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Nombre directora:
Dra. Maribel Rodríguez
Objetivos
Objetivo general: conocer sobre la Agenda 2030 organizada por la ONU, en la cual se
proyectan 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que tienen como fin mejorar la calidad de vida
de la población mundial a través del fortalecimiento de ciertos indicadores sociales, económicos
y climáticos. Así, es menester identificar el Objetivo de Desarrollo Sostenible concerniente a la
igualdad de género, la cual busca reducir la brecha de género entre hombres y mujeres.
Objetivos específicos
Introducción
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el año 2015, a través de sus 193
Estados miembros, aprobó un plan global concerniente a 17 objetivos, Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS), que tiene el noble propósito de mejorar no sólo el bienestar económico y
social de mujeres, hombres, niñas y niños, sino propender por disminuir el impacto del cambio
climático en nuestro planeta, entre otras cosas. La ONU y sus Estados miembros establecieron
este plan de acción pensado para fortalecer los temas más importantes incluidos en la Agenda,
dentro de los próximos 10 años. Evidentemente, el año 2020 se convirtió en un año parteaguas
por el acontecimiento pandémico que azota a la población mundial y, en ese sentido, la llamada
Agenda 2030 de la ONU no escatimó esfuerzos en acelerar la puesta en marcha del gran plan
para la humanidad, entre otras cosas, debido a que en medio de la pandemia se presentó un
crecimiento de las desigualdades de género teniendo en cuenta que las mujeres han sido las más
afectadas por la llegada del coronavirus, ya que ellas, por un lado, son las que más están al frente
del cuidado de los enfermos por la covid-19; y no me refiero sólo a enfermeras, pues las mujeres,
en una sociedad patriarcal, tienen que trabajar cuidando ancianos, niñas y niños (a sus propios
hijos), enfermos en casa, etc., sin que puedan tener tiempo para formarse académicamente y, por
el otro, los estudios que se hicieron sobre violencia de género durante la pandemia, arrojó como
resultado el incremento de la violencia doméstica debido al confinamiento y la falta de tolerancia
de los hombres hacia las mujeres.
evidenciar logros para el avance de las mujeres, sin embargo, todavía falta mucho más por hacer
para disminuir la brecha de género.
Los casos de las seis mujeres que se comentan en este breve escrito, por lo menos para el
que escribe este artículo, tienen que ser de obligada lectura para todo aquel que quiera saber
sobre temas de igualdad de género, ya que es imprescindible empezar a reconocer a las mujeres
como agentes sociales que tienen las mismas capacidades que la población masculina. Los casos
han sido de gran significación porque muestran todas las limitaciones que esas mujeres tuvieron
que enfrentar para lograr sus sueños. Sin embargo, como era de esperarse, nada fue fácil debido a
que esas mujeres vivían dentro de un contexto cultural fuertemente arraigado en costumbres que
colocaban a la mujer en estado de indefensión. Ellas provienen de países como Uganda,
Guatemala, Egipto, Camboya, India y Albania, mismos que tienen culturas disímiles pero con un
común denominador: esos países han tenido regímenes totalitarios.
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Describamos brevemente qué fue lo que les ocurrió a esas seis mujeres, cuyas vidas
fueron transformadas en un antes y un después gracias a los programas de la United Nations
Fund for Population Activities (UNFPA). Dahab Elsayed, una mujer egipcia que actualmente
tiene 60 años, cuenta la terrible experiencia que le tocó vivir en su niñez cuando le hicieron
ablación genital, práctica atroz que se hace como requisito matrimonial para, supuestamente,
asegurar la fidelidad de la mujer. Esa práctica está tan arraigada en la cultura egipcia que Dahab
Elsayed le hizo la ablación a su propia hija. Rajeshwari Mahalingam, natal del estado indio
Tamil Nadu, a sus 25 años tuvo que casarse con un hombre que quizás ella no amaba, pues en la
india existen los matrimonios arreglados, una práctica cultural que le da prevalencia a la casta y
la religión, lo que no deja opción a la persona para escoger motu proprio. Josephine Kasya,
nacida en Uganda, le tocó vivir el régimen sanguinario de Idi Amin, cuando ella tenía 12 años.
Fueron épocas muy difíciles para ella debido a la brutal represión del sistema político ugandés.
Sin embargo, esas dificultades la impulsaron a mostrar su talento como lideresa ante las demás
mujeres, ya que quería convencerlas para que lucharan por sus sueños y no se conformaran con
sólo el cuidado de su familia y sus hijos. Efectivamente, con su discurso alentador se convirtió en
la primera mujer presidenta del distrito de Uganda. Así, ella les envió un mensaje contundente a
las mujeres ugandesas al decir que había desmitificado la idea de que los hombres eran los
únicos capaces de asumir cargos decisorios”. Say Yang, quien nació en Camboya, vivió bajo otro
régimen político sanguinario, el régimen de Khmer Rouge. Tuvo que casarse con un hombre que
no conocía porque en la época de los setentas, bajo el régimen de los jemeres rojos, se imponía el
matrimonio forzado. No tenía otra opción, bajo pena de ser ejecutada. Su sueño era ser profesora,
la oportunidad llegó un día que le ofrecieron un cupo para estudiar, pero no pudo hacerlo porque
tenía que cuidar a su hijo y hacer actividades del hogar. Ese cupo lo aprovechó su marido. Alma
Chacón, guatemalteca, proviene de un país con altos índices de pobreza y con gobiernos
altamente corruptos. Alma tuvo que pasar por la dura experiencia, a edad temprana, sólo tenía 14
años, de perder a un ser tan querido como es la madre. Eso hizo que su vida cambiara
radicalmente, ya que el tiempo para poder estudiar se redujo y su rendimiento escolar bajó. La
escuela donde ella estudiaba la apoyó para dictar clases a una comunidad indígena, algo que fue
clave, como ella misma dice, porque viendo como esa comunidad indígena pasaba muchas
dificultades, se convenció de que la justicia social era la consigna a través de la cual ella quería
inspirarse e inspirar a los demás. Por el temor de sufrir persecución política en su país, se marchó
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Ahora bien, ¿por qué viene a cuento la vida de esas mujeres? La organización de las
Naciones Unidas (ONU) celebró un encuentro en 1994 en el Cairo, Egipto, país del que proviene
una de las mujeres protagonistas de este escrito, el cual se llamó la Conferencia Internacional
sobre Población y el Desarrollo, en el que quedaron sentadas las bases para crear un programa de
acción acerca del estado de la población mundial. ¿Qué tienen que ver las mujeres con esa
conferencia? La Conferencia del Cairo se organizó, entre otras cosas, para establecer
mecanismos de solución que dieran como resultado el empoderamiento y mejores posibilidades
para las mujeres con arreglo al acceso a la educación y el empleo. Grosso modo, ¿cuáles fueron
las recomendaciones que salieron de la Conferencia del Cairo en torno a esas posibilidades?
Como ya se dijo anteriormente, la Conferencia del Cairo trató asuntos sobre la población y el
desarrollo, por lo tanto, se puede deducir que una de las preocupaciones más relevantes de la
conferencia, es la que concierne al crecimiento de la población mundial y sus repercusiones en el
bienestar y desarrollo de los individuos. En ese sentido, el análisis versó, entre otras cosas, sobre
los mecanismos de planificación familiar que, sobre todo las mujeres, deben tener en cuenta para
no tener un impacto negativo en el ejercicio de sus actividades y logros personales y familiares,
y, por otro lado, el hecho de que las mujeres tengan el derecho a tomar las decisiones sobre su
propio cuerpo, es decir, decidir cuántos hijos quieren tener, o si prefieren no tenerlos. Este último
aserto es clave para entender lo que queremos decir aquí, pues son las mujeres las que reciben el
mayor impacto cuando hay un desconocimiento sobre el tema de la planificación, o son
obligadas a tener hijos dependiendo del contexto cultural en el que viven, como se verá
brevemente en algunos casos de las seis mujeres protagonistas de este escrito. Es fácil deducir el
impacto negativo que produce el hecho de que la mujer tenga que dedicarse a actividades de
crianza de hijos, puesto que las limita en función del tiempo del que disponen para alcanzar sus
sueños como profesionales en cualquier campo del conocimiento humano al que quieran acceder.
Por ejemplo, en el contexto colombiano, las mujeres dedican más tiempo que los hombres a
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que ha propuesto la ONU en la Agenda 2030, año en el cual se espera que los resultados en torno
a varios puntos que nos conciernen a todos como humanidad, se vean reflejados, por un lado, en
la transformación de nuestras sociedades hacia un mundo en el que se vean reducidas las
desigualdades sociales, teniendo en cuenta como punto relevante a las mujeres y, por otro lado,
el tema que tiene que ver con cuidar nuestro planeta.
Conclusiones
Referencias
Programa de las Naciones Unidas (PNUD) (2018). ODS en Colombia: Los retos para 2030.
Objetivos de Desarrollo Sostenible. Colombia.
https://www.undp.org/content/dam/colombia/docs/ODS/undp_co_PUBL_julio_ODS_en_Colom
bia_los_retos_para_2030_ONU.pdf
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