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El 

sistema solar1 es el sistema planetario que liga gravitacionalmente a un conjunto


de objetos astronómicos que giran directa o indirectamente en una órbita alrededor de una
única estrella conocida con el nombre de Sol.2
La estrella concentra el 99,86 % de la masa del sistema solar,345 y la mayor parte de la masa
restante se concentra en ocho planetas cuyas órbitas son prácticamente circulares y transitan
dentro de un disco casi llano llamado plano eclíptico.6 Los cuatro planetas más cercanos,
considerablemente más pequeños Mercurio, Venus, Tierra y Marte, también conocidos como
los planetas terrestres, están compuestos principalmente por roca y metal.78 Mientras que los
cuatro más alejados, denominados gigantes gaseosos o «planetas jovianos», más masivos
que los terrestres, están compuestos de hielo y gases. Los dos más
grandes, Júpiter y Saturno, están compuestos principalmente
de helio e hidrógeno. Urano y Neptuno, denominados gigantes helados, están formados
mayoritariamente por agua congelada, amoniaco y metano.9

Concepción artística de un disco protoplanetario

El Sol es el único cuerpo celeste del sistema solar que emite luz propia,10 debido a la fusión
termonuclear del hidrógeno y su transformación en helio en su núcleo.11El sistema solar
se formó hace unos 4600 millones de años121314 a partir del colapso de una nube molecular. El
material residual originó un disco circunestelar protoplanetario en el que ocurrieron los
procesos físicos que llevaron a la formación de los planetas.10El sistema solar se ubica en la
actualidad en la nube Interestelar Local que se halla en la Burbuja Local del brazo de Orión,
de la galaxia espiral Vía Láctea, a unos 28 000 años luz del centro de esta.15

Concepción artística del sistema solar y las órbitas de sus planetas

El sistema solar es también el hogar de varias regiones compuestas por objetos pequeños.
El cinturón de asteroides, ubicado entre Marte y Júpiter, es similar a los planetas terrestres ya
que está constituido principalmente por roca y metal. En este cinturón se encuentra el planeta
enano Ceres. Más allá de la órbita de Neptuno están el cinturón de Kuiper, el disco disperso y
la nube de Oort, que incluyen objetos transneptunianos formados
por agua, amoníaco y metano principalmente. En este lugar existen cuatro planetas
enanos: Haumea, Makemake, Eris y Plutón, el cual fue considerado el noveno planeta del
sistema solar hasta 2006. Este tipo de cuerpos celestes ubicados más allá de la órbita de
Neptuno son también llamados plutoides, los cuales junto a Ceres, poseen el suficiente
tamaño para que se hayan redondeado por efectos de su gravedad, pero que se diferencian
principalmente de los planetas porque no han vaciado su órbita de cuerpos vecinos.16
Adicionalmente a los miles de objetos pequeños de estas dos zonas, algunas docenas de los
cuales son candidatos a planetas enanos, existen otros grupos
como cometas, centauros y polvo cósmico que viajan libremente entre regiones. Seis planetas
y cuatro planetas enanos poseen satélites naturales. El viento solar, un flujo de plasma del
Sol, crea una burbuja de viento estelar en el medio interestelar conocido como heliosfera, la
que se extiende hasta el borde del disco disperso. La nube de Oort, la cual se cree que es la
fuente de los cometas de período largo, es el límite del sistema solar y su borde está ubicado
a un año luz desde el Sol.17
A principios del año 2016 se publicó un estudio según el cual puede existir un noveno
planeta en el sistema solar, al que dieron el nombre provisional de Phattie.18 Se estima que el
tamaño de Phattie sería entre el de Neptuno y la Tierra y que el hipotético planeta sería de
composición gaseosa.

La Vía Láctea (en griego: γαλαξίας κύκλος -galaxías kýklos- "círculo lácteo")2 3 es


una galaxia espiral donde se encuentra el sistema solar y a su vez se encuentra la Tierra.
Según las observaciones, posee una masa de 1012 masas solares y es una espiral barrada. Su
diámetro medio se estima en unos 200 000 años luz, (1,89×1018 kilómetros) o 12 648 millones
de unidades astronómicas. En mayo de 2018, un equipo de investigadores del Instituto
Astrofísico de Canarias y el National Astronomical Observatories de Pekín (NAOC) publicaron4
nuevas observaciones que amplían el diámetro hasta 200 000 años luz. Se calcula que
contiene entre 200 000 y 400 000 millones de estrellas. La distancia desde el Sol hasta el
centro de la galaxia es de alrededor de 25 766 años luz (7900 pc). La Vía Láctea forma parte
de un conjunto de unas cuarenta galaxias llamado Grupo Local, y es la segunda más grande y
brillante tras la galaxia de Andrómeda, aunque puede ser la más masiva, como muestra un
estudio reciente.5
El nombre Vía Láctea proviene de la mitología latina, y esta de la griega que significa
en latín camino de leche. Esa es, en efecto, la apariencia de la tenue banda de luz que
atraviesa el firmamento terrestre, y así lo afirma la mitología griega, explicando que se trata de
leche derramada del pecho de la diosa Hera (Juno para los romanos). Rubens representa la
leyenda en su obra El nacimiento de la Vía Láctea. Sin embargo, ya en la Antigua Grecia, el
astrónomo Demócrito (460-370 a. C.) sugirió que aquel haz blanco en el cielo era en realidad
un conglomerado de muchísimas estrellas demasiado tenues individualmente como para ser
reconocidas a simple vista. Su idea, no obstante, no tuvo respaldo hasta 1609, cuando el
astrónomo italiano Galileo Galilei hace uso del telescopio y constata que Demócrito estaba en
lo cierto, ya que a donde quiera que mirase, aquel se encontraba lleno de estrellas.

¿Cómo es nuestro Sistema Solar?


El Sistema Solar está formado por una estrella central, el Sol,
los cuerpos que le acompañan y el espacio que queda entre
ellos.

Ocho planetas giran en órbitas alrededor del Sol: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte,


Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

La Tierra es nuestro planeta y tiene un satélite, la Luna. Algunos


planetas tienen satélites girando a su alrededor, otros no.

Los asteroides son rocas más pequeñas que también giran alrededor
del Sol, la mayoría entre Marte y Júpiter. Además, están los cometas
que se acercan y se alejan mucho del Sol.

A veces llegan a la Tierra fragmentos de materia extraterrestre que


provienen del Sistema Solar o de más lejos. La mayoría se
encienden y se desintegran cuando entran en la atmosfera. Son los
meteoritos.

Los planetas con sus satélites, y también los asteroides, giran


alrededor del Sol en la misma dirección, en órbitas casi circulares. Si
pudiésemos observar desde lo alto del polo norte del Sol, veríamos
que los planetas orbitan en sentido contrario al movimiento de las
agujas del reloj.

Casi todos los planetas orbitan alrededor del Sol en el mismo plano, llamado
eclíptica. El planeta enano Plutón es un caso especial, ya que su órbita es la
más inclinada y la más elíptica de todos. Hasta hace poco se le consideraba un
planeta, pero ya no. El eje de rotación de muchos de estos planetas es casi
perpendicular al eclíptico. Las excepciones son Urano y Plutón, los cuales están
inclinados hacia sus lados. Tamaños y distancias en el Sistema Solar

El Sol contiene el 99.85% de la materia en el Sistema Solar, casi


toda. Los planetas, que se condensaron a partir del mismo material
del que está formado el Sol, contienen sólo el 0.135% de la masa
del sistema solar. El mayor, Júpiter, contiene más de dos veces la
materia de todos los otros planetas juntos. Los satélites de los
planetas, cometas, asteroides, meteoroides, y el medio
interplanetario constituyen el restante 0.015%.

Casi todo el Sistema Solar, por volumen, parece ser un espacio vacío
que llamamos "medio interplanetario". Incluye varias formas de
energía y contiene, sobre todo, polvo y gas interplanetarios.

Para comprender los tamaños y distancias en el Sistema Solar,


hablemos de fútbol. Si el Sol fuese un balón situado en el centro de
la portería, Mercurio estaría a 9 metros, 2 metros antes del punto de
penalti, y sería como una cabeza de alfiler. Venus estaría en el borde
exterior del área, a 17 metros de portería, y tendría 2 milímetros de
diámetro, como una bola de cojinete.

La Tierra tendría el mismo tamaño que Venus y estaría a 25 metros,


más o menos, un cuarto de campo, que suelen tener unos 90
metros de longitud. Marte mediría sólo 1 mm, la mitad de la Tierra,
y estaría 10 metros más allá, a 35 del Sol, casi en el centro del
campo.

El cinturón de asteroides estaría en la otra portería, prácticamente


invisible, formado por unos pocos y dispersos granitos de arena
finísimos. Júpiter estaría al fondo de las gradas o en la pared
exterior del estadio, a 125 metros de la portería y con 2,5 cm de
diámetro, una canica grande.

Para encontrar a Saturno tendríamos que buscar una canica de unos


2 cm situada al fondo del aparcamiento, 100 metros más allá de
Júpiter, a 225 del balón que representa al Sol. Urano, un hueso de
aceituna de 8 mm rondaría por el barrio, a 460 metros del Sol, y
Neptuno unos 250 metros más allá, a 710 del Sol y algo más
pequeño que Urano (un huesito de arbequina).
El límite del Sistema Solar, la heliopausa, quedaría a algo más de
2,5 kilómetros del estadio, unos 16.000 millones de kilómetros
reales.

Conociendo el Sistema Solar

Desde siempre los humanos hemos observado el cielo. Primero, a


simple vista; después, con instrumentos. Hace poco más de 300
años se inventaron los telescopios. Pero la auténtica exploración del
espacio no comenzó hasta la segunda mitad del siglo XX.

Desde entonces se han lanzado muchísimas naves. Los astronautas


se han paseado por la Luna. Vehículos equipados con instrumentos
han visitado algunos planetas y han atravesado el Sistema Solar.

Más allá de los límites de nuestro Sistema, la estrella más cercana es


Alfa Centauro. Su luz tarda 4,3 años en llegar hasta aquí. Ella y el
Sol son sólo dos entre los 200.000.000.000 (doscientos mil millones)
de estrellas que forman la Vía Láctea, nuestra Galaxia.

Hay millones de galaxias que se mueven por el espacio


intergaláctico. Entre todas forman el Universo, cuyos límites todavía
no conocemos. Pero los astrónomos continúan investigando...
Que es un planeta
Un planeta es un objeto astronómico que orbita una estrella y que es lo suficientemente
masivo como para ser redondeado por su propia gravedad, pero no lo suficientemente masivo
como para causar fusión termonuclear, y que ha despejado su región vecina
de planetesimales.
Etimológicamente, la palabra "planeta" proviene del latín planeta, que a su vez deriva
del griego πλανήτης ("planētēs": «vagabundo» y «errante»). Esto se debe a que en la
antigüedad, siguiendo la teoría geocéntrica de Ptolomeo, se creía que en torno a
la Tierra giraban, además del Sol y la Luna, las estrellas. Se diferenciaban cinco
(Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), descritas como "planetas" (errantes) por carecer
de una trayectoria cíclica predecible y por desplazarse a mayor velocidad en el cielo a
comparación de las estrellas.
Muchos siglos después, al irse aceptando el conocimiento de la trayectoria real y predecible
de estos planetas y la Tierra, se la denominó también como un planeta más.
 Tiempo después, y según la definición adoptada por la Unión Astronómica
Internacional, un planeta es un cuerpo celeste que:1

1. Orbita alrededor de una estrella o remanente de ella.


2. Tiene suficiente masa para que su gravedad supere las fuerzas del cuerpo rígido, de
manera que asuma una forma en equilibrio hidrostático (prácticamente esférica).
3. Ha limpiado la vecindad de su órbita de planetesimales, o lo que es lo mismo
tiene dominancia orbital.
4. No emite una luz propia

Que es el sol

El Sol (del latín sol, solis, «dios Sol invictus» o «sol», Helios en la mitología griega, a su vez


de la raíz protoindoeuropea sauel-, «brillar»)4 es una estrella de tipo-G de la secuencia
principal y clase de luminosidad V que se encuentra en el centro del sistema solar y constituye
la mayor fuente de radiación electromagnética de este sistema planetario.5 Es una esfera casi
perfecta de plasma, con un movimiento convectivo interno que genera un campo magnético a
través de un proceso de dinamo. Cerca de tres cuartas partes de la masa del Sol constan
de hidrógeno; el resto es principalmente helio, con cantidades mucho más pequeñas de
elementos, incluyendo el oxígeno, carbono, neón y hierro.
Se formó hace aproximadamente 4600 millones de años a partir del colapso gravitacional de
la materia dentro de una región de una gran nube molecular. La mayor parte de esta materia
se acumuló en el centro, mientras que el resto se aplanó en un disco en órbita que se convirtió
en el sistema solar. La masa central se volvió cada vez más densa y caliente, dando lugar con
el tiempo al inicio de la fusión nuclear en su núcleo. Se cree que casi todas las estrellas
se forman por este proceso. El Sol es más o menos de edad intermedia y no ha cambiado
drásticamente desde hace más de cuatro mil millones de años, y seguirá siendo bastante
estable durante otros cinco mil millones de años más. Sin embargo, después de que la fusión
del hidrógeno en su núcleo se haya detenido, el Sol sufrirá cambios importantes y se
convertirá en una gigante roja. Se estima que el Sol se volverá lo suficientemente grande
como para engullir las órbitas actuales de Mercurio, Venus y posiblemente la Tierra.
La tierra como planeta

La Tierra (del latín Terra,17 deidad romana equivalente a Gea, diosa griega de la feminidad y


la fecundidad) es un planeta del sistema solar que gira alrededor de su estrella —el Sol— en
la tercera órbita más interna. Es el más denso y el quinto mayor de los ocho planetas del
sistema solar. También es el mayor de los cuatro terrestres o rocosos.
La Tierra se formó hace aproximadamente 4550 millones de años y la vida surgió unos mil
millones de años después.18 Es el hogar de millones de especies, incluidos los seres
humanos y actualmente el único cuerpo astronómico donde se conoce la existencia de vida.19
La atmósfera y otras condiciones abióticas han sido alteradas significativamente por
la biosfera del planeta, favoreciendo la proliferación de organismos aerobios, así como la
formación de una capa de ozono que junto con el campo magnético terrestre bloquean
la radiación solar dañina, permitiendo así la vida en la Tierra.20 Las propiedades físicas de la
Tierra, la historia geológica y su órbita han permitido que la vida siga existiendo. Se estima
que el planeta seguirá siendo capaz de sustentar vida durante otros 5000 millones de años, ya
que según las previsiones actuales, pasado ese tiempo la creciente luminosidad del Sol
terminará causando la extinción de la biosfera.212223
La superficie terrestre o corteza está dividida en varias placas tectónicas que se deslizan
sobre el magma durante periodos de varios millones de años. La superficie está cubierta
por continentes e islas; estos poseen varios lagos, ríos y otras fuentes de agua, que junto con
los océanos de agua salada que representan cerca del 71 % de la superficie constituyen
la hidrósfera. No se conoce ningún otro planeta con este equilibrio de agua líquida,nota 6 que es
indispensable para cualquier tipo de vida conocida. Los polos de la Tierra están cubiertos en
su mayoría de hielo sólido (indlandsis de la Antártida) o de banquisas (casquete polar ártico).
El interior del planeta es geológicamente activo, con una gruesa capa de manto relativamente
sólido, un núcleo externo líquido que genera un campo magnético, y un sólido núcleo interior
compuesto por aproximadamente un 88 % de hierro.25
La Tierra interactúa gravitatoriamente con otros objetos en el espacio, especialmente el Sol y
la Luna. En la actualidad, la Tierra completa una órbita alrededor del Sol cada vez que realiza
366,26 giros sobre su eje, lo cual es equivalente a 365,26 días solares o un año sideral.nota 7 El
eje de rotación de la Tierra se encuentra inclinado 23,4° con respecto a la perpendicular a
su plano orbital, lo que produce las variaciones estacionales en la superficie del planeta con
un período de un año tropical (365,24 días solares).26 La Tierra posee un único satélite natural,
la Luna, que comenzó a orbitar la Tierra hace 4530 millones de años; esta produce
las mareas, estabiliza la inclinación del eje terrestre y reduce gradualmente la velocidad de
rotación del planeta. Hace aproximadamente 3800 a 4100 millones de años, durante el
llamado bombardeo intenso tardío, numerosos asteroides impactaron en la Tierra, causando
significativos cambios en la mayor parte de su superficie.
Características

La historia de la estructura del universo y la formación de los planetas es


muy larga, como hemos podido ver en los puntos anteriores. La Tierra es
mucho más joven que el origen del universo. Según los registros, las
primeras formas de vida parecen datar de hace casi 4 mil millones de años,
pero, ¿qué características tenía que tener la Tierra para ser un planeta
habitable?
En los orígenes de la Tierra, no había nada, era una gran extensión de tierra
a alta temperatura con actividad volcánica. Para que esta ardiente tierra
se enfriase se necesitaron millones de años, permitiendo que muchas
partículas, como el agua, adoptasen estados líquidos. Las primeras formas
de vida empezaron a desarrollarse en el seno de este nuevo líquido, donde
encontraron la manera de sobrevivir utilizando la energía del Sol o bien la
energía térmica de la Tierra.
La aparición de los seres vivos también supuso un gran cambio, ya que
gracias a las funciones vitales que realizaban para subsistir, la atmósfera
recibió diferentes gases, cambiando su composición hasta la que
tenemos en la actualidad.

Características de la Tierra
La Tierra tiene características que podríamos considerar “indispensables”
para hacerla el planeta que hoy conocemos, pues dichas características son
las que permiten que los seres vivos sean capaces de subsistir y realizar
sus funciones vitales. Se pueden resumir en:

1. Distancia a Sol
Nuestro planeta es el es el tercer planeta del Sistema Solar más cercano al
Sol, a una distancia variable a lo largo del año – como explicamos con el
movimiento de traslación -, pero suficiente para que la radiación solar
mantenga la temperatura media de la Tierra sobre los 15ºC; ayudado por el
resto de los factores que vienen a continuación.
 

2. Presencia de atmósfera
Aparte de ser en esta capa (en la parte más elevada) donde se desintegran
muchos meteoritos antes de llegar hasta nosotros, en esta capa se
acumulan los gases fundamentales para la vida por muchas razones; entre
ellas, hacer un “efecto invernadero” para que la temperatura no se vea
totalmente reflejada.
Nitrógeno
El nitrógeno (que encontramos en casi un 80%) es fundamental para el
desarrollo de las plantas y permite la producción de muchos compuestos,
como las proteínas.
Oxígeno
El oxígeno (presente en más de un 20%) cumple una doble función, por un
lado oxigena nuestros tejidos y participa en procesos del metabolismo
vitales, y, por otro, ayuda a formar la capa de ozono (que es otra molécula
de oxígeno) para protegernos de los rayos solares dañinos (UVA y UVB).
Otros gases
Hay muchos más gases menor proporción como el vapor de agua o el
dióxido de carbono, también fundamentales para completar determinados
ciclos de nutrientes, como el Ciclo del Agua o el Ciclo del Carbono.

3. Presencia de agua en sus tres estados


Como consecuencia de los puntos anteriores encontramos agua sus tres
estados, cuya implicación veremos más adelante con la Hidrósfera. Una
distancia más cercana al Sol podría convertirnos en un planeta tan árido
como Mercurio, y, más lejano podría alejarnos tanto que seríamos un
planeta helado.
Este punto es fundamental, pues todos los seres vivos necesitan agua y
están compuestos mayormente de ella. Por ejemplo, un hombre adulto es
un 60% agua, mientras que un bebé puede llegar a ser ¡casi un 80%!

4. Riqueza de elementos químicos básicos


La Tierra además es rica en diferentes nutrientes en la superficie terrestre
y en el resto de sus capas (la Geosfera), elementos químicos de alta
relevancia orgánicos e inorgánicos.

5. Un tamaño (y masa) adecuado


La gravedad depende en gran medida de la masa del objeto, en este caso
la Tierra. Si nuestro planeta fuera más pequeño y tuviera menos masa, la
atmósfera no se vería atraída de la misma manera; mientras que si fuera
más grande y masivo, la gravedad podría limitar la presencia de vida por la
presión que supondría.

6. Un campo magnético protector


El Sol está constantemente liberando viento solar, que son unas partículas
cargadas con núcleos de átomos de hidrógeno. Cuando este viento entra en
contacto con nuestra Tierra, las partículas se ven desviadas por nuestro
campo magnético, evitando que afecten a nuestra atmósfera y la dañen.
Estas son las características fundamentales que hacen de la Tierra un
planeta habitable, ya que todos los seres vivos, a los que denominamos
globalmente como Biosfera, se ven influidos por cualquier variación que
ocurra en estas características. Todos ellos interaccionan, en mayor o
menor medida, con las diferentes capas que le rodean en su ecosistema,
influyendo y siendo influidos por las mismas.

por que en la tierra es posible la vida


Los detalles del origen de la vida se desconocen, aunque se han establecido unos principios
generales. Hay dos teorías sobre el origen de la vida. La primera defiende la hipótesis de la
«panspermia», y sugiere que la materia orgánica pudo haber llegado a la Tierra desde el
espacio,6 mientras que otros argumentan que tuvo origen terrestre. En cambio, es similar el
mecanismo por el cual la vida surgió.
La vida surgió en la Tierra quizás hace unos 4000 Ma, aunque el cálculo de cuándo comenzó
es bastante especulativo. Generada por la energía química de la joven Tierra, surgió una
molécula (o varias) que poseía la capacidad de hacer copias similares a sí misma: el
«primer replicador». La naturaleza de esta molécula se desconoce. Esta ha sido reemplazada
en funciones, a lo largo del tiempo, por el actual replicador: el ADN. Haciendo copias de sí
mismo, el replicador funcionaba con exactitud, pero algunas copias contenían algún error. Si
este cambio destruía la capacidad de hacer nuevas copias se extinguía. De otra manera,
algunos cambios harían más rápida o mejor la réplica: esta variedad llegaría a ser numerosa y
exitosa. A medida que aumentaba la materia viva, la "comida" iba agotándose, y las
«cadenas» explotarían nuevos materiales, o quizás detenía el progreso de otras «cadenas» y
recogía sus recursos, llegando a ser más numerosas.
Se han propuesto varios modelos para explicar cómo podría desarrollarse el replicador. Se
han propuesto diferentes cadenas, incluidas algunas como las proteínas modernas, ácidos
nucleicos, fosfolípidos, cristales, o incluso sistemas cuánticos. Actualmente no hay forma de
determinar cuál de estos modelos pudo ser el originario de la vida en la Tierra. Una de las
teorías más antiguas, en la cual se ha estado trabajando minuciosamente, puede servir como
ejemplo para saber cómo podría haber ocurrido. La gran energía de los volcanes, rayos y
la radiación ultravioleta podrían haber ayudado a desencadenar las reacciones químicas
produciendo moléculas más complejas a partir de compuestos simples como el metano y
el amoníaco. Entre estos compuestos orgánicos simples estarían los bloques con los que se
construiría la vida. A medida que aumentaba esta "sopa orgánica", las diferentes moléculas
reaccionaban unas con otras. A veces se obtenían moléculas más complejas. La presencia de
ciertas moléculas podría aumentar la velocidad de reacción. Esto continuó durante bastante
tiempo, con reacciones más o menos aleatorias, hasta que se creó una nueva molécula: el
«replicador». Este tenía la extraña propiedad de promover reacciones químicas para
conseguir una copia de sí mismo, con lo que comenzó realmente la evolución. Se han
postulado otras teorías del replicador. En cualquier caso, el ADN ha reemplazado al
replicador. Toda la vida conocida (excepto algunos virus y priones) usan el ADN como
su replicador, de forma casi idéntica.

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