Aunque a su favor, desde la concepción del caso se tuvo una idea concreta sobre qué
se iba a resolver, advertimos también en mayor proporción una justificación externa al
analizar y prevalecer lo señalado en el precedente vinculante, así como la aplicación del derecho de motivación de las resoluciones establecido en la Constitución y el Código Procesal Civil; sin embargo, creemos que es una desventaja a la resolución no pronunciarse sobre todas las infracciones alegadas, donde si bien es cierto esto no implica que sea insuficiente, más bien resulta bastante precisa, es fundamental que en la motivación de las resoluciones judiciales no solo se describan los fundamentos de hecho o de derecho que fueron utilizados por el juez para resolver la controversia, sino que además es necesario encontrar expresamente señalado en la sentencia cuál fue el razonamiento lógico seguido por el Juez para emitir su fallo, por lo tanto, bajo este criterio la resolución deviene en inadecuada. Ahora, los considerandos de la casación resultan precisos, pues en ellos se desarrollan los puntos de inflexión que determinan la decisión final, esto es, el derecho de motivación, por el cual se entiende que las resoluciones judiciales deben contener las razones que justifiquen la decisión dictada, apoyadas en el derecho aplicable y en los hechos debidamente comprobados. La contrastación de los elementos fácticos y jurídicos resultan lógicos y mínimos pero suficientes. No consideramos que haya debido incluirse otras disposiciones legales sobre lo tratado, pero criticamos el no haber dado cabida a todas las infracciones alegadas. En conclusión, la parte decisoria es coherente, congruente, y suficiente al resolver la pretensión impugnatoria; sin embargo, la casación no está bien elaborada pues presenta errores, no obstante, estos no son trascendentes para perjudicarla en su validez.