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Palabras para El Rojo

La historia es como la cuentan en su introducción los


poetas que armaron este libro. El libro es como quisié-
ramos que fueran siempre la realidad y la vida: diversas
y apasionadas, amorosas y evocadoras, comprometidas
con la verdad, con la justicia y con la belleza. La belleza
es lo que muchos de estos poemas proponen en el mi-
nuto de recordar/homenajear/reivindicar/re-vivir los
versos memorables de Luis Rogelio Nogueras, de Wichy,
del Rojo.
Y el Rojo está aquí, en las páginas que siguen, de
muchas maneras: en el testimonio poético de quienes
le conocimos de cerca, de adentro; en la admiración de
los que no le conocieron personalmente; en la imagina-
ción de los más jóvenes que han descubierto (y seguirán
descubriendo, en el futuro) la riqueza de su poesía, la
fosforescencia de su personalidad que el tiempo miti-
fica, para bien; la profundidad de su palabra y la mara-
villosa y persistente vocación de permanecer entre
nosotros, en la cultura cubana, para iluminarla desde el
talento y defenderla desde la ética y desde la estética.

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· entre el cuerpo y la luz ·

Para Ediciones La Memoria, para el Centro Pablo


y para los pablianos y caimaneros que en el mundo
somos, este libro es una alegría mayor, íntima y públi-
ca al mismo tiempo, porque a través de él transitan,
desde la poesía y la memoria, valores que nos fortale-
cieron durante años y que seguirán animando los
proyectos que artistas y pensadores quieran seguir
desarrollando en estos espacios creados a punta de
esfuerzos colectivos y solidaridades confesas o silen-
ciosas.
La amistad es uno de esos valores. Y este es un
libro hecho también desde ella, reuniendo incluso
nombres y personalidades que el tiempo y las geo-
grafías alejaron en su momento y que este momento
reúne nuevamente para recordar al amigo, al poeta,
al narrador, al crítico, al cineasta, al pelirrojo irreve-
rente que en esa balanza de oro, ese péndulo, se reía y
se/nos preguntaba: qué dirán de mí los biógrafos, mi
socio.
Quién sabe –y qué importa– lo que digan, lo que
dirán, lo que no han dicho en este tiempo. Y en el que
venga. Lo importante, sí, es confirmar que pocos li-
bros como este podrían armarse con poemas dedica-
dos a un contemporáneo querido y admirado o con
textos que nacieron al calor o al brillo de su joven
herencia literaria y humana.
Por eso agradecemos tanto las palabras que siguen
dedicadas a/o inspiradas en los versos del Rojo y a los
poetas que se hicieron aquellas preguntas en una sala
santiaguera y allí mismo pre/pos vieron este libro.

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· poemas y canciones para wichy ·

Por eso lo ponemos ahora junto a otros papeles y


sonidos con los que el Centro Pablo ha querido, des-
de siempre, honrar, honrándonos, la memoria de
Wichy: el libro de sus crónicas casi desconocidas, De
nube en nube; el volumen de la Colección Palabra viva
en el que su voz dice poemas y cuenta sobre su vida
a otro hermano inolvidable, Orlando Castellanos; las
imágenes que animaron nuestras paredes en Mirar
al Rojo, una de las primeras exposiciones que orga-
nizamos cuando nacía nuestro Centro.
Eso: mirar al Rojo otra vez en este libro entre el
cuerpo y la luz.

Víctor Casaus

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Introducción

Esto comenzó una tarde-noche en la mítica Sala de


Conciertos Dolores, de Santiago de Cuba. Eduardo
Sosa hacía una versión de los versos sencillos de José
Martí y el poeta y cineasta Víctor Casaus leía un poe-
ma dedicado a uno de sus entrañables amigos.
El espíritu de Yves Moor y sus versos reunidos en
Frankness y Bury Fair redondeaban la atmósfera.
Anunciaban lluvia.
¿Por qué no hacemos una selección de textos de-
dicados a Wichy el Rojo?
Entonces, con la certeza de que las palabras vuel-
ven, nos dimos a la tarea de volver sobre el último caso
del inspector. En un principio pensábamos que no era
nada del otro mundo.
Solo teníamos una vaga idea de las cosas que po-
drían venir en un plazo mínimo.
Adentrarse en este jolgorio es descubrir que hay
muchos modos de jugar, amar y matar.
¿Imitar la vida o dejarla a solas con la palabra en
ristre?

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· entre el cuerpo y la luz ·

Entonces comenzó el transitar las quince mil vidas


del caminante para encontrarnos que el cabeza de
zanahoria estaba vivo y subterráneo como un topo.
Topo devorador. Topo creciente y alucinado.
¿Estuvo Unno Ahl en Cuba? ¿Dónde están sus cartas
con Mariana de Gonitch Justikaya?
¿Publicó en Diario de Cuba Giovanni Cino? ¿Qué
vino a hacer Luis Rogelio Nogueras a Santiago de Cuba
en la década del 70?
Aquí no están las respuestas. Apenas nuevas interro-
gantes…

II

Si bien el olvido no ha podido completar su significa-


ción con la obra de Luis Rogelio Nogueras, gracias en
primera instancia a su propia calidad, a su genio, sus
compañeros de generación tampoco dejaron que su
escritura, transgenérica, inclasificable en buena
parte, todavía hoy de actualidad, quedara solo en fi-
chas bibliográficas, émulas del polvo y la desidia.
Y es que sorprenden las lecturas de la obra de No-
gueras, porque aunque no proliferaron reediciones,
es posible leerlo cada vez como si fuera nueva litera-
tura.
Así algunos nuevos escritores, nacidos cuando ya
él –joven también– había muerto, admiran al poeta y
aseguran que su obra les importa.
Reunir estos poemas que le han sido dedicados y
otros en los que se han usado sus versos como epígra-

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· poemas y canciones para wichy ·

fes, demuestra hasta dónde su escritura ha calado en


autores de todas las generaciones y promociones,
fundamentalmente cubanos.
La compilación ha sido dividida a propósito —pues
de algún modo teníamos que hacerlo— en dos partes,
“El convite de los amigos” recoge textos (poemas y
canciones) dedicados expresamente a Nogueras en
vida y a raíz de su temprana muerte, pero los hay de
fecha muy posterior a 1985. “Amar al cisne salvaje”,
expone aquellos en los que se han utilizado versos su-
yos como epígrafes, y son mayoría los que no reflejan
su personalidad de manera directa; debido al verso
recurrente la hemos titulado. Llama aquí la atención
que dos escritores han utilizado epígrafes de Unno Ahl
y Giovanni Cino, apócrifos creados por el ingenioso
Luis Rogelio.
Entre los testimonios que se pueden hallar aquí y
allá, emociona saber que un poeta como Víctor Fowler,
de los más exigentes y verticales a la hora de valorar
inteligentemente la poesía cubana y sus procesos,
incluya a Nogueras entre “los diez poetas cubanos que
ningún lector de nuestro país debería darse el lujo (si
es que la ignorancia fuera un lujo) de desconocer”.1
Otro poeta cubano cuyo destino corrió –en muchos
sentidos– a la par del de Nogueras entre los años 60
y 70, ajeno a la apología, a la adulación oportunista,
Delfín Prats, premiado en el David 1968 y luego con-
denado al ostracismo, ha dicho:
1
Alex Fleites y Alpidio Alonso: “Víctor Fowler: La poesía es un
problema de pensamiento”, en revista Amnios, La Habana, no.
6, 2011, p. 45.

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· entre el cuerpo y la luz ·

La poesía de mi generación se caracterizó, con


muy contadas excepciones, la más brillante de
las cuales es la obra fuera de serie de Luis Roge-
lio Nogueras, por continuar y llevar a sus últi-
mas consecuencias expresivas la avalancha
conversacionalista (a menudo “antipoética”),
que gestándose en los 50, irrumpió en nuestra
poesía acompañando la mutación socio-políti-
ca del 59.2
Gracias al poeta Víctor Casaus por haber acogido
positivamente esta idea, y también a Luis Yusseff
Reyes, en Holguín, y a Odette Alonso, en México, por
la ayuda prestada en la realización de este libro.
Gracias a quienes no permitieron que el nombre del
poeta y narrador Luis Rogelio Nogueras acabara arrin-
conado en un resquicio neblinoso del olvido. Y al propio
escritor, que a veintiocho años de su partida, en el 70
aniversario de su natalicio, aún nos acompaña.

León Estrada
Reynaldo García Blanco
en Santiago de Cuba, esta ciudad,
agosto de 2013

2
Remigio Ricardo Pavón: “Cinco envíos a Delfín”, en revista Dié-
resis, Holguín, año VI, no. 2, julio-septiembre. 1992, p. 16 (Cursi-
vas de los compiladores).

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PRIMERA PARTE
El convite de los amigos
ELISEO DIEGO
(La Habana, 1920-México, 1994)

RESPUESTA

A Luis Rogelio Nogueras

Duéleme la cabeza porque existo,


que si yo no existiese nunca fuera
por lo menos en mí, que en la primera
persona sólo a mi sabor consisto.
De tal modo me duele, que hoy no he visto
del sueño ni la sombra más ligera.
Será mejor así, que si la viera
mermárame en mi ser, con que no insisto.
Si es el estar en mí lo que me aprieta,
dura será por fin la medicina
y más que lo ganado lo perdido.
No es el dolor de mí lo que me inquieta
sino sentir que pronto ya termina
con el dudoso alivio del olvido.

De Poemas al margen, Ediciones Ateneo, La Habana,


2000, p. 50.

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· entre el cuerpo y la luz ·

PABLO ARMANDO FERNÁNDEZ


(Delicias, Las Tunas, 1929)

MURIÓ ADONAIS

A Luis Rogelio Nogueras


In memoriam

I weep for Adonais –he is dead


O, weep for Adonais! Though our tears
Thaw not the frost which binds so dear a head!
Mi padre sostenía que a los muertos
no se les debe llorar, se nace para morir.
El cuerpo es polvo y regresa al polvo,
el espíritu asciende a comprobar
si ha dado cumplimiento
a compromisos en pasado ciclos.
No recuerdo en mis años de vida
un hombre tan tocado
por la ternura misma y la piedad.
Tal vez era su forma de consolarnos,
pues tal afirmación en él era conocimiento,
sabiduría. Sin embargo, los versos de Shelley,
su elegía por la muerte de Keats,
que conminan al llanto, cantan en mi memoria
y afligen mi alma.
Como aprendí de mi padre, los muertos

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andan vivos, cada día más poderosamente


vivos. Uno los lleva como parte del ser
que a la vez va al encuentro de ellos.
Y porque faltan se hacen presentes
en la conversación.
¿Es acaso todo esto para negar la muerte?
¿Para no resignarme a que hayas partido,
para seguir llorándote?
No porque te hayas muerto, ya lo sé
se nace para morir, ni porque no andes vivo
entre nosotros, también lo sé, sino
porque no quiero perdonarle a la vida,
perdonarle a la muerte que haya sido
en la hora de tu luz.
And thou, sad Hour, selected from all years
To mourn our loss, rouse thy obscure compeers.
And teach them thine, own sorrow, say: “With me
Died Adonais; till the Future dares
Forget the Past, his fate and fame shall be
And echo and light unto eternity!”
Después de todo, Wichy, tendré que hacer
la introducción para tus poemas en lengua inglesa
y dedicar un tiempo, como si conversáramos,
a escribir otras páginas sobre tu último libro,
como acordamos y volveremos
a recriminarnos el desamor,
la torpeza, el olvido, pero ahora, mientras
pienso que puedo llamarte y no respondes,
ahora que todavía mentándole
se me hace un nudo, como Dios manda, de verdad,

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· entre el cuerpo y la luz ·

en la garganta y se me aguan los ojos


y sufro por tu muerte, debo llorar.

La Habana, 13 de septiembre de 1985

De El Caimán Barbudo, Edición Especial no. 4, fe-


brero 1986, p. 4. En esa edición aparece publicado en
forma de prosa.

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· poemas y canciones para wichy ·

ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR


(La Habana, 1930)

NOSOTROS, LOS SOBREVIVIENTES

Que antes fue el título de una buena novela tuya,


Y antes aún un verso mío que tú generosamente
[ propagaste,
Ahora es de nuevo una lacerante perplejidad
Ante tu última broma, tu desaparición
Que nos priva del elfo de pelo rojo de nuestras letras,
Del Cabeza de Zanahoria real, no el de Jules Renard
(¡Cómo te gustaban las citas verdaderas, y todavía
más las apócrifas,
Quizá anticipando sin saberlo este momento
En que no estamos seguros de si tu muerte es
[ verdadera
o apócrifa!)

Se te veía caminar ligero, ocultando una cerbatana


traviesa
Cuyos dardos no nos dejaban dormir ni despertar
[ en paz.
Y nos habías matado varias veces,
Y cada uno de nosotros conserva, con risa
[ o perdonada
molestia,
El epitafio que nos tenías destinado

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· entre el cuerpo y la luz ·

El mío siempre me dio alegría, y no resisto


[ la tentación
de evocarlo:
“Caminante: aquí yace Roberto
(Por supuesto, Fernández Retamar).
Caminante: ¿por qué temes pasar?
(Te juro por mi madre que está muerto)”.
Esperaba que ese epitafio, escrito en el fondo de una
caja de tabacos, lo echaran
En la bahía de La Habana, con mis cenizas dentro.
Pero el caso es que tú no asistirás a esa grotesca
[ ceremonia,
La cual seguramente te hubiera provocado alguna
nueva cuchufleta.

Te dije, cuando tu muerte parecía inconcebible,


aunque estabas enfermo,
Que un día comprendí, pensando en tus primeros
y ya felices poemas
(Algunos de los cuales tuve la dicha de publicar
en Casa),
En escuelas militares y cortes de caña compartidos,
en publicaciones y abrazos y viajes y
discusiones y cartas y llamadas,
Cómo formabas parte de mi vida, gnomo, flautista.
Y ahora resulta que en pleno florecimiento (los
griegos lo llaman acmé: buena cita,
¿eh?), te vas,
Y nos sorprendes, y nos estropeas la partida, y
nos llenas de lágrimas
Después de habernos llenado de carcajadas

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· poemas y canciones para wichy ·

[ y esperanzas
y cumplimientos.

¿Verdad que vas a regresar? ¿No deben servir para


eso las quince mil vidas del caminante?
Sólo te pedimos una más, y que la uses hasta el
final.
Y pueda volver a decir: “Nogueras, Luis Rogelio”,
y en el fondo del aula
Se oiga otra vez una delicada sonrisa, y luego un
silencio punzó, y luego: “Presente”.

De Hacia la nueva, Ediciones Unión, 1989, pp. 39-40.

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FAYAD JAMÍS
(México, 1930-La Habana, 1988)

MEJOR ES LEVANTARSE

A Luis Rogelio Nogueras

Si no puedes dormir levántate y navega.


Si aún no sabes morir sigue aprendiendo a amar.
La madrugada no cierra tu mundo: afuera hay
[ estrellas,
hospitales, enormes maquinarias que no duermen.
Afuera están tu sopa, el almacén que nutre
[ tus sentidos,
el viento de tu ciudad. Levántate y enciende
las turbinas de tu alma, no te canses de caminar
por todas partes, anota las últimas inmundicias
que le quedaron a tu tierra, pues todo se transforma
y ya no tendrás ojos para el horror abolido.

Levántate y multiplica las ventanas, escupe


[ en el rostro
de los incrédulos: para ellos todo verdor no es más
[ que herrumbre.
Dispara tu lengua de vencedor, no sólo esperes
[ la mesa tranquila
mientras en otros sitios del mundo chillan
[ los asesinos.

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· poemas y canciones para wichy ·

Si no puede soñar golpea los baúles polvorientos.


Si aún no sabes vivir no enseñes a vivir en vano.
Tritura la realidad, rómpete los zapatos auscultando
[ las calles,
no des limosnas. Levántate y ayuda al mundo
[ a despertar.

De La pedrada. Selección Poética (1951-1973), Selec-


ción y prólogo de Rafael Hernández, Editorial Letras
Cubanas, 1981, p. 128.

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· entre el cuerpo y la luz ·

OLGA RODRÍGUEZ COLÓN


(La Habana, 1930-2012)

SOBREVIVIENTE

¿Y si mueres mañana, Wichy?


¿Si ya te has muerto
y no existes?
Se detendrán las quince mil vidas
de todos los caminantes
y ya no querrán moverse las hormigas
dentro del cuarto círculo.

El tiempo será
la piedra ensangrentada
sobre el pecho amoroso
del último inspector,
y El Chino, que es la nada,
creerá que te ha vencido.
Pues los círculos no son cuatro, sino dos.

Nada se ha olvidado, querido.


Ven, demuestra con un golpe de kárate
que aún estás aquí, junto a nosotros,
con tu cabeza en llamas,
que es la lámpara encendida a la amistad.

De Poemas policiales, Editorial Capitán San Luis, 1993,


pp. 35-36.

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FÉLIX CONTRERAS
(Pinar del Río, 1939)

HOMBRE DE MALA SUERTE

Para Luis Rogelio Nogueras

Yo soy el hombre de la mala suerte.


Donde estoy se seca la hierba,
se extravían los niños
y empieza a llover.
De mi esperanza se hizo el equipo
para matar a Cristo:
quijada de asno,
látigo,
claves,
esponja
y las cinco llagas.
Cuando celebro los tulipanes
la mala suerte desenrolla su pergamino,
el sol parte las piedras.
Cuando hablo, aun con voz hermosa,
amable y buena,
me dicen ficticio y nominal
y lo peor,
cuando te busco al norte,
tú estás en el sur.

De Corazón semejante al tuyo, Editorial Letras Cuba-


nas, 1983, p. 43.

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· entre el cuerpo y la luz ·

LRN: UN CASO PARA INVESTIGAR

Mas cumple tener buen tino


para andar esta jornada
sin errar.
JORGE MANRIQUE

Luis Rogelio Nogueras me quitaba las novias


y todos los premios literarios.
La miel que yo compraba terminaba siempre
en la hormiguita primorosa de su verbo.
Recuerdo, en abono de esta verdad,
cuántas noches de gozo fueron para él las sábanas
[ blancas
que habían lavado para mí.

A punto ya de probar mi fortuna en la novela policial


con mi personaje Luis Rogelio Nogueras,
(personaje realmente interesante),
se apareció él encarnando exactamente ese personaje
y llamándose exactamente Luis Rogelio Nogueras
(O, ¿es realmente una idea mía?).
Llegaba y de su mágico paraguas sacaba naranjas
caballos DDT tambores nubes poetas raros…

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· poemas y canciones para wichy ·

Mi adorada novia Blanca Luz,


“frágil y hermosa criatura”, como yo la llamaba,
y cuyo perfume de fruta crujía en mis poemas,
me traicionó vilmente marchándose con él
(me niego a llamarlo con el nombre que él robó a
mi personaje).

Ohhhhh acaparador montado a lomo de la buena


[ suerte
eres el culpable de que las musas a mí me cogieran
[ miedo
y se cortaran las trenzas, despreciaran mi cerveza
[ fresca
para terminar locas de risa
en una borrachera brutal contigo
que gustabas verlas reflejadas
en la espuma rubia del champagne.
Ahora no me queda más remedio
que perdonártelo todo.
¿Cómo negarme ante un Poeta con la boca
[ sembrada
de tinta boquiabierta?

¿Cómo olvidar que vi


al polvo barajar sobre tu cuerpo
los secos pétalos de la muerte?

De El Caimán Barbudo, Edición Especial no. 4, febre-


ro 1986, p. 19.

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EPITAFIO

En el cementerio de Colón,
barrio El Vedado, de La Habana,
duermen el sueño eterno
el Caballero de París
Raúl Hernández Novás,
Ada Elba Pérez,
la pobre María Esther Contreras,
e igualmente Claudia Herrera Vega,
el borrachín Andrés Luis Gómez,
y, bajo una losa a punto de rajarse
(polvorienta en la seca, manchada de barro en
[ la lluvia),
en la que a duras penas se lee:

LU S RO EL O N G ER S

Yace Luis Rogelio Nogueras


nacido en 1945 y fallecido en 1985,
hijo de Luis Rodríguez Balmaceda
y Gloria Nogueras.
Autor de brillantes volúmenes de poesía,
novelas, guiones de cine y periodismo,
y tuvo el único defecto de no haber

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· poemas y canciones para wichy ·

escrito la antología de Spon River,


libro que sólo un loco creador como él
era capaz de hacer de modo tan especial
tal como Chase Henry despacha una botella,
Hernández Novás se vuela la tapa de los sesos,
aquel hijo de puta chofer mata a Ada Elba Pérez
con su bicicleta pensando en un nuevo poema,
Allie McGee se desnuda,
o carniceros y bodegueros le roban a La Habana
delante de las narices de la misma policía.

De Álbum de la vida, Ediciones Unión, 2004, pp. 10-11.

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· entre el cuerpo y la luz ·

PERFECCIÓN

Para los caimaneros

Luis Rogelio Nogueras,


Wichy,
era perfecto ojos mínimos
pelo rojo largo de piernas
le gustaban los espejos
y era bello como Wichy.
Era tan perfecto
que huía del polvo
y ahora convive con él
en el fondo de la tierra
extendía sus alfombra de palabra
para que nosotros no estuviéramos tristes
pero ahora estamos tristes.
Fue pero tan perfecto que sus amigos
fueron Guillermo Víctor Nelson El Chino Heras
ojalá tenga allá en el cielo aquel vivir alegre
que se llevó de aquí de la tierra
donde la vida se cumple duramente.

Luis Rogelio Nogueras,


fue tan perfecto

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· poemas y canciones para wichy ·

que supo irse ahora


en el momento de este Período Especial…

¿Especial?

De Álbum de la vida, Ediciones Unión, 2004, p. 43.

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· entre el cuerpo y la luz ·

MIGUEL BARNET
(La Habana, 1940)

ANTE LA TUMBA
DEL POETA DESCONOCIDO

Para Luis Rogelio Nogueras

Ante esta tumba


inclínate, pastor, y arroja tus semillas.
Haz tu mejor discurso, hombre de barricada,
ante estos huesos verdes ya del moho de la noche.
Y tú, mujer, recuerda que aquí yace uno
que cantó a tu belleza
solo, en un cuarto oscuro de una casa de huéspedes
[ cualquiera.
Niño gentil, deposita aquí tu flor pequeña,
esta es también la tumba de un soldado.

De Con pies de gato, Selección y prólogo de Frank Pa-


drón, Ediciones Unión, 1993, p. 164.

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· poemas y canciones para wichy ·

ELOY MACHADO, EL AMBIA


(La Habana, 1940)

Y SI MUERO MAÑUNGA?
CAMÁN LLORÓ

Lo conocí, sí lo conocí
en la baticueva del cacurrueco
a mano limpia me encamó
a piel de vida de buena cara
tenía deseo de conocerte ambia
igualmente le encamé
y cruzamos bastones de libros
él me aposicó si muero mañana
su engome más farmacéutico
en el aplauso vivo menda
le empujiñé el más famoso
en la media naranja
en el camán lloró
Moyango que se aposicaba
en la vera de mendizabal
como el autor intelectual
del encuentro inolvidable,
cruzamos alegría en pillarlo
vivito y coleando.
El santío del pancho hermano
le encamizó a Sam Moya
sin mendizabal siempre,

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· entre el cuerpo y la luz ·

timaba así,
mi ambieco le arqueró
Cirilo Villaverde
como la flor de la natilla de leche
en la lechuga,
pura poesía con fuente de aurorismo
cual regla de visión
no ausenta el encame
como aquel realizado
que conocí en mi sueño
tete a tete
sin ese entabia que suele pulular
sin la alcoba en la palabra
Wichy el rojuti
Yenemisó la letra a todo color
vociferando a la una mi mula
más allá del reloj
en la bondad de copa
Soy ese cuyo puente unió
la razón del duelo
de la viscosidad de la vida.

De El Caimán Barbudo, Edición Especial no. 4, febre-


ro 1986, p. 15.

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· poemas y canciones para wichy ·

IVÁN GERARDO CAMPANIONI


(San Cristóbal, Pinar del Río, 1942)

LAS COSAS DE LA VIDA

A Nogueras

Resulta que de pronto


Ud. no calza el dos y medio
ni juega a los escondidos con las niñas y los niños

Resulta que de pronto


se pone a jugar a los ceritos con la vida
y la melancolía comienza a poner huevos en su pecho

Resulta que tiene que inventar


el himno individual de su cuerpo
y sus pies sabihondos lo llevan a situaciones
lezamianas y lo miran como flota

Resulta que ya no le paga un peso a una puta


para que le haga de todo
inclusive que haga el papel de romántica

Resulta que el viejo que lo lanzó a la vida


se duerme con la radio a toda voz
y se entretiene en boberías
y la vieja no oye cuando tocan a la puerta
y su corazón hermoso se le va quedando sin aire

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· entre el cuerpo y la luz ·

Resulta que un día de estos


se queda solo con su nombre propio
y su biografía de tronao a toda costa

Resulta que Ud. no se acerca ni a lo bonito


y su bolsillo honrado no cesa de zozobrar
y la mujer no le quiere entregar
sus dos bolsas cariñosas de las tardes
y anda por ahí con su horcón mayor lleno
[ de hasta cuándos
tirándoles burbujas alcohólicas a las estatuas

Resulta que la humanidad reclama insumos


y Ud. no debe quedarse ahí mirando como se le caen
las hojas de parra a los malos y los buenos

Resulta que tiene que salir a escena


sabiendo que la escenografía es pasajera
y que la sonrisa que Ud. escondió por años
será develada de un momento a otro

Resulta que va a salir a escena


con la manía de vivir o morir a ratos
no con su papalote
no con su tiraflechas
no con su cuchilla que descuartizó
a más de una lagartija
sino como un hombre de estos tiempos
con sus monstruos acabados de domesticar

38
· poemas y canciones para wichy ·

Resulta que Ud. entendió a Perrault


y ahora tiene que entender a Marx y su comitiva
y a las cosas que no explicaron Marx ni Perrault

Resulta que Ud. salió a escena y fue registrado


Tiene que ver de qué manera
Ud. cuaja en esta vida
sin molestarse demasiado.

De Las criaturas, Editorial José Martí, La Habana, 2008,


pp. 23-24.

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· entre el cuerpo y la luz ·

GUILLERMO RODRÍGUEZ RIVERA


(Santiago de Cuba, 1943)

CANTA

a Luis Rogelio Nogueras,


por aquellos años

Canta, canta sin miedo.


Canta, que tienes en tu voz
el sonido de todos los desastres.
Canta que tus manos se han hecho
de alegría y dolor y tierra de tu tierra.
Como que has conocido las mañanas deslumbrantes
de Oriente
y la niebla, blanca, envolviendo el palmar
y el golpe desolado del Caribe sobre la costa.
Canta, que tienes en tu alma polvo de todas las
[ ciudades
y en los ojos, el inagotable deseo de las gentes de
[ tu país
y has aprendido las antiguas canciones de tu pueblo
y has amado perdidamente, y te han amado.
Canta, que creciste en mitad de ese rayo
que arrasó la injusticia del pecho de la patria.
Canta, que hasta la muerte vive junto a ti.

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· poemas y canciones para wichy ·

No le entregues la voz a los malos poetas,


abre la boca y canta, canta, canta.

De Canta. Antología poética, Ediciones Unión, 2003,


p. 103.

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· entre el cuerpo y la luz ·

WALDO LEYVA PORTAL


(Remates de Ariosa, Villa Clara, 1943)

DESPACHO CABLEGRÁFICO

A Luis Rogelio Nogueras

Explosiones y muertos
en tres partes del mundo
informan las agencias
de la última parte.

Por lo demás el mar sigue tranquilo,


continúa el viento norte
alternando los nervios a la gente.
Yo, sueño con tus ojos,
y recorro paso a paso
cada temblor oculto de tu cuerpo

un amigo cercano debe morir mañana;


y no estaremos juntos
en el año dos mil como él quería
y he de beber su cuota de cerveza
si es que alguien no se adueña de la mía,
porque tal vez el mundo
para entonces,
deba empezar a levantarse
y el dos mil sea el primero

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· poemas y canciones para wichy ·

de otra era,
la era de los sobrevivientes
del espanto.

1985

De El rasguño en la piedra, Ediciones Unión, 1995, p. 39.

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· entre el cuerpo y la luz ·

RIGOBERTO ORTIZ RODRÍGUEZ


(Cruces, Cienfuegos, 1943)

VOLVER URGENTE PARA HACERLE


UN EPITAFIO A LA TRISTEZA

A Luis R. Nogueras

Supongo que yo sabía


que la muerte le acechaba
y me oculté en su epidermis
con un verso en la cintura;
suponga que usted también
sospechó tanta desgracia
y por fin entre los dos
ingresamos a la muerte
enfermísima y nos dimos
un doble en El Floridita.

Supongo que había un sinsonte


picoteando su poema
y que un guajiro sembraba
cabezas de zanahorias;
pero usted hizo en el lecho
otro poema romántico
y la muerte se emborracha
con ocho tragos de sombras

44
· poemas y canciones para wichy ·

y un sinsonte sordomudo
hace su nido de piedras.

De El último giro de la espiral, Ediciones Mecenas, Cien-


fuegos, 1995, p. 33.

45
· entre el cuerpo y la luz ·

MILAGROS GONZÁLEZ
(Caibarién, 1944-La Habana, 1993)

CABEZA DE ZANAHORIA

A Wichy

Era una resonancia suave contra el conejo Buggs


y Jules Renard
en la que todos intuíamos ciertas implicaciones
vegetales
insistentes visitas de un pobre diablo adolescente
que decía
ser artista.

Llegaba casi todas las tardes de lluvia


con su sombrero su levita oscura
para contarte las más puras y lascivas historias
de todos sus contramigos y proyectos
(yo juro haberlo visto reír a carcajadas
y blasfemar borrachos y desnudos).

Sobre todo yo amaba tu manía encantadora de


regalar por cumpleaños
a los tontos
elevadores portátiles para alturas considerables.
Tus lupas mapas
artilugios embrujados de poeta

46
· poemas y canciones para wichy ·

pública
desesperadamente
enamorado.
Los lápices afilados hasta lo inverosímil con que
escribías
cartas puntuales a Nerval
con la extraña insistencia de que dejara a un lado
las cintas
los cangrejos
como quien dice apuntarle la nieve de ese invierno
terrible
El estilo elegante con el que andabas por ti mismo
tropezabas
atendías la lectura de los últimos poemas escritos
por los amigos
conjurabas el insomnio
maldecías a voz en pecho contra el más reciente
Rusk aparecido
(desde que te conozco sé que esa palabra quiere decir
hijo de perra en inglés)
y matabas una rosa cada mañana con tus huesos
[ de humo
poniéndole después los espejuelos al cadáver
para que nadie lo advirtiera.
Pero fue inútil.
En realidad tú nunca supiste nada de la muerte
insistías en que duraba demasiado
y que podía ser en extremo aburrida.
Creías rabiosamente en el poder de la sonrisa
(incluso en la de Contreras que para mí siempre ha
sido un poco triste).

47
· entre el cuerpo y la luz ·

Dylan Thomas Guillermo Chagall


[ y Jesús Díaz
te advertían hincándote con sus trompas de césares
vestidos de elefantes en las tardes
con un fondo musical del Silvio aquel que todos
inventamos
y seguimos amando a pesar suyo.

En realidad yo pienso que esto ha sido una trampa


un poco sucia
porque Raúl y Pablo Armando lloraban como dos
[ hombres
que lloraban
y yo me asomé a verte por si acaso te daba por
salir a abrazarlos
qué algarabía
las flores
la muchacha más viuda que hubieras deplorado.
A tus pies
tratando de pasar como siempre,
inadvertida
Ámbar estaba quieta en su cojín de niña pequeñísima
y apretaba sus flores y sonreía entre lágrimas
las dulces
más remendadas lágrimas del mundo
mientras yo le hacía señas que se callara
que iban a venir Cuqui Felicia todo el mundo
que se callara
pues sería la culpable de que Víctor y Nelson
[ decidieran
leernos sus terribles poemas

48
· poemas y canciones para wichy ·

tuviésemos que matar al maldito conejo negro


autor de esta broma estúpida y perversa.

Y ya lo sabes
porque después fue igual que siempre
aunque también estaba muy oscuro.
La semana que viene te llevo mejor una natilla
otra flor
una campana
el corazón de un escorpión mojado
una virgen descalza que buscaremos todos donde sea
yo no voy nunca fui yo llegué de los últimos
pero te llamo y nos ponemos de acuerdo.

Por favor ponte al maldito teléfono


y contesta.

10-7-85

De El Caimán Barbudo, Edición Especial no. 4, febre-


ro 1986, p. 23.

49
· entre el cuerpo y la luz ·

ODA MÍNIMA A LA LEALTAD

A Raúl
A Guillermo y a Wichy
A Víctor

Y es que 40 mil años antes


estábamos así,
desnudos sobre este mismo muro
jugando con este mismo tirapiedras
tratando de matar el mismo pájaro.

1978

De Soportar las orugas, Editorial Letras Cubanas, 1986,


p. 25.

50
· poemas y canciones para wichy ·

ANTONIO CONTE
(La Habana, 1944-Estados Unidos, 2012)

RETABLO PARA WICHY

Los amigos
acuden al convite de un muerto
en su único estado posible,
entre solemne y solo,
entre profundo y místico
aromado para siempre
por un mar de palabras tan hermosas
como su mano en el aire,
despidiéndome bajo un cielo que había que ver,
mientras dos muchachas se aferraban a nuestros
[ ojos,
temerosas de que escapáramos
bajo aquel cielo cruelmente azul de mayo.
Aquí quedamos los amigos
para llorar o hacer cuentos, o recordar
cada quien a su modo,
cada cual a su abismo,
porque el muerto era ubicuo
como una ráfaga de amor e ironía,
con su manera envolvente de mentir,
hacer planes, y casi siempre
contagiarnos de su ingenio;
ahora nos convida a los amigos,

51
· entre el cuerpo y la luz ·

a los eternos deudores


de su enorme cabeza de zanahoria,
nos invita el poeta a que estemos con él,
no en su extensa morada de tierra y frío,
sino en la feria grande de la vida
que modeló su verso,
pero nunca sabremos
la cantidad exacta de yerbabuena o de ternura
que nos lega un poeta cuando muere.
Excluyo, por inútil,
toda evolución filosófica,
todo intento de reivindicar
o explicar una muerte.
Sólo que es absurdamente del carajo, y posible,
aunque el muerto haya sido un gran muchacho
que siempre supo el santo y seña del problema;
que amó,
que jodió mucho,
a veces lo jodieron,
y escribió durante años
con el espectro de John Donne
y otro mundo de espíritus que rodeaba su casa
a la santísima hora de encontrar
la palabra definitiva.
Aún puedo ver el sol encendido
tras los alambres del teléfono;
la ciudad es un canto coral
de luces y aparejos
que no repara en tu silencio,
mientras el mar se escapa a otros países
donde fuiste un transeúnte anónimo

52
· poemas y canciones para wichy ·

junto a la nieve y el deseo,


un ignorado comensal de hoteles
y espantosos caminos
rociados con amores y desgracias.
Aquí están, los amigos,
estas líneas espesas son para ellos,
para hacer más humano el convite
del muerto, del poeta
que nos deja, justo a la edad
en que la cofradía
ya comienza a morir
de ausencia y aguaceros.

Julio-1985

De El Caimán Barbudo, Edición Especial no. 4, febre-


ro 1986, p. 14.

53
· entre el cuerpo y la luz ·

VÍCTOR CASAUS
(La Habana, 1944)

PRIMER PLANO

Para Luis Rogelio Nogueras

Lo he visto pasar más de una vez por el borde inferior


de la pantalla
entre el humo de la época y la indefinición de la
[ película
con su sombrero grueso el fusil y las balas
cruzadas en el pecho batiendo ese aire violento
[ de 1917
Por debajo se escucha una música que quiere ser
[ grande
pero no importa la música
yo soy capaz de adivinar hacia dónde iba ese hombre
saber qué palacio asaltó si pasó frío o hambre
[ si durmió
en una posta
Está más vivo ahora pasando en la pantalla
que cuando lo convirtieron en tinta para el papel
[ que anunciaba
año tras año las victorias
que cuando lo moldearon en yeso para hacer
[ las estatuas
que señalan con un dedo hacia el cosmos

54
· poemas y canciones para wichy ·

Era mucho menos atlético que la opinión


[ del escultor

Ahora pasa durante 40 segundos por el borde


[ inferior
de la pantalla
No sé si sufrió si lo condecoraron
Lo aplaudo

De De un tiempo a esta parte, Editorial Letras Cuba-


nas, 1984, p. 51.

55
· entre el cuerpo y la luz ·

ANTES DE ESCRIBIR UN TESTIMONIO


SOBRE WICHY

Antes de escribir un testimonio sobre Wichy


hay que terminar de tomarse esa botella
/más bien
semánticos exactos el contenido de esa botella/
tarnave riesling romania de etiqueta verde vino
blanco frío bueno para el calor de este invierno
que llega poco a poco a bahía
y
nada /es decir todo
recordar otra vez al rojo en su traje de etiqueta
juvenil eternamente joven lorbaironiano feliz
/casi siempre feliz/ escéptico /casi siempre
escéptico/
batallador sobre su máquina de escribir metido
en su cuartico de o'farrill atolondrando las palabras
con el ruido metálico de su imaginación

imaginación que florecía en las líneas de su afilada


poesía /que los tontos llaman pura/
y en los capítulos de sus novelas policíacas
y en los guiones industriales de sus filmes
capaces de llenar hasta el tope nuestras salas

56
· poemas y canciones para wichy ·

y en esa balanza de oro ese péndulo el rojo


se reía
qué dirán de mí los biógrafos mi socio
pero era la misma manera de rasgar de arañar
la piel /y si era posible un poco más abajo/
de su época
y llegar a millones y a miles y a cientos
y a uno

uno por ejemplo


que podía ser el comandante omar cabezas
o mejor omar a secas a húmedas mejor
de flor de caña omar
testimoniante y social entrando
al hotelito del eps en managua
y diciéndonos diciéndole a wichy que
enmudecía en mitad
de la sonrisa
diciéndole de memoria así omar
Qué patético es el que intenta mirar con
amor las cenizas del amor;
Tan patético como esos payasos que,
enloquecidos, en la noche,
En medio de la carpa desierta,
Contorsionan su cuerpo
Y lanzan su voz estridente contra las
gradas vacías.

qué manera de conocer a un poeta


personalmente
lanzándole a la cara los versitos de su
corazón
/de nuestro corazón/

57
· entre el cuerpo y la luz ·

qué manera de admirarse aquellos dos


hermanos
y entonces a qué pedir mayor felicidad

mayor felicidad que aquella en el borde


delantero
en la tierrita enorme de waspán donde
les hablaste
a los compas
...alegre de estar ahorita por primera
vez aquí, con ustedes, los miembros de
las fuerzas sandinistas y con los habi-
tantes revolucionarios de esta pequeña
localidad fronteriza. Yo voy a leerles
un poemita muy pequeño, que está dedicado
a mi hija. Los mayores saben que los
niños, sin proponérselo, hacen poesía.
Los niños tienen mucha imaginación, hay
cosas que los niños dicen que para un
poeta es mucho trabajo construirlas. Los
niños, cuando duermen y sueñan, tienen
sueños por lo general imaginativos, hermosos,
y en esos sueños, desde luego,
hacen poesía, para envidia de los mayores
que intentamos escribir poesía.

y se oye después el poema a tu niña


/ambarina obsesión
que te acompañaba aún en aquel camión
que seguía
los vericuetos de la frontera
y en la atmósfera de puerto cabezas
donde llovía siempre sobre los techos de zinc
y en la madrugada de matagalpa

58
· poemas y canciones para wichy ·

/entre dos luces/


sufriendo y disfrutando como corresponde
aquella aventura venturosa de contarles
a los hermanos
lo que pensábamos y lo que queríamos
y compartir
con ellos la belleza coral de una consigna
y la íntima preci(o)sa alegría de una
conversación nocturna
apilados en el camión sin más rumbo que
managua
/a lo lejos/
y la oscuridad a lo cerca /media nicaragua
debajo de las ruedas de este ifa/ media vida
vivida en esa travesía /bien

todo eso y más


antes de escribir un testimonio sobre wichy
después de hurgar una mañana en las páginas
ya amarillentas
/nunca amarillas/ de los primeros caimanes
por estos días
están apareciendo los testimonios de los fundadores
y tú dónde estás /cómo te reirías
de ese título
el caimán y yo
pensando que algunos hubieran preferido
yo y el caimán
o recordando al pobre juan ramón siempre
con jota

59
· entre el cuerpo y la luz ·

aquí falta /aquí no va a faltar tu testimonio


en los 20 añojos del caimán querido a pesar
de que no estés
y a pesar de que a veces fue el caimán el que
no estuvo

en el número 161 raya 81 aparecieron otra vez


tus poemas
/páginas diez y once/ precedidos de una
entrevista
con el título paródico de
¿y si gano mañana?
mañana ganaste /siempre ganarás
allí dijiste
respondiendo a una pregunta
Cada poeta cubano hereda un bosque. Si
tiene talento y fuerzas, debe sembrar su
árbol, pero sin perder de vista que forma
parte de una tradición, que él es sólo una
gota de agua en un océano.

lo bueno lo mejor es cómo tú ayudaste a sacudir


el bosque
de modo que cayeran
ramas partidas
hojas inútiles
rastrojos retóricos
flores de papel de esas que se adhieren
a la corteza original
y mucha
mucha hojarasca prendida con alfileres
y banderas

60
· poemas y canciones para wichy ·

tú tenías razón
a este y a aquel poeta al final
no les quedará otro remedio
que reunir sus sobras completas

entre trueno y trueno


tú sembraste tu árbol
amaste /por turno o a la vez/ a tus mujeres
escribiste tus libros
repartiste fulgor y brillo al punto
que guillermo ahora se pregunta
¿es que ya nadie fabrica chistes en el mundo?

y es que haría falta subir contigo por santa


catalina
y detenernos frente a tus papeles apilados
en los libreros que te rodeaban la vida /o
con los que tú rodeabas la vida/
y
terminar de tomarnos esa botella /más bien
semióticos precisos el contenido de esa
botella
tarnave riesling romania de etiqueta verde vino
blanco frío bueno para escuchar
/una a una/
tus coplas malditas

De El Caimán Barbudo, Edición Especial no. 4, febre-


ro 1986, pp. 12-13.

61
· entre el cuerpo y la luz ·

JESÚS COS CAUSSE


(Ti Arriba, Alto Songo, 1945-
Santiago de Cuba, 2007)

RETRATO AL ÓLEO

A Luis Rogelio Nogueras

En la pared del tiempo


este místico retrato al óleo.

Un anciano y un niño,
al fondo, la noche.

El anciano y el niño conversan.


El niño toca la cítara sentado
en las piernas del anciano.

Qué lengua.
Qué lenguaje los comunica
si el anciano camina hacia la muerte
y al niño lo espera la vida en la ventana.

Como si el crepúsculo
cayera sobre el corazón
así, como una quimera.

El horizonte,
un pedazo de metal.

62
· poemas y canciones para wichy ·

A lo lejos, un velo
de polvo los envuelve.

El anciano y el niño se despiden.

¿Volverán a encontrarse?

De Concierto de jazz, Editorial Oriente, 1994, p. 17.

63
· entre el cuerpo y la luz ·

LINA DE FERIA
(Santiago de Cuba, 1945)

II. EN LOS TÉMPANOS DE HIELO...

a Luis Rogelio Nogueras

en los témpanos de hielo


la complicada forma
circunvala por la estepa
del noctámbulo.

no es un vacío
de estirpe dañina
sino el de Jack London
de la estepa suprema.
Wichy Nogueras eres
TAYACÁN VENCEDOR DE LA MUERTE.

eres el olmo
la ciguaya
el Cantar de los Cantares prometido
con tu pelo rojo
como el lirio de la muerte
rojo como el de la infantil cabeza
cuando la penumbra
no es aprobada por el agua.
con tu mango

64
· poemas y canciones para wichy ·

que eternamente comías


como si Saturno te indujera.

recojo tu silencio
tu candidez de hombre
en botines de madre del exilio
que lograba besarlo
allá en el Erie y el Notario
pero tú de la Isla
como el dágame
la esquinita de la Catedral citadina.

a veces lo que recuerdo más


es aquella manera
de abrazarme sorprendida
inacabablemente sorprendida
mientras el ómnibus
volaba hacia el fin de la tierra.

De El libro de los equívocos, Ediciones Unión, 2001,


pp. 11-12.

65
· entre el cuerpo y la luz ·

JORGE FUENTES
(La Habana, 1945)

TODAS LAS NOCHES


SON AQUELLA NOCHE

A Wichy Nogueras

Todas las noches son aquella noche


en que le mordió la muerte.
En las calles que no reconocería
nos vence el asombro, el polvo
de aquellos años finalmente terminales.
Aún estamos al lado de su cama,
pegados a una suerte de mosquitero,
esa sensación de velo no nos va a dejar nunca.
Hay el olor de las medicinas y otro
que debe ser el de la muerte,
su expreso deseo de estar solo
torna insoportable el momento,
no quiere ver a nadie,
ni acepta más claridad que la de la sombra.
Sin tregua, sin cetro, sin paciencia,
el más jubiloso escaldo se convierte en nada,
en esa noche que siempre se repite se fue,
y cuántos asuntos pendientes han quedado.

Inédito.

66
· poemas y canciones para wichy ·

SILVIO RODRÍGUEZ
(San Antonio de los Baños, 1946)

CANCIÓN DEL TROVADOR ERRANTE

A Wichy

Fui un trovador errante


sombra por caminos sin almas
Mis riquezas
fueron aquellos sitios
donde aprendían mis canciones
quienes me las mostraban
vagabundos alrededor de sus hogueras
iluminaciones de cirqueros y perros
donde me convertía en una chispa transitoria
disuelta en las remotas
antífonas que saben las cigarras
Mi patria era la intemperie
los acosados campos de clorofila elemental
y fauna en eclosión
pero también era ceniza
miércoles de lloviznas masticando
la hogaza sucia y nutritiva que comparte
el proscrito ordinario
risueño y colosal
entre las tibias ocasionales
piernas de un cisne amaestrado

67
· entre el cuerpo y la luz ·

Fui un trovador errante


y ahora
tras el paso del tiempo
soy quien enciende las hogueras
quien convoca luciérnagas
y sabe el nombre de la chispa que salta
de la crepitación hacia la noche
cometa de un universo diminuto
donde mi mano es la de Dios
quiero decir
la de un colosalmente viejo vagabundo
con la mirada puesta en los senderos
con la memoria abierta a la única
riqueza que le espera
Susurraré mi historia a un trovador errante
sombra en busca de almas
para que la reparta junto a los fuegos
ocasionales tibios que depara el camino
a todos quienes sueñan con un cisne
salvaje.

1994

De Cancionero, Editorial Letras Cubanas-Ojalá, 2008,


pp. 372-373.

68
· poemas y canciones para wichy ·

LA TONADA INASIBLE

Ama al cisne salvaje


LUIS ROGELIO NOGUERAS

Hace quince segundos


que se murió el poeta
y hace quince siglos
que notamos su ausencia.
Creíamos entonces
que estábamos de vuelta,
cuando faltaba tanto
de ausencia y de poeta.
Hace quince milenios
se nos fugó el poeta
dejándonos sus viudas
y su niñita eterna.
Brindemos por su verbo,
por su roja cabeza,
hermanos de la sangre
vertida del poeta.
Por él sus adversarios
no olvidan, mas celebran,
y por él sus amigos,
como quiera que hoy sean,
se juntan nuevamente

69
· entre el cuerpo y la luz ·

por sobre sus miserias,


convocando a este muerto
de la salud perfecta.
Hace quince silencios
y otras muchas tristezas
quién sabe qué diría
su voz de inteligencia.
Por eso un cisne canta,
prófugo en la floresta,
la tonada inasible
que despertó el poeta.

1995

De Cancionero, Editorial Letras Cubanas-Ojalá, 2008,


pp. 403-404.

70
· poemas y canciones para wichy ·

GILBERTO GONZÁLEZ SEIK


(Holguín, 1947)

CLANDESTINOS

A los combatientes anónimos del MININT


A Luis Rogelio Nogueras

Empiezas por saber que tu reloj pulsera


está sincronizado con otro reloj pulsera;
que el color de tu gabán o la chaqueta
te identifican en un determinado sitio del mundo;
que debes montar en el taxi señalado
o te perderás para siempre en el país que no conoces;
que tu habitación
es el lugar más solitario de la vida.
Empezarás por conocer que nadie podrá llamarte
como en el barrio
y que a partir de entonces,
un gesto, una palabra,
podrá ser localizada por una computadora,
y tu historia ser un caso acabado para siempre.

Tu defensa es la memoria,
un recuerdo en que aferrarte,
para saber que has sido el hombre común
que ha marcado su tarjeta en el trabajo,
con un espacio para el almuerzo

71
· entre el cuerpo y la luz ·

y una cita
a la que ella
nunca llega tarde.

De El azul es también color de fuego, Dirección Pro-


vincial de Cultura, Holguín, 1987, pp. 61-62.

72
· poemas y canciones para wichy ·

NELSON HERRERA YSLA


(Morón, Ciego de Ávila, 1947)

APROXIMACIONES EN TORNO A

A Luis Rogelio Nogueras

Estuve leyendo poemas todo el día; quería saber


qué se escribe en estos tiempos. Encontré montones
de versos sobre el fuego de tus ojos, el peso de la no-
che, los ángeles (todavía los ángeles), el candor suave
de tu piel, jinetes blancos como espumas, la soledad,
el otoño (allá el país que tiene otoño), la vigilia, el in-
somnio, y otras cosas más, en cientos de páginas de
revistas y libros, que parecen escapados de esta rea-
lidad inmediata que es mi patria, como si quisieran
añadir otra realidad.

Llego a pensar que la poesía acabará por morir si


no dice las cosas de su tiempo. Porque los niños, cuan-
do crezcan y pregunten qué hacíamos nosotros todos
estos años, dónde andábamos metidos, ¿qué le dire-
mos? Los historiadores, mañana, buscarán en nuestros
versos algún dato también, algún indicio que les ayude
junto a montones de periódicos, revistas, ensayos, en-
trevistas. ¿Qué encontrarán?

73
· entre el cuerpo y la luz ·

Eso me pregunto y no hallo lugar para demonios,


ujieres, pianos con sombreros, pavorreales, el pez sin
corbata, o el milagro silenciosos de tus ojos (¿el mila-
gro silencioso de tus ojos?) No hallo lugar en ese inex-
plorado espacio de la poesía del porvenir.

De Escrito con amor, Editorial Letras Cubanas, 1979, pp.


78-79. Existe una versión anterior titulada “Cosas de la
literatura” en La tierra que hoy florece, Departamento
de Actividades Culturales, Universidad de La Habana,
1978, p. 42, (Premio 13 de marzo, 1975).

74
· poemas y canciones para wichy ·

IMITACIÓN DE CABEZA

A Luis Rogelio Nogueras

Lloro por el amigo que se va,


que nos dejó en vida como un perro completo
ladrando su muerte en voz baja,
en las esquinas de mi corazón
con pan y lirismo bajo el brazo.
Mala vida que voy a vivir con mis ojos mojados,
mi espalda al cielo de la invención
mi poesía triste como estoy de tanto quererlo,
de tanto creer en su buena suerte, en sus mujeres
y epitafios, en su eterno juego de palabras
que me confunde cuando estoy solo:
¿será su muerte la vida que me falta por vivir?
¿será su vida la muerte que ya empecé a morir?
Y puesto que debemos vivir y no nos suicidamos
nadie ha muerto en julio entonces, ese día
en que bajaba a la tierra a escribir cuanto quiso.
Era un rubí perfecto el amigo:
¡cómo brillaba sobre los muros de la ciudad,
en los aeropuertos de lujo!

75
· entre el cuerpo y la luz ·

Nadie le hizo tanta falta como ese aire


[ que respiraba por ahí
y que se perdió en el último minuto:
la mano de su padre en la cabeza de zanahoria,
la mano en busca del dolor, del aire que se va,
que se va el amigo y me deja como una rama seca,
como una silla vacía, con vergüenza y miedo
y la fragancia elegante de quien ha gozado su época.
Estamos muy solos para que alguien se vaya
así no más
de un portazo franco: ¿a quién imito ahora?
¿A quién bailo, a quién poema, a quién persigo
de lo lindo
para reírme y llorar en el cuartel?
Estamos muy solos para que escape una estrella,
para que el poeta se pierda en el tragante,
para que un amigo sea noticia de primera plana.
Están muy solas Madrid y Nueva Delhi,
estamos muy solos Moscú y Caracas sin
su atmósfera,
sin su cumpleaños, sin sus creaciones eruditas,
sin su eternorretornógrafo, sin sus epigramas
para burócratas y poetas, sin sus entrelíneas
[ de azogue,
sin sus herejías de pasillo y restaurant.
Solo la triste locura de la vida se me para delante,
me pide café, cigarros en el sitio en que tan mal
[ se está,
cayéndome una lágrima del ojos y no puede ser,
no puede ser que esté viajando sin que yo lo sepa,
no puede ser que se haya ido volando

76
· poemas y canciones para wichy ·

en el armario de Joyce, en la escobita de Borges


hacia otro planeta donde lo quieran más que aquí.

II

Viajo a otros países y encuentro tu azogue subiendo


hasta romper, tu soledad en cuadritos, en tickets
[ de metro,
bella muchacha que mira,
que me examina hasta morirme, desde esa sombra
en que tú estás ahora junto a ella
como el ángel de su guarda porque siempre
quisiste ser
el Santo Ángel de la Guarda de todas las muchachas,
de todos los poemas perfectos que se han escrito
antes que tú porque la poesía comenzaba en ti a
reescribirse
nuevamente de una manera bella y pura, tallada con
delicadeza
con precisos instrumentos que solo tú conocías.
Viajo por otras avenidas, puertos, riachos,
me acuesto en la hierba extranjera a soñar con
[ la muerte,
con el diablo de la muerte, con el pájaro del deseo
que aleteó en tu noche, con esos cisnes ingenuos
[ y mudos
que comprabas en las carnicerías de París.
Entro en las cafeterías y boutiques y te veo
garabateando nuestra vida común con bisagra al pie,
con un poco de Lancome, espejitos indios, puñales
[ árabes,

77
· entre el cuerpo y la luz ·

columpios derretidos por tu pluma, arena de Gobi,


máscaras de Venecia y una cadena de oro al cuello
sin que nadie te descubra, sin que nadie te saque
de ese sueño
que inventaste para estar despierto, de esa tierra
con sombrero, sin oficinas por supuesto, casi sin
[ memoria
como una página blanca adorable jamás escrita.
Recorro los parques de Vietnam y te sorprendo
en tu avioncito de papel comiendo naranjas
[ de Jagüey.

No dudo que estés ahora en todas partes


como un dios particular. No dudo que viajes tanto
[ para vivir
y no morir nunca, ni que te hayan perseguido
y que por eso estás aquí con las manos sueltas
haciendo del pasado una llamita en tu sabio corazón
de azúcar,
ese que subió a las montañas de Nicaragua para
clavar su flecha
y su carcaj. Viajo para saberte vivo aún,
para saber si ya no hay tigres de cuello y corbata
persiguiéndote,
mirándote demasiado como se mira
[ a un desconocido
en un aeropuerto en el último país del mundo.

78
· poemas y canciones para wichy ·

III

Con tu traje de rumba,


tus maracas cubanas en la mano
y el bigote pintado con carbón.
Ah, y esos ojos por donde entraba tanta luz entonces,
incluso la del flash electrónico
que te dejó clavado en la escalera de mármol
[ y fiesta.
Con toda esa inocencia
quédate ahí.
Espera que pase todo, todo, todo.

De Pájaros de pólvora, Ediciones Unión, 1998, pp. 46-48.

79
· entre el cuerpo y la luz ·

TODO DUERME MENOS TU NOMBRE

A Luis, a Rogelio y a Nogueras

No vivimos el tiempo necesario para arrancar


[ una flor,
un espejo, un astro,
y colocarlo en su tumba. Ni canciones silban ya
[ los jóvenes
Por ángeles como él que liaron bártulos, adiós,
[ dejando
todo escrito.
¿Adonde fueron con sus fragancias los Luises,
con
[ ese aire
universal en el pelo, olorosos a palabra nueva, a
creación danzando
De revista en revista, macerados en libros que me
acompañan hoy
En medio de tanta oscuridad, raros como la noche
estrellada?
¿Qué países habitan los Rogelio, solitos como andan
sus almas por ahí?
¿Qué leyes dictan desde el sueño a nosotros, aquí
rodeados de penas y olvidos

80
· poemas y canciones para wichy ·

desde que nos dejaron plantados a la orilla del mar?


Nogueras no terminó de voltear todas las cartas,
de palabrear las calles
Maltratadas por Dios en esta isla ululante, de
purgar sus mieles
En cada página entintada de celebraciones porque
se fue,
se fue,
Y me dejó sin aliento para enfrentar la
mañana siguiente a su partida.
Coléricos mundos, bravos ríos se precipitan sobre mí
Al recordar sus manos de seda blanca: escribe,
[ escribe,
me gritaba en los hospitales
Sobre sus huesos carcomidos. Escribe en una
[ nalga de
mujer,
Sobre paredes desconchadas, autos, sobre
[ lágrimas de
hombre que escribe.
Para eso nacimos, Nelson, aunque no haya cebollas
Ni sabores posean las frutas en su destierro.
Escribe, Nelson, me decía al oído
Ya exánime, bebiendo una taza de café amargo
destilada por Guillermo.

Diosito de cristal que era, piedra ámbar en la ciudad


ruinosa,
Jade rodando sobre la espuma frágil.
Que se fue, Neyda, lo sé, pero ¿alguien sabe dónde?
¿Quién lo recuerda ahora entre tantas ficciones y

81
· entre el cuerpo y la luz ·

aplausos,
Entre homenajes que no van a parte alguna,
[ iluminado
él de dolor?
Ciego camina hacia el corazón de un poema, no ve
nada, como Borges,
Se vuelve hermoso cuando ya nada respira.
Todo duerme menos tu nombre, escribió Paulo
Leminski en la Torre de Letras.
Por ahí revolotean sus alas, por ahí sus ojos
brillosos saltan
En el parque que atravieso un domingo sin
saber qué hacer,
Ese triste día que lo recuerdo bajando a la tierra
Mientras los teléfonos de la ciudad lloraban
y las nubes desaparecían mar adentro.
Denme una sola razón para caminar en
medio de este silencio general
Que lo hace célebre, único, extraño al paladar,
solo,
Sin una flor sobre su tumba, sin una canción,
Sin esa luna que deseo apedrear con mis dos manos.
Ah Luis, Hey Rogelio, Oh Nogueras, qué hermosos
entonces escribiendo finalmente.
La puerta se cerró detrás de ellos y nunca más
volvió a aparecer.

De Violín de Ingres, Editorial Letras Cubanas, 2011,


p. 71 y 73-75.

82
· poemas y canciones para wichy ·

Una nota precede al poema:


POST SCRIPTUM: “Wichy no fue un artista en el
sentido rígido del término; es decir, no creaba obras
consideradas «de arte». Sin embargo, dibujaba cons-
tantemente cuerpos, rostros, flores, paraguas, autos,
sobre papel, o interviniendo fotografías de él y de otros.
Lo cual no lo convirtió en un artista como abundan
tantos hoy, sino en un ser inquieto y apasionado de la
creación, así, a secas. Por otra parte, muchos de sus
poemas y textos en prosa tienen un componente visual
muy fuerte, incluso cinematográfico. De ahí que siem-
pre lo recordaré de variadas maneras, como en esta
especie de coda a un cuaderno en el que creo él no
debía faltar”.

83
· entre el cuerpo y la luz ·

ALBERTO SERRET
(Santiago de Cuba, 1947-Quito,
Ecuador, 2001)

POR QUÉ NO DICEN LA VERDAD,


POR QUÉ

Para L. R. N. en memoria

¿Por qué no dicen la verdad, por qué


no le hacen justicia en sus versos de mierda?
Que reflejen al hombre que fue,
con todos sus defectos colgando de la cuerda.

¿Pensarán que le honran más por eso?


O acaso no merece que impongan su estatura
y que caiga el cuerpo con su peso
real, lejos del aire y de la sepultura.

Por qué no hablan de sus frustraciones,


de la discreta, húmeda perversión que dolía
y lo llevó a escribir poema tras poema.

Si se murió a deshora, o de áridas canciones,


al menos que respeten la elegía
de su memoria y su obra que reverdece y quema.

84
· poemas y canciones para wichy ·

Y si hay que hacer discursos a su nombre,


sobran elogios, falta la miseria del hombre.

De En plena desnudez, Editorial Letras Cubanas, 1988,


p. 23.

85
· entre el cuerpo y la luz ·

RAÚL HERNÁNDEZ NOVÁS


(La Habana, 1948-1993)

EN LA MUERTE DE UN POETA

Silence like a cancer gnows


SIMON & GARFUNKEL

Ya la roja cabeza no levanta


su desenfado al impasible cielo
y en la turbia región del asfódelo
corta el perfume de la flor y canta.

Cuando el silencio nuble la garganta


y apague la mirada con un velo,
el ave roja internará su vuelo
hacia su centro crecerá la planta.

Irá en sí mismo, sobre quietas hondas,


a la raíz de los amados seres.
Y el framboyán incendiará sus frondas.

Y tú, muerte catrina, ¿cómo quieres


a quien te desdeñó con risas hondas
y al que te ama desdeñar prefieres?

De Amnios, Selección de Jorge Luis Arcos y Norberto


Codina, Ediciones Ateneo, La Habana, 1998, p. 288.

86
· poemas y canciones para wichy ·

LUCÍA BALLESTER
(La Habana, 1949)

ALGO

a Wichy

en este poema hay algo de amor


lo advierto
algo del público secreto de estar triste
insospechadamente triste
por ti
y por todas las palabras
y todos los lugares
y todos los abrazos
y todos los amores que tú amaste

De En la décima noche de Saturno, Ediciones Extramu-


ros, La Habana, 1992, p. 4.

87
· entre el cuerpo y la luz ·

MARILYN BOBES
(La Habana, 1955)

VARIACIONES SOBRE UN CISNE SALVAJE

A Robinson Jeffers y
Luis Rogelio Nogueras,
que pusieron el tema.

Teme al cisne que canta.


Libera de su alquímica belleza
al doliente plumaje:
la insolente blancura de su cuello
entre tus manos ásperas.
Tiende un claro de sueño
entre la hierba y el inmóvil estanque.
No le pidas que vuele
ni le entregues el don de tus presagios.
Quiere al cisne inventor
mas desconfía de su mansedumbre
y ama a un cisne
salvaje.

De Hallar el modo, Editorial Letras Cubanas, 1989, p. 37.

88
· poemas y canciones para wichy ·

LUIS CARLOS SUÁREZ


(Manzanillo, 1955)

LA CASA DE LOS SUEÑOS

A Luis Díaz y Luis Rogelio Nogueras

Alguien se desploma en mi lugar,


dicho así,
como si lo dijera cualquiera,
pero no importa:
soy otra mordida de la fruta,
la otra mejilla de las cosas
como una fiebre
una piedra en zapato
o el llanto de guitarras en la noche.
Alguien desde la ventana
me odia,
pero también puedo odiarlo,
poner a derretir el plomo del mundo
y darle una gota,
aplacar su ira
donde los camellos respiran al sol
como garabatos confundidos en el viento.
Pobre de mí si no padezco,
si no he tenido un lugar donde llorar
ni un paraguas contra la lluvia
que desviste los bares

89
· entre el cuerpo y la luz ·

y deja como resaca en orillas


vasos en que bebieron mis semejantes,
colillas por donde empezó la muerte.
Tengo el fuego de ser lo que no quiero,
la duda de estarme estirando
como una lámina quebradiza,
de que algo se acaba en mí
y no me aterra.
Soy un viajero robado por el tiempo,
una piedra en la orilla.
De nada valen mis poemas,
perseguido por las huecas masas
de las campanas del mundo.
Redoblarán para que sepa
que soy bronco como el pan
y que el hacha vendrá
a derribar palabras que sueño cada día.
Estallaré dejando palomas,
manos abiertas esperando, esperando.
Soy casa de los sueños,
un tigre que huye de las flores,
el agua de los ojos de mi madre
muriendo lentamente.
Y yo aquí, como los dólmenes
—que están y nadie entiende sus mensajes—,
entre cantos y palabras filosas,
sonatinas a la luz de un farol,
con los amigos que escriben cartas y versos,
trazan parábolas sobre el viento
y dejan nostalgias en los manteles.
Pasan los daños y alguien no está,

90
· poemas y canciones para wichy ·

se fue, soplo de canela, a perfumar la ausencia.


Luis escribe poemas en su tumba,
no con la mano de tocarte,
pues su ausencia nos dicta.
Reímos y bromeamos,
nos envidiamos la casa, los papeles.
Pero qué sería sin sus fantasmas
deambulando en el cuarto del hotel
donde duermen afiches
y constelaciones,
mensajes a Isabel amando en la distancia.
He salido a la luz del día,
me asustan palomas en el parque.
Hay que estrenarse en eso de mirarlas;
quizás nadie nos dé receta para vivir.
Es posible que haya que escuchar un poco más,
voces del maíz y la albahaca,
esperar más las madrugadas,
escribir del llanto de tu semejante
que le tiene terror a los vitrales,
oír la voz de esa muchacha
en la distancia.
Porque, si no lo saben,
los poetas también se vuelven locos.
Todos conocen
que los poetas ponen la noche boca arriba,
levantan copas
y su amenaza a la luz del mundo.
Siempre confunden
aleteo del ave en atardeceres,
torres azules cayendo útiles como Nazim.

91
· entre el cuerpo y la luz ·

Quién duda que parado sobre la cabeza de Nazim


se ve mejor el mundo.
Quién duda la ausencia de Urondo.
Es escalera para descubrir
la cara oculta del amor.
Dónde estás, Luis Rogelio,
que no sea cavando en silencio
con pico de sueños y verdades,
caminando tantas vidas.
Cansan las perchas vacías
en este hotel
donde nadie pregunta por mis manos
ni bebe el agua de mis ojos.
Me cansa el desamor de estas gavetas,
el aire enfría la voz
del nica amigo,
el lamento del agua sola,
marca del café sobre la mesa.
Abriré puertas para penetrar al mundo;
me confundiré hasta el final
entre las gentes que marchan al trabajo
con sus penas y olores,
y con ustedes —y con todos—
caminaré.

De El regreso del guerrero, Editorial Letras Cubanas,


1996, pp. 51-54.

92
· poemas y canciones para wichy ·

PEDRO LÓPEZ CERVIÑO


(Santiago de Cuba, 1955)

INFLACIÓN

A la memoria de Wichy Nogueras

Un caballo anaranjado y verde hace saltar esquirlas


en su carrera abrupta sobre los adoquines.
Aprieta el corazón en los ijares y anuncia
que habrá función a las ocho
para grandes una peseta, los pequeños un medio.

Siguiéndole los pasos va un payaso


malabarista de su propia vida
con dos platillos de gelatina
que hace sonar en medio de la orquesta.

El de la cuerda floja sobrevive


entre los elefantes y las jirafas
y la mujer alambique se desnuda
sobre los hombros del más forzudo del mundo.
Un mago con su sombrero lleno de libélulas
completa el desfile de los saltimbanquis.

Al final
como olvidado
marcha un viejo león empujando torpemente
su jaula de mimbre entrelazado.

93
· entre el cuerpo y la luz ·

Un tropel de chiquillos
con su algazara
impide oír

que acaban de subir el precio de la entrada.

De No se puede matar al timonel, Ediciones Extramu-


ros, La Habana, 2002, pp. 34-35.

94
· poemas y canciones para wichy ·

MANUEL GONZÁLEZ BUSTO


(Sancti Spíritus, 1957)

EBRIEDAD DE LOS CREDOS

Para Luis Rogelio Nogueras

Tras el cristal nadan los peces. Para serles sincero


no tengo peces ni cristal. Sin embargo, nunca he de-
lirado una noche, tan solo una, sin la fulgidez de los
peces tras el cristal.

II

No sé cómo estando muerto puedo escribir. Yo


morí en el mismísimo instante en que dejé de amar
y ser amado.

Ya estoy harto de inventarme. Por favor, dejadme


ser a plenitud lo que soy: un cadáver terriblemente
lúcido, que sueña desde el polvo, gritar humanamen-
te lo que siempre le prohibieron, a pesar de ser un
cadáver tan lúcido y cordial.

De: Ebriedad de los credos, Ediciones Luminaria, Sanc-


ti Spíritus, 2005, pp. 51-52.

95
· entre el cuerpo y la luz ·

ARMANDO SUÁREZ COBIÁN


(Antilla, Holguín, 1957)

LA YERBA NO LLEGA A CUBRIRLO TODO

A Wichy

y te sigue persiguiendo aunque no mires


te sigue persiguiendo.
entre el sentido y el ojo está el pasado
entre el cuerpo y la luz corre la sombra.
se van haciendo breves los contrastes
10 cuadras de sol no alcanzan para medir lo que tuve
quiero pensar que sumergirme no es perder
[ los sentidos.
es verdad que esta noche no podré besarle el cuello
a la muchacha vestida de azul
pero sé que soy ágil
los he estado mirando detrás de los cristales
tengo unas piernas largas y rojas como mi cabellera
y una vida anterior.
he volado hasta aquí sobre el lomo de un cisne
que me prestó sus ojos
para verlos pactar haciendo trampas
no soy ni una ilusión óptica ni el cuarto elemento
detrás de los cristales está la cara del rey
despojado de sí
condenado tres veces por rey

96
· poemas y canciones para wichy ·

por sátiro
y por mendigo
bonita manera de jugar
ya sé que no voy a morir tan brevemente.

De El Caimán Barbudo, Edición Especial no. 4, febre-


ro 1986, p. 18.

97
· entre el cuerpo y la luz ·

OSVALDO SÁNCHEZ
(La Habana, 1958)

LOS CISNES DE JAFFA

A Wichy

Un apartado encierro
en las hierbas bajas.
Agua inmóvil, como nadie que pueda ser
él y un denso tardío sin ahogarse.
Basta un gesto ausente de este animal perjuro.
Contagiado en la brisa
sólo por el gusto de borrarse en otro.
Embebido en el alba, el enfermo inventa su cisne
para atravesar el día.
Sobre el pecho del niño, la huella de un pájaro
[ extraño.
Lo que estaba prohibido.
Desearlos tan de cerca, no quieren ser recordados.
Animales sedientos se desploman sin pedir paisaje.
Abandonan con un graznido inicuo la orilla
[ imprecisa.
Ah, labio helado de este placer niño.
La niebla no borra el cadáver.
Delta frente al oquedal; esa certidumbre impura
de lo que solo se posee a distancia.
Un apartado encierro.

98
· poemas y canciones para wichy ·

No se sabe si va con nosotros.


No se distingue si empina su cuello enfangado
amándonos con la rielada ausencia del animal
[ cenizo
que no quiere ser nadie,
ni que nadie venga,
ni que haya tiempo
para ser recordado.

De El Caimán Barbudo, Edición Especial no. 4, febre-


ro 1986, p. 15.

99
· entre el cuerpo y la luz ·

FRANK PADRÓN NODARSE


(Pinar del Río, 1958)

DE NUEVO EL CISNE

Para Wichy, claro


para Jeffers que puso el tema, y
le suenan los oídos de tantas variaciones.

¿Y si al ser tuyo, descubre que no muere?


por el contrario: que es bella esa laguna
por la que antes, paseaba indiferente
que tiene otros colores
y calores
renovados cada tarde de verano
Si al volver la cabeza
tú que no te has escondido entre la hierba
descubres un guiño cómplice
desde su cuello
que te invita a seguirle
a poseerle
Y si no te has tragado tu amor imposible
pues sabes que en amores
no hay realmente imposibles
porque el amor es
justamente
esa vara mágica
que hace polvo el prefijo

100
· poemas y canciones para wichy ·

y si acaso
hay caminos diversos
y atajos
y afluentes
Y si por último
han descubierto ambos
aunque sea al final del estanque
allí donde el agua forma
tenues remolinos
que él no era
en realidad
un cisne salvaje
sino uno
tiernamente doméstico
manso
nada ajeno
cercano
feliz.

5/5/89

De Miocardio culpable, Ediciones Extramuros, La Ha-


bana, 1991, pp. 6-7.

101
· entre el cuerpo y la luz ·

HACE TREINTA AÑOS, O MÁS...

Homenaje a Wichy Nogueras

Hace treinta años o más


a esta noche sin ti, sin encontrarte, la llamaría
[ desoladora,
pero hoy, simple noche de 1984
en que no por eso dejo de estar sin amor y sin ti,
en que no te encuentro,
la llamo tan sólo fría noche de verano,
nochecita torpe
que ha cerrado sus tempranas puertas
después que he tratado de vendar con ellas
esta inevitable hemorragia de esperas
(¡qué prosaísmo!, pero bueno, este es un
poema coloquial )
Hace treinta años, o más,
diría que “voy al fin del mundo” o
“al centro de la tierra” para hallarte
cuando de sobra sabes que si acaso puedo
recorrer un par de calles
o inspeccionar en vano el lugar
de la última vez.
Hace treinta años o más

102
· poemas y canciones para wichy ·

yo seguiría esperando tu sonrisa,


pero de seguro iba a describirla como
“la cosa más linda del mundo” o
“un estupendo sol derretido de sueños”,
algo por el estilo,
ay, tu simple sonrisa
tu sonrisa sencilla de animalito tierno
descubriendo a los dos desde algún sitio.
Entonces,
hace treinta, cincuenta o cien años
hasta ahí llegó la poesía
o por ahí empezó,
porque en ese minuto pasará lo de siempre,
que a dos
los reseñe un romántico,
un posmoderno,
o un fiero iconoclasta armado hasta los dientes,
que dos,
dígase como sea,
se empezaron a amar.

1990

De Conversación en la luz, Ediciones Holguín, 2006,


pp. 32-33.

103
· entre el cuerpo y la luz ·

ALBERTO VITAL
(Ciudad de México, 1958)

ATRIBUIDO A UN REY

A la memoria de Luis Rogelio Nogueras,


maestro en el arte de las atribuciones.

A Waldo Leyva, finísimo poeta,


por quien conocí a Nogueras.

Que mi gran presencia irradie


una luz que no conocía nadie.
Yo soy Salomón. La corte asiste, una niña canta,
mis criados me acercaron cetro, fogón y manta.
Yo soy Salomón. La niña acoge en su costado
la luz de las antorchas que han iluminado
desde siempre mi palacio, émulas de mí, mis hijas.
Soy Salomón: lo he sido. En mi fama ya están fijas
las historias que me serán atribuidas
como si hubiera gastado diez o doce vidas.
(Tal vez las tuve de joven y adulto.
Ahora mi cuerpo es objeto de culto.)
Soy Salomón. Cuerdas y coros acompañan a la niña
y la noche poco a poco se encariña
con los versos, la doncellez, la dulzura, el arpa.
Hacia mi corazón y hacia mis ojos zarpa
una suave sensación de futuro.
Yo soy. Lo sé. También aquí trasciendo: pleno y puro

104
· poemas y canciones para wichy ·

me alzaré con la armonía


que una milenaria sabiduría
decantó en esos párvulos labios
y que la eternidad habrá de atribuirme
sabiendo que fui justo y que fui firme:
por vez primera oigo los versos sabios
que algún escribano, todo zalema y nervios,
pronto intercalará entre mis proverbios.
Que mi sola ausencia irradie
una paz que no conocía nadie.

De estepais.com/site/?p =35105

105
· entre el cuerpo y la luz ·

DAÍNA CHAVIANO
(La Habana, 1957)

CARTA DE AMOR A UN POETA MUERTO

a L.R.N.

Yo estoy triste y tú estás muerta...


J. C. ZENEA

Amor mío:
No hay un solo minuto de esa luz que termine
cada paso que comenzaste.
No eres tú la piel que los amigos dijeron:
carcomida carne a punto de morir.
Mi voz toca a rebato
el canto del viento entre las tumbas.
Por eso no quiero hablarte del sol o de la vida.
Esta noche lleva el sello de un tálamo sangriento.
Sobre mi cuello traigo tu corona de muerte
y aquella luz...
Recuerdo muy bien tu voz,
la sombra de las pecas en tu espalda
y una lista fugaz de perversiones
fraguadas junto al oído.
Oro de dioses tus ojos
cuando llameabas entre mis piernas
murmurando el holocausto final.

106
· poemas y canciones para wichy ·

Todo aquello que amaste se ha perdido:


esa antigua lujuria que solías devorar
con la misma elegancia de tus versos.
Todavía busco en los textos aquel sueño
[ del profeta:
mil años atrás te perdí,
mil años después te veré.

Amor mío:
dondequiera que estés:
Cobija el recuerdo de cada pacto mordido
en la oscuridad del tiempo.
Conserva tu memoria hasta la próxima vida;
quizás en otro cuerpo volvamos a encontrarnos...
Siento el paso de mi boca sobre tu nombre
[ inmenso.
No te engañes. Yo no existo.
Tú te has ido y yo me he muerto.

De: Confesiones eróticas y otros poemas. Editorial Be-


tania, Madrid, 1994, pp. 35-36.

107
· entre el cuerpo y la luz ·

ALFONSO QUIÑONES
(Manzanillo, 1957)

HISTORIOGRAFÍA DE UNOS VERSOS


MALOS

Con Wichy Nogueras

El poeta escribe unos versos


a la mujer lejana.
El editor vacila
publicar o no los versos
que el poeta dedicara
a la mujer lejana.
El linotipista se aburre
con los versos
de los que vacilara el editor
y que el poeta dedicara
a la mujer lejana.
El vendedor de libros
comprueba que el libro
con los versos que aburrieron
al linotipista
ante los que vacilara el editor
y que el poeta dedicara
a la mujer lejana
no es de la atención
de sus lectores.

108
· poemas y canciones para wichy ·

La mujer lejana
publica un artículo
donde critica hasta la burla
los versos infames
que el poeta dedicara
a la mujer lejana.

De Cuarto alquilado, Ediciones Unión, 1989, p. 18.

109
· entre el cuerpo y la luz ·

ZOE VALDÉS
(La Habana, 1959)

TODO PARA UNA SOMBRA

Para Wichy

Yo también te amé porque conquisto magos,


hermoso detective.
Te amé como la más traicionera,
como te amó la mitómana,
o como aquella que abortó delante de ti,
en un inodoro de otra galaxia.
Yo también te abracé entre collares y colonias
[ Ca d'or,
y entre discos pequeños que nunca sonaron,
y te amé como todas o como ninguna.
Aquella vez entre luces y copas de vino,
–porque fuiste tú quien me enseñó el vino–
yo sabía que aquella vez me temblaron los labios,
y que tú los entrelazabas con tus piernas,
así de alguna manera la anorexia de Gide me salvaba.
Y tu mano se quedó sombreando un beso en el espejo,
y el diccionario de la muerte desapareció
cuando yo le mordí tu huella.
Hubo cacerías del gato al ratón,
y ganas de cortarse la oreja
sin la barba profunda de Van Gogh.

110
· poemas y canciones para wichy ·

Y recuerdo tu cabeza bien peinada,


y el asco al agua con la que colaba el café,
y tu sonrisa que abría un agujero
de dientes olorosos en el universo.
Yo te amaba platónica y desaforada,
aunque mi cuerpo no se quemó en tus fotografías,
y me mordía las uñas leyendo tus poemas,
mientras tus chistes partían la tarde.
Yo me reía y por eso te amaba,
y hay muchachas modelos y corrompidas,
listas para ser regaladas preferentemente pelirrojas.
Por ti estuve a punto de teñirme los cabellos,
y de cerrarme el ombligo con almidón.
Yo era tuya como se es junto al primer novio en el cine,
rezaba para que la página no se te quedara en blanco,
y te mostraba la punta del bloomers
cuando leías versos dedicados a Maud
–hasta de ella estuve celosa,
de esa chiquilla gélida dentro de mí–.
Yo te perseguía de viaje en viaje,
como una vikinga detrás de su marido,
y también te adoré como Milena: escuálida y morbosa.
Y me dolió la cabeza cuando te miré de cerca,
era un mareo finísimo del siglo XIX,
pero tú eras un muchacho moderno en tu jacket
[ de nylon.
Tú eras del dos mil,
aunque a ratos te me parezcas a Lorrain,
y entonces huelo la acetona con gusto de heretómana.
Recuerdo con mínimo detalle la blancura
[ de tu pantalón,

111
· entre el cuerpo y la luz ·

el sonido de tus zapatos, el modo de abrir la reja.


Yo te amaba burlándote, yo te amaba cruel y fatal,
y en este mismo instante tengo unas ganas
[ de verte como nunca.
Aparécete, eres el único fantasma que no temo,
tú que me dijiste que la muerte es un aposento
[ cerrado,
yo cierro las puertas y apago la luz,
ven, encaja la punta del paraguas en el cuello
[ de esa estrella,
déjame decírtelo, amigo mío, nadie puede vivir sin ti:
“quién sabe si...”

De revista Casa de las Américas, no. 168, año XXVIII,


mayo-junio 1988, pp. 53-55.

112
· poemas y canciones para wichy ·

FIDEL DÍAZ CASTRO


(La Habana, 1961)

NO BUSQUES LA MUJER

A Wichy Nogueras

No busques la mujer de una canción,


en mi reverso están sus apellidos;
su silueta es un astro que no he hallado
y quién sabe si el rostro lo he leído.

No busques la mujer de una canción,


me acaba de pasar por otro siglo
rozando la guitarra de un tirón
con los ojos del mundo en un suspiro.

No busques la mujer, ya se ha esparcido


abrazando una Habana que regresa
más allá del secreto de la piel
donde ha tallado un trillo en la maleza.

No busques la mujer, ella no reza,


vaga por la ansiedad de un alarido;
cuando sospecho el fin, ella comienza
susurrándole al mar otro sentido.

113
· entre el cuerpo y la luz ·

No busques la mujer que me ha llovido,


no me espantes su vuelo en una queja,
no pretendas salvarte con su olvido,
busca al cisne salvaje que se aleja.

12-11-1995

De CD La voz del Diablo Ilustrado, de Fidel Díaz, in-


térprete Roly Berrío, EGREM 2008.

114
· poemas y canciones para wichy ·

EDUARDO DEL LLANO


(Moscú, Rusia, 1962)

A LA MANERA DE L.R.N.

De no ser por ti, mi diario rezaría:


“nací el 9 de octubre de 1962
y desde entonces no he hecho nada relevante”.
De no ser por ti
mis amigos se ahorrarían el vacuo pavor
de leer los malos borradores
de las malas poesías que te he dedicado.
Tú tienes la culpa de que mis vecinos
quieran denunciarme por arruinar jardines
y rasguear guitarras sin oficio
haciendo llorar niños con notas mal aprendidas
peor cantadas.
En una palabra, de no ser por ti
sería uno de esos entes infalibles
que no emplean un instante ocioso
en escribir un mal poema
de amor.

De Nostalgia de la babosa, Casa Editora Abril, 1993, p. 14.

115
· entre el cuerpo y la luz ·

ARMANDO VALDÉS ZAMORA


(La Habana, 1964)

COMO UN REGRESO DE TU AUSENCIA

A Luis Rogelio Nogueras


A Fayad Jamís

Pero yo sigo tan vivo como mi amor


y mi desesperación.
PAUL ELUARD

En cualquier momento abres la verja


despides con una piedra al heraldo
y estás de vuelta
junto a los pergaminos y las huellas.

Ocurrirá entonces que fue impaciencia


y me acostaré de espaldas a las nueces
con las manos sobre la frialdad múltiple de las cortinas
en la sonrisa lenta de mi única foto.
Mis amigos se retorcerán de bruces
habrá propuestas para romper la verja
y andar descalzo entre cristales
para querer hallarme los desvelos
la repetición nocturna de cada uno de los límites.

Pero no hay tiempo para impedir a gritos


que traspasen con zapatos y garganta

116
· poemas y canciones para wichy ·

que se llenen de humo entre tantos legajos.


Él esconde su rostro
en un hueco de zozobra
y precipicio
en una sombra blanda de las manos.

Ella marcha a devolver su parte a los insomnios


(desasosiego cómplice de “las cosas que no amo”,
con la mansedumbre de las aguas
allá
en el principio mismo de las derrotas y la escucha.

Yo encargo de silencios a mis piernas


y con la candidez matinal de las mamparas
quebrando la mojigata entrega de sus grises
la certeza que maldigo mientras callo.

Es la renuncia y no duermo
todavía no termino de esperar.

De revista Letras Cubanas, no. 11, enero-junio 1989,


pp. 131-132.

117
· entre el cuerpo y la luz ·

FELIPE CHIBÁS ORTIZ


(La Habana, 1965)

YO AMO AL CISNE SALVAJE

A Marlén
A Wichy Nogueras

No puedo acostumbrarme
a emparedar los intentos.
No puedo hundir la voz en los pulmones,
aunque sé le asustaré
como un trueno en mitad de la noche.
Y no iré a esconderme entre la hierba
si vuelve la cabeza.
Tengo que respirar
aunque remueva el agua del estanque
y se rompa el hechizo de esta tarde de verano.
No puedo conformarme
con su salvaje lejanía y su ajena belleza.
Tengo que susurrarle mi amor
y mis penas,
posando mis manos
sobre su inocente cuello

118
· poemas y canciones para wichy ·

aunque sepa que nunca será mío,


porque para serlo tendría que morir.

7/4/1988 6:03 p.m.

De Mientras teje la araña su tela de cristal. Ediciones


Poramor, Casa Editora Abril, 1993, p. 30.

119
· entre el cuerpo y la luz ·

JESÚS DAVID CURBELO


(Camagüey, 1965)

XI

Para Armando Valdés

La moda dicta al verso un giro rojo


con tono de elegía en primavera:
un soneto a la muerte de Nogueras
no falta en el pecado. Me despojo

de anécdotas chispeantes que aún ignoro


y evoco, con su apócrifo legado,
el arte como juego, dibujado
en un ingenio culto. Rememoro

más que a Wichy, lejano a mi vivencia,


un penúltimo caso de heterónimo
–tan Pessoa como Campos (o Alma Rubens)–

que evadiendo la máscara y su anónimo


mistifica la farsa. No le suben
nocivos los aplausos de la audiencia.

De Sonetos imperdonables, Ediciones Ácana, Cama-


güey, 2006, p. 35.

120
· poemas y canciones para wichy ·

JUAN CARLOS GARCÍA GURIDI


(Batabanó, 1968)

WICHY: 1985

Mil veces te advertí


que no jugaras a la muerte
que era un juego peligroso
pero nunca
ni aquella noche que estuvimos
en la tertulia Zen
me hiciste caso

¿ya ves?

Te hicieron trampas.

De Surtidor. Poetas habaneros. Selección de Fermín


Carlos Díaz, Cuadernos La Puerta de Papel, La Ha-
bana, 1997, p. 90.

121
· entre el cuerpo y la luz ·

MILENA RODRÍGUEZ GUTIÉRREZ


(La Habana, 1971)

HOMENAJE EN NEGRO

al Rojo

Puede ser que mueras de su mordida.


JOSÉ MARTÍ

Te odié a los siete años


cuando llegabas a casa de mi padre
y se iban en tu alfombra
a inventarse la vida a mis espaldas.

Te odié otra vez a los catorce


cuando mi madre susurró
que una noche de otoño
deshojaste su nombre entre tus manos.

Te odié al cumplir los dieciséis


cuando con toda cobardía
te escapaste con la muerte
lejos de mi ira y la venganza.

Mas como fue improvisada tu partida


y no querías irte
no te fuiste completo.

122
· poemas y canciones para wichy ·

¡Se ha quedado en sus libros!


–comentaban.
Y me fui hasta ellos a buscarte.

Y cuando los tuve entre los dedos


sentí que mi odio se escurría
como un grano de arena.

Por eso, Wichy,


ahora que ya paso de los veinte,
le digo a mi hija:
Cuida bien tu odio
inviértelo en ministros,
abogados y psiquiatras.
No lo malgastes con poetas.

De El pan nuestro de cada día. Premio García Lorca de


Poesía. Universidad de Granada. 1998.

123
· entre el cuerpo y la luz ·

LUIS LEXANDEL PITA


(Colón, Matanzas, 1972)

INVENTARIO A CONTRALUZ

A Luis Rogelio Nogueras

Desde un tiempo que jamás tuvo entonces


tiempo de tan atrás que ya ni lejos,
en qué podíamos contar u olvidar
y volver a contar todos los ángeles
cosidos a su sed
y a su hambre, llegados sin saber
a dónde han llegado,
cadáveres complacientes y traviesos,
sosteniendo las sombras irrepetibles,
llamando sin reposo a nuestras puertas
con su frente mojada con terso rocío;
yo escribo nombres en la fronda de un patio
y el recuerdo los defiende
hiriéndolos en su centro, besando sus estigmas
para no destrozarlo sin batalla,
para que su fulgor, sus octubres de hierro y pan
y sus lunes repletos de cenizas
y brujas a caballo, regresen a nuestras venas.
Yo sufro en otra orilla, en otro mar,
oyéndome, torturándome y oyéndome
y el mar eterno suspiro e inmensa ala

124
· poemas y canciones para wichy ·

pregunta otra vez y regresa.


Alguien hace fundir la sed y el viento
en un secreto, en una casa
donde el amor golpea duramente
su rostro en duelo.
Y de nuevo, otra vez, sí, me proponen
el recuerdo, la resurrección,
la maldad, el sufrimiento,
como pájaros finísimos
que testifican los años con todos sus gritos
y sofocadas maldiciones.
Y el tiempo, fina aguja que hilvana
aquel estupor venido del asombro,
ha elegido un silencio que gotea
salivas de planetas en la boca de otros hombres.

De Mapas del polvo, Ediciones Matanzas, 2009, pp.


36-37.

125
· entre el cuerpo y la luz ·

LUIS YUSSEFF REYES


(Holguín, 1975)

LOS INSOSPECHADOS CISNES


DE ROBINSON JEFFERS

y Luis Rogelio Nogueras

No te acerques a su arrogante lejanía


tu voz podría acabar con el hechizo
de esta noche de verano.
Guárdate tus versos. No insistas.
Bajo el imperio de su continuo vagar
no existe el culto a la palabra.
Sigue al amparo de tu arco de silencio
y contempla a la luz de la joyante luna
la divina desnudez junto a las aguas.
No dejes que se convierta en tu peor verdugo
pero si descubre
por un descuido
que le estás mirando
entonces no disimules tu emoción
deja que lata libremente
el corazón entre las lianas.
Conspira estremécete
pero no ames nunca al cisne salvaje.

De El traidor a las palomas, Ediciones Holguín, 2002,


p. 25.

126
· poemas y canciones para wichy ·

YOURE MERINO
(Banes, Holguín, 1975)

IMITACIÓN DE UN POETA*

Esta es la fábula del hombre que vivió quince


mil vidas sin cansarse…

Ese hombre tenía en la garganta tantas voces.


Ese hombre tenía en los pies tantos caminos.

No para guardar tu nombre


bajo la noche de tinta,
en la misma calle
pero en distintas casas,
permaneces confinado en el corazón de un bosque
de
pinos.

Yo también le rogué al buen Jizo


con mis manos huesudas que parecen de madera
y cité a Pemán, Pereda y Pérez de Ayala
bajo la lenta luz de las bombillas
blasfemando, riendo, tomando cerveza
montando en el tigre de Blake
el tigre de papel
con tu venado Oremoh Naisso como única arma.

127
· entre el cuerpo y la luz ·

Y cómo vamos a aplaudir usted y yo y todos,


cómo vamos a aplaudir la vida
la boca buena, imperturbable
los desertores,
los violinistas sin trabajo,
los obispos,
las damas,
suicidas, limpiabotas, ingenieros
y otros amigos de infancia.

Fue a mí a quien
contaron el recuerdo del sueño de un niño.
Es enorme la diferencia que existe
entre escribir mal y escribir bien,
nunca te diré que lo ignoraba,
lo más seguro es que use tus palabras
para nombrar estas cosas
escritas por un joven snob de veintitantos
sentado en una taza de noche
tan brillante,
para alimentar
el fuego
de
la
poesía.

Supón que tú no mueres,


supón que nos damos las manos;
(los desconocidos de siempre),
supón que escribes nuevamente sobre un niño
que sueña con un caballo alado

128
· poemas y canciones para wichy ·

ya que el desplazamiento de un niño en el


tiempo
es un poema sin título ni editor ni ganas.
Ah Rojo,
cuanto dejaste en los papeles
tan lindas muchachas iletradas que enamoraste
limpias, decentes y con los dientes blancos
todas bebieron del cuenco de tu mano
en el tren que parte desde Malmo
en los grabados eróticos de la China,
sentadas sobre la máquina de escribir.

Oh, senhor
dijo carajo y corazón
imitaba los versos que su abuelo le leía en la
lejana Argel
sin decir jamás a mí qué me importa la historia
si voy a morir
sabía bien que Vargas Vila no era Kant
veía en las noches más
cerradas el resplandor invisible de la
estrella de Ajax,
no podría matar al Minotauro, como
Teseo,
solo que hubo algo que no salió bien,
algún detalle quizás, y este hombre no fue
lo que pudo haber sido.

Pausada pacientemente lo hemos olvidado todo


la memoria es un agua que se agota,
veo lo mismo que tú ves
y nadie se atreve a minarlo.

129
· entre el cuerpo y la luz ·

El rumor de las hojas batidas por el viento


¿de qué estará hablando?
¿por qué tan de prisa
va la vida hacia la muerte?
poketá poketá poketá
brinca descalzo de la cama y a tientas
entre las flores del patio
el minuto en que solo queda espuma en los
vasos amontonados en el fregadero.
Afuera llueve,
aunque de un modo oblicuo,
estos son los últimos versos.
No remuevas el agua de la laguna no respires.

* Si hacemos un inventario y un análisis minu-


cioso de los libros de poesía cubana publicados en
los últimos quince años, notaremos que LRN, poeta
homenajeado en este texto, no clasifica como “in-
fluencia” significativa de las más recientes promo-
ciones poéticas de la Isla.
Este poema se urdió, casi en su totalidad, con versos
de LRN, que removidos del sitio original que su autor
le deparó, cobran un nuevo significado o sentido, que
quise otorgar con sano arbitrio y acotaciones a su pa-
labra. Con esta otra disposición de su verso, pretendo
modestamente erigir mi tributo.

De Babelia, Ediciones La Luz, Holguín, 2012, pp. 52-55.

130
· poemas y canciones para wichy ·

ELÍAS HENOC PERNUT


(Ciego de Ávila, 1976)

ELÍAS EL TERRIBLE
Y WICHY EL ROJO VISITAN
UN APARTAMENTO SURREALISTA

Para el Cura de Sarita,


de Titón y otros filibusteros

En medio del recuerdo de un atardecer muy lejano


llegamos como los parias al apartamento.
El Cura de la Paz sirvió vino seco con azúcar
en copas de bacará
para que nos imagináramos que era Chapman
en un mundo mejor.
Wichy se reía de ver al Cura discutiendo con
Fayad Jamís
sobre la última reunión ocurrida en el Café Bonaparte;
hablaban del ahorcado como si fuera un mártir
de la independencia
y ninguno de los dos quería perder en su
contienda ancestral.
Nosotros nos encogíamos de hombros en el futuro
como si la discusión hubiera comenzado hace
dos mil años;
después Wichy el Rojo me afirmó pensativo:
“Cuando el Cura de la Paz dialoga con los muertos

131
· entre el cuerpo y la luz ·

no hay dios que lo haga caminar sobre la Historia”.


El tiempo se iba descalzo de aquella habitación,
el Cura de la Paz cocinaba un arroz asturiano
para Wichy
y para mí hacía una exégesis sobre un poema
inexistente;
pero al final me sirvió en uno de sus famosos
platos de porcelana
una ración digna del mismísimo Polifemo.
Nogueras, al verme comer como la muerte,
me daba palmaditas para que no fuera a reventar
y me decía: “Eres el condenado devorador de las
estrellas”.
Luego llegaron las lecturas de los poetas muertos,
entre poema y poema hacía una madrugada remota.
Leímos de todo, desde San Juan hasta Walt Whitman,
y la amargura más puta me vino a sonreír
porque declamaré a Nogueras en un murmullo,
porque comprendí que solo éramos el Cura y yo
en medio de aquel apartamento surrealista.
Éramos dos viejos borrachos de nostalgia
reunidos con todos los fantasmas del silencio,
éramos dos locos insalvables perdidos
[ en la posteridad.

De Silencio anterior a todo ruido. Selección de poetas


avileños, por Herbert Toranzo y Elías Henoc Pernut,
Ediciones Ávila, Ciego de Ávila, 2008, pp. 51-52.

132
· poemas y canciones para wichy ·

LUIS ALBERTO GONZÁLEZ


(La Habana ?)

POESÍA TRUNCA

…que al final iría a tenderse


entre pájaro y árboles.
LUIS ROGELIO NOGUERAS

Dijo que Javier había escrito con tiza


en la pared de su cuarto en lima unos versos de
quevedo,
que rodolfo nunca se reía de la muerte
y que paco urondo sabía de una calle oscura
con aullidos de sirenas.

De roque calló hasta por los codos


y quiso enseñarle canciones a los hijos
donde saltaran los ojos de otto jara
haroldo y leonel.

Después se perdió en sustantivos y melancolías


y quedó su ausencia al final del poema
como una pedrada en el alma o como la razón
inequívoca de la inocencia.
Nadie puede cultivar la longitud de su sombra
ni olvidar en los parques la sonrisa con que
hacerse perdonar.

133
· entre el cuerpo y la luz ·

Si por fin dejó al niño en algún lugar


pocos se percataron de tal insolencia
y siguieron jugándole las bromas de siempre
que convertía en barcos para cruzar
los mares y el cielo.

Ahora dan ganas de saber qué poemas escribes


bajo la hierba de mayo
donde marcas las raíces de los árboles.
En tu luminoso empeño por lo inusual
taumaturgo vegetal que envidiaron los conejos
me como mandarinas y toronjas
con la sorpresa de encontrar algún verso tuyo
en el corazón de las frutas.

De El Caimán Barbudo, Edición Especial no. 4, febre-


ro 1986, p. 15.

134
SEGUNDA PARTE
Amar al cisne salvaje
HEBERTO PADILLA
(Puerta de Golpe, Pinar del Río, 1932-
Estados Unidos, 2000)

NO FUE UN POETA DEL PORVENIR

Dirán un día:
él no tuvo visiones que puedan añadirse
[ a la posteridad.
No poseyó el talento de un profeta.
No encontró esfinges que interrogar
ni hechiceras que leyeran en la mano
[ de su muchacha
el terror con que oían
las noticias y los partes de guerra.
Definitivamente él no fue un poeta del porvenir.
Habló mucho de los tiempos difíciles
y analizó las ruinas,
pero no fue capaz de apuntalarlas.
Siempre anduvo con ceniza en los hombros.
No develó ni siquiera un misterio.
No fue la primera ni la última figura de un cuadrivio.
Octavio Paz ya nunca se ocupará de él.
No será ni un ejemplo en los ensayos de Retamar.
Ni Alomá ni Rodríguez Rivera
Ni Wichy el pelirrojo
se ocuparán de él.
La Estilística tampoco se ocupará de él.
No hubo nada extralógico en su lengua.

137
· entre el cuerpo y la luz ·

Envejeció de claridad.
Fue más directo que un objeto.

De Fuera del juego, Ediciones Unión, 1968, p. 109.

138
· poemas y canciones para wichy ·

HELIO OROVIO
(Santiago de las Vegas, 1938-
La Habana, 2008)

CANCIONES

Canta una canción que se escuche


en el confín del mundo.
NOGUERAS

1
Qué puedo hacer
sin ti
en el mundo.
Viene la mañana, el sol,
y comienza el ritmo de la vida.
Qué puedo hacer
si la noche, las estrellas
vienen sin tu risa,
sin tu canto de siempre.

2
Ven, amor,
que cuando suene el timbre,
como un disparo,
sea tu imagen en mi puerta,
y ante tu voz adolescente
vibre mi cuerpo.
Ay, qué nostalgia de tu piel.
Qué recuerdo tan vivo

139
· entre el cuerpo y la luz ·

de mi guitarra entre tus manos,


mi guitarra,
hecha de la madera de tu carne,
encordada con tu pelo,
fraguada en el sonido de tus labios.

3
Lo único que quiero es tu cuerpo.
No hay, en esta hora,
otra canción,
y aunque afuera sucedan risas,
llantos, festivales,
yo solo quiero tu cuerpo
sudado, inasible,
con la gracia de todas las deidades.

4
Una conversación en la penumbra,
o bajo el sol de la playa caribeña,
sobre la arena de oro,
Adán y Eva del trópico
Ay, qué nostalgia, el corazón
se pone melancólico,
no hay remedio, sólo tu cuerpo
salva, el sonido de tu palabra
como un caracol mágico.

5
Ven, amor,
trae la fuerza de estos días,
el aliento de palmeras y calles

140
· poemas y canciones para wichy ·

transparentes.
Estoy amarrado a tu manera.
Ven con tu cuerpo
y alma, con tu música
hecha de difícil metal.

6
La vida es corta,
construyamos un largo amor,
eterno en la alegría, telúrico,
como una danza milenaria.
Ahoguemos la tristeza,
abre, abramos la puerta,
para que vibren nuestros cuerpos.
Qué puedo hacer
sin ti
en el inmenso mundo.

De Anuario Poesía UNEAC 1994, Ediciones Unión,


1994, pp. 427-428.

141
· entre el cuerpo y la luz ·

WALDO LEYVA
(Remates de Ariosa, Villa Clara, 1943)

POEMA LEVEMENTE ROMÁNTICO

Ama el modo en que ignora


que tú existes
L. R. NOGUERAS

¿Esa mujer ignora que yo la estoy mirando,


que cada gesto suyo me pertenece
ahora que sospecho la temperatura de su piel,
el ritmo de su aliento,
el golpe de su sangre?

¡Que no finja más indiferencia esa mujer,


que levante los ojos,
que se entregue,
que se disponga a inventar conmigo
todos los trucos del amor!

Díganle a esa mujer que yo la estoy mirando,


que verla es una fiesta,
que ahora mismo va a llegar la lluvia
y tendrá entonces que correr desnuda,
desordenando el agua con su pelo,
sembrando pájaros y flores en el aire.

142
· poemas y canciones para wichy ·

Esa mujer no ignora que yo la estoy mirando


y volverá los ojos cuando inicie el viaje.
¿Podrá evitar entonces la partida?

octubre / 1985

De Diálogo de uno, Editorial Letras Cubanas, 1988, p. 18.

143
· entre el cuerpo y la luz ·

JOSÉ LUIS MORENO DEL TORO


(Holguín, 1943)

LA CASA 71

Para Chefa y René; padres


que me la regalaron

–Ya que toda pelota perdida en la niñez


sigue rebotando en la nostalgia.
LUIS ROGELIO NOGUERAS

Los tenues colores del amanecer siguen vistiendo


tus paredes
donde quisieron inscribir los textos del invierno
el tiempo lava tus tejas de palomas y sinsontes.

Un niño descalzo corre dentro de ti


cuenta los mosaicos en la alegría de un carrusel.

Redescubre cada uno de los rincones


en los que sembró sus tesoros y escondió los sueños
que has cuidado de las telas de arañas y del olvido.

Un niño desnudo bebe de la lluvia en tus patios


perfumado en la leche hervida
desde el arco iris una guirnalda de pálidas
[ flores amarillas
cae sobre su cabeza

144
· poemas y canciones para wichy ·

dejando definitivamente el misterio de la navidad


para todos los días
en el penacho de la palma.

Nada es ausencia
aunque ya no estamos alrededor de tu mesa
siguen brotando los manantiales en la calle
bajo nuestros pies
y la ciudad me envuelve, me abraza
como el día que viene del mar
el que llega como beso de mujer, húmedo y caliente.

Holguín.
Octubre y 1985

De Beber de la lluvia, Dirección Provincial de Cultura,


Holguín, 1988, pp. 37-38.

145
· entre el cuerpo y la luz ·

GUILLERMO RODRÍGUEZ RIVERA


(Santiago de Cuba, 1943)

CAIMANES

Jesús está viviendo en algún sitio de Alemania;


Wichy murió al llegar a los cuarenta;
Raúl no sale de su casa después de aquella carta;
Orlando está en la redacción del Herald;
Ricardo Jorge organiza, inútilmente,
el trabajo a lo largo del país;
a Víctor no lo veo hace un año
y aquí estoy yo,
escribiendo estos versos
sobre las ruinas de mi juventud.

De Canta, Ediciones Unión, 2003, p. 157.

146
· poemas y canciones para wichy ·

JUANA GARCÍA ABÁS


(La Habana, 1950)

GANGA

Rebaja en plumas
de cisne doméstico
para evocar
al cisne salvaje.

De Circunloquio, Banco de Ideas Z, La Habana, 1994, p. 8.

147
· entre el cuerpo y la luz ·

PEDRO LÓPEZ CERVIÑO


(Santiago de Cuba, 1955)

MOTIVOS DEL POEMA

Sobre una idea de Wichy Nogueras

Es preciso que espere


los motivos del poema.
De nada vale que intente
hacerlos llegar a la blancura intactos
del papel
con viejas argucias de amanuense.
Tal es el oficio de la espera
que si no llegan a tiempo
–los motivos–
podrá resultar de la escritura
algo que parezca un verso.
Pero al ojo avezado
jamás escapará
que hubo tal
tan solo un esbozo
un atisbo
un dibujo sin pericia.
Pues es sabido
que sin motivos, esos que digo,
jamás habrá un poema
que conmueva

148
· poemas y canciones para wichy ·

al que lo hizo
ni al que al leerlo,
quisiera hacerlo suyo.

De A la espera del juicio. Breviario del divertimento, Co-


lección Quijote Negro, Ediciones Santiago, 2007, p. 20.

149
· entre el cuerpo y la luz ·

LUIS CARLOS SUÁREZ


(Manzanillo, 1955)

IMITANDO UN FINAL DE NOGUERAS

En el muro de una calle, alguien pintó un corazón


con una flecha atravesada y un sencillo mensaje
de amor:
“Juan ama a Yoly”.
Alguien, al pasar, dijo cursi.
Alguien, al pasar, dijo inculto.
Para el pintor anónimo, su corazón en la pared
era sólo el testimonio de que amaba a una muchacha,
y la flecha su dicha o su dolor.
Un corazón en la pared siempre es enigma.
Un corazón en la pared no espera respuestas.

De El regreso del guerrero, Editorial Letras Cubanas,


1996, p. 64.

150
· poemas y canciones para wichy ·

ANTONIO GUERRERO RODRÍGUEZ


(Estados Unidos, 1958)

UNA ESPINELA HERMOSA

A Luis Rogelio Nogueras (Wichy)

Era una espinela hermosa


que apareció ante mis ojos,
hecha de pétalos rojos
de la más sublime rosa.
Era una voz melodiosa
que yo vengo a hacerla mía.
Era lo que él más quería.
Era su niña en un sueño.
Era el padre que era dueño
del don de la poesía.

De Enigmas y otras conversaciones, Ediciones La Me-


moria, Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, La
Habana, 2012, p. 112.

151
· entre el cuerpo y la luz ·

FRANK PADRÓN NODARSE


(Pinar del Río, 1958)

EL RUMOR DEL POLVO

Pasó la fiesta. Sólo se oye el rumor


del polvo que cae desde los retratos
colgados en la oscuridad.
WICHY NOGUERAS

La sala se estaba quedando vacía,


y en el aire
un híbrido de humos, palabras
y pasiones.
Los muebles comenzaban a charlar entre sí,
burlándose de quienes piensan
que ellos mueren y resucitan según la humana
[ necesidad.
Quedaba el agridulce de besos recién desnudos,
[ de risas bailarinas,
de ciertas tristezas abrigadas por la música,
y hasta de una que otra frase suicida.
Florecían en los rincones
montoncitos de ceniza
en su habitual mueca de residuo y olvido,
aunque una pequeña luz, agonizando,
podía distinguirse en ellos.

152
· poemas y canciones para wichy ·

Pero la sala,
la sala se estaba quedando vacía,
la gente la dejaba como si sólo hubiera existido
en función de unas horas ya muertas,
el zapateo,
la bebida derramada,
hasta el pañuelo que alguien olvidó
eran el cuadro nuevo,
el paisaje verídico,
el esqueleto grotesco de un absurdo,
la imagen fidedigna de la vida,
el primer y último rostro de
la soledad.

1998

De Conversación en la luz, Ediciones Holguín, 2006,


pp. 13-14.

153
· entre el cuerpo y la luz ·

DAÍNA CHAVIANO
(La Habana, 1959)

NECROFILIA

A L. R. N.

Mi muerto preferido tiene casi treinta años.


Cada tumba inaugurada es un recuerdo suyo.
En tus ojos vuelvo a verlo,
presencia involuntaria de mi fantasma más tierno
–pecoso gesto en las manos,
y ese olor que aún deseo.
Voy a cerrar los ojos cuando bese tus cabellos,
y otra vez será pasado,
y otra vez serás mi muerto.

De Confesiones eróticas y otros hechizos, Editorial Beta-


nia, Madrid, 1994, p. 44. Aunque en el libro no tiene de-
dicatoria, la autora dice haberlo dedicado a él.

154
· poemas y canciones para wichy ·

JESÚS MACHADO
(Colombia, Las Tunas, 1960)

IDENTIDAD

China tiene sus arcanos


China tiene sus secretos
China tiene sus murallas
infranqueables.
L. R. NOGUERAS

A Vivian

Amor todo lo tengo previsto


Tengo previsto
un encuentro con la historia
hablaremos de las razas del lugar
[ innombrable
en el tiempo
de los ojos azules de Elvis y de Julián
que pintaba muñecas negras en un país sin costas
mientras tú y yo hacíamos el amor
entre Sirio y Orión
Y te dije esto será un sacrilegio
al estilo de tus antepasados
Pero no lo olvides
aquí dentro habitan mis murallas.

De Últimas prolongaciones, Editorial Sanlope, Las Tu-


nas, 2008, p. 24.

155
· entre el cuerpo y la luz ·

JUAN I. SIAM
(Holguín, 1960)

ETERNA LECCIÓN DE HISTORIA

...Y Apollinaire, el soldado polaco Wilhelm


Apollinaris de Kostrowitzky,
enterrado hasta la cintura en el fango
de la trinchera de Lyon...
LUIS ROGELIO NOGUERAS

Tantas historias.
Tantas preguntas.
BERTOLT BRECHT

Cuando la ola de enfurecidos belgas,


ascendía la colina, incontenible,
el portaestandarte de la 10a legión,
Furio Camilo,
notó el destello de la lanza que se acercaba,
y tuvo apenas tiempo de colocarse como escudo,
entre ésta y el desprevenido y aún no divino,
Procónsul Cayo Julio César,
quien recibió en sus brazos al hombre atravesado,
que bañó de sangre su ya púrpura y legendario
[ manto,
mientras entre estertores,
le decía ininteligible
la frase que recogería Polibio:
“César, bienvenida sea la muerte en tus brazos”,

156
· poemas y canciones para wichy ·

y Jean Paulus Mille, teniente francés de infantería


que en la noche del 19 de Julio de 1815,
con un formidable tajo en la frente
(que se nota en todos sus retratos posteriores),
formado firmemente en cuadro,
calada la bayoneta y el sable frente a sí,
hundido en un lodazal de fango y sangre
y bajo las órdenes del legendario Comandante
[ Cambrone,
respondió a la petición “Ríndanse, valerosos
[ franceses”,
no con la dura respuesta de su comandante,
sino con una mil veces más impublicable
y apretó el gatillo,
para sentir como la metralla inglesa, se llevaba
su respuesta y sus piernas
y no morir hasta una mañana apacible de 1853,
sesenta y dos años antes que una noche infernal
[ de 1915,
en que el brigada inglés Richard Vicet,
adormilado en la trinchera,
en su última noche en la batalla del Marne,
salvara a su compañía gritando, “Gases y alemanes
[ al asalto”
mientras se colocaba la careta en el rostro
y la bayoneta se hundía en su garganta
(al menos así lo representa la estatua que
[ en su honor hizo
un discípulo de Rodín),
y al unísono de su grito desgarrante,
mientras el afilado bambú

157
· entre el cuerpo y la luz ·

de la trampa que había hecho accionar con el pie


penetrara por entre sus piernas,
el soldadito en primera misión
John Smith, del 10° de Infantería,
disparaba como por instinto su arma al aire,
(portada de NewsWeek, mayo 1967),
avisando a sus compañeros
cuya muerte, no habría cambiado
el rumbo de la guerra y el genocidio,
y si habría hecho llorar a decenas de madres más.
Pasaban así sus ejemplos de valor, a formar parte de la
historia para educar a futuras generaciones,
con el único inconveniente que,
lastimosamente,
estos ejemplos son falsos.

20-11-93

De Mentiras objetivas, Fundación Colegio del Rey, Al-


calá de Henares, España, 1996, pp. 71-73.

158
· poemas y canciones para wichy ·

LILLIAN ÁLVAREZ
(La Habana, 1962)

CABIZBAJO, AMOROSO, CANSADO YA de huir


y reponerse, convencido y seguro por primera vez,
como se llega a los brazos de una madre, el cisne se
rindió. No hay peligro, no hay arqueros, no hay caza-
dor de arcabuz ni piedra vieja, no hay motivos.
Una caricia de cinco dedos, no un destello. No el
contacto tibio ni la anónima humedad de la noche.
Tu voz siempre fue un eco huérfano, tus manos
rasgaban la nada entre lo perdido. ¿Te acuerdas?
Ahora él te siente frío –lo noto en el zalamero ges-
to con que, aún dormido, esquiva tu jugueteo– le aca-
ricias con un curvo oficio que no adviertes. ¿Cuándo
tus manos tomaron esa extraña forma?
Él lo sabe, lo siente en su plumaje.
Tu palabra cayó y los pájaros levantaron el vuelo,
tu canción descansa y tu voz no se remonta más allá
de tus ojos.
El cisne despierta, se revuelve en un estertor que
acerca muerte y libertad. Grita. Se sacude.
No le asustes.
El cisne salvaje no es un ave. Es un animal del ho-
rizonte.
Rebelde de las calmas, altivo en todos los cansan-
cios.
Su sueño no te pertenece, tampoco ya su dócil ju-
gueteo.

159
· entre el cuerpo y la luz ·

Picotea hasta sangrar las manos amansadas, aun-


que sean las tuyas, que una vez amó.
Va en busca de nuevos peligros y mágicos amores
pero te trae la noticia:
Ya estás muerto.
No intentes acariciarlo, ámalo,
ámalo una vez más, si puedes, en su suave lejanía.
Ama al cisne salvaje.

De Como un cristal temblando, poemario inédito.

160
· poemas y canciones para wichy ·

ALPIDIO ALONSO GRAU


(Venegas, Sancti Spíritus, 1963)

CISNE SALVAJE

Confórmate con su salvaje lejanía,


con su ajena belleza.
LUIS ROGELIO NOGUERAS

Aunque tú no lo sepas,
eres ya mía, muchacha ensimismada
en la ventanilla de este tren
en que viajamos juntos.
Yo te miro en la fila opuesta,
distraída en lo hondo del paisaje,
y es como si de toda la vida te conociera.
Puedo apostar a que adivino
lo que estás pensando.
Tú no lo sabes,
pero para mí la felicidad
se parece a este momento
en que te contemplo
ausente de todo,
niña en tu soledad,
de nosotros ida,
despojada de toda música
como no sea la de tu simple belleza,
intocable allí en tu ventanilla, como si nada,

161
· entre el cuerpo y la luz ·

cual si fuéramos los únicos


pasajeros de este tren infinito
donde ahora te poseo
y siento piedad por los que nunca
merecieron un momento así,
y donde me obligo al silencio,
(no me muevo casi)
para no despertarte,
para que se demore tu letargo
y que tu infancia dure;
no vaya a ser que levantes vuelo,
no sea que con un gesto se derrumbe
toda la eternidad
que es este instante.

De Tardos soles que miro, Casa Editora Abril, 2007,


pp. 64-65.

162
· poemas y canciones para wichy ·

BERTHA CALUFF
(Santa Clara, 1964)

CISNES SALVAJES

Ama al cisne salvaje.


LUIS ROGELIO NOGUERAS

Cisnes salvajes que navegan


en el agua que morada se dibuja.
Siluetas breves, silenciosas,
al pincel amadas,
dóciles, fieles,
sucediéndose unas tras otras.

Cisnes salvajes
que imperceptiblemente nadan,
sin variar las formas,
los contornos
que en las aguas, moradas,
se dibujan,
sobre la porcelana
de un antiguo jarrón familiar.

Cisnes salvajes, que testigos


de la risa sois
mientras, eternamente,

163
· entre el cuerpo y la luz ·

contempláis juntarse los reflejos


amorosos del agua.

Cisnes,
¡oh cisnes salvajes!

De imagen tras la Imagen, Ediciones Sed de Belleza,


Santa Clara, 2000, p. 80.

164
· poemas y canciones para wichy ·

ALMELIO CALDERÓN
(La Habana, 1966)

ESCAMAS

no se esfumen las nubes


de mi infancia
no se esfumen los viejos deseos.
UNNO AHL

la noticia vino de santiago


en un sobre sin sueño
que abuelo está para dejarnos
que tiene una hernia de 83 estrellas en el estómago
el hígado como un mapa
que su corazón se convirtió en una espada
y que grita como otro niño
porque quiere sembrar sus pañales
antes de irse al país de la noche
tía le prestó su calcomanía de soledad
papá triste como un mago que no le salen los trucos
mamá que ha empezado a llenar con llantos
[ sus maletas
sabe que la vida es así de charco
(yo también lo sé)
un tiempo que no alcanza ni para tejer una mariposa
la noticia despertó los rincones de la casa
trajo al silencio para que formara su reino
la noticia rompió las alas de un espejo

165
· entre el cuerpo y la luz ·

dejó un payaso a medio sonreír


abuela no quiere hablar más que de gallos
yo no sé qué hacer a quién preguntar
si con arena y deseo y deseo
se puede volver a repellar un abuelo.

De Un grupo avanza silencioso, antología de poetas cu-


banos 1958-1972, selección de Gaspar Aguilera Díaz,
ICL, Colección Un libro para Cuba, México, 1994, p. 205.

166
· poemas y canciones para wichy ·

MABEL DÍEZ OCHOA


(Segundo Frente,
Santiago de Cuba, 1968)

NIEBLA
(POR “PÉRDIDA DEL POEMA
DE AMOR LLAMADO «NIEBLA»”)

Cruzo la Vía Blanca


y palidecen los semáforos
MARGARITA ALDANÁS

¿Dónde quedó el milagro, la noticia,


el misterio develado?
¿Dónde la verdad de una mujer errante
y los avíos que atardecen sin remedio
y su primera noche,
su noche?
¿Qué teléfono escuchó su voz en la niebla
y tanto amor terriblemente detenido?

De Scheherazada, Ediciones Matanzas, 2004, p. 42.

167
· entre el cuerpo y la luz ·

YANIRA MARIMÓN
(Matanzas, 1971)

PUDO HABER SUCEDIDO

Veo el fuego de los otros


en la noche de los otros
y sigo de largo.
LUIS ROGELIO NOGUERAS

Pude tener otro nombre


ser sólo una mujer común
de vuelta siempre a su rincón
que mirase pasar a los otros
en la noche de los otros
bajo el cielo de los otros
sin percibir cómo el tiempo
lastra la piel y anquilosa la memoria

pudo haber sucedido


el mundo entonces sería más inocuo
más simple.

De La sombra infinita de los vencidos, Ediciones Alda-


bón, Matanzas, 2005, p. 60.

168
· poemas y canciones para wichy ·

DEMIÁN RABILERO
(Santiago de Cuba, 1972)

IMITACIÓN DE UNA MALA


TRADUCCIÓN DE BUKOWSKI
PERO TAMBIÉN DE NOGUERAS
PERO TAMBIÉN DE LA MALA POESÍA
QUE NACE EN LOS OSCUROS
CALLEJONES PERO
DE ESTE CADÁVER EXQUISITO
SOLO NACERÁN FLORES

Me he marchado
y he llegado a la casa
no para usar palabras como
sacrificio y el sentir de tu ausencia
sino solo para masturbarme con el ser que no fuiste
y el milagro de los dos cigarrillos sobre el escritorio
y agua y yogur de soya en el congelador
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
y este es sencillamente tu poema prometido
mi querida Branca Novoneyra.

De Palabra de suicida, Ediciones Santiago, 2012, p. 33.

169
· entre el cuerpo y la luz ·

CELIO LUIS ACOSTA


(Nueva Paz, 1976)

SONETO RUIN

A Ody, sola.

Quien bien te quiere


mal te canta.
L. R. N.

La maternal simpleza de la tarde,


su espejismo de niña que delata
amparan la curiosa letanía
de la sombra que eres, desolada.

Nadie al reclamo de tus ojos llega;


nadie aunque todos te codicien mansa:
el abismo lo has hecho para suerte
de mi furia y temor desencontrados.

Si te vuelves de pronto a descubrirme


solo sabrás del rastro que dejaras;
estoy hablando a solas y soy viejo

170
· poemas y canciones para wichy ·

acá donde la rama se nos seca


estoy hablando a solas, pero pinto,
este soneto ruin que aquí se acaba.

De Revista Jácara, año II, no. 4, 1996, p. 15. Curiosamen-


te, este mismo soneto apareció publicado en la revista
Alma Mater, firmado erróneamente por Larry Javier
González.

171
· entre el cuerpo y la luz ·

ARIESKY CASTILLO
(Cruces, Cienfuegos, 1979)

ENSAYO DEL ÁRBOL DEMENTE

El árbol, que nació y creció para esas palabras.


LUIS ROGELIO NOGUERAS

Pensé que mis oraciones y salmos


irían a buscarte,
que hallarías mi voz bajo el trillo de las velas,
el olor a incienso
para no respirar el grito,
la añoranza que arde en esta isla
de profetas desnudos.
Pensé que una noche me soñarías
al besar tu crucifijo
pariendo peces y volcanes,
bajo la sed del viajero
que muerde cada minuto tu nombre
despojado de respuestas.
Pensé pedirles alas a los ángeles,
descubrir tu edén sin horizonte,
la atroz metamorfosis,
lo infinito,
la llama de tu sexo y mi ceniza.
Pensé resucitar en tu novela,
derretir cobardes con tu sombra,

172
· poemas y canciones para wichy ·

burlarme de la luz,
ser un vampiro,
envenenarme en tu alma hasta los huesos,
pisotear el adiós y pecar,
pecar como un demente sin cansancio.
Pero los pájaros te ocultaron mi otoño,
mis galeones de laurel
y mis señales,
los corceles del viento y los cocuyos.
Hoy navegan tantas hojas sobre el agua,
no lo sabe mi flor,
pero va quemando esta piel el rugido, la tortura
de tus manos.
Menos mal que pensé reencarnaciones,
un futuro en tu carne de mensajes
y poetas.

De www.isliada.org/poesia/2012/07

173
· entre el cuerpo y la luz ·

MOISÉS MAYÁN FERNÁNDEZ


(Holguín, 1983)

SOBRE UNOS VERSOS


DE LUIS ROGELIO NOGUERAS

–Robinson Jeffers–

Oh, adorador de los lagos silenciosos, el cisne sal-


vaje debe ser salvajemente amado. No intentes otra
fórmula. Amarlo, por ejemplo, con los mimos de loros
y canarios, sería para él una ofensa imperdonable.

Separa los juncos de la orilla y confórmate con su


ajena belleza. Ama el modo en que ignora que existe.
Ámalo libre. Si asustado por tu necedad emprende el
vuelo, jamás te lo perdonarías.

De El monte de los transfigurados, Editorial El Mar y


la Montaña, Guantánamo, 2009, p. 37.

174
· poemas y canciones para wichy ·

ÁNIDA SANTIESTEBAN
(La Tunas, 195?)

ENTRA EN MI JARDÍN LA NOCHE LOCA

La mano lívida del alba toca.


GIOVANNI CINO

Entra en mi jardín la noche loca


ilumina la sombra murmurando
suspira el verso triste cuando
la mano lívida del alba toca.

Entra en mi jardín besa mi boca


la noche loca con aquel zafiro
tirita el dulce tulipán y miro
¡la mano lívida del alba toca!

Gime un corazón pronto solloza


la sábana infiel sonríe y goza
como un testigo fino se levanta.

Dibuja las arrugas, los olores


conserva para siempre los sabores
y firme como el sol sirve de manta.

De Revista Arboleda, Palma de Mallorca, España, año


XIII, no. 51, junio 1999, p. 1500.

175
DE LOS AUTORES
Acosta, Celio Luis. Poeta, reside en Guatemala.
Participó en el Grupo Literario Jácara; publicó Poe-
mas dedicados (1996).
Alonso Grau, Alpidio. Poeta y director de la re-
vista Amnios. Ha publicado La casa como un árbol
(1995), Alucinaciones en el jardín de Ana (1995), El
árbol en los ojos (1998), Ciudades del viento (2000) y
Tardos soles que miro (2007). Es autor de El tiempo
está a favor de los pequeños. Versos cubanos para Roque
Dalton (2008).
Álvarez, Lillian. Poetisa y abogada. Tiene publi-
cados Ni el aire ni el espejo (2002), Ya los reyes no
existen (2010). Su ensayo Derecho de ¿autor? El debate
de hoy (2006), obtuvo el premio de la Crítica Científi-
co-Técnica. Trabaja para el Capítulo Cubano de la Red
de intelectuales, artistas y luchadores sociales “En
defensa de la humanidad”.
Ballester Ortiz, Lucía. Poetisa, narradora y pin-
tora. Licenciada en Historia del Arte, reside en Estados

179
· entre el cuerpo y la luz ·

Unidos. Ha publicado Áreas exclusivas señalizadas


(1990), En la décima noche de saturno (1992), Poemas
domésticos (2005) y Una suma de frágiles combates
(2005).
Barnet, Miguel. Poeta, narrador, ensayista, pre-
sidente de la UNEAC y de la Fundación Fernando
Ortiz, Premio Nacional de Literatura 1994. Ha publi-
cado Biografía de un cimarrón (1966), Canción de Ra-
chel (1969), Gallego (1983), La vida real (1986), Oficio
de ángel (1999), así como La fuente viva (1998) y Autó-
grafos cubanos (1999), La piedrafina y el pavorreal
(1963), Isla de güijes (1964), La sagrada familia (1967),
Orikis y otros poemas (1980), entre otras.
Bobes León, Marilyn. Poetisa y narradora. Tie-
ne publicados La aguja en un pajar (1979, Premio
David), Hallar el modo (1989), Alguien tiene que llorar
(1996, Premio Casa), Revi(c)itaciones y homenajes
(1998), Alguien tiene que llorar otra vez (1999), Im-
presiones y comentarios (2003), Fiebre de invierno
(2005, Premio Casa).
Calderón Fornaris, Almelio. Poeta. Reside en Es-
paña. Publicó Fragmentos para un caballo de aire (1987)
y Las provincias del alma (1992).
Caluff Pagés, Bertha. Poetisa, filóloga. Realizó la
Bibliografía de las Ediciones Vigía (1987) y la antología
de poetas Ellos pisan el césped (1988). Ha publicado
Casa de Sabra (1989), Cumpleaños del pato (1990),
Tiranía del mito (1994), Imagen tras la Imagen (2000),
entre otros.
Campanioni, Iván Gerardo. Poeta. Ha publica-
do Las criaturas (2008).

180
· poemas y canciones para wichy ·

Casaus, Víctor. Escritor, cineasta, periodista.


Dirige el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.
Ha publicado Todos los días del mundo (1967), Entre
nosotros (1978), Amar sin papeles (1980), Los ojos sobre
el pañuelo (1982, Premio Rubén Darío), Silvio: que le-
vante la mano la guitarra (en coautoría con Luis Ro-
gelio Nogueras, 1984), De un tiempo a esta parte (1985),
Maravilla del mundo (1989), El libro de María (2002),
Mientras cae la lluvia (2005), Perfume y secuencia de
mujer (2008). También Girón en la memoria (1971),
Pablo: con el filo de la hoja (1983), Otro tiempo, otro
vivir (1984), entre otras.
Castillo Reyes, Ariesky. Poeta y narrador, ha pu-
blicado el cuaderno de décimas Donde me habitan los
cuervos (2004) y aparece en las antologías Viajando al
Sur y Esta cárcel de aire puro (2011). Es autor de la no-
vela Y jamás lo sabrás.
Chaviano, Daína. Poetisa, narradora y actriz. Ha
publicado Los mundos que amo (1980), Amoroso plane-
ta (1983), Historias de hadas para adultos (1986), Fábu-
las de una abuela extraterrestre (1988), El abrevadero de
los dinosaurios (1990), País de dragones (2001), La isla
de los amores infinitos (2006), entre otros.
Chibás Ortiz, Felipe. Poeta y profesor, ha publi-
cado Amor vs Amor (2001), Creatividad+dinámica de
grupo ¿eureka! (2002), En la cintura de Brasil / Na
cintura de Brasil (1997), Leyenda personal / Lenda
pessoal (1997), y Mientras teje la araña su tela de cristal
/ While the spider weaves its crystal web (1995).
Conte, Antonio. Poeta y narrador. Publicó Afiche
rojo (1969), Con la prisa del fuego (1979), En el tronco
de un árbol (1985), Ausencias y peldaños (1996) y
Definición del humo (2003), entre otros.

181
· entre el cuerpo y la luz ·

Contreras, Félix. Poeta y periodista. Ha publica-


do El fulano tiempo (1968); Debía venir alguien (1972),
Cuaderno para el que va a nacer (1978), Corazón se-
mejante al tuyo (1987), Álbum de vida (2003), Para
você, para vos (2006); también Porque tienen filin
(1991), Gardelianas y Así es la rosa (1992), La música
cubana: una cuestión personal (2001) y Yo conocí a
Benny Moré (2002).
Cos Causse, Jesús. Poeta y periodista. Publicó
Con el mismo violín (1970, Premio 26 de Julio), El úl-
timo trovador (1975), Las canciones de los héroes
(1975), Escribo Fidel (1976), De antaño (1979), Las
islas y las luciérnagas (1981), Leyenda del amor (1986),
Balada de un tambor y otros poemas (1987, Premio
Julián del Casal), entre otros, y póstumamente Cró-
nica del crepúsculo (2012).
Curbelo, Jesús David. Poeta, ensayista, traduc-
tor y narrador, dirige el Centro Cultural Dulce María
Loynaz. Ha publicado, entre otros, Insomnios (1994),
Extraplagiario (1995), Salvado por la danza (1995,
Premio David), El lobo y el centauro (2001), Cirios
(2002), Apología del silencio (2003), entre otros.
De Feria, Lina. Poetisa y ensayista. Ha obtenido
en varias oportunidades el Premio de la Crítica. Tie-
ne publicados Casa que no existía (1967, Premio Da-
vid), A mansalva de los años (1990), Espiral en tierra
(1991), El ojo milenario (1995), Los rituales del inocen-
te (1996), El mar de las invenciones (1999), Libro de los
equívocos (2001, Premio Raúl Hernández Novás), Ante
la pérdida del safari a la jungla (2009, Premio Nicolás
Guillén), entre otros.

182
· poemas y canciones para wichy ·

Del Llano Rodríguez, Eduardo. Guionista cine-


matográfico, poeta y narrador. Coguionista de los
filmes Alicia en el pueblo de maravillas, Kleines Tro-
pikana, La vida es silbar (guión, Premio del Festival
de Cine de Sundance), Hacerse el sueco, Madrigal, La
película de Ana. Tiene publicados Los doce apóstatas
(1994), Obstáculo (1997), Tres (2002), entre otros.
Díaz Castro, Fidel. Trovador y periodista. Dirige
El Caimán Barbudo. Ha publicado los libros El diablo
ilustrado (2004) y Confesiones (2006). En coautoría
con Bladimir Zamora, Cualquier flor… de la trova
tradicional cubana (2005), Una guitarra, un buen
amor (2007) y Trovadores de la herejía (2012).
Diego, Eliseo. Poeta, narrador, traductor y ensa-
yista. Premio Nacional de Literatura 1986 y Premio
Juan Rulfo 1993. Publicó En la Calzada de Jesús del
Monte (1949), Por los extraños pueblos (1958), El os-
curo esplendor (1966), Muestrario del Mundo o Libro
de las Maravillas de Boloña (1967), Versiones (1970),
Los días de tu vida (1977), A través de mi espejo (1981),
Inventario de asombros (1982), Soñar despierto (1988),
Cuatro de Oros (1990), Conversación con los difuntos
(1991), En otro reino frágil (1999), Poemas al margen
(2000), En las oscuras manos del olvido (1942), Diver-
timentos (1946), Noticias de la Quimera (1975), Libro
de quizás y de quién sabe (1989); póstumamente apa-
reció su Obra poética (2001).
Díez Ochoa, Mabel. Poetisa y narradora. Licen-
ciada en Lengua Inglesa, reside en Matanzas. Ha pu-
blicado Mirarse en Nínive (2001).

183
· entre el cuerpo y la luz ·

Fernández, Pablo Armando. Poeta, narrador y


ensayista, miembro de la Academia Cubana de la Len-
gua. Premio Nacional de Literatura 1996. Ha publica-
do Los niños se despiden (1968), El vientre del pez
(1989), Otro golpe de dados (1993), El talismán y otras
evocaciones (1995), Salterio y lamentación (1953), Toda
la poesía (1961), Libro de los héroes (1964), Un sitio
permanente (1970), Aprendiendo a morir (1983), Cam-
po de amor y de batalla (1984), El sueño, la razón (1988),
Ronda de encantamiento (1990), Libro de la vida (1997),
Reinos de la aurora (2001), Escalas de ascenso (2002),
así como De memorias y anhelos, entre otros.
Fernández Retamar, Roberto. Poeta y ensayista.
Preside la Casa de las Américas. Ha obtenido el Premio
Latinoamericano Rubén Darío, el Premio Internacio-
nal Pérez Bonalde, y el Premio Nacional de Literatura
en 1989. Ha publicado Elegía como un himno (1950),
Patrias (1952), En su lugar, la poesía (1959), Con las
mismas manos (1962), Historia antigua (1964), Buena
suerte viviendo (1967), Que veremos arder (1970), A
quien pueda interesar (1970), Cuaderno paralelo (1973),
Circunstancia de poesía (1974), Revolución nuestra,
amor nuestro (1976), Palabra de mi pueblo (1980),
Juana y otros poemas personales (1981), Poeta en La
Habana (1982), Hacia la nueva (1989), Algo semejante
a los monstruos antediluvianos (1994), Las cosas del
corazón (1994), Aquí (1995), Esta especie de poema
(1999), Versos (1999), entre otros.
Fuentes, Jorge. Poeta, narrador y realizador de
cine y televisión. Tiene publicados Los que nacieron
conmigo (1971), Cuentos de fangs y de bubis. Cuentos
africanos (1985), Caballo de arena (México, 1991) y
Kandiafra (2012).

184
· poemas y canciones para wichy ·

García Abás, Juana. Poetisa y traductora. Obtu-


vo el Premio Nicolás Guillén de poesía y el de Crítica
de Artes Guy Pérez Cisneros. Ha publicado Circunlo-
quio (2006).
García Guridi, Juan Carlos. Poeta. Ha publica-
do Country club (2001), Salvar la décima (2003),
Norias (2007) y El sitio donde aún (2009).
Guerrero Rodríguez, Antonio. Poeta y artista
plástico. Como sus compañeros Gerardo Hernández
Nordelo, Fernando González Llort, Ramón Labañino
Salazar y René González Sehwerert, fue sentenciado
a larga e injusta condena, en un juicio amañado cele-
brado en Miami en 1998, por luchar contra el terro-
rismo que se ha realizado durante décadas contra
Cuba desde esa ciudad. Ha publicado, entre otros,
Desde mi altura (2001), Soledad para mis Soledades
(2011), Enigmas y otras conversaciones (2012) y La
verdad me nombra (2013).
González, Luis Alberto. Poeta. No se encontra-
ron otros datos sobre el autor.
González Busto, Manuel. Poeta. Tiene publicados
Magio la rotura de mis flautas (1991), La muerte es una
trampa pública (1991), Confesiones de un loco descreído
(1993), Último incendio en la memoria (1993), Caram-
ba, Manuel (1994), Testamento del loco (1998), La noche
del visionario (2002), Poemas de cuando el hombre pudo
razonar (2005), Adán: evidencia de los límites (2008),
Cartas a Giselle (2010).
González Pérez, Milagros. Poetisa. Aparece en
las antologías Yo te conozco, amor y Silvio, te debo esta
canción.

185
· entre el cuerpo y la luz ·

González Seik, Gilberto. Poeta. Dirige el Centro


Cultural Lalita Curbelo Barberán. Ha publicado Cruzar
la raya (1991) y El país más pequeño del aire (2011).
Henoc Pernut, Elías. Poeta y pintor. Aparece en
la antología Arribos de la luz.
Hernández Novás, Raúl. Poeta. Publicó Da Capo
(1982), Enigma de las aguas (1983, Premio 13 de Marzo),
Embajador en el horizonte (1984), Al más cercano amigo
(1987), Animal civil (1987, Premio Julián del Casal),
Sonetos a Gelsomina (1991), y póstumos Atlas salta
(1995), Amnios (1998, Premio José Lezama Lima).
Herrera Ysla, Nelson. Poeta y crítico de artes
plásticas. Participó en la fundación del Centro Wifre-
do Lam –en el que es especialista principal y curador–,
y de la Bienal de La Habana. Obtuvo el Premio Críti-
ca de Arte Guy Pérez Cisneros y ha publicado La tierra
que hoy florece (1977, Premio 13 de Marzo), Escrito
con amor (1979), El amor es una cosa esplendorosa
(1983), Poemas (1987), Amor poesía eres tú (1991),
entre otros.
Jamís, Fayad. Poeta, pintor, traductor, editor.
Publicó Brújula (1949), Los párpados y el polvo (1954),
Vagabundo del alba (1959), Cuatro poemas en China
(1961), Los puentes (1962), Por esta libertad (1962,
Premio Casa), La victoria de Playa Girón (1964), Cuer-
pos (1966), La pedrada (1972), Abrí la verja de hierro
(1973); póstumamente, Entre la muerte y el alba
(1994) e Historia de un hombre (1995), entre otras.
Leyva Portal, Waldo. Poeta y diplomático, obtuvo
el Premio Casa de las Américas. Ha publicado De la
ciudad y sus héroes (1976), Con mucha piel de gente
(1982), El polvo de los caminos (1984), El rasguño en la

186
· poemas y canciones para wichy ·

piedra (1995), Memoria del porvenir (1999), El dardo y


la manzana (2000), La distancia y el tiempo (2003),
Ocultas claves para la memoria (2005), De la máscara
y la voz (2006), Breve antología del tiempo (2008),
Asonancia del tiempo (2009), Los signos del comienzo
(2009).
López Cerviño, Pedro. Poeta y guionista de tele-
visión. Trabaja en el Canal Educativo. Ha publicado
Nueve sueños de abril (1978), Otra historia de abril
(1989), No se puede matar al timonel (2002), Oreja de
campesino (2005) y Trazados en el mapa (2008).
Machado, Eloy, El Ambia. Poeta y promotor
cultural. Ha publicado Caimán lloró (1984), Poesía
(1989), Jacinta ceiba frondosa (1992), Callejón del
suspiro (1993), Vagón de mezcla (1998), Del 1 al 6
la vida (1999), Por mi pura (2003) y Okán La Ocha
(2011).
Machado, Jesús. Poeta. Tiene publicado Últimas
prolongaciones (2008).
Marimón, Yanira. Poetisa, editora y narradora.
Ha publicado Apología del recuento (2002), La sombra
infinita de los vencidos (2005), Donde van a morir las
mariposas (2006) y Contemplación vs. acto (2009, Pre-
mio de la Crítica).
Mayán Fernández, Moisés. Poeta y narrador.
Trabaja como especialista en Ediciones Holguín. Ha
publicado Fábula del cazador tardío (2007) y Cuando
septiembre acabe (2010).
Merino Pérez, Youre. Poeta. Ha publicado Anti-
pop (2006), Flemas (2008), Babelia (2009) y Déjà-vu
(2010).

187
· entre el cuerpo y la luz ·

Moreno del Toro, José Luis. Poeta, doctor en me-


dicina. Ha publicado Va... pué... Poemas casi nicara-
güenses (1983), Beber de la lluvia (1988), Del agua y los
signos (1991), Poemas de Granada (1995), Aguas del
espejo (1995), La otra mordida de la manzana (1997),
Cantigas salvadas (2000), Agualuna del otoño (2002),
Violeta ya no vive aquí (2003), Mar de leva. Poesía es-
cogida (2006).
Orovio, Helio. Poeta y musicólogo. Autor de los
poemarios Este amor (1964), Contra la luna (1970), El
huracán y la palma (1980) y La cuerda entre los dedos
(1991); además, Música por el Caribe (1990), Dicciona-
rio de la música cubana (1992), Músicos de Cuba (2002)
y Las dos mitades de Calviño (2000).
Ortiz Rodríguez, Rigoberto. Poeta y promotor
cultural. Ha publicado Quitar la máscara al espejo
(1991).
Padilla Lorenzo, Heberto. Poeta y narrador.
Publicó Las rosas audaces (1949), El justo tiempo
humano (1962), La hora (1964), Fuera del juego (1968,
Premio UNEAC), Provocaciones (1973), El hombre
junto al mar (1981), Un puente, una casa de piedra
(1998); póstumamente, Puerta de Golpe (2013) y Una
época para hablar (2013), así como En mi jardín pas-
tan los héroes (1981) y La mala memoria (1989).
Padrón Nodarse, Frank. Poeta, narrador, ensa-
yista y crítico cinematográfico. Ha publicado Más allá
de la linterna (2000), La profesión maldita (2005),
Conversación en la luz (2006), Sinfonía inconclusa
para cine cubano (2008), Eros-iones (2001), Las cela-

188
· poemas y canciones para wichy ·

das de Narciso (2006) y Los latidos del espejo (2008),


entre otros.
Pita, Luis Lexandel. Poeta, trabaja como especia-
lista literario. Ha publicado Oficios para el olvido
(2000), Poemas del tonto (2000), Delirios del escriba
(2002), Beethoven, cuarteto para una melancolía
(2002), Diálogo en soledad (2005), Ritos de la prima-
vera (2006) e Hijos del tiempo (2007).
Quiñones, Alfonso. Poeta, traductor y periodista.
Reside en República Dominicana. Tiene publicados Y
tú atraviesas la noche (1991) y La herradura en la puer-
ta (1994). Obtuvo el Premio David con Cuarto alqui-
lado.
Rabilero del Castillo, Demián. Poeta y realizador
cinematográfico. Ha obtenido en dos ocasiones el pre-
mio de los Juegos Florales de Santiago de Cuba. Tiene
publicado Todas las despedidas del mundo (2004) y
Palabra de suicida (2012).
Reyes, Luis Yusseff. Poeta. Dirige Ediciones La
Luz. Ha publicado, entre otros, El traidor a las palo-
mas (2002), Vals de los cuerpos cortados (2004), Yo
me llamaba Antonio Boccardo (2004), Esquema de la
impura rosa (2004), Golpear las ventanas (2004), Los
frutos de Taormina (2010) y Aspersores (2012, Premio
Nicolás Guillén).
Rodríguez Colón, Olga. Poetisa y declamadora.
Publicó los libros Palma real, Naranja y sol y Poemas
policiales (1993).
Rodríguez Domínguez, Silvio. Trovador. Su dis-
cografía está integrada por Días y flores (1975), Al final
de este viaje (1978), Mujeres (1978), Rabo de nube

189
· entre el cuerpo y la luz ·

(1980), Unicornio (1982), Tríptico (1984), Causas y aza-


res (1986), Oh, melancolía (1988), Silvio (1992), Rodrí-
guez (1994), Domínguez (1996), Descartes (1998),
Mariposas (1989), Expedición (2002), Cita con ángeles
(2003), Érase que se era (2006), Segunda cita (2009),
entre otros. Ha recibido, entre otras distinciones, el
Premio Nacional de Música 2004 y Premio del ALBA
Cultural de las Artes 2010, conferido por el Fondo Cul-
tural de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América (ALBA). Asimismo, fue galardonado,
junto a Joan Manuel Serrat, como el mejor cantautor
hispanoamericano de la segunda mitad del pasado siglo
y en 1997 como Artista Unesco por la Paz.
Rodríguez Gutiérrez, Milena. Poetisa y ensayista.
Doctora en Filología Hispánica por la Universidad de
Granada. Ha publicado El pan nuestro de cada día
(1998), Alicia en el país de Lo Ya Visto (2001) y El otro
lado (2006).
Rodríguez Rivera, Guillermo. Poeta, narrador,
crítico, ensayista y profesor universitario. Tiene
publicados Cambio de impresiones (1966), El cuarto
círculo (1976, en colaboración con Luis Rogelio No-
gueras), En carne propia (1983), Para salir del siglo
XX (1994), Sobre la historia del tropo poético (1985),
Ensayos voluntarios (1984), Alguien (1996), La otra
imagen (1999), Crónicas del relámpago (2008), Por
los caminos de la mar los cubanos, o Nosotros los cu-
banos (2006), Ya que te vas (2006), Canción de amor
en tierra extraña (2007) y El libro rojo (2012).
Sánchez Crespo, Osvaldo. Poeta y guionista cine-
matográfico. Reside en México. Publicó Matar al últi-
mo venado (1981, Premio David).

190
· poemas y canciones para wichy ·

Santiesteban, Ánida. Poetisa residente en la pro-


vincia de Las Tunas. No se hallaron otros datos sobre la
autora.
Serret Yéndez, Alberto. Poeta y narrador. Entre
sus libros se encuentran Figuras soñadas y cantadas
(1981), Cordeles de humo (1987), Escrito para Osmani
(1987, Premio de la Crítica), El mediodía y la sombra
(2010), así como Un día de otro planeta (1986), Con-
sultorio terrícola (1988), Los asesinos las prefieren
rubias (1990), entre otros.
Siam Arias, Juan I. Poeta, narrador y profesor
universitario. Ha publicado Silencios antiguos (1990,
Premio Alcalá de Henares), Y aún sigo sus huellas
(1996), Mentiras objetivas (1996) y Cementerio de ele-
fantes (2004).
Suárez Cobián, Armando. Poeta y cineasta. Re-
side en Estados Unidos. Ha publicado Corre ve y dile
(1986).
Suárez Reyes, Luis Carlos. Poeta y escritor para
niños. Tiene publicados Las cigüeñas no vienen de
París (1989), Todo el mar era mío (1989), La loma de
los gatos (1999), El regreso del guerrero (1996), Cuen-
ta la calabaza (2000), Galerías interiores (2003),
Papeles nevados (2003), entre otros.
Valdés Zamora, Armando. Poeta y ensayista.
Licenciado en Filología por la Universidad Central
de Las Villas Marta Abreu y Doctor por la Universidad
de la Sorbona, París, donde reside y trabaja.
Valdés, Zoe. Poetisa y narradora. Reside en Fran-
cia. Ha publicado Respuestas para vivir (1986), Todo
para una sombra (1986), Sangre azul (1993), La hija

191
· entre el cuerpo y la luz ·

del embajador (1995), La nada cotidiana (1995), Có-


lera de ángeles (1996), entre otras.
Vital, Alberto. Poeta, narrador, ensayista. Doc-
tor en Filología por la Universidad de Hamburgo, es
investigador y profesor de la Universidad Nacional
Autónoma de México y autor de las novelas Teatro de
ángeles (1984), Jardín errante (1998), Tractatus vitae
(2002), Headhunters (2003) y 1970-2002 (2004).
Entre sus estudios dedicados a la vida y obra de Rul-
fo se encuentran Lenguaje y poder en Pedro Páramo
(1993) y Juan Rulfo (1998).

192
HOMENAJE FOTOGRÁFICO
A WICHY
Wichy niño
Con su mamá

Con su papá
Wichy joven
Junto a Nicolás Guillén
Con la trovadora Norma Helena Gadea y Víctor Casaus, en Nicaragua

Junto a Nelson Herrera Ysla


Leyendo poemas junto al trovador Silvio Rodríguez
Junto a Guillermo Rodríguez Rivera
Reconocimiento a Wichy firmado por nuestro líder histórico
Fidel Castro Ruz
En Casa de las Américas, junto a Pablo Milanés, Silvio Rodríguez
y Víctor Casaus
Con Germán Piniella, Víctor Casaus, Silvio Rodríguez
y Eduardo Heras León
Manuscritos de Wichy
Junto al poeta José Zacarías Tallet
Wichy en la ciudad de Praga
Con el poeta Fayad Jamís

Con Silvio Rodríguez, Sergio Corrieri y Víctor Casaus, en el Palacio


de Convenciones de La Habana
Junto al documentalista Bernabé Hernández, en Viet Nam
Invitación de la exposición Mirar al Rojo, realizada por el
Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau en 1997
Con Guillermo Rodríguez Rivera, Víctor Casaus, Raúl Rive-
ro, Antonio Conte, César Vallejo y Silvio Rodríguez (Montaje
fotográfico de Raúl Macías)
Caricatura de Juan David
Con su hermana Ámbar, en un cartel apócrifo

Foto intervenida por el propio Wichy


Junto a Víctor Casaus
Portadas del CD de la colección Palabra viva dedicado a Wichy
y del libro De nube en nube, ambos publicados por el Centro
Cultural Pablo de la Torriente Brau
Índice

PALABRAS PARA EL ROJO / 7

INTRODUCCIÓN / 11

PRIMERA PARTE
El convite de los amigos / 15

Eliseo Diego
RESPUESTA / 17
Pablo Armando Fernández
MURIÓ ADONAIS / 18
Roberto Fernández Retamar
NOSOTROS, LOS SOBREVIVIENTES / 21
Fayad Jamís
MEJOR ES LEVANTARSE / 24
Olga Rodríguez Colón
SOBREVIVIENTE / 26
Félix Contreras
HOMBRE DE MALA SUERTE / 27
LRN: UN CASO PARA INVESTIGAR / 28
EPITAFIO / 30
PERFECCIÓN / 32
Miguel Barnet
ANTE LA TUMBA
DEL POETA DESCONOCIDO / 34
Eloy Machado, El Ambia
Y SI MUERO MAÑUNGA? CAMÁN LLORÓ / 35
Iván Gerardo Campanioni
LAS COSAS DE LA VIDA / 37
Guillermo Rodríguez Rivera
CANTA / 40
Waldo Leyva Portal
DESPACHO CABLEGRÁFICO / 42
Rigoberto Ortiz Rodríguez
VOLVER URGENTE PARA HACERLE
UN EPITAFIO A LA TRISTEZA / 44
Milagros González
CABEZA DE ZANAHORIA / 46
ODA MÍNIMA A LA LEALTAD / 50
Antonio Conte
RETABLO PARA WICHY / 51
Víctor Casaus
PRIMER PLANO / 54
ANTES DE ESCRIBIR
UN TESTIMONIO SOBRE WICHY / 56
Jesús Cos Causse
RETRATO AL ÓLEO / 62
Lina de Feria
II. EN LOS TÉMPANOS DE HIELO… / 64
Jorge Fuentes
TODAS LAS NOCHES
SON AQUELLA NOCHE / 66
Silvio Rodríguez
CANCIÓN DEL TROVADOR ERRANTE / 67
LA TONADA INASIBLE / 69
Gilberto González Seik
CLANDESTINOS / 71
Nelson Herrera Ysla
APROXIMACIONES EN TORNO A / 73
IMITACIÓN DE CABEZA / 75
TODO DUERME MENOS TU NOMBRE / 80
Alberto Serret
POR QUÉ NO DICEN LA VERDAD,
POR QUÉ / 84
Raúl Hernández Novás
EN LA MUERTE DE UN POETA / 86
Lucía Ballester
ALGO / 87
Marilyn Bobes
VARIACIONES SOBRE UN CISNE SALVAJE / 88
Luis Carlos Suárez
LA CASA DE LOS SUEÑOS / 89
Pedro López Cerviño
INFLACIÓN / 93
Manuel González Busto
EBRIEDAD DE LOS CREDOS / 95
Armando Suárez Cobián
LA YERBA NO LLEGA A CUBRIRLO TODO / 96
Osvaldo Sánchez
LOS CISNES DE JAFFA / 98
Frank Padrón Nodarse
DE NUEVO EL CISNE / 100
HACE TREINTA AÑOS, O MÁS... / 102
Alberto Vital
ATRIBUIDO A UN REY / 104
Daína Chaviano
CARTA DE AMOR A UN POETA MUERTO / 106
Alfonso Quiñones
HISTORIOGRAFÍA
DE UNOS VERSOS MALOS / 108
Zoe Valdés
TODO PARA UNA SOMBRA / 110
Fidel Díaz Castro
NO BUSQUES LA MUJER / 113
Eduardo del Llano Rodríguez
A LA MANERA DE L.R.N. / 115
Armando Valdés Zamora
COMO UN REGRESO DE TU AUSENCIA / 116
Felipe Chibás Ortiz
YO AMO AL CISNE SALVAJE / 118
Jesús David Curbelo
XI (LA MODA DICTA
AL VERSO UN GIRO ROJO…) / 120
Juan Carlos García Guridi
WICHY: 1985 / 121
Milena Rodríguez Gutiérrez
HOMENAJE EN NEGRO / 122
Luis Lexandel Pita
INVENTARIO A CONTRALUZ / 124
Luis Yusseff Reyes
LOS INSOSPECHADOS
CISNES DE ROBINSON JEFFERS / 126
Youre Merino
IMITACIÓN DE UN POETA / 127
Elías Henoc Pernut
ELÍAS EL TERRIBLE Y WICHY EL ROJO
VISITAN UN APARTAMENTO
SURREALISTA / 131
Luis Alberto González
POESÍA TRUNCA / 133

SEGUNDA PARTE
Amar al cisne salvaje / 135

Heberto Padilla
NO FUE UN POETA DEL PORVENIR / 137
Helio Orovio
CANCIONES / 139
Waldo Leyva
POEMA LEVEMENTE ROMÁNTICO / 142
José Luis Moreno del Toro
LA CASA 71 / 144
Guillermo Rodríguez Rivera
CAIMANES / 146
Juana García Abás
GANGA / 147
Pedro López Cerviño
MOTIVOS DEL POEMA / 148
Luis Carlos Suárez
IMITANDO UN FINAL DE NOGUERAS / 150
Antonio Guerrero Rodríguez
UNA ESPINELA HERMOSA / 151
Frank Padrón Nodarse
EL RUMOR DEL POLVO / 152
Daína Chaviano
NECROFILIA / 154
Jesús Machado
IDENTIDAD / 155
Juan I. Siam
ETERNA LECCIÓN DE HISTORIA / 156
Lillian Álvarez
CABIZBAJO, AMOROSO, CANSADO YA… / 159
Alpidio Alonso
CISNE SALVAJE / 161
Bertha Caluff
CISNES SALVAJES / 163
Almelio Calderón
ESCAMAS / 165
Mabel Diez Ochoa
NIEBLA (POR “PÉRDIDA
DEL POEMA DE AMOR
LLAMADO «NIEBLA»”) / 167
Yanira Marimón
PUDO HABER SUCEDIDO / 168
Demián Rabilero
IMITACIÓN DE UNA MALA TRADUCCIÓN
DE BUKOWSKI PERO TAMBIÉN
DE NOGUERAS PERO
TAMBIÉN DE LA MALA POESÍA
QUE NACE EN LOS OSCUROS CALLEJONES
PERO DE ESTE CADÁVER EXQUISITO
SOLO NACERÁN FLORES / 169
Celio Luis Acosta
SONETO RUIN / 170
Ariesky Castillo
ENSAYO DEL ÁRBOL DEMENTE / 172
Moisés Mayán Fernández
SOBRE UNOS VERSOS
DE LUIS ROGELIO NOGUERAS / 174
Ánida Santiesteban
ENTRA EN MI JARDÍN
LA NOCHE LOCA / 175

DE LOS AUTORES / 177

HOMENAJE FOTOGRÁFICO A WICHY / 193

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