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FAREM-Chontales
Tema:
Asignatura:
Farmacología Clínica.
Autores:
Docente:
Las úlceras pépticas son defectos de la mucosa gástrica o intestinal mayores a 5mm
que se extienden a través de la muscular de la mucosa. Su patogénesis es
multifactorial y parte del desbalance entre los factores protectores y agresores en la
mucosa gastrointestinal.
Una revisión sistemática de EUP estimó una incidencia anual de úlcera diagnosticada
por el médico de 0.1 a 0.19% y de 0.03 a 0.17% diagnosticadas durante la
hospitalización3. La incidencia agrupada y la tasa de sangrado (0.019 vs 0.024)
para la UG y UD son comparables mientras que la de perforación es mayor en la
UD (0.0055 vs 0.0014). Ambos tipos de úlceras aumentan su incidencia y riesgo
de complicaciones con la edad siendo el riesgo de sangrado 13 veces mayor en
pacientes ˃70 años que en ˂40 años. (Hernández & Costes, 2018, pág: 3)
En cuanto a la prevalencia, se estima que es de 0.12 a 1.5% por año basadas en el
diagnóstico del médico y de 0.1 a 0.19% basado en hospitalizados, siendo la
prevalencia de por vida de aproximadamente 12% en hombres y 10% en mujeres.
II. OBJETIVOS.
multifactoriales.
1. Inflamación inducida por infección: H. pylori, CMV, HSV-1, TB, sífilis,
etc.
2. Lesión por medicamentos: aspirina, AINES, quioterapia, esteroides, etc.
3. Trauma mecánico: úlceras de Cameron, balones, funduplicatura de Nissen.
4. Lesión caústica: radiación. Compromiso vascular: isquemia, vasculitis, fumado.
5. Condiciones inflamatorias idiopáticas: Crohn, Behcet, sarcoidosis,
mastocitosis.
6. Psicosociales: estrés, quemaduras, lesión SNC. Post ablación de mucosa.
Idiopática.
7. Agravamiento por fumado.
8. Neoplasias
9. Hipersecreción ácida: Síndrome Zollinger- Ellison
III.3. Fisiopatología
Producción de ácido: En el estómago hay tres tipos de glándulas: las oxínticas que poseen
células parietales, las pilóricas que tienen células productoras de gastrina (células G) y las
mucosas, productoras del moco gástrico. Las oxìnticas ocupan el 80 % y las pilóricas el
20% restante.
Interacción celular : La célula parietal se ve influenciada por múltiples factores que llevan
a la producción de ácido o a inhibir este proceso. Los factores que promueven la formación
de ácido son la histamina, la acetilcolina y la gastrina, cada una proveniente del mastocito,
célula colinérgica y de la célula pilórica, respectivamente.
III.4. Clínica
Los pacientes con UD tienden a ser más jóvenes, frecuentemente entre los 30 y 55
años, mientras que las UG ocurren entre los 55 y 70 años, con una incidencia
mayor en la sexta década. Aproximadamente 70% de las úlceras pépticas son
asintomáticas siendo los adultos mayores y los individuos con uso de AINES los
más frecuentes16.
Manejo médico ambulatorio Esta es la área de intervención más precoz y donde la práctica
médica debe focalizarse. El médico general debe realizar el manejo de la patología en el
90% de casos por el servicio de consulta externa.
Se deben promover estilos de vida saludables para evitar los factores promotores de la
enfermedad como la prevención del consumo de alcohol, AINES y de cigarrillo, así como
una dieta corriente con tres comidas diarias y con horario regular.
III.5.1.Neutralizantes ácidos:
Características.
Ejerce una rápida acción neutralizante que genera cloruro sódico y dióxido de carbono. El
exceso de bicarbonato accede de forma rápida al intestino, donde se absorbe y puede dar
lugar a alcalosis metabólica con alcalinización de la orina. Este antiácido puede inducir
distensión abdominal y flatulencia debido a la rápida producción de dióxido de carbono.
Co1no consecuencia de la elevada carga de sodio asociada a la ingestión de este antiácido,
su uso no se considera recomendable.
III.5.2.Sucralfato:
Es un complejo octosulfato de sucrosa y aluminio que tiene acción citoprotectora dada por
la formación de complejos adherentes con las proteínas en la base de la úlcera, estimula la
síntesis de prostaglandinas endógenas. Se usa en dosis de 4 gr al día , dividido en 4 tomas
con una tasa de cicatrización del 80 % en 4 semanas.
Farmacocinética.
Tras su administración oral, el sucralfato ejerce una acción local sobre la mucosa gástrica.
La mayor parte se excreta por heces; sólo una pequeña proporción se absorbe (3-5 o/o de la
dosis ingerida) y se elimina por la orina de forma inalterada. Teniendo en cuenta que el
sucralfato requiere un medio ácido para su activación, se recomienda su administración
antes de las comidas; por la misma razón se debe evitar el uso conjunto con antiácidos y, si
es necesario, espaciar las dosis.
Interacciones farmacológicas.
Efectos adversos:
El primero en aparecer fue la cimetidina, pero aparecieron otros más potentes como la
ranitidina y la famotidina. Tienen un porcentaje de cicatrización a las cuatro semanas del
80%. La dosificación recomendada por seis semanas es: cimetidina 800 mg día,ranitidina
300 mg día, famotidina 40 mg día.
No tienen efecto sobre el H. pylori, por lo que su uso se restringe al manejo de EAP no
relacionada con H. pylori.
Mecanismo de acción.
Los antagonistas del receptor H2 inhiben la secreción ácida gástrica por bloqueo
competitivo y reversible de los receptores H2 de hista1nina localizados en la membrana
basolateral de la célula parietal. Tras su unión, impiden que la histamina se una a su
receptor, con lo que inhiben también, de forma parcial, la secreción estimulada por la
gastrina y la acetilcolina, puesto que la histamina participa en el efecto estimulante de estos
secretagogos.
Acciones farmacológicas.
Los antagonistas del receptor H2 inhiben de forma importante la secreción basal, por lo que
son particularmente eficaces para la supresión de la secreción ácida nocturna. Asimismo,
inhiben de forma parcial la secreción inducida por diversos estímulos, corno la gastrina,
aunque la potencia inhibidora difiere entre los distintos fármacos.
Farmacocinética.
Interacciones farmacológicas.
La inhibición de la actividad del sistema citocro1no P-450 por parte de la cimetidina
interfería en la eliminación hheptica de fármacos como teofilina, warfarina, antidepresivos
tricíclicos y difenilhidantoína. La inhibición de dicho sistema por parte de la ranitidina es
rnenos in1portante y no se relaciona con interacciones de gran interés clínico. El
incremento de pH intralu1ninal asociado al trata1nien-to con antagonistas del receptor H2
reduce la absorción de fármacos como el kecoconazol. Por el contrario, la biodisponibilidad
de los antagonistas H2 se reduce por el uso concomitante de algunos antiácidos, como el
hidróxido de magnesio y el hidróxido de alurninio, por lo que es conveniente un intervalo
de dosificación de, al menos, 2 horas en caso de ser necesaria la adn1inistración conjunta.
Efectos adversos.
Entre los más comunes cabe destacar diarrea, fatiga, estreñimiento, cefalea y dolor
muscular. Efectos adversos de mayor entidad clínica (alteraciones hormonales, tolerancia,
etc.) fueron atribuidos especialmente a la cimetidina cuando se utilizaba en dosis elevadas y
durante períodos prolongados.
Características farmacológicas.
1. Son profármacos que requieren un medio ácido para su activación, únicamente
presente en el canalículo secretor de la célula parietal.
- Omeprazol, lansoprazol, pantoprazol y esomeprazol: pK. 4.
- Rabeprazol: pK. 5.
2. Inhiben la H/K-ATPasa de forma irreversible, inhibiendo la se-creción ácida
gástrica en cualquier circunstancia.
3. Se administran en una dosis única al día, al menos 1 hora antes del desayuno, o dos
veces al día, antes del desayuno y de la cena.
4. No deben administrarse con fármacos que alteren el pH intra-gástrico. • Son
fármacos seguros que no requieren ajuste de dosis en cir-cunstancias en las que su
aclaramiento se ve reducido.
5. En tratamientos prolongados se ha de considerar una posible reducción en la
absorción de calcio y vitamina B2, así como una posible disminución en los efectos
antiagregantes del clopido-grel.
Acciones farmacológicas.
Los IBP inhiben de for1na dosis-dependiente la secreción ácida gástrica basal y la inducida
por cualquier clase de estí-mulo, incluidos los alimentos. Debido al incremento de pH que
inducen, inhiben la conversión de pepsinógeno en pepsina. Poseen capacidad de inhibir el
crecimiento de H pylori in vitro, aunque su administración in vivo sólo consigue erradicar
el 10-15 o/o de los casos. Esta propiedad ha favorecido su utilización en las pautas de
erradicación de H pylori, en las que los IBP se consideran los antisecretores de elección,
principalmente debido al hecho de que potencian la acción bactericida de la claritromicina
(antibiótico utilizado en la erradicación de H pylori) como consecuencia del incremento de
pH gástrico que generan.
Farmacocinética
Debido a su pK., los IBP se inaccivan con rapidez en el me-dio ácido del estómago, siendo
necesaria para la ad1ni11iscra-ción oral su formulación con cubierta entérica. Se absorben
en el duodeno y, en general, presentan buena biodisponibilidad sistémica (tabla 34-1 ),
aunque en el caso del omepra-zol ésta es del 35 o/o tras una dosis oral y se incrementa hasta
el 60-65 o/o tras la adnuniscración de dosis repetidas, proba-blemente debido al incremento
del pH gástrico. Existe buena correlación entre el grado de inhibición de la secreción ácida
gástrica inducido por estos fármacos y el área bajo la curva de niveles plasmáticos. Se
metabolizan en el hígado, siendo de especial ünportancia para la mayoría de los IBP el
sisten1a citocromo P-450, principaln1ente las isoenzimas CYP2Cl9 y CYP3A4. Se
transforman completamente en merabolitos inactivos antes de ser excretados por la orina
(80 %) o por la bilis (20 %), con excepción del lansoprazol, cuya eliminación renal es de
alrededor del 30 %.
Efectos adversos.
Entre los efectos adversos más comunes se encuentran diarrea, náuseas/vómi-tos, cefaleas y
dolor abdo1ninal, que se manifiestan de fonna dosis-dependiente. Aunque se desconocen
los 1necanismos implicados, en pacientes de edad avanzada se ha detectado mayor
incidencia de nefritis intersticial aguda. El uso cróni-co de estos fármacos produce
hipergastrir1emia, que se ha relacionado con hiperplasia de las ECL o expansión de la masa
de células parietales. Sin embargo, tras muchos años de utilización de estos fármacos, no
hay evidencias de que los IBP incrementen el riesgo de cáncer.
Una vez que el paciente tolera la vía oral, debe iniciarse IBP VO BID, tratar por
H. Pylori si es positivo, eliminar los AINES en la medida de lo posible, detener la
aspirina si el status cardiovascular lo permite, repetir la endoscopía a las 8-12
semanas en caso de UG para excluir neoplasia o UD gigantes y cambiar a dosis
plenas de antagonistas de receptor H2 a las 4 semanas si los estudios por H. pylori
son negativos.
III.6. Abordaje de la Helicobacter Pylori.
Se trata de una bacteria Gram negativa productora de ureasa que se encuentra en la mucosa
gástrica y ha sido clasificado como carcinógena y una causa definitiva de cáncer gástrico en
el ser humano.
Los más importantes mecanismos protectores se alojan en las células de la mucosa gástrica
que secretan moco, en sus 2 fases tanto sol como gel. Este constituye la barrera más eficaz
de protección gástrica contra la acción del acido. Igualmente importante es la producción
del ion bicarbonato en la célula mucosa y su paso a la luz gástrica, allí, éste entra en
contacto con los hidrogeniones producidos por la célula parietal, formando agua e
hidróxido de carbono impidiendo que éstos (el H+), al unirse con el cloro, formen mayor
cantidad de acido clorhídrico.
La pauta más frecuente combina durante 1 semana un IBP con claritromicina y amoxicilina
(o con metronidazol en caso de alergias a penicilinas), logrando tasas de erradicación del 80
y 85% y tasas de cicatrización al 100% independientemente de que las úlceras sean
duodenales o gástricas.
En los regímenes de tratamiento para H. pylori, todos los estudios llevan a recomendar el
siguiente esquema, con tasa de erradicación del 86-95%,es :
IV. BIBLIOGRAFIA.
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y de la ulceración mucosa digestiva. Capitulo 44, pág: 708 – 718. EL SEVIER.
Sexta edición.
2. Velázquez 2017. Farmacología básica y clínica. Farmacología de la secreción
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3. Costes & Hernández 2015, Actualización en Enfermedad Ácido Péptica, Revista
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Titulo I.
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6. Sierra (2014) Tratamiento Ideal del Helicobacter Pylori: Una revisión sistemática,
Revista de Gastroenterología de México, Vol. 79, pág: 28 – 49.