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CURSO DE
ESOTERISMO PRÁCTICO
Escribe: GUSTAVO FERNÁNDEZ

“Siempre se debe avanzar, siempre se debe sembrar y dejar a los demás que recojan la
cosecha”.
Cagliostro

LECCIÓN IV
SEMINARIO DE TÉCNICAS ADIVINATORIAS

a) INTRODUCCIÓN

A lo largo de distintos cursos, pero especialmente en Autodefensa Psíquica y

Ocultismo, nos hemos referido a la necesidad —pues ese es el fin último del
Esoterismo— de encontrar una síntesis entre el pensamiento racional, que erróneamente
parece dominar al hombre contemporáneo, y el pensamiento mágico que subyace en las
capas más profundas de su mente. Y si respecto del primero hemos empleado la
expresión “erróneamente”, no es porque consideremos equivocada su presencia sino por
la extrema dimensión protagónica que parece tener en nuestra vida cotidiana. En efecto:
el hombre (y la mujer) de hoy, especialmente el occidental, padece una curiosa forma de
automatismo perceptivo; cree que el mundo debe conocerse a través de la lógica como
manera unívoca de aproximarse a la Verdad, e incluso supone que sus propias funciones
mentales son claramente analíticas. Y, sin embargo, la cotidiana investigación
psicológica nos demuestra que es exactamente lo contrario: somos, en el fondo, aún
animales. Instintivos, violentos, egoístas, bestiales, irracionales. Temerosos de lo que
desconocemos, agresivos cuando nos sentimos dominadores, hipócritas y sumisos
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cuando somos dominados. Lo mágico pesa fuertemente sobre nuestra Historia, con más
milenios a su favor que la lógica cartesiana. Y por ello, todas las formas de adivinación,
aunque las tratemos de “supersticiones”, inciden más en nuestra concepción del futuro
que una proyección emanada de la razón.

Al mismo tiempo, la situación mántica baja el nivel de los Mecanismos de

Defensa del Yo, con lo que la Potencialidad Parapsicológica, asiento de la clarividencia,
se manifiesta al exterior.

b) ACUTOMANCIA

Es la mancia que trata de adivinar el futuro por la caída, sobre una mesa, de doce
palillos de fresno de unos treinta centímetros de largo arrojados por el operador. Once
de ellos estarán pintados de negro y uno, llamado sempai fai - tsi o “varilla hermana
mayor”, de rojo. El objetivo de esta técnica es determinar cuál es el nivel de
participación del operador en su futuro, qué grado de autodominio alcanza en el mismo
y por qué razones las situaciones futuras se presentan favorables o desfavorables.

Se comienza formando un racimo con todas las varillas, sostenidas por el

operador con los dedos pulgar e índice de una cualquiera de sus manos dispuestos en
forma de anillo. Durante algunos segundos piensa intensamente en la pregunta que le
interesa y luego deja caer el conjunto, ya sea que deslice el anillo de dedos hacia arriba,
ya sea que los separe abruptamente. Si el grupo de palillos (“fai - tsi”) caen en una
configuración abierta, símil abanico, se dice que la situación será favorable; en tanto, si
lo hacen entrecruzados, hablará de una situación desfavorable.

A partir de ese momento, el operador (al igual que en el infantil juego de los
“palitos chinos”, que en realidad es una degeneración histórica del “fai - tsi”) deberá ir
levantando palillo por palillo, sin mover en absoluto ninguno de los otros. En el
momento en que mueva accidentalmente uno, suspenderá allí la recogida de los mismos,
y con los ya levantados procederá a la interpretación de las razones que desembocarán
en aquel cuadro agradable o desagradable.

El “sempai fai - tsi” es el “ordenador del Destino”; poder recuperarlo nos dirá
que somos dueños reales de nuestro destino, hacedores del mismo, responsables de
nuestros aciertos pero también de nuestros fracasos.

Un palillo levantado significa: “porque las condiciones no están dadas”.

Dos palillos: “porque es el momento”.
Tres: “porque se opone el medio”.
Cuatro: “porque los demás nos ayudan”.
Cinco: “porque no es el momento”.
Seis: “por aspecto económico favorable”.
Siete: “por aspecto económico desfavorable”.
Ocho: “porque es necesario”.
Nueve: “grandes riesgos”.
Diez: “así está escrito en las estrellas”.
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Once: “porque no debe ser”.

Doce: “porque se responde a un Plan Superior”.

Recuérdese además que una vez recuperado el “sempai fai - tsi”, puedo valerme
de éste para levantar otros. Todas las maneras de hacerlo son válidas: haciendo pinzas
con los dedos, presionando firme y fuerte en un extremo de un palillo para que éste se
eleve del otro extremo, introducir el sempai debajo de otro y hacerlo saltar hacia
arriba... siempre, la única condición inexcusable es que se suspenda la práctica cuando
se mueva involuntariamente otro fai - tsi.

c) AULEROMANCIA

Según reza el refrán popular, “donde no hay harina, todo es mohína”. En efecto,
el dinero y el trabajo que tanto preocupa al hombre de hoy, es tan esencial como el aire
que respira. Sin embargo, las posibilidades de éxito no siempre dependen de la propia
voluntad sino de circunstancias y fuerzas ajenas e imposibles de manejar.

Muchas son las personas descontentas e infelices, peces fuera del agua, cuyo
talento y esfuerzo se combinan inadecuadamente con el modo y la cantidad de pan que
ganan cada día. Esta controvertida situación transforma el trabajo en un deplorable
desperdicio de la energía laboral y en un trágico sacrificio de la propia felicidad. Sin
duda, la desdicha personal y el fracaso no constituyen nuevos descubrimientos; por
cierto, las milenarias civilizaciones ya lo conocían. Por tal motivo se embarcaron en la
mágica aventura del buscar los medios necesarios para conocer por anticipado las
oportunidades de progreso y los riesgos que le acechaban; para lo cual, parte por
instinto y parte por experiencia apelaron a los procedimientos más diversos, algunos de
los cuales aún hoy se practican.

La Auleromancia o método de adivinación por medio de las harinas es un arte

muy antiguo cuyo origen es una cuestión un tanto difícil de resolver. Una gran mayoría
de investigadores están de acuerdo con que se trata de un invento oriental; otros, señalan
que su cuna descansa en la España del siglo XVIII. Sea como fuere, en realidad se
carece de datos suficientes para determinar a ciencia exacta el origen de este método.
No obstante, la antigua tradición ocultista sostiene que esta práctica adivinatoria se
habría extendido por los diferentes países europeos y gozaba de gran prestigio en las
cortes de los zares y los reyes, en tanto les permitía conocer el devenir de sus riquezas.
Originariamente, los antiguos empleaban el procedimiento de enrollar papeles o billetes
que sumergían en un montón de harina que se removía nueve veces. Luego, se repartían
los billetes entre todos los asistentes, quienes descubrían rápidamente el misterioso
vaticinio que signaría su futuro. Actualmente, este método de adivinación implica un
ritual previo que debe ser preparado con cuidado, paciencia y concentración, virtudes
necesarias e imprescindibles para abrir el cerrojo del misterioso mundo que envuelve las
posibilidades de éxito. Veamos cómo utilizarlo:

1. Vierta en un vaso con agua cincuenta gramos de harina.

2. Remueva la mezcla con un objeto de madera. Simultáneamente, recite las
siguientes palabras: “Abi ad incatemente benefici”.
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3. Cuando la harina se haya sedimentado en la base del recipiente, descarte el

líquido con sumo cuidado.
4. Vuelque la harina sobre un plato de estaño, aluminio o cobre.
5. Remueva la pasta. Al mismo tiempo repita en voz baja siete veces las
palabras apuntadas anteriormente.
6. Exponga la pasta al Sol, preferiblemente desde las 11 horas hasta las 12.30
hs.
7. Una vez seca, retírela. Observará un cierto número de líneas salientes o
cóncavas y diversas figuras, la interpretación de las cuales servirá para
conocer su porvenir.

Para que la lectura y la interpretación correspondiente no resulten un fraude o

sea tomada como la frivolidad de un pasatiempo, será conveniente conocer el
significado de las imágenes que podrían aparecer sobre la pasta de harina.
Comenzaremos por las líneas y las figuras geométricas:

Las líneas, ya sean grandes o pequeñas, cuando son salientes o multiplicadas,

anuncian prosperidad y bienestar. Si en cambio se observan pocas líneas predominará la
necesidad o escasez de fortuna.

Las líneas ovales siempre señalarán éxito en las empresas o actividades

laborales. Por el contrario, las líneas quebradizas o bien onduladas indicarán un porvenir
poco halagüeño.

Las formas triangulares anuncian sucesos dichosos. Si son pocas señalan que el
consultante recibirá honores. Si se encuentran en gran cantidad, indican la obtención de
ventajosas ganancias.

Si se observan un buen número de círculos por encima de otras figuras, esto

indica que el consultante recibirá dinero mediante una herencia o juegos de azar. Si por
el contrario, los círculos son pocos, lo más probable es que el consultante sea víctima de
un robo o se le haga un pedido de dinero que nunca será devuelto.

Con frecuencia no sólo se observarán figuras geométricas y diversos tipos de

líneas, sino también símbolos de interpretación analógica, algunos de los cuales se
detallan:

• Paloma: indica que en unos tres meses se arreglarán todos los asuntos
laborales.
• Cetro: le espera un destino importante; carrera, responsabilidades y honores.
• Hombre: señala la protección y ayuda de un amigo.
• Bastón: ayuda y apoyo económicos inesperados.
• Reloj: anuncia una reunión de trabajo a la que es imprescindible asistir.
• Caballo: indica viaje corto, negocio favorable o trabajo agradable.
• Corona: señala ascenso laboral, promoción, título.
• Arbusto: anuncia que los proyectos comienzan a cristalizarse.
• Manzana: indica la presencia de una ocasión ventajosa que no conviene dejar
escapar.
• Círculos con puntos: señalan gran éxito.
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• Dragón: anuncia operación desaconsejable. Es conveniente esperar tres

meses antes de volver a intentarlo.
• Números dados vuelta: se siente perseguido por la mala suerte.
• Números al derecho: condición de la persona que podrá ayudarle.
• Ratón: señala personas que desean aprovecharse de la bondad del
consultante.
• Mesa: anuncia una circunstancia de trabajo poco clara. Cuidado.
• Gallo: indica traición inminente, conviene no viajar.
• Candado: señala que la solución de un problema está en otra parte.
• Cuerno: viaje largo para realizar una adquisición importante.
• Huevos: indica que el éxito es incierto. Probable enfrentamiento con dos
personas.
• Rayos: señalan que un número de habladurías y calamidades girarán
alrededor del consultante.

Una vez que haya relacionado la imagen sugerida por la pasta de harina con
alguno de los símbolos que figuran en la tabla, encontrará el significado. Úselos y
realice una lectura secuencial. Obtendrá la respuesta adecuada a su consulta. Recuerde
que para lograr una interpretación correcta es preciso que la consulta sea concreta, y que
se agudice la capacidad intuitiva que le permitirá al consultante establecer paralelos y
asociaciones entre las figuras y la situación que se desea adivinar.

d) BIBLIOMANCIA

Este método de adivinación consiste en abrir un libro por una página elegida al
azar y tomar, como augurio, las palabras escritas en ella. La adivinación que se realiza
con la ayuda de un libro de poesías se llama “Rapsodomancia”.

Sólo deben consultarse las obras de grandes autores (entre los antiguos, Homero,
Shakespeare, Virgilio, Cervantes; entre los modernos, sólo los mejores). Algunas
personas usan toda la Biblia, otran toman sus augurios solamente de los 31 versículos
del último capítulo del Libro de los Proverbios. Algo curioso: en las obras del poeta
persa Hafiz el augurio se elige, tradicionalmente, clavando un cuchillo y leyendo el
párrafo donde la punta apenas se marcó.

Fundamentalmente, la persona que elige este tipo de mancia para averiguar algo
sobre su presente o su futuro, debe permitir que la intuición sea la que dirija la elección
del libro (por ejemplo, ponerse a pensar y, anted el primer título que surja, un dudar y
hacerlo con ese libro). Los párpados deben permanecer bajos, concentrando toda la
atención en la pregunta que se desee formular, y luego abrir el libro al azar.

Al levantar los párpados, las primeras palabras que se lean deben conformar la
respuesta a la pregunta formulada. Al leer estas palabras, hay que concentrarse para
“leer entre líneas” el mensaje recibido. Muchas veces, por no prestar atención, lo que se
lee parece no tener conexión alguna con lo que se desea saber. Por eso es preciso leer
detenidamente, reflexionar y buscar el mensaje que esa página ha enviado; esa
búsqueda, realizada con verdadero interés, con habilidad para descubrir e interrelacionar
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pregunta con respuesta, nos permitirá asociar palabras o frases que parecen metafóricas
con la realidad que estamos necesitando. Mientras más nos detengamos en ella, mientras
más reflexionemos y asociemos, más completo será ese mensaje que se nos ha dado.

Y algo muy importante: esto no es un juego, de modo que si al descubrir el

mensaje que nos da respuesta a la pregunta que hemos hecho aquél nos molesta, o es
contrario a lo que esperábamos, no por eso debemos dejar de tenerlo en cuenta ni dejar
de hacerle caso. Debemos cumplir con lo que se nos sugiere o indica y tomarlo como un
buen y positivo consejo. De otro modo, al intentarlo nuevamente el libro —ese o
cualquier otro— no dará respuestas a lo solicitado con la misma transparencia.

e) BÙZIOS;
LOS MEDIOS DE CONTACTO ENTRE HOMBRES Y DIOSES

Como cualquier otra religión en el mundo, el candomblé posee ceremoniales

específicos para sus adeptos. No es un caso particular, sin embargo, que esos ritos
muestren singularidades especiales como la lectura de bùzios (un primer y oracular
contacto de sus adeptos con los orixás o dioses), la preparación y entrega de los
alimentos para cada una de las entidades o las complejas y prolongadas iniciaciones de
los hijos - de - santo. A través de la observación de esos procedimientos es que el
candomblé, relega los humanos a los seres astrales, proporcionando aquellos el
equilibrio deseado en la existencia.

Los orixás son divinidades centro de una estructura mítico-litúrgica de

interpretación del mundo. Así como en otras religiones existen aspectos ceremoniales ya
establecidos, que regulan la relación de los seres humanos con esas divinidades.

Esas reglas son muchas, una especie de rompecabezas armado con

interpretaciones simbólicas de los mitos que envuelven a los orixás y constituyen una
gran red ligada por deberes y derechos, obligaciones y posibilidades, extremadamente
compleja y llena de matices, incluso posibilitando diversas variaciones. Aquí vamos a
tratar genéricamente los ritos comúnmente aceptados, aunque se encuentran por todo
Brasil formas bastante diferenciadas.

Ese intrincado sistema interdependiente viene al encuentro de conceptos

occidentales de clasificación, que establecen para el candomblé (la forma organizada en
el África y perpetuada en el Brasil y en otros puntos de América Latina, especialmente
en Cuba) el rótulo de “religión primitiva” ya que en ella existen rituales considerados
más allá de la mentalidad positivista, como los sacrificios que derraman sangre. Otro
dato en apoyo a esa línea de nominaciones viene del hecho que el candomblé venera
diversos dioses, y no un solo dios único y centralizador. Como este último es el
comúnmente aceptado por la cultura occidental —y es ella la que inventa las
clasificaciones utilizadas por la mayor parte de los estudiosos— él es generalmente
aceptado como parámetro superior, a tal punto que se espera que todas las civilizaciones
lleguen a él a través de un proceso evolutivo. Sin dudas, una manera bien fácil de tener
certeza de las propias convicciones. Así, los orixás son las fuerzas de la naturaleza que
mandan sobre el pueblo y también son afectados por él. Otros orixás son la
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representación simbólica de las importantes actividades de aquella cultura: el herrero, el

guerrero, el cazador, el curandero, etc.

Roger Bastide afirma que al contrario de los preconceptos occidentales, la

religiosidad africana basada en la pluralidad, en una división mucho más rica que un
dios = un pueblo, individualiza el rito a partir del momento en que cada persona intenta,
antes que nada, entrar en contacto con su propio orixá, su yo interior, diferente de
cualquier otro, si bien es partícipe de un linaje.

Sin duda, un hijo de Ogúm tendrá semejanzas con otros hijos de Ogúm. Pero
esas semejanzas no implican masificación. En primer lugar, la combinación de un
Ogúm como santo de cabecera con todos los otros orixás que pueden ser asistentes de la
persona en cuestión, establece una serie de diferencias, ya que son muchas las
combinaciones posibles. Además de eso, cada orixá corresponde a un arquetipo de
comportamiento, que tiene cambios diferentes; existen muchas formas de cada orixá,
más viejos o más jóvenes, etc. Si por un lado, el hecho de que alguien sea hijo de Xangó
lo aproxima a los otros hijos del mismo orixá, uniéndolo socialmente, la desunión está
también implícita en el gran número de diferencias que hay entre esa persona y sus
hermanos - de - santo.

Esta contradicción entre el buscado “yo superior” —identificación con el

orixá— y el “yo propio” —encuentro con la propia esencia— se resuelve en la práctica
del candomblé, toda ella marcada por pasos sociales como otros profundamente
individualizados, de los cuales participan apenas el interesado y el padre - de - santo.

En los países africanos donde el candomblé es la religión oficial, desde el

momento del nacimiento la mayor parte de las criaturas ya son educadas dentro de sus
ritos, de sus valores, está inserto en su vida social como el bautizado católico de Brasil.
Por lo tanto, el contacto con el universo mítico es absolutamente natural a consecuencia
de la propia existencia como individuo.

En Brasil, de la misma forma que las familias nucleares africanas fueron

disueltas, la pluralidad de aspectos que rodean la persona (formación cristiana en
general, asociación del candomblé y fetichismo) hace que el proceso sea diferente y más
individualizado.

Generalmente, la aproximación comienza a través de la búsqueda de un

babalorixá (o ialorixá) para la práctica más conocida, “jogar bùzios” —la lectura de los
buzios (caracoles)— donde supuestamente se espera encontrar un conocimiento mayor
sobre las circunstancias que están rodeando la vida de una persona y que ella siente
escapar de su control. La necesidad es a veces pragmática, como cuando la persona es
llevada por un problema que la está desesperando, justificándola a buscar la solución de
cualquier fuente.

El juego de bùzios es la manera de consulta más frecuente que se hace al orixá.

Forma parte de las atribuciones litúrgico - sociales de los babalorixás e ialorixás (según
el candomblé más tradicional, sin embargo, las ialorixás hijas de Oxum tendrían
derecho divino al juego, mas esa restricción cayó actualmente en desuso) como puente
establecido entre los humanos y las divinidades. Como mensajeros de los orixás, Exú es
el “dueño” del juego (por concesión de Ifá, el orixá de la adivinanza), la figura que se
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convirtió en el oído o mente del padre - de - santo, lo que dicen los dioses, llevando a
ellos las cuestiones y trayendo las respuestas.

El juego más común es constituido por los bùzios. Éstos pueden ser encontrados
en las playas del Brasil, mas los que pueden ser utilizados por el candomblé son
importados de África. El babalorixá agita los 16 bùzios en sus manos y los lanza sobre
una mesa (generalmente en el “cuarto de santo”, el lugar específico para el culto)
cubierta por un lienzo crudo. El aspecto litúrgico queda circunscrito al centro de la
mesa, donde un círculo es formado por collares —“guías”— de distintos orixás.

El búzio puede caer “abierto” o “cerrado”, o sea, con su cara donde hay una
canaladura o con el lado liso. Cada una de esas caídas es una manifestación de un
diferente orixá, y tiene un significado lingüístico propio, ya que conforme al orden
resultante, se puede determinar cuál de ellos está respondiendo. La relación es la
siguiente:

1 abierto: oposición del medio (Exú).

2 abiertos: falta voluntad (Io Ibeji, orixás gemelos).
3 “ : enemigos ocultos (Ogum).
4 “ : propia convicción (Xangó).
5 “ : apoyarse en los demás (Iemanjá).
6 “ : caminos cortados (Iansá).
7 “ : buena estrella (Exú).
8 “ : será justicia (Oxalá)
9 “ : privará la voluntad (Iemanjá).
10 “ : faltan méritos (Oxalá).
11 “ : en función de la propia voluntad (Exú).
12 “ : desinterés (Xangó).
13 “ : complicaciones pasajeras (Obetegunda).
14 “ : destino inexorable (Oxumaré).
15 “ : realización del deseo (Obatalá).
16 “ : traición (Exú).

Otro tipo de tirada

Una práctica alternativa usada durante el juego, consiste en agrupar los bùzios de
a cuatro. Así son consultados, reproduciendo el simbolismo de otra forma de consulta,
considerada superior pero de difícil acceso, dirigida por Ifá, hecha con nueces divididas
en cuatro pedazos. Los resultados de ese procedimiento, según Bastide, pueden ser:

• ALAFIA: si los cuatro pedazos caen con la parte interna (abiertos) hacia arriba.
Los dioses responden “sí”.
• ETAWA: si tres quedan abiertos, la respuesta es “no”.
• EJIALA KELTU: si son dos los abiertos, la respuesta es favorable, pero con
observaciones.
• OKANRAN: si uno solo queda abierto, desfavorable con excepciones.
• OYAKU: si todos caen cerrados, la respuesta es “desastrosa”.
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Cuando hay una respuesta negativa, se puede aún repetir tres veces la misma
pregunta, para promediar.

Se llega entonces a una especie de inventario de lo que está ocurriendo con cada
uno, y que los orixás observan en relación al destino de la persona que los está
consultando. Cuando todas las informaciones son absolutamente positivas, el proceso
termina ahí.

Como tal hecho es casi imposible, ya que la felicidad plena y autosuficiente no

es un bien de consumo de gran oferta en el mercado, entran en cuestión los orixás y lo
que ellos pueden hacer para ayudar al interesado a traspasar sus problemas.

e) CRISTALOMANCIA

Esta es en realidad una técnica clarividente que permite obtener información por
vía extrasensorial, sobre situaciones simultáneas o contemporáneas a las que preocupan
al consultante. En el proceso cristalomántico, tanto el propio consultante puede observar
el “espejo mágico” (denominación convencional que se aplica a todo elemento
cristalomántico) como hacerlo el especialista sobre el problema de un tercero. Empero,
la interpretación de las imágenes simbólicas debe hacerse en función de los arquetipos
del consultante ya que, como sabemos, lo que “creemos ver” en la bola de cristal, por
ejemplo, es sólo una proyección de nuestro inconsciente y, en consecuencia, las
imágenes que aparezcan son, por un lado, simbólicas (pues ése es el lenguaje del
inconsciente) y por otro, únicamente válidas para su interpretación en el contexto
subjetivo del consultante ya que, obviamente, un mismo símbolo puede tener cargas
afectivas distintas en sujetos diferentes. En consecuencia, cuando hacemos una lectura
cristalomántica nunca debemos “sentenciar” sobre la inquietud del consultante, sino
conversar sus necesidades con el mismo para ayudarle, a partir de las imágenes vistas, a
tomar sus propias decisiones. Esto, lógicamente, cuando las preguntas no nos
conciernen a nosotros mismos.

En la operación mántica del caso, debe pensarse concentradamente durante unos

cinco minutos en la naturaleza de lo preguntado, para después pasar a observar al
“espejo mágico”, con mente abierta pero desprovista de preconceptos o prejuicios. Esto
significa que durante todo el tiempo que estemos observando al elemento no debemos
seguir pensando en la pregunta que nos ha motivado, sino mantener la “mente en
blanco” (cosa por definición muy difícil, ya que poner la mente en blanco nos obliga
siempre a pensar en algo... en ponerla en blanco, precisamente). Así, las imágenes
deben fluir hacia nosotros, no nosotros ir en busca de ellas.

Como “espejos mágicos” podremos emplear:

Bola de cristal: es el más conveniente —especialmente si es de cuarzo o cristal

de roca— pero siendo aun de vidrio sirve, en la medida que no tenga excesiva
cantidad de máculas o burbujas, lo cual las hace exóticas y caras. En su defecto,
puede usarse una esfera hueca de vidrio como las empleadas en los apliques
luminosos, llena de agua.
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Vaso de agua: tiene que ser liso, sin grabados en los lados o en la parte inferior,
y preferentemente cilíndrico. Se llena de agua hasta el tope y se observa desde
arriba, depositando el punto focal de la vista a cierta profundidad.

Cuenco de agua: igual caso que el anterior, sólo que esta vez emplearemos un
tazón de vidrio, más ancho que alto, en cuyo líquido dejaremos caer unas
cuantas gotas de tinta negra cosa que toda el agua tome una coloración oscura.

Espejo: grande, suficiente como para reflejar nuestro rostro y torso, con una
vela colocada abajo y a la izquierda y un telón negro a nuestras espaldas, que
cubra todo el fondo reflejado por aquél. Fijaremos la vista por encima de uno
cualquiera de nuestros hombros en la imagen especular, como a mitad de camino
entre éste y el telón negro. Alternativa: el telón negro colocado detrás y por
encima de nuestra cabeza. El espejo, pequeño y orientable, frente a nosotros y
apuntando hacia el telón de manera tal que no veamos nuestra propia imagen.
Iluminación igual. La vista se coloca sobre la superficie reflejada negra.

Continuará la próxima clase.