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Manifestó además, que “la salud sexual es el bienestar de una persona con respecto a todos
los fenómenos de la sexualidad y que tiene que ver con el desarrollo del sexo, es decir si eres
mujer, hombre o hermafrodita, lo importante es que todos sepan que es un tema prioritario y
estratégico para la nación”.
Aseguró que “la Corporación de Salud viene abordando el tema de la salud de manera
interesante involucrando áreas de actualización y transformación con respecto a salud sexual y
reproductiva, y bajo esta iniciativa la celebración del día mundial es un momento propicio para
evaluar lo que ha sido débil y fuerte a lo largo de los años en Venezuela con respecto a salud
sexual y los nuevos retos y desafíos que tenemos que enfrentar en el futuro”, dijo Amaya.
Según lo expresado por Amaya, las persona pueden dirigirse a cualquier centro de salud y decir
su inquietud ya que todos los servicios están en capacidad de brindar esa asesoría porque es
obligatorio según la ley y por eso es importante que toda la comunidad sepa esa información y
la busque, ya que la salud sexual abarca una serie de temas, que en este momento son vitales.
Manifestó además, “casi todas las enfermedades que causan muerte en Venezuela están
ligadas a la salud sexual y eso no se ha tomado con absoluta seriedad por todos los colectivos
de nuestro país”.
Existen temas importantes de la salud sexual, temas básicos como las ITS y dentro de ellas uno
de los temas más importantes es el Zika porque es una enfermedad de transmisión sexual que
tiene implicaciones en la salud reproductiva, mas allá de la microcefalia el Zika produce una
serie de anormalidades fetales que afectan toda la vida sexual de las personas, su vida mental
y emocional.
Finalmente informó, que en este momento es prioritario que todo el sistema de salud, la
colectividad y las instituciones, reflexionen sobre los problemas y tomen decisiones sobre el
futuro.
Prensa/Corposalud.
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https://www.siicsalud.com/acise_viaje/ensiicas-profundo.php?id=158982
El estado Táchira, contexto de este estudio, tiene una tasa promedio de fecundidad
adolescente de 96.8, una edad promedio de inicio de actividad sexual de entre 14 y 15 años
(15.32%), y un primer embarazo entre los 15 y 16 años de edad (5.11%), lo cual indica que los
niños deben adquirir las competencias relacionadas con la educación sexual, antes de cumplir
los 13 años de edad. El 21.28%, manifiesta no haber recibido educación sexual en la escuela o
que la recibió de manera inadecuada el 22.98%.
Estos porcentajes se reflejan en las tasas de embarazo adolescente, lo cual revela la necesidad
de que las instituciones educativas se ocupen de la educación sexual de manera integral,
incorporando a los contenidos programáticos las diversas dimensiones implícitas en la
sexualidad, la subjetividad (valores, emociones, actitudes, sentimientos, habilidades y
destrezas), el cuidado de la salud y de los derechos (a la vida, libertad de elección, morales y
culturales y a la información).3
No obstante, la educación sexual está incluida sólo en los programas de educación media
general, con contenidos relacionados con los órganos reproductores, caracteres sexuales
primarios, secundarios, métodos anticonceptivos y fecundación.4,6 Los docentes ven una gran
responsabilidad en la orientación sexual y consideran que la obligación es de los padres.7 En el
CNB no se proponen estrategias pedagógicas/metodológicas a los docentes para el desarrollo
de los contenidos, razón por la cual algunos docentes terminan enseñando la educación sexual
desde sus propios paradigmas o esquemas mentales, corriendo el riesgo de que identifiquen la
sexualidad como sinónimo de sexo y de genitalidad; adolescencia-sexualidad-riesgos-peligros y
de que la educación sexual incita a las relaciones sexuales tempranas.3,8,9
La tasa de embarazo adolescente en Venezuela durante el período 2006 a 2015 fue, por cada
1000 niñas entre 15 a 19 años, de 95.34 sobre el promedio de la tasa en América Latina y el
Caribe, que es de 64.10 En madres menores de 15 años, el número de nacimientos vivos
registrados fue 7452, y entre las de 15 a 19 años es 136 039;11 para 2013 se reportó un
22.84% de embarazos adolescentes, lo que indica que se incrementaron.12
Se comprueba una alta relación positiva entre la edad de la primera relación sexual y el nivel
educativo de las adolescentes, el valor del estadístico de contraste chi cuadrado (4) = 14.632; p
= 0.006) y la medida de asociación gamma = 0.525; p = 0.003 así lo determinan. El 86.81%
alcanzó el nivel de secundaria (n = 204) y de primaria el 5.11% (n = 12), se enfatiza que un
62.55% no usó preservativo en la primera relación sexual, probablemente por el
desconocimiento de su uso, lo que conlleva a embarazos no deseados.
El desarrollo de los programas de educación sexual que utilizan como método exclusivo de
enseñanza la abstinencia, niega el derecho de los adolescentes a disponer de información
precisa para poder tomar decisiones informadas y responsables;15,17 este tipo de programas
limitativos promueven formas discriminatorias, pues se basan en la heteronormatividad,15
negando intencionalmente a una gran población con diversidad sexual. En este sentido, los
programas de educación sexual son incipientes.
Las causas que conducen al embarazo adolescente en Venezuela, en términos generales, están
relacionadas con una deficiente educación sexual, con los contenidos de los programas
(obsoletos) a desarrollar a nivel de educación media general, que no cubren las expectativas ni
las necesidades de información que requieren los adolescentes de la sociedad globalizada en la
que viven. En el Subsistema de Educación Primaria Bolivariana no se contempla la educación
sexual en ninguna de sus áreas. Se necesita la actualización del personal docente,
implementación de buenas estrategias metodológicas y la adecuación de los programas que
provean a los adolescentes de herramientas para actuar positiva y autónomamente frente a
los derechos sobre sexualidad y reproducción, así como en el uso efectivo de métodos
anticonceptivos para prevenir, tanto el embarazo como las infecciones de transmisión sexual.
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https://www.laopinion.com.co/frontera/hospital-central-de-san-cristobal-se-queda-sin-
enfermeros-187016#OP
El impacto de la crisis migratoria y laboral se hace sentir en los pasillos del Hospital Central de
San Cristóbal, donde cada vez es más reducida la cantidad de personal de salud calificado para
atender las más de 560 camas con que cuenta esta instalación hospitalaria, que recibe
pacientes no sólo del estado Táchira, sino también derivados de otros estados cercanos como
Apure y Barinas.
Angelly García, directiva del Colegio de Enfermeras del Táchira, manifestó que la situación del
país ha repercutido en una desmejora considerable de las condiciones laborales, por lo que el
poco personal de enfermería que aún permanece en sus puestos de trabajo, requiere una
atención integral por parte del Estado, que incluya desde mejoras salariales y seguridad social,
hasta dotación de materiales médico quirúrgicos, medicamentos e insumos que les permitan
ofrecer una atención de calidad a los pacientes.
De acuerdo con lo señalado por algunos pacientes, en ocasiones el piso 8 destinado al área de
maternidad, donde llegan las madres, solo cuenta con dos estudiantes de enfermería, por
cuanto las únicas tres graduadas están destinadas a las salas de parto, que son áreas más
críticas.
“En emergencia de adultos solo hay dos enfermeros y no tenemos personal en las áreas de
hospitalización para que cumplan tratamiento”, dijo García al tiempo de acotar que los centros
de salud pública están sin personal de enfermería “porque sencillamente abandonan el país
buscando mejores condiciones de vida”, y las renuncias no paran de llegar.
Damar Franco es enfermera del área de traumatología y relata que no es inusual tener a su
cargo hasta 60 personas, cuando según las normas debe corresponder una enfermera por cada
cuatro pacientes.
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https://efectococuyo.com/salud/la-vida-de-los-pacientes-en-hospitales-del-tachira-queda-a-
merced-de-los-apagones-
En los hospitales y ambulatorios del Táchira no solo deben lidiar con el déficit de personal
especializado -en todas sus áreas- además de la escasez de alimentos y medicinas. Ahora
suman, como dificultades para brindar atención de calidad, la paralización técnica gracias a los
equipos dañados por causa de los largas y continuas fallas de electricidad, haciendo realidad la
peor pesadilla de los médicos: que salvar la vida de los pacientes ya no dependa
principalmente de sus habilidades profesionales.
La directora del distrito sanitario nro. 2, Katiuska Medina, explicó que una batería de 1100
amperios que alimenta la planta eléctrica del Hospital Padre Justo de Rubio -municipio Junín-
explotó tras permanecer encendida más del tiempo que soportaba; una segunda batería de
700 amperios tampoco superó mantenerse operativa durante 18 horas continuas e hizo que la
planta eléctrica dejara de funcionar.
Los galenos del hospital de Rubio tampoco pudieron brindar atención adecuada a un paciente
que presentaba un paro cardíaco. Narraron que las fallas de suministro de energía son
consecutivas y muy perjudiciales, pues hasta han tenido que “alumbrarse” con los celulares
durante la atención de partos, un episodio que que se repite en otros ambulatorios de la
región.
“Tenemos el Atlascopco, el equipo que nos surte de aire comprimido en todo el Hospital, pero
llega un momento en que la batería no logra cargarse. El equipo de Radiología se ha visto
afectado porque no llega el amperaje ideal para prender los equipos. Los ascensores se paran”,
comunicó, además de señalar que obtener el gasoil para mantener encendida por muchas
horas la planta es un trámite “complicado“.
Las plantas eléctricas de los hospitales están diseñadas para arrancar automáticamente, pero
con cada apagón se altera el interruptor de encendido y hay que mantener un trabajador del
limitado recurso humano disponible dedicado a manipular la planta, justo en momentos que
se registra un déficit del personal, expuso el director del Hospital Central.
“Todos los días tenemos un problema diferente, no puede ser que solvente en uno o dos
meses cuando tenemos que atender al paciente hoy. El personal que viene aquí, no lo
hacemos por necesidad sino por vocación, el solo hecho de llegar a trabajar es muy difícil”,
comentó el galeno.
“Hace 15 días funcionaba el sistema de rayos X, pero se dañó por los constantes apagones”,
comentó a Efecto Cocuyo Belén Contreras, de 53 años de edad, quien tiene a su hijo
hospitalizado en el piso 10 del principal centro de salud del Táchira.
“Los que trabajamos aquí nos vemos afectados con los racionamientos eléctricos, pero no solo
es el hospital. Muchos de nosotros salimos de nuestras casas sin electricidad y cuando
llegamos, aún no hay luz. Nos tenemos que enfrentar a preparar la comida, estudiar y separar
los tiempos (según el suministro eléctrico), lo que dificulta todas las tareas diarias”, expresó el
pasante de medicina Gabriel Duarte, de 24 años de edad, durante una protesta efectuada este
jueves 22 de marzo en la avenida Lucio Oquendo de San Cristóbal, frente al Hospital Central,
donde el personal obrero, médicos y enfermeros del centro de salud expusieron la crisis que
afrontan ante un “plan de administración de cargas” que no perdona a los enfermos