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CASO DE LA SEÑORA LIDIA DIAZ QUINTERO

Esta es la historia de Lidia Díaz Quintero, una mujer emprendedora y luchadora de


32 años de edad con dos hijos Alexander y Juan. Dedicada a labores domésticas en
casas de familia desde hace 6 años aproximadamente, labora por días a la semana en
horarios que sobre pasan la jornada establecida de 8 horas casi siempre, con pagos
que varían según la familia que contrate; teniendo en cuenta esto se ve y analiza que
no recibe una remuneración justa por sus servicios, no posee los beneficios otorgados
por la ley como: pensión, salud, riesgos profesionales, subsidio de transporte,
subsidio familiar, horas extras.

Sus contratos se hacen de manera verbal con el contratante por volares que oscilan
entre $30.000 y 40.000 mil pesos, exigiendo el patrono los oficios generales que en
ocasiones son una recarga laboral pues exigen aparte de la labor de aseo, preparación
de alimentos y arreglo de ropa sin aumentar dicho valor del día laborado ejerciendo
recarga laboral.

Debido a que trabaja regularmente y al no contar con los beneficios anotados anterior
mente se ve afectado su núcleo familiar puesto que no gozan del beneficio de
recreación y esparcimiento, tampoco con el derecho a la salud siendo este un derecho
fundamental de una persona natural.

Vemos como profesiones como estas reciben vulneración de los derechos laborales, la
relación patrono – empleado busca más el beneficio del primero a costa de jornadas
laborales extensas y extenuantes, una forma de explotación laboral.

El gobierno nacional en los últimos años a dictado medidas acerca de este tema,
intentando beneficiar al trabajador de este sector, pero una cosa es el papel y otra la
aplicabilidad de la norma o ley. Como son contratos verbales y bajo condiciones
establecidas por el patrono, el trabajador debe someterse a estas condiciones si
desea laboral.

El organismo de oficina de trabajo no cuenta con sedes en municipios alejados de la


capital, ni con las herramientas jurídicas necesarias en este campo pues son difíciles
de explicar porque tienen muchos vacíos jurídicos. Igual mente el trabajador no acude
por temor de perder su empleo al intentar reclamar sus derechos laborales.

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