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ESTRODUCCION 9 Otro consejo que desearia dar es que cada vez que abrimos la Biblia y nos servimos de estos ESTU- DIOS como un auxiliar y una guia en nuestro apren- dizaje de la Palabra de Dios, hablaramos con el Se- or para pedirle que El mismo nos dé entendimiento y use la Biblia y el estudio conjuntamente para nues- tro enriquecimiento. Si la Providencia hace llegar estos ESTUDIOS hasta las manos de alguien que ni siguiera cree en Dios, yo le aconsejaria que, en la quietud de su habitacion, se atreviera a exclamar: «{Oh, Dios! Si hay un Dios, quiero saber acerca de tu existencia; te pido por lo tanto que me hagas desear el inclinarme delante de ti, si verdaderamente existes y que me hables por tu Palabra.» Francis A. SCHAEFFER

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