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EL AMOR COMO MOTIVACIÓN PARA ACEPTAR O ASUMIR LA CRUZ

TRANSCRIPCION: CONFERENCIA EXPUESTA POR K. GEORGE WILSON EN LA COMEC


CELEBRADA EN LA PRIMERA IGLESIA BAUTISTA DE CAMAGÜEY EN JUNIO DEL 2003.
Texto:1ra Cor.12:31

Vamos a iniciar el trato de un tema tan importante, el amor es importante, la integridad


en el ministerio es importante y queremos ver como el Señor nos ayuda a ver las
interrelaciones que existen entre el amor, la integridad ministerial y la cruz. Queremos
comenzar hablando algo acerca del amor, luego veremos las relaciones entre el amor y
la integridad y más adelante las relaciones entre el amor, la integridad y la cruz.
Primeramente notamos en este versículo que hemos leído que aunque la palabra amor
no aparece en este versículo porque este versículo nos está introduciendo al capítulo 13
que trata del amor, el capítulo 13 es un tratado sobre el amor y este versículo 31 apunta
hacia ese capítulo 13 y su contenido: de amor, de modo que es el amor el que es
denominado “el camino más excelente”. Es decir, que el Apóstol Pablo está dando una
calificación al amor que va por encima de los dones, el dice procurad los dones mejores,
mas yo os muestro un camino aún más excelente, esto no es para devaluar los dones ya
que en todo el capítulo12 el viene explicando el valor, el significado, el sentido y la
importancia de los dones y él viene explicando la necesidad de que estos dones se
empleen en la iglesia y con la propiedad con que se deben emplear pero cuando llega al
final del capítulo 12; él nos habla acerca del amor y lo pone por arriba de estos dones y
de estos ministerios de los cuales él ha venido hablando y señalando su importancia.
Esto nos debe llamar la atención, porque la preocupación que tiene la iglesia hoy por la
forma en que el mal está cundiendo en el mundo en que nos rodea y la forma
institucionalizada y amparado y atrincherado en poderes terrenales nos hace sentir la
necesidad de enfrentar nuestra tarea ministerial con poderes a la altura de esta potestad
que ha adquirido el mal en nuestro derredor y esto nos hace mirar hacia los dones y
hacia los ministerios de los dones como la respuesta para enfrentar esta
institucionalización y este atrincheramiento del mal en el mundo que nos rodea. De
modo que la iglesia está muy proyectada hacia la búsqueda de una dimensión
sobrenatural en el ministerio y está muy proyectada hacia la búsqueda de dones y el
ejercicio de los ministerios y esto está llagando a ser una prioridad en la mente de la
iglesia actual. Tan es así que aún iglesia tradicionales e históricas que eran antipáticas y
alérgicas a estas cuestiones están siendo penetradas por este movimiento y no sabemos
en que sentido todas las cosas son auténticas, pero sin perder nuestro interés en recurrir
a estos medios sobrenaturales y a estos ministerios sobrenaturales nos imprime una
cautela espiritual, la cautela apostólica expresada en este versículo, cuando el apóstol
Pablo tratando los dones, tratando los ministerios termina señalando al amor como un
camino más excelente.

No solamente que quiere decir si va a faltar algo, si va a faltar algo que sea el don y que
sea el ministerio y que no sea el amor, pero también dice que aún en presencia del don y
en presencia del ministerio puede entrar en una función negativa tanto el don como el
ministerio que no se ejerce por amor. Entonces de allí encontramos que cuando nos
proponemos hablar del amor en esta mañana, estamos hablando de una cosa
cimeramente importante en el cristianismo. Entonces cuando nosotros utilizamos la
palabra motivación también estamos utilizando uno de los términos más importantes en
relación con la vida humana, porque precisamente una de las cosas que distingue al
hombre del resto de la creación es la motivación, no existe el fenómeno de la
motivación en ningún otro departamento de la creación salvo en el hombre. Los
insectos no experimentan la motivación, la flora o la fauna no experimentan la
motivación, el único exclusivo ser que experimenta la motivación es el ser humano.
Ahora este concepto de motivación es muy importante que sea entendido por los
pastores porque es muy difícil ejercer consecuentemente el pastoral sin tener una
ubicación clara y bíblica acerca del asunto de la motivación.

La existencia de la motivación como una tipicidad del ser humano es lo que hace
posible el pecado y el pecado no existiría si no existiera esta vinculación fundamental
entre la motivación y la conducta. La palabra de Dios nos muestra que el hombre fue
creado un hijo de Dios y este ser creado como hijo de Dios nosotros entendemos que
cuando yo soy hijo de mi padre terrenal es porque mi organismo se desarrolló a partir de
la vida de mi padre, mi padre depositó una célula de la vida de él en la matriz de mi
madre y esta célula se desarrolló en el cuerpo que tengo yo ahora, entonces yo soy hijo
de él porque en mí está la vida de él. Entonces cuando el primer hombre fue creado el
fue creado un hijo de Dios, es decir Dios depositó en su ser una vida que se desprendió
de él al igual que mi padre depositó en mi cuerpo una vida que se desprendió de él.

La teología es una cosa vana si no partimos de ahí, nadie se puede ubicar


teológicamente con un nato sentido cristiano si no parte de ahí. Ahora encontramos en
el libro de Lucas.3: 33-38, una genealogía, ahora en el nuevo testamento hay dos
genealogías. Hay una que empieza con Adán y termina con Cristo y la otra empieza con
Cristo y va para atrás hasta Adán. Para el asunto que queremos tratar que es demostrar
que el hombre fue creado un hijo de Dios vamos a coger la genealogía que empieza con
Cristo y termina con Adán, a ver hijo de quien era Adán, ahora dice en el N.T. que
Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de 30 años, hijo según se creía de José
y ahí va para atrás hasta que en el 37 dice hijo de Dios. Dios estaba diciendo que él
quería tener entre las criaturas de la tierra hijos de él, hijos que se parecen a él, que
llevan dentro de su ser la vida de él, y que en base de esta vida de él comparten con él
cosas que ninguna criatura de la tierra pueden compartir. El primer procedimiento de
Dios fue crear el cuerpo humano con el mismo procedimiento que creó todas las demás
cosas pero en su momento sopló en el hombre, y esto es algo que vino de su propio ser
divino que es un ser espiritual. Algunos confunden el soplo como la transmisión de aire
o de alguna animación biológica, pero Dios es espíritu, cuando cualquier persona sopla
transmite lo que tiene y lo que Dios tiene es vida espiritual y esto es lo que transmitió,
no vació un pulmón, de su ser nos dio espíritu. De modo que una de las doctrinas
cristianas plantea que el hombre es un ser complejo dotado de cuerpo y alma, una parte
material y una parte espiritual, y que el hombre es hijo de Dios no por el cuerpo, porque
el cuerpo llega por el mismo procedimiento en que llegaron todos los demás cuerpos
creados, pero el alma tiene una procedencia diferente, el alma viene de Dios, de ahí que
el hombre es hijo de Dios por el alma y no por el cuerpo.

Cuando nosotros entendemos lo que es un espíritu entonces vamos a entender el


problema de la motivación. Dice la Biblia que el espíritu es vida, algunos dicen que
todo lo que hay es materia y por algún tiempo trataron de convencernos de que la
materia es todo, pero la ciencia se ha encargado que la materia no es lo que siempre ha
existido ni lo que siempre existirá. Ahora la doctrina del big-bang señala que la materia
empezó a existir en un momento determinado, así que nosotros no tenemos que
demostrar que la materia no lo es todo porque la propia ciencia despachó la materia
como el ser eterno, ahora ningún científico te podrá decir antes de existir la materia que
existía, pero también la filosofía estableció que un ser eterno existe, no hay escuela
filosófica en el día de hoy que no esté de acuerdo con que un ser eterno existe porque el
decurso del debate filosófico le llevó a dos conclusiones universalmente aceptadas en
círculos intelectuales. Primero que la nada no puede ser lo primero porque la nada
hubiera quedado en la nada, la nada no puede convertirse en causa entonces tampoco
puede producir efecto y de la nada no puede salir nada. La filosofía a comprendido que
hay que comenzar con un ser, los materialistas dicen que es la materia y la gente de la fe
dice que es el espíritu, entonces aparece ahora la física moderna con el big bang, que
despachó la materia y entonces solo queda el espíritu como candidato del ser eterno.
Entonces ahí está el problema, hay que empezar con un ser eterno, ninguno de los
científicos del mundo va a admitir que perdieron el debate. Cuando usted le pregunta
bueno y antes del big bang qué entonces se defienden diciendo que desde que ellos son
científicos se basan en los hechos y que esto es una pregunta que les saca fuera del
dominio de lo científico. Bueno nosotros sí sabemos que lo que sucede es que Dios se
sabe defender, pero encontramos que cuando comprendemos que lo primero no es la
materia entendemos que lo primero fue vida, pero cuando decimos que lo primero fue
la vida, no estamos hablando de la vida biológica, esta es materia y vino después,
entonces que vida era: la vida espiritual, un ser viviente, espiritual. Pero la Biblia
describe a este ser viviente como un ser pensante, aquí en proverbios capítulo 8 se
describe al ser preexistente como un ser inteligente y sabio, dice en el verso22: “Jehová
me poseía en el principio”. No en el principio del ser que no tiene principio, sería
absurdo pensar en el principio del ser eterno. ¿Entonces de que principio habla? Pues
del principio de los seres que tuvieron principio. Entonces anterior a esos seres que
tuvieron principios estuvo ese ser que no tuvo principio y dice “Jehová me poseía en el
principio ya de antiguo antes de sus obras”, antes de que él se diera a la tarea de crear
ya era un ser que poseía sabiduría, era un ser pensante. Entonces dice “eternamente tuve
el principado desde el principio”, ¿Qué cosa es Dios? “El rey de reyes y Señor de
señores”. Esta sabiduría ejercía sobre él antes que crease todas las cosas. En el verso 29
dice “cuando ponía al mar sus leyes”, antes que el hombre descubriera que había un
mondo natural ordenado por leyes, y dice “con él estaba yo y era su delicia de día en
día”. Así que el propio Dios se gozaba de la sabiduría con que él hacía su obra y el
reflejo de su inteligencia plasmada se deleitaba en ello, por eso dice en Génesis y vio
todo lo que había hecho y vio que era bueno. Dios proyectó en su sabiduría e
inteligencia divina y después de ejecutarlo vio que se ajustaba al proyecto sabio que él
había hecho.

Cuando entonces vemos que la vida preexistente no era solamente un ser vivo sino
también un ser inteligente, pero también vemos que era un ser que tenía propósitos y
que llevaba a cabo propósitos con eficiencia y con capacidad, es decir era una persona.
Entonces el primer ser no era un ser impersonal, no era una fuerza, era un ser
personal con inteligencia, con afectividad, con voluntad, capaz de hacer un diseño y
llevarlo a cabo. Debemos entender que cuando estamos hablando de vida
espiritual, no hablamos de fenómenos impersonales que pertenecen a la naturaleza
material, sino de fenómenos personales que son manifestaciones de fenómenos
espirituales. Nunca podemos separar lo espiritual de lo personal, porque lo
espiritual y lo personal están indisolublemente ligados. Cuando se separa lo personal
de lo espiritual, cae en el panteísmo en el cual se confunde los fenómenos naturales con
lo espiritual, los fenómenos materiales muy sofisticados con lo espiritual, entonces
usted cae en el panteísmo, una fuerza. Esto es lo que sucedió con Kant, Hegel, Espinosa
y todos esos filósofos que han hecho el fundamento del mundo de hoy, metieron a Dios
dentro de la naturaleza, mocharon su dimensión personal (la parte de la inteligencia, de
la afectividad, de la voluntad), dejaron a un Dios que es una fuerza que opera en la
naturaleza. El que no niega a Dios lo impersonaliza, lo asimila a la naturaleza, lo
convierte en una parte de ella o en la misma naturaleza.

¿Cual es el lío con el Dios personal? El problema es que el Dios personal es un Dios
moral, el Dios personal puede informarse sobre usted, puede hacer valoraciones sobre la
forma en que tú estás viviendo y puede asumir una postura de aprobación o de
desaprobación. Eso no nos gusta, que haya un Dios que va a ahogarme a mí, que va a
establecer criterios de mí y va a asumir aprobación o desaprobación a mi persona. Así
que el que no está dispuesto a arrepentirse, nada más que queda ante Dios tres posturas
nada más: arrepentirse de seguir haciendo lo malo y sentirse cómodo con el Dios
personal o negar a Dios en su carácter personal, o negar que él existe. Ahora esta es la
base real del modernismo y del liberalismo, teólogos que quieren tener la fe y todo lo
demás pero no quieren tener un Dios personal, al igual que el mundo. Entonces mochan
en su teología todo lo que tiene que ver con la personalidad. En algunas manifestaciones
carismáticas el Espíritu no aparece como una persona, los testigos de Jehová lo llaman
fuerza activa, como la electricidad, como la gravedad y aunque algunos carismáticos no
llegan a teorizar este concepto han mochado la personalidad del Espíritu y de Cristo y
cuando hablan de dones y manifestaciones están hablando de una fuerza que opera
dentro del hombre y que lo mueve y que hace cosas, pero estas personas no quieren
venir al problema del pecado y lo que este representa en la relación del hombre con
Dios. Si le quitan a Dios su personalidad divina, si Dios no es una persona no hay lío
con el pecado, pero tenemos que comprender que cuando decimos que lo primero no fue
la materia, que lo primero fue la vida y que esta vida es una vida espiritual, es necesario
que comprendas que ese Espíritu es una persona y que lo distintivo de una persona es
que es un ser conciente que manifiesta su conciencia a través de su inteligencia, de su
afectividad y de su voluntad y que lo espiritual siempre se manifiesta como fenómeno
conciente, como fenómeno de la inteligencia, de la afectividad y de la voluntad.

No hay experiencias espirituales desligadas de estos tres planos y siempre que se trata
de hacer pasar por espiritual cualquier fenómeno, desligar de la inteligencia, de la
afectividad o de la voluntad lo que se hace es rebajar lo espiritual a la categoría de
impersonal o elevar lo natural, lo material a categoría de espiritual. En 1ra de Jn.1: 1-3,
dice “lo que era desde el principio (el ser preexistente), lo que hemos oído (se insertó en
la historia y hubo gente que lo escuchó). El apóstol está en combate y nosotros
seguimos en combate, el está diciendo que Jesucristo es aquel ser primero y personal
que existió, que se insertó a través de la encarnación en la historia humana y hizo
posible que hubiesen hombres y mujeres que le vieron, le escucharos y le palparon.
Entonces lo llama el verbo de la vida, es decir el primer ser fue la vida y Jesucristo fue
el verbo de aquella vida, y usted sabe lo que hace un verbo en una oración, es la acción,
la que lleva la carga de la oración, el que de sentido a la oración. Jesucristo en la
historia lleva la acción divina hacia la historia humana, aquella vida que existió primero
que nada después de crear y después de caer la creación, históricamente él se insertó en
esa historia caída para accionar una nueva acción divina de redención, el es el verbo de
la vida. Ahora sigue diciendo: “porque la vida fue manifestada”. La vida recóndita en el
principio se manifestó, la vida eterna, una persona que se insertó en la historia y hubo
gente que lo vieron, lo palparon, lo oyeron. Entonces encontramos que este mismo Juan
en San Juan.1 dice “en el principio era el verbo”, está usando la estrategia al revés para
mostrar que el era el ser eterno, y en ambos exalta a Cristo. Lo que queremos enfatizar
es que el Cristiano para estar en el evangelio auténtico no puede soltar nunca el vínculo
indisoluble entre lo espiritual y lo personal porque una vez que se disuelve ese vínculo
indisoluble caemos en la herejía. Es importante conservar celosamente el vínculo
indisoluble entre lo espiritual y lo personal, de modo que cuando hablamos del hombre
como ser espiritual, tenemos que estar muy plenamente concientes de que estamos
hablando de fenómenos de la personalidad y que estamos explicando los fenómenos de
la personalidad a partir de lo espiritual.

Ahora cuando nosotros buscamos en el libro de proverbios, en el cap. 23 dice en el


versículo 26 “ dame hijo mío tu corazón”, cuando leemos el Antiguo Testamento
siempre encontramos la preocupación de Dios por el corazón del hombre y cuando
llegamos al Nuevo Testamento vemos que esta preocupación llega a un nivel muy, muy
elevado, donde Dios dirige toda la fuerza de su evangelio hacia el corazón de los seres
humanos y todos conocemos aquel planteamiento en Prov. 4: 23 “sobre toda cosa
guardada guarda tu corazón porque de él mana la vida”. El carro depende del timón,
todo lo que el hombre va a manifestar en su vida activa se determina en el corazón,
entonces Dios está muy interesado en tu corazón. Cuando hablamos de corazón, no
estamos hablando del órgano, la palabra corazón es un símil, una metáfora, hay algo en
el alma que hace el papel que hace el corazón muscular en el cuerpo, este corazón
ocupa un lugar céntrico en el organismo y su funcionamiento afecta a todas las
manifestaciones del cuerpo, si ese se para se para todo lo demás. En el alma hay
funciones que ejercen un papel similar, que es céntrico a todas las manifestaciones de la
personalidad y a todas las manifestaciones de la vida y que hay que ocuparse de eso
porque de eso se determina todo lo demás. Vamos a observar que este factor que existe
en el alma que ejerce una fuerza directriz sobre las manifestaciones de la personalidad y
sobre las manifestaciones de la vida. Dice en Gen.6: 5 “vio Jehová que la maldad de los
hombres era mucha y que todo designio del pensamiento del corazón de ellos era...”, así
que los pensamientos se desarrollan en el corazón, ahora vamos a leer en el libro de
Daniel. 1: 8 “Daniel se propuso en su corazón...”, tomó una decisión en su corazón.
También dice el Señor que todos los deseos malos del hombre vienen de su corazón, así
que la inteligencia, los afectos y la voluntad, son fenómenos del corazón, son
fenómenos espirituales, que existen por causa de que el hombre es un ser espiritual. La
mata no tiene pensamiento, no tiene afectos, no tiene deseos, el hombre los tiene porque
es un espíritu porque es una persona. Ahora encontramos que de ahí usted. puede
entender que cuando dice cuida el corazón porque de él mana la vida, quiere decir que
el nivel de tu pensamiento, la calidad de tu pensamiento, la calidad de tus afectos, la
calidad de las acciones que usted. toma eso es lo que va a determinar quien tu eres y
que tu haces.

De ahí viene el problema de la motivación, cada una de estas facultades, el


pensamiento, los afectos, son etapas en el proceso motivacional, el hombre es motivado,
el hombre es la única criatura en la tierra que su conducta se basa en la motivación. La
motivación empieza con la información, cuando el hombre es informado y esa
información produce en él un proceso de convicción, ya la convicción es el inicio de un
proceso de motivación, esta le hace identificarse con la idea. Después viene la
valoración en la cual él valora aquello y la valoración le permite interiorizar aquello y
hacerlo suyo o rechazarlo por eso yo digo que la valoración es relación. A través de la
valoración se interioriza aquella información y esa interiorización sirve de base a todo
lo que hacemos. Este es el proceso de la motivación, empieza en la mente (en el
corazón pensante), sigue en el nivel del corazón afectivo y termina en el corazón
volitivo, donde llevamos a cabo lo que sentimos con fuerza y lo que no sentimos con
fuerza lo dejamos sin hacer. De ahí un evangelio que informa pero no es capaz de que
esa información llegue al corazón afectivo, o un evangelio que solamente despierta
intereses o ánimos pálidos y débiles que no es capaz de mover la voluntad. Usted sabe
que la olla de presión tiene una válvula que no se mueve desde el primer momento
cuando encendemos la candela, la candela empieza a entrar en el agua y la valvulita ahí
quietecita, porque aunque hay calor, el calor no llega a generar suficiente intensidad
para levantar la válvula, pero ese calor va subiendo y subiendo hasta que la valvulita
sube y empieza a liberar calor. Hay mucha gente que tiene un evangelio tan tibio y tan
poco intensivo que la válvula está sentadita, dormidita ahí, y otros nada más que tienen
la información, están en el primer nivel de la motivación, donde aceptan que el
evangelio es bueno y se sienten muy atraídos y muy conformes con todo pero más nada.
Otros han llegado pero con tanta tibieza que no asumen lo que el evangelio representa,
no les compromete y no llega a ser un componente ni de su personalidad ni de su
conducta. Por eso es que dice Juan el Bautista yo les bautizo en agua pero de aquí a que
esto ocurra falta un trecho, pero detrás de mí viene uno que entre tanto que yo los
sumerjo en agua él los va a sumergir en Espíritu Santo, y cuando usted empieza a
sumergirse en el Espíritu Santo, va a haber fuego; ya lo que estaba aquí baja acá y baja
acá con una fuerza tal que hay candela y el vapor que va a generarse en el corazón va a
tener una potencia tal que la voluntad se va a mover y usted va a ver que están
ejecutando con poder todo lo que ustedes creen y todo lo que yo os enseño, esto es la
motivación espiritual. El Espíritu Santo actúa sobre las personas con una fuerza que
hace que lo que comienza en la cabeza llegue a los afectos con una fuerza tan poderosa
que mueve la voluntad.

Ahora encontramos que esta forma en que el hombre se motiva para lo que él va a hacer
no solamente hace posible el bien sino también el mal. El hombre para obrar tiene que
ser motivado y puede recibir informaciones erróneas, falsas y esas motivaciones falsas
pueden llegar a prenderse en sus afectos y puede prenderse en sus afectos una fuerza tal
que le mueve en la dirección equivocada. Eso fue lo que pasó con Lucifer, que en un
momento determinado generó una información falsa, autoengaño, en San Juan vemos
como Satanás comenzó con un autoengaño, dice en el cap. 8:4 “vosotros sois de vuestro
padre el diablo”. En la vida del pecador se repite la trayectoria de Satanás, es lo mismo
que le pasó a Satanás, se recapitula en la vida del pecador. Ahora dice aquí “y los
deseos de vuestro padre queréis hacer, él ha sido homicida desde el principio y no ha
permanecido en la verdad”. Es decir que hay toda una trayectoria equivocada que
empieza en la información, “él no permaneció en la verdad”. ¿En que sentido Satanás
no permaneció en la verdad? El no permaneció en la verdad de su propia identidad, el
empezó a verse a sí mismo en una forma que no era y cuando él empieza a verse a sí
mismo en una forma que no era, acto seguido empieza a ver a Dios en una forma que no
es; porque si él se endiosa a sí mismo, una vez que usted se endiosa a su ego personal,
ya no estás capacitado para ver a Dios en su dimensión justa. Para elevar su nivel
personal tienes que rebajar el nivel de Dios, entonces el hombre se endiosa a expensas
de Dios. Entonces son dos verdades: salió de la verdad de quien es él, y salió de la
verdad de quien es Dios; entonces ahora al contemplar la creación también la ve de una
forma distorsionada. Porque al distorsionar la realidad de él, y distorsionar la realidad
de Dios ya la creación es un almacén de cosas para el disfrute de él, él es el ser
supremo, Dios es su sirviente, para decirle óigame Dios hágame esto, resuélvame esto y
los bienes materiales están ahí para él disfrutarlos.

La autoindulgencia, la avidez de lo material, ahora todo eso está promoviendo en el


hombre una motivación pecaminosa, en la cual ya su vida no se ve en relación con el
amor a Dios, el servicio a Dios, el servicio a los demás, el formar parte de un plan
divino, todo eso se elimina. Él es el centro del universo y todo tiene que venir a
sintonizarse en torno a su interés personal, y en torno a su gula personal y en torno a su
avidez personal. Entonces hay una motivación perversa, una motivación degenerada,
una motivación pecaminosa en la cual la inteligencia está generando errores tras errores.
Los afectos están buscándose objetos de placer equivocados y la voluntad está tomando
decisiones totalmente equivocadas. Ahora hay quien está esperando un tipo de
conversión, de transformación del hombre, de santidad, de todas esas cosas dejando a
todas esas cosas tal como está. No existe santidad, ni existe conversión, ni existe
liberación ni nada de eso, dejando afuera el funcionamiento de la inteligencia del
hombre, dejando fuera sus afectos y su voluntad.

Las gentes están pensando en una conversión del hombre mística, y no una conversión
real de la persona, una esencia, que viene de Kant, de Platón o de Aristóteles. Esas
esencias ficticias es lo que se está convirtiendo en nuestra doctrina, se está convirtiendo
esa esencia mística y el hombre real que se gobierna a través de sus pensamientos, de
sus afectos y de su voluntad, sigue en los mismos errores salido de la verdad. Y nuestras
iglesias se llenan de pecadores y de pecado hasta en los pastores, porque alguien llega y
le dice: Cristo te ama ¿tú crees que Cristo te ama? Si Cristo te perdonó, la vida cristiana
es por la gracia, no hay que cambiar nada ni ser santo ni nada, solo hay que sentirse
muy animado y muy contento por la gracia divina que obró en tu ser y ya. Entonces los
pecados se van multiplicando en la iglesia, y los pecadores se van multiplicandos en la
iglesia, porque en el hombre real no ha pasado por él la conversión; pero si nosotros
vamos a ser hombres nuevos, viviendo vidas nuevas, tenemos que tener una motivación
purificada, y esa motivación purificada comienza en el arrepentimiento.

El arrepentimiento es la verdad llegando al pensamiento, es la reestructuración de


nuestra escala de valores y como decía Pablo “lo que ante era para mí de gran valor lo
tengo ahora por basura”, y lo que antes estaba para mí en el último lugar ahora lo tengo
en primer lugar, porque el pecado revolcó la escala de valores y Cristo lo vuelve a su
lugar, y en ese revolcamiento que el pecado hizo en la escala de valores se desentronó a
Dios y se entronizó al ego y ahora se opera al revés. Ahora se destrona el ego y se
vuelve a entronizar a Dios, y toda la escala de valores empieza a aparecer en su justo
orden que debe tener, y entonces se revolucionó toda la vida interior del hombre. Y
aquel ego que estaba inflado, y hecho un yomboego se queda destruido, quebrantado a
los pies de Jesús. Por eso es que yo no creo en ningún hombre espiritual con un
yomboego. Si usted tiene un yomboego usted nunca a visto a Dios no lo conoce, porque
solo usted puede desarrollar un yomboego a espaldas de Dios. Pero en la presencia de
Dios una vez que uno se asoma a la presencia de Dios va al piso, la majestad de Dios
aplasta su ego, y te quedas postrado y desecho en su presencia, y la única cura efectiva
que hay para un yomboego es asomarse a la presencia de Dios.

Y por esto es que la vida espiritual está muy íntimamente regulada por el ego, mientras
más hay de ego en nosotros menos hay de Dios, y mientras menos hay de ego en
nosotros más habrá de Dios. De modo que la plenitud del Espíritu Santo, ser llenos del
Espíritu es el ego reducido a su mínimo y Dios aumentado a su máximo. Y esto lo sabía
Juan el Bautista cuando él decía “a mí me conviene menguar y él crecer”, cuando tú
hayas menguado al mínimo, Dios va ha estar aumentado al máximo. Todo esto es
cuestión de ponerle la mano encima de una persona, y entonces todo el que quiera estar
lleno del Espíritu que venga para acá, y entonces pacata la mano encima del otro. Todo
eso es cuento, si tú pones la mano encima de un ego maniático usted no lo está llenando
del Espíritu Santo, le está engriendo aún más diciéndole que tiene dones y ministerios
para que se sienta engolfado, porque él está lleno de su ego, no del Espíritu.

Ahora miren lo que dice en Is. 57: 15 “porque así dijo el alto y sublime....con el
quebrantado”, con aquel que está desarmado, aquel cuyo yomboego está en pedazos.
Dios para poderte llenar tiene que hacer pedazos tu yomboego. Cuando él haga pedazos
todo esto es cuando él te puede llenar, y dice con el humilde. El humilde es aquel cuyo
ego está reducido a su mínima expresión. Si tu ego está en el mínimo entonces Dios
puede llenarte al máximo, y dice “para hacer vivir”. Es decir, que cuando tú te reduces
al mínimo y el Espíritu Santo empieza a crecer dentro de ti, la vida espiritual empieza a
abundar, y el Espíritu Santo empieza a crecer dentro de ti. Y dice “para hacer vivir el
espíritu de los humildes y para vivificar, dar vida al corazón de los quebrantados”.

Hay una relación entre espiritualidad y quebrantamiento. Entonces mientras más usted
se deja quebrantar, más usted va a experimentar la vivificación espiritual. Hay quien
piensa que el avivamiento va a venir por alguien obrando milagros, y los demás
corriendo para ver. Entonces había avivamiento en el Antiguo Testamento porque hay
una lista mas larga de prodigios en el Antiguo Testamento que en el nuevo y las
multitudes maravilladas. Pero aquí no dice que Dios vivifica a los asombrados, dice que
Dios vivifica a los quebrantados. No pudo haber nadie más asombrado que los diez
leprosos, pero uno solo se quebrantó. Hay nueve que no solo se quedaron asombrados
solamente, sino que ni siquiera regresaron a decir gracias, como muchas iglesias que
priorizan la sanidad y asombran a mucha gentes que están sanados y maravillados pero
no quebrantados. El yomboego ahí todavía, estorbando la presencia de Dios, y
excluyendo la acción vivificadora del Espíritu sobre su alma.

Nosotros lo que necesitamos, y yo le doy gracias a Dios por la sanidad y porque no soy
un modernista ni un liberal, yo creo en el milagro, en los prodigio y en todo lo que dice
la Biblia, pero hay una escala de valores espiritual en la cual lo priorizado no es lo
material ni lo impersonal. Y esto es precisamente en lo que estaba pensando el apóstol
Pablo cuando él dice los dones están bien y el ministerio está bien pero les voy a
mostrar un camino mejor; les voy a hablar del amor que es la suprema motivación del
Espíritu.

Hemos visto que el ser humano tiene la semejanza con Dios fundada en la vida que él
comparte con Dios, le permite poder amar y que este amor es la motivación suprema de
su personalidad. Hemos analizado la importancia de la motivación para el hombre como
ser personal, como ser conciente, como ser libre, y que la vida exterior brota de la vida
interior del ser conciente. Y que la motivación es la que determina como el hombre
opera, razón por la cual el hombre debe guardar su corazón porque de él mana la vida
de forma positiva o de forma negativa. El amor también se manifiesta no solo como
la motivación sino como la calidad de la motivación. Es decir, la motivación puede
ser negativa o positiva a través del proceso de elección que el hombre hace en su vida.
Esta puede ser bien encaminada si tiene un carácter moral o mal encaminado cuando
tiene un carácter pecaminoso. La motivación es esencial al concepto de pecado, porque
precisamente lo que hace que sea pecado es porque es motivado. Entonces no decimos
que un animal peca, en el mundo impersonal no existe el pecado.

Las cosas mal encaminadas los llamamos accidentes, casualidades o los llamamos mal
funciones o disfunciones pero no los llamamos pecado. Pero en el mundo multipersonal
existen disfunciones en nuestra personalidad, en nuestra conducta, en nuestra actividad,
en nuestras relaciones, al igual que en el mundo impersonal. Pero en el mundo
multipersonal lo llamarías pecado. ¿Por qué no lo llamamos accidente? Los choques que
ocurren en el organismo no lo llamamos pecado, pero los que ocurren en la sociedad
humana le llamamos pecado. Porque hay leyes necesarias que rigen los fenómeno
naturales, pero en el mundo espiritual la motivación rige los fenómenos de la conducta
humana. Y las cosas en la conducta humana se producen de forma premeditada, de
forma meditada, de forma de elección y entonces ese carácter motivado de la conducta
humana, es lo que hace que un trastorno de la conducta o de la relación es considerado
pecado.

Los hombres para eliminar el concepto de pecado, necesitan eliminar el concepto de la


personalidad, y hacer que los fenómenos sociales y de la personalidad se asimilen a los
fenómenos de la naturaleza. Entonces se asimilan la personalidad humana y lo social a
los fenómenos naturales, impersonales, entonces no hay pecado, solamente hay mal
funciones que se arreglan con cambios políticos o con arreglos sicológicos, o de
cualquier otro programa educativo o cualquier otra cosa. Ahora si el hombre es una
persona libre , conciente, que su conducta y todo lo que él hace está sometido a una
motivación que ocupa la inteligencia y la afectividad; entonces un mal funcionamiento
no es solamente un mal funcionamiento, es que yo he elegido esa conducta. Y esa
conducta refleja una condición moral que está dentro de mí. ¿Por que usted cree que
están locos por lograr que el mono sea nuestro antecesor en vez de Dios? Ah, porque si
un mono es nuestro antecesor, con ese parentesco nos asemejamos a la naturaleza
impersonal, ya no tenemos pecado ni responsabilidad moral. Pero si reconocemos que
somos personas, que hay una vida dentro de nosotros que procede de él, que no somos
objetos, sino sujetos, somos sujetos de nuestra conducta, somos responsables, hay
moralidad y hay culpabilidad.

Entonces el hombre moderno está tratando de escaparse de su personalidad y de su


responsabilidad moral, similándose a su naturaleza impersonal. Entonces solo quedan
desarreglos, accidentes, desvíos históricos, que solo hay que hacerlos volver a su vía,
pero no hay problemas morales. Cuando los teólogos lleguen a esa apreciación, le
resulta funesta y fatal para el evangelio. Pierden todo el deseo de hablarle a la gente del
pecado, pierden todo deseo de hablar del corazón y de lo que sucede adentro. La
posibilidad de cambiar de vida no es por el actuar del Espíritu Santo dentro del hombre,
sino es simplemente aplicar formulas y técnicas y ya; que reajusta al hombre desde el
exterior. Pero nosotros al conservar la doctrina bíblica del hombre, tenemos que
comprender que céntrico a esto es la doctrina del hombre como un ser espiritual, un
sujeto conciente que actúa motivadamente, y que esta motivación puede ser
pecaminosa o puede ser bien encaminada. Si esta proyección es pecaminosa, la
persona tiene responsabilidad moral, y si la proyección es bien encaminada, tiene virtud
moral, porque la virtud es una palabra olvidada en la enseñanza y en el vocabulario
social. Esta palabra ha desaparecido porque ha desaparecido el concepto de
personalidad, el hombre como un sujeto.

El hombre ahora es un fenómeno natural, promovido por las leyes naturales, y por las
cosas en su exterior. No hay virtud, ahora la gente quisiera que la santidad y la
salvación vengan por esa vía, de forma sobrenatural. Algo misteriosamente va a meterse
dentro de él y por necesidad, y por determinación fuera de la mente, de los afectos y de
la voluntad lo determina para que sea bueno de aquí en adelante. Las gentes están
buscando fuerzas naturales que operan en el hombre, que expliquen porque es malo y
que expliquen porque es bueno. Pero no el hombre informándose, valorando la
información y haciendo una elección.

Ahora el evangelio no nos presenta el hombre de la sicología moderna. La sicología


moderna es una sicología impía que tiene intereses en suprimir las categorías bíblicas de
la personalidad. Es una sociología y también una filosofía impía, ellos trabajan sobre la
base de eliminar las categorías del hombre como un sujeto conciente, moralmente
responsable. Y si nosotros permitimos que estos pensamientos nos penetren, vamos a
estar destruyendo los fundamentos del evangelio.

Ahora hemos visto que Satanás fue el primero en salir de la verdad de quien es él, quien
es Dios, cual es el orden objetivo en el cual él está insertado. Después bajo tentación
Adán y Eva cayeron en lo mismo, “vosotros seréis dioses”, en este caso no es
autoengaño, en el caso de Lucifer fue autoengaño. Llegó a amarse más de la cuenta, y
concebirse a sí mismo en forma desproporciónales. Esto era una imposibilidad siempre,
porque pensar en que Dios creara otro Dios es absurdo, y el único ser infalible posible
es un Dios. Cualquier creación tiene que ser falible (con posibilidad de fallar), no ser
infalible. De modo que si es absurdo pensar que Dios cree un ser que no tiene la
posibilidad de fallar. Existía siempre la posibilidad de que Adán, o cualquier otro ser,
llegara a amarse más de la cuenta; y el primer ser que actualizó esa posibilidad fue
Lucifer. Llegó a amarse desproporcionadamente, y salió de la verdad por medio del
autoengaño. Hay un versículo que habla en término de un individuo que estaba
conciente de lo que es el autoengaño, y que estaba distanciándose del autoengaño. Pero
en el caso de Adán y Eva, era aquel que se había auto engañado, el que induce en Adán
y Eva una visión engañosa de Dios y del mundo, y ellos también empiezan a vivir en la
mentira. Y en todos los pecadores el problema fundamental, es que viven en la mentira,
y por eso Dios ha escogido la predicación de la verdad como una forma, como uno de
los aspectos de la redención del hombre. Dios confronta la mentira que vive el hombre,
con la verdad que viene de él. Y la verdad que viene del Dios enfrenta la mentira que
vive el hombre y sitúa a cada hombre de nuevo donde estaba Adán; ante una elección,
escoger el camino de la mentira o escoger el camino de la verdad; valorar y asumir la
verdad o rechazarla y seguir en la mentira.

Pero encontramos que este amor que es motivación y es calidad de motivación, tiene
calidad moral. Entonces encontramos que el amor como calidad moral en la motivación
de la persona, adquiere el carácter de auto trascendencia. El amor convoca al hombre a
trascenderse a sí mismo, el autoengaño lo convoca a endiosarse a sí mismo. La mentira
es verse a sí mismo del tamaño del universo. Ahora si tú te has aumentado hasta verte
del tamaño del universo, usted no tiene porque preocuparse del universo, el universo
eres tú. Tú puedes olvidarte del universo porque en tu entendimiento todo lo que existe,
existe para ti y tú eres centro de todo lo demás. Pero cuando usted se reduce al mínimo,
entonces te enfrentas con el universo que no eres tú, y ese universo te exige una
relación, y que no te percatas de su necesidad mientras el universo seas tú mismo. Pero
cuando has vuelto a tu dimensión normal, entonces te reconoces como solo una parte
del universo, en el cual tienes que relacionarte con un Dios eterno. Esto te exige
trascender hacia ese Dios, hacia esa creación. Tienes que buscar cual es el lugar tuyo en
ese orden que Dios ha creado, y con ese Dios que está cumpliendo un propósito a través
de ese orden, y como es que tu debes relacionarte con él. Esto es lo que plantea una
interacción con la realidad objetiva, y usted para integrarse e interactuar tiene que
trascenderse a sí mismo, salir de sí mismo, salir de sus intereses, salir de su auto
encerramiento, de su autoservicio, de su auto dedicación, de su auto centralización.
Proyectarse hacia Dios y a ese orden, buscar su lugar en ese orden, buscar su lugar en el
plan de Dios, buscar su papel, buscar lo correcto para regular su relación con Dios y con
el orden necesario; lo correcto para ocupar su lugar correcto y cumplir el papel correcto
que debe cumplir. Siempre que el hombre se trasciende a sí mismo hay una motivación
amorosa, en que el hombre está aplicando a la realidad fuera de él la misma
consideración que él aplica a sí mismo.

Por eso dice Cristo que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos. Hay quien
piensa que el hombre no debe amarse a sí mismo. En ninguna parte de la Biblia dice
eso. El que no se ama a sí mismo es un patológico, y una gran parte de las patologías
sicológicas se fundan en la pérdida del amor hacia sí mismo. Algunas veces se llega a
perder el amor, otras veces se llega a entrar en conflicto entre el amor y el desamor
hacia sí mismo, y ese conflicto llega e ser una cosa que está destruyendo al ser humano.
Se ama y no se ama, pero Dios a creado al hombre de tal manera que él no solamente
valora a Dios y valora a los fenómenos que lo rodean, sino que también se valora a sí
mismo. No solo se informa acerca de Dios y de todas las otras cosas, también se
informa acerca de sí mismo, valora su información. Esa información lo hace repudiarse
a sí mismo o aceptarse a sí mismo........ De ahí el pecado vuelca al hombre a una
contradicción interna en la cual él se informa sobre sí mismo, valora negativamente a sí
mismo, y se repudia a sí mismo; y entra en una relación de rechazo consigo mismo, que
destruye la solidez de su psiquis y de su conducta. El hombre para tener una psiquis
sana tiene que actuar bien, es una ley de su naturaleza, tiene que tener integridad. El
hombre no puede permanecer sano sin integridad, el hombre no puede tener una
sicología sana y normal sin integridad, no puede amarse a sí mismo en la medida en que
debe amarse a sí mismo sin integridad; porque él tiene que actuar bien para poderse
estimar y para poderse aceptar. La integridad es el amor al buen proceder, depende de
que el hombre se trascienda a sí mismo para amar a Dios en la medida en que debe
amar a Dios, amar al prójimo en la medida en que debe amar al prójimo, y en la medida
en que ama a Dios y al prójimo entonces ama el buen proceder. De ahí usted ve que si
usted no ama, a usted no le importa lo que afecta a Dios, ni lo que afecta a su prójimo.
Porque usted está encerrado en su ego, su ego es el universo y entonces lo que afecta a
Dios y a tu prójimo no te afecta. Pero cuando tú trasciendes tu ego hacia Dios entonces
lo que afecta a Dios y lo que afecta a tu prójimo te afecta, y entonces esto produce en ti
un amor al buen proceder, un compromiso de actuar bien para no afectar ni a Dios ni al
prójimo. Y cuando usted tiene este amor se hace sentir un compromiso de proceder de
tal manera que ni Dios es afectado, ni tu prójimo es afectado, ni el orden en que usted
vive es afectado. De ahí usted ve que Rom. 12: 9 dice que el amor sea sin fingimiento.
O sea, que hay un amor que podemos plantear en nuestra vida como un show para que
piensen que procedemos bien, pero dice “aborreced lo malo”.

Hay quien piensa que el que ama todo lo ve bueno, pero si su amor es trascendente, ha
trascendido sus propios intereses, las fronteras de su ego, puedes darte cuenta cuando
algo daña a alguien, cuando algo daña a otra persona. Si el mal no existe es porque solo
tú estás en el universo, pero si hay un Dios que tiene propósitos y planes que pueden ser
afectados por su conducta, y hay un prójimo que pude ser afectado negativamente por
su conducta, y tu amas a Dios y a tu prójimo tiene que aparecer el mal, algo que puede
afectar los propósitos de Dios y los intereses del prójimo. Dice la Biblia que si tú tienes
un amor incapacitado para descubrir el mal y aborrecerlo estás fingiendo. Si tú no tienes
un amor que te levanta la cortina, y amas a fulano, y puedes decir eso es malo para
fulano, y amas a mengano y puedes decir eso es malo para mengano, pero si tu eres un
yomboego todo lo que tu haces está bien a priori, pisas el cayo de tu prójimo y el gime,
y usted ahí, ¡hey! ¡Que tal! ¡Cómo estas!, nada de lo que tú hagas es malo. Dice la
Biblia que si tú dices que tú amas y la dimensión del mal no está claro para ti, dice que
estás fingiendo amor. Cuando tu amas la dimensión del mal está clara para ti, porque la
dimensión del mal aparece como función de la sensibilidad de lo que afecta a Dios, y de
lo que afecta a su prójimo, y de lo que afecta al orden en que usted vive, y si tú has
trascendido tu ego hacia Dios y hacia el prójimo, todo lo que les afecta lo siente en su
corazón con un aborrecimiento, con un rechazo. Por eso es que dice ama al prójimo
como a ti mismo, nadie tiene que enseñarte lo que es malo para ti, todo el mundo nace
con ese amor propio que a distancia descubre lo que le va a afectar. A una edad
temprana tenemos bien claro todo lo que nos va a afectar, pero el gran problema es que
nos amamos mucho y como nos amamos mucho tenemos muy claro todo lo que nos va
a afectar.

¿Donde está el lente oscuro de nosotros? En lo que va a afectar a Dios, los planes de
Dios, lo que va a afectar al prójimo, lo que va a afectar el orden en que estamos
enmarcados en nuestra existencia, lo que nos va a afectar a nosotros mismos enseguida
lo notamos, porque nos amamos en un yomboego que es el universo. Pero como no ama
a Dios, ni al prójimo ni al orden lo que les va a afectar se queda completamente
desinformado e indiferente, porque valoramos información. Si usted no ama no tiene
sensibilidad hacia lo que a ese individuo le puede afectar. Si usted ama sin fingimiento,
tienes que demostrar que usted sabe lo que es malo para el otro con la misma claridad
que tú sabes lo que es malo para ti, y rechazas lo que es malo para otro con la misma
fuerza que rechazas lo que te va a afectar a ti, y esa idea de que el amor es con
pamplinas y eso no existe.

No hay nada más implacable que el amor. Oiga, una madre que tiene una hija que está
saliendo de novia con un hombre que tiene sida, seguro que reacciona enseguida. Si
ama no puede haber arreglo en el corazón de ella con esa idea de que su hija se enferme.
el que ama rechaza implacablemente el mal, y el rechazo al mal es función del amor,
todo lo contrario a lo que la filosofía y la sicología liberal enseña. Si usted es capaz de
aceptar todo es porque todavía usted no ama, usted aborrecerá lo malo y seguirá lo
bueno, porque lo bueno va a beneficiar, a favorecer.

El amor es selectivo, el amor no es permisivo, el amor no encuentra bien todo, ni abraza


todo. Uno de las características del amor es que es selectivo: detecta y rechaza lo malo y
acepta y se dedica a lo bueno y por eso es que dice en Romanos 13: 9 “porque no
matarás, no codiciaras, no.....” Estas cosas dice no hacerlas, pero no dice que no lo
hagas como una conducta que tú te implantas simplemente para cumplir con una ley. El
que da falso testimonio destruye la reputación de la persona y dice que todo pecador es
homicida, porque no hay pecado que no destruya a alguien. Ahora cuando dice el
adulterio daña a alguien, el asesinato, el hurto, la codicia. Porque la codicia, si una
persona tiene algo y yo no me puedo regocijar en el bien que esa persona disfruta en la
misma forma que si fuera yo que estoy demostrando. Si fuera yo me regocijo, pero si es
otro el que lo disfruta me mortifica, eso es codicia y quiere decir que ya esa persona lo
mató en su corazón, porque si tú lo amaras no te importara y tendrías el mismo gozo si
lo tiene él como si lo tienes tú. Si tienes gozo de tenerlo tú pero no de que lo tenga él
entonces lo matasteis, quiere decir que todas esas cosas que hacen daño, el amor no las
admite. Entonces dice no hagas estas cosas, pero no como para cumplir con una ley,
sino que no lo hagas porque amas al prójimo como a ti mismo, y vas a ser sensible al
mal que le puede afectar, y en la misma medida que lo rechazarías para ti lo rechazarás
para otro. El amor es trascenderte de tal manera que lo mismo que tú quieres para ti lo
quieres para ellos, y lo que tú rechazas para ti lo rechazas para ellos.

Entonces el propio amor es el que va a ser sensible a lo que les va a beneficiar o lo que
les va a dañar, no una letra, no una placa. Por eso es que dice aquí en hebreos uno de los
efectos de la auto trascendencia del hombre hacia Dios y hacia el prójimo y hacia el
orden. En el Antiguo Testamento había que darles un código, porque no había amor
para ser sensibles a esto. Pero ahora dice “este es el pacto que haré después de aquellos
días pondré mis leyes en su mente de ellos y sobre su corazón las escribiré”. Aparece en
la mente la lucidez para ver todo lo que afecta al orden, y al plan de Dios, y dice en eso
se cumple la ley, y yo digo en eso se sobre cumple la ley, porque ninguna ley escrita
puede contemplar toda la infinidad de relaciones humanas e interacciones sociales y sus
coyunturas. El decálogo es un resumen, pero dice cuando está el amor, el amor de Dios
en el cual amamos a nuestro prójimo como a sí mismo, entonces en la mente viene
enseguida la lucidez y su carácter selectivo, que rechaza el mal y se esmera en el buen
proceder en todas las coyunturas de la vida.

Hay dos tipos de amor, el amor humano y el amor divino y cuando estamos hablando de
ese amor que sustituye la ley de Moisés y cualquier otro código divino, que tiene ese
carácter selectivo para rechazar lo malo y asumir la conducta favorable hacia los demás
no estamos hablando del amor humano, estamos hablando del amor de Dios. La ley de
Moisés nos da más garantía que el amor humano. El amor humano es ese amor
egocéntrico: me amo yo, amo lo mío, amo mi patria, amo mi clase social, amo a los que
piensan teológicamente como yo. El ego es el centro y se ama lo que es mío, es mi
familia, es mi esposa, es mi raza, es mi clase social, pertenece a mi partido, pertenece a
mi iglesia, tiene mi teología. Pero esta proclividad que tiene el amor humano a valorar
las cosa a partir del ego y los intereses de ego, hace que se trace una línea de
demarcación dentro de la cual se ama y fuera de la cual no se ama. Entonces hay
personas, por ejemplo, una película que yo vi que se llama la familia. La película llegó a
enfocar sus relaciones y el amor a su pandilla, así que había un amor doméstico y
relaciones cariñosas entre los mafiosos. Ahora esas gentes salían y hacían horrendos
crímenes, pero regresaban a la casa cariñosos con la mujer, cariñosos con los hijos, y
aquella ternura y aquello me dejó perturbado. Pero estudiando la teología me doy cuenta
que el amor humano es así, amamos dentro de un círculo y somos una gente tremenda
pero cuando cruzamos ese círculo entonces somos capaces de horrendas cosas con los
que están fuera de ese círculo.

Trascendencia, el amor de Dios trasciende todos los círculos, el círculo del ego, el
círculo de la familia, el círculo de la raza, del partido, el amor de Dios es un amor sin
fronteras. Por eso dice de tal manera amó Dios al mundo, si hubiera amado a un circulo
trazado no hubiera habido encarnación. El amor de Dios trasciende todas las fronteras,
es un amor sin fronteras y es incondicional y ese amor sin fronteras e incondicional es
lo que nos da la gracia de Dios, porque si el amor es condicional está condicionado a
un círculo, si estás dentro te amo, si estás fuera no te amo. Pero como dice que Dios nos
amó: gratuitamente, incondicionalmente, nosotros nunca salimos del corazón de Dios,
no importa lo que hagamos, lo que destruyamos, pero nunca salimos del corazón de
Dios, siempre tenemos un espacio en su corazón. Es un amor sin fronteras, si usted ama
sin fronteras está amando incondicionalmente, y la única fidelidad que hay en la vida es
la fidelidad de aquella persona que ama sin fronteras, y que ama incondicionalmente.
Todo amor que es condicional es infiel, de ahí usted encuentra que la gracia de Dios se
manifiesta hacia el hombre con dádivas, y ofertas que no merece, a un precio que no
merece, y solo somos privados de la salvación y de la gracia eterna no por la respuesta
de Dios hacia nosotros sino por la respuesta de nosotros a él. La única cosa que limita el
alcance es nuestra respuesta, de ahí usted ve que hoy día uno de los problemas que hoy
necesitamos distinguir dentro de la iglesia, es distinguir dentro del amor de nosotros, del
amor humano y del amor de Dios, y cuando Pablo dice que nos muestra un camino más
excelente, sería un gran error si activamos ese amor de nosotros, ese amor humano en
respuesta a ese llamado. Por eso el cristianismo está fracasando porque hay pastores
tratando de que ese amor terrenal funge en ese camino más excelente, ese amor no tiene
alcance para cumplir ese papel Entonces quitamos de en medio la ley de Moisés, no
tenemos ese amor del cual él está hablando, y tratamos de que el amor nuestro humano
resuelva lo que tiene que resolver y fracasa, porque ese amor no tiene alcance para
resolver lo que tiene que resolver.

El amor humano no solamente es un amor con fronteras, es un amor que se fatiga, que
cuando está frente a una situación que le hace difícil manifestarse se fatiga y llega a
zozobrar el esfuerzo. Es un amor que no ve objetivamente, sino parcializadamente, ve
claro todo dentro del círculo de su devoción, pero fuera le es muy difícil ver que es
malo y que es bueno, es un amor que se convierte en su contrario. Cuando se ve
contrariado por algún motivo, aquel que era objeto de su amor se convierte en enemigo
digno de muerte, y es capaz de las más terribles reacciones frente a su enemigo, el amor
se transformó en su contrario, ¿Ese es el amor con que nosotros queremos motivar la
iglesia y motivar las grandes hazañas de la fe, es el amor que inspire la obra misionera?
Hay que llegar a ese amor que es de Dios, pero allí es donde tenemos que comprender
que con el ego por el medio, ese amor nunca llegará a ser una realidad dentro , peculiar
al hombre pecador y en la del ser humano. Entre tanto que el ego esté instalado en
nosotros nuestro amor será el de es ego y no el del Espíritu, porque no le damos espacio
al Espíritu.

La iglesia no se puede fundar en eso, los esfuerzos para rescatar al mundo de las garras
del maligno no se pueden fundar en eso, tenemos que trascender a ese camino más
excelente que es superior a los dones y a los ministerios, porque es la motivación que
hace falta para usar bien los dones, y los ministerios, solo ese amor nos puede preservar
de los fracasos. Cristo demostró muy bien que su amor era incondicional, desentralizado
y no ese amor enfermizo. Y en la misma medida en que Jesucristo amaba con eso amor
trascendente, también en esa medida chocaba con la sociedad humana, porque el
camino que traza el amor de Dios entra en conflicto con el camino que traza el amor del
ego. Y en esa contradicción entre el amor de Dios y el amor del ego surge la vía crusis
que tienen que atravesar los que aman con el amor de Dios, porque cuando usted vive
en una sociedad llena de hombres que aman con el amor humano, y se asocian en
distintos círculos para defender y proveer sus esferas de influencia y apareces tú con tu
amor trascendente, con tu amor incondicional, y sin fronteras, y los que ellos consideran
enemigos usted no los ve como enemigos, y los que ellos quieren fulminar usted los
quiere salvar, y los que ellos quieren denigrar usted los quiere ennoblecer, y usted
empieza a chocar con sus valores, y con sus intereses, y con sus patrones y, con los que
ellos quieren endemonizar y endiablar. Entonces necesariamente tiene que aparecer la
cruz, donde si tú vas a seguir con esos patrones que traza su amor trascendente y no se
va a ajustar a los patrones de ellos, entonces te conviertes en blanco. Para los judíos los
gentiles eran perros, y Cristo derribó la pared entre gentiles y judíos, y le dio un
tratamiento igual a los gentiles. Ya él estaba chocando con los círculos que habían
trazado los judíos, los que odiaban los romanos decían que había que organizar un
ejército y fulminarlos, y Jesucristo decía ¿Quien es el que está aquí en esta moneda?
Dale a César lo que le pertenece, los samaritanos eran considerados como subhumanos,
y en los cuentos de Cristo los samaritanos aparecen como héroes. Todos los héroes de él
eran samaritanos, entonces chocaba, el camino trazado por el amor supremo y el camino
trazado por el amor humano. A este tenemos que eliminarlo, porque está perturbando
nuestra sociedad, y nuestras perspectivas, no nos conviene.

Dice Cristo el que va a venir detrás de mí si vas a proyectarte en el mundo a partir del
mismo amor que trasciende todos los círculos, y todas las fronteras, y todos los
intereses, el que va a darle un gigantesco abrazo a toda la humanidad, y que se va a
brindar incondicionalmente si vas a venir haciendo la misma obra que yo estoy
haciendo sobre las mismas bases que yo la estoy haciendo, prepárate para cargar la
cruz. Entonces la cruz viene a ser garantía de la fidelidad en la vía crusis, garantía de la
victoria, garantía de llevar la empresa hasta el final. Porque cuando se te plantea la
oposición y el enfrentamiento con los que tienen otro amor diferente, y hay que pagar
caro su adyesión al amor supremo, allí mismo usted va a abandonar camino, allí mismo
usted va a claudicar, allí mismo usted va a entrar en componendas con la oposición para
aminorar sus sufrimientos, sus pérdidas e incrementar sus perspectivas. Pero tu
autenticidad como hombre, como hijo de Dios que mantiene fiel su posición, su
adhesión al amor supremo, al programa de Dios y llega a plantarse la cruz, y la única
condición de seguir adelante es abrazar la cruz, y la única condición de mantenerse
auténtico, íntegro, es no entrar en componendas aunque se muera. La condición de la
autenticidad, la condición de la fidelidad, la condición de la integridad, es la cruz. Pasa
hambre, la mujer dice yo fui ramera porque tenía hambre y otra mujer dice yo morí de
hambre porque yo no podía vender mi dignidad. La mujer integra se muere en su
dignidad, el pastor íntegro se muere de hambre, el pastor íntegro si no puede salir afuera
no sale, el pastor integro si no me van a ver como una persona chévere y me ven como
un ogro, pues que me vean como un ogro, yo no estoy en ningún concurso de belleza. El
pastor que le gusta estar en un concurso de belleza nunca va a ser íntegro. Usted para
ser fiel a los ideales espirituales tiene que andar en la vía crusis con la cruz acuesta, y
que sea Dios el que determina lo que tú disfrutas. Saldré cuando Dios quiera, tendré
casa cuando Dios quiera. Pero hay que llenar la vida de motivación para abrazar la cruz
y mantener la integridad, y la autenticidad, y la fidelidad, y no variar los parámetros
trazados por el amor supremo, y que lo que es malo permanezca malo, y que lo que es
bueno permanezca bueno, y que no haya emborronamiento de las fronteras entre el bien
y el mal, y mientras más supremo es el amor más imborrable es la frontera entre el bien
y el mal, la implacabilidad del amor supremo contra el mal no es transmitido y
transferido al malo.

Dios es implacable frente al malo, y misericordioso frente al malo, Dios aborrece al mal
y nunca deja de amar al malo, y ese es otro aspecto de la gracia, es la razón de la gracia,
y es la razón por la cual existe la cruz. Dios aborrece el mal, pero precisamente porque
seguía amando al malo es que murió por él en la cruz, para separar al malo del mal y
nosotros no tratamos de matar al malo, lo tratamos de separar del mal. No tratamos de
odiar al malo, no tratamos de repudiarlo, repudiamos su maldad y lo abrazamos a él, lo
tratamos de rescatar y lo tratamos de redimir. Cuando usted es lo suficiente espiritual
usted será implacable con lo malo, pero tu amor al malo será incondicional e
incambiable, y todo su esfuerzo será pagar el precio que haya que pagar para separarlo
del mal, esto es la cruz. Las sublimes páginas del evangelio se han escrito con Dios
abrazando al malo a la vez que repudia al mal, y esta es otra vía crusis que hace erguirse
la silueta del mundo, la cruz del calvario y que cada uno de nosotros tengamos también
nuestra cruz. A veces usted da la mano a personas que la gente entiende que usted debe
fulminar, y a veces usted abraza a personas que la gente entiende que si usted fuera
santo usted estaría con la bota en su cabeza, y sin embargo hay otros que piensan que la
forma de amar es decir que lo que hace no era tan malo, y que el pecado no es tal
pecado. Ahí no hay cruz, lo que hay es infidelidad, tergiversación, distorsión. Hay cruz
cuando ama al malo y lo abraza y le dice en su cara que es inaceptable su pecado y está
dispuesto a sacrificarse, ponerse en la boca de la gente, ser vilipendiado, arrastrado en el
fango y destruido por ayudarlo, entonces hay cruz. Pero aún cuando tú estás sufriendo
así sentirás el gozo de estar padeciendo como Cristo padeció, y de que estás logrando lo
que Cristo nos mandó a lograr.

En la vida cristiana y en el ministerio cristiano, hemos visto algunos aspectos de ese


amor tal como el Señor nos llama a experimentarlo y a practicarlo. En el Nuevo
Testamento el amor sustituye la ley de Moisés, y el hecho de que el amor sustituye la
ley de Moisés hace que sea sumamente crucial para la iglesia el tener o no tener amor;
ya que si no tenemos amor en vez de ser superiores a los judíos vamos a ser inferiores a
ellos, porque si el amor sustituye la ley y no lo tenemos, entonces la regulación que esta
en la vida de los judíos no la tenemos, y tampoco tenemos la regulación que el amor
debe impartir en nuestras vidas. De modo que un cristiano que no tiene amor es peor
que un judío, porque ni tiene la regulación del amor, ni tiene la ley.

Uno de los grandes problemas que acecha a la iglesia de hoy es la forma en que se
interpreta la gracia, se interpreta la gracia como estar por la libre. Todo el mundo dice
no estamos bajo la ley y están al acecho de cualquier persona que le puede plantear
obras o normas para su vida. Cuando ellos se ven frente a la exigencia de normas para
su vida gritan “no, no estamos bajo la ley”, pero ellos tampoco están regulados por el
amor porque no lo tienen. Entonces se va creando en la iglesia un relajo en la conducta
del cristiano, se va creando en la iglesia un paganismo cristiano. Es bueno que leamos
en Rom. 7: 6., pero cuando nosotros recibimos al Señor Jesucristo como nuestro
salvador el mismo Espíritu que dio esa letra está dentro dictando. Él no tiene que darnos
una letra porque el Espíritu de la letra está en el corazón. Entonces si usted no quiere
estar bajo la ley debes demostrar que hay un Espíritu dentro de ti que está legislando, si
usted demuestra esto, contra ese Espíritu que está legislando no hay ley. Pero si usted es
un salvaje, entonces hay que tratarte como un salvaje.

Entonces algunos dicen que no estamos bajo la ley y algunos dicen que no hay que tener
obras. Pero cuando hablamos del amor como motivo calificador de la integridad
cristiana, no hay integridad sin obras, porque la integridad es la condición de las obras,
y cuando hablamos de obras estamos hablando de obras aceptables a Dios, porque la
actuación anárquica y salvaje, pecadora no es aceptable a Dios. Toda actuación
desordenada, desenfrenada es inaceptable a Dios. Dice en 1ra de Corintios 14:40 “pero
hágase todo decentemente y en orden”. La indecencia y el desorden Dios no lo acepta
en su iglesia, primero un gobierno acepta un relajo en el tránsito que Dios el desorden
en su iglesia. ¿Como se vería un gobierno que deja en el caos el tránsito público? Todo
el mundo juzgaría mal ese gobierno. ¿Como podemos creer que el rey de reyes y señor
de señores va a aceptar el caos en su iglesia? Dios prohíbe el desorden en su iglesia, el
caos en su iglesia, porque es un mal testimonio para su gobierno, estamos aquí para
demostrar al mundo las virtudes del gobierno de Dios. Estamos aquí para demostrar que
la alternativa efectiva contra la anarquía que hay en el mundo es el evangelio y no
creando un caos en la iglesia. Encontramos que cuando la Biblia habla de obras está
hablando de la calidad moral de las actuaciones cristianas, y déjeme decirle que la
Biblia siempre ha priorizado el trato con el problema del pecado desde el punto de vista
práctico, que desde el punto de vista místico.

La filosofía clásica empezó a presentar esencia de los seres y eso durante siglos y siglos
ha ido preocupando a mucha gente, como las manifestaciones externas son
determinadas por esencias internas (y yo no voy a entrar ahora en una disertación
filosófica sobre estas cuestiones, solo voy a hacer un comentario al respecto y es que),
la razón por la cual los filósofos han venido buscando esencias en las cosas materiales
que no existen, es cierto que no existen esas esencias. Es porque no han querido creer
en Dios, si creyeran en Dios no tenían que buscar esas esencias. Si usted ve una
máquina que viene maniobrando en la calle usted ve el chofer, ya usted no busca una
esencia en el carro para explicar el movimiento del carro porque usted vio el chofer,
pero usted ve una máquina sin chofer maniobrando perfectamente en la calle y usted va
a buscar en ella alguna esencia que está imprimiendo al carro esa maniobra tan bien
hecha. Entonces los hombres al no creer en Dios buscan en la naturaleza una realidad
subyacente que es la causa de esa maniobra tan bien que hace las moléculas, y que hace
los polímeros, y van buscando esas esencias. Pero nosotros los cristianos no tenemos
que buscar tales esencias porque conocemos al chofer. Pero hay muchos filósofos sobre
todo en la filosofía escolástica que cayó en ese problema de las esencias y nosotros
estamos enredados en eso. A veces nosotros un poco que mistificamos las cosas, pero la
Biblia cuando habla de santidad lo trata de una manera muy práctica y cuando habla de
obra no está hablando simplemente de trabajar, está hablando de la exigencia divina de
que los que están con él, los que están en su pueblo actúen bien, que obren bien, que no
se repita en el pueblo de Dios el relajo, el desorden y el caos que se da en el mundo
pecador, y la doctrina de santidad se plantea en la Biblia en términos de obras no en
términos de esencias. Aunque sí creemos que el problema de la esencia sí aparece en el
mundo personal, porque la parte espiritual es la esencias de la parte física. Entonces,
aunque no admitimos esencias en el mundo físico, si lo admitimos en el mundo
personal, y uno de los versículos que leímos ayer se funda en esa idea “sobre toda cosa
guardada guarda hijo mío tu corazón porque de él mana la vida”.

El espíritu es la esencia de lo que vamos a ser externamente y objetivamente. Entonces


encontramos que cuando el hombre comprende que Dios no quiere presidir el desorden
y el caos, porque eso a él lo desprestigia y lo desacredita como gobernante y no lo va a
aceptar. Entonces dice en el versículo 33 del capítulo 14 de 1ra de Corintios “Dios no es
Dios de confusión (léase caos), quiere decir que donde Dios gobierna no puede haber
caos, ni relajo, ni desorden, porque él no consiente en presidir el desorden. Ahora dice
que Dios no es Dios de confusión, sino de paz como en todas las iglesias de los
santos”. O sea que ninguna iglesia está exceptuada de acatar este principio.

Ahora la calidad es la calificación para funcionar dentro del orden. Una persona que
está moralmente capacitado para funcionar dentro del orden es una persona íntegra, y
Dios exige que las personas se califiquen para actuar ordenadamente en su reino en su
pueblo. Una de las tareas de la salvación es esa precisamente. Ayer hablábamos de
como se reduce el concepto de la salvación al perdón, pero también se reduce el
concepto de la salvación a obtener un pasaporte para el cielo, y entonces la iglesia se
transforma en una terminal, una terminal de vuelos espaciales donde la gente viene a la
terminal y se sientan a esperar el vuelo. Entonces el vuelo va a suceder en la segunda
venida, Cristo es el piloto de la nave espacial que cuando venga todos nos vamos a
montar para ir con él al cielo. Entonces la iglesia se transforma en la taquilla donde
sacamos el pasaje para ir al cielo, y allí está el salón de espera, y todos estamos
sentaditos allí esperando el piloto que va a venir a recogernos. Un cristianismo tan
ridículo y tan absurdo es bochornoso. Nosotros tenemos que saber que el Señor
pretende cosas mucho más dignas que eso y vamos a leer en el libro de Efesios capítulo
2: 1- 3, dice primero en el versículo uno “él os dio vida a vosotros cuando estabais
muertos en vuestros delitos y pecados”. Es decir que el Señor nuestro Dios pretende a
través de la salvación resolver el problema de la muerte espiritual que es lo que hace
que el hombre no pueda amar, que es lo que hace el hombre no pueda legislarse así
mismo, sino que haya que imponérselo desde afuera. Por eso le dijo a Nicodemo que es
necesario nacer de nuevo o sea que al dar vida espiritual se resuelve un grave problema
social, todos los problemas relacionales se resuelven. Pero con esta teoría de que la
salvación se reduce al perdón, y que convierte a la iglesia en una taquillera, hace que el
proyecto social de la iglesia no llegue a realizarse porque los mismos pastores cristianos
están castrando al evangelio de toda la realización plena de ese potencial.

Entonces dice que nos dio vida a nosotros que estábamos muertos. A través de esa vida
recobramos la capacidad de amar y la capacidad autorreguladora. El amor empieza a
dictar en nuestro corazón y se elimina la necesidad de todas las manifestaciones
represivas a través de la historia, y se hacen posible las relaciones ordenadas en libertad.
Por eso es que Santiago llama a la ley del Espíritu, la ley de la libertad en Sgo. 1. 25 “la
perfecta ley”, porque es la que se legisla desde el corazón, que destrona toda tiranía y
que asegura que el hombre solo va a cumplir con fidelidad, y con sinceridad lo que nace
en su corazón. Dios lo ha hecho así, y es por eso tan importante que el hombre reciba la
vida, por eso es que esa ley es perfecta y es la ley de la verdad, porque cuando se está
legislando desde adentro termina la necesidad de la imposición desde afuera. Entonces
en Rom. 8: 1, “ahora pues”, ese “ahora pues” quiere decir, y ahora voy a atacar a
algunos de ustedes. Yo estoy muy enojado con algunos pastores que están
desprestigiando la Biblia y en su afán de afianzar en la iglesia de que somos débiles,
imperfectos, que nadie puede ser perfecto, ponen al apóstol Pablo como fundamento
para hacer ver que si alguien como el apóstol Pablo era un hombre anárquico, relajoso,
desenfrenado, que no podía gobernarse, entonces si él fue así, nosotros no debemos
preocuparnos de esas perretas que tenemos siendo cristianos.

Estos blasfemos y traficantes del relajo deben preocuparse de ser más respetuosos de las
figuras que Dios coloca ante la iglesia como héroes de la fe y modelos de la santidad.
Este “ahora pues”, es un contraste con el tiempo con lo dicho en el capítulo 7. Es decir
nos está señalando que el tiempo es diferente, que ese “ahora”, nos está señalando de
otro tiempo y que coloca pues lo dicho en el capítulo anterior en un tiempo anterior y lo
que se va a decir ahora, en el capítulo 8, en la actualidad del apóstol. Entonces cuando
nosotros cogemos el capítulo 7 para ubicarnos en que tiempo sucedieron los hechos
referidos allí, encontramos en el versículo 9 que dice “yo sin la ley vivía en un tiempo”.
¿En que etapa de la vida vive un judío sin la ley? Nosotros sabemos que a los doce años
los padres judíos tienen que llevar a sus hijos al templo para ser examinados en la ley,
para mostrar que los padres cumplieron su deber de enseñar la ley a sus hijos, por eso
Jesucristo fue llevado a los doce años al templo y dejó boquiabiertos a todos los que le
estaban examinando cuando empezó a despacharse. Entonces encontramos que en que
etapa está un niño judío sin la ley, en la etapa de la inocencia, de la temprana infancia,
cuando todavía no tiene la edad para que le enseñen la ley. Entonces este capitulo se
ubica en el tiempo en que está transcurriendo todo lo que cuenta en el capítulo 7, él
empezó con su infancia bajo la ley y al empezar con su infancia bajo la ley está
demostrando como la ley no pudo resolver todo el relajo, el desenfreno y el desorden
que había en su naturaleza, la ley era incapaz de resolverla. Ayer veíamos como el
propio Dios calificó la ley de inefectiva, débil, ineficiente por esta misma razón de que
dictaba al hombre externamente la conducta correcta, pero era incapaz de eliminar de la
naturaleza humana el relajo, el desorden, el desenfreno. Entonces encontramos que
Pablo empieza a contarnos desde que era un bebé y termina siendo ya un hombre,
diciendo “miserable de mí quien me librará de este cuerpo de muerte”.

Entonces en el capítulo 8 empieza diciendo “ahora pues”, ya no está hablando de su


trayectoria bajo la ley donde la ley no le resolvía su problema sino que dice “ahora
pues”, que yo encontré a Cristo esta es mi situación ahora “ninguna condenación hay
para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme
al espíritu”. ¿Que quiere decir andar conforme al espíritu? Que ha recibido vida, que
ahora mora en él el amor de Dios, que ese amor legisla dentro de él, que usted regula su
conducta a partir del amor y por eso anda conforme al espíritu. Pero ahora estamos
libres de la ley, esto es el concepto que está siendo muy publicado en los círculos
evangélicos, se está presentando a Cristo como el que nos libera de la ley y es cierto
porque aquí se afirma categóricamente que estamos libres de la ley. Pero observen lo
que dice a continuación, “libres de la ley por haber muerto para aquella en que
estábamos sujetos de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo”. Entonces no es que
Cristo te va a sacar de la ley para decirte anda ahora por la libre, no es eso. Lo que
ocurre es una permuta, él ha permutado un régimen por otro nuevo, usted salió de la ley
pero ahora usted está bajo el régimen nuevo del Espíritu. Cuando averiguamos lo que
decían los profetas de nosotros, ellos decían que el pueblo que sustituiría al sistema
mosaico seria un pueblo que tendría las leyes escritas en sus corazones, que Dios iba a
escribir sus leyes en el corazón. Ahora nosotros sabemos que escribir leyes en el
corazón no es cuestión de un plumón que se mete dentro y empieza a escribir en un
texto legible, sino que dice la Biblia que el fruto del Espíritu es amor y dice Cristo el
amor es el nuevo mandamiento. El amor actúa como ley, el amor legisla y es muy
importante para nosotros saber que ninguna persona que ama es desenfrenada, porque el
amor legisla, y nosotros sabemos que en todos los aspectos de la vida podemos ver esto.
Si usted tiene una prenda que le gusta usted la cuida, no le gusta verla tirada ni que los
niños la tomen para jugar, usted la cuida.

El amor a esa prenda legisla su conducta hacia ella, la letra se hizo necesaria por la
ausencia de amor en los corazones. ¿Que es lo que hizo que se ausentara el amor de los
corazones? La muerte espiritual. Cuando el hombre muere espiritualmente muere el
amor. Usted recuerda de que hemos hablado de que el amor humano, el amor terrenal es
lo que está en el hombre cuando está muerto espiritualmente, más de ese amor terrenal
hablamos ampliamente acerca de sus deficiencias y defectos. Pero el amor que es fruto,
o sea, producto del Espíritu, solo se puede tener teniendo el Espíritu y solo se puede
experimentar experimentando la vida espiritual. Por eso es que cuando el hombre muere
espiritualmente le pierde el amor de Dios, se queda con el amor humano que no puede
fungir en todas las funciones que puede fungir el amor de Dios. Entonces ese amor de
Dios que falta en el corazón del hombre hace que en las interacciones multipersonales
no existe la legislación en el corazón, y las interrelaciones e interacciones se trastornan
como cuando en un tránsito no hay semáforo, legislando los turno y los derechos del
tránsito en la vía. En las relaciones interpersonales existen las mismas exigencias de la
interacción. Cuando no existe el amor legislando en el corazón y no reconocemos a
través del amor los derechos de los demás, y los turnos de los demás, y las prerrogativas
que le corresponden a los demás, se producen los choque, los desastres, los relajos en
las relaciones y los hombres llegan a ser una amenaza los unos para los otros, esto hace
que disminuya el amor más todavía. Nadie ama una amenaza, si usted conoce una
persona que no reconoce derechos, turnos, ni prerrogativas de ningún tipo. Los hombres
que se transforman en amenaza no se aman, en relaciones de relajo, de desenfreno, de
relaciones anárquicas no puede prosperar el amor, nadie puede amar una amenaza.

La sociedad secular adolece de esta situación porque en ella no prospera el amor,


primero porque falta el amor de Dios al estar muertos todos los componentes y segundo
porque al faltar el amor faltan las regulaciones para que las relaciones multipersonales
se desarrollen de una forma ordenada y funcional, y empiezan a dañarse unos a otros y
vuelven a perder hasta el amor humano. Entonces en la sociedad secular empiezan por
no tener amor de Dios, y al constituirse en una amenaza unos a otros terminan por
perder hasta el amor humano. El amor humano se transforma en su contrario bajo
presión, la gente empieza a odiar aún a la persona que antes amaba, y en esta escalada
de la venganza, del desahogo y en un incremento exponencial de la violencia en la
sociedad humana, entonces aparece la ley de la letra. Alguien que dice pues eso no
puede seguir y empieza a escribir, a legislar regulaciones externas por la falta de
regulaciones internas, los hombres se pasan su vida imponiendo estas regulaciones
externas y luchando por la libertad. La historia de todos los pueblos es una historia de
cuando los hombre están libres que se convierten en una amenaza unos a otros, y
aparece el que dicta leyes y las impone, pero cuando ya esa situación de las leyes
externas y de las imposiciones externas se hace insoportable entonces empiezan a luchar
por la libertad. Entonces cuando vuelven a conquistar la libertad, la vuelven a abusar,
porque al no tener amor no pueden regular las relaciones a través del Espíritu. Entonces
vuelven otra vez a crear el relajo, la anarquía, entonces vuelve a aparecer la autoridad
con el plumón en una mano y el bastón en la otra. Entonces los hombres se pasan toda
su historia en ese vaivén de conquistar su libertad y buscarse un tirano que les imponga
la ley, la historia es un vaivén entre el abuso de la libertad y el abuso de la autoridad,
pero ese vaivén que existe en la historia secular es completamente inevitable en el
pecado.

En el pecado nadie lo puede eliminar, no hay ningún sistema concebible o existente que
lo pueda eliminar, porque la causa de ese vaivén entre el abuso de la libertad y el abuso
de la autoridad está en el pecado, y para eliminarlo hay que eliminar el pecado. Por esa
razón es que cuando la iglesia no tiene una idea clara y definida acerca del pecado y lo
que este significa, ella tampoco puede eliminar este vaivén histórico. Ahora como el
pecado mata al alma y el amor es fruto del Espíritu, cuando el pecado mata al alma mata
el amor, porque el amor es fruto del Espíritu. Todo el que vive en el pecado está
incapacitado para amar e incapacitado para regular sus interrelaciones multipersonales
desde su corazón, porque el amor es la regulación interna que la única alternativa a ella
es la imposición. Entonces por salvar la comunidad, porque una persona no vale más
que la comunidad, hay que imponérselo. Sencillamente nadie es equivalente a un pueblo
y a veces hay que imponérsele a los individuos como poniéndole camisa de fuerza a un
loco, usted no puede dejar suelto a un loco porque va a estar creando un caos y esa es la
lógica de la historia. Dios creó al hombre para regularse de todo lo que una ley le
pudiera decir, pero él solo va a decirse a sí mismo estas cosas cuando ama, cuando no
ama es un loco que hay que ponerle camisa de fuerza. Quiere decir que sin la
espiritualidad no hay libertad y toda esa idea de libertad sin espiritualidad es cuento. No
va a existir jamás por la sencilla razón de que la única alternativa a la imposición es el
amor que la persona ame con el amor de Dios, y que ese amor legisla y regula su
conducta, y elimina la necesidad de la imposición.

En Gálatas cap. 5, donde el apóstol Pablo enumera una serie de características del amor,
termina diciendo: “mansedumbre, templanza, contra tales cosas no hay ley”. Es decir,
las manifestaciones del amor no provoca una manifestación externa que exige la
aplicación de una autoridad, las manifestaciones del amor regulan desde adentro, no hay
ley porque no es necesaria, no hace falta. Hay quien exige: no estamos bajo la ley, y sin
embargo son anárquicos. Tenemos iglesias donde lo que se pastorea es una selva,
porque se inscriben en la doctrina que ser cristianos es no estar bajo la ley, se ven con
las manos amarradas. Los pastores tienen que ubicarse, porque los que están llegando a
la iglesia no tuvieron nunca que respetar a padre porque no lo tuvieron, no tuvieron que
respetar a madre porque la madre los dejó criarse solos en la calle, no tuvieron que
respetar a maestros porque ellos estaban amarrados por las leyes de que no pueden esto,
ni pueden lo otro con los muchachos. Entonces lo que están llegando a la iglesia son
salvajes, llegaron a la secundaria y eran como muchachas lanzadas a un potrero a todo.
Entonces llegan y les dicen estoy convertido, pero llegan y quieren ir arriba del pastor y
arriba de todo el mundo y se ponen.... Ubíquense pastores, porque si no buscan una
buena comprensión teológica van a estar pastoreando una selva, peor que la que hay allá
fuera dentro de la iglesia.

Ahora cuando una madre por razones justificadas tiene que estar ausente de la casa ella
busca una nodriza, pero hay una diferencia entre el amor de la madre y el de la nodriza,
esa es la diferencia que hay entre el amor de Dios y el amor humano. Como la madre
desconfía del amor de la nodriza a su bebé, ella le prescribe un horario con todo lo que
tiene que hacer, le da la letra, pero para ella misma no necesita de esa letra porque el
amor que ella tiene es suficiente para cuidar de su bebé. Pero como ella desconfía del
amor que esa nodriza tiene ella le da una letra para regir por ella su conducta. El amor
dicta orden rectitud a su conducta, dicta orden y propiedad a su conducta, y por eso dice
en 1ra de Cor. que “el amor no hace nada indebido”. Por eso el amor tiene que tener la
capacidad de detectar lo indebido, porque si no detecta y distingue lo que es debido y lo
indebido no se puede frenar de lo indebido. El amor da la claridad para distinguir lo
debido de lo indebido, y dicta en la conciencia el no a lo indebido y el sí a lo debido.
Entonces dice “porque la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley
del pecado y de la muerte”, es decir, que el cristiano siguiendo la línea que le traza el
Espíritu, que le traza el amor, siguiendo los dictámenes del Espíritu que le define lo que
es debido y lo que es indebido, frenándolo a lo indebido y constriñéndolo a lo debido,
entonces el Espíritu a través de esa acción en la persona lo aleja del pecado y de la
muerte. Porque moviéndose en una dirección usted se aleja de otra dirección, porque la
vida en esta tierra, en el tiempo y el espacio es direccional, y como la vida en el tiempo
y el espacio es direccional basta con moverse en una dirección para alejarse de la otra.
No es matarse para no pecar es moverse en la dirección correcta, entonces dice “ la ley
del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado del pecado y de la muerte” porque lo
que era imposible para la ley.

Otra vez vemos la inconformidad de Dios con la ley porque trazaba pautas pero no
calificaba a la gente. Entonces como Dios decía que la ley era ineficiente, que era débil,
que era ineficaz y por fin la desapareció, ahora el evangelio debe traer lo que funciona,
porque la legislación se traslada del exterior al interior, al recibir vida espiritual y esta
vida producir el amor, el amor empieza a cohibir lo negativo y a permitir lo positivo,
mueve la persona en al dirección correcta y se aleja del pecado. Entonces dice “lo que
era imposible para la ley por cuanto era débil en la carne, Dios enviando a su Hijo en
semejanza de carne de pecado y a causa del pecado condenó el pecado en la carne”. Es
decir Dios colocó a su hijo en al misma situación en que estamos nosotros, así como
nosotros estamos en el cuerpo frente a las mismas coyunturas existenciales, y puso a su
Hijo en esta misma situación, con la vida espiritual. Entonces el Hijo al colocarse en
nuestra misma situación y vencer el pecado, condenó al pecado en la carne, en el
sentido de que nos demostró que se puede estar en la carne y no ser sometido al pecado.
Él se insertó en la misma condición nuestra y nos demostró que cuando hay vida
espiritual se puede vencer la carne, se puede vencer el pecado. Entonces condenó al
pecado en el sentido que demostró que el hombre puede estar en la carne, en el cuerpo y
no vivir sometido ni esclavizado al pecado. Entonces esto es lo que Satanás quiso
destruir con la primera tentación en el desierto, porque Dios le manda a su Hijo
Jesucristo a valerse solo de los mismos recursos que nosotros podemos valernos y solo
para su ministerio a las almas hacer uso de sus recursos divinos, de sus recursos
sobrenaturales. Entonces él no debía emplearlos para su propio beneficio, porque
entonces él iba a dejar de ser el modelo para nosotros.

Cuando Satanás quiere destruir eso dice: resuelve tus problemas, tú no tienes poder
divino pues haz que esa piedra se convierta en pan. Si él se hubiera valido de este
recurso hubiera destruido su condición de ser modelo para nosotros, entonces él tiene
que vencer como hombre en las mismas condiciones que tenemos que vencer nosotros.
Entonces la victoria de Cristo sobre el pecado establece la posibilidad de victoria de
cualquier hombre sobre el pecado, si él llega a tener la vida de Cristo dentro de su
corazón. Todo esto es lo que Dios pretende en este primer punto de dar vida espiritual
en la salvación, el segundo punto volviendo a Efesios 2, él nos dice en el vers. 16
“mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo matando en ella las
enemistades”. Así que cuando Dios resuelve la muerte espiritual del hombre y supera la
muerte espiritual con la vida del Espíritu que él da al individuo hace posible eliminar de
la convivencia y de la interacción humana, todos los trastornos, y todas las quejas, y
todas las incongruencias, y las incongruencias de su interacción convivencial. Dice que
él mata en la cruz todas las enemistades, todas las riñas, todas las cosas que hacen que
estén unos contra otros, todos los odios y las venganzas con que queremos unos a otros.
Él elimina sus causas al capacitarnos para interacciones disciplinadas y ordenadas,
desde adentro, legislando el amor, y ese amor elimina los trastornos y los desordenes en
nuestras relaciones para que podamos vivir en paz.

La paz no es un paquete que Dios deja caer del cielo en su corazón, en ningún momento
usted puede tener paz arremetiendo al otro, en ningún momento usted puede tener, usted
puede tener paz machacando a otro. Una amenaza para alguien es una amenaza para tu
propio corazón, porque todo lo que tú haces vuelve para ti, porque hay una ley de
acción y reacción. Lo que usted hace la reacción viene para tu propia conciencia, en
medio del desorden no se puede tener paz ni externamente, porque nosotros sabemos
que el desorden no es paz, por eso es que en el versículo que leímos en 1ra de Corintio
14 pone como antitesis de la confusión la paz. Pone la paz como antitesis de la
confusión y dice “ pues Dios no es Dios de confusión sino de paz”. Es decir usted
elimina el desorden, hay paz. Dice también la palabra “no hay paz para el impío”.
Dentro del desorden no puede haber paz. Hay quien quiere inventar una paz propia
individual en su corazón que Dios deja caer como un paquete desde arriba, eso no
existe. Usted no va a tener nunca paz sino como parte de un orden, porque dentro de un
desorden está el que está en el relajo, el que está haciendo lo indebido, el que le tiene
miedo por el daño que está haciendo, y el que está haciendo daño que lleva dentro un
volcán. Así que en un desorden no puede existir la paz ni dentro ni fuera del corazón, y
esa idea de una paz mía propia que dentro del corazón me deja caer su paz como un
paquete, eso no existe, eso es cuento.

Nosotros tenemos que conformar relaciones ordenadas para que la paz externa e interna
exista. Entonces dice aquí que Dios aspira a lograr relaciones de paz en su iglesia,
relaciones de rectitud, relaciones correctas donde cada cual se mueve dentro del plan de
Dios en la forma en que se debe mover para que haya orden en nuestras relaciones de
unos con otros, y haya paz dentro del corazón. Un versículo que llega ahora a mi mente
me parece que está en Isaías 26: 9, 12, “luego que hay juicios tuyos en la tierra los
moradores de la tierra aprenden justicia”. Estos juicios se pueden entender en dos
sentidos. El juicio se usa como consejo algunas veces y a veces como castigo de Dios
contra lo mal hecho. Entonces no hay que eliminar ninguno de los dos sentidos, porque
muchas veces los hombres descubren los principios de Dios a través de los castigos de
Dios. Entonces luego que los hombres siendo castigados por lo mal hecho descubren los
principios de Dios, se incrementa la justicia en sus vidas en el 12 dice “Jehová tú nos
darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras”. Observen la
vinculación que hace entre la paz y las obras. Cuando tú creas en nosotros, dentro del
corazón, la proclividad de obrar bien entonces habrá paz.

Entonces volviendo a Efesios 2 vemos que la cruz debe resultar en vida al individuo,
pero esta vida ahora produce una calificación en el individuo que le califica para entrar
en relaciones ordenadas, que le permite relaciones de paz, donde hay un proceso de
reconciliación vertical y horizontal. Vertical con Dios, porque ya se eliminó la
controversia entre Dios y nosotros, porque empezamos a andar como él quiere, entonces
ya hay paz entre Dios y nosotros, y horizontal porque al no ser amenaza los unos para
los otros y al no haber una destrucción mutua entonces podemos acogernos mutuamente
en relaciones de mutua confianza y de mutua seguridad. Entonces el tercer elemento de
lo que Dios pretende a través de la salvación lo encontramos en Efe. 2: 10 donde dice
porque somos “hechura suya”. Una hechura es una obra, una realización, un logro.
Quiere decir que salvación es más que perdón, salvación es una hechura, una obra que
Dios hace en usted. Esa idea de que porque estamos bajo la gracia no tenemos que ser
nada diferente, porque como quiera que estamos, estamos bajo la gracia. Déjenme
decirles que esta es una de las causas de la apostasía, la gente al concebir la salvación
así no aspiran a nada más de lo que son. Hay casos bochornosos dentro de la iglesia,
porque en el mundo secular hay gente que aspiran a más calidad en su condición
humana para alcanzar sus metas que algunas personas que están dentro de la iglesia. Es
bochornoso el relajo y la vulgaridad que hay en algunos cristianos, por esta
tergiversación de la doctrina de la gracia que hace que los cristianos se acomoden en
una condición ordinaria humana, y no aspiren a nada más de lo que son, pero la Biblia
no enseña tal mentalidad ordinaria para los cristianos.

En este versículo nos dice que somos hechura, no solamente somos personas
perdonadas, somos hechura, y la obra de un hacedor lo acredita o lo desacredita. Hay
productos del mercado que vienen sin marca de fábrica, y usted sabe porque vienen sin
marca porque es tan ordinario el material que ninguna fábrica quiere adjudicarse la
identidad con ese producto, y hay algunos cristianos que el señor se avergonzaría de
ponerles su marca de fábrica. Este mío, no, yo que va, yo no tengo nada que ver con
ese. Esto es tan importante para Dios que lo incluyó en el Padre Nuestro. Una de las
primeras peticiones “Padre nuestro que estas en los cielos santificado sea tu nombre”.
Hay quienes restriegan el nombre de Dios en la cara de Dios con su conducta ordinaria,
bochornosa y desordenada y la primera petición que el Señor pide a los hijos de Dios
“Padre nuestro..., no que me des malanga o plátano para hoy ,sino Señor permite que
nuestra conducta y nuestra hechura te acredite como nuestro Padre, que te acreditemos
con lo que somos y lo que representamos como tu pueblo, que santifiquemos tu nombre
ante la sociedad y borremos los bochornos con que le estamos abochornando en el
mundo. Dice que somos “hechura suya”, vamos por el mundo diciendo que somos
hechura suya, y al nosotros ponernos esta marca registrada tenemos que procurar que el
producto acredite al productor. Y dice “somos hechura suya creados en Cristo Jesús
para...buenas obras”. Los tergiversadores del evangelio dicen que no tenemos que
preocuparnos por eso, pero aquí dice que todo lo que Dios ha hecho, todo lo que Cristo
sufrió en la cruz y lo que hace en nosotros el Espíritu Santo es para producir buenas
obras.

Ahora que es lo que pasa, la gente que quiere el relajo, y quieren tener una cobertura
para pecadillos en sus vidas, les gusta agarrarse de cualquier cosa para poder crear un
área de relajo en sus vidas. Entonces como la Biblia dice “no por obras”, pues ellos se
aferran ahí, sus lentes son de sapo, saltan versículos, se parquean ahí. ¿Pero que cosa es
“no por obras”? Es la salvación que no es por obras, pero dice que somos salvos para
obras. El versículo nueve dice que no somos salvos por las obras pero el versículo 10
dice que somos salvos para las obras, y efectivamente el Señor dice que cuando el
venga va a juzgar a cada uno según sus obras.

Ahora vamos a buscar otro versículo que habla acerca de las obras en Tito uno en el
capítulo 2: 7. Entonces es un llamado a las obras o no, y en el 2:12, 14, celoso de
buenas obras, esmerados en su forma de obrar. Esos son los objetivos de la salvación,
no es cuestión de comprar el pasaje para el cielo y sentarse en el salón a esperar que
Cristo venga a llevarte para el cielo. Él quiere que tengas vida individualmente, que te
de unas relaciones reconciliadas, colectivamente, y que a nivel individual y colectiva
seamos un pueblo esmerado en logra un alto nivel de calidad.

Ahora encontramos que nada de eso se puede lograr sin que el amor esté motivando
nuestras vidas. Tenemos que estar restaurados espiritualmente para estar motivados por
amor, sino estamos restaurados espiritualmente no estaremos motivados en el amor, y
en la segunda parte vamos a hablar de esas condiciones de la motivación, vamos a
perseguir un concepto que se encuentra allí en Juan.8: 44. Vemos allí las características
del primer ser que perdió el amor de Dios, sabemos que ese fue Lucifer. Vamos a
observar tres cosa que Cristo utiliza para caracterizarlo: Primero que salió de la verdad,
es decir, perdió el contacto con la realidad. Cuando una persona crece
desproporcionálmente en su amor propio, pierde contacto con la realidad y al perder
contacto con la realidad todo su sistema de valoración, y todo su sistema de conducta se
desorienta y se desencamina. La segunda cosa que observamos es que dice que se
convirtió en un homicida. Ahora el ser homicida implica tres cosas: Significa que se ha
excluido a alguien del afecto, en segundo lugar implica que tiene una disposición de
crueldad respecto a quien está excluido de nuestro afecto. Al estar excluido de nuestro
afecto somos crueles en nuestras predisposiciones con esa persona, tenemos
predisposiciones crueles. Hemos dicho que el valor ejerce un papel regulador y de
freno. Cuando una cosa tiene valor para ti te frena y te regula en tu trato con ese objeto.
Puede ser que usted tire un paquete pero usted no tira un bebé, es decir la valoración te
frena de tirarlo y te regula en tu trato con ese objeto. Cuando alguien pierde su valor
para nosotros llegamos a perder todo freno y toda regulación en el trato con esa persona.
Somos capaces de todo en relación con esa persona y eso es lo que se llama crueldad.
Una persona es cruel cuando no hay ningún escrúpulo ni freno en su relación con el
objeto, entonces después de la exclusión viene la crueldad, y después de la crueldad
viene la destrucción, usted puede destruir la persona.

Jesucristo no podía destruir ni siquiera a sus enemigos, la única persona en la historia


que está en contra del mal es Jesucristo porque él no se valió del mal ni para defenderse.
Hay quien esta en contra del mal pero para combatir ese mal echan mano de otros
males, pero Dios está en contra del mal. Usted está en contra del mal cuando usted
combate el mal, y cuando ni siquiera para defenderse usted echa mano del mal. La única
persona que en ninguna coyuntura se valió del mal fue Jesucristo. Cuando él murió en la
cruz del calvario no era porque él no podía defenderse, porque lo que pasó en la
resurrección, el poder que él manifestó en la resurrección lo tenía el viernes santo. Así
que él podía haberse valido de ese poder el viernes santo por eso dice la Biblia que él
fue como cordero al matadero, que o era porque él no podía hacer otra cosa. Es más,
aquel funcionario romano le dijo, óigame usted no sabe lo que yo le puedo hacer,
porque él estaba agitado, y el preso estaba más sereno que él. El preso estaba allí
tranquilito, y quiso hablándole de su autoridad sacarle de paso, pero él sabiendo que si
él quería venían legiones a encargarse de él, le respondió que nada podría contra él si no
le fuera permitido de arriba. Yo creo que aquel romano no entendió lo que él le dijo “tú
estás ahí parado porque yo quiero”, pero el Señor no se valió del mal ni para defenderse.

En Romanos 13:12 dice no seas vencido de lo malo. Cuando usted es víctima de una
mala obra y usted responde con el mal usted ha sido vencido del mal, porque usted se
ha sumado a las filas de los que están obrando mal. Al enfrentar el mal con el mal usted
es vencido por el mal, no solamente incrementa las obras malas en el mundo, sino
incrementa la fila de los malos. Entonces la única forma de combatir al mal es no
recurrir al mal, y dice no seas vencido del mal sino vence con el bien al mal. Las
persona que hizo una epopeya histórica de eso se llama Jesús, todas las salidas frente al
enemigo y frente al atrincheramiento de mal en el mundo su acción fue siempre valerse
del bien frente al mal. Hay algunas personas que cuando usted le habla de virar la otra
mejilla dicen: que va yo no sirvo para eso. Una religión que requiere que tú seas un
papagayo, y que cualquiera pueda venir y hacer lo que le de la gana contigo y que tú no
puedas hacer nada, tú no puedas defenderse, que va yo no quiero esa religión. Ellos no
han captado que la esencia de lo que el Señor Jesucristo está diciendo, no es que seamos
pasivos frente al mal, o que nos volvamos unos guanajos frente al mal, no es eso. Lo
que él está diciendo requiere más hombría, más heroísmo, más metal en su carácter para
lo que él está pidiendo. No es quedarse de brazos cruzados, es renunciar combatir el mal
con el mal, y arremeter con el bien utilizar el bien para vencer, destruir, destronar la
fortaleza del mal, y Jesucristo no simplemente lo aconsejó sino lo ejemplificó, el poder
que tiene el bien para destruir la fortaleza del mal.

Para ser pastores y obreros tenemos que tener fe y no solamente en Dios y no solamente
en Cristo y no solamente en el Espíritu Santo sino también fe en el amor. Fe en el bien,
porque el instrumento del amor es el bien, fe en que el bien es mas poderoso que el mal
y que empleando el bien se puede derribar y destruir cualquier fortaleza del mal, y
entonces cuando usted entiende que no es desarrollar un pasivismo frente al mal sino es
seleccionar otras armas, otros recursos frente al mal, es desistir de los recursos que no
sirven y seleccionar otros recursos diferentes, porque cuando usted va a enfrentar el mal
con el mal es como la guerra de guerrillas. Una guerrilla liquida a una tropa bien armada
y más numerosa porque selecciona el terreno que les conviene el que le es favorable a
ellos, en un pasillito así una tropa bien armada está en desventaja, no tiene espacio de
maniobra y un grupito así estacionado en lugares estratégicos acaba con un ejército
enorme. La iglesia no puede dejar que el mundo nos atraiga hacia la lucha de la fuerza
porque en ese terreno como ellos no tienen escrúpulos tienen ventaja, nosotros tenemos
que...no puedes hacer esto ni puedes hacer esto.. Entonces tenemos que hacer lucha de
fuerzas con medida, ellos no tienen medida, tienen ventaja. En ese terreno los
guerrilleros son ellos, en esa escalada, usted usa esto pues yo voy a hacer esto, y en ese
terreno tenemos que rendirnos y dice Cristo no te metas en ese terreno, si te metes en
ese terreno en la escalada te vas a quedar. Ellos se pueden volver monstruos sin
problema ninguno y usted no va a poder volverse un monstruo.

Cuando ellos empiezan con la animalidad y el salvajismo usted tiene que decirle hasta
aquí, ahí no puedo llegar. Entonces no empiece, si no puede llegar a todo lo que el otro
puede llegar no empiece, escoge un terreno donde tú tienes la ventaja. Como dice “las
armas de nuestra milicia no son carnales, pero son poderosas en Dios para derribar
fortalezas”. Jesucristo no se defendió en la cruz y se dejó matar y no solo cayeron así
aquellos funcionarios sino el imperio romano completo, fue al suelo y él no levantó ni
un dedito, el imperio se desplomó ante la cruz. Entonces cuando nosotros no
comprendemos que la lucha nuestra no es un pasivismo frente al mal, sino es un
activismo con armas selectas entonces vamos a ser guanajos para el mundo porque
usted nada más se dedica a ser pasivo, a no responder y entiende que cuando Cristo dice
“vira la otra cara”. Es para que tú seas un guanajo y la gente te haga lo que le de la
gana, pero tampoco debe ser como aquel otro que decía que uno le dio una galleta y el
le volvió la mejilla y entonces dice a partir de ahí la Biblia no dice nada, mandó para
allá tremendo piñazo, cumplió exactamente la Biblia. Ese fue un activismo que no fue
lo que Cristo quería, primero pasivo y pasó a lo activo, o como el padre que le dice al
hijo que siempre vienen de la escuela fajados “tú tienes que aprender a contar hasta
cien, tú vas a ver que cuando tú cuentes hasta cien ya se acabaron todos los problemas”,
al otro día pasa y vuelve a ver al muchacho con otro agarrado contra el piso y le dice
fulano yo no te dije que contaras y el muchacho le dice estoy contando pero quiero que
estés ahí cuando termine. Hay muchos cristianos que son exactamente igual, muy
cultos, muy urbanizados, no son capaces de alzarte una palabra, usted lo ve y cualquiera
los tiene como arcángeles, pero por detrás lo que te manda es metralla. Esos cristianos
que cumplen con la letra, pero tienen las más bajas pasiones y las más atroces
tendencias. Ahora encontramos que tenemos que pedirle a Dios que la iglesia no se
llene de semejante fauna humana, sino que esté llena de verdaderos santos de Dios. Lo
que somos delante lo somos detrás, y lo que manifestamos con nuestro prójimo es lo
que hay en el corazón.

Y encontramos que el Señor dice que el homicida es aquella persona que a excluido al
prójimo de su corazón, y al excluirlo, porque está ofendido, esa persona no vale para él
nada. Usted nunca ha oído decir “no ese no vale ni un quilo para nada”, ya se está
declarando homicida. Si la persona no vale un quilo para ti quiere decir que tú eres
capaz de cualquier cosa respecto a esa persona, porque lo que te va a frenar de hacerle
daño, de destruirlo, de hacerle cualquier tipo de daño va a ser que esa persona sigua
valiendo en tu corazón. Pero si no vale ni un quilo para usted en el lugar del valor está
la crueldad, lo que esa persona debiera representar para usted está sustituido por la
crueldad. La crueldad es la capacidad de hacer daño sin escrúpulo. Entonces yo tengo
un pensamiento que enseño a los obreros de nuestra obra que ellos lo llaman “cuando
no sucede lo que debe suceder, no es solamente que no suceda sino que va a suceder en
su lugar lo que no debe suceder”. Ahora en lengua humana eso quiere decir que la vida
es dinámica y nunca se va a quedar un vacío, o sucede lo correcto o sucede lo
incorrecto, pero no se queda un vacío nunca de que tú no hiciste tal cosa y se quedó así.
Tú no lo hiciste pero en lugar de lo que debías hacer va a suceder otra cosa que no debía
suceder. De ahí usted ve la necesidad que comprendamos que la desobediencia tiene
consecuencias mucho más grande de lo que imaginamos, porque la obediencia hace que
sucedan las cosas que deben suceder y la desobediencia no deja un vacío. Lo que hace
es que el resultado que Dios quiso va a ser sustituido por otra cosa que Dios no quiere.
Por eso es que en la omisión está el pecado, no hay un solo pecador que no repita en su
historia personal la historia de Lucifer, el engreimiento personal, la pérdida del contacto
con la realidad. Las personas pierden su valor y somos crueles haciendo y deshaciendo
sin el menor escrúpulo.

¿Como se puede ser cristiano y tener esa historia satánica repitiéndose en nuestra
historia personal? Que es lo que dice Cristo “vosotros sois de vuestro padre el diablo y
las obras de vuestro padre hacéis”. Es decir, la misma historia de Satanás se está
repitiendo en la historia de ustedes. Ahora, detrás de todo el caos que hay en el mundo
está la historia de Satanás repitiéndose en la vida de todos los seres humanos y en la
medida que esta historia se va repitiendo en todos los seres humanos, la sociedad
humana se va llenando de tragedias, de crisis, de caos. Pero sin embargo el Señor tiene
otro plan para la iglesia, que en vez de la iglesia ser un escenario de caos y de crisis
porque la historia de Satanás se está repitiendo en la vida de los individuos, el Señor
tiene otro plan para nosotros que él ha anunciado en Efesios 2: 5 y 6 “aún estando
nosotros muertos en nuestro pecados nos dio vida juntamente con Cristo, por gracia sois
salvos, y juntamente con él nos resucitó y así mismo no hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús”. Eso quiere decir, no que nos resucito y nos zumbó para el
cielo, esos lugares celestiales no es el cielo, esto significa que hizo de los resucitados un
pueblo que repite en la tierra la vida celestial, una colonia del cielo.

La iglesia es una colonia del cielo. Usted llega a una colonia de china y usted ve la
cultura china, llega a una colonia de españoles en un país extranjero y usted ve la
cultura española, usted va a una colonia india en un país extranjero y usted ve la cultura
india. Ahora la iglesia es una colonia del cielo y todo el que llega a sentarse en el cielo
juntamente con Cristo tiene una cultura celestial, por eso es que dice esto de que nos
resucitó y nos hizo sentarnos juntamente con Cristo en lugares celestiales. No lugares
celestiales en el más allá sino lugares celestiales en el más acá. Esta es la meta que la
iglesia sea una sociedad con rasgos celestiales en esta tierra, pero eso solo puede llegar
a ser una realidad cuando se está repitiendo en la experiencia personal de cada cristiano,
no la historia de Satanás, sino la historia de Cristo. ¿Cuál es la historia de Cristo? Nacer
en el mundo, decir a los doce años: en los negocios de mi Padre me conviene estar,
decir todo lo que yo hablo viene de mi Padre, todas mis obras son orientadas por mi
Padre, decir yo amo tanto al Padre que todo lo que me manda hacer eso hago. Decir a la
hora que él ve la cruz avecinarse, decir “mi hora ha llegado” y qué diré: sálvame de esa
hora, no porque te amo tanto que lo que quiero es glorificarte a ti a través de esa hora, y
se somete a la cruz y la debacle más grande que ha sufrido el mal en el mundo ha sido a
través de la cruz. Esa historia la tenemos que repetir nosotros los pastores que es lo que
él quiere decir cuando dice “toma tu cruz”, repetir mi historia en tu historia. Porque en
la misma forma que ante el mundo aparezco como guanajo pero el imperio romano se
derrumbó sin yo levantar un dedito. Si ustedes están dispuestos a aparecer como
guanajos ante el mundo, pero cuidándose de que se repita mi historia en su historia
ustedes tendrán el gozo de ver derrumbándose imperios del mal en su derredor y el
mundo con la boca abierta, “y como ese guanajo pudo lograr eso”. Pero es el poder de
las armas espirituales sobre las armas del infierno.
Nosotros no somos cualquier cosa, nosotros nos hacemos cualquier cosa y si nosotros
tomamos conciencia de quienes somos en Cristo podremos ver cosas increíbles que
sucedan en el mundo porque estamos en el mundo, y yo quiero hermanos que la iglesia
comprenda que lo espiritual es lo decisivo en la vida cristiana y en el ministerio
cristiano. En la vida de la iglesia, hemos venido buscando buena organización, buena
economía, buena ambientación, buena teología, nada de eso es malo, pero nada de eso
debe ser una prioridad. La prioridad debe ser la espiritualidad y la prioridad es la base
de ese amor que produce todos esos resultados de los cuales hemos venido hablando. La
vida de un ser personal es una vida motivada y la vida no puede nunca ser otra cosa el
que no vive una vida motivada es esclavo de alguien. Dios en su reino no quiere
esclavos, pero solamente en el amor de Dios, no de la carne, no del hombre, no del
amor terrenal, solo en el amor de Dios se produce la motivación que permite que todo
en la vida de la iglesia se desarrolle en la forma normal, en la forma ética, y ese amor
solamente se puede producir a partir de la espiritualidad. Predicar amor y no predicar
Espíritu es llenar al mundo de hipócritas, de esa gente de tremenda fachada humanizada
y que detrás son pozos de maldad y de crueldad. Jesucristo vomitaba cada vez que él se
veía frente a tales personas, vomitaba, les llamaba “sepulcros blanqueados”, “huesos”.
Le llamaba de todo porque la única cosa que sacaba a Cristo fuera de paso era el
hipócrita, personas con fachada de urbanización y de religión y que por dentro son
posos de iniquidad.

El Señor no soportaba a los hipócritas, nosotros no quisiéramos convertir al cristianismo


en una cultura de hipócritas, barnizada con evangelicalismo y dentro pozos de
iniquidad. La prédica del amor sin predicar una eficaz experiencia espiritual es crear una
cultura hipócrita. La prédica de un amor que es el mensaje liberal: no hace falta
arrepentimiento, no hace falta Espíritu Santo, no hace falta la cruz, lo que hay que
enarbolar es la doctrina del amor y llevarla a los pobres a los humildes y demás. Ah,
pero ese ideal del amor si no hay arrepentimiento, y no hay espiritualidad, y si no hay
espiritualidad no hay amor de Dios sino hay amor humano capaz de ir a degollar gente
para implantar justicia, porque quieren amar a los pobres y a los humildes con el amor
humano y entones se ven capaces de enarbolar fusiles, porque las mismas personas que
están luchando para beneficiar. Como los otros no vales un quilo para él le pueden
apuntar con su fusil, a mi me parece que usted no puede apuntar su fusil a una persona
que usted ama. Entonces el amor humano es capaz de todo eso, y empezar a predicar
amor sin arrepentimiento es lanzar la gente a una vida cristiana de fachada, a un amor
humano, capaz de toda una serie de atrocidades, pero nosotros queremos que el
evangelio ponga en escena a un pueblo construyendo una cultura de amor divino, a
partir del Espíritu Santo.

Las buenas obras están motivadas en el amor de Dios, y donde el mal es eliminado no
por la fuerza, sino por la acción reguladora del amor, y donde la persona se aleja de la
vieja vida no machacándose como los católicos sino yendo en una nueva dirección
espiritual con el poder del Espíritu Santo y estableciendo un orden en nuestras
relaciones en libertad, porque las regulaciones las hace cada cual a partir de su nivel
espiritual. Este tipo de cultura que es la del reino de Dios, que es la del pueblo de Dios
es la que hace que el pueblo de Dios sea un pueblo excepcional, que sea un pueblo de
una altura de calidad inalcanzable por el que no es cristiano, por el que no es de Dios,
que hace que seamos esta ciudad asentada sobre un monte, que no puede ser escondida.
¿Que hace que el mundo mire esta ciudad? Una ciudad de individuos con testimonio
individual no forman una ciudad.

El cristianismo que trata que el ideal del testimonio cristiano sea individual, lo que crea
es esa fachada, bien organizada, que pulcramente cumplen con todos los puntos de las i,
pero que cuando usted los pone en relación, son capaces de todo. Individualmente
tienen una conducta pulcra pero en las relaciones son pésimos, y son ordinarios, y son
crueles, inescrupulosos, mucho testimonio separados, pésimos en relación. No,
Jesucristo no habló de esos hipócritas, de esos sepulcros blanqueados, él habló de una
ciudad sentada sobre un monte. Una ciudad es un conjunto de personas en relaciones,
en convivencia, es un espacio común. El ideal del evangelio es presentar ante el mundo
en crisis, ante el mundo donde la gente no sabe como relacionarse, y como convivir en
conjunto en ningún espacio, porque todo lo llenan de condiciones ordinarias y
anárquicas. El Señor quiere levantar en medio de eso una iglesia de gente que sin perder
la libertad son capaces de desarrollar a partir del Espíritu relaciones ordenadas en
libertad, motivadas en el amor que los regula desde adentro, y que esa ciudad la gente la
vea, no que la oigan.

La predicación es una de las formas que Dios usa para llegar al mundo pero también
una ciudad en la otra forma. La ciudad que decía Abraham que él salió buscando,
porque ninguna de las ciudades de su tiempo existía, el que tenía la libertad tenía caos y
el que tenía la autoridad la gente estaba gimiendo, salgo a buscar una ciudad celestial
que no sea de hombres. Jesucristo en la cruz del calvario pagó por esa ciudad, pagó por
esta iglesia que es la ciudad buscada por Abraham y que es la ciudad buscada por el
mundo, y es la buscada por los humildes de la tierra, y es la ciudad buscada por los
hombres que gimen en el mundo. Es una atrocidad que convirtamos a la iglesia en un
relajo, es una atrocidad, es una traición a la cruz, es una traición a Jesucristo, es una
traición al evangelio, que la gente que llegan a la iglesia tengan que sentirse
defraudados, y decepcionados por el relajo, y por la indecencia que tenemos metida
dentro de la iglesia. Somos llamados a presentar ante el mundo esta ciudad celestial que
el busca, pero el precio que tenemos que pagar es que esta ciudad se componga no de
gente carnales ni de gente mundanos sino de gentes espirituales, regidos y gobernados
por el Espíritu Santo, capaces de regular su vida en el amor de Dios. Pero nosotros
como pastores que Dios quiere usar como instrumentos, nuestra tarea no es tan fácil,
porque si nosotros no nos hemos arrepentido de verdad es difícil conducir la gente al
arrepentimiento, si tú no estás arrepentido y no es siempre fácil cuando usted está
llevando a la gente a un ideal espiritual, y tiene que dejar que se lo coman. Les decía
Cristo ustedes van a comer mi carne y van a beber mi sangre, porque para recibir la vida
espiritual, para darles esa vida espiritual tengo que presentarles ideales que ustedes no
pueden entender y tengo que predicarles valores que no sirven para nada ni representan
nada para usted, y tengo que llevarles a patrones de conducta que ustedes no quieren.
Ustedes van a arremeter contra mí, y me van a matar, y me van a destruir, y ustedes van
a beber mi sangre pero de ahí ustedes van a sacar vida. Eso lo tenemos que repetir en
nuestra historia como pastores, en nuestra historia como obreros, no es hacerse un
figurín en el púlpito, no es estarse paseando por el mundo para lograr todas sus
aspiraciones. Usted tiene que tener la vida de Cristo adentro, esta historia tiene que
repetirse en su vida, para usted poder conducir al pueblo de Dios a esos ideales.

La gente te van a odiar y a amar a la vez, con la mejor parte de su ser te aman, pero
cuando le suba Satanás te odian, y quieren destruirte y con tu cruz les redimes y con tu
cruz acreditas tus ideales, y hay que saber ser como acero que sabe amar. Tú tienes que
ser como el acero que sabe amar, y ningún pingüino puede hacer eso, porque el que es
blando, y no llega a nada, y el que es acero solo no llega a nada, tiene que tener una
alquimia del Espíritu para hacer la obra de Dios, y eso no es de nosotros, eso es obra de
Dios. Tenemos que estar desplomados a los pies de Dios, y no estar con pretensiones de
que podemos hacer esto ni lo otro. La obra de Dios la hace Dios, solo Dios, y tenemos
que llegar a esta humildad para reconocer que es tan grande, y sublime, tan elevadas y
tan colosales las metas de Dios que no servimos para eso, y solo podemos desplomarnos
a sus pies y decirle Señor haga su propia obra a través de nosotros, y no pretendamos
ser protagonistas, solo pretendamos ser canales.

Hay mucho en nosotros que no nos deja ser canales, es tanto el afán de protagonismo,
de ocupar el espacio en el escenario, que las luces estén sobre nosotros. Queremos
realizarnos a nosotros mismos, no que Dios se realice a través de nosotros. Pero hay que
desistir de quererse realizar y dejar que Dios se realice a través de nosotros, porque en
la realización de Dios a través de nosotros llegamos a nuestra plenitud sin procurarla.
Dios tiene muchas cosas que él quiere lograr con nosotros, pero no estamos lo
suficientemente desplomados, lo suficientemente humillados, no estamos lo
suficientemente arrepentidos, no estamos lo suficientemente derrumbados a los pies de
Cristo, no estamos lo suficientemente quebrantados. Pero en el día en que aparezca en
nuestra iglesia pastores y obreros quebrantados delante de Dios, arrepentidos delante de
Dios, desplomados delante de Dios, renunciando a toda pretensión a ser algo en
nosotros mismos, a desplegar y a realizarnos nosotros mismos, en vez de dejar que Dios
se realice a él mismo, y a sus propósitos, y sus ideales a través de nosotros. El día que
aparezcan tales derrumbados, tales quebrantados, tales humillados, vamos a ver un río
de agua viva que empieza a fluir en gentes, y que empieza a fluir en la iglesia, en el
pueblo de Dios, dando sanidad, y dando salvación, y dando redención y dando vida,
porque va a subir el oleaje de vida en nosotros, va a fluir a través de nosotros. Pero
tenemos que pagar el precio que pagó Jesús, en él fue cero carne, cero ego, cero mundo.
Que Dios permita que nosotros nos pongamos de tal manera en las manos de Dios que
podamos llegar a cero carne, cero ego, cero mundo y será el caudal del Espíritu en ese
espacio que hemos dejado a Dios, estará fluyendo en nosotros y a través de nosotros.

Si alguien quisiera empezar una búsqueda de la espiritualidad, nuestros ideales sin


espiritualidad son solo consignas o fachadas, no se cual es peor si las consignas o las
fachadas. Para que sean realidades hay que buscar la espiritualidad, y no hay forma
alguna de alcanzar la espiritualidad sin la cruz. Vamos a empezar una búsqueda hasta
alcanzarla, empiece a decirle a Dios sí, sí Señor yo quiero y quizás falte algo para que
ese sí llegue a dominar tu corazón entero, pero si tú no empiezas nunca llega. Dígale
Señor enséñame como desplomarme porque no lo sé muy bien, yo tuve que aprender a
erguirme porque la vida era cruel y difícil, tenía que aprender a erguirme, tenía que
aprender a hacerme valer y ese aprendizaje que tuve para poder sobrevivir hasta ahora.
Ahora tengo que dejar a un lado todo eso, aprender a desplomarme a tus pies para yo ser
todo lo que tú quieres que yo sea ,y para que tú fluyas a través de mí, yo quiero
ponerme como discípulo para aprender, OH Señor enséñanos, Dios necesita
urgentemente un pueblo desplomado.

Texto: 1ra de Crónicas 28:20-21, Señor he aquí estamos en este último tiempo de
COMEC 2003 y pedimos, Oh Dios que tu Espíritu Santo nos de la corona de la
experiencia que hemos tenido contigo en estos días, prepara al mensajero, prepara a
todos para escuchar tu palabra y permite, oh Dios con una fresca experiencia que no
solamente nos ha de renovar a nosotros sino también ha de ser una corriente de
renovación en tu obra en Cuba, trata con el mensajero para que él sea el primer tocado y
que puedan todos ser tocados por tu palabra, te lo pedimos por Cristo Jesús. Amen.

En esta mañana podemos hablar acerca del amor como motivación como condición de
la consagración y e la consagración como condición de la integridad cristiana y
ministerial.

Hemos estado tratando el amor desde muchas perspectivas y hemos estado prestando
atención al amor en distintos aspectos. En este pasaje que hemos leído que es de donde
vamos a encontrar una plataforma de análisis del capítulo 29. Encontramos a David con
un proyecto de construir un templo y queremos de entrada presentar estos versículos en
forma de metáfora. Queremos pensar en David como el Padre que quiere una iglesia en
la tierra. Nosotros sabemos que en el Nuevo Testamento templo aparece como tipo de la
iglesia, “vosotros sois el templo de Dios”. También sabemos que la palabra casa de
Dios es un sinónomo en el Antiguo Testamento de Templo de Dios y la familia era
representada en el Antiguo Testamento como casa, de modo que allí ud. tiene una doble
metaforización de la palabra templo, donde templo quiere decir la iglesia y la iglesia
quiere decir la familia de Dios. Entonces David quiere levantar un nuevo tipo de templo,
un templo histórico que es el edificio material, y Dios quiere levantar una iglesia
representada tipológicamente por el templo del Antiguo Testamento, y esta iglesia debe
ser la familia de Dios en la tierra, y encontramos que David no se dio a la tarea de
construir el templo él sino que encomendó esta tarea a Salomón su hijo, y aquí entra
Jesucristo en escena al igual que Salomón estaba encargado de ejecutar el proyecto de
su padre David.

Jesucristo se yergue en la historia como aquella figura de la plena confiabilidad divina


para encargarse de levantar en el mundo, aquel pueblo de Dios que iba a tener las
características adecuadas para llevar adelante el plan de Dios en el mundo. Nosotros
sabemos que Isaías presenta a Cristo como un personaje no solamente confiable, sino
también efectivo. En Isaías 53 dice en el versículo 11 “verá el fruto de la aflicción de su
alma y quedará satisfecho” (esta aflicción es el precio que tuvo que pagar en la cruz).
Pero al final del versículo 10 dice “la voluntad de Jehová será en su mano prosperada”.
Es decir, que el plan que el Padre a tenido respecto a levantar un pueblo suyo en el
mundo, a cumplir una misión especial en la historia. Este plan no se va ha quedar
troncho, no se va a quedar abreviado en la historia, este plan se va a cumplir a plenitud,
y el sacrifico que Jesucristo hizo en la cruz no será un sacrificio en vano, no será un
sacrificio nulo el que Jesucristo hizo como condición de ese plan . Él verá el fruto de
ese sacrificio y quedará satisfecho, y el Padre también quedará satisfecho al ver que el
plan de él. El proyecto de él será llevado a una cabal realización en la historia a través
de su Hijo, esto no nos convoca a mirar el final de la historia para la iglesia como una
historia acorralada, arrinconada en una defensiva, con las huestes del mal acabando con
el mundo, y la iglesia arrinconada en una postura defensiva hasta que Cristo venga a
arrebatarlos, a sacarlos del potaje y llevarlos para el cielo. Esto no es la perspectiva que
vemos aquí.

La perspectiva que vemos aquí es un sacrificio en la cruz que no se va a quedar sin una
justificación plena en el triunfo del propósito de Dios en la historia, y aquí vemos a un
Padre, el autor del plan, y del proyecto, que queda plenamente satisfecho y plenamente
conforme con la realización plena de su proyecto en la historia. Ahora encontramos que
el hijo Salomón al recibir este proyecto de su padre, y al decidirse a acometer esta tarea
se apoya en los colaboradores. David le dice: he aquí los grupos de los sacerdotes y de
los levitas para todo el ministerio de la casa de Dios. Aquí entramos todos los que
Cristo ha elegido, los que Cristo a llamado, los que Cristo a dotado y comisionado y a
los que Cristo se dispone a usar como sus ministros en este mundo, y como los
colaboradores de él en el seno de la historia para llevar adelante el proyecto que el
Padre le ha encomendado.

Aquí estamos nosotros, y David le dice al hijo “he aquí los sacerdotes y levitas que van
a estar contigo, y les dice estarán contigo en toda la obra”, y esta es la encomienda a
Cristo él le ha encomendado la obra y él a su vez la a encomendado a nosotros y a veces
por nuestra egomanía dejamos de encargarnos de su obra, pero a Dios a encomendado
la obra a Cristo, y nos a encomendado a nosotros ser sus colaboradores y dice: “estarán
contigo en toda la obra” y esta es la encomienda de nosotros, no es colocarnos en el
lugar de él, no es apartarlo a él, no es asumir nosotros sino es estar con él en la obra, y
dice estarán contigo en toda la obra. Desde que el hombre recibió de Satanás aquella
insidiosa inculcación sicológica “vosotros seréis como Dios”, siempre a sido difícil para
el hombre ocupar segundo lugar, porque nosotros sabemos cual es el lugar que ocupa
Dios, el primer lugar, y el hombre nunca se a conformado en ningún lugar con segundo
lugar, y yo he podido conocer mucho a la gente a mi alrededor en relación a esto, le
cuesta trabajo ocupar el segundo lugar, y encontramos que el hombre cuando va a ser
ministro el gran problema que tiene Cristo es mantener su primer lugar en la iglesia y en
la obra que él quiere hacer en el mundo, lograr que los ministros se mantengan en
segundo lugar. Queremos arrebatar la obra, queremos colocarnos en su lugar, queremos
implantar los proyectos de nosotros, los impulsos de nosotros, la realización nuestra y
no la de él y en fin a través de los siglos el principal peligro para la obra de Dios han
sido sus colaboradores. Entonces en esta mañana y en este contexto es que queremos
insertar el concepto de la consagración.
Hemos hablado acerca de la autotrascendencia, relegarse a sí mismo para proyectarse a
sí mismo fuera de sí mismo. Esto es lo que Cristo habló de la autonegación, él dice
“niégate a ti mismo y toma tu cruz”, no se puede proyectarse sin negarse, es imposible
proyectarse sin negarse, y para todo aquel que le es imposible negarse, abnegarse,
relegarse, también le es imposible proyectarse. Una de las razones por las cuales vienen
al altar, y lloran, y claman y preguntan ¿Cómo podemos llagar? Esa pregunta no va a
tener nunca respuesta hasta que no se pueda negar, porque el problema fundamental es
la incapacidad de la gente de negarse, y la razón por la cual no nos podemos negarnos
es que mientras estamos aferrados a la idea de ser dioses no podemos negarnos. Ningún
Dios se niega porque dejaría de ser Dios, porque Dios es el primero y mientras no
neguemos nuestra apetencia de ser el primero, ninguno de los llamados espirituales, ni
de experiencias espirituales las vamos a tener jamás, porque tiene que empezar por eso,
por la capacidad de negarse, de relegarse. Y el que es incapaz de eso en vano va a estar
buscando teorías y explicaciones para lograr experiencias, no las va a lograr nunca,
porque tiene que empezar con eso, negarse. Y encontramos que Cristo no dice “toma la
cruz”, él sabe que tomar la cruz es proyectarse a otro, fuera de sí, hacia un ideal, hacia
una causa, hacia un precepto, hacia un principio, hacia algo que está fuera de sí mismo.
El dice: “niégate y toma la cruz”, nadie que no se ha negado ha tomado la cruz, porque
aunque hace el papel de estar tomando la cruz, convierte la cruz en instrumento para ser
primero.

Entonces encontramos que la consagración es esencial para que el ministerio pueda


cumplir su propósito, no debemos pensar que porque estamos haciendo al obra estamos
cumpliendo un ministerio. Hay mucha gente que están haciendo la obra de Dios y no
son ministros de Dios. Usted no es un ministro de Dios porque está haciendo la obra de
Dios, usted no es un ministro de Dios porque está en la iglesia trabajando para el Señor.
Fíjese usted, que si usted va a un aula, por sí solo, en una escuela y empieza a enseñar
con tu propio currículo, fíjese si al mes usted puede cobrar. Si usted coge un grupo de
niños y empieza a enseñarles un currículo ideado por usted, a ver si al final de mes
usted tiene su sueldo y al final de la jornada usted tiene retiro, esa idea de que nosotros
metemos a la iglesia en una serie de proyectos ideados por nosotros, y nos colocamos a
nosotros mismos, y nos llamamos ministros, eso es un cuento. Usted no es ningún
ministro, lo primero que usted tiene que hacer es someterse al que está haciendo la obra
que es Cristo, estar con él en la obra, donde él te coloque, no donde tú te coloques y
haciendo el proyecto que él te da y no el que tú te has ideado, sino usted se queda con
un trabajador muy esforzado pero no un ministro. Para nosotros ser ministros tiene que
mediar la consagración, y para la consagración tenemos que estar completamente
relegados nosotros y tenemos que estar con él en su obra, haciendo en el lugar donde él
nos coloca y haciendo su obra.

Y encontramos que este asunto de consagración tiene varios tiempos. Primero decimos
porqué es necesaria la consagración. Es necesaria en primer lugar porque el gobierno de
Dios es un gobierno diferente, diferente a los gobiernos históricos, los gobiernos
históricos se caracterizan por un poder que se impone imperiosamente a los gobernados.
Todos los gobiernos de la historia tienen ese carácter de imponerse imperiosamente a
los gobernados. El gobierno de Dios es un gobierno en que Dios guía, dirige y orienta a
las personas que gobierna, de modo que si usted es un pastor que no ha podido negarse
ni relegarse usted no es uno de los que Dios va a poder gobernar. Tiene que prestarse
para que Dios le gobierne. Dios se siente deshonrado en gobernar al que no quiere, a él
le deshonra eso. Si usted no está abnegado y no se presta, sencillamente él te deja
tranquilo. Entonces yo se que en el día de hoy hay un concepto del gobierno de Dios
que Dios llega, y actúa, y se implanta, y domina, pero eso no es bíblico, no está en la
Biblia, ni en el Antiguo Testamento, porque Dios para establecer su derecho sobre el
pueblo de Israel primeramente Dios escenificó aquella epopeya de emancipación de la
mano de Israel y después que él emancipó aquella colección de esclavos y los liberó de
la mano del faraón les hizo atravesar el mar rojo y los internó en el desierto, donde los
sostuvo. Y después les dijo: miren todo lo que he echo por ustedes, ahora ustedes
decidan si yo soy digno de que ustedes pongan en mí su confianza; y estas leyes que yo
pongo delante de ustedes a ver si ustedes las quieren cumplir y dice la Biblia que el
pueblo entero dijo: “lo que dice Jehová eso haremos”.

Eso no fue impuesto, ni en el Antiguo Testamento y por eso es que el pecado existe. Si
Dios quisiera gobernar al que no quiere no existiera el pecado. ¿Por qué existe el
pecado? Porque Dios no quiere gobernar al que no quiere. La mentalidad humana de un
dictador entiende que no tiene poder si hay alguien que no se le somete, y entonces
como estamos acostumbrados a estas condiciones perversas del poder. Queremos incluir
a Dios en esto de que si Dios piensa que hay alguien que no se le somete, piensa que no
tiene poder. Dios sabe que él tiene poder aunque haya la mitad del mundo que no le
quiera obedecer. Él no es ningún complejista ni sicótico, Dios sabe que tiene poder, no
tiene que demostrarlo. Como no lo va a saber si el mundo entero lo hizo él, y el mundo,
y la creación es suficiente evidencia de lo que él es capaz de hacer. Sencillamente él al
hacernos libres, nos ha colocado en un espacio de respeto, nos da la facultad de la
libertad, y el espacio de la libertad, la facultad de la libertad y también la posibilidad de
ejercer la libertad. De no ser así es como si le diera alas al ave y después no le
permitirá volar, ese espacio que él le dio al hombre para ejercer su libertad, es algo que
él respeta, y por eso es que Dios no impone su gobierno.

Dios no va a gobernar nunca, nunca a alguien que no quiere. Por eso es que hay
personas que están esperando que Cristo viene al final de la historia a imponerle el
gobierno de Dios al mundo. Estos son cuentos, no existe en la Biblia y mucho más
cuando dicen que viene a masacrar gente, a degollar gente, con la sangre que llega hasta
no sé que. Esto solamente son las imágenes de los gobiernos sanguinarios de la historia,
y están atribuyendo a Dios, y a Jesucristo, y esto es una blasfemia, un poder sanguinario
de turno. No hay ninguna etapa en la historia en que Dios va a imponerse a la
humanidad, eso no aparece en la Biblia, y nadie me ha podido explicar. Si él fuera a
imponerse, si hubiera querido imponerse, no habría esperado a que el mundo se llenara
sino se le hubiera impuesto cuando había solo un hombre en el mundo. Hubiera evitado
así toda la tragedia que ha sido el mundo, esto es ridículo y absurdo, si él no se impuso
al primer hombre es porque por principio no es su forma de actuar, y si por principio no
es su forma de actuar en el principio, no es su forma de actuar en el centro ni lo es al
final. Entonces el estilo de Dios no es imponerse su estilo es “he aquí yo estoy a la
puerta y llamo si alguno oyere mi voz y abre la puerta entraré a él...”, y son palabras
bíblicas del propio Jesucristo, no de Wilson.

Es en ese contexto la razón por la cual la consagración es importante, es que Dios no se


impone y como Dios no se impone, él necesita que nosotros nos prestemos, y en esta
consagración voluntaria nosotros nos entregamos, nos ofrecemos voluntariamente a
Dios. Pero la consagración no es solamente prestarnos para las cosa que Dios quiere,
sino también esta prestación tiene que estar acompañada de convicción, lo que
representa Dios. Debemos estar convencidos de lo que él representa, estar convencidos
de que lo que él representa vale la pena, de que lo que él representa es digno y que
nosotros nos prestemos a ello. Por esta razón es que nadie sin conocimiento se
consagra, porque sin información nadie se consagra, la gente tiene que informarse de
quien es Dios, qué representa, tener concepto de las proyecciones cosmológicas de Dios
hacia el futuro, de porqué las cosas que están diciendo en contra de Dios es mentira, y
por qué lo que dice la Biblia acerca de Dios es verdad.

Para poder sentirse promovido a prestarse, y una de las razones de que haya poca
consagración en la iglesia de hoy, es porque hay una estrechez tan grande en el
conocimiento de quien es Dios, y de lo que representa. Se dice Dios es amor, él nos da
malangas si tenemos hambre y él nos puede resolver, tenga fe, esa es le totalidad de la
teología en muchos lugares. Entonces esto no lleva al creyente a un panorama que lo
mueve a entregarse, a identificarse, a comprometerse, y cada día están mochando a más.
Pero está operándose en la iglesia una filosofía mundana. Usted sabe que en la filosofía
Satanás metió un cuchillo contra la teología. No sé si han visto una cuchilla de cortar
caña, esos aparatos que van así, y solo vemos las cañas cayendo porque por debajo van
cortando. Empieza por ser una filosofía contemplativa, que va creando tremenda
atmósfera sobre lo intelectual, sobre la teoría y cuando vienes a ver te dicen: fuera
teoría, fuera interpretaciones, “lo práctico”. Todo lo que tiene doctrina, teología,
interpretaciones, ahí está la mocha: ra, ra, ra, ahí cae Biblia, cae teología, todo lo que es,
todo lo que tiene que promover al hombre como ser pensante a saber quien es Dios, y a
estar dispuesto a morir por él, fuera, fuera, venga lo práctico. Claro hay mucha práctica
en el mundo.

Está la práctica masivista, está la práctica humanista, la práctica materialista, cantidad


de prácticas, entonces como ud. va a escoger dentro de todas esas prácticas sin teorizar
¿Porque esta práctica es mejor que la otra? Un día al llegar a una iglesia decía en un
cartel: en esta iglesia no admitimos doctrina y un joven que creció en esa iglesia hoy es
secretario del consejo ecuménico, está en la práctica, no le dieron con qué distinguir qué
práctica es mejor que otra. Saber cuando los demonios están trasteando nuestras mentes
y cuando no es el Espíritu Santo. Esa iglesia hoy día es un desastre, una peste en el
barrio donde está, la actitud externa del hombre primero este la elabora por dentro para
después proyectarse. La batalla decisiva es allí, en la mente, y es allí donde se escoge la
práctica, pero a veces prefieren hacerlo al revés: primero la práctica y después la
teorizan. Pero no debe ser así, primero tiene que elaborar todo adentro para luego
proyectarse en los ideales de Dios, esa es la formación que Dios le quiere dar. Solo un
acontecimiento estremecedor por dentro hace que un individuo se niegue a sí mismo, y
se proyecte hacia Dios, y sus ideales que te lleva aun rapto íntimo, de adentro, el mundo
está esperando un rapto corporal, pero la consagración te lleva a un rapto íntimo.

El hombre raptado de su ego, de su yo, de su egoísmo, es llevado a planos tan sublimes


que se queda abismado ante la grandeza de los planes y proyectos divinos, sin rapto no
hay consagración, sin rapto el individuo se queda atrapado en su autoengaño, en su
autodedicación y en su autopromoción. Se queda toda la vida en su egoísmo, pero
cuando nos dejamos raptar Dios nos revela sus proyectos, el beneficio a la humanidad
en términos tales que nos quedamos embarcados, y transportados fuera de nosotros
hacia las esferas donde podemos entender el proyecto de Dios, y entonces es que
nosotros podemos hablar de consagración. Cuando estamos identificados con alguien
nos identificamos con lo que representa ese alguien. Hay quienes se hacen mongos por
amor a alguien, se sienten tan plegados y prendidos a esa persona que no pueden ni
moverse, no pueden proyectarse en su propia mente, en su propio entendimiento. Solo a
través de una identificación personal con Jesús podemos identificarnos con sus planes,
con sus proyectos, con su causa en el mundo. El apóstol Pablo testificó que la
revelación de Jesucristo relegó todo lo demás a un segundo plano, incluyendo su ego, y
lo hizo identificarse con el plan que Dios tenía para él. En Gal.1.15 nos habla de esa
revelación, y eso le hizo no solo identificarse con Cristo sino con la causa de él en el
mundo, con su amor a la humanidad. Cuando le amamos a él, amamos a todo lo que él
ama. Cuando una amiga le pregunta a Marilín Monrroe porqué todos sus amantes
fracasaban en la conquista de su corazón, ella le dijo “porque para amarme a mí hay que
amar a mi perro”, esa era la condición que ella tenía para amar. Así te dice Cristo: ¿Me
quieres amar a mí?, ama mi causa, ama mi ideal, ama a las almas, ama a los perdidos Si
te quieres identificar conmigo, identifícate con lo que profeso, para consagrarnos
tenemos que ser raptados y transportados fuera de nuestro ego, de nuestra
autodedicación, de nuestra autoexaltación y proyectarnos a una relación plena con
Cristo y con su causa.

La doctrina es lo que va a abrir tus ojos para proyectarte más allá, es cierto que no es
suficiente la teología, pero es un precio que hay que pagar para proyectarse, desdeñar la
teología es desdeñar la doctrina. Es dejar al hombre en el piso sin poder creer la
distancia. Cuando comprendamos que la teología hace un papel, como cuando Cristo
decía que el Espíritu Santo tomará de lo mío y os lo hará saber. Es decir, que este Cristo
que ya no está en el mundo, no basta su historia para sentirnos transportados fuera de
nuestro yo. Los primeros discípulos no tenían la historia de Cristo solamente, tenían a
Cristo en la estatura de la propia vida misma, imponente en su grandeza y majestad. La
vida que se generaba a partir de él la veían, la contemplaban, los impactaba, y toda
aquella fe tan inconmovible que ellos experimentaban, era a partir de ese Cristo vivo
ante ellos. Ellos conocían la historia de Cristo, pero no era solo su historia era Cristo,
ese personaje, esa figura la que dominaba de tal manera su corazón que relegaban a
todo. Nosotros hoy tenemos la misma historia de Cristo que tenían ellos, pero no
tenemos al Cristo aquel. Entonces esa es la laguna experencial que viene el Espíritu
Santo a llenar que ellos estaban viviendo la historia de Cristo, pero estaban al lado de
Cristo, estaban con Cristo y la historia estaba constantemente convalidada con la
presencia viva y real de Cristo. Hoy tenemos la historia no tenemos la presencia real
porque él murió y resucitó, ascendió a los cielos y se sentó a la diestra del Padre, pero la
laguna la tiene que llenar el Espíritu Santo. Por eso dice:” el Espíritu vendrá y tomará de
lo mío y os lo hará saber”. Es decir, en nuestro interior el Espíritu Santo va a hacer
surgir a Cristo como una realidad, con una estatura tan majestuosa y tan imponente que
sustituye con eficacia al Cristo físico, y que nosotros no estamos detrás de los discípulos
de antes en nada, porque cuando Cristo estaba en la tierra solo los discípulos que
estaban en el espacio donde él estaba podían estar con ese Cristo. Entonces cuando él
estaba en un lugar en otro lugar moría Lázaro y le decían si tú hubieras estado aquí no
habría muerto, pero al él ir y regresar en forma de Espíritu en cualquier lugar del mundo
se puede conformar su realidad y su estatura plena y realmente podemos estar con él en
una forma eficaz si realmente somos capaces de entrar en esa cámara experencial, y
espiritual donde el Espíritu lo toma y lo presenta ante nuestro mundo interior en una
estatura tal, que para siempre nos quedamos transportados de nuestro ego y pegados a él
en una consagración suprema e incondicional.
El apóstol Pablo en 2da de Corintios. 5. 16 dice “de modo que nosotros de aquí en
adelante a nadie conocemos según la carne y aún si a Cristo conocimos según la carne
ya no le conocemos así”. Es decir, el apóstol Pablo fue uno de los que no llegó a tratar
con el Cristo físico de manera continúa, y fue mucho más fácil para él hacer la
transición del Cristo físico al Cristo experencial, porque él no había convivido con
Cristo como los demás discípulos que se quedaron mirando para atrás, con la añoranza,
deseando volver a tener aquella interacción con el Cristo corporal. Para él fue más fácil
avanzar hacia la sustitución del Cristo corporal por la representación en lo íntimo del
Cristo espiritual posresurrecto, presentado al alma en toda su majestad, en toda su figura
suprema y majestuosa.

Él tuvo un breve encuentro con el Cristo corporal, pero él dice si alguna vez yo lo
conocí en esta forma ya eso no es lo que domina mi mente lo que domina mi corazón,
esa no es la realidad que domina mi vida, la realidad que domina mi vida es la figura
que se me ha presentado a través del Espíritu Santo, que se ha agigantado dentro de mi
alma, y me he enfrentado con ese Cristo de la gloria. De tal manera que mi alma se
enamoró de él supremamente, y al enamorarme de él supremamente todo lo demás se ha
quedado relegado incluyendo a mi ego y mi yo, mi carne, se ha quedado relegada, el
mundo y su proyecto se ha quedado tan relegado que parecen chistes ya. Sus proyectos,
sus planes, parecen chistes ante esta gloriosa aparición en mi alma configurado por el
Espíritu Santo dentro de mi alma, ha dominado en mi corazón. Por esa razón es que es
esencial la presencia del Espíritu Santo para consagrarse.

Simplemente predicar un evangelio textual. Hay iglesias que el texto bíblico, esa es la
cuestión, enseñar la reverencia al texto bíblico, la reverencia a la doctrina, la reverencia
a la teología. Entonces este proceso psicológico que cree que así se va a impulsar la
vida cristiana. Eso es cuento, yo tengo reverencia al texto bíblico y soy uno de los
defensores de ello, pero eso en ningún momento funda vida cristiano, ni ministerio
cristiano. Si no existe en el corazón un Espíritu Santo llenando el vacío del Cristo
histórico con un Cristo configurado en el alma con toda su plenitud, nosotros nunca
vamos a salir de la carne, el ego, y del mundo. Y ahí es donde está el problema, que hay
dos condiciones para que el Espíritu Santo esté en tu corazón, uno es el arrepentimiento
y el otro es la obediencia. Dice en Hechos.2: 37-38, “al oírlos se compungieron de
corazón”. Hay quien cree que arrepentimiento es sentir pena y dolor, arrepentimiento es
desmotivación y remotivación. Usted se desmotiva en la dirección que usted tiene, y se
remotiva para coger una nueva dirección, y en la desmotivación y remotivación tiene
que participar mente, afecto y voluntad, y si estas tres facultades no están involucradas
no hay arrepentimiento. Observa aquí ya hay movimiento emotivo porque dice “se
compungieron”, y hay mucha gente que oyen una doctrina, y ya está llorando y
cualquiera puede pensar que hay arrepentimiento. Esa gente esta conmovida, y dice
“varones hermanos qué haremos”. Pero sin embargo a esos conmovidos les dice
“arrepiéntanse” ¿Por qué? Porque hay que tener una nueva información que demuestra
que la información que tú estabas siguiendo está equivocada. Cuando usted endereza su
información entonces usted hace una nueva valoración, y esa nueva valoración le sirve
para una nueva decisión, una nueva elección, elegiste mal porque tenias una mala
información y una mala valoración. Ahora usted ha recibido a través del Espíritu de
Dios, y por gracia de Dios una nueva información, y una nueva valoración. Ahora tiene
que ir a una nueva elección, pero hay quien se emociona y llora, pero ni hay
información nueva ni hay elección nueva. Pero el Señor dice que cuando hay un
arrepentimiento cabal que la persona abrazó la verdad de Dios, y esa verdad de Dios lo
hace ver que las cosas anteriores no servían, y que no le van a llevar a ninguna parte, y
le hace asumir una nueva dirección, una nueva proyección y asumirlo; porque uno
puede tener la información y no asumirla.
Cuando usted asume la verdad hace una nueva proyección. Yo he tratado de llevar a mi
iglesia a la verdad de que conocer el evangelio, y estar empapados del evangelio no
quiere decir que somos evangélicos, y yo les digo: ¿Que cosa es un ladrón? Me dicen:
es una persona que roba. ¿Cómo lo hace? Bueno, va observando y después hace así y
así y me da una información tan nutrida que yo les digo: ¿Como ustedes saben de eso?
Entonces se seca el río de la información ya nadie más quiere hablar. Si ustedes están
tan bien informados. ¿Por que no son ladrones? Si estar bien informados nos hace lo
que somos, entonces como es que saben tanto del latrocinio y no son ladrones, sabiendo
tanto. Entonces yo les digo: ¿Porque no lo han asumido? Tienen la información pero no
lo han asumido y gracias a Dios que no lo han asumido, porque si por dentro lo has
asumido eres un ladrón aunque no robes. Entonces el arrepentimiento es verdadero no
solamente por la información, sino por lo que asumimos, y cuando lo asumimos somos
cristianos, y somos evangélicos y precisamente eso es lo que dice Pablo a estos
conmovidos “arrepentios y bautícense cada una en el nombre de Jesucristo, entonces
recibiréis...”. Vean que cuando uno se presta es cuando Dios se ve involucrado. Usted
se informa y Dios no se involucra, se emociona y Dios no se involucra pero asuma y allí
estará el Espíritu Santo. Muchas veces ponemos mucha emoción pensando que vamos a
llevar la gente hasta el quinto cielo esto es cuento. Usted puede emocionarle lo que yo
le diga y quedar con sus pies plantados en la tierra, pero en el momento en que tú
asumes allí está el Espíritu, porque completó la serie motivacional que hace que Dios
vea la puerta abierta a su corazón y a su vida.

Cuando usted asume ya Dios no tiene que tumbar puerta ninguna para entrar y Dios no
tiene que violentar porque al asumir ya usted se definió, y al definirse ya Dios tiene la
puerta abierta el camino abierto para obrar en su vida, “arrepentios”. Muchas veces no
tenemos al Espíritu Santo obrando en la manera que él quiere obrar, porque no es que
no estemos informados, y emocionados, pero como lo dijimos acerca de la olla la
presión, tiene que llegar a un punto determinado para levantar la válvula y para que
Dios se convenza de que usted se presta hace falta que él vea en ti algo más que
informado, y emocionado, él tiene que verte raptado, transformado, sumado,
identificado. Cuando nosotros llevamos mucho tiempo siendo informados, y
emocionados, hay canciones que apenas se pueden cantar sin llorar, pero dentro de
todas esas emociones y todas esas informaciones hay reservas, hay miedo. Una madre
está orando por su hijo que está en el ejército para que se convierta pero cuando se
entera que él se convirtió y que es llamado al ministerio se aterroriza, ese miedo que te
hace ir para alante y luego para atrás. Que es lo que decían mis discípulos: “Señor yo
creo, ayúdame en mi incredulidad”, palante y para atrás, y quien en este día no tiene ese
palante y patrás en su vida, donde hay informaciones que le convocan, y hay miedos
que te hacen retroceder, pero este doble ánimo de que habla la Biblia.

El ánimo que convoca a la fe, y el ánimo que convoca al miedo, y esa lucha de estos
sentimientos opuestos, y contrarios que impiden que Dios vea una puerta abierta en su
vida, porque él ve que hay debate y entre tanto que hay debate no hay resolución.
¿Cuando un congreso hace resolución? Cuando termina el debate y se llega a un
acuerdo, pues este es el momento en que el Espíritu Santo va a ver una puerta abierta en
tu corazón, en tu vida, en tu ministerio, que se acabó el debate y que hay un acuerdo.
Que Cristo sea el Rey de reyes y Señor de señores, y que no haya carne, ni mundo, ni
ego rivalizando, que él sea Rey absoluto. Pero hay que quitar el miedo, y hay que quitar
la vacilación. Hay veces que la hombría nos inspira una cautela, yo quiero tener control
de mi vida. La gente bien machista no está de acuerdo así como así a entregarse, y hay
que estar transportado de tal manera que ya no se acuerda de eso. Es como la persona
que está mirando una puesta de sol, o un amanecer en tintes tan multicolores, y
presentando una gloria tan arrebatadora que se olvidan de todo abismados en aquello.
Tú tienes que ser abismado por Cristo para dejar de pensar en ser macho. Miedos,
temores, indecisiones, reservas, esa mujer tiene miedo de que al consagrarse de esa
manera Dios la va a mandar para África, para una selva donde le esperan los animales
fieras por allá, tenía sus reservas. ¿Cuales son las reservas que tú tienes? Si yo me
consagro demasiado a Cristo ¿Que pasará?, ¿Cómo afectará esa entrega a mi
matrimonio? Ese noviazgo que tengo y que yo estoy tan arrebatado con ella y si me
entrego y Cristo dice que no. ¿Qué hago?

Yo desde chiquito he vivido anhelando por las penurias de las cosas que ha pasado mi
familia, yo he decidido que mis hijos no van a pasar por eso y si me entrego así a Cristo.
¿Que hago con mi anhelo, con mi entrega? Eso es mi ideal en la vida. ¿Como voy a
renunciar a dar a mis hijos eso que alimenta mi ánimo todo el tiempo?. Ya usted ve
hermano por qué la gente no está lleno del Espíritu Santo, y esa idea de: vengan todos
los que quieran ser llenos del Espíritu Santo y ya estás lleno. Eso es cuento y no quiere
decir que una persona no se pueda llenar así, pero de los veinte habrán tres que ya eran
candidatos a ser llenos, los demás van a salir con una leyenda, de que se llenaron.
Hermanos hay problemas que resolver adentro de nosotros. Cristo llega a su vida como
Salvador, pero el tiene que conquistar su espacio como señor de nuestras vidas, y eso no
se hace de hoy para mañana, y porque alguien le ponga la mano encima. Si le ponen la
mano encima y usted se llena es porque ya se crearon las condiciones. Lo importante es
que nosotros seamos informados para saber cuales son las condiciones, para que
cooperemos para que esas condiciones se creen y podamos estar llenos. Si hay
indecisión en usted, si usted tiene miedo de lo que Dios puede mandar, de lo que Dios
puede determinar contigo, si existen propósitos, proyectos, y aspiraciones de su pasado
que representan.... Por eso aquella persona que oye un buen mensaje y vienen y dicen:
yo quiero estar consagrado, yo quiero que el Espíritu me tome, cuando regresan y ven
que no han llegado se desalientan y dejan de buscar a Dios.

Usted no debe de desalentarse porque este es un proceso, un debate, antes de llegar el


acuerdo, se pone muy recio, pero cuando se resolvió, llega el acuerdo. Usted comenzó
el debate, pero Dios sabe cuando hay acuerdo. Entonces no se desaliente porque usted
levante la mano una vez, y otra vez, y no llega a sentirse como usted quiere sentirse.
Sigue adelante porque el debate está recio por dentro, pero llega el momento en que
triunfa el Espíritu Santo, y hay un acuerdo, y el Espíritu dice aquí estoy. Y cuando
nosotros llegamos a esta plenitud espiritual, porque la llenura nos da acceso a la
plenitud, entonces empieza a ocurrir en nosotros una reacción en cadena, como en la
bomba atómica, que comienza con la ignición de un átomo de uranio y van
reaccionando uno a uno todos en su derredor hasta que es una bomba expansiva de gran
alcance, que usted no sabe hasta donde pueda llegar. La explosión que ocurrió en el
aposento alto llegó a Cuba, así que si hay explosiones aquí entre nosotros. ¿Hasta donde
llegará? ¿Quien sabe hasta donde? Eso no es asunto nuestro, es asunto de Dios, pero lo
nuestro es no desalentarnos, el que está buscando consagrarse enteramente a Dios para
Dios llenar su vida en la plenitud, no debe preocuparse por cuando Dios lo va a hacer, y
como Dios lo va a hacer, todas esas son actitudes de incredulidad y es por fe. Entonces
usted está debilitando su fe, agitándose en el cuando y el como. Si usted tiene confianza
en él y en lo que él está haciendo usted simplemente se pone en sus manos, y trata de
resolver el debate que lleva dentro, concéntrese en resolver ese debate, porque usted
puede estar plenamente seguro que cuando ese debate se resuelva no va a tardar ni un
minuto más, pero a veces nosotros mismos no sabemos cuando es que va a resolverse,
ni cuando está resuelto. A veces creemos que queremos y aún no queremos. A veces
creemos que decimos que sí y cuando realmente decimos que sí y mañana tenemos un
pero. Él es el que realmente sabe cuando hay acuerdo, y cuando lleguemos allí él va a
actuar de una forma tan definida, y tan clara, sin la menor duda que Dios a respondido
al anhelo de su corazón. No te ocupes de la parte de Dios, no te desalientes, ocúpate de
la parte tuya que es resolver el debate.

Y encontramos que cuando usted llega a esa consagración donde Dios se revela a su
corazón, y usted se identifica con Dios, y esa identificación le hace prestarse a él
enteramente, donde usted está centralizado en él, donde usted está definido en él, donde
usted está disponible para él, y donde él está priorizado sobre todas las cosas en su vida,
entonces empieza a suceder una reacción en cadena alrededor de usted, y eso es lo que
hace ver a la gente que hay poder. Porque donde quiera que usted, va hay una reacción
en cadena, y observe aquí en 2da de Crónicas la reacción en cadena como funcionó.
1ras de Cr.29, dice el padre a su hijo, en el versículo 2 y tres “he preparado...... “, ahora
que dice en el verso 5 “oro para las cosas de oro,.... y quien quiere hacer hoy ofrenda
voluntaria”. No es convocar a la gente a la consagración es hacer que vean tu afecto, tu
devoción, tu consagración, tu salida fuera de ti mismo para estar enteramente disponible
para Dios. Entonces después convoca a la gente. Entonces dice el versículo 6 “entonces
los príncipes, ......”. Como vieron lo que el rey ofrecía y lo ponía todo a disposición de
Dios, entonces toda la jerarquía se fue ofreciendo y disponiéndose para Dios. Y dice “y
se alegró el pueblo”, y todos contribuyeron voluntariamente de todo su corazón, era un
espíritu de emulación, de consagración, de contagio.

Un modelo de consagración puede empezar un movimiento de consagración, entonces


dijo el rey “ bendito sea Jehová...tuya es la magnificencia...y el honor”. Vio victoria, el
futuro y la victoria pertenecen al Señor. Y ¿Quien soy yo? El transportado nunca piensa
que es gran cosa, el que ve a Dios como tiene que verlo siempre se ve pequeño, “de lo
recibido de tus manos te damos”. No voy a sacar lasca de lo que te doy porque lo que te
estoy dando es tuyo, el ego está bastante relegado. Dice que hay un hombre que quería
demostrar que era humilde, y él asumía una postura, y un vestido de pobreza, y entonces
un día él estaba hablando en público, así muy engolfado y muy soberbio delo humilde
que era y uno se paró al lado de él y le dijo: por los huecos de tu túnica veo tu orgullo.

Hermanos no hay que hacer un gran aparato de lo que somos, no hay que demostrar
nada, solo hay que serlo. Y dice en los versos 16 y 17. Este movimiento tan poderoso
que empezó en este momento puede empezar en Cuba, pero no va a empezar si no
comenzamos nosotros. El pueblo responderá a lo que alcancemos nosotros. Una de las
cosas que yo he comprendido es que las cosas espirituales son difíciles de explicar
teológicamente. Cuando hay teología y lo ven, la teología interpreta lo que están viendo,
si lo ven y no hay teología no se pueden explicar lo que ven. Hay muchas personas que
han pasado por una iglesia y no se convirtieron y lo que ven más la teología que
recibieron les hace convertirse. La teología tiene su papel, pero también tenemos que ser
desprendidos de la mano de Dios. No hay que preparar un drama, si usted no es de los
que están solo agarrando y agarrando, los demás lo van a ver y cuando les invites a
venir a Cristo ellos también querrán venir, y se irán sumando hasta formar un poderoso
movimiento para llevar adelante la obra de Cristo.

En esta mañana el amor no tiene igual como motivación de la consagración a Dios y la


consagración no tiene igual como condición de la integridad, porque todo los que nos
desvía y nos hace falsos y nos tuercen nuestra identidad, son aquellas cosas que
nosotros conservamos, y que estamos aferrados y que no lo soltamos. Pero cuando lo
hemos entregado todo y nos hemos centralizado en él y nos hemos definido en él,
cuando la Biblia habla de morir a algo lo que está hablando es de definirse. Definirse es
morir a algo, si usted se define para ir a Oriente usted murió a Pinar del Río, porque
como usted no puede ir a Oriente y a Pinar del Rió a la vez, al definirse por Oriente
usted murió para Pinar del Río. Cuando usted se define usted murió a aquello que quedó
fuera de su entrega. Entonces cuando la Biblia te dice muere a tal y a cual cosa, lo que
te está llamando a definirte para que aquellas cosas queden fuera de tu órbita, fuera de
tu interés, fuera de tu preocupación. Dios te está llamando a definirte, a dejar de ser el
centro para que él sea el centro, a dejar de promover, a dejar de autodedicarse, a dejar
de importarte que la gente vea o no vea el relieve que usted tiene a dejar de instrumentar
para que lo vean, deja todo eso a un lado. El potencial que hay en ti va a estar allí
muerto hasta que no comprendas todo esto. Hay que morir para proyectarse, hay que
negarse, hay que relegarse para estar enteramente a su disposición, y en sus manos y en
esta mañana Dios Padre ha encomendado a Dios Hijo un proyecto que él quiere llevar a
cabo en la historia humana, y él está llamando personas en el mundo para acompañar a
su hijo en esa empresa, y él nos está llamando. Pero si todavía estamos en nuestro ego
somos una amenaza para él, porque vamos a tratar de sustituirlo, vamos a tratar de
colocarnos en su lugar, vamos a tratar de echar a un lado su proyecto, vamos a estar
fajados con él en vez de acompañarlo y colaborar. Solo podemos acompañarle en esa
obra si morimos a nosotros mismos, si nos relegamos a nosotros mismos, y si nos
identificamos enteramente con él, nos centralicemos en él, nos desprendemos de todo lo
demás, y nos proyectamos de todo corazón para ser llenos de él.

En esta mañana quizás usted quiera reaccionar ante este mensaje. Nosotros no decimos
a la gente venga aquí que va a pasar tal o mas cual cosa, nosotros no tenemos esta
práctica, el que sabe donde está el debate que hay dentro de ti es él. A lo mejor usted
llega y pasa algo maravilloso, a lo mejor lo que va a ser es ganar un avance en el debate
que hay dentro de ti, pero lo que sí se es que cuando sentimos que Dios nos a aclarado
cosas y sentimos que Dios nos a convocado, debemos responder porque eso lo ayuda a
resolver el debate que está dentro de nosotros. Si usted tiene fe que esta llenura es
posible, que la santidad es posible, que el Espíritu Santo puede utilizar tu vida con
poder, usted tiene fe que ante un mundo que está como está, un movimiento de
consagración y de vida y de poder puede ser impulsado aquí en Cuba. Como está
ofrendase a Dios, porque cuando él vea una puerta abierta él va a entrar, porque él lo ha
prometido: si me abres yo entraré, lo ha prometido y él siempre cumple su promesa. Si
usted no se cansa y no se desmaya él pasará por la puerta abierta que tú le abres, si
alguien quiere salir y decirle Señor yo si quiero, enséñame a desprenderme, enséñame a
relegarme, enséñame a abrirte la puerta, a pasar a tu presencia, a estar identificado
contigo, a definirme a dejarme en tus manos reposado, para que tú hagas conmigo lo
que tú quieras, lléname con tu Espíritu, lléname con tu poder, y haz que yo sea uno de
estos que tu haz escogido para estar contigo en la obra que el Padre te ha encomendado.
Vamos a orar como una consagración a Dios en esta mañana.

FIN

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