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El contenido del libro puede dividirse en dos partes. La primera (versículos 1-16) contiene
juicios adversos contra la presuntuosa Edom, la cual tiene su morada entre peñascos
inaccesibles. Sus mismos aliados se volverán contra ella y la asolarán por haberse
violentado contra los «hijos de Jacob, sus hermanos», y por haberse regocijado por la
caída de Jerusalén e impedir la huida de sus habitantes. La segunda (versículos 17-21)
profetiza la restauración de la casa de Jacob y la restitución de sus territorios. Ambas
profecías tuvieron cabal cumplimiento. El hebreo de Abdías es muy animado y fluye
rápidamente; sus frecuentes apóstrofes e interrogaciones le dan vivacidad y soltura. El
estilo es a menudo muy poético y casi siempre límpido y puro.
JOEL
Joel (en hebreo Yó 'el, "Yhwh es Dios"), hijo de Petuel, es uno de los doce profetas
menores. De él no sabemos nada más que lo que puede deducirse de su escrito. Hoy se
piensa que pertenecía a la categoría de los "profetas cultuales", es decir, de aquellos
profetas que ejercían el ministerio dando respuestas y consejos, particularmente con
ocasión de las festividades y asambleas de carácter cultual, reconocidos y venerados por
la comunidad a la que se dirigían. Joel, muy probablemente, vivió y actuó en Jerusalén,
como puede deducirse de algunas observaciones: aprecia mucho los ritos litúrgicos del
templo, menciona con agrado la ciudad, al hablar de "la tierra" se refiere siempre a la
región de Judá (p.ej., 1,2.14; 2,1; 3,5; etc.).
Sobre la fecha de composición del escrito, dado que en el libro no se hace ninguna
referencia concreta a acontecimientos históricos, sólo podemos tener en cuenta el
contenido: la condenación de todas las naciones que en los últimos tiempos atacaron a
Jerusalén sólo era posible en el período posterior al destierro; no se menciona nunca la
corte real, ni siquiera en los pasajes en los que sería de esperar, como 1,2 y 2,16; contiene
un número notable de arameísmos; presupone el ofrecimiento del holocausto cotidiano.
Por todos estos motivos el profeta se ubica en el período que va del siglo Iv al III a.C. El
texto hebreo está dividido en cuatro capítulos, mientras que las versiones griega y latina
tienen tres, ya que unen los capítulos 2 y 3 del texto hebreo.
Debido a la diferencia de estilo y de contenido entre los capítulos 1-2 y los capítulos
3-4, se discute sobre la unidad del libro; la mayor parte de los críticos piensan, sin
embargo, que una serena valoración de las dos partes hace resaltar la unidad fundamental
del libro. Los dos primeros capítulos describen la llegada al país de la plaga de langostas y
la actividad desarrollada por el profeta, que se manifiesta verdaderamente como "profeta
cultual": pide a los sacerdotes que eleven una lamentación, que instituyan un gran día de
ayuno, y hace él mismo una plegaria característica (1,15-20); invita a dar la alarma en Sión,
ahora que se aproxima la plaga; exhorta a la penitencia con la esperanza de que el perdón
divino aleje pronto el castigo. Esta parte es totalmente una alternancia entre el profeta, el
pueblo, los sacerdotes, la invitación urgente a la oración y al ayuno; todo ello termina con
el anuncio de que Dios ha escuchado las súplicas, alejando la plaga y asegurando una
reparación adecuada de los daños producidos.
En los dos primeros capítulos el profeta habla del "día de Yhwh", presentando las
langostas como un signo premonitor de aquel día. Los dos últimos capítulos enumeran los
signos que anticipan ese día, entendido ahora con un valor ejemplar, y el juicio divino que
habrá de caracterizarlo.