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de las ASIC
En el murmullo cotidiano se escucha que en Venezuela, década de los años noventas, cuando se
hemos abierto [pueblos y gobernantes] las compuertas evidencia sociales y políticos que derivan en la
hacia otro mundo posible. La multitud está tentada a aprobación marco jurídico y legal en materia
recorrer experiencias de vida novedosa de salud. Describe los sucesos sociales y
Judith Valencia políticos que derivan en la aprobación de una
nueva Constitución en 1999, que permite dotar
Resumen al país de los fundamentos para un nuevo
marco jurídico y legal en materia de salud.
Este trabajo revisa el cambio social ocurrido en las Trata aspectos relativos a la concepción de
últimas dos décadas en Venezuela, que determina salud y el modelo de atención de salud,
el surgimiento de una nueva política de salud en el surgidos e implantados a raíz del proceso
país. Al inicio refiere el contexto político de la constituyente. Recoge la reacción de los
sectores económicos y políticos dominantes
a. Médico Especialista en Salud Ocupacional y ante las políticas ejecutadas por mandato
Medicina Física y Rehabilitación, Universidad constitucional. Posteriormente, analiza el
Central de Venezuela, Cátedra de Medicina del surgimiento de Barrio Adentro y de las
Trabajo; Universidad Bolivariana de Venezuela, distintas misiones sociales como factores
Centro de Estudios de Salud Colectiva y Derecho a esenciales del inicio de cambios estructurales
la Vida, correo-e: alvarac@gmail.com. en el país y en las instituciones de salud.
b. Médico de Salud Pública, Maestra en Práctica
Caracteriza Barrio Adentro y se exponen los
Social y Salud, Universidad Central de Venezuela,
Cátedra de Salud Pública; Universidad Bolivariana
elementos sustantivos para el desarrollo del
de Venezuela, Centro de Estudios de Salud Sistema Público Nacional de Salud. Por
Colectiva y Derecho a la Vida, correo-e: último, refiriere el impacto de las nuevas
mmartint@gmail.com. políticas de salud en la calidad de vida de la
c. Doctora en Epidemiología, Universidad Central población
de Venezuela, Cátedra de Salud Pública;
Universidad Bolivariana de Venezuela, Centro de Palabras clave: Venezuela, Barrio Adentro,
Estudios de Salud Colectiva y Derecho a la Vida medicina social
Correo-e: svivasm@gmail.com.
d. Médica Cirujana especialista en Ginecología y
1.- Contexto político y situación de salud en
Reproducción Humana, Ministerio del Poder
Popular para la Salud, Hospital Cardiológico Venezuela en los años 90s
Infantil Latinoamericano “Dr. Gilberto Rodríguez
Ochoa”, correo-e: nuramyg@gmail.com. La declaración de Alma Ata en 1978 y el
e. Especialista en Medicina Tropical Eberhard compromiso de todos los países del mundo de
Karls Universitaet Tuebingem. Institut Fuer impulsar la estrategia de Atención Primaria en
Trotem- medizin sektion humanparasitologie, Salud (APS), generaron tanto un amplio
correo-e:. wgmetzger@yahoo.com espacio de debate, como la reconstrucción de
una nueva mirada sobre los problemas de
Recibido: 16 de febrero del 2008 salud colectiva. El reforzamiento del derecho a
Aprobado: 15 de marzo del 2008
la salud para todos y sus principios
estratégicos: la equidad, la universalidad, la
ASESORIA y EDICIÓN
Dr. Joel José Caraballo
Dra. Leonor Franco.
1
I. PRESENTACION
2
CONTENIDO
I. PRESENTACION ....................................................................................................... 2
CONTENIDO ..................................................................................................................... 3
Concepto. ................................................................................................................. 12
2. Líneas de Atención:............................................................................................... 13
Concepto. ................................................................................................................. 16
3
Objetivos de las Áreas de Salud Integral Comunitarias (ASIC). ................................ 18
Objetivos: .......................................................................................................... 27
Funciones .......................................................................................................... 27
Atribuciones ....................................................................................................... 28
Facultades ......................................................................................................... 28
Objetivo: ............................................................................................................ 29
Funciones. ......................................................................................................... 29
4
Características según Tipo I, II o III........................................................................... 32
Características: ..................................................................................................... 34
Características. ..................................................................................................... 34
a) Características. .............................................................................................. 35
a) Características. .............................................................................................. 37
Servicios terapéuticos........................................................................................ 37
Servicios Generales........................................................................................... 38
a) Propósitos. ..................................................................................................... 39
5
Funciones del Grupo Básico de Salud (GBS) del Consultorio Popular...................... 41
Propósitos. ............................................................................................................ 51
Propósito ............................................................................................................... 62
6
3. GRUPO MULTIDISCIPLINARIO DE SALUD DE la sala de rehabilitación Integral
(GMSRI). ...................................................................................................................... 63
Propósitos. ............................................................................................................ 64
Investigación...................................................................................................... 68
BIBLIOGRAFIA ................................................................................................................ 71
2. LPP. 2013. Ley del Plan de la Patria 2013-2019. Tribunal Supremo de Justicia,
Caracas, Venezuela: Gaceta Oficial Nº 40308 de Fecha 4/12/2013. Extraído de
http://historico.tsj.gob.ve/gaceta_ext/diciembre/4122013/E-4122013-
3859.pdf#page=1 .................................................................................................. 71
7
II. FUNDAMENTACION.
Artículos 83, 84, 85 Y 86, 122, 76 y 78. CRBV. (1999). Consagran a la salud como un
derecho, definen el modelo de atención integral generalizada y hace énfasis grupos de
vulnerabilidad social. Los mandatos ordenan que es obligación del Estado garantizar la
salud y promocionar de políticas orientadas al mejoramiento de la calidad de vida,
bienestar colectivo y acceso a los servicios a través de la gestión de un Sistema Público
Nacional de Salud con viabilidad presupuestaria de estricta responsabilidad del Estado y
sus instituciones. Se establecen de forma clara los principios de Universalidad, Equidad,
Gratuidad, Integralidad, Solidaridad e Integración Social que rigen al Modelo de
Atención en Venezuela.
8
prevención, atención integral y rehabilitación a la salud individual y colectiva en el marco
de Áreas de Salud Integral Comunitarias”. LPP. (2013)
Las políticas públicas del Plan Nacional de Salud 2014-2019 que respaldan a la
concepción de la Red de Atención Comunal de Salud son las siguientes:
9
Política 14. “Promover procesos organizativos de las instancias del Poder
Popular a nivel de las Áreas de Salud Integral Comunitarias (ASIC) que
fortalezcan la convivencia solidaria y el buen vivir en socialismo”. (MPPS-PNS.
2014, p.103-139).
Con la publicación de la Gaceta Oficial N° 6.189, del 16 de julio de 2.015, donde se dicta
el Reglamento Orgánico del Ministerio del Poder Popular para la Salud (Decreto 1.887),
de la misma fecha, se establece la estructura organizativa y funcional del Ministerio, así
como se establecen y distribuyen las funciones correspondientes a las dependencias que
lo integran (artículo 1). Igualmente, en el Capítulo III de este Decreto se definen y
establecen las funciones de los cinco Despachos de los Viceministros y Viceministras, a
saber: Viceministerios de Salud Integral, Hospitales, Recursos, Tecnología y Regulación,
Redes de Salud Colectiva y Redes de Atención Ambulatoria.
10
E. RESOLUCIÓN N. 134 DEL MPPS.
11
2. CONCEPCIÓN RED DE ATENCION COMUNAL DE SALUD (RACS)
CONCEPTO.
12
III. MODELO DE ATENCIÓN INTEGRAL.
4. Enfoque de género.
6. Enfoque de interculturalidad.
2. LÍNEAS DE ATENCIÓN:
13
1. Atención Integral a la Familia.
14
7. Atención ambulatoria a la Salud Bucal.
15
Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2010; 27(1): 80-93. simposio: interculturalidad en salud
Esa es una razón más para saludar que la RPMESP, que ya ha incluido en números anteriores artículos referidos al tema, desarrolle un simposio
sobre la interculturalidad en salud. Los temas desarrollados no pueden incluir toda la diversidad de abordajes y mucho menos cubrir la amplitud
de temas a la que nos incita la interculturalidad aplicada a la salud, pero la selección de los trabajos intenta mostrar que la interculturalidad
no es un tema privativo de poblaciones indígenas, como lo puntualiza el trabajo de Knipper que extiende su aplicación a Europa y al resto del
mundo, señalando además que las definiciones básicas tienen una complejidad mayor de la que podemos suponer, pero, al mismo tiempo,
una potencialidad enorme. El desarrollo de la interculturalidad y su ingreso en la formación de recursos humanos en salud, se refleja en el
artículo, que dedicado al caso mexicano, pero extrapolable a la realidad latinoamericana, nos presenta Campos. Las relaciones entre la historia
interna de la medicina y el desarrollo de la interculturalidad y algunos de los temas que desarrolla se presentan en el artículo de Salaverry. Los
aspectos lindantes entre la antropología y la medicina son abordados con un sugerente artículo de Fernández-Juárez sobre la cirugía entre las
poblaciones originales de América, desnudando como en las más sencilla de las intervenciones de la medicina occidental se esconde un mundo
de interpretaciones cuando es vista desde la perspectiva de otra cultura. Un tema puntual perteneciente a temores atávicos de la población
andina se refleja en la descripción e interpretación del mito del pishtaco, que periódicamente cobra actualidad.
En general, la interculturalidad en salud es un tema transversal a salud pública y, por tanto, a diferencia de lo ocurrido en otros simposios, no se
intenta agotar el tema que hoy presentamos a través de un conjunto de artículos, el objetivo es incitar a la profundización sobre el tema al lector
habituado a buscar en las páginas de la RPMESP resultados de investigaciones basadas en laboratorio. La complejidad de la interculturalidad va
aparejada con la imperiosa necesidad de incorporarla en la formación de recursos humanos en salud y desde la RPMESP, que cumple también
una vocación docente y difusora de la investigación, se ha abierto sus páginas constantemente a este aspecto de nuestra realidad sanitaria. El
simposio que hoy ponemos a disposición de sus lectores sin duda continuará con artículos que mostraran en el futuro los desarrollos y avances
de lo que en el editorial se ha denominado, la nueva frontera de la medicina.
INTERCULTURALIDAD EN SALUD
Oswaldo Salaverry1,2,a
RESUMEN
La interculturalidad en salud es un concepto reciente que se desarrolla como respuesta a reivindicaciones de pueblos
indígenas y de su derecho a la identidad cultural; pero también corresponde a una tendencia global de incorporar el
derecho a la diferencia, que distingue y propicia la convivencia entre distintos grupos culturales en un mismo territorio.
El artículo discute, desde una perspectiva histórica, el desencuentro original entre poblaciones indígenas americanas
y los conquistadores europeos y como este ha marcado en adelante su acceso a los servicios de salud. Se plantean
y discuten algunos de los múltiples problemas actuales vinculados a la interculturalidad como la identificación de los
indígenas y la relación entre derechos humanos e interculturalidad, para finalmente presentar una revisión de la génesis
del concepto de interculturalidad en salud y una muestra de su complejidad de adaptación a la medicina científica a
través de los conflictos que derivan del concepto de síndrome cultural.
Palabras clave: Competencia cultural; Salud pública; Población indígena; Perú (fuente: DeCS BIREME).
1
Director General del Centro Nacional de Salud Intercultural, Instituto Nacional de Salud. Lima, Perú.
2
Departamento de Salud Pública y Medicina Preventiva, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.
a
Médico, Doctor en Medicina.
80
Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2010; 27(1): 80-93. Interculturalidad en salud
INTERCULTURALITY IN HEALTH
ABSTRACT
Interculturality in health is a recent concept that develops in response to claims of indigenous peoples for their right to
their cultural identity, but also correspond to a global trend of incorporating the “right to the difference”, which distinguishes
and promotes coexistence between different cultural groups in the same territory. The article discusses, from a historical
perspective, the original mismatch between Native American populations and European conquerors that marked out their
access to health services, and discussed some of the many current issues related to, as the identification of indigenous
people and the relationship between human rights and interculturality, to finally present a review of the genesis of the
concept of interculturalism in health and their complexity reviewing the concept of cultural syndrome and his adaptation to
scientific medicine.
Key words: Cultural competency; Public health; Indigenous population; Peru (source: MeSH NLM).
81
Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2010; 27(1): 80-93. Salaverry O
los indígenas se basaba en la posesión de la razón, transcurso de dos o tres generaciones se perdieron siglos
que su vez se expresaba en la capacidad de recibir la de conocimientos acumulados. Sobrevivieron prácticas y
doctrina cristiana. No se podía alegar como fundamento conocimientos aislados los cuales incorporados en los
que los indígenas americanos no conocían la doctrina conocimientos colectivos pasaron a ser componentes de
cristiana, pues evidentemente, eso era consecuencia un sistema de medicina popular o, como luego se llamaría,
de una acción humana, la evangelización no había medicina folklórica (7). Aun así, y dadas las limitaciones
llegado a ellos aún, pero la discusión se centraba en la de la medicina occidental, esa medicina popular es
capacidad que tuvieran para aceptarla y comprenderla. el antecedente y la base de las diferentes medicinas
Los alegatos, en uno u otro sentido, sientan las bases tradicionales que se desarrollaron en el mundo andino
de lo que será en los sucesivos siglos la enfrentada y mesoamericano, paralelamente a la hegemonía de la
relación entre unos conquistadores pertenecientes a una medicina occidental con sus limitaciones y avances.
cultura a su vez mestiza como la castellana de la época
y la diversidad cultural aglutinada arbitrariamente como La referencia anterior no sería sino la constatación de
única y homogénea ante la mirada del conquistador. una más de las tantas pérdidas culturales propias de
Aunque doctrinariamente la posición de De las Casas no todo proceso de conquista, sino fuera también la base
fue la ganadora, su exposición de los abusos cometidos para que se implantara un sistema sanitario diferenciado
contra los indígenas dio lugar a que la corona española por castas que dio inicio a la marginación del poblador
emitiera las llamadas “Leyes Nuevas” que prohibían la indígena. La desaparición del sistema sanitario indígena
esclavitud de los indios y consideraba a los naturales se reemplazó, en el ámbito urbano, con la caridad
como individuos, susceptibles de recibir la doctrina cristiana que creó “Hospitales de naturales” (8). Estos
cristiana y por tanto pasibles de ser súbditos, pero al establecimientos brindaban atención a los indios, pero
mismo tiempo como seres disminuidos, infantilizados y se entendía esta atención como dar asilo al moribundo
por tanto necesariamente sujetos a un tutelaje por los o al que padece una enfermedad grave mientras se
conquistadores civilizados, este último era el argumento expresaba la voluntad divina que lo sanaría o lo llevaría
central de la tesis de Sepúlveda, por lo que la polémica a la muerte, en cuyo caso, al haber accedido, dentro
en realidad no quedo resuelta (4). del hospital, a la atención religiosa se tendría un “buen
morir”. El choque cultural entre las concepciones nativas
El caso del imperio español en América, no sólo fue del proceso de enfermedad y curación y las propias de la
una primera evidencia de la diversidad cultural y de medicina española del siglo XVI condujeron a un resultado
las complejas relaciones entre culturas, sino también inevitable: la firme convicción de los pobladores nativos de
de una primera relación intercultural en salud. Los que los establecimientos de salud eran sólo un lugar para
conquistadores, y luego los emigrantes españoles, morir y en los cuales, por cierto, no entendían en absoluto
establecieron en la práctica dos sistemas sociales las causas de enfermedad, según ellos la percibían
coexistentes en los territorios de ultramar, a los que desde su cosmovisión. La progresiva desvalorización y
se referían como una “República de españoles” y una estigmatización del indio también alcanzó la medicina;
“República de naturales”, cada una de ellas sometida a la inicial admiración de los conquistadores por las
a sus propias exigencias y regulaciones, dentro del habilidades terapéuticas y quirúrgicas de los nativos le
marco de la obediencia al soberano metropolitano (5). sucedió un progresivo menosprecio oficial a sus prácticas,
En el campo de la salud el afán proteccionista a los ya no por razones religiosas que la vinculaban con actos
pobladores indígenas, que atraviesa toda la legislación demoniacos, sino porque paralelamente a la destrucción
indiana, no se correlacionaba en lo absoluto con lo que de los conocimientos indígenas, se fue construyendo una
ocurría en la realidad. Incapaces de percibir que en imagen del indio como un ser ya no sólo infantil, como fue
las sociedades americanas, en la andina por ejemplo, su primera interpretación, sino como un ser degenerado
el sistema sanitario estaba estrechamente vinculado en lo físico, en lo moral y en lo intelectual (9). Siendo esa la
con los aspectos religiosos y mágicos, (aunque el percepción generalizada, como podría esperarse de ellos
sistema sanitario español tenía igual naturaleza) (6), por una medicina que fuera comparable con la occidental.
inspiración de las órdenes religiosas que se afincaron
en las nuevas tierras se desarrolla durante la segunda Encontramos así, una mirada oficial que protegía la salud
mitad del siglo XVI la llamada “extirpación de idolatrías” de estos súbditos disminuidos, como se consideraba a
que, conducida por sacerdotes que no supieron distinguir los indígenas, pero una desvalorización y estigmatización
en los sanadores nativos el componente curativo de sus social que llevó a que el término indígena fuera considerado
prácticas de los aspectos mágicos y religiosos que estas peyorativo y, por tanto, rechazado por los pobladores
conllevaban, llevaron a la destrucción el sistema sanitario andinos, quienes hasta la fecha continúan identificándose
andino prohibiendo el ejercicio de sus curaciones y como miembros de una etnia pero rechazan el término
castigando a quienes las enseñaran o practicaran. En el indio y se autorefieren como campesinos.
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A comienzos del siglo XIX, se forman las repúblicas no necesariamente por su componente étnico. En ese
americanas, pero no como resultado de una reivindicación sentido, el multiculturalismo, de amplio desarrollo en los
de los derrotados históricos, es decir las etnias indígenas países desarrollados, ha sido importante en los procesos
subyugadas, sino como una revolución criolla, urbana y de reivindicación de distinto grupos marginados por
bajo el influjo de la revolución francesa y norteamericana. opciones diversas: religiosas, sexuales entre otras y ha
Su énfasis en los derechos políticos y ciudadanos no permitido que alcancen sus derechos (12).
aportó nada a las grandes masas campesinas que
participaron en el proceso sólo como enrolados a la fuerza Puede interpretarse las reivindicaciones indígenas
en los ejércitos organizados por ambos bandos en disputa. como un caso especial dentro del multiculturalismo
Implantada la república la situación de los indígenas pero con una notable diferencia, en todos los casos los
no mejoró y al contrario en algunos casos empeoró. El pueblos indígenas han desarrollado una cultura propia,
antiguo “tributo indígena” herencia de su condición de previa o simultáneamente a la cultura hegemónica en un
conquistados, se mantuvo durante la república, cambiando determinado territorio, y por diversas razones históricas
el nombre por “contribución indígena” (10). En particular han devenido en culturas dominadas, subyugadas o que
en el aspecto hospitalario, como los preceptos de la se mantienen en territorios aislados dentro de un mismo
revolución emancipadora suponían crear una republica país. Sus reivindicaciones por tanto, al referirse a la
de ciudadanos con idénticos derechos, se suprimieron los supervivencia de una cultura viva, o con más precisión
hospitales por castas, y otras medidas protectoras propias sobreviviente al contacto con la cultura hegemónica, son
del régimen disminuido en que los había mantenido el de naturaleza distinta a las del derecho a la diferencia.
virreinato. Ese paso formal de indios a ciudadanos (11), sin Por otra parte, el multiculturalismo, en general, no
ningún avance real, fue el marco en el cual las repúblicas busca la interacción con la cultura que lo rodea, sino
mantuvieron la invisibilidad del indio. el definirse como comunidad separada, delimitada
claramente y homogénea a su vez, y entiende que la
relación entre culturas o subculturas es de tolerancia
MULTICULTURALIDAD, MULTICULTURALISMO mutua, sin avocarse a la búsqueda de contactos y
E INTERCULTURALIDAD mutuos aprendizajes que deriven de ellos.
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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2010; 27(1): 80-93. Salaverry O
una educación intercultural (13). Esta perspectiva educativa los movimientos indígenas asumieron la perspectiva
se basa en la idea que la cultura de las comunidades, de intercultural.
todas las comunidades y no sólo las indígenas o nativas,
se define por su interacción mutua con otras culturas /...
La cultura sólo puede ser pensada y vivida, conjugada PUEBLOS INDÍGENAS
o declinada en plural.../ (14). La interculturalidad se
torna así, no en una consecuencia de la voluntad de La interculturalidad presupone la interacción entre
interactuar sino el elemento central que ha permitido el distintas culturas, pero también que estas culturas
desarrollo y evolución de las culturas; y ese encuentro y estén previamente identificadas, como condición
mutua fundamentación, que ha ocurrido históricamente necesaria para que exista un reconocimiento. De allí
y ha creado las culturas existentes, se puede propiciar la importancia de la determinación de los pueblos
continuamente creando un marco educativo en el cual, indígenas, lo cual a su vez implica el reconocer un grupo
con equidad y con respeto mutuo, interactúen individuos humano diferenciado de los demás y luego acceder a su
de culturas diversas en la búsqueda activa de un mutuo identidad. La mirada homogeneizadora con la cual los
aprendizaje europeos clasificaron a los nativos americanos, todos
ellos como “indios” no fue un buen comienzo; una vez
Bajo este marco interpretativo, la interculturalidad que más la historia nos brinda un derrotero para acercarnos
surge desde el campo de la educación tiene, en los al proceso. Los actuales pueblos indígenas en América
años 70, simultáneamente dos ámbitos de desarrollo: Latina, son el resultado de siglos de marginación y
América Latina y Europa. En el caso de América Latina desestructuración que han roto lazos ancestrales y
tal como se indicó, como consecuencia de la crítica de dividido lo que alguna vez fue uno; pero también ha
la educación bilingüe y, en Europa, ante las primeras creado forzadamente vínculos o cercanías que no
oleadas de inmigrantes musulmanes, latinoamericanos correspondían a la evolución natural de las relaciones
y asiáticos, que generan realidades sociales no vistas sociales. Se puede reconstruir los vínculos originales a
anteriormente. No es por cierto la interculturalidad través de la lingüística que identifica grupos idiomáticos
una opción unánimemente aceptada, ni en el campo y por consiguiente relaciones entre comunidades hoy
educativo ni en la antropología, y el desarrollo y la muy separadas. Esa aproximación, sin embargo, no
difusión del concepto de interculturalidad hacia nuevos es útil al momento de identificar la actual diversidad,
campos derivó de factores político-sociales, en particular pues la evolución social de estos pueblos ha creado,
en America Latina. según el proceso que hemos mencionado, identidades
propias que es necesario reconocer.
Los movimientos indígenas o la corriente del indigenismo,
hasta bien entrado el siglo XX era más bien de carácter La mirada homogeneizadora del conquistador vio como
romántico y pasadista, se definía con más facilidad por una unidad cultural y étnica, lo que en realidad era la
su rechazo al pasado que por su apuesta por el futuro, expresión de una enorme diversidad cultural que se había
pero sobre todo tenía una característica, en su mayoría, mantenido en complejo equilibrio durante siglos. Como
los adherentes a estos movimientos no eran los propios ejemplo recordemos que en el mundo andino se identificó
indígenas sino intelectuales, muchas veces regionales toda la cultura como perteneciente al ámbito quechua,
o provincianos, que asumían el rol de defensores de que era hegemónico bajo los Incas, desconociendo que
los pueblos originarios, en muchos casos con severas el apogeo Inca no iba más allá de 200 años antes del
contradicciones internas y limitaciones conceptuales. La arribo de los europeos. Las diversas etnias y pueblos que
ideologización de las reivindicaciones planteadas por integraban el Tahuantinsuyo se mantenían en un equilibrio
las propias organizaciones indígenas se inicia en esa en el cual las identidades culturales propias interactuaban
misma década del 70, marcada por diversos regímenes enriquecedoramente con otros pueblos y etnias. La
autoritarios, militares o no, que al buscar afianzar su evidencia de cronistas y relatos indígenas nos muestra
base popular difundieron un nacionalismo que, entre una relación entre comunidades totalmente diferente a la
otros puntos glorificaba un pasado precolombino y existente en el mismo periodo en Europa. Mientras los
ancestral que tenía continuidad en los actuales pueblos españoles terminaban una guerra de reconquista y luego
campesinos e indígenas. La rápida autonomía que expulsaban a judíos y moros de sus territorios, con el
desarrollaron los movimientos indígenas frente a estas consiguiente descalabro de la economía y la ciencia, en el
propuestas que pretendían utilizarlos en proyectos Perú antiguo los mitimaes trasladaban de un lugar a otro
políticos fue una muestra de su creciente capacidad de del territorio patrones culturales que tendían a mantener
crear una agenda propia. Era el momento adecuado un adecuado equilibrio entre la necesaria homogeneidad
para encontrar una orientación de sus reivindicaciones cultural de un estado con la conservación de la riqueza
y con el apoyo de diversos científicos sociales pronto cultural de cada pueblo que lo integraba.
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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2010; 27(1): 80-93. Interculturalidad en salud
Tabla 1. Perú: población mayor de 5 años según área de residencia y lengua materna. 2007
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86
Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2010; 27(1): 80-93. Interculturalidad en salud
determinado y no clasificarlo por gruesas categorías b) a los pueblos en países independientes, considerados
étnicas; el proceso, sin embargo, aún no es asumido indígenas por el hecho de descender de poblaciones que
por las diversas autoridades nacionales y el número habitaban en el país o en una región geográfica a la que
de indígenas a los que se hace referencia, incluso en pertenece el país en la época de la conquista o la colo-
documentos internacionales, es muy variado para un nización o del establecimiento de las actuales fronteras
mismo país en un lapso muy corto. Algunos países, estatales y que, cualquiera que sea su situación jurídica,
como Ecuador, desde su censo nacional del 2001, conservan todas sus propias instituciones sociales, eco-
incluyeron la variable étnica a través de la pregunta nómicas, culturales y políticas, o parte de ellas.
¿Cómo se considera: indígena, negro (afroecuatoriano),
mestizo, mulato, blanco u otro? Si bien esto implica un El énfasis de la definición, como puede observarse, parece
avance, se mantiene el agrupamiento grueso y además recaer en la vinculación con pobladores originarios, es
evidentemente las alternativas recurren a la perspectiva decir en la preexistencia de estas comunidades antes
exclusivamente fenotípica de caracteres externos físicos de que se hayan conformado los actuales países, lo que
y no a la pertenencia a una cultura específica. podríamos llamar el factor histórico-geográfico; pero se
complementa la definición con la necesidad de acreditar
En el Perú, el más reciente censo nacional, en el 2007, fue que conservan /...Todas sus propias instituciones
desarrollado paralelamente al II censo de comunidades sociales, económicas, culturales y políticas o parte de
indígenas de la Amazonía peruana, y si bien en el censo ellas.../; lo que podríamos llamar el factor cultural. Si
nacional no se incluyó la pertenencia étnica, la variable de bien pareciera que se deja de lado en esta definición
lengua materna da un estimado de la población indígena la autoidentificación; el artículo segundo del mismo
en Perú, tal como se observa en la Tabla 1. convenio lo explicita:
Por su parte el censo de comunidades indígenas ama- 2. La conciencia de su identidad indígena o tribal deberá
zónicas se limitó a las comunidades amazónicas previa- considerarse un criterio fundamental para determinar
mente identificadas y registradas como tales, y si bien en los grupos a los que se aplican las disposiciones del
algunos casos se incorporó a comunidades no registradas presente Convenio.
oficialmente, el censo de comunidades no muestra, no
puede mostrar por sus características, el número de ha- La identificación étnica, bien sea bajo la forma virreinal
bitantes de una etnia, y las condiciones socioeconómicas de “casta” o republicana de “raza” fue consistentemente
en que viven, pues muchos de ellos, sin haber abandona- utilizada en el Perú en los registros civiles, pues
do su convicción de autoidentificación ya no viven en las determinaba deberes y derechos diferenciados a los de
comunidades o incluso viven en otras comunidades o han la población “blanca”. La identificación era un calificativo
emigrado y, sin embargo, desde una perspectiva cultural evaluado y consignado por el registrador, en la época
continúan siendo miembros de esta etnia. previa a los registros civiles, por el sacerdote, en los libros
de nacimientos, bautizos, matrimonios y defunciones,
Si bien el censo de comunidades presenta limitaciones luego en los libros de registros civiles, pero tanto en un
metodológicas y operativas diversas, el resultado refleja caso como en el otro la calificación se basaba en factores
un panorama cercano a la realidad, aunque limitado a externos, fenotípicos y no en los de pertenencia cultural,
comunidades amazónicas, algunos de sus resultados, mucho menos por autoidentificación del individuo.
que no corresponde detallar en este artículo, nos muestran
las brechas existentes: sólo 5,5 % cuenta con servicio de La atribución peyorativa y descalificante de “indio” o
agua por la red pública dentro y fuera de la vivienda. El “negro”, propia de un racismo aún persistente en el
73,3 % se abastece de agua procedente de río, acequia, país, condujo a que se retirara la categoría “raza” o
manantial o similar y el 15 % por medio de pozo. Sólo el su eufemismo “color” que se usó hasta bien entrado
40,9% de las comunidades tiene un establecimiento de el siglo XX en los registros civiles; pero esta decisión,
salud y, de estos, sólo el 10,9% corresponde a un centro tomada con el espíritu de las normas constitucionales
de salud o posta. La Tabla 2 muestra los resultados que explícitamente prohíben cualquier discriminación,
demográficos del censo de comunidades condujo a una indeseada invisibilización de los
indígenas dentro del sistema de salud y dentro de los
En el tema de la identificación de los pueblos indígenas, otros servicios y prestaciones del estado.
los instrumentos internacionales añaden una complejidad
adicional, así el Convenio 169 sobre pueblos indígenas Al no incluirse la pertenencia étnica en los registros de
y tribales en países independientes de la Organización los servicios de salud, se torna imposible distinguir dentro
Internacional de Trabajo (OIT) tiene su propia definición de los agregados epidemiológicos, el estado de salud de
de pueblos indígenas (19): la población indígena. Esa es la razón de la carencia de
87
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datos confiables que permitan establecer metas. En el Pacto internacional de derechos económicos, sociales y
caso peruano la Estrategia sanitaria salud de los pueblos culturales ambos de diciembre de 1966. Sobre esta base
indígenas ha solicitado desde el año 2004 se incluya la se desarrollan convenciones regionales de derechos
pertenencia étnica en los registros de salud. En un proceso humanos, inicialmente en Europa, (1959), seguida de la
participativo con las organizaciones de pueblos indígenas Convención Americana de Derechos Humanos de 1990
amazónicos se ha consensuado sobre las diversas etnias y otras posteriores.
que deberían distinguirse, estableciendo un listado,
siempre modificable y perfectible, pero absolutamente A partir de los años 70, y en relación con nuevas
representativo de la diversidad de pueblos indígenas condiciones internacionales derivadas del surgimiento
amazónicos que permitiría, sin gasto alguno adicional, de nuevas naciones por la culminación del proceso de
conocer el real estado de las enfermedades prevalentes descolonización así como de la constitución de bloques
entre la población indígena. Diversos estudios, realizados de países del Tercer Mundo como los No Alineados, más
en comunidades indígenas concretas, que no son por cierto una creciente interdependencia de los países, se postulan
extrapolables a todo el universo indígena amazónico, dan nuevos derechos, denominados de tercera generación,
cifras alarmantes. Si la condición de ruralidad y pobreza que por una parte atienden a problemas concretos de la
se correlacionan con peores indicadores de salud, en el consolidación de las nuevas naciones y a la necesidad de
caso de los pueblos indígenas estos tienen una brecha enfrentar coordinadamente problemas entre los diversos
aun mayor, son los marginados y excluidos dentro de los países que conforman el nuevo panorama internacional.
marginados y excluidos. Es en este marco que surge el Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo OIT, que es el
La identificación de los pueblos indígenas adquiere referente para las reivindicaciones indígenas.
así una complejidad insospechada, tiene implicancias
políticas, sociales y de derechos, pero también urgencias El más reciente desarrollo en este tema es la declaración
como en el caso específico de la salud, en cuyo sector, de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
de no identificarse la línea desde la cual se parte, poco Pueblos Indígenas del 13 de septiembre de 2007, la
será lo que se pueda modificar del estado de salud de cual dio término a un proceso de más de 20 años de
esta población. discusiones, inicialmente en la Comisión de Derechos
Humanos y posteriormente en la Asamblea General.
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materiales, establece patrones universales en los que concreta en la que pretenden formar a sus alumnos
no suele reconocer la impronta de su propio sesgo las escuelas de medicina. Relegada a la periferia del
cultural, por lo cual es muy pertinente que se aplique lo currículo médico, cuando no desterrada totalmente, los
señalado por Garzón (21), en el sentido que, el que un aportes de la antropología estudiando los subsistemas
grupo cultural considere sus normas legítimas desde su médicos dentro del entorno de las culturas se orientaron
propia perspectiva no deriva en que posean legitimidad hacia los pueblos primitivos o así considerados y, por
universal y no puedan ser rebatidas y combatidas. tanto, profundizó su alejamiento de la medicina práctica,
Como indica confinándose a una torre de marfil en la cual se cobijan
eruditos profesores. A pesar de sus interesantes
Sostener que es posible pasar del plano de las creencias desarrollos, la antropología médica no es la vía por la
al plano de lo debido es falso, no porque podamos no cual la interculturalidad en salud ha ido adquiriendo
estar de acuerdo con lo creído, sino por razones lógicas. protagonismo, aunque sin duda tiene y tendrá un rol
Ob cit p. 49. fundamental en su desarrollo.
Su argumentación hace referencia a evidentes conflictos En salud, como en otros campos contemporáneos, la
dentro de la propia cultura occidental y sin embargo incorporación de la interculturalidad no es en realidad
asumidos, en algunos casos por amplísima mayoría un desarrollo interno, aunque haya encontrado
de los integrantes de una comunidad nacional en aliados notables dentro del sistema; es el resultado
determinado momento, como válidos y propios de su de la influencia decisiva de un conjunto de factores
desarrollo cultural, tal es el caso de los nazis o de los externos, de índole política y social que han iniciado
partidarios del apartheid, etc. El que se pueda disentir y su actuación desde el término de la Segunda
limitar las asunciones de esta naturaleza no implica caer Guerra Mundial y continúan actuando en esta época
en el absolutismo ético, ni en la intolerancia. postmoderna. Al término de la Segunda Guerra Mundial
la descolonización dio lugar a la creación de nuevas
Desde una perspectiva más operativa, los derechos de naciones que se autogobernaron de allí en adelante
los pueblos indígenas también han sido discutidos en y en estas existían y existen grandes tensiones entre
el sentido que los instrumentos internacionales no son diversas culturas que habían estado subyugadas
lo suficientemente claros en definir el “sujeto” de esos durante su período colonial, pero que ante la creación
derechos y deberes atribuidos a los pueblos; por lo cual de naciones independientes inevitablemente irían
se /...Arroja dudas sobre si efectivamente todo grupo adquiriendo preeminencia en la construcción de una
social, antropológicamente discernible, sea posible nueva nacionalidad. En aquellos países que, como en
titular de los mismos.../ (22). el caso de América Latina ya se acercan al bicentenario
de su proceso de independencia, los cambios que
sucedieron al nuevo ordenamiento mundial luego de
HACIA UN CONCEPTO DE la Segunda Guerra Mundial dieron lugar a un profundo
INTERCULTURALIDAD EN SALUD reacomodo de sus estructuras sociales que a su vez
liberaron tensiones sociales reprimidas y derivadas
Habiendo revisado el surgimiento del concepto de también de un irresuelto problema étnico que se
interculturalidad, y su relación con los derechos humanos, mantuvo aletargado después de la independencia.
debemos intentar ubicar como es que llega este concepto
a la medicina o a la salud. A diferencia de lo que ocurre No es ese, sin embargo, el único factor que actúa
en educación en la que se puede identificar claramente presionando sobre la incorporación de un tema étnico
el proceso de evolución conceptual y los caminos que en las sociedades contemporáneas. Luego de siglos
sigue, en lo que se refiere a su aplicación en las ciencias de emigración de las metrópolis a la periferia, el
de la salud no encontraremos un claro derrotero. Es cierto intercambio, por razones de la distribución de la riqueza
que podemos encontrar antecedentes que conducen a la y oportunidades, se invirtió. Desde mediados del siglo
interculturalidad en salud en la antropología médica, que XX la emigración desde las naciones tercermundistas
al estudiar las diversas prácticas médicas en el contexto o simplemente pobres hacia los países ricos ha sido
de culturas diferentes a la occidental ha generado incesante, cambiando la composición étnica de muchos
una gran cantidad de estudios sobre diversas culturas países que habían disfrutado de una homogeneidad
que iluminan aspectos fundamentales de la relación étnica y cultural impasible durante siglos. En este caso
del hombre con la enfermedad; pero la antropología el desarrollo de un estado de bienestar que como ideal
médica está teñida inevitablemente de su carácter se buscaba y en parte se había conseguido en los
no participante, es una disciplina de observación por países desarrollados se vio de pronto asediado por
excelencia (23), sin correlación con la práctica médica nuevas tensiones derivadas de una composición étnica
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que ponía a prueba los límites de su enfoque basado en unanimidad y probablemente ni siquiera consenso en
los derechos de sus ciudadanos. una versión final aceptada por todos. Esta particularidad
que como hemos mencionado deriva en parte del origen
Así sea por emigración o por empoderamiento de los antropológico de la interculturalidad (24) que al recorrer
pueblos indígenas, la interculturalidad adquiere vigencia diversas etapas y rutas en diversas disciplinas ha ido
contemporánea y una de sus exigencias es que se encontrando e incorporando interpretaciones diferentes;
incorpore en la salud, exigencia externa que presiona también depende de las diversas perspectivas desde
a los sistemas de salud y por políticas gubernamentales las que se usa el término en salud, algunas de las
se impone paulatinamente, sin embargo, al no ser cuales son contrarias a la naturaleza misma de la
originaria de la medicina ni un desarrollo de su derrotero interculturalidad interpretada como dialogo, al entenderla
biomédico, encuentra muy diversos caminos y rutas de equivocadamente como un método para comunicar,
aplicación que explican el desconcierto que puede causar transmitir e incorporar en poblaciones “primitivas” las
en el practicante de las ciencias de la salud, que formado prácticas y conocimientos de la biomedicina.
en una disciplina con aspiraciones de cientificidad, de
pronto se encuentra enfrentado a una realidad para En medicina, si bien el término de interculturalidad en
la cual no se encuentra preparado, y es más, para la salud es reciente, gran parte de lo que entendemos
cual su formación le prepara en sentido contrario. No por dicha denominación no es nuevo sino, en todo
contribuye mucho a sacarlo del desconcierto el que no caso, es el rescate de una orientación muy antigua de
se tenga una definición consensuada y operativa de la medicina occidental de incorporar una perspectiva
lo que es interculturalidad en salud; definiciones que étnica en la interpretación de la enfermedad, la que
hablan de mutuo aprendizaje se confrontan con la firme tiene sus antecedentes en la Grecia clásica y continúa
convicción que le ha sido inculcada de que la ciencia en vigencia durante más de dos mil años, hasta ser
tiene un método y que los resultados de aplicarlo le abandonada debido al auge de la medicina tecnificada
llevan a verdades únicas e inalterables a menos que por del siglo XIX. Así, en el proceso de cambio de paradigma
ese mismo método se avance en nuevas explicaciones. que hemos mencionado, no todo es ir hacia nuevos
En ese modelo de pensamiento, ¿cómo es posible el conceptos, es en gran parte sumergirnos en nuestras
dialogo con interpretaciones basadas en fenómenos raíces y encontrar bases para retomar una perspectiva
no controlables y verificables? Existe un cierto grado centrada en las individualidades del “otro”.
de injusticia al juzgar duramente la supuesta falta de
competencia intercultural de los profesionales de salud Uno de los más destacados libros de Hipócrates, Sobre los
cuando se les exige que actúen en forma absolutamente aires, aguas y lugares, del siglo V a.C., parte del asombro
contraria al modelo en que han sido formados. El problema que le causa al sanador la diversidad y la diferencia de
es estructural y por eso las implicancias de aplicar la patologías entre los habitantes de Asia y Europa (25) y
interculturalidad en salud significan para la medicina encuentra su explicación en los climas diferentes que los
adoptar un nuevo paradigma, no adquirir algunas albergan, llegando a la anticipatoria conclusión que /...
competencias adicionales dentro del paradigma vigente. Según sean los países, así serán sus gentes.../ (26). La
La incorporación de la interculturalidad en la salud se etnografía médica continuó siendo un campo cultivado por
torna así en un tema de doctrina médica, de formación los médicos medievales y renacentistas, manifestando
de recursos humanos y sólo como consecuencia de así su curiosidad por las extrañas costumbres referidas
esos cambios un problema de sistemas de salud. a la salud y las enfermedades de diversos pueblos,
Naturalmente, esto no implica que las políticas de salud vinculándolas con las características costumbres y el
intercultural deban postergarse, que las modificaciones hábitat diferente. Un lugar destacado en esta historia es
al sistema de salud deban esperar a que concurran los ocupado por Paracelso, médico renacentista quien luego de
cambios estructurales, por el contrario, esas medidas una formación tradicional universitaria emprendió un largo
impulsaran y marcaran líneas de desarrollo en el viaje por el mundo entonces conocido, entrevistándose
proceso, de algún modo son la avanzada de un cambio con todo tipo de sanadores y conociendo los más diversos
exigido por la sociedad globalizada y basada en los tipos de practicas sanadoras; en su amplitud de miras no
derechos como es la que avizoramos en cualquier futuro distinguió ni prácticas nigromantes ni curaciones religiosas
imaginable. y, naturalmente, descubrió muy diversos sistemas
sanadores. Fue un precursor del reconocimiento de
Aunque se interprete que el concepto de interculturalidad diversas medicinas y actuando simultáneamente, lo que
en salud está en proceso de elaboración, no es hoy llamamos pluralismo médico, pero también de una
previsible, en parte por la propia naturaleza aún orientación en la medicina occidental que desarticula las
controversial del concepto de base, es decir la prácticas terapéuticas concretas del contexto conceptual
interculturalidad, que en un futuro cercano se alcance y creencial del sistema que las genera.
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Como se ha señalado repetidamente, es el desarrollo por recorrer en el camino a que la medicina occidental
tecnológico de la medicina en el siglo XIX, el que reconozca enfermedades que escapan a su modelo
sobre la base de la visión epistemológica de Bernard interpretativo. Si asumimos la definición de Leriche que
y ensoberbecida por sus notables logros, lo que /...La salud es la vida en el silencio de los órganos.../ y
provoca el abandono de una visión más cercana a las que por consiguiente /...La enfermedad es aquello que
particularidades de las comunidades a las que sirve. molesta a los hombres en el normal ejercicio de su vida
y sus ocupaciones y sobre todo aquello que los hace
sufrir.../ (28) entenderemos mucho mejor la relatividad
LOS RETOS DE LA SALUD INTERCULTURAL. y soberbia al interpretar los síndromes culturales como
SÍNDROMES CULTURALES “patrones de comportamiento aberrante” por el hecho de
que se encuentran fuera de las categorías diagnósticas
Los múltiples retos de la salud intercultural desbordan de la psiquiatría occidental, sin embargo, al menos se los
los objetivos de esta revisión, de algunos de los temas reconoce como entidades realmente existentes y no como
vinculados con la interculturalidad, pero la complejidad expresiones de delirios colectivos o prácticas mágicas.
de la tarea se puede graficar en ese punto de contacto
entre una visión intercultural y una visión etnocéntrica, En América los síndromes culturales nos acompañan
occidental de la salud que son los síndromes culturales. cotidianamente y no debe haber un profesional de
la medicina que no se haya encontrado numerosas
El término síndrome cultural se vincula con el término veces con estas formas de enfermedad en su atención
inglés Culture-bound syndrome que es a su vez una habitual, la mayoría de veces referida o mencionada
clasificación originada en la psiquiatría, donde se define como un diagnóstico evidente por sus propios
como Certain recurrent, locality-specific patterns of pacientes y ante lo cual, absolutamente desprovisto
aberrant behavior and experience that appear to fall de formación para interpretarlos sólo suele atinar, en
outside conventional Western psychiatric diagnostic el mejor de los casos, a una cortés evasiva del tema.
categories. Bajo esa asunción el DSM IV (Diagnostic and Los síndromes culturales, sin embargo, son tan reales
Statistical Manual of Mental Disorders), publicado por la como cualquier otro síndrome que se haya aprendido
American Psychiatric Association, en su revisión del año en la Facultad de Medicina, existen descripciones desde
2000, incorpora diversos síndromes ubicando cada uno los cronistas y han continuado desarrollándose. Aunque
de ellos en un ámbito local específico y con un cierto estuvieron inicialmente confinados a la población
grado de distribución. Una relación de los síndromes indígena, actualmente están ampliamente difundidos
culturales aceptados por la psiquiatría norteamericana en la población mestiza, pero su naturaleza continúa
se puede revisar en el manual de la American Psychiatric asentándose en una cosmovisión precolombina aunque
Association (2000) (27). permeada en diversos grados por componentes exógenos
provenientes de la cultura occidental hegemónica.
La existencia de los síndromes culturales dentro de la
nosografía occidental puede interpretarse como un punto Los síndromes culturales, debemos entenderlo así,
de contacto con otras manifestaciones de enfermedad no son las categorías nosográficas de los sanadores
que no son discernibles por la medicina occidental o que tradicionales: para un sanador tradicional la idea misma
son remitidas a manifestaciones definidas por sus signos de un síndrome es extraña según los parámetros en
resaltantes, pero el hecho que los síndromes culturales los que cree y que implican que la enfermedad es un
formen parte de una clasificación de enfermedades del compromiso de la parte física del individuo enfermo
comportamiento, nos muestra que en realidad falta mucho pero también de su parte espiritual y todo ello en una
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configuración única para cada caso. No puede existir un No es motivo del presente articulo revisar los diversos
síndrome, cada enfermo es un caso individual en el cual síndromes culturales identificables en el Perú, sino sólo
la constelación de signos y síntomas, para expresarlo mostrar como la interculturalidad en salud tiene un largo
en términos de la biomedicina, es única e individual, camino, que pasa por el conocimiento de las diferencias
dependiendo del entorno, de la fortaleza del individuo entre los modos de enfermar que mantiene vigencia en
y de la fortaleza del causante de la enfermedad. Los amplio sectores de la población, sin limitarse a población
síndromes en la biomedicina, por el contrario, son indígena. Como caso representativo nos referiremos al
precisamente la regularidad subyacente a la diversidad susto, probablemente el más extendido y casi universal
de manifestaciones de un proceso morboso individual, de los síndromes culturales; localmente tiene una amplia
que se traducen en un conjunto de signos y síntomas sinonimia: jani, mal de espanto, mancherisca, entre otras.
que reflejan una subyacente enfermedad física o mental, Ocurre cuando el ánima o jani abandona el cuerpo por
pero en modo alguno fuera de ese ámbito. Mientras en el una fuerte impresión. El equilibrio perdido se manifiesta
sanador tradicional la individualización de la enfermedad así de diversas maneras, en general pérdida de peso e
es lo natural y lo que debe buscarse aun cuando las inapetencia (31), pero también algunos más objetivos como
características sean semejantes a las de otros casos; en refiere Valdizán (32): fiebre, nauseas, vómitos, diarrea,
la biomedicina la regularidad es lo deseable para claridad astenia, dolores óseos, palpitaciones, gritos nocturnos.
intelectual, independientemente de las características Sal y Rosas describió un “susto sin susto”, es decir sin que
individuales que pudiéramos encontrar. haya evidencia de la fuerte impresión causante, lo que
induce a clasificar este síndrome en los de robo del alma,
Los síndromes culturales como categorías de la biome- sea por la acción de la impresión violenta o por que esta
dicina reconocen que existen entidades clínicas que no es sustraída en determinadas circunstancias como pasar
pueden ser explicadas desde los principios biomédicos por un paraje solitario. El tratamiento es concordante con
pero que son verificables por el médico occidental. Su la causa, se debe restituir el alma, para lo cual las diversas
inclusión en el DSM no es consecuencia de la ausen- terapias varían siendo una de las más difundidas la “limpia
cia de signos y síntomas como cualquier otra entidad con cuy” en la cual se utiliza un cobayo, que debe ser
clínica, ni tampoco de la ausencia de un mecanismo macho y de color negro, friccionándolo en el cuerpo del
diagnóstico específico o de una terapéutica basada en enfermo; el cuy es luego sacrificado y el sanador examina
componentes en parte rituales pero también físicos; sino las vísceras identificando los órganos enfermos.
de que la medicina clínica, desde su propio esquema de
interpretación de los signos del cuerpo no puede aceptar Como en el caso del susto, estas prácticas son en algunos
la existencia de síndromes referidos a una alteración del casos conocidas por los médicos occidentales, pero
cuerpo físico que no pueda ser englobado en alguna desconocen el trasfondo que las genera, y en general son
de las categorías nosográficas existentes, además de consideradas consecuencia de la falta de conocimientos
que la biomedicina rechaza la sola idea de que existan de la biomedicina y rezagos de un pensamiento primitivo
enfermedades expresadas a través de síndromes, que que se puede desterrar simplemente ignorándolo. La
sólo existan en un lugar geográfico: un precepto básico investigación antropológica, el cambio del modelo de
de la biomedicina es que la función depende del órgano formación de recursos humanos y la implementación
y este es invariable en cualquier lugar. de políticas públicas que efectivamente permitan el
ejercicio de los derechos que les corresponden a los
En Perú fueron psiquiatras locales los primeros en pueblos indígenas deben ir cambiando este panorama.
encontrar nuestros propios síndromes culturales para
describir diversas enfermedades de la población rural,
especialmente andina, que habían sido observadas CONCLUSIONES
desde el siglo XIX y aun antes. Zapata intenta una
primera aproximación para el caso peruano (29) pero La interculturalidad es un concepto derivado de las
sin duda la sistematización aún no superada es la ciencias sociales, en particular la antropología que se ha
de Valdivia Ponce (30) quien, sin embargo, recusa el ido permeando a diversas disciplinas. La Interculturalidad
término de síndromes culturales y los llama síndromes en salud corresponde, en ese sentido, al desarrollo
folklóricos. La principal limitación de su trabajo es que de lo que Kleinman ha denominado las competencias
influenciado por la dicotomía hispano-andina se limita al culturales que deben desarrollar los médicos y, por
mundo andino dejando fuera toda la riqueza del mundo extensión los profesionales de la salud.
amazónico, aunque es cierto que para la fecha en la
que edita la primera edición de su obra los estudios En el caso de los países latinoamericanos la
amazónicos tenían aún demasiadas carencias. Propone interculturalidad en salud se incorpora en los países
una clasificación útil. Tabla 3 con población indígena en los últimos años, no como
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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2010; 27(1): 80-93. Interculturalidad en salud
una expresión del desarrollo natural de la medicina sino En: Degregori CI (ed.) No hay país más diverso. Compendio
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Cultura Económica; 2004. p. 87-101. Dirección: Capac Yupanqui 1400, Lima 11, Perú.
13. Degregori CI. Panorama de la antropología en el Perú. Del Teléfono: (511) 617-6200 Anexo: 1609
estudio del otro a la construcción de un Nosotros diverso. Correo electrónico: oswaldosalaverry@gmail.com
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Salud Indígena
en Venezuela
Volumen I
S a l u d I n d í g e n a e n Ve n e z u e l a , Vo l u m e n I
Te x t o s d e J o n a t h a n D . H i l l , M y l a O l i v e r, E g l e é L . Z e n t ,
Tr a d u c c i o n e s d e J o s é P e r a l t a , A n n a S á n c h e z y J o ë l l e L e c o i n - P e r e r a .
I S B N : 9 78 - 9 8 0 - 2 2 6 - 0 4 8 - 5
D L : I f19 2 2 0 0 761013 9 2
C a r a c a s , Ve n e z u e l a .
2007
C e n t r o S i m ó n B o l í v a r, E d i f i c i o S u r, p i s o 7, O f i c i n a 72 8 ,
El Silencio, Caracas.
Te l é f o n o / F a x : 0 212 · 4 0 8 0 2 5 6
gfreire @ cultures.org.uk
aimetillet t @ yahoo.com
1 9
C u rripaco
7 7
J o D ï
1 3 3
P iaroa
2 0 9
Y a B a R ana
2 6 3
Y anomami
p r e s e n tac i ó n
F ra n c i s c o A r m a d a
Los pueblos indígenas han sido uno de los más resaltantes protagonistas de los cam-
bios políticos que se están viviendo en la República Bolivariana de Venezuela desde hace
algunos años. Impensables reivindicaciones políticas son hoy en día una realidad con una
Constitución Bolivariana que garantiza la participación política de las comunidades indí-
genas y promueve la justicia en un país que se reconoce orgullosamente como multiétnico,
pluricultural y multilingüe. Las políticas públicas apuntan con firmeza al desarrollo de la
igualdad y la disminución de las inequidades, con lo que se genera un enorme reto en el
abordaje de los pueblos indígenas, evidentes víctimas de injustas políticas neoliberales,
racistas y clasistas que reprodujeron y acentuaron peores condiciones de vida para ellos
que para el resto de la sociedad venezolana. De hecho, para casi cualquier indicador social
utilizado, las condiciones de los pueblos indígenas, cuando se miden tomando en cuenta
la condición étnica, resultan con claras desventajas en comparación con el resto de la po-
blación nacional. El Proceso Bolivariano ha enfatizado la mejora de las condiciones de vida
de los pueblos indígenas del país como parte de la construcción de una Nación más justa
y equitativa. Los derechos a la salud, la educación, la cultura y el hábitat concentran los
principales esfuerzos de la gestión gubernamental actual y en efecto constituyen una de
las más fuertes demandas de las organizaciones indígenas venezolanas.
La definición de una política de salud y su posterior ejecución y evaluación han cons-
tituido un reto, teórico y práctico, para quienes hemos compartido responsabilidades en
el área. ¿Se trata de “Salud Indígena”? ¿Salud para los pueblos indígenas? ¿Salud para
un país intercultural y multiétnico? Existen distintas visiones acerca de la concepción de
la política de salud dirigida a los pueblos indígenas. Algunos son partidarios de una po-
lítica especial para los pueblos indígenas argumentando que la misma permite la rápida
disminución de las groseras inequidades y facilita el reconocimiento de las características
culturales particulares de cada pueblo. Esta opción implica, extremando su concepción,
una política para pueblos indígenas y “otra” política para los pueblos no indígenas, pu-
diendo implicar el desarrollo de distintos sistemas de salud o un sistema de salud con un
componente especial indígena. Otra concepción, a la que me siento más cercano, parte
de la asunción de que somos un pueblo multiétnico y pluricultural que requiere de una
política de salud intercultural para todos y todas que reconozca nuestra rica diversidad;
y que también permita una rápida eliminación de brechas sociales. Independientemente
de la inacabada discusión teórica, la Revolución Bolivariana ha intensificado los esfuerzos
dirigidos a la mejora de la salud de las poblaciones indígenas, obteniéndose importantes
logros en un camino aún con un gran trecho por andar.
A gradecimientos
A titulo más personal, quisiéramos agradecer a los coautores de este libro, que involucró
adaptar experiencias de campo tan variadas como la arqueología, la antropología
social, la ecología humana, la lingüística y la educación, a los imperativos de este
proyecto. Todos los participantes respondieron de manera inmediata e incondicional
al llamado de la presente edición y la mayoría realizó trabajos de campo especialmente
diseñados para contribuir a la caracterización del estado de la salud indígena en
Venezuela. También agradecemos la colaboración de Liborio Guarulla, gobernador
de Amazonas y del Instituto Caribe de Antropología y Sociología de la Fundación la
Salle, que nos acompañó con su experiencia y personal calificado en todas las fases
de la realización de esta edición.
Introducción
G e r m án Fre ire
La salud ha sido un aspecto determinante de las relaciones entre las sociedades indíge-
nas americanas y la occidental desde el momento mismo del contacto. A sólo cincuenta
años del desembarco de Colón, la población nativa de La Española había caído de cerca
de un millón de habitantes (estimados) a unos pocos cientos, producto de una serie de
epidemias que azotaron lo que son hoy República Dominicana y Haití (Denevan 1992:
371). En los años que siguieron, la poca resistencia indígena a algunas enfermedades
del viejo mundo produjo una dramática disminución de población en todo el continente
que, aunque es difícil de estimar, hoy se calcula en más de un 90% en algunas regiones
(Butzer 1992; Denevan 1992; Montenegro y Stephens 2006). La tragedia que siguió a
1492, de hecho, no tiene precedentes en la historia de la humanidad, pero no sólo por
la innegable brutalidad de la conquista sino, sobre todo, por los nefastos efectos de las
enfermedades epidémicas.
La multiplicidad de enfermedades que trajeron los europeos tuvieron varios oríge-
nes, pero la mayoría resultó de la co-evolución del hombre con animales de cría y la
convivencia en asentamientos sobrepoblados a lo largo de varios siglos (Butzer 1992;
Dobson y Carper 1996). El sarampión, la viruela, la rubéola, la difteria y la influenza,
por ejemplo, evolucionaron a partir de virus asociados al ganado vacuno u ovino, en-
tre Europa y el Cercano Oriente, cuando los primeros grupos de agricultores del viejo
mundo comenzaron a concentrarse en grandes ciudades; varias epidemias de origen
bacterial, como el tifo y el cólera, se desarrollaron más tarde en asentamientos huma-
nos sobrepoblados, probablemente en Asia (Butzer 1992: 364; Dobson y Carper 1996:
118). En las Américas, en cambio, la lista de animales domésticos era mucho más li-
mitada, reduciéndose en gran parte del continente a camélidos y pequeños mamíferos,
por lo que para el momento del contacto tenían patrones epidemiológicos distintos,
dominados por parásitos intestinales e infecciones protozoarias, pero muchas menos
enfermedades de origen viral o bacterial 1.
Las enfermedades que trajeron los primeros conquistadores consigo también habían
causado estragos en el viejo mundo, cambiando a menudo el curso de la historia de so-
ciedades enteras, pero se habían sucedido en períodos mucho más largos, permitiendo
su recuperación demográfica y aumentando lentamente su inmunidad y resistencia 2. En
1. Trypanosoma cruzi, por ejemplo, el protozoo causante 2. La Plaga Antonina o de Galeno (probablemente
del mal de Chagas, muy difundido en las Américas para el viruela o sarampión), por ejemplo, que azotó el Imperio
momento del contacto, es muy frecuente en poblaciones Romano entre 165 y 180 DC, cobró la vida del 25% de
de cuyes (Cavia porcellus), que eran criados para el con- su población, incluidos dos emperadores (Lucio Vero y
sumo de manera intensiva entre los pueblos agricultores Marco Aurelio), lo que debilitó tremendamente sus fuerzas
del continente. militares y facilitó el avance de pueblos germanos a través
12
de su frontera norte. Setenta años más tarde (251-266 sociedad evitaba. Esta actitud debió ayudarlos a fortalecer
DC) volvió a atacar, cobrando un promedio de 5.000 vidas su resistencia inmunológica, a la vez que aumentaba las
por día. Algunos autores han sugerido que estos brotes oportunidades de supervivencia de sus enfermos, lo que
sucesivos pudieron haber fortalecido la posición de la seguramente convenció a muchos de sus contemporáneos
floreciente secta cristiana en la sociedad romana, ya que de la superioridad de sus creencias (Dobson y Carper
predicaban el cuidado de los enfermos, que el resto de la 1996: 120; McNeill 1977).
13
mudarse lejos de las zonas de conflicto y ocultarse en áreas de difícil acceso para evitar
agresiones bélicas, colonizaciones o las epidemias asociadas a éstas. Estas migraciones
continúan siendo una estrategia practicada por muchos pueblos indígenas americanos
para escapar de la violencia política, la minería, la expropiación de sus tierras y otras
formas de agresión (ver capítulo sobre los Pumé, vol.2, para un ejemplo). Gracias a estas
estrategias de aislamiento y a la dispersión de su población muchos pueblos pudieron
recuperarse del impacto original del contacto. En las cabeceras de los ríos o en zonas
donde la sociedad dominante no podía establecerse, tales como el delta interior del Ori-
noco y la Alta Guajira, poco aptas para la agricultura de arado, muchos de estos pueblos
comenzaron a experimentar una lenta recuperación. Aislados en la Sierra de Parima,
por ejemplo, en el Alto Orinoco, los Yanomami lograron crecer en un 2% anual entre
el siglo XIX y la primer mitad del siglo XX (Lizot 1988, citado por Kelly y Carrera, este
vol.). Otros pueblos, como los Mapoyo, los Kari’ña, los Yabarana y los Sáliva, resistieron
a costa de la inmensa mayoría de su población, o se amalgamaron y aliaron para resistir
la extinción.
Esta lenta recuperación se aceleró hacia mediados del siglo XX, cuando la mayoría de
las sociedades indígenas de Venezuela, y de América en general, comenzaron a experi-
mentar un crecimiento poblacional sin precedentes. A partir de 1950, más concretamen-
te, las poblaciones indígenas latinoamericanas y del Caribe crecieron en más de un 70%
–hoy estimada en unos 48.4 millones de personas– revirtiendo muchos de los patrones de
despoblamiento que los habían caracterizado los cuatro siglos anteriores (Montenegro
y Stephens 2006). En Venezuela, la población indígena censada se calcula hoy en unos
530 mil habitantes, pero la disparidad en los criterios y técnicas utilizadas entre censo
y censo no permiten estimar el crecimiento poblacional general de manera confiable.
Según el último censo, entre 1992 y el 2001 el crecimiento rozó el 70%, pero este exage-
rado aumento probablemente se deba más a una fuerte reivindicación de las identidades
indígenas, estimulada por sus logros políticos de la última década, que a sus patrones
de crecimiento natural. Estudios más puntuales presentados en esta serie, sin embargo,
confirman que el proceso de recuperación poblacional es real. Wilbert y Ayala, por ejem-
plo, reportan que los Warao han venido creciendo en un 24.4% por década desde 1950
(vol. 2), mientras los Mapoyo han pasado de menos de 100 personas a más de 400 en los
últimos 24 años (Scaramelli y Tarble, este vol.); el crecimiento interanual de los Pemón
entre 1992 y el 2001 es de 2.4% (Perera et al, vol. 2); y casi todos los pueblos indígenas
muestran signos similares de recuperación en la actualidad. Algunas excepciones son
notables, no obstante, como la disminución en más de un 26% de la población yanoma-
mi central entre 1950 y 1980, debido al azote de varias epidemias y la falta de servicios
de salud que contrarrestaran sus efectos (Kelly y Carrera, este vol.).
14
antes de llegar a los cuatro años (vol. 2). Más aún, algunas enfermedades tienen una
ocurrencia casi exclusivamente indígena, o se manifiestan y tienen sus peores impactos
en sus territorios, tales como la malaria, la oncocercosis, el cólera y la tuberculosis. Las
principales causas de mortalidad en territorios indígenas se repiten a lo largo y ancho de
la geografía nacional –desnutrición, complicaciones del parto, infecciones respiratorias,
enfermedades diarreicas agudas, tuberculosis, etc.– la mayoría fácilmente prevenibles si
son atendidas a tiempo.
Dos factores limitan tremendamente el acceso cabal de los pueblos indígenas al sis-
tema de salud pública nacional. Por un lado, las dificultades de acceso a gran parte de
su población, que en su mayoría habita en zonas remotas y de difícil cobertura por las
razones históricas que mencionamos arriba. Por el otro, y más importante aún, la pres-
tación de servicios de salud en territorios indígenas ha estado caracterizada por la falta
de medios de comunicación efectivos entre los agentes involucrados en su planificación
e implementación y las comunidades receptoras. Esto ha provocado desencuentros y
choques de visiones que afectan tanto la calidad como la viabilidad del servicio de salud
que se presta. En 1997, un estudio del gasto en salud pública en el Estado Amazonas
encontró que casi el 70% del presupuesto se concentraba en el único hospital de la re-
gión, en Puerto Ayacucho, reproduciendo el estilo de gasto urbano del resto del país en
un estado mayoritariamente rural e indígena. Además, el gasto en salud per cápita en el
interior del estado, donde se concentraba la mayoría indígena, era 13 veces menor que en
la capital (Toro 1997). La falta de mecanismos de comunicación entre el sistema de salud
pública nacional y las comunidades indígenas ha alimentado además la discriminación,
la intolerancia y la incomprensión a la que los indígenas han debido someterse tradicio-
nalmente para acceder a su derecho a la salud.
Los pueblos indígenas tienen particularidades no sólo culturales y lingüísticas, sino
que también tienen patrones y problemas de salud específicos, que requieren de una
adaptación de los programas de monitoreo y control a sus respectivas realidades. Esta
adaptación no ha sido llevada a cabo nunca en el país sino de manera aislada, con un
impacto que ha variado entre poco y nada, y sólo recientemente se han comenzado a im-
plementar programas piloto orientados a remediar esta situación. La falta de estadísticas
sobre el estado de la salud en territorios indígenas, y aun de la categoría “indígena” en
los formularios nacionales de epidemiología, son un reflejo de lo invisible que ha sido
tradicionalmente esta problemática para el estado venezolano, así como de la compleji-
dad del problema que pretendemos encarar.
Para los pueblos indígenas la salud es el resultado de la relación que la persona y su
comunidad establecen entre sí y con su entorno material y simbólico. Sus sistemas de
salud tradicionales se refieren a una visión global del ser humano, que depende de sus
16
nociones de salud y enfermedad tanto como de las relaciones sociales, medio ambien-
tales y de producción, así como de su universo intelectual. La amplitud de los aspectos
incluidos en cada capítulo de esta serie da cuenta de las innumerables conexiones que la
salud tiene en estas sociedades. Presentar un recuento de sus concepciones específicas
de la enfermedad, o su adherencia a un tratamiento dado, sin un conocimiento aunque
sea somero de su organización social, por ejemplo, carece de sentido. Muchas de sus de-
cisiones y representaciones de la enfermedad dependen del contexto social del enfermo,
más que de las explicaciones biofísicas de la enfermedad. Por eso el lector encontrará
que en la presente obra cada capítulo se extiende en aspectos que van mucho más allá de
nuestra reducida interpretación biomédica de la salud y la enfermedad.
En esta serie se enfatiza que la salud indígena depende tanto de la correcta articula-
ción de nuestros programas nacionales de salud como del reconocimiento de las lógicas
y especificidades culturales en las cuales se insertan. Aspectos que no parecen relacio-
nados a simple vista, como sus derechos a la tierra, a la libre expresión de su etnicidad
y el reconocimiento de sus particularidades culturales, entre otros, son definitorios del
impacto que las políticas de salud pública tienen sobre sus poblaciones. La muerte por
causas asociadas a la desnutrición de por lo menos 45 niños pumé –la mayoría menores
de 5 años– en una comunidad del Estado Apure, entre mayo y noviembre del 2004, son
mayoritariamente producto de la marginación social y la expropiación sistemática de sus
tierras, que han dejado gran parte de su sociedad sin medios de producción sustentables.
Sus tierras han sido históricamente consideradas baldías –y por tanto expropiadas– por
no participar de nuestra visión agrícola del derecho de uso (ver Barreto y Rivas, vol. 2).
La comprensión de estas diferencias es el primer paso indispensable para promover po-
líticas de salud pública de calidad.
Por esto mismo, la presente obra aspira a contribuir en la construcción de puentes de
comunicación entre las comunidades indígenas y los estudios y políticas de salud pública
en Venezuela. En este primer volumen presentamos 6 ensayos sobre el “estado del arte”
de nuestro conocimiento sobre la salud indígena, en un sentido amplio, en 5 sociedades
indígenas del sur de Venezuela, principalmente del Estado Amazonas y el suroeste del
Estado Bolívar, que corresponden a los Curripaco, los Jodï, los Piaroa, los Yabarana y los
Yanomami.
La mayoría de los capítulos siguen una estructura común, que cada autor adaptó a su
visión y criterio, con lo que se pretendía facilitar el análisis comparativo y la inserción
de esta serie en los programas de formación de personal relacionado con la salud en te-
rritorios indígenas. Las etnografías aquí presentadas incluyen aspectos de la historia de
cada sociedad, su organización social, el estado actual de sus comunidades, sus nociones
particulares de salud y enfermedad, sus sistemas tradicionales de salud, su interacción
17
con la biomedicina y los entes encargados de administrarla, así como una visión general
de su morbilidad, mortalidad y los dispositivos sanitarios emplazados en sus territorios.
Adicionalmente, todos los capítulos hacen recomendaciones específicas sobre las prio-
ridades de acción e investigación en materia de salud para cada región. De esta manera
esperamos que la serie tenga un valor no sólo académico, sino también aplicado, y que
contribuya a mejorar el estado general de la salud en los pueblos aquí descritos.
Una excepción importante la constituye la contribución de Jacques Lizot, que está
basada en un artículo escrito hace algunos años, sin publicar, y que el autor adaptó para
los fines de esta serie. Este capítulo hace particular énfasis en el mundo intelectual de
los Yanomami, con referencia a su visión de la salud y la enfermedad. Consideramos
importante publicarla tal cual estaba escrita debido a la riqueza de los conceptos que en
ella se plasman. La relación entre éstos y el sistema nacional de salud es desarrollada en
una segunda sección de este capítulo por José A. Kelly y Javier Carrera.
A lo largo de toda esta serie se resalta la necesidad de involucrar a las comunidades
indígenas en el diseño e implementación de los programas de salud aplicados a sus
territorios. La experiencia ha demostrado que sin esto nuestros esfuerzos terminan re-
produciendo los prejuicios que han dominado tradicionalmente la relación entre estas
sociedades y el estado nacional. Esperamos que esta publicación contribuya a romper
con estos prejuicios, facilitando la adaptación de nuestros estudios y planes de salud a
sus propias necesidades y puntos de vista.
Bibliografía
Butzer, K. 1992. “The Americas before and after 1492: an introduction to current geographical
research,” en Annals of the Association of American Geographers 82(3): 345-368.
Denevan, W. 1992. “The pristine myth: the landscape of the Americas in 1492”, en Annals of the
Association of American Geographers 82(3): 369-385.
Dobson, A y E. R. Carper. 1996. “Infectious diseases and human population history”, en
BioScience 46 (2; Disease Ecology): 115-126.
McNeill, W. 1977. Plagues and people. Nueva York: Doubleday.
Montenegro, R. y C. Stephens. 2006. “Indigenous health in Latin America and the Caribbean,”
en The Lancet 367: 1859-69.
Toro, M. 1997. “Diagnóstico económico del dispositivo sanitario en el estado Amazonas. Hacia
una socialización de la medicina hipocrática”, en M. Perera (ed.) Salud y Ambiente. Caracas:
Universidad Central de Venezuela.
"Construyendo una agenda de género en las políticas publicas en salud"
En “Políticas Públicas, Mujer y Salud” Edic. Universidad Nacional del Cauca y
RSMLAC, Popayán , Colombia, 2004, 27-39
Débora Tajer
dtajer@psi.uba.ar
Para comenzar, es importante que manejemos una base común acerca del
significado de introducir esta perspectiva para el logro de políticas públicas en
salud con la equidad como norte.
Vamos entonces a tratar de responder cada una de estas preguntas como una
guía que nos permitirá entender el valor de esta propuesta.
1
Implica incorporar el modo en que las asimetrías sociales entre varones
y mujeres determinan diferencialmente el proceso salud-enfermedad- atención
tanto de los varones como de las mujeres.
Para nuestra región latinoamericana, aun cuando las mujeres han avanzado
mucho en su presencia en el espacio público, se espera que continúen siendo
las principales cuidadoras de la familia y las agentes del sistema de salud en
los hogares basándose en su capacidad empática, receptiva y comprensiva.
Por lo tanto existe en simultáneo y casi sin entrar en crisis una mayor
aceptación de la entrada masiva de las mujeres al mercado de trabajo
asalariado, pero sin una legitimación de la redistribución de las tareas
domésticas. Lo cual implica que las mujeres trabajadoras, tienen como
mínimas dos jornadas de trabajo. Lo cual se incrementa a tres jornadas si hay
algún familiar enfermo o que necesita cuidados que siempre son realizados pro
las mujeres de la familia.
2
Vale la pena detenernos en la contra argumentación de estas falacias. En
primer lugar las mujeres no son mas honestas que los varones, sino que tiene
un grado de ciudadanización desigual que las hace más dóciles, mejores
administradoras de fondos escasos y más fácilmente cooptables por planes
discrecionales, pues al tener muy poco poder en los hogares, cualquier dinero
que se les otorgue es visto con fuente de micropoder. En segundo lugar, la
educación de la madre es un indicador secundario de situación socioeconómica
(actual o acumulada) por lo tanto esta asociado a mejores índices de
morbimortalidad infantil. Pero no es asimilable confundir grado de instrucción
con capacitación para un programa específico. En tercer lugar, pensar que las
niñas deben ser educadas para establecer un reemplazo generacional de este
rol, es condenarlas a una brecha irrecuperable con las niñas de los otros
sectores sociales más beneficiados y con los niños de su propio sector social.
Por otra parte, los varones deben cumplir con un rol de proveedores
económicos y sociales, siendo sancionado socialmente cuando no pueden o
quieren cumplir con dicho rol. Esto genera perfiles epidemiológicos específicos
por sobrecarga laboral y por empeoramiento de las condiciones de su
concreción. Para que los varones puedan cumplir las expectativas relativas a
su rol social, su socialización primaria les inhibe la capacidad de registro de sus
propios malestares, lo cual tiene efectos nefastos en la detección primaria de
enfermedad. Los varones llegan a los servicios de salud cuando ya no dan
más, por lo tanto con cuadros más avanzados lo cual complejiza su pronóstico.
3
efecto una mayor visibilización y deslegitimación de las diferencias jerárquicas
aun existentes entre los géneros.
Por otra parte, representa el éxito del movimiento de mujeres como actor
político internacional en la incorporación de sus puntos de agenda en la agenda
política internacional. En ese sentido cabe destacar el muy buen trabajo de
advocacy de este movimiento que permitió colocar la equidad entre los géneros
como un bien publico global.
4
Debido a esta raíz histórica es que actualmente existen mas desarrollos
con perspectiva de género relativos a la salud de las mujeres, que a las
problemáticas masculinas, lo cual contribuye a sostener la idea de que cuando
hablamos de género en salud nos estamos refiriendo a salud de las mujeres.
4-¿Se puede utilizar esta perspectiva para los problemas de salud de los
varones?
Si y es deseable que así sea, puesto que para avanzar en una agenda
de la salud como derecho con perspectiva de género es importante incorporar
a los varones como colectivo tanto para pensar sus problemas específicos
como género en el proceso salud-enfermedad-atención, así como para valorar
el modo en que sus conductas y/o acciones pueden ocasionar daños en la
salud de las mujeres.
5
a ahondar ahora en el tercer eje de la propuesta para lo cual debemos
preguntarnos:
III. ¿ Cuáles son los niveles en los que la diferencia entre los géneros se
transforma en inequidad en salud?
Estos son:
6
En el plano de lo biológico debemos valorar si estamos identificando y
respondiendo adecuadamente a: los requerimientos fisiológicos diferentes, a
las susceptibilidades fisiológicas diferentes y a las resistencias o inmunidades
fisiológicas diferentes
Ejemplos del primer tipo son los modelos integrales de atención, que
incorporan la autonomía de l@s pacientes como valor y que recuperan la
historia y saberes del/a sujet@ consultante acerca de su malestar.
7
ejemplo, esta demostrado que el reintegro por costos asociados a la
prestación de servicios ha sido asociado con la baja en el uso de servicios
de maternidad (Kutzin, 1995). Por lo tanto ver la composición por sexo del
modo en cada país combina su financiamiento en salud es relevante en
términos de equidad de género. Y este es un punto muy relevante a tomar
en cuenta de cara a los procesos de reforma actualmente en curso en
nuestra región, dado que en la mayor parte de estos procesos unos de los
puntos fundamentales de implementación son los relativos a los modelos de
financiamiento.
Por otra parte los esquemas de seguro no son adecuados para compensar
el impacto de las diferencias que las mujeres y los varones tienen en el
mercado laboral. Los patrones e historias laborales femeninas son mas
diversificadas y fragmentadas que las de los varones, presentando mayores
periodos de quiebre de cobertura, además de concentrarse mayoritariamente
en los segmentos de menos paga y de contratos más flexibles.
8
Estos modelos suelen ser los más equitativos en términos de accesibilidad
y cobertura relativos a la capacidad de pago desde una perspectiva de género,
siendo que la mayoría de sus inequidades responden a factores de origen
cultural ligados a las estereotipias de género y al paternalismo, sensibles de
registrar con indicadores relativos a nivel y distribución de la capacidad de
respuesta. Desde una agenda de género representa un punto crítico los
indicadores que se utilice para medir los mismos, puesto que los construidos
desde una perspectiva neoliberal (OMS, 2000) pueden introducir una visión de
género acorde con ésta, basada sobre valores individualistas en los cuales los
servicios públicos pueden resultar muy mal ranqueados. Punto que amerita una
discusión de mayor profundidad dificultosa de sintetizar para este escrito pero
que puede consultarse en Costa A y otros (2000).
Por último vamos a hacer una reflexión acerca del "pago de bolsillo" que puede
acompañar y/o complementar cualquiera de estos modelos de financiamiento.
Para medir el impacto de género de este tipo de contribución financiera, es
necesario poder identificar los fenómenos de negociación al interior de los
hogares acerca de cómo se establecen las prioridades y como se distribuyen
los dineros del gasto de bolsillo. Por ejemplo, hemos relevado de un follow up
de atención de pacientes mujeres cardiópatas en el sector público en Argentina
que concluye que mientras las mujeres están internadas, es posible garantizar
la equidad de género en la atención, pero al externarse siendo que la cobertura
de medicamentos sale de pago de bolsillo, las mujeres salen perdidosas en la
negociación intrafamiliar de definición de prioridades en salud, resultando las
últimas en la lista, no pudiendo garantizarse de esta manera la equidad en los
tratamientos ambulatorios (Pramparo, 2001).
9
cada una de las disciplinas y practicas de los sesgos de género en la mirada y
resolución de problemas.
Este ítem lo hemos dejado para el final porque entendemos que para
una adecuada toma de decisión en todos lo niveles de la gestión en salud
incorporando una sensibilidad de género debemos poder tomar en
consideración toda la información y reflexión que hemos presentado en este
artículo.
10
radican en la posibilidad de incorporación de este acumulado en su
programación, ejecución y monitoreo para que puedan ser reales promotoras
de equidad y aumento de la calidad de la ciudadanía de todos y todas
11
Bibliografía
12
El debate determinantes-determinación: aportes del análisis
teórico, epistemológico y político
Jaime Breilh1
1
Md. MSc. PhD, Director del Área de Ciencias de la Salud de la Universidad Andina Simón Bolívar, Coordinador del Doctorado en Salud
Colectiva, Ambiente y Sociedad. Correo electrónico: jaime.breilh@uasb.edu.ec
Breilh J. La determinación social de la salud como herramienta de transformación hacia una nueva salud pública (salud colectiva).
Rev. Fac. Nac. Salud Pública 2013; 31(supl 1): S13-S27.
* Este artículo se basa en apartados de la conferencia presentada en el “VIII Seminario Internacional de Salud Pública:
Saberes en Epidemiología en el Contexto del Siglo xxi” realizado en la Universidad Nacional, Bogotá, marzo de 2013.
Rev. Fac. Nac. Salud Pública Vol. 31 (supl 1) 2013
y su impacto para el giro de la Revolución Mexicana táculos que resultan de esas relaciones de la ciencia con el
frente a la presencia de la petrolera Standard Oil [3]. poder, de lo cual ha resultado una secuencia de confronta-
Por eso la epidemiología es un terreno de lucha de ciones en cada período histórico. Confrontaciones que no se
ideas, de disputa sobre cómo enunciar la salud y cómo subsanan con la adición de un reconocimiento de “causas
actuar, y esa disputa obedece a intereses sociales encon- de las causas” y de los “determinantes estructurales”, mien-
trados. En esa medida la disciplina comparte con todas tras sigue inserta en la misma lógica empírico-funcional.
las demás, la característica consustancial de toda ciencia El pensamiento crítico latinoamericano en la mayo-
de ser una operación simbólica, y por lo tanto es “… ría de casos bebió de dos fuentes importantes del pensa-
una expresión transformada, subordinada, transfigurada, miento crítico epidemiológico: las ideas revolucionarias
y algunas veces irreconocible de las relaciones de poder sobre determinación de la salud de personajes que ins-
de una sociedad” [2], y en nuestro caso, dichas relacio- piraron la lucha anti-colonial en el Siglo xviii [5]; y las
nes implican la imposición de un sistema de explotación obras revolucionarias de Europa del Siglo xix que expli-
social y de la naturaleza, que reproduce sociedades no ca Howard Waitzkin en su crítica sobre “la medicina y la
sustentables, inequitativas y malsanas. salud pública al final del imperio” [6]. En Norteamérica
Al asumir una tarea de reformulación disciplinar es el hilo conductor de un razonamiento epidemiológico
inevitable situarse en una perspectiva teórico-política, es crítico del sistema social e integral se plasmó en obras
decir, mirar desde un ángulo específico de dichas rela- como las de Henry Sigerist [7], o un poco después en las
ciones de poder, o desde lo que suele denominarse un de George Rosen [8].
punto de vista social, de clase; perspectiva que imprime Bajo el influjo social de los 70 se crearon las condicio-
una huella profunda en la construcción del conocimien- nes para que varios núcleos de la medicina social de Amé-
to, aun de sus expresiones más técnicas. rica Latina se enfocarán en la relación entre el orden so-
Reconocer aquello, saber que cuando se hace epide- cial capitalista y la salud, escenario en que nos fue posible
miología hay una politicidad implícita y un nexo eviden- proponer de manera directa y pormenorizada el uso de la
te o tácito con intereses estratégicos de un sector social, noción de determinación social de la salud en la epidemio-
entonces, no solo es un acto de transparencia ética, sino logía. Categoría que desarrolla una crítica del paradigma
un signo de rigurosidad metodológica. Cuestión básica, empírico-funcionalista de la epidemiología y propone una
sobre todo cuando el objeto de estudio, constituye un herramienta para trabajar la relación entre la reproducción
elemento sensible de la evaluación de un proyecto social social, los modos de vivir y de enfermar y morir [9].
o de gobierno, por ser un recurso “diagnóstico” con el Herramienta teórico metodológica que alimentó y
que se define la imagen sanitaria de la sociedad, con el animó la construcción de la epidemiología crítica latinoa-
que valoramos el éxito o fracaso de las políticas y, sobre- mericana, forjada en el debate y la ruptura con el canon
todo, con el que construimos evidencias de los impactos de la epidemiología clásica y su multicausalismo lineal,
generados por la producción y el vivir social. luego frente al modelo empírico-funcionalista de la epide-
En trabajos previos a través de una amplia revisión miología ecológica, y ahora, frente al de la epidemiología
documental ha sido posible señalar los afanes de grandes de los llamados “determinantes sociales de la salud”.
empresas y el papel de una epidemiología bajo contrato, Cabe aclarar que la epidemiología crítica latinoa-
aplicada para fabricar la duda del público y de la justicia, mericana si bien se fraguó en escenarios académicos,
sobre los impactos humanos y ambientales de produc- tuvo siempre como fuelle y motivo de inspiración la lu-
ciones peligrosas, mediante manipulación estadística y cha de nuestros pueblos por superar un régimen social
otras formas de dilución de evidencias; maniobras para centrado en la acumulación de riqueza, y no las preocu-
implantar la idea de “otros factores causales”; y opera- paciones burocráticas de la llamada gobernanza.
ciones técnicas para crear incertidumbre por supuestas El carácter crítico de la propuesta se fundamenta en
fallas en diseño o de datos [4]. la vinculación con las luchas de los pueblos por supe-
Si bien los casos descritos son ejemplos extremos de rar un régimen social centrado en la acumulación de la
una epidemiología venal, la mayor parte de veces las ope- riqueza y el reconocimiento de la incompatibilidad del
raciones de una epidemiología funcional no se trata de ne- sistema social imperante y el modo de civilización que
xos tan directos, sino que la epidemiología convencional, lo reproduce, frente a la construcción de modos de vivir
incluso con las mejores intenciones, estructura su discur- saludables. No es su objeto descifrar conexiones empí-
so metódico de manera que hace invisibles las relaciones ricas para promover medidas de simple reforma y repre-
de determinación generadas por el sistema económico de sentar la entelequia de la salud en una sociedad estruc-
acumulación de capital, las relaciones de inequidad que lo turalmente patógena. La epidemiología crítica no puede
reproducen y la destrucción de la naturaleza. ser otra cosa que radicalmente emancipadora.
Es decir, el análisis de los paradigmas y modelos con Finalmente y por todo lo que queda dicho, la no-
los que ha trabajado la epidemiología, se encuentra inevi- ción de determinación social de la salud, como toda idea
tablemente atravesado por las tensiones, impulsos y obs- de ruptura, no es el producto aislado de elucubraciones
14 Universidad de Antioquia
La determinación social de la salud como herramienta de transformación...
personales sino la expresión del pensamiento crítico que en profundidad el metabolismo sociedad-naturaleza y su
se había apoderado del movimiento latinoamericano de impacto social. Y finalmente, con este modelo, resulta
medicina social (ahora mejor conocido como de salud imposible “conocer la sociedad para transformarla” ha-
colectiva); a cuyo origen convergieron las inquietudes de cia una salud profunda, que fuese el pilar no sólo de una
colectivos movilizados, el desarrollo de nuevos instru- nueva salud pública, sino de la construcción de un nuevo
mentos de análisis y la presencia de un proyecto expreso modelo civilizatorio saludable.
de transformación del paradigma obsoleto de la vieja sa- Las posibilidades de un análisis crítico de la salud
lud pública empírico-funcionalista de los años 70. se diluían en las limitantes construcciones empíricas de
Entre los años 70 a 90 desde el nuevo pensamiento lugar, persona, y tiempo. Y al buscar una apertura ha-
epidemiológico latinoamericano se realizaron cuestiona- cia las relaciones de la salud con el contexto de la vida,
mientos a la epidemiología lineal [10-20], lo que contri- se proponía la solución de la epidemiología ecológico-
buyó a refundar la moderna epidemiología crítica, y que empírica, basada en los principios parsonianos de la
ha sido ampliamente comentada [21-24] y documentada teoría de los sistemas en equilibrio† que congelaba la
[25]. El aporte inicial se orientó a descifrar como elem- relación entre agente, huésped y ambiente en un pro-
pirismo cognitivo, la metodología positivista y la lógica ceso de historia natural de la enfermedad [29]. Como
cartesiana de la epidemiología causal, constituyeun obs- lo señaló acertadamente Donnangelo dicha teoría sirvió
táculo para penetrar la génesis de la salud [9], y como la como instrumento para tejer el camino de lo social (i.e
noción de causalidad de Humese impuso como lógica rec- externo) a lo comportamental-individual, consolidando
tora del pensamiento epidemiológico en la corriente hege- de ese modo la lógica funcionalista [30].
mónica de los 70 [26] y los desarrollos más recientes [27]. Con este tipo de herramientas no es comprensible
La perspectiva cartesiana había penetrado en esos un orden social que mercantiliza la naturaleza, ni el
enfoques del análisis epidemiológico, reduciendo la rico movimiento dialéctico que se da entre lo natural-
realidad al sólo plano de los fenómenos; asumiendo las biológico y lo social, pues el molde estático y rígido de
propiedades de las partes (individuos) como base del la ecología empírico-funcional reproduce la cosmovi-
comportamiento del todo; y otorgando, de ese modo, sión positivista, que separa al sujeto de un mundo de
prioridad interpretativa a los atributos individuales (la objetos que lo rodean, y convierte las relaciones socie-
parte) sobre el todo [28]. dad-naturaleza y social-biológico en meras externali-
A partir de ese marco, la epidemiología convencio- dades entre factores, variables de la realidad, creando
nal cayó en una distorsión múltiple de la metodología, una falsa relación substitutiva de conexión externa de
posible de sintetizar en los siguientes cinco elementos: variables. Lugar y ambiente aparecían, desde esa pers-
• Una explicación fenoménica, reduccionista y frag- pectiva, como categorías que representaban un mundo
mentaria de la realidad y la determinación de la salud. atomizado, de fenómenos empíricamente evidencia-
• Primacía absoluta de la asociación causa-efecto bles, donde la relación social-natural era una más de
como gran organizadora y lógica del universo las conexiones formales que había que incorporar al
epidemiológico. modelo epidemiológico estadístico.
• Reificación de la relación causa-efecto como artefac- Como respuesta a esta perspectiva se produjeron
to formal aplicado para identificar factores de riesgo. trabajos críticos amparados en el ambiente intelectual
• La reducción de la noción de exposición/vulne- propiciado en la naciente maestría en medicina social de
rabilidad a un problema esencialmente individual la Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco.
de naturaleza probabilística. Allí se ubica la tesis pionera que basó su análisis en la
• A la hora de organizar la práctica epidemiológica, categoría determinación social, como una forma de su-
la reducción de ésta en acciones funcionales sobre perar el causalismo, en cuanto se refiere a la producción
factores de riesgo. o génesis de la salud; la noción de reproducción social
A esta epidemiología empírica, a pesar de su robusto (en las dimensiones general-particular-singular) como
arsenal formal estadístico, no le es posible explicar la re- superación del empirismo aplanado; la concepción
lación entre el sistema social, los modos de vivir y la sa- dialéctica de la relaciónsocial-natural-biológico, como
lud; ni entender la distribución por clases de las formas superación del ecologismo empírico; y que sometió a es-
e intensidades de exposición humana a procesos peli- crutinio crítico el uso empirista de las técnicas y la pre-
grosos; ni la vulnerabilidad diferencial de los colectivos eminencia de un enfoque cuantitativista del método [9].
situados en inserciones sociales distintas; ni comprender
†
Talcott Parsons, teórico del estructural funcionalismo, explicó el mundo como un conjunto de sistemas y subsistemas con tendencia al equilibrio,
y funciones que regulan los estados normales. El funcionalismo es una doctrina social que se ha pensado como antípoda de las ciencias de la
transformación, sostiene la estabilidad eterna de la sociedad como un gran sistema con tendencia al equilibrio, mientras que el cambio sería
como una pérdida momentánea de dicho equilibrio, que finalmente se reajusta por la operación de funciones que cada grupo social desempeña.
En cuanto a la distribución poblacional de las condi- rriente al ritmo vertiginoso de concentración de riqueza
ciones de salud, se propuso una operacionalización epi- y exclusión social de una maquinaria de acumulación de
demiológica de la clase social, como superación de los capital hasta ahora intocada. Por debajo de una intencio-
estratos convencionales de la vieja epidemiología; para nalidad social siguen reproduciéndose modos de produ-
enlazar producción y distribución de la salud y exponer cir y políticas que no afectan las raíces de una civiliza-
su complejidad, se propuso la categoría perfil epidemio- ción individualista, que se sustenta en un complejo de
lógico, que sintetiza los dos ejes de dicha complejidad: irracionalidades (productivas, energéticas, ambientales),
el dimensionamiento general, particular y singular, y la y que se reproduce y recicla gracias al imperio de un
antítesis entre procesos saludables, protectores o perfec- consumismo extremo, de un ordenamiento social depen-
cionantes, versus procesos malsanos, peligrosos, dete- diente de una matriz de derroche energético, de desper-
riorantes o vulnerabilizadores de la salud [9]. dicio de recursos vitales, y de una masiva e irreparable
Este esfuerzo inicial fue enriquecido en los 80s con generación de desechos.
aportes como la matriz de triple inequidad en la determi- En todo este camino, una contradicción compleja ha
nación de la salud (clase, género y etnia); luego en los sido el comprender cómo acoplar el debido reclamo de nues-
90s con una recuperación del sujeto de la epidemiología, tro pueblo por acceso a los servicios asistenciales de la salud
a través de la construcción intercultural de una crítica individual, con la urgencia –esa sí mucho menos comprendi-
de la sociedad de mercado, y con la vuelta del siglo la da e interiorizada-, de transformar con sentido preventivo la
investigación se enfocó al metabolismo sociedad-natu- determinación social de los problemas de salud.
raleza, esbozado ya desde los aportes de los 70 [9], así
como en la crítica de la inviabilidad del modo de civili- Rupturas para la construcción
zación del capital para la salud y la naturaleza.
Con este recorrido se arriba al desarrollo más re- del método de la epidemiología
ciente, al planteamiento de las 4”s” de la vida–como se crítica: lectura en paralelo con otras
explica más adelante-, para confrontar la expansión vio-
lenta de la acumulación de capital, basada en los meca- perspectivas epidemiológicas
nismos devastadores de convergencia malsana de tecno-
logías; el despojo fraudulento de los recursos vitales de La salud es un objeto polisémico en tanto objeto
las sociedades subordinadas (i. e tierra, agua, genoma); real,objeto pensado (de modo intersubjetivo) y cam-
y finalmente para situar en el contexto de esa matriz po de praxis. Avanzar hacia un paradigma crítico de la
social devastadora los impactos de la triple inequidad epidemiología, implica entrelazar tres transformacio-
inherente a las relaciones sociales y modos de vivir, que nes complementarias e interdependientes, el replanteo
han sufrido los asalariados, subasalariados, los pequeños ontológico como objeto complejo, la innovación en su
productores y aun la clase media [31-34]. conceptualización en cuanto a las categorías y operacio-
El proceso ha implicado una permanente conexión nes metodológicas que permitan hacerlo inteligible, y la
entre el trabajo epidemiológico con la lucha para con- apertura y vinculación con las formas de incidencia y las
frontar al poder patógeno del sistema social usando los fuerzas sociales movilizadas [25], todo ello inscrito en
instrumentos de la ciencia. Un esfuerzo por acompañar un proceso dialéctico de determinación socio histórica.
desde el quehacer académico la disputa de los sujetos Dada la conexión e interdependencia de objeto-suje-
políticos contra los peligros para la vida producidos por to-campo, la categoría determinación social (ds) aplica a
el capitalismo industrial y la marginalización naciente los tres: hay una ds del objeto; una ds de la construcción
en los 70; posteriormente frente al agresivo posindus- de los conceptos y una ds de la práctica. En cada período
trialismo y desmantelamiento neoliberal de los dere- histórico los cambios y movimientos de la salud como
chos, que agravó la inequidad y exclusión social en los objeto, se interrelacionan con las innovaciones concep-
80; y ahora en el siglo xxi contra la aceleración de la tuales y las transformaciones de la práctica (figura 1).
acumulación económica por convergencia de usos peli-
grosos de la tecnología productiva, despojo y shock, que
ha modificado el perfil de sufrimiento humano y ha di-
versificado las formas de exposición masiva a procesos
dañinos, amplificando y diversificando los mecanismos
de destrucción de los ecosistemas.
Procesos que lamentablemente no están logrando
realmente revertir ni los regímenes de América Latina
que definen una línea progresista, pues empujan desde
una falsa opción del extractivismo, sus afanes de una po-
Figura 1. La salud noción polisémica
lítica social redistributiva que se busca forjar contraco-
16 Universidad de Antioquia
La determinación social de la salud como herramienta de transformación...
Dicho de otro modo, la transformación objetiva, marco teórico) que, si bien son ideas, constituyen a
subjetiva y práctica se producen socio históricamente en su vez una expresión del mundo material y del trabajo
relación con una matriz social determinante; no hay ma- de articulación lógica que posibilita la observación de
nera de comprenderlas separadamente, como lo exponen dicha base material y la praxis.
algunos trabajos realizado en el Ecuador en los perío-
dos de la Revolución anticolonial del Siglo xviii [35], Redimensionar el objeto de la
la Revolución social juliana de comienzos del Siglo xx epidemiología: ruptura con el
(1925-1931) [36] y la etapa de regresión neoliberal agre-
siva de 1985 a 2006 [37], que permiten observar articu- empirismo lineal
laciones muy diferentes en cada caso. Para discutir en torno el objeto de la epidemiología,
El conocimiento científico en cualquier disciplina se como objeto real y sus propiedades, se utilizan algu-
da en el movimiento entre sujeto y objeto en un campo de nas categorías que permitan caracterizar y comparar
praxis; ninguna de los tres elementos define el método de la forma como esto es definido en los más representa-
manera absoluta. Entonces bien, al enfocar el objeto debe- tivos paradigmas epidemiológicos [39]‡, como son: el
mos apreciar que éste no existe como un “en sí” puro sin lineal causal –clásico- (epidemiología lineal uni y multi
sujeto, ni tampoco existe un sujeto “en sí” puro sin objeto. causal); el ecológico-empíricos (teoría parsoniana de
El movimiento del conocimiento surge en la relación de los los sistemas agente, huésped y ambiente); el causal de
dos y esa relación se encuentra determinada por el movi- transición (epidemiología social de los determinantes
miento práctico y momento histórico en el que se realiza. sociales); y cuatro expresiones de la epidemiología crí-
Ahora bien, la relación entre sujeto y objeto requiere tica (medicina social, epidemiología etno-social, epide-
de la mediación de ciertas estructuras simbólicas, pues las miología eco-socialy epidemiología crítica). Las cuatro
experiencias perceptivas no están únicamente determina- categorías analíticas son:
das por las imágenes y estímulos de la naturaleza sino que • Orden. Concepción acerca de qué es lo que mueve
dependen de la cultura, de esas estructuras simbólicas que al objeto, es decir el orden social y sus relaciones
aplicamos al conocer; una las cuáles es el método [38]. de jerarquía.
De ahí se desprende que en la epidemiología como • Carácter del movimiento. Visión de cómo se da su
en toda ciencia, el método es un movimiento que va del movimiento, génesis y reproducción.
objeto al sujeto y viceversa, pero atravesado también por • Temporalidad. Concepción de la temporalidad del
las ideas y la cultura. El método es una de las mediacio- objeto, sus elementos e historicidad.
nes simbólicas en el caso del conocimiento científico, y • Espacio social y elementos. El espacio social de
no es ni un movimiento exclusivamente inductivo refle- la determinación y la espacialidad del objeto (di-
jo (de objeto a sujeto), ni tampoco un movimiento exclu- mensiones, conexión histórica de elementos).
sivamente deductivo (de sujeto a objeto). El método es En cuanto al orden la conceptualización de la ds pasa
un movimiento dialéctico. por la idea de orden social –qué es lo que mueve el obje-
Comprendido lo anterior, es posible explicar por to. En la epidemiología lineal clásica (uni o multicausal)
qué el método empírico analítico (positivista) que apli- el orden es causal-individual y la jerarquía determinante
ca la epidemiología hegemónica es distorsionante, pues se expresa en los principios de conjunción/asociación de
al acercarse a la realidad por la mera senso-percepción Hume –que luego Bradford Hill sistematizó [40]. Desde
(procedimiento empírico inductivo de observar fenóme- esta perspectiva la operación eficiente de una causa gra-
nos mensurables –variables- y juntarlos bajo un siste- cias a las conexiones externas de ésta con el efecto es lo
ma formal, matemático o no) sólo alcanza a mirar unas que incide en efectos fenoménicos individuales; el prin-
partes o fragmentos de la realidad (el pico del iceberg), cipio del movimiento es la causación por conjunción o
tal y como ellas se registran en el acto de observar y conexión externa con factores de un ambiente cosificado
medir efectos en el plano de los fenómenos -efectos epi- y fragmentado, una concepción del orden que conlleva a
demiológicos observables-, sin penetrar en el plano de la concluir que la acción de la salud pública es igualmente
determinación de los procesos en el cual tienen lugar y causal sobre factores de riesgo (figura 2).
adquieren sus propiedades dichos fenómenos. No importa cuanto se sofistique el sistema causal
Es por ello que se requiere un paradigma inte- sigue siendo lineal y reduccionista, pues ni la formación
grador, una operación para la que es indispensable de una red de causas -como en el modelo de MacMahon
un marco interpretativo del sujeto (categorías de un puede expresar la complejidad y el movimiento; y más
‡
Para los fines de este análisis se han escogido aquellos textos que corresponden en su inicio a los años 70, que podrían asumirse como iniciad-
ores del paradigma, sin que en este preliminar inventario epistemológico incluya todos los que deberían estar.
aún, la cosificación de los procesos en factores se brinda Pasando luego a los modelos de la epidemiología
para convertir realidades determinantes como la clase causal de transición –aquí la noción de transición se re-
social en elementos cosificados y marginales de dicha fiere a la apertura a asumir las estructuras sociales como
estructura social (figura 3) [26]. parte del objeto. La obra de Mervin Susser es un paso
Por otra parte la epidemiología empírico ecológica inicial de esta línea. Reorganiza el causalismo en el mar-
de sistemas (tríada ecológica de Leavell & Clark) asu- co de la teoría de sistemas, planteado de este modo:
me como orden el equilibrio de sistemas y subsistemas “La evolución de los modelos causales en epidemiolo-
conectados, y la jerarquía está dada por las pulsiones de gía nos ha llevado a la noción de sistema….los sistemas
equilibrio y función [29] (figura 4). se relacionan mutuamente, contienen el uno al otro….
El universo tiene una existencia simultánea y cada nivel
de organización está incluido en otro más complejo. Los
átomos están contenidos por las moléculas, las moléculas
por los cromosomas, los cromosomas por las células, y
las células por los tejidos. Los órganos y sistemas fisio-
lógicos están contenidos por los individuos y los indi-
viduos en los grupos sociales…Todos estos sistemas se
hallan ligados [41].
A la luz de este razonamiento sistémico, la acción
“depende de si tenemos en mente el miasma o los mi-
croorganismos, enzimas, moléculas, conducta humana o
la estructura de las sociedades” con lo cual se expresa ya
en 1973 una lógica que se anticipa a la de los impulsa-
dores del paradigma de los determinantes sociales en el
Figura 2. Modelo lineal causalista de la tuberculosis
2007, los determinantes estructurales como una estruc-
tura causal externa [41].
De hecho, el paradigma de la llamada epidemiología
social propugnado por la Comisión Mundial de la oms
sobre “determinantes sociales de la salud” es otro causa-
lismo que explica también el orden bajo la noción causal.
Representa un paradigma de transición crítica por que se
abre a lo estructural, rompiendo el cerco de la visión más
restrictiva de la epidemiología convencional, sin que re-
presente un cambio de paradigma, en tanto convierte las
estructuras sociales en variables y no en categorías de
análisis del movimiento histórico de la acumulación.
Con esto no es posible ofrecer una crítica directa
de la organización social de la sociedad de mercado y
de sus rotundas consecuencias en la salud; ni analizar
el proceso radical de acumulación económica/exclu-
Figura 3. Modelo lineal multicausalde la hepatitis
sión social, como eje de una reproducción ampliada de
Fuente: Breilh J. Epidemiología: Economía Política y Salud, 1979. la inequidad social, ni abordar el metabolismo sociedad
naturaleza (figura 5). Escogen la vía causal deificando
categorías analíticas en factores o causas estructurales,
que aparecen como abstracciones sonoras pero vaciadas
de contenido crítico y de movimiento: determinantes es-
tructurales de inequidades (gobernanza, políticas, cul-
tura) y unos determinantes intermedios (circunstancia
materiales, conductas y factores biológicos) [42].
Los organizadores teóricos de este modelo [42-44],
asumen las dimensiones de lo general, particular y sin-
gular, como se propuso en América Latina, pero con-
virtiéndolas en niveles de variables o factores causales,
armandoun modelo para trabajar limitadas y funcionales
Figura 4. Epidemiologia empírico ecológica de sistemas
Fuente: Historia natural de la enfermedad Leavell y Clark, 1965.
acciones de gobernanza, si bien proyectan una crítica so-
18 Universidad de Antioquia
La determinación social de la salud como herramienta de transformación...
cial y el discurso de una epidemiología renovada, recaen convertida en la noción funcional de determinantes so-
en los vicios interpretativos y limitaciones del causalismo. ciales, aptos para modificaciones de la gobernanza.
En términos metodológicos presentan sus explica- En el terreno de los paradigmasde la epidemiología
ciones más como un esquema formal de articulación de crítica encontramos cuatro paradigmas. Dos de éstos, el
variables, y no se logra un modelo teórico categorial- de Laurell y el nuestro, se posicionan en el realismo crítico
capaz de interpretar el sistema social de mercado,en su materialista del siglo xix, aunque ofreciendo sustanciales
estructura de propiedad, sus procesos de generación y innovaciones. Los otros dos, la etno-epidemiología de Al-
reproducción de la explotación humana y de la natura- meida Filho y la eco-epidemiología de Krieger, retoman
leza, ni logran identificar las correspondientes jerarquías algunos elementos de los dos anteriores y se posicionan
de subsunción [45] entre el sistema social, los modos de desde el pensamiento Habermasiano, y especificándose a
vivir de los grupos estructuralmente constituidos y los una etnografía critica en el primer caso, y en una ecología
estilos de vida de las personas con sus familias. política con tesis emancipadoras de género, en el otro.
En la producción de dicho modelo se encuentran La perspectiva de la epidemiología eco-social [46-
ideas fuerza de la producción crítica latinoamericana 48] recupera la importancia de trabajar la salud en sus
que circularon tempranamente por los canales de la salud múltiples dimensiones y hace su propia lectura de cate-
pública progresista de la región e incluso por algunos del gorías como subsuncióny de la noción de metabolismo
mainstream epidemiológico, aunque sus autores no re- de sociedad y naturaleza y plantea la noción de embo-
conocen las originales contribuciones latinoamericanas. diment (encarnación) y lo que llama las rutas de em-
La propia categoría determinación social, terminó de ese bodiment, que las explica como caminos en que se da
modo transmutada en causa de las causas; es decir, la la encarnación de las exposiciones y vulnerabilidades
noción emancipadora de determinación social terminó socialmente generadas en los organismos [49] (figura 6).
En la dimensión práxica de la propuesta de Krieger el Visto así el orden de cosas, la salud no obedece a un
eje lo ocupan las nociones de rendición de cuentas o res- orden exclusivamente individual, sino un que es proceso
ponsabilidad (accountability) y agencia o acción (agency) complejo, socialmente determinado, aspecto que muchas
ligada a las disparidades e inequidad. A pesar de su valor, veces desaparece del pensamiento en la salud pública, de-
el desafío supera las posibilidades de estas nociones pues bido al predominio de una visión biomédica, que reduce la
se trata de la transformación de las relaciones de poder problemática al estrecho límite de los trastornos o males-
construidas alrededor de un sistema acumulación y exclu- tares individuales, su curación y la prevención individual.
sión, que destruye la vida, y por tanto algo más complejo, La determinación social va y viene dialécticamente
que amerita el enfrentamiento estratégico, sobre una base entre las dimensiones general, particular y singular: se
popular, para una superación del sistema de contradiccio- reproduce de lo general a lo particular, y se genera de lo
nes, y que en la propuesta de Breilh se organiza bajo la particular a lo general.
categoría perfil epidemiológico. En el proceso se dan formas de subsunción en las
La diferencia con esta noción, en la epidemiología cuales los procesos de la dimensión más simple se desa-
crítica de Laurell y Breilh, es un alejamiento de la noción rrollan bajo subsunción respecto a las más complejas y
lineal de ruta (pathway), planteando una comprensión dia- entonces aparece que la relación social-natural, o social-
léctica de proceso de determinación por generación y re- biológico ocurre como un movimiento entre partes de un
producción, donde opera el movimiento entre subsunción todo concatenado que es la naturaleza (figura 8). Claro
y autonomía relativa, para soslayar una posible interpreta- que las partes implican niveles de complejidad varia-
ción lineal del movimiento de determinación (figura 7). bles, sujetos a ciertas condiciones dinámicas que tienen
una estabilidad apenas relativa.
En el movimiento de la naturaleza y sus sistemas, la
tendencia central no es la de un proceso de adaptación y
§
Habitus: categoría recuperada para la epistemología por Bourdieu (El poder simbólico, 1998) para “tratar la teoría como un modus operandi
que orienta y organiza prácticamente la práctica científica.
20 Universidad de Antioquia
La determinación social de la salud como herramienta de transformación...
no sólo en las nociones de identidad del sujeto y en sociedad - naturaleza como parte de la determinación.
sus concepciones generales sobre la realidad y la Enfatiza en el poder explicativo de los modos de vida y
metodología, incluso en cambios radicales en las una etnografía conectada a la reproducción social (movi-
concepciones uniculturales y antropocéntricas que miento de la cultura del vivir socialmente determinado;
impregnaron el pensamiento académico. destaca la noción probabilística de riesgo en el esquema
Al contrastar los modelos epidemiológicos analiza- explicativo; y asume de ese modo como criterio la trans-
dos, se pueden establecer contrapuntos en la forma de formación del patrón de inequidad y de los riesgos.
asumir cada uno de los atributos que dan cuenta de la Por su parte, el paradigma eco-social nace de una
concepción acerca del sujeto, para lo cual se proponen perspectiva del ecologismo crítico, motivada por la lu-
las siguientes categorías: cha de grupos sociales que trabajan por la equidad social,
• Identidad. Rasgos propios frente a la colectividad de género y etno-cultural; que le define una identidad
y sociedad; conciencia de clase, de género y etno- necesariamente interdisciplinaria e intercultural y un po-
cultural; conciencia de unidad y diversidad sicionamiento crítico que busca construir demandas para
• Concepción y relación con la naturaleza. Concep- la rendición de cuentas y responsabilidad del poder.
ción sobre relación sujeto-naturaleza, separación Finalmente, el paradigma de la determinación
o unidad S-N; visión de la importancia de la rela- socialse plantea en la interfase del materialismo crí-
ción S-N para la salud y la vida; conciencia antro- tico, la economía política y la ecología política en
po, bio o sociobio céntrica. su diálogo con una versión crítica de las ciencias de
• Recorte metodológico. De campo problemático, la salud, el ambiente y la sociedad. Se propone des-
planos de la realidad y relación cuali-cuantitativo. cifrar el movimiento de la vida, de su metabolismo
• Elemento activo del conocimiento.Preeminencia histórico en la naturaleza, de los modos de vivir tí-
y centralidad de objeto, sujeto, praxis o su inter- picos (económicos, políticos, culturales) y del movi-
dependencia. miento de los geno-fenotipos humanos, en el marco
• Criterio de verdad. Habitus§ metodológico que del movimiento de la materialidad social cuyo eje
permite demostrar las afirmaciones epidemiológi- es la acumulación de capital, nombre que toma en
cas veraces. nuestras sociedades la reproducción social.
• Posición ética. Ethos de la práctica, en el sentido de El núcleo interpretativo de este paradigma es la uni-
forma característica e inclinación de “hacer el bien” dad y diversidad social, ambiental y sanitaria que surgen
• Paradigma general de sustento. Marco teórico en medio de la reproducción social y la condición sine
fundamental en que se sustenta modelo qua non de conservar tanto en la interpretación como en
Al contrastar estas categorías es posible constatar la acción de la epidemiología la unidad de los procesos
que en el paradigma lineal causal, el sujeto investigador alrededor de la acumulacióncomo forma de reproduc-
enfoca y resuelve el control de riesgos o modificación ción frente a la cual puede moverse, en su autonomía
de efectos en personas; desde una perspectiva de sujeto relativa, una génesis emancipadora saludable –como
académico que se coloca por fuera de su sociedad y de diría Samaja– creada por las clases, pueblos y comu-
la naturaleza, mirada que podría definirse como unicul- nidades afectadas por dicha forma de reproducción en
tural, antropocéntrica y por sus propios códigos y funda- su afán por construir un nuevo modelo civilizatorio que
mentación, también como eurocentrada. implique un metabolismo sociedad naturaleza protector
En el paradigma empírico ecológico el sujeto se enfo- y promotor de la vida.
ca en la sistemas ecológico-empíricos (agente, huésped y No hay cabida en el eje vertebrador de este pa-
ambiente) que se interrelacionan externamente y por cuyo radigma para colocar como objetivos estratégicos y
equilibrio debe trabajar. Es el sujeto técnico - académico centrales:ni la redistribución de ingreso y acceso a ser-
que busca controlar los desajustes de los sistemas epide- vicios; ni las medidas limitadas de gobernanza; ni las
miológicos, no transformar los procesos que subyacen a reivindicaciones aisladas culturales; ni las propuestas de
las expresiones sistémicas, ni transformar la sociedad. negocio ecológico, es un paradigma que busca acompa-
El paradigma de los determinantes sociales es la ñar el esfuerzo histórico de los pueblos por derrotar y
perspectiva del sujeto institucional, enrolado en el po- desmontar el sistema actual de acelerada acumulación
der público o en las agencias internacionales y que tiene de capital, exclusión social y destrucción de la naturale-
como meta el logro de realizaciones técnicas (tipo metas za, con su modo civilizatorio consumista, contaminante
del milenio) y se propone mejorar una gobernanza, co- y derrochador. Un paradigma que se piensa y avanza en
rrigiendo las distorsiones mayores, o estructurales, que trance de transformación integral de la sociedad capita-
amenazan la legitimidad del orden social. lista no sólo para conseguir metas puntuales –conven-
El paradigma etno-social corresponde a una iden- cionalmente medidas en indicadores de calidad de vida,
tidad crítica académica, no se plantea el metabolismo como los de ingreso, educativos, y sanitarios- sino para
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La determinación social de la salud como herramienta de transformación...
El paradigma lineal de las causas y factores de ries- En estas ideas radican potenciales indicios para una
go al asumir una concepción fraccionaria de la realidad democratización de la acción epidemiológica, sin embar-
y al sujeto situado por fuera y aparte de la realidad social go aprendizajes históricos han enseñado que en contextos
y la naturaleza, es el caso de una práctica focalizada en de grandes asimetrías en las relaciones de poder, las bue-
dichos factores y graduada de acuerdo a la magnitud y nas intenciones y conceptos como estos terminan conver-
frecuencia de las variables/indicadores que los expresan tidos en armas de hegemonía, pues quién define a dónde
con sus efectos. El paradigma ecológico empírico am- llevan el que se difuminen los límites entre lo público y
plia el espectro de visión al ambiente pero convertido lo privado o la participación; no son definitivamente las
éste en un campo adicional de variables contextuales. intenciones de actores técnicos quienes lo hacen, sino las
En correspondencia con la visión positivista de la fuerzas mayores que subyacen en la política. Ello explica
separación del sujeto respecto a los objetos de la reali- como esto se está convirtiendo en ruta de privatización y
dad y siguiendo la lógica lineal del orden, la epidemiolo- debilitamiento del papel rector de lo público, en vehículo
gía positivista separa lo social (x=causa) de lo biológico de una imposición pública no democrática.
(y= efecto en los organismos). El paradigma eco-social otorga centralidad a la lu-
Desde este paradigma se asume la lógica de la pers- cha contra la inequidad y busca construir una mejor abo-
pectiva individual del liberalismo que esgrime que los gacía y rendición de cuentas a favor de los grupos some-
cambios provienen de individuos movilizados por su li- tidos a inequidad; trabaja específicamente en las que su
bre albedrío que se agrupan y finalmente provocan cam- autora denomina rutas de encarnación de los efectos de
bios que se expresan en lo colectivo. Desde esta perspec- lo social en las personas y su biología.
tiva la ciencia debe reconocer las características de los El paradigma de la epidemiología crítica trabaja,
individuos, con ellas actuar desde y sobre los individuos; en la construcción popular-académica de una sociedad
y de ese modo cosechar efectos secundarios positivos en centrada en la vida, la equidad y la plena bioseguridad
la sociedad. Aquí lo social permanece invisible. (socio-biocéntrica), mediante una investigación intercul-
En un extremo inverso estará el paradigma determi- tural, interdisciplinaria y basada en la comunidad, que
nista colectivo (social mecánico), para el cual el orden busca alimentar un proceso de reforma crítica, cuyo eje
social está determinado desde las instancias colectivas de estratégico es el apoyo desde la ciencia epidemiológica
las organizaciones, operando sobre el dominio general, a la defensa de los derechos. Una investigación y moni-
provocando de ese modo efectos en los grupos y final- toreo enfocados en los procesos críticos de la salud, y
mente cosechando efectos en los individuos. Desde esta proyectados hacia le horizonte de una nueva civilización
visión el problema radica en reconocer características de que pueda ser saludable y biosegura, produciendo cono-
las sociedades, sus sistemas de poder; actuar desde y so- cimientos críticos, instrumentos técnicos y herramientas
bre los Estados, instituciones y organizaciones; para cose- para la rendición de cuentas y control social sobre los
char efectos secundarios positivos en los individuos que grandes dominios de la determinación social general que
aparecen como polo pasivo, igualmente invisibilizado. En se expresan en las 4 “S” de la vida (civilización susten-
esta perspectiva se desprecia la contribución de las movi- table, soberana, solidaria, saludable/biosegura).
lizaciones y operaciones locales o individuales como polo En el marco de este paradigma, se asume como meta
esencial y también generativo del cambio. fundamental e irrenunciable de la lucha sanitaria la de-
Desde el paradigma de los determinantes sociales se nuncia y proposición de alternativas frente a la acumu-
coloca en el eje de la praxis la noción de gobernanza de- lación de capital como principio rector, de los sistemas
finida como “gestión pública participativa y reticular…la laborales que destruyen masivamente la salud en los espa-
puesta en práctica de estilos de gobernar en los que se han cios de trabajo, de los patrones consumistas que degradan
difuminado los límites entre los sectores público y priva- los modos de vivir, y para lograr el control y un giro total
do” [52]. Complementariamente se dice que “alude a un de la lógica extractivista y derrochadora de la industria
nuevo estilo de gobierno, distinto del modelo de control que degrada también la relación sociedad - naturaleza.
jerárquico, pero también del mercado, caracterizado por No es posible lograr estas metas actuando sobre fac-
un mayor grado de interacción y de cooperación entre el tores, ni ajustando artificialmente sistemas, ni tampoco
Estado y los actores no estatales en el interior de redes buscando mejoras en la gobernanza. Por ello el paradig-
decisionales mixtas entre lo público y lo privado” [53]. ma de la determinación social es una herramienta para el
Cabe destacar la intención de superación del con- avance de la justiciabilidad y exigibilidad de derechos
trol jerárquico o vertical por parte del Estado, y que se sistemáticamente conculcados [54].
rompa con el principio neoliberal del control del mer- La epidemiología crítica contiene por tanto una vo-
cado. Igualmente la apertura hacia una gestión en salud cación expresa de derrotar la civilización actual para
participativa y reticular, así como la tesis de que hay construir la salud, no remozarla ni pretender tornarla
que difuminar los límites entre los sectores públicos y saludable. La epidemiología es pragmáticamente utópi-
privados como vía para eliminar el autoritarismo oficial. ca; para serlo tiene que ser en modo teórico y aplicado,
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La determinación social de la salud como herramienta de transformación...
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