buena salud.
Estas devociones llevan la atención
sobre la veracidad de que todo emana
de lo Divino: el devoto intenta
recordar esa conciencia en todo lo que
ve o hace. La repetición diaria de
estas oraciones nunca debe ser sólo de
labios para afuera. (La oración de
acción de gracias por el pan, caligrafía,
siglo xx. Colección de Joseph Rusell.)
Los cabalistas han escrito numerosos
libros sobre el Camino de la
Devoción. Dan instrucciones para una
conducta correcta y una práctica ética,
así como diferentes técnicas de oración
y sumisión a la Voluntad de Dios. En
el siglo XI, el judío español Bahya ibn
Pakudah (que escribió originalmente
sus Deberes del Corazón en lengua
arábiga) discurrió sobre la conciencia,
la humildad y el ascetismo, y enfatizó
la observancia interior de la Ley en
agradecimiento al beneficio otorgado
por el amor Divino. (Portada de una
edición en ladino, o judeo-español, del
HovoI ha-LevavoI, por Bahya ibn
Pakudah, Venecia, 1713.)
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Página siguiente, arriba, izquierda:
Abraham Abulafia, que vivió en el
siglo XIlI, fue un hombre extraño,
incluso desde el punto de vista de los
visionarios. En parte profeta, en parte
metafísico y en parte poeta, concibió
una técnica de meditación que
perturbaba la mente ordinaria
(Yesódica) con el fin de que el
corazón pudiera comprender lo que
sucedía durante la oración. Mediante
esos «círculos de instrucción» y la
continua recombinación de las letras y
nombres hebreos, la persona entregada
a la meditación intentaba trascender lo
racional y percibir las esferas
sobrenaturales. El método no está muy
alejado de ciertas técnicas orientales de
los mantra. (Instrucciones para la
meditación, según un manuscrito de
los escritos de Abulafia.)
Página siguiente, arriba, derecha:
La relación de los Patriarcas entre sí
puede entenderse simbólicamente en
correspondencia con las Sefirot: David
se encuentra en Malkhut; José, en
Yesod; Moisés y Aarón, en Nezah y
en Hod; J acob (Israel), en Tiferet.
Abraham e Isaac, en Hesed y
Gevurah, representan la relación entre
el amor y el temor, con la obediencia
de Abraham en el Monte Moriah
(Génesis, 22) como acto supremo de
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sacrificio. Su ofrecimiento de aquello

que le es más preciado es interrumpido
por la intervención celeste, ya que el
alma es alcanzada por lo Divino.
(Bandeja de plata para la ceremonia
de la Redención del Primogénito,
Austria, siglo XIX, lewish Museum,
Londres.)

Las primeras etapas del adiestramiento

cabalístico consisten en aprender a
someter el corazón. Ello requiere tanto
disciplina como amor, ya que hay 'que
dominar distintos niveles de la
voluntad. El amor al cuerpo, luego el
amor al ego y el amor al yo deben ser
identificados y controlados. Esto
conduce, a través de la devoción hacia
el maestro, a un compromiso con la
tradición, que nos transporta del amor
al «y Q}) al amor a «Tb). Este
acercamiento desarrolla la compasión y
la discriminación, las cualidades de las
Sefirot emocionales o del corazón de
Hesed y Gevurah. (Etapas de la
sumisión, según Halevi, El Camino de
la Cábala.)"

83
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Arriba:
Si contemplamos palabra por palabra
la oración «Bendito seas Tú, Oh Dios
nuestro Señor, rey del universo, por
Cuya Palabra existen todas las cosas»,
su plena implicación se nos hará
consciente. El decir una oración con
plena conciencia intelectual de su
significado es una técnica que
pertenece al método de la
contemplación. (Bendición para decir
antes de comer ciertos alimentos,
caligrafía, siglo xx, colección J oseph
Russell.)

Gematria Notarikon

Arriba, izquierda:
Las letras hebreas, como las de
muchos alfabetos antiguos, representan
números y también símbolos, basados
Metatron = 314 = Shaddai T orah + Neviim + Ketuvim = T anakh
Pentateuco + Profetas + Hagiografía = Biblia en sus orígene5 pictográficos. En el
método intelectual de Gematria, en
que el valor numérico de las letras de
una palabra se añade al mismo total
de las de otra palabra, las palabras se
interrelacionan para desentrañar su
significado. Notarikon combina las
letras iniciales de una frase para
formar una nueva palabra, o invierte
el proceso para revelar una frase
oculta dentro de una palabra.
(Alfabeto hebreo, según Mather5, La
cábala desvelada; ejemplos de
Gematria y de Notarikon.)

Derecha, arriha:
El método contemolativo se aplica
especialmente al estudio de la
metafísica. Aquí la mente examina la
estructura y los procesos de la
existencia, enfatizando particularmente
la mteraccíón de las SeÍlrot y sus
subslstema5. La finalidad de dIchos
eJercicIOs mtelectuales es religiosa:
comprender el mecanismo mediante el
La historia revela el estado del Derecha: cual la Providencia cumple la
universo a los contemplativos. Según El estudio de la5 letras del alfabeto Voluntad de Dios. (Esquema
la visión cabalística, los progresos de hebreo, con sus números metafísico según la Kabbalah
la humanidad, y particularmente de los correspondientes, su significado interno, den uda ta, por Christian Knorr van
judíos, a través del tiempo, es la sus formas y su emplazamiento en los Ros'tnroth, Frankfurt del Main, 1677.)
manifestación de la Divina Voluntad veintidós senderos del Arbol (ver
en acción. Ningún acontecimiento es pág. 40), las revela como claves para el
extraño: todos caen bajo la Ley. Israel entendimiento de la Creación, que,
fue elegida para ejemplificar la según la literatura esotérica, cobró vida
evolución espiritual del hombre, en el a través de su combinación. Se han
sentido de que el respeto o el ideado numerosos esquemas y sistemas,
incumplimiento de las Enseñanzas algunos profundos y otros superficiales,
conlleva unas consecuencias para toda según la profundidad de la
la nación. Como dijo un rabino: «Los contemplación de la que surgen.
judíos son los primeros y los últimos (Rueda de las letras según el Pardes
en percatarse de los buenos y de los Rimmonim, por Moisés Cordovero,
malos tiempos.» (Expulsión de los Cracovia, 1592.)
Judíos de Praga, 1745, grabado,
siglo XVIII.)

84
 Los métodos MUNDO
cabalísticos: DIVINO

la contemplación AHORA
ETERNO
VOLUNTAD
DIVINA

MUNDO
CREATIVO
y ESPIRITUAL
- TIEMPO
COSMICO
PROVIDENCIA
COSMICA

Derecha:
La Divina Voluntad crea las
condiciones cósmicas que forman el
medio ambiente en el que se encarna
el individuo. Cada ser humano, cada
lugar y cada instante del tiempo
emana del Ahora Eterno de Azilut y MUNDO
se manifiesta en el universo espiritual PLANETARIO
de Beriah~ esta es a su vez la esfera en Y PSICOLOGICO
que se sitúan los planetas, que en el UNA VIDA
Mundo psicológico (Yezirah)
corresponden a los principios
arquetípicos de la psique humana. El
efecto se advierte en el Mundo de la
Acción (Asiyyah). De esa forma, el
Ahora Eterno se manifiesta en cada
momento presente. (La Providencia y
el Tiempo, según Kenton, Anatomy 01
Fate.)

Abajo: MUNDO
La contemplación de los NATURAL
acontecimientos universales reqUIere un EL
conocimiento de los mecanismos MOMENTO
cósmicos. Esto incluye la astrología, a AHORA
pesar de su proscripción de la
tradición ortodoxa. Los rabinos la
solían utilizar para sostener que sólo
Israel estaba por encima de la
influencia planetaria. Israel representa
aquí el más alto estadio de la
conciencia humana: sólo aquellos que
entienden la Ley que rige la Creación
pueden utilizar su libre albedrío para
situarse por encima del destino. (Esfera
armilar judía según Maaseh Tobiyyah,
por Tobías Cohn, 1707.)

85
La muerte,
el renacimiento,
el destino

Los Gilgulim, los ciclos de la

reencarnación, son una parte aceptada
de la cábala. La transmigración del
alma a través de una serie de vidas se
considera a la vez como un proceso de
aprendizaje y como una forma de
cumplir un destino personal o una
misión espiritual. A veces, por el
abuso del libre albedrío, la misión
puede verse entorpecida durante varias
vidas -la visión cabalística del castigo
~ ~(hasta la tercera y cuarta--
generaCIOfi» proclamado en el Exodo,
20:5-. La transmigración. explica la
experiencia común de la gente que
tiene la impresión de conocer ya a una
persona o un lugar que nunca ha visto
antes, y permite que una injusticia
aparente sea corregida durante la
siguiente vida. (Muerte y resurrección:
el viejo cementerio judío, Praga.)

I.a intrusión de un alma desen""rnada

en la mente de una persona viva ha
~ido vista por muchos ""h"li<t,,<, como
por otros, como la realidad que
subyace bajo ciertas formas de locura.
El alma del muerto, que ha vuelto
para cumplir alguna obra incompleta
sobre la tierra, puede ser liberada
mediante el exorcismo. La obra teatral
The Dybbuk, de Shalom Anski, está
basada en esa idea del alma de un
muerto retenida por un iuram~to
.llWllmplido (La novia poseída, escena
de The Dybbuk representada en el
Habimah Theatre, grabado en madera
de Miron Sima, Jerusalén, siglo xx.)

El ritual del matrimonio no es un

simple acontecimiento social: es
entrecruzar unos hilos en el tejido del
destino. Numerosas hebras unen a la
pareja y a sus familias e hilan sus
vidas en un tejido que seguirá
tejiéndose con sus hijos. La urdimbre
del sino humano es parte de la cortina
cósmica del destino que cuelga ante el
Trono del Cielo. Todo encuentro y
matrimonio ha sido ordenado para
cumplir un objetivo determinado o
para preparar el camino para otros.
(Ceremonia nupcial de los judíos
portugueses, según Cérémonies el
coutumes religieuses ..., de B. Picart,
1733.)
 El libre albedrio es un derecho de
todos; pero pocas veces se ejercita
plenamente. Una persona puede dejarse
llevar por los acontecimientos o puede
forjarse su propia vida por voluntad
propia; pero incluso su voluntad puede
no ser más que una conducción
inconsciente. A nivel de la conciencia
del yo, el individuo actúa conforme a
elecciones reales. A otro nivel más
alto, uno puede actuar según criterios
J- espirituales más que psicológicos,
convirtiendo su vida personal en
participación en la vida cósmica.
Hombres como Moisés y Mahoma
obraron a ese nivel del destino.
(Grados de elección, según Kenton,
Anatorny of Fate.)

Después de la muerte, según la cábala,

el organismo humano se separa en sus
distintos niveles. Al desintegrarse el DESTINO
cuerpo Asiyyático, el alma vital (el ESPIRITUAL
ruvel arumal del hombre) queda
suspendida durante un tiempo sobre la
tumba. El alma misma es transportada
al Mundo de Yezirah o de la
Formación, donde contempla sus
realizaciones terrenales y experimenta . INTERNA-
el paraiso- o el purgatorio. El MENTE
organismo Beriático o espíritu puede, INFLUENClADO
si está suficientemente desarrollado, ] SINO
ascender al nivel cósmico del Mundo
de la Creación, hasta que desciende,
por necesidad (K arma) o por elección, POR
para volverse a juntar con el alma de VOLUNTAD
un cuerpo de carne. (El Paraíso y el PROPIA
] SINO
Purgatorio, según el manuscrito de las
Horas de Simon Marmion, Francia,
siglo xv. Victoria and Albert Museum,
Londres.)
SINO
EXTERNA-
MENTE
INFLUENClADO

~~

87
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I/...COpOVI<~--. ~ Maestros y mesías
. '.
-ih'-N :I.'"fQ( ~y 'ION
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A...J';" ~-
e " f' t T o .u...! N· , .
El rabino Akiba, que vivió en
Palestina en el siglo 1, fue un místico parte históricamente de la línea
31 Igual que un gran estudioso.EIysu
contemporáneo el rabino Ishmael son
~
r~e
--- ----
citados en la literatura cabalística más
como hombres que
ascendieron, mediante la profunda
meditación, a los Mundos interiores y
supenores, de los que trajeron
relaciones de lo que habían visto (ver
págs. 25-27). No es rara la práctica de
utilizar nombres famosos para conferir
autoridad a un relato de un escritor
posterior: el ejemplo más conocido es
el del Zohar, del que algunas secciones
atribuidas al rabino Simeon ben Y ohai
fueron probablemente escntas por el
cabalista español del siglo XIIIMoisés
de León (Rabbl Aklba, grabado en
iñadera del Haggadah, Italia, siglo XVI.) Asunción, Moscú.)
88 \(.~
.Enill;.h, el hombre que caminó con
Dios y fue llevado al cielo sin
experimentar la muerte, fue
transformado según la leyenda en el
más grande de los arcángeles,
~n, que lleva el Nombre de
Dios. Se dice que este ser, por su
experiencia humana, es responsable de
la instrucción espiritual de la
humanidad, y como tal aparece sobre
la tierra cuando y donde quiere. Elijah
es supuestamente una de sus
manifestaciones, al igual que
Melchizedek (ver pág. 33). (La Muerte
se aleja de Enoch, según el manuscrito
Kosmas indikopleustes, Sinaí, siglo XII.)
~, el hombre que, según la
leyenda, «conoció tres Mundos», fue
un .!!Y.que poseía un \1Qndn..
entendimipn4J de los temas esotéricos.
La posesión de dicho saber otorga
g:andes poderes ocultos, pero no
siempre conlleva su correcta
utilización. A pesar de su Sabiduría
(Hokhmah, en el Pilar de la Fuerza),
Salomón descuidó el constreñimiento
del Pilar de la Forma, cayó en un
período de locura y perdió su reino
y la conexión interna con el espíritu.
Una caída así es posible incluso al
nivel más alto de desarrollo. Sabiduria
no siempre significa integridaa:
requiere el equilibrio rlp Rin"h, el
Entendimiento. (Salomón y la Reina
de Saba, detalle de un fresco de Piero
della Francesca, San Francesco,
Arezzo, Italia, siglo xv.)
~ ~ i0[A,O-) .1
~~iL+ LeoV\
Derecha, arriba: '\' ~~U"'- ~ l1\as VlI'~ ('~.
LJoshua [ben Miriam de Nazareth forma
judaica. Sus enseñanzas, aunque
proyectadas en términos de alegoría y
de acción, tienen un trasfondo
metafísico muy preciso. ~
podremos saber si fue adiestrado por
los Esemos (mlemOros de una antigua
secta judía) o si perteneció a alguno
de los muchos otros grupos místicos
que existieron en Palestma en sus
tiempos. Fue ciertamente un maestro,
si no --como sostienen los cnstlanos-
la manJestaclOn terrenal del espmtu
del Mesías, el ser humano Ideal que
forma el vínculo oculto entre los
Mundos suoeriores y la humanidad.
(Icono de Jesús con cabellos de oro,
Rusia, siglos XII-XIII,catedral de la
~rn.::<..ú)
~c9{.~
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~ \2..e~ ~ d-r
~ ~ 12-t 1"\ .. 1-
Jk &--~ .

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La venida del Mesías ha sido una idea

constante en la historia judía, y
penodlcamente, cuando los tiempos
han sido calamitosos, se ha esperado
su llegada; según la tradición, se
profetiza un momento así para la
redención. Numerosos seudo Mesías,
hombres de poder carismático y saber
místico, han surgido en momentos así.
El último caso importante se dio en el
siglo XVIII,cuando Shabbetai Zvi atrajo
a miles de seguidores. Su conversión
forzosa al Islam no sólo le desacreditó,
sino que originó numerosos edictos
rabínicos que restringían el estudio de
la cábala a las personas maduras,
1.
piadosas e ilustradas. (Shabbetai Zvi,
grabado del Fa/so Mesías por Un
Inglés de Calidad, siglo XVIII.)
r~ ~

La llegada del Mesías anuncia el fin

de un Sherruttah o ciclo cósmico.
cuando los espíntus de los justos se
reúnan en la Tierra Santa, es decir, el
Mundo de Benah ....Allí. Eliiah
precederá al Mesías en su entrada a la
ciudad celestial. Para el cabalista, el
.Mesías es eterno: él fue, es y será. Su
apanclón en la historia significa el
momento en que todos deberán ver en
el.Adáu. perfecto el reflejo eI.!fillJilldo
~ivinidad. (Entrada del Mesías
en Jerusalén, según Haggadah,
Alemania, 1753.)

¿)h~~ cJ2. ~ 9, ~ , e..R 89

~0(v~ , ,
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vt ~ 4-?~ í ~ '\ ~
~fM.A. ~
 La ascensión interior

La ascensión a los Mundos superiores

es la recompensa al mérito individual,
'1
es decir, al trabajo interior; pero existe
también el fenómeno de la Gracia, tal
y como se manifestó en la experiencia
de Jacob en Bethel, donde se le
mostró -estando aún espiritualmente
dormido- una visión de la Escala de
la Existencia. Un momento así de
temor reverencial confronta a todo
individuo con la decisión de seguir
abajo dormido o bien de despertar y
subir conscientemente la escala de la
evolución. (El sueño de Jacob,
grabado de los Trabajos de John
Milton, Londres, 1794-97.)

La cualidad de los Mundos interiores

es totalmente diferente a cualquier
experiencia terrenal. Desde el principio,
el tiempo y el espacio adquieren
valores inhabituales; nada es sustancial
o sólido; todo se mueve de manera
inhabitual. Las formas adquieren un
carácter simbólico y los
acontecimientos cambian como un
caleidoscopio. Aquí, el artista transmite
la espiritualidad del reino en que
existen ángeles y demonios. El puente
marca el camino a través del caos del
Yezirah inferior hacia los Mundos
superiores. Dichos viajes interiores son
altamente peligrosos para los no
preparados y sólo pueden llevarse a
cabo tras mucho entrenamiento. (El
Puente sobre el Caos, mezzo tinta de
John Martin, de El paraíso perdido de
John Milton, Inglaterra, siglo XIX.)

Derecha, arriba:
En las más profundas y elevadas
experiencias interiores, el místico deja
el reino psicológico de Yezirah, el
Mundo de la Formación, y su
conciencia entra en Beriah, el Mundo
de la Creación. Ahí, enespíritu,
asciende para contemplar el Trono
Celestial, donde su visión adquiere una
dimensión universal. Ese punto entre
lo cósmico y lo Divino (ver pág. 15) es
el lugar donde coinciden los tres
Mundos superiores; se le llama el
Asiento del Mesías, la morada de los
seres humanos más plenamente
realizados. Esa visión les es dada a ,
"
muy pocos, porque reqUiere una gran
acumulacIón persona! de mento v de"
Gracia Dlvma. (Un mlstlco ve al
Mesías rodeadO de las Cuatro
Criaturas Sagradas, Apocalipsis,
Flandes, hacia 1400. Bibliotheque
Nationale, París.)

90
 VII. VESTIBUlOS
MAYORES: ESTADOS
ESPIRITUALES,
MUNDO DE
BERIAH

~~

7. VESTIBUlOS
MENORES:
ESTADOS
PSICOLOGICos,
MUNDO DE
YEZIRAH

En la cábala existen dos fases básicas

de ascensión. La primera, que
pertenece al Mundo psicoló\pco de la
Formación, comprende siete niveles, :t- era r-1(1:( S

los Heikhalot Menores o Vestíbulos.

Son los pasos media~e los cuales uno
se eleva desde el cuerpo, a través de la
psique inferior, hasta el nivel del alma,
luego hasta el espíritu y el primer
contacto con lo Divino. Los Siete
Vestíbulos Mavores (o Cielos) marcan
los mveíes sucesivos del Mundo
espiritual de la Creación. La conciencia
emerge de la psique y a través de los
niveles inferiores del espíritu, donde los
diferentes Cielos se perciben como
~
;" ... estados y etapas de la existencia. El
sexto y el séptimo Cielo son paralelos
a las partes inferiores del Mundo
Divino de la Emanación, y ahí el
místico puede volverse y regresar, o
seguir adelante para completar su
unión con Dios. (Escala de los
Vestíbulos Mayores y Menores.)

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 ~~~
.(p ~ Q..L ~ Q...., ~

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~~~~~.

E~r~~~~
de Unific-~ciÓI1 ~
La tarea del cabalista, que es el
fundamento de todo su trabajo de
desarrollo
visitas a laspersonal de todas es
regionesy elevadas, sus ~_ \~~ ~n
0<0(
ayudar a la unificación de los ::n {\)fT5 o
Mundos.
de Al alcanzar
los cuatro la unidad
niveles de dentro
su propio ser, L re;me.
f\)G<.hL."'-
busca la unión entre lo que está arriba
y lo que está abajo. En esta
representación, un cabalista lleva a
cabo ese acto: se vuelve consciente de
los dos Mundos más elevados y de sus(cl6lf-
moradores, y hace
Divina a través del descender
Mundo dela laLuz ~
Formación -con sus arquetipoJi ~
planetarios simbólicos dispuestos en ~
fOrma de Arbol Sefirótico- sobre sí ~
mismo y sobre la tierra. (Cabalista a ~
la obra, cortina. Colección del Autor.) ~
,, El trabajo de unificación debe implicar
el contacto con otras tradiciones
espirituales. En ese nivel, las formas
externas de devoción se vuelven menos
importantes: los místicos se encuentran
en un Mundo espiritual que está por
encima de la forma. Un cabalista iudío

musulman o un cristiano
contemplativo y descubnr la misma
real1dad baJO teorías y prácticas
~puede conversar
diferentes. con una Sufi
Esta unidad nivel
espmtual no significa que la forma
externa de una tradición sea superflua
-cada religión tiene su papel que
\¡ ~~~ jugar-, smo que todos los seres
~.'"
:J-;': -l
-!;r 1j humanos están hechos a la misma
imagen Divina (La unión del Islam,
del Cristianismo y del Judaísmo,
imagmada por el rabino Jacob Emden
"~
de Allana, Alemania, siglo XVIII.)

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DeVDc\ o{'l
Derecha:
! La construcción del A abern:\clllo.,..tal y
como la describe el Exodo, 25-27, es
el símbolo de todos los Mundos. La
organización jerárquica de los hebreos
refleja esa verdad de que todos tienen
un lugar en la ordenación de la
existencia, y en un acto de devoción
:> comunitaria cada nivel participa en el DIVINIDAD
Trabajo de Unificación. Para el
cabalista, esta visión del Tabernáculo
revela detalladamente los diferentes
estadios de la espiritualidad. Un
ejemplo así es el típico de las
profundidades que se encuentran en un
texto bíblico. (El simbolismo del
Tabernáculo expuesto en forma de
') Escala de Jacob, según Halevi, Cábala
A y Exodo, ver pág. 70.)

Abajo:
SANCTA
La Uniuficación ~ realiza mediante la SANCTORUM
acción, la devoción y la contemplación.
ACjUISe ha escrito una oraclOn en
forma de la figura de un hombre que
/'- porta una corona. Así, mientras el
t... cabalista reza, se vuelve consciente de
la cabeza, cuerpo y miembros tanto
suyos como (je Acl"m K"rlmon el
hombre primordial (ver pág. 68). Lleva
su conciencia desde lo personal has1a ~
lo Divino, poméndose a sí mismo en (> ~
unión con Adam Kadmon, del que es
~
.. reflejohA~,%1M su manera,
de l~eesa
un vez es unun reflejo
'- ' individuo ayuda a Dios a contemplar SANTUARIO
~ a Dios. (Imagen Divina en forma de
oración, según un libro de oraciones
hebreo manuscrito, Francia o
~ Alemania, siglos XIII-XIV,
British Library, Londres.)

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Fm de los Días GcvtA ~

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o "d, uno d, 1•• ,ict, 'i~ ¡
umversales de la Creación, o ~ ~~~
Shemlttot, el impulso de la co ,~()I-JI/~.
D'Ivma
" desciende desde Beriah nClenCla
el
Mundo de la Creación, a través de
una ,caden~, sefirótica, hasta su plena
manifestaclOn en la materia, y vuelve a
~varse, lleno de experiencia hasta el
d ~~fo de la Creación. En dI día final
e ~ timo Sheniíttah llega a su

.-.-
) <>~ ""'-" .e/-' M-a-
r r. ~ A~
~ L- penultlma etapa. Ese día ~
~"ido "=",0, ,,,",o,'h,,h:, que

Q o ,
"-"-1 \l- . _
10O AA> '-'<'S
\ 'vu.u.. ~ "","" ~
• - \..::: ) ~,"'""
110 Justo
o~,,!o " en1",,",0
d,1 -y~góo
" ,o""do
la Creación.
"'mpo Des ués, '"
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Cuando'Adam Kadmon ('<U>"~
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imagen
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n. / Y eexpenmentado
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desvanece, dejandoa Dios.
solo a(ElDios.
SantoDios
, ~ Nombre EHYEH ASHER EHYEH
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Zohar (trad. del arameo por H.
Sperling, M. Simon y P. P.
Lavertoff), Soncino Press, Londres,
1931-34.
Agradecimientos
Las objetos reproducidos en las
ilustraciones de las págs. 33 a 64
Jorman parte de las siguientes
colecciones:
Aachen, Suermondt-Ludwig-Museum
63; Amsterdam, Rijksmuseum 51 a;
Bamberg, State Library 60; Berlín
Occidental, Gemaldegalerie 51 e, f;
Copenhague, Biblioteca Nacional 57;
Dublín, National Gallery of Ireland 51
g; Ein Harod, Museum of Art 58
abajo; Florencia, Biblioteca Nazionale
53; Jerusalén, Schocken Institute 52;
Leningrado, The Hermitage 51 b;
Londres, British Library 34, 36, Jewish
Museum 55, 62, Warren Kenton, 38,
39, 64, National Gallery 51 d, j,
Victoria and Albert Museum, 42;
Nueva York, Jewish Museum 58
arriba, Jewish Theological Seminary of
America 58-59, Metropolitan Museum
of Art 43, Joseph Russel 38, 64; París,
Louvre, 51 h; Rotterdam, Boymans-
van Beuningen Museum 50 c; Sarajevo
Museum 61; Estocolmo,
Nationalmuseum 50 i; Tel Aviv,
Colección Einhorn 56; Viena,
Akademie der Bildenden Ktinste 46;
Austria, Osterreichiste Galeriue 48-49.
Las JotograJías nos han sido Jacilitadas
por:
British Library 34, 36; J. R. Freeman
55; Giraudon 51 h; David Harris 52;
Ann Mtinchow 63; Palphot 44-45;
Picturepoint 33; Scala 53; Eileen
Tweedy 42, 64; Walburg Institute 62.
Biblioteca Ambrosiana 78 arriba; J. R.
Freeman 66 ariba; British Library 80
superior derecha, 85 superior izquierda,
86 abajo; Gabinetto Fotografico
Nazionale 75 abajo; Giraudon 71
arriba; David Harris 80 abajo izq.;
Oficina de Turismo de Israel 81 arriba;
Jewish National University Library 65,
68 abajo izq., 70 arriba, 80 abajo der.,
82 der.; Colección Mansell 71 abajo,
88 centro; Radio Times Hulton Picture
Library 86 arriba; Gran Logia Unida
de Inglaterra 79 abajo izq., Warburg
Institute 70 abajo der., 80 arriba izq.,
83 arriba der.