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Composición
Tal y como se acaba de mencionar, la composición del líquido cefalorraquídeo
es muy similar a la del plasma sanguíneo, siendo las variaciones principales la
comparativamente mucho menor presencia de proteínas (se calcula que en el
plasma sanguíneo la presencia de proteínas es doscientas veces mayor) y el tipo
de electrolitos que forman parte de él.
Trastornos derivados
1. Hidrocefalia
Este concepto hace referencia a la presencia excesiva de líquido
cefalorraquídeo, habiendo tal acumulación que se provoca una presión del
cerebro contra el cráneo. Algunos de los elementos que la pueden causar son
tumores, infecciones o traumatismos, pero también es frecuente encontrar
hidrocefalias congénitas, es decir presentes desde el nacimiento.
Puede causar desde dolor de cabeza, vómitos, deterioro cognitivo o de la
coordinación o visión doble, entre otros síntomas, siendo en el caso de las
hidrocefalias congénitas motivo de una fuerte dificultad en el desarrollo y de
déficit intelectual. Generalmente se debe a obstrucciones en el circuito, siendo un
ejemplo común que se obstruya el orificio de Magendie. Para tratar estos
problemas es posible realizar cirugía con tal de colocar una vía de escape del
líquido hacia otras zonas, como por ejemplo el estómago.
2. Hipertensión/Hipotensión intracraneal
Un exceso o déficit de líquido cefalorraquídeo puede causar que la presión que
sufre el cerebro dentro del cráneo sea excesiva o demasiado baja como para
permitir el buen funcionamiento. Mientras que la hipotensión se produciría a la
pérdida o poca producción de líquido cefalorraquídeo, la hipertensión se
produciría por un exceso de esta, lo cual puede ser grave porque presiona zonas
del sistema nervioso y evita que funcionen bien (o incluso mata áreas de tejido
celular).