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Unidad 2 / Escenario 3

Lectura fundamental

Desarrollo sensomotor

Contenido

1 Piaget y la etapa sensomotriz

2 Conceptos básicos

3 Periodo sensomotor

Palabras clave: adaptación, asimilación, acomodación, etapa sensomotriz.


1. Piaget y la etapa sensomotriz
Para dar inicio al desarrollo descriptivo de la etapa sensomotriz, se debe primero conocer sobre Jean
Piaget, psicólogo suizo, nacido en 1886, reconocido universalmente por su influencia en la psicología y
en la pedagogía moderna. Es sin duda, el representante del estudio del desarrollo infantil intelectual, que
describe de manera detallada los esquemas cognitivos por los que atraviesa el niño a medida que
va creciendo.

Su entrada en el mundo científico fue muy temprana, cuando contaba con tan solo diez u once años,
en su autobiografía se relata lo siguiente: “Habiendo visto un gorrión parcialmente albino en un parque
público, envié un artículo de una página a un periódico de historia natural de Neuchatel. Mi artículo fue
publicado ¡y yo estaba lanzado!” (Piaget, J., 1952, pp. 30). Este artículo se publicó en una revista de
historia natural y como resultado consiguió ocupar el cargo de Curador del Museo de Historia Natural
de Ginebra; sin embargo, la posesión de este cargo se vio truncada cuando el director del Museo se
enteró de que el autor del artículo era un niño.

En los años posteriores se enfocó en comprender el conocimiento a través de procesos evolutivos.


Realizó minuciosas observaciones de sus hijos, resultados que le permitieron construir la teoría del
desarrollo intelectual en la primera infancia, haciendo una descripción de los logros del infante en sus
primeros dos años de vida, etapa que denominó: período sensomotor. Piaget afirma que el bebé, cuando
nace desconoce al yo y a quienes se encuentran a su alrededor, lo mismo le ocurre con relación a los
objetos, tiempo y espacio. Aun así, cuenta con sistemas que le permiten relacionarse con el mundo, los
cuales son de tipo sensorial y motor, y con esquemas de reflejos (Piaget, 2000).

Recuerde que...
Desde una postura piagetiana, el individuo es activo y en su interacción
con el mundo va desarrollando su nivel intelectual.

En la concepción de desarrollo cognitivo Piaget concibe al individuo totalmente activo en la


construcción de su propia inteligencia y de su pensamiento, e indica que el desarrollo se puede lograr a
partir de la interacción directa que el niño logra al entrar en contacto con el mundo de los objetos y con
los individuos que lo rodean. Esta parte activa conducirá a que el niño tenga un interés particular por
conocer y por querer interactuar con el mundo exterior (Piaget y García, 2004).

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Comprendiendo al individuo como activo, usted, querido lector, podrá relacionar los postulados de la
teoría piagetiana con la teoría Construccionista del aprendizaje, enfoque sobre el cual se explica que
es el propio niño quien construye –a partir de la interacción activa con el mundo de los objetos y de las
personas-, su propio conocimiento y su nivel intelectual.

Aunque Piaget era consciente del desarrollo a partir de los procesos naturales biológicos de la
maduración, para él, el desarrollo intelectual no se podía explicar solamente teniendo en cuenta el
proceso de maduracional, sino a partir de la acción activa que el bebé va teniendo con el mundo que lo
rodea (Feldman, 2007).

Ahora, es necesario tener una comprensión global de algunos conceptos de la teoría piagetiana, que
serán los pilares fundamentales para comprender el desarrollo de los niños en un nivel intelectual, los
cuales se explican a continuación:

Acción: el sujeto conoce el mundo actuando sobre él. Aunque el bebé no puede pensar ni
representarse el mundo, dispone de una forma de organizarlo y darle sentido, es decir, por
su acción.

Por acción se debe entender la manera como el niño actúa e interactúa con el mundo, es un
ser activo, y con su acción desarrolla su inteligencia.

Las acciones se coordinan entre sí, contrario a lo que sucede con los reflejos del neonato, que
son independientes y sin coordinación entre sí (en los primeros días de vida, se pueden ir
coordinando entre ellos).

En el momento del nacimiento los reflejos son inconexos entre sí, pero poco a poco se pueden
ir integrando y organizando en acciones más complejas, como por ejemplo:

Ojo Chupo Mano Boca


(tocar/agarrar) (llevar a la boca
por agarre)

Figura 1. Conceptos teoría de Piaget


Fuente: elaboración propia basada en Feldman (2007)

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Tabla 1. Conocimiento sobre los objetos

Esquema: refleja el conocimiento del niño sobre los objetos

Para Piaget, los esquemas son los ladrillos del conocimiento, aspectos internos (cognitivos) que pueden
complejizarse en la medida en que el niño va desarrollando su inteligencia e interacción con el mundo.
Son una sucesión organizada de acciones aplicadas a situaciones similares. Por ejemplo, el bebé repite una
misma conducta en distintas situaciones o sobre diferentes objetos, donde la parte de su conducta que se
mantiene relativamente igual corresponde al esquema.
Los esquemas se van modificando con el tiempo. Los primeros se forman a partir de la experiencia del bebé con
las situaciones y las personas.
Hay dos tipos:
1. Esquemas primarios: son acciones inconexas que actúan de manera independiente, por ejemplo,
oír, ver, oler, tocar, entre otras, así como los reflejos de succión, prensión y de Babinski, entre otros.

2. Esquemas secundarios: corresponden a la coordinación de dos o más esquemas primarios, por


ejemplo, el bebé toma el biberón (esquemas primarios de prensión), y lo lleva a la boca (esquema
primario de succión).

Fuente: elaboración propia basada en Feldman (2007)

Asimilación y acomodación: estos conceptos son dos caras de una misma moneda: la adaptación.

Son dos procesos por los cuales el individuo se adapta a los cambios que se le presentan en el entorno.

En el proceso de asimilación se incorporan las nuevas experiencias a los esquemas previos del individuo,
de lo nuevo a lo viejo y de afuera hacia adentro. Con un problema que el niño observe en su mundo
exterior, aprende de esa experiencia y asimila (con los esquemas que ya posee), algo nuevo. Con esto
nuevo que aprende, incorpora nuevos esquemas que no serán olvidados y que pueden ser usados en otra
situación similar.

En el proceso de acomodación, se lleva a cabo la modificación de los esquemas previos para ajustarlos
a lo nuevo de una situación. Va en sentido contrario a la asimilación, en este caso el proceso va de
adentro hacia afuera, donde, ante una situación que al niño se le presenta como nueva, debe ajustar
los esquemas que ya tiene para poder entender y aprender del problema. Para resolver un problema
que aún no conoce, debe ajustar los esquemas viejos para dar respuesta al problema específico: lo viejo
asume lo nuevo, pero no aniquila lo viejo.Feldman (2007).

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Recuerde que...
Para Piaget, el niño tiene un desarrollo cognitivo y presenta acciones que
demuestranla inteligencia es la capacidad de resolver problemas nuevos.

Querido lector, una vez comprendidos los conceptos claves de la teoría piagetiana, se dará a
continuación inicio a una descripción general de la etapa sensomotriz.

Para Piaget, el niño tiene un desarrollo cognitivo y presenta acciones que demuestran inteligencia,
incluso desde antes de los dos años de edad. Piaget evidenció que el bebé en sus dos primeros años
de vida, muestra una forma particular de responder ante los problemas que el mundo de las personas
y de los objetos le presenta. Descubre que los niños en esta etapa pasan por un desarrollo cognitivo,
que parte de los reflejos del neonato hasta la formación de la capacidad de simbolización (Piaget e
Inhelder, 1980).

A partir de estas observaciones señaló que hay ciertas características que se van modificando a medida
que el niño va creciendo; por ello, estableció que en los dos primeros años de vida el niño presenta
particulares en su desarrollo, y las subdividió de acuerdo con los logros que el pequeño va teniendo; estos
son seis subestadios:

Para tener en cuenta...

La descripción que se hará a continuación, condensa los rasgos cognitivos


generales. Probablemente usted puede tener la expectativa de encontrar los
logros psicomotores del bebé, para lo cual es importante que consulte fuentes
bibliográficas que encuentra en esta lectura o por su cuenta en otras como las de la
biblioteca virtual de la Universidad, que lo ayudarán a profundizar en el tema.

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Primer subestadio (0 a 1 mes): el neonato se está dotado de sus reflejos y de su capacidad de acción.
Cuenta con sus órganos de los sentidos y con su acción motora aún desorganizada. Muchos de los
reflejos tienden a desaparecer espontáneamente a los pocos días o meses de haber nacido, tal como el
de succión, prensión, moro o de Babinski, mientras que otros no sufren cambios y permanecen toda la
vida, como es el caso del bostezo, estornudo, pupilar, etcétera (Feldman, 2007; Pérez y Navarro, 2011).

En síntesis...
En este primer subestadio, el bebé únicamente cuenta con lo que sus
reflejos de nacimiento le permiten.

Segundo subestadio (de 1 a 4 meses): los bebés, además de seguir progresando en la práctica de sus
esquemas primarios (succión, visión, prensión, audición, etcétera), empiezan a modificar sus acciones
cada vez que se enfrentan a un problema u obstáculo con algún objeto o situación, con los que no puede
generar tan fácilmente una asimilación (Feldman, 2007; Pérez y Navarro, 2011).

Finalizando el cuarto mes de vida, el bebé, consigue una de las coordinaciones más importantes
para el resto de su vida, la visomotora. En esta participan el órgano del ojo -la visión- y la mano -la
prensión (Esquema secundario). Por ello, es importante indagar sobre los siguientes contenidos:
reacciones circulares, reacciones circulares primarias, secundarias y terciarias.

Tercer subestadio (de 4 a 8 meses): aumenta en el bebé la curiosidad, observa que hay objetos en el
mundo que le llaman la atención e intenta descubrir cómo funcionan; hay ruidos interesantes y desea
saber cómo se pueden producir. Una vez consolidada la coordinación viso-motora, el bebé podrá realizar
acciones o conductas en las que establezca relaciones espaciales entre los objetos percibidos (Piaget e
Inhelder, 1980).

El bebé también se empieza a interesar por las consecuencias de sus actos sobre el ambiente, así como
por aprender las propiedades de los objetos y de algunas situaciones que le ocurren, pero aún no puede
anticipar una meta sino solamente hasta cuando logra descubrirla por azar (Feldman, 2007).

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Para tener en cuenta...

En las edades comprendidas en esta etapa, los bebés pueden dar indicios de
intencionalidad.

A partir de su conducta exploratoria y deseo de curiosidad, el niño explora los objetos nuevos, sin
necesidad de abandonar aspectos que ya había aprendido con anterioridad; es decir, puede interactuar
con un juguete poniendo en práctica los esquemas que ya posee como por ejemplo, chupar, agarrar,
tirar, pero aún no hace nada que pudiéramos catalogar como nuevo (Feldman, 2007).

Cuarto subestadio (de 8 a 12 meses): el niño puede organizar sus acciones para alcanzar metas que se
ha propuesto, por ejemplo, desplazarse para tomar algún juguete. Cuando un obstáculo se interpone
entre el niño y su objetivo, el niño hace lo posible para retirar el obstáculo y alcanzar su meta (Pérez
y Navarro, 2011).

El niño puede utilizar obstáculos para alcanzar algunas metas, por ejemplo, tiene al frente un juguete,
pero no está a su alcance. En medio de él y el juguete hay un gancho, por tanto, se las arregla para
cogerlo y hacer con este una extensión de su propio brazo para alcanzar el juguete (Piaget e
Inhelder, 1980).

Frente a las nociones de espacio y tiempo, el niño sabe que los obstáculos se encuentran antes que la
meta y por ello debe retirar el obstáculo primero para que luego pueda alcanzar o llegar a lo deseado. Los
bebés se interesan más por la utilidad de los objetos que por el objeto en sí (Feldman, 2007).

En esta subetapa se van creando algunos esquemas fundamentales para


permitir el juego simbólico.

Quinto subestadio (de 12 a 15/18 meses): frente a ciertas dificultades que el contexto le pueda
presentar al niño, él se da cuenta que puede empezar a buscar nuevas alternativas de solución. Logra
cumplir los objetivos que se propone, con metodología de ensayo y error, y analizando las consecuencias
(Feldman, 2007).

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Es como si estuviera haciendo experimentos de manera real, que lo conducirán a descubrimientos
sorprendentes para él y al tratamiento de nuevos problemas. El niño empieza a experimentar con sus
acciones cómo puede conseguir ciertas metas, pero si no las consigue utilizando un medio, puede
variar ese medio e intentar una opción diferente que le ayude en la consecución de su objetivo
(Feldman, 2007).

Frente a la relación de medio y fines, el bebé ya puede coordinar los medios y salirse de tal relación; por
ejemplo, si un objetivo que quiere alcanzar, no lo consigue por la coordinación de los esquemas que ya
tiene, debe variar los esquemas que le podrían servir de medio. Debido a su actuar experimental por
ensayo y error, disfruta con los juguetes didácticos que requieren poner en práctica habilidades motrices
y que conllevan al ensayo y al error, por ejemplo, los de ensartar anillos o de insertar figuras geométricas
en el agujero que tenga la misma figura (Feldman, 2007; Piaget e Inhelder, 1980).

Sexto subestadio (de 15/18 meses a 24 meses): se instaura la noción de objeto permanente. Primero, se
debe saber que para Piaget, los niños nacen sin contenido cognitivo, lo que incluye que al nacer los niños
desconocen que las cosas o las personas existen y ocupan un lugar en el mundo. Para que el niño tenga
la capacidad de representar mentalmente un objeto, debe pasar por una serie de pasos que se darán a
medida que el pequeño crece (Feldman, 2007).

El desarrollo de la noción de objeto permanente, tiene una serie de pasos que se pueden subdividir en las
mismas subetapas de la etapa sensomotriz. Por ello, las etapas para desarrollar la permanencia del objeto,
son las siguientes:

Subetapa I (0–1 mes): para ejemplificar cada uno de estos pasos, se hará referencia a un ejemplo en
particular: ponga un objeto llamativo para un bebé de esta edad, que atraiga su atención. Para saber si en
verdad atrajo la atención del bebé, se debe confirmar con el hecho de que él siga el objeto con la mirada.
Usted desplace el objeto en el aire de una manera horizontal en un solo sentido, y haga que el bebé siga
este objeto con la mirada.

Tenga un obstáculo (pantalla, cuaderno, cuadro, tabla, etcétera) con el cual va a continuar la trayectoria
del objeto pasándolo por detrás de este obstáculo, lo cual hará que el objeto quede oculto ante los ojos
del bebé. Observe bien qué sucede, y será lo siguiente: el niño seguirá el objeto con la mirada, pero
en el momento en que el objeto desaparece de su vista, el niño pierde interés por este y mira para
otro lado… El bebé no se imagina que el objeto (juguete) puede estar detrás del obstáculo… (Piaget e
Inhelder, 1980).

Sub etapa II (1–4 meses): el niño debe seguir con la mirada un juguete y cuando pase detrás del
obstáculo, debe estar atento a ver qué pasa…Ocurre lo siguiente: el niño observa lo que se mueve

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y además cuando el objeto desaparece, se queda mirando unos segundos en el lugar exacto donde
desapareció el juguete para ver si vuelve a aparecer, si no aparece de nuevo, a los pocos segundos
pierde el interés. No intenta buscar el objeto (Piaget e Inhelder, 1980).

Subetapa III (4–8 meses): el bebé ya puede anticipar posiciones futuras en cuanto a la dirección que
han seguido sus movimientos anteriores. Por ello, continuando con el mismo experimento, ahora
pasará lo siguiente: el bebé sigue con la mirada el objeto y cuando este desaparece de su campo visual,
intenta buscarlo y se puede inclinar para alcanzarlo, pero es sólo hasta los ocho meses que busca el
objeto cuando puede ver una parte de este, pero si está totalmente oculto, no lo buscará (Rice, 1997).

Sub etapa IV (8–12 meses): sucede un fenómeno bastante curioso y es lo que se puede llamar error
de lugar o error A no-B. Para explicar este nuevo avance se debe cambiar el ejemplo por la siguiente
situación: “se presentan al niño dos cajas: una A y otra B.

Figura 2. Cajas
Fuente: elaboración propia

Debe mostrarle un juguete que sea llamativo para él y, en un primer intento se esconde en la caja A.
Al pedirle que lo entregue, efectivamente lo busca en la caja A, donde lo encuentra. Algo importante
de observar es que el niño busca el objeto así esté totalmente oculto. En un segundo y tercer intento,
realice la misma acción y el resultado será el mismo: el niño busca, encuentra y devuelve el juguete.
Finalmente, esconda (ante los ojos del niño). En un segundo intento, vuelva a esconderle el juguete en
la caja A, y le pide que se lo entregue; efectivamente el niño busca en la caja A y entrega el juguete.

En un tercer intento, vuelve a esconderle el juguete en la caja A, y pídale que se lo entregue;


efectivamente el niño busca el juguete en la caja A, lo toma y se lo entrega. Pero, ahora escóndalo
(ante los ojos del niño) el juguete en la caja B, y pídale que se lo entregue. Para su sorpresa el bebé va a
buscar el juguete de nuevo en la caja A, no en la B… Es como si el niño se dijera… Si siempre he tenido
éxito en A, siempre va a estar en A (Piaget e Inhelder, 1980).

Sub etapa V (12–15/18 Meses): la superación del error A no–B, ocurre después del primer año. Es
decir, que el niño ya busca el objeto tanto en A como en B, pero aún tiene dificultad para inferir los
cambios de posición del objeto cuando no ha hecho la observación.

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Lo comprenderá mejor con el siguiente ejemplo: se encuentran las cajas A y B. Debe esconderle
al bebé, el juguete dos veces seguidas en A y debe pedirle que se los entregue, lo cual hará el bebé.
Luego, debe esconder dos veces seguidas el juguete en la caja B y pedirle que se los entregue… el
crío ya busca también en la caja B, y hará lo solicitado. Pero, ahora debe hacer lo siguiente: coger un
juguete pequeño, que quepa en su mano y se oculte cuando cierre la mano; debe mostrarle al niño
el juguete y esconderlo (frente a sus ojos) en la caja B. Cuando estén con su mano dentro de la caja
B, debe cerrar la mano para ocultar el juguete y llevarlo con su mano cerrada, sin dejarlo en la caja B.
Puede pasarlo si desea a la caja A o a otro lugar. Ahora, debe pedirle al niño que le entregue el juguete…
el niño buscará en la caja B, pero quedará sorprendido al ver que el juguete no está donde vio que usted
lo oculto; sin embargo, ni siquiera se imagina que puede estar en otro lugar y no busca en la otra caja.
El bebé, como no vio que habían sacado el juguete, sino que se ocultó en B, únicamente buscará el
objeto en el último lugar donde lo vio desaparecer. El niño no ha podido representarse o imaginarse los
desplazamientos del objeto que no ha podido ver (Rice, 1997; Piaget e Inhelder, 1980).

Subetapa VI (15/18 a 24 meses): el niño tiene completa la noción de objeto permanente. Supera
todas las dificultades anteriores y puede dirigir su búsqueda mediante la representación mental de los
movimientos de los objetos (Piaget e Inhelder, 1980).

El niño ya sabe que el objeto existe así no lo esté viendo. El niño ya tiene una representación mental de
las cosas, objetos y personas, y por ello puede empezar a desarrollar la función simbólica siendo esta, la
característica que da inicio a la etapa preoperativa.

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Referencias
Feldman, R. (2007). Desarrollo psicológico a través de la vida. México: Pearson Prentice Hall.

Pérez, N., & Navarro, I. (2011). Psicología del desarrollo humano. Del nacimiento a la vejez. Madrid,
España: Editorial Club Universitario.

Piaget, J. (1952). A history of Psychology in Autobiography. Warcester: Clark University Press.


Traducción española de Montserrat Moreno. Disponible en: www.raco.cat/index.php/AnuarioPsicologia/
article/download/59732/87080

Piaget, J., & García, R. (2004). Psicogénesis e historia de la ciencia. México: Siglo veintiuno editores.

Piaget, J., & Inhelder, B. (1980). Psicología del niño. Madrid, España: Morata.

Rice, F. (1997). Desarrollo humano. México: Pearson Education.

Richmond, P. (2000). Introducción a Piaget. Madrid, España: Editorial Fundamentos Colección Ciencia.

Vidal, F. (1998). Piaget antes de ser Piaget. Madrid, España: Morata.

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INFORMACIÓN TÉCNICA

Módulo: Psicología del Desarrollo Infantil y Adolescente


Unidad 2: Desarrollo sensoriomotor y etapa de
pensamiento preoperacional
Escenario 3: Desarrollo sensomotor

Autor: María Claudia Cortés Canosa

Asesor Pedagógico: Jeimy Lorena Romero


Diseñador Gráfico: Brandon Ramírez
Asistente: J. Edwar Vargas

Este material pertenece al Politécnico Grancolombiano.


Prohibida su reproducción total o parcial.

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