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¿Qué es y qué podemos hacer con un aula virtual?

Introducción

La situación extraordinaria por la que atravesamos frente a la pandemia nos ha puesto en el desafío de
buscar respuestas para acompañar a nuestros/as alumnos/as en el marco de las instituciones en las
que trabajamos. Sabemos de la importancia de mantener la escuela abierta, aun sin asistir
presencialmente a ella, y del esfuerzo realizado en el aislamiento generando estrategias diversas para
sostener el intercambio y la continuidad educativa con los y las alumnos/as, lo que ha confirmado una
vez más el compromiso de muchos/as docentes y estudiantes de la formación docente.

El aula es un espacio material y una estructura comunicativa.


Las aulas virtuales vienen a aportar ese espacio pensado para los mismos
fines que la escuela presencial. Pero esto no implica que una clase virtual sea
lo mismo que una presencial, aun cuando esta se dicte de manera
sincrónica por videoconferencia.

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Cuando estamos en nuestras instituciones el “afuera”, permanece en otra dimensión. El espacio aula
nos permite un tiempo y un lugar para desarrollar nuestra tarea. En la virtualidad, los mismos
artefactos que nos permiten vincularnos con el mundo exterior son los que nos acercan a la
formación.

Hemos probado en este tiempo especial que la escuela se mantuvo al frente para afrontar los desafíos.
Los docentes comprendieron inmediatamente que el vínculo no podía cortarse y se pusieron al
hombro la monumental tarea de sostenerlo a pesar de las dificultades propias de cada región, la falta
de habilidades tecnológicas, en algunos casos, y/o la falta de recursos en otros.

Seguramente, se abrirán innumerables investigaciones y conclusiones dada la diversidad de


experiencias recopiladas, los aprendizajes adquiridos por los alumnos y por los propios docentes. En
este momento, la conclusión más cercana es que estos cambios, si bien se dieron por un fenómeno
extraordinario y en forma abrupta, abren las puertas a una nueva modalidad que ya no va a
abandonarnos que es el b-learning (blended learning) o modalidad mixta de aprendizaje, en el cual se
combinan los encuentros virtuales con los encuentros presenciales. Como quiera uno llamarlo, este
modelo combina la educación en el aula y en línea.

Docentes Conectados

Les proponemos observar este video de Flavia Terigi en Docentes Conectados sobre la
educación en tiempos de pandemia.

https://www.youtube.com/watch?v=Hpl-QhkIVOI&feature=emb_logo

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La educación mixta se integra en línea con las actividades presenciales tradicionales de una manera
planificada y pedagógicamente valiosa. Utiliza tecnología en línea no solo para complementar, sino
también para transformar y mejorar el proceso de aprendizaje. No obstante, esto no significa que un
profesor pueda simplemente iniciar un aula virtual, subir material, videos, o utilizar el chat; el
aprendizaje combinado en estos espacios es exitoso cuando la tecnología y la enseñanza se informan
entre sí para atraer a los estudiantes y resignifican el aprendizaje personalizado. La educación en línea
no es un suplemento, sino que implica un cambio de juego. No se la puede ver como una expresión
simbólica que demarca la brecha entre la educación tradicional y el aprendizaje conectado,
entendiendo que solo lo digital implica futuro y lo demás es viejo y se debe desechar. Se trata de
conjugar experiencias positivas de uno y otro modelo, hacia una nueva forma en donde ambos se
interconectan.

Algunos ejemplos

Estudiantes que realizan un trabajo grupal “cara a cara” en un salón de clases y luego van a sus casas
para analizar ese trabajo, reconectarse a su propio ritmo para enriquecerlo y, más tarde, volver al salón
para recibir asesoría del profesor y avanzar así dentro un proceso continuo.

También, lo que se conoce como aprendizaje invertido, un enfoque pedagógico en el que la instrucción
directa se realiza fuera del aula y el tiempo presencial se utiliza para desarrollar actividades de
aprendizaje significativo y personalizado.

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En el método tradicional el contenido educativo se presenta en el aula y las actividades de
práctica se asignan para realizarse en casa. El Aprendizaje invertido da un giro a dicho
método, mejorando la experiencia en el aula (Fulton, 2014, pp. 3-4) al impartir la instrucción
directa fuera del tiempo de clase –generalmente a través de videos–. Esto libera tiempo para
realizar actividades de aprendizaje más significativas tales como: discusiones,
ejercicios, laboratorios, proyectos, entre otras, y también, para propiciar la colaboración
entre los propios estudiantes (Pearson, 2013, p. 5).

Aprendizaje invertido. Reporte Edu Trends

Cada estudiante tiene una gama de fortalezas y requisitos diferentes, y un enfoque de aprendizaje
combinado permite a los profesores reconocer esto. Cuando se les da la capacidad de utilizar
herramientas de las esferas tradicionales y digitales, los profesores pueden presentar la información
necesaria de varias maneras diferentes, diseñadas para adaptarse a los diferentes estilos de
aprendizaje de sus alumnos.

Por todo esto, queremos proponerles algunas ideas que puedan permitirles a cada uno/a de
ustedes el armado de sus “clases” y, a sus cursantes, la administración personal de su
tiempo. En formación docente, tenemos la ventaja de que nuestros/as cursantes son
adultos/as y son capaces de autorregularse mediante nuestra ayuda y apoyo.

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Caracterización del trabajo docente en la escuela hoy

Exceden los objetivos de esta clase desarrollar todos los cambios que se llevaron a cabo sobre la
formación y el trabajo docente a través de tantas décadas: cambios políticos y económicos a nivel
internacional, con fuerte impacto en la región; también, cambios en materia cultural y educativa,
etcétera. Frases como “todos los sólidos se desvanecen”, “la modernidad no cumplió con sus
promesas”, “aldea global”, “tiempos de incertidumbre”, “existen varias infancias”, sintetizan algunos
modos ver de las transformaciones en las últimas décadas.

Sin embargo, algunas transformaciones que caracterizan hoy el trabajo docente, lejos de revelarse
como cambios, se presentan en las prácticas como tensiones:

En la situación de pandemia, las tensiones


cobraron fuerza y el rol docente, necesariamente, se replanteó.

Se revalorizó la tarea. Aquellas frases que sugerían que no es necesaria la


escuela y "que todo está en Internet" cayeron al vacío por falaces.

Es una situación que nos convoca a todos en nuestra tarea educadora


y nos impone repensar recursos y estrategias para intentar acompañar a
nuestras y nuestros estudiantes en este momento.

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¿Qué traen las TIC al trabajo docente?

Volver a pensar el trabajo docente en relación a las tecnologías digitales

Las tecnologías digitales resultan potentes dispensadores de información y exigen repensar la función
transmisora del trabajo docente. Hoy profesoras y profesores difícilmente podemos competir con
estos nuevos soportes en su dimensión informativa. La idea que el maestro y la maestra son una
fuente de información es una afirmación de la modernidad, hoy el desafío para los educadores va más
allá, es ser fuentes de formación y no tanto de información, es habilitar la capacidad de hacer buenas
preguntas y no tanto de disponer respuestas para todo. Se trata de construir nuevas relaciones con la
información, facilitando otras competencias orientadas hacia: la búsqueda, la selección, el
procesamiento, la valoración crítica, el descubrimiento, la investigación, la creación y la invención de
nuevos discursos repletos de “otras autorías”.

La sociedad de la información requiere que los educadores aprendan a enseñar de forma diferente a
como fueron enseñados (Hargreaves, 2000) y las TIC pueden brindar oportunidades para transformar
ciertas prácticas y ciertos “métodos”. El trabajo es doble, por un lado, pensar nuestros estudiantes
como habitantes de diversos universos culturales (la familia, la escuela y las pantallas) y, por otro,
pensar a nuestros estudiantes también como habitantes de diversidad, de universos culturales entre
los cuales las tecnologías digitales ocupan un lugar central. Se trata de pensar nuestra intervención a
partir de la construcción de diálogos entre estos universos.

Algunos autores han subrayado la importancia de la escuela como espacio de interrupción de


la injusticia y desigualdad en el acceso los bienes sociales. Ese señalamiento no contradice, por el
contrario, abona, al que subraya la necesidad de producir lazos y diálogos entre la diversidad de
contextos en los cuales los niños y jóvenes forman parte. A su vez, la escuela frecuentemente parecería

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dejar al margen el mundo visual al que están expuestos los niños y niñas y centrar su oferta en la
escritura, es por ello que se vuelve necesario encontrar formas conciliadoras entre la cultura de la
imagen, la de la escritura, la de la reflexión y la de la emoción. Por todo esto, siempre apostando al rol
igualador de la escuela, es que nos parece oportuno preguntarnos sobre estas cuestiones.

La pregunta, siempre en sentido polifónico, nos habilita como formadores y habilita a los estudiantes
a arriesgar distintas respuestas. Respuestas que podrán incluir reflexiones acerca de cómo las TIC
pueden colaborar en la comprensión de la igualdad y la diferencia en la escuela en forma dinámica y
respetuosa de la diversidad. Sabemos que no serán solo las TIC las que hagan este proceso; estamos
convencidos de que la manera de lograr que la escuela reconquiste su sentido de transmisión es
acercándonos e integrándonos.

Párrafos extraídos de Las transformaciones del trabajo docente y las tecnologías digitales.
Especialización Docente en educación y TIC. Vanesa Casal y Lidia Roccella.

Vinculado a lo anterior, la distancia nos obliga a pensar fuertemente en nuestros destinatarios. Daniel
Prieto Castillo nos trae una reflexión sobre el tema y sobre los relatos binarios que construimos.

Comencemos por una de las condiciones básicas de cualquier sistema a distancia (cualquier
sistema educativo en realidad): conocer al estudiante. No se trata solamente de conocerlo por
su nombre o su etapa del desarrollo, sino de tomar conocimiento de su situación social y de su
cultura. Un sistema a distancia necesita, como fundamento de todo su trabajo, ser culto en la
cultura de sus estudiantes. Más aún, un sistema a distancia necesita alimentarse de la cultura
de sus estudiantes. Esto no se improvisa, requiere tiempo, interacciones, convivencia y mutuo
aprendizaje.

Los estudiantes de un sistema a distancia están siempre en una determinada situación social,
trabajan desde ella, en ella. En el aula todo es distinto, porque el alumno sale de su cotidianidad
para incorporarse a espacios y reglamentos. Por lo tanto, en nuestra modalidad hace falta
conocer la situación social del alumno.

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Los estudiantes de un sistema a distancia jamás están solos. Aprenden de nuestros materiales y
orientaciones, pero lo hacen siempre en contexto. Aprenden entre otros, con otros. Un proyecto
de este tipo no puede desconocer el contexto como complemento necesario de cualquier texto,
sea impreso, radial, electrónico.

La cuestión no consiste en qué cantidad de información puedo transmitir a un estudiante, la


cuestión es qué hace un estudiante en su contexto con la información y qué información aporta
al proceso desde su contexto.

Un estudiante a distancia es tan estudiante como uno en situación de presencialidad. La


diferencia es que necesita oír nuestra voz aunque no estemos ante él, y nuestra voz se oye
cuando hablamos, dialogamos, conversamos desde todos los materiales destinados al
aprendizaje, conversamos por escrito.

Un estudiante a distancia no resuelve sus necesidades de aprendizaje a través de un texto.


Como ser en situación, desde la cual y con la cual aprende, un estudiante necesita, se merece
trabajar en entornos de aprendizaje. Un entorno de aprendizaje incluye elementos mediadores y
seres humanos. Son elementos mediadores los materiales ofrecidos por la institución
responsable del sistema a distancia, pero también todos los objetos, espacios, imágenes que
forman parte de la vida cotidiana del estudiante.

Un elemento mediador de infinitas posibilidades está representado en nuestro tiempo por las
tecnologías de la información y de la comunicación. Son seres humanos valiosos para el
aprendizaje los tutores y educadores de la institución, pero también, y de manera fundamental,
todos quienes forman parte de la vida cotidiana del estudiante.

Un estudiante a distancia no agota sus necesidades de aprendizaje con la mera apropiación de


informaciones y de conceptos. El círculo del aprendizaje se completa cuando alguien hace algo
con lo aprendido y cuando es capaz de comunicar sus experiencias de aprendizaje. El ámbito del
hacer y de expresión del estudiante es su vida cotidiana, es su comunidad. No basta el hecho de
que se proceda a comunicar al educador lo aprendido.

Daniel Prieto Castillo (2015)

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Un espacio de comunicación

El aula, tanto la presencial como la virtual, como todos sabemos, es un espacio de comunicación
multimedial.

Como señala el ya mencionado Daniel Prieto Castillo, "Insistimos: el hecho educativo es profunda,
esencialmente comunicacional. La relación pedagógica es en su fundamento una relación entre seres
que se comunican, que interactúan, que se construyen en la interlocución".

Es un desafío importante para todos lograr establecer vínculos, generar espacios de aprendizajes y
tender puentes a los estudiantes, no solo hacia los contenidos que se deben trabajar, sino también a la
construcción de los futuros docentes en todos sus aspectos sociales, humanos, laborales, etcétera.

En las aulas virtuales el desafío es mayor, ya que la comunicación mediada por la tecnología implica
necesariamente más esfuerzo en la generación de vínculos naturales, en el armado de redes, etc. No
obstante, una vez comenzados los procesos, los caminos pueden ser más fluidos incluso que en la
presencialidad, donde los tiempos de cada materia marcan el ritmo de las vinculaciones.

En este marco de educación, a distancia forzosa, la necesidad de sostener el vínculo pedagógico y


humano nos impone la necesidad de adecuar nuestras prácticas habituales a una realidad más
compleja, más mediada y más desigual en muchos aspectos.

Es importante ayudar a nuestras y nuestros estudiantes a utilizar cada espacio en su especificidad y


desarrollar estrategias comunicativas que les servirán también como procesos formativos.

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Existen herramientas que posibilitan diferentes modos de comunicarse, más o menos formales, más o
menos profundos. No es lo mismo una sala de chat que un foro de debate sobre un tema académico.
Como señala D. Prieto: “En todo acto educativo hay seres humanos, sean en interacción directa o a
través de mediaciones discursivas e instrumentales”.

En un aula es posible establecer varios tipos de comunicación:

Comunicación entre muchos


Uno a uno Uno a varios
(todos, algunos)

Desarrollar estrategias de argumentación en un foro puede resultar muy útil, pero también lo es el
trabajo en pequeños grupos en foros para acordar temas cotidianos, sin tantas pretensiones
académicas.

Armar espacios virtuales que repliquen la vida institucional permite sostener el vínculo con las y los
estudiantes y organizar la comunicación institucional. Por ejemplo, que dentro del foro existan
espacios como “Bar” o “Secretaría virtual”.

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Veremos algunas de las características de las
herramientas comunicativas del aula.

Características del aula virtual

El aula virtual es un espacio web dentro del nodo institucional, dentro del cual puede darse un proceso
de intercambio entre docentes y estudiantes que posibiliten el aprendizaje. No debería ser solo un
mecanismo para la distribución de la información, sino que debe ser un sistema adonde las
actividades involucradas en el proceso de aprendizaje puedan tomar lugar, es decir, que puedan
permitir interactividad, comunicación, aplicación de los conocimientos, evaluación y manejo de la
clase.

Las aulas virtuales pueden utilizarse:

 para la educación a distancia;

 como complemento de la clase presencial.

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Esto significa que las aulas virtuales son espacios dentro de una plataforma educativa que pueden ser
utilizadas en las diversas modalidades de cursado: presencial (como complemento), semipresencial o
virtual.

¿Qué se puede hacer en un aula virtual?

Dentro de un aula virtual podemos:

 Utilizar un correo interno que actúa como todos pero con el beneficio de poder observar
quiénes leyeron el mensaje y enlazar WhatsApp a los contactos.
 Foros para producir ricos debates en diversos formatos: que todos se comuniquen con todos,
que las intervenciones queden ocultas hasta poder participar, con la posibilidad de incorporar
videos.
 Espacios específicos para subir archivos o definir visitas a sitios.
 Crear encuestas, organizar calendarios.
 Enviar noticias a correos externos.
 Definir evaluaciones.
 Crear wikis para trabajos colaborativos.
 Definir espacios de preguntas frecuentes.
 Realizar seguimiento de las tareas de los estudiantes.

Las aulas pueden tener un uso institucional:

 Grupos de trabajo de docentes o administrativos;


 espacios de capacitación;
 bibliotecas o videotecas;
 para la gestión de la información.

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Las aulas pueden ser útiles a los docentes para el dictado de clases. Según sus usos, las aulas podrían
clasificarse en:

 Aula auxiliar o complementaria (su uso como repositorio de archivos).


 Aula extendida o ampliada (donde, además, el docente utiliza las herramientas de
comunicación).
 Aula expandida o virtual (donde se potencian las herramientas de la plataforma y de la web
2.0).

En tanto los contextos de desempeño de los docentes son variados, como lo son su disponibilidad de
tiempo, sus competencias técnicas, sus necesidades estables y temporales, etc., y como las
posibilidades técnicas del aula son versátiles, se plantearán algunos escenarios de uso del aula, de
modo que cada docente/alumno de esta propuesta vea qué modalidad de aprovechamiento le resulta
útil y/o tiene la posibilidad de implementar.

Estos escenarios no están ordenados en una escala de “peor” a “mejor”, sino de complejidad técnica y
de aprovechamiento integral y articulado de las posibilidades de la plataforma para generar entornos
virtuales de enseñanza.

Aula auxiliar o complementaria

Sería un modelo de aula usada sobre todo como biblioteca para subir recursos y comunicar eventos
(noticias y fechas del calendario) a los alumnos, pero no especialmente como espacio de intercambio,
para lo cual se usa el aula presencial. Sería un aula 1.0, parafraseando un modo de clasificar la World
Wide Web.

Aula extendida o ampliada

En este modelo, el aula se usa para crear un espacio y un canal de comunicación apto para cubrir el
tiempo entre clase y clase donde docente y alumnos no se encuentran entre sí.

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Aula expandida o virtual

El aula abandona una lógica de comunicación vertical, donde el docente comunica o recibe consultas
individuales, ya sea por mail o por foro de consultas, y se constituye en un espacio de trabajo como lo
puede ser el aula presencial, donde las comunicaciones son también horizontales, mediando
actividades didácticas y generando así un funcionamiento áulico habitual pero “virtual”. Se hablaría de
“expandida” en tanto amplía las posibilidades del aula virtual, no ya reemplazando sino brindando
posibilidades que la presencialidad no tiene.

Un aula para cada necesidad


Este título, que bien pudo ser sacado de alguna publicidad, refleja algunas premisas importantes para
declarar en este inicio:

 Que un aula es lo que hagamos de ella. Como en la presencialidad, un aula es un espacio físico
vacío que podemos moldear; primero, con una decisión de uso (será dirección, biblioteca, aula de
clases, etc.); luego, con el mobiliario adecuado y su disposición espacial; y, finalmente, con el
modo de uso. Dos aulas de clase idénticas, con los mismos bancos y recursos, pueden constituirse
en aulas “diferentes” de acuerdo al tipo de práctica que se realice en ellas y a la significación y
apropiación que realicen sus habitantes.

 Que el tipo de uso del aula y su construcción debería surgir de la evaluación de las necesidades de
docentes y alumnos en un contexto determinado. En ese sentido, no habría a priori usos “pobres”
y “ricos” del aula, en tanto y en cuanto el uso de recursos del aula sea elegido por una decisión
reflexiva y no por limitantes personales, por no “animarse” a buscar un poco más, o porque el uso
de todos y cada uno de los recursos o potencialidades del aula “queda bien”.

 Que es posible un aula para cada necesidad en virtud de la multiplicidad de herramientas técnicas
que presenta tanto la plataforma utilizada para el funcionamiento de las aulas como el campus

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que las reúne. Las herramientas en un aula se pueden activar o desactivar, enlazar, limitar en sus
accesos y nivel de uso, etc., dando cierta flexibilidad para poder configurar aulas acordes con los
objetivos que se tenga.

El acceso a las aulas: el escritorio

La metáfora del escritorio es por demás conocida en un sinnúmero de programas y entornos.


Generalmente, es la primera pantalla que el usuario visualiza al ingresar a un espacio o sistema
inmediatamente después del “logueo”, y en el mismo sentido lo encontramos aquí.

El escritorio es, más precisamente, una herramienta de gestión de la información de nuestro campus
que reúne en un solo lugar lo referido a las diversas aulas en las que estemos activos. Esta información
permite a cada participante (docentes, alumnos, conducción, invitados) organizar sus actividades de
estudio y aprendizaje para que nada se olvide o quede extraviado entre las múltiples aulas virtuales.

Áreas del escritorio

El escritorio ocupa nuestra pantalla una vez que nos hayamos logueado. No obstante, si ya entramos a
una de nuestras aulas, podemos volver a él a través del botón que indica “Aulas” o acceder a otra aula
a través de la lista desplegable:

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En el escritorio encontraremos los siguientes elementos:

1. Identificación del usuario.


2. Notificaciones generales para los usuarios.
3. Acceso a las aulas en las que estamos dados de alta.
4. Barra que nos permite buscar aulas o mostrarlas con diversos criterios.
5. Si presionamos sobre la estrella, esa aula estará visible entre las primeras (aulas
favoritas).

1. Identificación del usuario

Además de mostrar la imagen que hayamos cargado y nuestro nombre, podemos acceder a la
configuración de nuestros datos personales, que se almacenan en el campus a través de la opción:
"Perfil y preferencias":

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2. Acceso a aulas

En el centro del escritorio encontraremos las aulas a las cuales nuestro perfil nos da acceso. También
se observa el registro de nuestro último acceso a ellas.

Este listado de aulas puede ser ordenado según diferentes criterios (Nombre, Favorito o por Último
acceso). Es importante establecer un orden a medida que se vayan acumulando las aulas en las que
participamos, esto podemos realizarlo con la siguiente barra:

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Existe la opción de marcar algunas como "favoritas" con una estrella (generalmente las que accedemos
con más frecuencia) y así posibilitar que en el inicio del listado se muestren nuestras aulas más usadas:

3. Leer correos desde el escritorio

El escritorio nos permite acceder a nuestros correos no leídos en todas las aulas; podemos acceder a
ellos haciendo clic el ícono del sobre con el punto rojo que figura en la barra superior:

4. Sucesos recientes

Las actualizaciones realizadas recientemente en cualquiera de nuestras aulas se muestran en esta


sección del escritorio. En la ventana figura su fecha de publicación y si dicho suceso ha sido leído o no.

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Por defecto nos muestra unos pocos sucesos, pero mediante el botón de "Mostrar más" se puede
extender el listado para visualizar más novedades. Para ingresar al suceso que nos interesa solo
debemos hacer un clic sobre el mismo.

Tutoriales

 Cómo se ingresa al aula


 Configuración del perfil de usuario
 Cómo se configuran las preferencias del usuario
 Qué son los sucesos recientes

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Créditos
Autores: Equipo TIC del INFoD.
Cómo citar este texto:
Equipo TIC del INFoD. (2020). ¿Qué es y qué podemos hacer con un aula virtual?. Espacio de acompañamiento:
Aulas Virtuales para docentes. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

Esta obra está bajo una licencia Creative Commons

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